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1. Ártica
2. Subártica
2 3. Costa Pacífico Norte
4. Meseta
5. California
3 6. Gran Cuenca
4 7. Desierto del Suroeste
9 8. Llanuras
9. Bosques Orientales
6
5 7
10. Valle Central
8 11. Costa del Golfo
12. Valle de Oaxaca
10 13. Maya
14. Confluencias
12 11 15. Caribe y Antillas
13 15 16. Andes Septentrionales
14 17. Andes Peruanos
18. Amazonia
16 19. Selva Atlántica
20. Andina Meridional
18 21. Gran Chaco
17 22. Pampa
19 23. Patagonia
20 21
22
La sociedad taína se dividía en dos grupos: los caciques y los campesinos. Esta estratificación tenía un origen
mítico y era la fuente del poder de los caciques, pero, en la vida cotidiana las diferencias sociales se reducían a
las funciones que cumplía cada grupo y no poseían un fundamento económico. Los taínos poseían una serie de
herramientas y utensilios de madera, piedra y concha que servían para las labores agrícolas, artesanales, la caza
y la pesca. También se han encontrado restos de cerámica, pilares, columnas y plazas que revelan un
significativo grado de complejidad cultural. Entre los enseres propiamente taínos que se integraron con facilidad
en la vida diaria de los marineros españoles estaba la hamaca. El nombre de taínos les fue dado por los
españoles y significa “bueno o noble” en arahuaco. Tenían un lenguaje cargado de poesía, ligado a su
permanente interacción con la naturaleza, hablaban pausado, buscando las relaciones personales. Al arco iris, lo
llamaban “serpiente de collares”, al cielo “mar de arriba”, el rayo era “el resplandor del la lluvia”, al amigo lo
llamaban “mi otro corazón”, y al alma “el sol del pecho”, para pedir perdón, decían “olvido”. Las casas de los
tainos eran de dos tipos: los bohíos de planta circular y techo cónico; y los de planta rectangular, con pórtico y
techos dobles, donde vivían los caciques. Generalmente, las aldeas se agrupaban en torno a una plaza o
plataforma para el juego de pelota llamada batey. Allí se celebraban las principales festividades, como los
areítos que eran cantos y bailes colectivos y la ceremonia de la cohoba.
Culturas, etnias y cronología aproximada de poblamiento de las Antillas
CULTURAS/ETNIAS DEL ÁREA DE FECHAS APROXIMADAS DE MIGRACIÓN SITIOS DE ASENTAMIENTO EN LAS
LAS ANTILLAS O EL CARIBE HACIA LAS ANTILLAS ANTILLAS (NOMBRES ACTUALES)
Ostinoide o Sub-Taínos 1.500 a 200 a.C. Trinidad, Islas Vírgenes Puerto Rico,
República Dominicana, Haití, Cuba,
Jamaica, Bahamas.
Teotihuacanos
La cultura Teotihuacana fue una civilización prehispánica de Mesoamérica que se desarrolló entre los siglos I
a.C hasta el siglo VIII d.C. Teotihuacán fue una importante ciudad comercial gracias a su abundante
producción agrícola y a los yacimientos de obsidiana. La zona arqueológica de Teotihuacán está situada a
unos 30 kilómetros al noreste de la actual Ciudad de México y fue una de las primeros centros metropolitanos de
las Américas. La religión de los Teotihuacanos era similar a los de otras culturas precolombinas de Mesoamérica,
eran politeístas, existían diversos dioses con diferentes funciones. Los Teotihuacanos practicaron los sacrificios
humanos y animales, según los hallazgos arqueológicos hallados en sus pirámides.
