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• Para
• El apóstol mostrar • Un testigo de
Pablo nuestro Dios es aquel
dijo que agradeci que tiene un
testimonio a
su vida miento. primera mano
era digna de lo que Dios
de ha hecho en
su vida o en la
imitarse vida de los
porque el suyos y tiene
la obligación
seguía a de testificar
Jesús. sobre eso que
Dios ha hecho.
DOS PUERTAS DOS
DIFERENTES DESTINOS
La mayoría de personas escogen entrar por la puerta ancha y seguir el camino
espacio que les ofrece una vida de placeres y riquezas sin saber que este conduce a
la condenación eterna.
El que entra por la puerta estrecha y sigue el camino angosto se ve expuesto a lo
largo de su vida a dificultades y negaciones, pero su fin es la vida eterna.
Por este motivo la vida cristiana es comparada muchas veces con una batalla.
NECESIDAD DE TESTIFICAR
La persona que NO CREE en El ha rechazado EL UNICO MEDIO que le puede salvar de la
condenación que todos merecemos por nuestros pecados.
“YA HA SIDO CONDENADO” el que no cree en Cristo significa que como incrédulo no tiene
ninguna esperanza de salvación.
NO significa que ya recibe el castigo sino que el castigo futuro
es inevitable mientras no crea en Cristo.
Siendo una persona nueva en
Cristo, Dios le encomendó una
misión especial nombrándole a
usted su embajador.
Como embajador, ¿cuál es la
misión que Dios le ha
encomendado, según 2 Corintios
5:20?
¿Qué es un embajador? Es un agente diplomático de primera clase
que representa al Estado, al jefe del Estado y al Gobierno que lo
nombra cerca de otro Estado. Nosotros somos embajadores de
Cristo. Estamos en un país extranjero. Pedro dijo que nosotros
somos peregrinos y extranjeros en esta tierra. Pablo en su
epístola a los Filipenses, capítulo 3, versículo 20, dijo: "Pero
nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo". O sea
que, ya que nuestra ciudadanía está en los cielos, nosotros somos
embajadores aquí en la tierra.
Luz del mundo
Los cristianos somos invitados formalmente a ser luz para
los demás.
Se trata de que seamos luz con nuestra vida, para los que
nos rodean y nos ven.
Se trata de que seamos testigos de esperanza y del
verdadero sentido de la vida, en medio de una sociedad
secularizada en la que se está perdiendo el sentido de
Dios. Que seamos luz para tantas personas
desorientadas, que viven en crisis, en la oscuridad o en
la penumbra existencial.