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COMERCIAL
EL COMERCIANTE INDIVIDUAL
LA EMPRESA
a) Empresas privadas o del sector privado: son aquéllas en que el capital con que se han formado, y
mediante el cual se desarrollan, pertenece mayoritariamente a los particulares. Su régimen de
funcionamiento está regido por normas de derecho privado y la explotación a que se dedican no está
reservada, por razones económicas o estratégicas, al Estado ni a otras instituciones de derecho público.
b) Empresas públicas: aquéllas en que la mayor parte de su capital de explotación pertenece al Estado,
su régimen de administración está determinado por normas de derechos público, leyes orgánicas especiales,
y la actividad que desarrollan les ha sido específicamente reservada por el interés de la colectividad.
c) Empresas de economía mixta: aquéllas en que el Estado, sea por el mecanismo de la participación
en el capital o por el régimen de administración, mantiene una determinada injerencia.
b) Empresa colectiva: aquélla en que el elemento organizador de la empresa está conformado por más
de una persona.
EL ESTABLECIMIENTO DE COMERCIO.-
Constituye el aspecto o elemento objetivo de la empresa.
El Código Civil Italiano define el establecimiento de comercio como El conjunto de bienes
organizados por el comerciante para el ejercicio de su profesión.
Naturaleza Jurídica.-
a) Elementos incorporales:
Entre estos elementos inmateriales tenemos la clientela, que es el conjunto de personas que
se provee habitualmente en el establecimiento; el nombre o la marca comercial, que debe
inscribirse; el derecho de llaves, esto es la fuente de utilidad y beneficio constituido por el
prestigio del establecimiento, su ubicación, calidad de la clientela o de los productos que se
venden; las patentes municipales; el emblema, sigla o logotipo; la propaganda; la antigüedad;
las patentes de invención; las marcas de fábrica; los modelos industriales; los secretos de
fabricación; la organización funcional, administrativa y contable; los contactos comerciales; la
capacitación del personal; el derecho de arrendamiento del local: los seguros y, en general,
los derechos sean reales, (como los de prenda, hipoteca, usufructo), o personales, (como
créditos a proveedores y a clientela y demás derechos emanados de diversos contratos de
suministro, licencias, distribución, agencias, etc.).
b) Elementos corporales:
Los elementos corporales pueden ser las mercadería, materias primas, muebles, útiles e
instalaciones, los vehículos, las maquinarias, las herramientas, el local, el dinero, etc.
Actos Jurídicos Sobre El Establecimiento De Comercio.-
En algunas disposiciones aisladas se considera esta situación como por ejemplo: al reconocer el
carácter mercantil de la compra de un establecimiento comercial (artículo 3 N2 del C. de
Comercio); al referirse al seguro de un establecimiento (artículo 524 inciso 1 del C. de Comercio),
o al reglamentar una ejecución que recaiga sobre un establecimiento de comercio (artículo 444 del
C. de Procedimiento Civil).
Tributariamente, si una persona cesa en sus actividades por venta, cesión o traspaso a
otra de sus bienes, negocios o industrias, el adquirente será fiador de las obligaciones
impositivas impagas correspondientes a lo adquirido y que afecten al vendedor o
cedente. (artículo 71 inciso 1, Código tributario).
-Deudas previsionales.-
El fundamento de este artículo es muy similar al del caso anterior. Permite conocer,
además, cuales son los bienes que son de propiedad de la mujer cuando ésta tiene la
calidad de comerciante.
3 “De los documentos justificativos de los haberes del hijo o pupilo que está bajo
potestad del padre, madre o guardador”.
El caso de este número se refiere a las personas que administran bienes que deben
restituir a sus pupilos cuando éstos alcancen la debida capacidad. La medida se
justifica, ya que estos administradores, con los bienes que administran, pueden
aparentar una solvencia que no tienen, provocando con ello error a quienes tienen la
calidad de acreedores.