Cultura Mixteca
Otra de las civilizaciones que floreció en Mesoamérica prehispánica fue la mixteca, la
cual se desarrolló dentro de una región extensa que comprendía la Sierra Madre del
Sur en los actuales estados de Oaxaca, Puebla y Guerrero, en un periodo
comprendido del 1.500 a.C. a 1.523 d.C. aproximadamente. Los mixtecos son uno de
los pueblos más antiguos de Mesoamérica y su lengua pertenece al grupo de
lenguas mixtecanas, emparentadas con el zapoteco y el otomí. Existen indicios de
ocupación humana en la zona Mixteca desde el quinto milenio antes de la era
cristiana; sin embargo, sólo después del desarrollo de la agricultura en Mesoamérica
inició el proceso que dio origen a la cultura mixteca prehispánica. Alrededor del tercer
milenio antes de la era cristiana aparecieron los primeros poblados agrícolas en la
región, cuya economía estaba basada en los cuatro cultivos mesoamericanos
básicos: el chile, el maíz, el frijol y la calabaza. Dos mil años más tarde, en pleno
período Preclásico Medio, la Mixteca fue el escenario de una revolución urbana,
donde los núcleos de población crecieron y se integraron en la amplia red de
intercambios que unió a los pueblos mesoamericanos. Como la mayor parte de las
sociedades mesoamericanas, los mixtecos no formaron una unidad política en la
época prehispánica, sino que estaban organizados en pequeños Estados, compuestos
por varias poblaciones enlazadas por relaciones jerárquicas.
La civilización Azteca
La civilización azteca o mexica, se desarrolló en el territorio correspondiente del actual México.
El idioma azteca era el Náhuatl, los Aztecas se desarrollaron en Mesoamérica desde,
aproximadamente el año de 1.325 hasta el 1.521 d.C., fecha de la conquista de México por parte
de los españoles comandados por Hernán Cortés, quienes derrotaron a los aztecas y destruyeron
su civilización. El control político del populoso y fértil valle de México fue confuso después del año
1.100 d.C. Gradualmente, los aztecas, una tribu del norte , asumirían el poder después del año
1.200 d.C. Eran un pueblo de América del Norte y pertenecían al grupo nativo Náhuatl. A los
aztecas también se les llama Mexicas, de ahí el nombre México. El pueblo azteca migró hacia el
valle de México o Anáhuac a principios del siglo XIII y se asentaron, inicialmente, en la isla
mayor del lago de Texcoco, siguiendo instrucciones de sus dioses para establecerse donde
viesen una águila posada en un cactus, devorando una serpiente. A al asentarse, los aztecas
formaron alianzas con otras dos ciudades: Texcoco y Tlaxcoapan, contra otro pueblo llamado
Azcapotzalco, lo derrotaron y continuaron sus conquistas a otras ciudades del valle durante el
siglo XV, cuando controlaron todo el centro del valle de México formaron una confederación que se
conoce como el Imperio Azteca, cuya base económico-política era el modo de producción
tributaria. A principios del siglo XVI, sus dominios se extendían de costa a costa, teniendo al norte
a los desiertos norteamericanos y al sur al territorio de los Mayas. El imperio Azteca estaba
formado por una organización estatal que sobrepasó militarmente a diversos pueblos y
comunidades de Mesoamérica, alcanzaron un alto grado de sofisticación tecnológica y cultural,
eran gobernados por una monarquía electiva y se organizaron en diferentes clases sociales, tales
como nobles, sacerdotes, guerreros, comerciantes, agricultores y esclavos. Además de tener
una escritura pictográfica y dos calendarios, uno astronómico y otro litúrgico, su civilización tuvo un
final abrupto con la llegada de los españoles, a comienzos del siglo XVI, los aztecas se
convertirían en aliados de Hernán Cortés en el año 1519. Uno de los principales aliados de los
mexicas, fueron los habitantes de Texcoco, y su rey o Tlatoani, Nezahualcóyotl ganó reputación
de sabio y obtuvo fama como poeta.
Nezahualcóyotl (1402-1472) escribió numerosos poemas que se dice se conservaban
en la Antigua Biblioteca de Texcoco, entre ellos el más conocido es el siguiente
Amo el canto del cenzontle,
pájaro de las cuatrocientas voces.
Amo el color del jade,
y el enervante perfume de las flores,
pero lo que más amo es a mi hermano,
el hombre.
