El manuscrito Son dos las vías más comunes en que una obra llega a manos de un editor. La primera es cuando un autor hace llegar su obra a una editorial a través de canales oficiales, para ser evaluada y analizar su eventual publicación. La segunda es cuando el manuscrito es solicitado por el editor, ya sea porque este se lo ha encargado o bien porque conoce al autor o tienen contactos en común.
En cualquiera de los casos, el autor debe saber que hay una serie de consideraciones para evaluar su obra, y solo una de ellas es la calidad literaria.
Resulta recomendable que todo autor conozca el catálogo de la
editorial a la que presenta su manuscrito, puesto que toda casa tiene determinado a qué lector quiere llegar, y evaluará los manuscritos que reciba a partir de esa definición. El manuscrito Tal definición, el lector al que la editorial quiere llegar, determina el catálogo editorial, el tipo de libros que se publican, y que puede diferir entre una editorial y otra.
Por lo tanto, el editor va a analizar la obra en cuanto tal: la calidad
de su contenido, su estructura y su estilo, pero también la analizará proyectándola “hacia fuera”: qué características la diferencian o la hermanan de otros libros de la misma editorial o de la competencia. Cuál es su singularidad, el potencial de su autor, la virtud del tema en sí, su valor literario, su valor comercial.
El primer cedazo suele ser, justamente, el calce o no del manuscrito
con el catálogo de una editorial. Puede que un buen libro sea descartado porque esa editorial no publica libros de ese género. El manuscrito En las grandes editoriales, la labor de lectura de originales o manuscritos suele ser delegada a lectores profesionales externos, quien hará las recomendaciones específicas sobre si publicar o no.
Ese lector profesional elabora un informe de lectura, herramienta
clave que determina muchas veces la contratación o rechazo de un manuscrito. Si el informe es positivo, el editor querrá leer la obra para conocerla y confirmar la elección de su informante. Si el informe es negativo, el editor hará llegar al autor una carta tipo, en la que manifestará el rechazo de la editorial bajo frases similares a esta: “Lo sentimos. Sin desmerecer el valor de su obra, esta no forma parte de nuestra línea editorial”. El manuscrito Entonces, el editor tendrá en cuenta los siguientes elementos para evaluar un manuscrito:
Si corresponde a la línea editorial.
Si cabe dentro de alguna colección específica.
Si resulta atractivo para el lector al que la editorial apunta.
Si presenta problemas de estructura, contenido, sintaxis y
ortografía. **
Si la edición, a fin de cuentas, demanda más o menos
Ley que modifica los artículos 3 5 y 7 del Decreto Supremo 150-2007-EF Texto Único Ordenado de la Ley para la Lucha contra la Evasión y para la Formalización de la Economía y los artículos 16 y 192 del Decreto Legislativo 1053 Ley General de Aduanas