Al efecto el artículo 23 del Código de Comercio señala: “La toma de razón de los
documentos especificados en el artículo anterior deberá todo comerciante
hacerla efectuar dentro del término de quince días, contados, según el caso,
desde el día del otorgamiento del documento sujeto a inscripción, o desde la
fecha en que el marido, padre o madre o guardador principie a ejercer el
comercio”.
c.- Seguro: en esta materia ayuda a la determinación y ajuste de las pérdidas y, por ende,
del valor de la indemnización.
e.- Quiebra: se presume fraudulenta la quiebra, entre otros casos, si el fallido no tiene
libros de contabilidad o si los llevaba sin la regularidad exigida por la ley, o si oculta o inutiliza
los libros.
Libros Obligatorios.
Libros Facultativos.
Es aquél en que se asienta por orden cronológico y día por día las operaciones mercantiles que
ejecuta el comerciante, expresando detalladamente el carácter y circunstancia de cada una de
ellas. (Artículo 27 del Código de Comercio). A través de él se asientan todas las operaciones
mercantiles que ejecuta el comerciante.
Si el comerciante lleva libro auxiliar de caja y facturas, puede omitir en el diario el asiento
detallado.
La ley no lo define, pero en contabilidad se entiende como tal el libro en que se llevan varias
cuentas, que se abren a diversas personas con las cuales el comerciante mantiene negocios,
que se denominan cuentas personales; a los objetos particulares que forman parte de sus
negocios o cuentas reales; y las cuentas de orden, en las que se registran o asientan valores
recibidos en forma transitoria o permanente que no pertenecen al negocio. En esta cuenta se
asientan los valores en depósito o garantía y que no inciden en las utilidades o pérdidas del
negocio. (Jaime de Solminihac Iturra, Compendio de Derecho Comercial, Volumen I, página
205, año 1996).
Este libro vendría a ser una especie de índice del libro diario.
.
3. El Libro de Balances.-
Este libro debiera llamarse más propiamente Inventario y Balances por empezar
precisamente por un inventario de los bienes de un comerciante.
El artículo 29 del Código de Comercio señala: "Al abrir su giro, todo comerciante
hará en el libro de balances una enunciación estimativa de todos sus bienes, tanto
muebles como inmuebles, y de todos sus créditos activos y pasivos". (inventario).
“Al fin de cada año formará en este mismo libro un balance general de todos sus
negocios, bajo las responsabilidades que se establecen en el libro IV de este
Código”. (Hoy Ley de Quiebras N18.175).
Como queda claro, este libro tiene un doble fin: el inventario de los bienes físicos
con valores de tasación (activo) y balance anual (resumen de activo y pasivo).
a) Los libros de contabilidad deben llevarse en lengua castellana (artículo 26 del Código de
Comercio).
b) Deben cumplir con las leyes tributarias vigentes. (Timbraje de libros por el S.I.I.,
rubricados y visados por el mismo Servicio).
c) Deben cumplir con ciertos requisitos formales, establecidos en forma negativa por el
artículo 31 del Código de Comercio, que señala: “Se prohibe a los comerciantes:”
"1 Alterar en los asientos el orden y fecha de las operaciones descritas;"
"2 Dejar blancos en el cuerpo de los asientos o a continuación de ellos;"
"3 Hacer interlineaciones, raspaduras o enmiendas en los mismos asientos;"
"4 Borrar los asientos o parte de ellos;"
"5 Arrancar hojas, alterar la encuadernación y foliadura y mutilar alguna parte de los
libros;"
Y el artículo 32 aclara a este respecto: “Los errores y omisiones que se cometieren al formar
un asiento se salvarán en otro nuevo en la fecha en que se notare la falta”. (Ver, además, el Art.
17 del Código Tributario).
d) Deben llevar contabilidad en moneda nacional. (Ver el Art. 18 del Código Tributario).
VALOR PROBATORIO DE LOS LIBROS DE CONTABILIDAD.-
Para determinar el valor probatorio de los libros de contabilidad debemos hacer una
distinción en cuanto al sentido en que se invoquen los libros, éstos pueden invocarse a favor
o en contra del comerciante que los lleve.-
a) Prueba de los libros de contabilidad en contra del comerciante que los lleva.-
En esta materia rige lo dispuesto en los artículos 38 y siguientes del Código de Comercio.
“Los libros hacen fe en contra del comerciante que los lleva, y no se le admitirá prueba que
tienda a destruir lo que resultare de sus asientos”. Es un principio general del derecho, ya
que nadie puede quejarse de que valgan en su contra los documentos que emanan de ella
misma. Estas anotaciones constituyen una verdadera confesión escrita de la parte de quien
emanan.
