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Todos los que usen por lo menos un talento,

independientemente de que parezca pequeño,


ayudarán a realizar el propósito de Dios en la
Tierra. “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo
poco has sido fiel; te pondré a cargo de
mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu
señor!” (Mat. 25:21, NVI).
Como mayordomos del Señor, ¿cómo
debemos actuar al cuidar de sus bienes y
de su casa? (p. 79).

“Un mayordomo se identifica con su Señor. Acepta las


responsabilidades del mayordomo y debe obrar en el
lugar
_____________ de su Señor haciendo lo que éste haría si
intereses
estuviera presente. Los ________________ de su Señor se
convierten en los suyos. La posición de mayordomo implica
dignidad, porque su Señor confía en él”.
Nuestras palabras pueden ser usadas para
bendecir o para herir a aquellos que
amamos o que están cerca de nosotros.
¿Cómo desea Dios que usemos nuestras
palabras? (p. 81).

“El Señor desea que los que se relacionan con su obra


humildad
hablen en todo tiempo con la ________________ de Cristo.
No se impacienten cuando sean provocados. Manifiesten la
delicadeza de la que Cristo nos ha dejado un ejemplo
en su vida”.
Sabemos que la influencia es una fuerza
poderosa sobre las personas, especialmente
en nuestro hogar. Cuando Dios está al
mando, ¿cómo es esa influencia? (p. 81).

santa
“La influencia de una vida ________________ siente
se ________________ en
el hogar y fuera de él. La benevolencia práctica, la abnegación y el
sacrificio, cuando caracterizan la vida de un hombre, poseen una
influencia para el bien sobre las personas con quienes éste se relaciona”.
¿Hay en cada familia diversidad de
talentos que deben usarse? (p. 83).

“En un grado mayor o menor, todos están encargados de los talentos de


su Señor. Las aptitudes espirituales, mentales y físicas, la influencia, la
posición social, las posesiones, los afectos, la simpatía, todos son
talentos preciosos que deben emplearse en bien de la causa del Maestro
salvación
para la ________________ de las almas por quienes Cristo murió”.
Muchas veces, en nuestra casa o iglesia,
oímos a personas que se quejan de no tener
grandes talentos. ¿Qué podemos decirles?
(p. 86).

“No es el momento ahora para quejarnos de nuestra posición en la vida, y


excusarnos por nuestro descuido de aprovechar nuestras habilidades
debido a que no tenemos otras aptitudes y posición, diciendo: ‘¡Oh, si yo
tuviera el don y la habilidad que él tiene podría invertir un capital mayor
para mi Maestro!’ Si tales personas utilizan el único talento en forma
acertada y ________________,
________________ conveniente eso es ________________ todo lo
que el Maestro requiere de ellas”.
Dios tiene una expectativa sobre cómo vamos a
administrar lo que nos ha sido confiado. “Dios
desea que sus obreros lo consideren como el
Dador de todo lo que poseen, que recuerden que
todo lo que tienen y todo lo que son procede de él,
cuyos consejos son admirables y cuyas obras son
excelentes. […] Él ha dado a los hombres
habilidades, y desea que éstos acudan a él en
busca de consejos. Así podrán emplear sus dones
con una eficacia infalible, y podrán testificar de
que son obreros juntamente con Dios” (p. 80).

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