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Variedad de contratos

UNIVERSIDAD
JOSÉ CARLOS
MARIÁTEGUI

Consensos generados por la realidad

IMPORTANCIA
DE LOS
CONTRATOS
ATÍPICOS

Freddy Cabana Flores


CONTRATOS TÍPICOS
Aquellos contratos que están
señalados por la ley o tienen
regulación expresa.

CONTRATOS ATÍPICOS
Aquellos contratos que no están
señalados o enunciados en la ley.
El artículo 1353 establece expresamente los
alcances de las normas contenidas en la Sección
Primera del Libro VII del Código Civil, exigiendo
que todos los contratos privados se regulen por
esta parte del Código.
Sin embargo, cuando se trate de tipos
contractuales con regulación positiva propia,
estas figuras se regirán, en principio, por su ley,
aun cuando exista contradicción entre esta y la
regulación general del contrato.
El nacimiento de los contratos atípicos es posible no solo
porque el ordenamiento lo permite, sino que la ley lo
admite porque es una necesidad insoslayable en el tráfico
económico.

Los contratos atípicos derivan en definitiva de las


cambiantes necesidades económicas, de su evolución
más rápida que los preceptos contenidos en las leyes.
Cuando las personas contratan quieren realizar un negocio, y no
el cumplimiento de un esquema contractual.

Recuérdese que el comercio rehúye ser encerrado en fórmulas


rígidas; el empresario necesita libertad para poder desarrollar su
empresa.

La libertad de empresa, la libertad de contratar y la libre


competencia, constituyen la esencia del mercado y la garantía
de su dinamismo. Todo esto se combina con los avances
tecnológicos a los que no puede escapar el Derecho y, por lo
tanto, el contrato.
La contratación habrá de seguirle el paso a esta realidad. Los
contratos de nuestra hora no se ocupan tanto, como antaño, de la
transferencia de bienes, hoy los negocios se basan en servicios,
en intangibles.

Esta realidad penetra en el Derecho y obliga a extender las


fronteras del contrato. Estamos seguros de que este siglo nos trae
también un nuevo concepto de contrato, renovado, dinamizado
por el contrato atípico.
Como se expresó, sin duda todo contrato deja una parte del
negocio sin regular, porque no hay contrato perfecto; esa parte
queda librada a la regulación que el Derecho hace de ella.

De esta manera, todo contrato se compone de dos partes: del


texto contractual y del contexto legal que lo integra y lo
completa.

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