Formativo/Periodo inicial 2.500 - 1.300 a.C. Comienzan a establecerse aldeas cercanas al mar, mayor concentración humana, economía
común, cultivo de algodón, técnicas textiles y ausencia de cerámica, primeros Centros
Ceremoniales que aumentan en importancia y cantidad. Aparecen representaciones de caras con
aspecto felino y grandes colmillos y cabezas de serpientes. Estos centros habrían sido la base de
Chavín, la primera gran cultura andina. Centros Ceremoniales: Cerro Sechín, Kotosh, Huaca
de los Reyes, Huaca Garagay.
Formativo/Horizonte 1.300 a.C. - 100 d.C. Todos los elementos básicos de la alta cultura: agricultura desarrollada, cerámica generalizada,
aparición de monumentos arquitectónicos importantes, establecimiento de jerarquías sociales.
Temprano Los elementos culturales e iconográficos generados desde la época pre-chavín se consolidan
para ser heredados por todas las culturas andinas que les sucedieron a través de 3.000 años de
desarrollo cultural ininterrumpido.
Culturas de referencia: Chavín, Paracas.
Horizonte Medio/ 100 -1.000 d.C. Al reducirse la influencia de Chavín de Huántar, resurgen las culturas locales pero con un
marcado criterio militarista.
Desarrollos Regionales En una primera etapa, las culturas evolucionan hacia un marcado regionalismo que las diferencia
claramente, auge en los logros socio-económicos y artesanales, gran estratificación social y
creciente belicismo.
Horizonte 700 – 1.200 d.C. Hacia el año 700 d.C., comienza la Expansión Wari, que integra culturalmente al mundo andino
bajo nuevos patrones impuestos, surge el primer imperio de la zona andina. Culturas de
Medio/Expansión Huari referencia:
Virú, Mochica o Moche, Recuay, Nazca, Lima, Cajamarca, Wari, Lambayeque.
Horizonte Tardío 1.000 – 1.532 Al desaparece el poder centralista ejercido por el imperio Wari, resurgieron las culturas
regionales con renovado vigor. Al concepto mítico-religioso uniforme de la etapa anterior, se
contrapuso el tiempo de las creencias individuales que habían sobrevivido subyacentes a las de
este imperio. Este periodo se caracteriza por la fragmentación política y cultural del mundo
andino. En cada región de los Andes surgen diversos reinos y señoríos que tienen un área de
influencia focalizada, son Estados o curacazgos militaristas que luchan por consolidarse en sus
regiones y, eventualmente expandirse.
Período Imperial 1.438 – 1.532 Uno de esos señoríos, el de los Incas, prevalece sobre los demás, y a partir de 1438 comienza la
construcción del Imperio Inca. Culturas de referencia::
Chimú, Chancay, Chanca, Chincha, Inca.
Vista del sitio de Caral-Supe en el actual Perú. La cultura Caral se desarrolló entre 3000 y 1800 a. C. . Período Arcaico Tardío
y Formativo Inferior, es decir, fue contemporánea de otras civilizaciones primigenias como las de Egipto, India, Sumeria,
China, pero a diferencia de ellas, que intercambiaron sus logros, se desarrolló en completo aislamiento. En América, es la
más antigua de las civilizaciones prehispánicas, superando en 1500 años a la civilización Olmeca, otro importante foco
civilizatorio situado en Mesoamérica.
Estela llamada “El Lanzón”, ca.
900 a.C. Edificio B, Chavín de
Huántar.
Ornamento de la nariz, c. 500-200 a. C., Chavín de Huántar, tallado en oro, 2,3 cm de altura, Museo de Arte de
Cleveland.
Cultura Wari. Fardo funerario, ca. 600-850 d.C.
Cultura Lambayeque o Sicán, ca. 900-1.200 d.C. Máscara en oro,
Machu Picchu : Templo del Sol, también llamado "Torre del reloj". Las piedras de sus paredes construidas por
los Incas, pueden moverse ligeramente y reasentarse, sin que lse derrumben durante un movimiento sísmico, ca.
1200-1.400 d.C.
