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Curso: Morfofisiologia General

Fisiología sanguínea

PROF. JUAN CARLOS DÍAZ VEGA MC.


LA SANGRE
Funciones de la sangre
POR LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA VIAJAN TRES TIPOS DE CÉLULAS
. 1.- Los glóbulos rojos (GR)
Sinonimia: Hematíes, Eritrocitos. Constituyen aproximadamente el 40% del volumen sanguíneo.

Se producen en la médula ósea por un proceso denominado eritropoyesis.


Son células en forma de disco bicóncavo que no tienen núcleo.

En la sangre hay normalmente entre 4 y 5,5 millones por milímetro cúbico (mm3). Viven unos 120 días.

Su tamaño es de unas 8 micras (8 milésimas de milímetro).

Su función es transportar el oxígeno desde los pulmones hasta las células de todos los tejidos corporales. Para ello utilizan una
proteína llamada hemoglobina (Hb), que contiene hierro y es capaz de trasportar moléculas de oxígeno. La hemoglobina es lo que
da el típico color rojo a los hematíes.

Cuando por alguna enfermedad hay falta de hematíes en la sangre se padece de anemia (<10mgr/dl)

El índice hematocrito es un indicador sobre el porcentaje de glóbulos rojos que hay en la sangre por unidad de volumen; lo normal
esta entre 42% y 50% en hombres y entre el 38% y 47% en mujeres.

Las características de la membrana de los hematíes definen los grupos sanguíneos.


ERITROPOYESIS: GLOBULOS ROJOS
2.- GLÓBULOS BLANCOS O LEUCOCITOS
Los glóbulos blancos o leucocitos forman parte de los efectores celulares del sistema inmunológico, siendo células
con capacidad migratoria, utilizan la sangre como vehículo para acceder a diferentes partes de la biología. Los leucocitos son
los encargados de destruir los agentes infecciosos y las células infectadas, y también secretar sustancias protectoras como los
anticuerpos, combatiendo las infecciones.
El conteo normal de leucocitos está en un rango entre 4.500 y 11.500 células por mm³ (o microlitro) de sangre, variable según
las condiciones fisiológicas (embarazo, stress, deporte, edad, etc.) y patológicas (infección, cáncer, inmunosupresión, aplasia,
etc.). El recuento porcentual de los diferentes tipos de leucocitos se conoce como "fórmula leucocitaria". Ver Hemograma más
adelante.

Según las características microscópicas de su citoplasma (tinctoriales) y su núcleo (morfología) se dividen en:
los granulocitos o células polimorfonucleares: que son los neutrófilos, basófilos y eosinófilos; poseen un núcleo polimorfo y
numerosos gránulos en su citoplasma con tinción diferencial según los tipos celulares; y
los agranulocitos o células monomorfonucleares: que son los linfocitos y los monocitos; sin gránulos en el citoplasma y con
núcleo redondeado.
Granulocito
Neutrófilos: presentes en sangre entre 2.500 y 7.500 células por mm³. Son los más numerosos, ocupando un 55% a 70% de los
leucocitos. Se tiñen pálidamente, de ahí su nombre. Se encargan de fagocitar sustancias extrañas (bacterias, agentes externos, etc.)
que entran en el organismo. En situaciones de infección o inflamación su número aumenta en la sangre.

Basófilos: se cuentan de 0.1 a 1.5 células por mm³ en sangre, comprendiendo un 0.2-1.2% de los glóbulos blancos. Presentan una
tinción basófila, lo que los define. Segregan sustancias como la heparina, de propiedades anticoagulantes, y la histamina que
contribuyen con el proceso de la inflamación.

Eosinófilos: presentes en la sangre de 50 a 500 células por mm³ (1-4% de los leucocitos) Aumentan en enfermedades producidas
por parásitos, en las alergias y en el asma.
Agranulocitos o células monomorfonucleares

Monocitos: Conteo normal entre 150 y 900 células por mm³ (2% a 8% del total de glóbulos blancos). Esta cifra se eleva casi
siempre por infecciones originadas por virus o parásitos. También en algunos tumores o leucemias. Son células con núcleo
definido y con forma de riñón. En los tejidos se diferencian hacia macrófagos o histiocitos.

