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Benito Pérez Galdós vivió en una época muy convulsionada y repleta de cambios en

Europa, las colonias (españolas, francesas, inglesas, portuguesas, etc.); y


principalmente en su propio país, España.

’    En España estos cambios sociales se empezaron a dar en las
reacciones de la población tras la alianza establecida entre este país y Francia; ya
que se empezaron a formar distintos tipos de guerrillas que lograron la independencia
de España derrocando a José I (José Bonaparte)

’  
© a economía dejaba poco a poco el comercio que consistía
en el monopolio de materiales preciosos, y se empezaba a apreciar más las la
tendencia de un mercado abierto y librecambista en todos los países del
Mediterráneo. En España este cambio de concepción de la economía perjudicó
notablemente sus ingresos.

’  
  © a tecnología producto de la I Revolución industrial quedó
completamente renovada tras el surgimiento de nuevas maquinas que
aprovechaban el vapor de una manera diferente utilizadas principalmente para los
distintos enfrentamientos bélicos. En España esta nueva tecnología llagaría
tardíamente a consecuencia del retraso que sufrió este país. Estos aparatos fueron
utilizados por otras naciones enemigas que derrotaron a España en repetitivas
ocasiones.

’    En Europa se puede distinguir el surgimiento de 2 tipos de
pensamiento; el liberalismo y el marxismo. En España se encuentra siempre la
rivalidad entre estas dos formas de pensar siendo el liberalismo el primero en ser
aceptado por intelectuales, que como consecuencia traería a las ideas
nacionalistas que anhelaban exaltar a la patria; para que después; casi
iniciando el siglo XX , se observen los primeros indicios de influencias socialistas
(izquierdistas) en algunos escritores naturalistas.

’   © En España se dan cambios de una absolutismo a una


primera república, que al fracasar se interna de nuevo en las riendas de una
monarquía, pero controlada por una constitución; posteriormente se entraría en
una nueva crisis por querer obtener el poder, a este conjunto de enfrentamientos
se les denomina las guerras Carlistas.

Guerra Carlista

{ació el 10 de mayo de 1843 en as Palmas de Gran Canaria.

Fue un dramaturgo, novelista y cronista español.

También destacó en el dibujo y la pintura.

En 1852 ingresó en el Colegio de San Agustín.

Obtuvo el título de bachiller en Artes en 1862.

Cuando entró a la universidad, conoció a Francisco Giner de los Ríos


quien lo alentó a escribir y le hizo sentir curiosidad por una filosofía, el
krausismo.

Participó en la política ya que, de 1886 a 1890, fue diputado por el


partido de Sagasta.

Debido a su izquierdismo, no se le otorgó un Premio {obel.

En 1920, murió ciego y pobre en Madrid.


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, pero sus novelas se han hecho famosas por las grandes
dotes de observación por el acierto con que describe centenares de
tipos humanos.

åtilizó una técnica naturalista llamada ü 


 
 

Sus obras fueron    porque ofrece la visión de la realidad por el


escritor tal como se presenta a nuestros ojos ; especialmente la vida en
los barrios populares de Madrid.

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    © en estas narraciones
predomina el sentimiento o la ideología. En Marianela se presenta en la
delicada y dramática historia de una joven que muere de tristeza al ver
que el ciego al que tanto amaba, se dio cuenta de la fealdad de
Marianela tras haber recobrado su vista.
üEra Doña Francisca una señora excelente, ejemplar, de noble origen,
devota y temerosa de Dios, como todas las hembras de aquel tiempo;
caritativa y discreta, pero con el más arisco y endemoniado genio que he
conocido en mi vida. Francamente, yo no considero como ingénito aquel
iracundo temperamento, sino, antes bien, creado por los disgustos que la
ocasionó la desabrida profesión de su esposo; y es preciso confesar que no
se quejaba sin razón, pues aquel matrimonio que durante cincuenta años
habría podido dar veinte hijos al mundo y a Dios, tuvo que contentarse
con uno solo© la encantadora y sin par Rosita, de quien hablaré después.
Por éstas y otras razones, Doña Francisca pedía al cielo en sus diarias
oraciones el aniquilamiento de todas las escuadras europeas.