El Imperio Inca en los Andes Americanos
De los varios reinos que se disputaban la supremacía en la región de los Andes, los quechuas,
pueblo de posible ascendencia tiwanakota, establecieron la capital del futuro estado imperial, en
un valle para ellos sagrados que llamaron Cusco que en lengua significa "El ombligo del
mundo". Hasta el momento de su triunfo, la etnia quechua era una más de las tantas tribus que
rivalizaban entre sí en pos de la hegemonía de la región. En 1.438, Pachacútec Inca Yupanqui,
noveno gobernante del incanato, comenzó la anexión de los territorios aledaños y con ellos la
conformación del imperio del Tahuantinsuyo. En tal solo 90 años como estado organizado y 50
de expansión imperial, llegó a dominar 6.000.000 de habitantes, distribuidos en una superficie de
1.500.000 km2 y una extensión aproximada de 4.500 km. Este gran territorio abarcó desde la
costa del Pacífico hasta las tierras altas, tanto centrales como meridionales, y desde el norte del
hoy Ecuador hasta el río Maule, al sur de la actual Chile, comprendiendo el sur boliviano y el
Noroeste argentino. En 1532, cuando el Tahuantinsuyo se encontraba sumergido en una guerra
civil por la sucesión del poder político, llega Francisco Pizarro, captura y luego ejecuta a
Atahualpa, el último sapa inca, y marca el brusco final del Imperio Inca. De los trece sapa
inca, el primero Manco Cápac fue legendario, los seis siguientes locales; durante el reinado del
octavo Viracocha se produjo el ataque de los chancas que trataban de conquistar el Cusco.
Luego de varias batallas, en Inchubamba se libró la última batalla que aseguró la conquista
definitiva de los chancas. Desde el valle del Cusco, los incas se expandieron por toda la región
andina, formaron el Tahuantinsuyo, imperio de los "cuatro estados“: Chinchasuyu, Antisuyu,
Cuntisuyu y Collasuyu. Dos caminos constituían la espina dorsal de las comunicaciones, la
costera de 4.000 km. de longitud y el Cápac Ñan ("Camino Real") de 5.200 km. Su estructura
social fue un complejo sistema piramidal de funcionarios, en cuya cima se encontraba el Inca y
su panaca, familia real de carácter sagrado, unida por lazos de sangre; seguía la nobleza real
con innumerables privilegios, continuaba la nobleza rural de los reinos conquistados. La unidad
básica social era el ayllu, célula compuesta por un grupo de familias que poseían una parcela de
tierra asignada y a cuyo mando estaba un curaca o alcalde.
Inca, Manto ceremonial, ca. 1200 – 1400 d.C.
Quipus incas, ca. 900 1300 d.C.
Culturas del Gran Chaco
El Gran Chaco es una extensa planicie en el interior de Sudamérica, que ocupa territorios de Argentina, Bolivia,
Brasil y Paraguay. Limita al oeste con los primeros contrafuertes andinos, al sur con la cuenca del río Salado, al
este con los ríos Paraguay y Paraná y al norte con el Planalto Central o Escudo Brasileño. Incluye los Llanos de
Chiquitos (Bolivia) y el Pantanal Matogrossense (Brasil) áreas de transición entre el Gran Chaco y la
Amazonia, donde predominan los aspectos del bioma chaqueño. En la prehistoria del continente americano
habrían ingresado al actual territorio del Gran Chaco grupos de cazadores y recolectores que alcanzaron el
extremo sur patagónico y la Tierra del Fuego. Posteriormente ingresaron otros pueblos con una cultura del
Paleolítico Superior de grandes cazadores y guerreros de recia contextura física que ocuparon toda la región
patagónica y pampeana, por lo cual se les dio el nombre genérico de Pámpidos o Patagónicos. Su actividad
principal era la caza de los grandes animales de la llanura, como el guanaco, el puma, el venado y el zorro, y no
se descarta su convivencia con animales prehistóricos ya extintos como el gliptodonte y el megaterio, entre otros.