Linfocitos: Valor normal entre 1.300 y 4000 por mm³ (24% a 32% del total de glóbulos blancos). Su número aumenta sobre todo
en infecciones virales, aunque también en enfermedades neoplásicas (cáncer) y pueden disminuir en inmunodeficiencias. Los
linfocitos son los efectores específicos del sistema inmunológico, ejerciendo la inmunidad adquirida celular y humoral. Hay dos
tipos de linfocitos, los linfocitos B y los linfocitos T.
Los linfocitos B están encargados de la inmunidad humoral, esto es, la secreción de anticuerpos (sustancias que reconocen
las bacterias y se unen a ellas y permiten su fagocitocis y destrucción). Los granulocitos y los monocitos pueden reconocer
mejor y destruir a las bacterias cuando los anticuerpos están unidos a éstas (opsonización). Son también las células
responsables de la producción de unos componentes del suero de la sangre, denominados inmunoglobulinas.
Los linfocitos T reconocen a las células infectadas por los virus y las destruyen con ayuda de los macrófagos. Estos
linfocitos amplifican o suprimen la respuesta inmunológica global, regulando a los otros componentes del sistema
inmunológico, y segregan gran variedad de citoquinas. Constituyen el 70% de todos los linfocitos. Tanto los linfocitos T
como los B tienen la capacidad de "recordar" una exposición previa a un antígeno específico, así cuando haya una nueva
exposición a él, la acción del sistema inmunológico será más eficaz.
3.- Las plaquetas o trombocitos.
Son partículas (no propiamente células) que participan en la coagulación de la sangre. Son necesarias para taponar rápidamente las
heridas e impedir hemorragias. Se fabrican en la médula ósea. Tienen un tamaño de 3 o 4 micras, son de forma oval y no tienen núcleo.
Suele haber entre 140.000 y 450.000 plaquetas por milímetro cúbico.
Hay una enfermedad hereditaria llamada HEMOFILIA que consiste en un déficit en la coagulación de la sangre.
Coagulación sanguínea:

La coagulación sanguínea es el proceso por el que diversos componentes de la sangre líquida se transforma en un material
semisólido: el coágulo sanguíneo, constituido por células sanguíneas incluidas en una malla de fibrina; esta última se forma a
partir de proteínas plasmáticas, sobre la base de un conjunto complejo de reacciones.
Son muchos los factores que participan en la reacción de cascada que da origen a la formación de fibrina. Los factores de la
coagulación se enumeran a continuación:
Precisando definición
Recordar
GRUPOS SANGUÍNEOS – SISTEMA ABO
El Sistema ABO: Se han descrito cuatro combinaciones esenciales de hematíes y plasma, que definen los cuatro grupos
sanguíneos que se conocen con las letras O, A, B y AB.
En cada uno de los grupos descubiertos, los hematíes tienen en su superficie una sustancia (antígeno), que es diferente a
cada grupo.
El grupo A tiene el antígeno A, el grupo B tiene el antígeno B, el grupo AB tiene los dos antígenos y el grupo O no tiene
antígeno.
En el año 1940, se detecta la existencia de un nuevo antígeno en la membrana de los hematíes de la mayoría de la población. Este
antígeno es llamado Rh, ya que las primeras investigaciones se llevaron a cabo experimentando con un simio del tipo Macaccus
Rhesus.
Se observó que al inyectar hematíes humanos a estos simios, producían un anticuerpo que era capaz de reaccionar aglutinando los
hematíes en el 85% de la población. Se denominan Rh positivos los hematíes que son aglutinados por este anticuerpo y tienen, por
tanto, el antígeno Rh en la superficie. Se denominan Rh negativos los que no son aglutinados y que, por tanto, no poseen el
antígeno Rh en su superficie. De la misma manera que en el sistema ABO, en el sistema Rh no se puede transfundir el antígeno Rh a
las personas que no lo tienen, ya que podría originar la producción de anticuerpos Rh en el receptor.

Los sujetos Rh negativos sólo podrán recibir sangre de donantes Rh negativos. Este sistema explica la enfermedad
hemolítica del recién nacido. Esta enfermedad, de aparición habitual en el segundo hijo, podía incluso llegar a provocar la
muerte de éste.

Cuando la madre es Rh negativa, el padre Rh positivo y el bebé Rh positivo, éste último puede estimular la producción de
anticuerpos de la madre, ya que los glóbulos rojos del hijo pasarán por la placenta a la madre. Son los anticuerpos anti-Rh, que
podrían reaccionar contra los hematíes del hijo. Esta enfermedad, hoy en día, se puede prevenir mediante la vigilancia sistemática
de las embarazadas Rh negativas y administrándolas adecuadamente la inmunoglobulina anti-Rh.
En las transfusiones, tanto el donante como el receptor deben pertenecer al mismo grupo sanguíneo ABO y Rh. Sólo
excepcionalmente, se puede transfundir sangre de otros grupos compatibles.
GRACIAS POR SU ATENCIÓN

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