Cap. III, Trafalgar, Episodios {acionales


üCuando conocí personalmente a este insigne hijo de Madrid, andaba ya al ras con los sesenta años; pero los
llevaba muy bien. Era de estatura menos que mediana, regordete y algo encorvado hacia adelante. os que
quieran conocer su rostro, miren el de Rossini, ya viejo, como nos le han transmitido las estampas y fotografías
del gran músico, y pueden decir que tienen delante el divino Estupiñá. a forma de la cabeza, la sonrisa, el
perfil sobre todo, la nariz corva, la boca hundida, los ojos picarescos, eran trasunto fiel de aquella hermosura
un tanto burlona, que con la acentuación de las líneas de la vejez, se aproximaba algo a la imagen de
Polichinela. a edad iba dando perfil de Estupiñá un cierto parentesco con el de las cotorras.

En sus últimos tiempos, del 70 en adelante, vestía con cierta originalidad, no precisamente por miseria, pues los
de Santa Cruz cuidaban de que nada les faltase, sino por espíritu de tradición, y por repugnancia a introducir
novedades en su guardarropa. åsaba un sombrero chato, de copa muy baja y con las alas planas, el cual
pertenecía a una época que se había borrado ya de la memoria de los sombreros, y una capa de paño
verde, que no se le caía de los hombros sino en lo que va de Julio a Septiembre. Tenía muy poco pelo, casi se
puede decir ninguno; pero no usaba peluca. Para librar su cabeza de las corrientes frías de la iglesia, llevaba
en el bolsillo un gorro negro, y se lo calaba al entrar. Era madrugador, y por la mañanita con la fresca se iba a
Santa Cruz, luego a Santo Tomás y por fin a San Ginés. Después de oír varias misas en cada una de estas
iglesias, calado el gorro hasta las orejas, y de echar un parrafito con beatos o sacristanes, iba de capilla en
capilla rezando diferentes oraciones. Al despedirse, saludaba con la mano a las imágenes, como se saluda a
un amigo que está en el balcón, y luego tomaba su agua bendita, fuera gorro, y a la calle.

En 1869, cuando demolieron la iglesia de Santa Cruz, Estupiñá pasó muy malos ratos. {i el pájaro a quien
destruyen su nido, ni el hombre a quien arrojan de la morada en que nació, ponen cara más afligida que la
que él ponía viendo caer entre nubes de polvo los pedazos de cascote. Por aquello de ser hombre no lloraba.
Barbarita, que se había criado a la sombra de la venerable torre, si no lloraba al ver tan sacrílego espectáculo
era porque estaba volada, y la ira no le permitía derramar lágrimas. {i acertaba a explicarse por qué decía su
marido que D. {icolás Rivero era una gran persona. Cuando el templo desapareció; cuando fue arrastrado el
suelo, y andando los años se edificó una casa en el sagrado solar, Estupiñá no se dio a partido. {o era de estos
caracteres acomodaticios que reconocen los hechos consumados. Para él la iglesia estaba siempre allí, y toda
vez que mi hombre pasaba por el punto exacto que correspondía al lugar de la puerta, se persignaba y se
quitaba el sombrero«µ