La región puede definirse como una llanura boscosa que se extiende desde latitudes tropicales hasta ambientes
subtropicales, incluye múltiples climas y relieves que dan origen a diversos hábitat: desde esteros y bañados,
pastizales y sabanas secas e inundables, hasta salitrales, serranías, ríos de llanura y de montaña, y una gran
variedad de bosques. Pertenece a las planicies centrales del continente que forman las regiones más extensas y
menos pobladas. Se trata de un área rica en términos de biodiversidad y los quechuas llamaban "chacu" a los
grupos que se reunían para cazar vicuñas y guanacos, el español corrompió el nombre en "chaco". Gran parte
del territorio permaneció anegado hasta el año 7.000 a.C. y la presencia de los. primeros cazadores se ha
detectado hacia el año 3.000 a.C; paulatinamente se fueron poblando los diferentes ambientes desarrollándose
culturas asociadas a los recursos de cada ecosistema. Tardíamente fue ocupado por grupos provenientes de la
selva tropical sudamericana llamados amazónicos y otros se "andinizaron" por el contacto con los diaguitas o
conjunto de pueblos independientes que hablaban un idioma común, el cacán. El conocimiento sobre los
pueblos indígenas del chaco, comienza a ser construido con las crónicas jesuitas del siglo XVIII. La
diversidad de estas culturas originarias, no solo está reflejada en la variedad de lenguas, las etnias aún de las
mismas familias lingüísticas, como resultado de sus ambientes particulares e influencias de grupos vecinos
presentan singularidades. La inmensidad del Gran Chaco, habría estado poblada por grupos arawak y tupí-
guaraní que se establecen en los valles de las Sierras de Aguaragüe, Ipaguazú, de Lapachal y de Durán. Al
producirse los primeros contactos con los españoles, el hábitat de los chané se encontraba ubicado en la región
del Chaco Boreal, es decir, en el actual territorio boliviano, y en los últimos contrafuertes de la Cordillera Oriental,
y su límite más austral era la zona de los ríos Itaú, Caraparí y Pilcomayo.
Los aborígenes chané del Chaco Boreal procedían de grupos amazónicos
perteneciente al subgrupo lingüístico Arawak que habían venido desde América
Central al Mato Grosso y desde allí al Chaco Boreal, perseguidos por la conquista de
su hábitat por parte de los Caribes. Poseían técnicas agrícolas para el cultivo y una
alfarería de gran factura, comerciaban activamente con el Incario a través del enclave
de Samaipata en el Cordillera Oriental boliviana, especie de verdadera feria franca
entre los pueblos. Esta cultura chaquense-prehispánica fue dominada por el pueblo
guaraní, los chiriguanos, que llegaron a la región en sucesivas oledas pre y
poshispánicas desde la segunda mitad del siglo XV hasta la segunda mitad del siglo
XVI. Al llegar los españoles en el Siglo XVI encontraran en el Gran Chaco un
mosaico de pueblos de diversos rasgos culturales y portadores de características
físicas también diversas. El permanente contacto bélico o pacífico con otros pueblos
de regiones vecinas, permitió que los pueblos que habitaban el Gran Chaco asimilaran
en un proceso de aculturación diversos rasgos culturales, muchos de los cuales
perduran hasta hoy. El uso de manto de pieles, el cinturón de cuero, la cuerda del arco
hecha con tiras de cuero y el paravientos portátil de estera, serían algunos elementos
culturales de origen patagónico o pámpido existentes entre los chaquenses. Estos
bienes culturales pudieron haberlos traído consigo al producirse la migración desde la
región pampeana como sostienen la mayoría de los autores. A través de los Guaraníes
y Arawacos que se ubicaron en las zonas limítrofes a la región chaqueña como la
cuenca del Paraná y el territorio Chaco-boliviano, los chaquenses asimilaron
elementos culturales como el telar, la hamaca, el uso de pinturas culturales, el
trabajo de la cestería y elementales prácticas agrícolas.