No se requiere en este caso que se trate de un juicio entre comerciantes ni tampoco que se
trate de un juicio mercantil para ambos. Bastará que lo sea respecto de aquél contra quien
se pide la exhibición.
Si una de las partes presenta sus libros y la otra no lo hace, hacen plena prueba los libros presentados. Al
respecto, el artículo 33 del Código de Comercio dispone: “El comerciante que oculte alguno de sus libros,
siéndole ordenada la exhibición, será juzgado por los asientos de los libros de su colitigante que estuvieren
arreglados, sin admitírsele prueba en contrario”.
Si los libros están en desacuerdo (una partida aparece en los libros de uno, pero no en la del otro o existen
diferencias entre ambos) se trata de prueba contradictorias y al tener igual fuerza probatoria se destruyen. Sin
perjuicio que se pueda recurrir a otros medios de prueba. Dice así el artículo 36 del Código de Comercio: “Si los
libros de ambas partes estuvieren en desacuerdo, los tribunales decidirán las cuestiones que ocurran según el
mérito que suministren las demás pruebas que hayan rendido”.
Si alguno de los libros adolece de alguno de los vicios enumerados en el artículo 31 del Código de Comercio, no
tendrán valor para el comerciante que los presenta y si existen diferencias con los libros presentados por la
contraria, llevados conforme a la ley, serán decididos por libros de esta última. Al respecto, el artículo 34 del
Código de Comercio dispone lo siguiente: “Los libros que adolezcan de los vicios enunciados en el artículo 31 no
tendrán valor en juicio a favor del comerciante a quien pertenezcan, y las diferencias que le ocurran con otro
comerciante por hechos mercantiles, serán decididas por los libros de éste, si estuvieren arreglados a las
disposiciones de este Código y no se rindiere prueba en contrario”.
Juramento deferido:
El artículo 37 del Código de Comercio contempla una situación especial. Se trata del caso en que una de las
partes ofrece pasar por lo que digan los libros de la contraria y ésta se niega a exhibirlos sin motivo suficiente.
Entonces, el mismo tribunal puede deferir el juramento supletorio, esto es: tener por cierto lo que declare bajo
juramento la parte que estuvo por someterse al contenido de los libros de la contraria..
Indivisibilidad del valor probatorio.-
a) Para fines tributarios: el S.I.I. puede verificar la exactitud de las declaraciones de los contribuyentes
con el examen de los balances, documentos y libros de contabilidad. (artículo 60 del Código Tributario).
c) Como medio probatorio en juicio. (Art. 42 y 43 del Código de Comercio y 273 N4, 277 y 349 del
Código de Procedimiento Civil). En estos casos el examen debe reducirse a las partidas que tengan relación
directa con la cuestión debatida, no pudiendo extenderse o exigirse una:
- Exhibición total: Que sólo procede en cuatro casos: (Ver Arts. 41 y 42 del C. de Comercio).
Sucesión universal, cuando fallece un comerciante sus herederos pueden pedir la exhibición general de los libros
de contabilidad.
Comunidad de bienes.
Liquidación de sociedades legales o convencionales.
En caso de quiebras.
- Exhibición parcial: Es la norma general y se limita a los asientos que tengan relación necesaria con el juicio;
se practica por el Juez personalmente en presencia del dueño o la persona que éste comisione, y en el lugar
en que se lleven los libros de contabilidad. (Ver Arts. 43 del C. de Comercio, 273 Nº 4 y 349 del C. de P. Civ)
Conservación de los libros de contabilidad.
Tratándose de una persona natural, la profesión de comerciante termina por su muerte o por
su retiro de los negocios; en el caso de una sociedad termina por su disolución y liquidación
total.
Sin embargo si bien termina el giro mercantil, sus consecuencias, o sea las obligaciones del
comerciante, subsisten mientras no estén totalmente liquidadas y los acreedores conservan
sus acciones mientras los créditos no hayan sido extinguidos.
El artículo 52 N1 de la citada Ley expresa que el ex comerciante también puede ser
declarado en quiebra por sus obligaciones mercantiles contraídas cuando era comerciante.