Obra© Doña Perfecta

Argumento©
Comienza cuando Pepe Rey, hijo de un prestigioso abogado, se dirige
a Orbajosa donde reside una tía y su prima. El motivo de ese viaje es
contraer matrimonio con su prima. Pero surge una serie de dificultades
como la obstinada oposición de Doña Perfecta , por tal motivo surgió
muchos pleitos entre ellos. Pero parte de esto fue por el canónigo,
llamado Don Inocencio, ya que éste tenía un gran poder e influía mucho
con los demás pobladores, especialmente con Doña Perfecta. Por eso
hizo todo lo posible para que Pepe no se casara con Rosario, hija de Doña
Perfecta, ya que fingía que todo esto lo hacía por razones morales, pero
aparentadas, ya que en el fondo él y su hermana querían apoderarse de
los bienes materiales y el poder de Doña Perfecta por medio de que se
casaran Rosario y su sobrino del canónigo, llamado Jacinto, pero no les
funcionó.
ÎÎÎ uerida Remedios³añadióÎÎÎ, hemos hecho todo lo
humanamente posible y todo lo que en conciencia podía debía
hacerse. {ada más natural que en nuestro deseo de ver a
Jacintillo emparentado con esa gran familia, la primera de
Orbajosa; nada más natural que nuestro deseo de verle dueño de
las siete casa del pueblo, de la dehesa de Mundogrande, de las
tres huertas del cortijo de Arriba, de la Encomienda y demás
predios urbanos y rústicos que posee esa niña. Tu hijo vale mucho,
bien lo saben todos.Rosarito gustaba de él y él de Rosario. Parecía
cosa hecha. a misma señora, sin entusiasmarse mucho, a causa
sin duda de nuestro origen, parecía bien dispuesta a ello, a causa
de lo mucho que me estima y venera, como confesor,
amigo«Pero, de repente, se presenta ese malhadado joven«
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 Discriminación
 Orgullo
 Intolerancia
 Fanatismo religioso
 Arrepentimiento

Obra© Marianela

Personajes©
Marianela.
 Era una joven huérfana de unos dieciséis años que aparentaba menos.
levaba su cabello rizado y suelto, su rostro era pecoso y sus ojos negros. {o
era agraciada físicamente.
 Tenía un carácter formal y reflexivo, a veces soñador, imaginativo y
sensible. Se enamora de Pablo, quien es la único motivo de su existencia.
Marianela es un personaje plano, ya que durante toda la obra actúa de la
misma forma. Pobre y desagraciada, inculta y solitaria.

Pablo Penáguilas.
 Joven ciego, apuesto, compasivo y de buena posición económica.

Teodoro Golfín.
 Es el médico de la familia y un filósofo de la vida, hombre inteligente y de
buenos sentimientos. Siente una profunda compasión por Marianela.

Florentina.
 Es la prima de Pablo, adinerada y bella.
Obra© MarianelaÎ )  " 

Ϋ] Estaba en mi cuarto solo; me levanté la venda y miré al campo... Vi el arco iris y me
quedé asombrado, mudo de admiración y de fervor religioso... {o sé por qué aquel
sublime espectáculo, para mí desconocido hasta hoy, me dio la idea más perfecta de la
armonía del mundo... {o sé por qué, al mirar la perfecta unión de sus colores, pensaba en
ti... {o sé por qué, viendo el arco iris, dije yo he sentido antes esto en alguna parte ... Me
produjo sensación igual a la que sentí al verte, Florentina de mi alma. El corazón no me
cabía en el pecho© yo quería llorar... lloré mucho. Te llamé, no me respondiste ...]
ÎCuando mis ojos pudieron ver de nuevo, el arco iris había desaparecido... Salí para
buscarte, y te encuentro tan maravillosamente hermosa que me parece que nunca te he
visto bien hasta hoy... nunca hasta hoy, porque ya he tenido tiempo de comparar. He
visto muchas mujeres...todas son horribles junto a ti ... Si me cuesta trabajo creer que hayas
existido durante mi ceguera...
Me han dicho que no hay ninguna criatura que a ti se compare. Yo no lo quería creer,
pero ya lo creo, lo creo como creo en la luz.
Î Primo... por Dios!Îmurmuró alarmada y ruborizada Florentina
Î Florentina ¿por qué eres tú tan bonita?Î exclamó Pablo, yo creí que no podría
quererte; yo creí posible querer a otra más que a ti...  ué necedad! Gracias a Dios que
hay lógica en mis afectos... Mi padre, a quien he confesado mis errores, me ha dicho que
a       
        . El estúpido ciego
ha visto ya, y al fin presta homenaje a la verdadera hermosura...

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