Los jesuitas en el Gran Chaco
Las misiones jesuíticas guaraníes o reducciones jesuíticas guaraníes fueron un
conjunto de treinta pueblos misioneros fundados a partir del siglo XVII por la orden
religiosa católica de la Compañía de Jesús entre los aborígenes guaraníes y pueblos
afines, que tenían como fin su evangelización y que se ubicaron geográficamente en las
actuales provincias de Misiones y Corrientes, en Argentina, -ocho- en el Paraguay y -
las siete restantes- en las denominadas Misiones Orientales, situadas al suroeste del
Brasil; todas estaban en la jurisdicción llamada Provincia Paraguarí que pertenecía al
Virreinato del Perú y que abarcaba regiones de los actuales Paraguay, Argentina,
Uruguay y partes de Bolivia, Brasil y Chile. A lo largo de la historia se tomó una
imagen idílica de la evangelización que impregnó en las artes, naciendo el término de
“barroco jesuítico”, el cual fue la idea del resultado sensitivo tanto espiritual como
visual del sincretismo que se dio entre los nativos y europeos. Sin embargo, este
enfoque no da cuenta de ciertos aspectos muy importantes como, por ejemplo, la forma
en que se acogió y percibió por parte del nativo americano tanto las artes en
general como la música en particular que le era completamente ajena, así como las
estrategias que usaron los misioneros de la Compañía de Jesús para adaptarlas a los
contextos locales, lo que se tradujo muchas veces en un contexto de contrarreforma
católica, en la incorporación en muchos casos de elementos propios de las culturas
nativas. Estos aspectos pasaron a integrar un proceso cultural y político bastante
complejo, el cual se cargó de tensiones y conflictos. A pesar de las particularidades
propias de su espacio y su tiempo las misiones generaron nuevas expresiones
culturales guaraníes tanto en la música vocal como instrumental, en el baile y en la
arquitectura y artes plásticas que son altamente apreciados hasta el presente.
El rey español Carlos III, en
1767, ordenó la expulsión de los
jesuitas de todos los dominios de
la corona de España, incluyendo
los de América y los demás
ultramarinos, la pragmática
también decretó la incautación
del patrimonio de la Compañía de
Jesús. Algunas de las misiones
jesuíticas guaraníes han sido
declaradas lugar Patrimonio de
la Humanidad por la Unesco.
Cada una de ellas se caracteriza
por un plan específico y un
diferente estado de conservación.
El hombre ha habitado el Ártico desde hace miles de años atrás, antes de nuestra era.
Una de las primeras culturas fue la Dorset. Se dice que fueron los antecesores de los
Inuit y se dedicaban mayormente a la caza y a la fabricación de herramientas. Se
extinguieron alrededor del 1500 pero en 1824 un grupo de balleneros descubrió a un
grupo de nativos a los que denominaron Sadlermiut, de los cuales en 1955 se encontró
evidencia genética de su relación con los Dorset, afirmando que eran parte de las
últimas generaciones de este pueblo. Después de la supuesta extinción de los Dorset
en 1500, los Thule, quienes llegaron por Alaska, ocuparon las zonas abandonadas por
sus antecesores. Los estudios revelan que los Thule y los Dorset tuvieron contacto con
los Vikingos en los siglos X y XI. La cultura Thule se caracterizó por crear nuevas
técnicas para la caza mediante la fabricación de novedosas herramientas como el
arpón, útil para la captura de las ballenas. Con los huesos de esos grandes mamíferos,
crearon diferentes estilos de punta de arpón para situaciones específicas. Se habrían
extinguido alrededor del año 1600 de nuestra era. Los coloquialmente llamados
esquimales, son tal vez los habitantes más conocidos culturalmente. La palabra
esquimal puede referirse a los Inuit, cultura asentada al norte de Alaska, Canadá y
Groenlandia y a los Yupik, habitantes del sur de Alaska y la península de Chukchi;
estos últimos forman parte más bien del territorio subantártico. Muchas otras culturas
nativas americanas del Norte, fuera del área que comprende el círculo polar Ártico,
mantienen similitudes en los estilos de vida y formas de supervivencia con los indígenas
árticos.
El potlatch y su práctica en las culturas del Noroeste de América del Norte
Una de las prácticas culturales y económicas de mayor interés efectuada por los
miembros de las culturas del Noroeste de Norteamérica, es el potlatch. Se trata de una
fiesta de regalos que practican los pueblos indígenas de la costa noroeste del Pacífico
de Canadá y los Estados Unidos, entre los cuales es tradicionalmente el principal
sistema económico. Esto incluye las culturas Heiltsuk, Haida, Nuxalk, Tlingit, Makah,
Tsimshian, Nuu-chah-nulth, Kwakwaka'wakw, y Salish Costera. Los potlatches
también son una característica común de los pueblos del Interior y de la Subártica
adyacente a la costa noroeste, aunque sin el ritual elaborado y la economía de regalos
de los pueblos costeros. Entre los Kwakwaka'wakw se lleva a cabo este ritual con una
reunión en ocasión de nacimientos, defunciones, adopciones, bodas y otros eventos
importantes. Por lo general, el potlatch se practicaba más en las temporadas de
invierno, ya que históricamente los meses más cálidos eran para obtener riqueza para
la familia, el clan o la aldea, luego regresaban a casa y compartían eso con vecinos y
amigos. El evento fue organizado por un numaym, o 'Casa', en la cultura
Kwakwaka'wakw. Un numaym era un grupo complejo de parientes cognáticos
generalmente encabezados por aristócratas, pero que incluían plebeyos y esclavos
ocasionales. El grupo tenía unos cien miembros y varios eran integrantes de una tribu.
La casa extrajo su identidad de su fundador ancestral, generalmente un animal mítico
que descendió a la tierra y se quitó su máscara animal, convirtiéndose así en
humano. La máscara se convirtió en una herencia familiar que se transmite de
padre a hijo junto con el nombre del antepasado. Esto lo convirtió en el líder del
numaym, y es considerado la encarnación viviente del fundador.
La práctica del potlatch fue prohibida por el gobierno canadiense en 1885 y esta prohibición duró
hasta 1951. El potlatch ha servido de modelo para la explicación de otros fenómenos culturales
aparentemente muy diferentes entre sí, como por ejemplo el modelo colaborativo y basado en el
prestigio. La ceremonia funcionaba con reglas y cuando un jefe local de una tribu actuaba como
anfitrión e invitaba a otro jefe rival y a sus seguidores con una gran cantidad de regalos valiosos.
Los huéspedes menospreciaban lo que recibían y prometían celebrar un nuevo potlatch que
dejaría al de su anfitrión en un nivel muy bajo de prestigio, mientras que el jefe anfitrión se jactaba
de todo lo que les daba y de lo pobres que eran sus rivales invitados. Herido en su amor propio, el
jefe huésped y sus seguidores prometían desquitarse e invitaban a sus rivales a un nuevo
potlatch en el que regalaban mayores cantidades de objetos de valor, que los recibidas por ellos
anteriormente, y así sucesivamente se repetía la ceremonia hasta adquirir uno de los oponentes el
mayor prestigio ante su invitado-contendor. Dado que en este juego ceremonial todo el mundo
ensalzaba su propia riqueza y desprendimiento y ridiculizaba la riqueza y la generosidad del otro,
se necesitaba la figura de un árbitro. Había especialistas independientes en el cálculo del valor de
los bienes que se entregaban en cada ceremonia que estimaban lo que se debía gastar para
igualar o superar la apuesta del contrario en cada partida. En algunas ceremonias, durante los
llamados “Festines de grasa” se quemaban los bienes, como mantas u objetos de cobre, llegando
a veces a destruir incluso las viviendas en las que se celebraba el festín. El potlatch se hizo
famoso gracias al libro “Patterns of Culture” de la antropóloga norteamericana Ruth Benedict, que
describía la ceremonia entre los Kwakiutl, una etnia indígena de la Columbia Británica. En la
época en que se publicó el libro, 1934, se pensaba que era el impulso de prestigio la causa de los
potlatch y así lo dejó escrito Benedict, que pensaba que todo el sistema económico aborigen del
noroeste del Pacífico estaba al servicio de esta obsesión. Pero otro antropólogo, Marvin Harris,
argumentaba que la situación era justamente la contraria, que era la rivalidad de estatus la que
estaba al servicio del sistema económico de los Kwakiutl. Según Harris, si se considera a todas
las aldeas Kwakiutl como una unidad, se observa que el potlatch estimulaba el flujo de objetos de
valor en direcciones opuestas, activando las economías locales.
Cronología aproximada de las culturas prehistóricas de las Américas
La Mesa 11.700 a.C. Alaska -Beringia orienta, Estados Unidos. Herramientas gruesas similares a las halladas en Dyuktai -Siberia, 14.000 años de
antigüedad.
Clovis 11.500 a.C. Clovis, Nuevo México, EE. UU. Herramientas líticas y posterior datación por carbono 14 arrojó una antigüedad de
13.500 años. Hasta las dos últimas décadas del siglo XX, se la consideró la
cultura más antigua de América; las nuevas investigaciones científicas
aportaron pruebas de culturas anteriores, generalmente llamadas Pre-Clovis.
Taima-Taima 11.000 a.C. Estado Falcón, Venezuela. Artefactos líticos de 13.000 años de antigüedad asociados con restos
descuartizados de mastodontes.
La María 11.000 a.C. Patagonia, Argentina. Vestigios de ocupación humana y manifestaciones rupestres de 13.000 años de
antigüedad
Islas Reina Carlota 11.000 a.C. Columbia Británica, Canadá. Una de las primeras paradas de poblaciones que migraban hacia el sur desde
Alaska. Al final de la Era de Hielo se elevó el nivel de las aguas, descendieron las
islas, quedando sumergidas con restos de los posibles visitantes humanos.
Monte Verde 10.000 a. C. Al sur de Puerto Montt, Chile. Utensilios y herramientas de 12.500 años de antigüedad.
Sierra de Capibara 9.000 a.C. Estado de Piauí, Brasil. Concentración de sitios arqueológicos, con pinturas rupestres y antiquísima
presencia humana estimada en, aproximadamente, 50.000 años de antigüedad.
Cuevas Fell y Pale Aike 9.000 a.C. Sur de la Patagonia, Argentina. Vestigios de presencia humana de 11.000 años de antigüedad, "fogones de
cubeta" excavados en el suelo, restos de fauna extinta como el mylodón,
elementos en piedra, proyectiles "cola de pez.
L'Anse au Meadows 1,000 a.C Isla de Terranova, Canadá. Ruinas vikingas de "La ensenada de las medusas" exhibe el primer vestigio de
asentamientos vikingos en América.
Culturas del Sur del Sur de las Américas
La Patagonia, es la región al sur de lo que hoy son Chile y Argentina, habría estado
ocupada por humanos desde hace al menos unos 12.000 años. Es un extenso territorio
que se extiende al sur del continente americano, desde la cordillera de los Andes al
océano Atlántico, presentando una gran variedad de ambientes. Es surcada por fuertes
vientos y en el territorio se alternan extensas planicies con terrazas fluviales, grandes
mesetas, profundos cañones y amplios valles donde fluyen importantes ríos. Una de las
primeras culturas patagónicas documentada es la Industria Toldense, que se
desarrolló entre el 8.400 - 5.300 a. C. Esta cultura es la de grupos de cazadores se
establecieron en cuevas naturales buscando el amparo a las inclemencias climáticas.
Las cuevas de los Toldos y del Río Pinturas ("Cueva de las Manos"), como las de
Fell y Pali Aike en Chile, revelan ocupaciones tempranas. A pesar de los 12.000 años
transcurridos desde el inicio de su ocupación humana, casi sin excepción estos
territorios se mantuvieron habitados por grupos humanos que mantuvieron hasta muy
recientemente sus características de cazadores-recolectores nómades. Del lado Oeste
de la Cordillera Andina en lo que hoy es Chile, la región se encuentra dominada por
bosques de robles, arbustos y pastos, presenta buenas condiciones para el
asentamiento humano debido a la posibilidad de recolectar elementos silvestres como
tubérculos, gramíneas, pehuén; practicar la agricultura y desarrollar la ganadería.
Existen lagos, el mar tiene gran riqueza ictícola y la cordillera de los Andes disminuye
su altura presentando pasos por debajo de los 1.000 m. que facilitaron los contactos
interétnicos con los grupos cazadores al este y al oeste de la Cordillera.
La Patagonia y La Pampa, serían los dos ecosistemas donde antes de la llegada de
los españoles y de las campañas militares de la segunda mitad del siglo XIX,
ejecutadas por los ejércitos de los nuevos estados argentino y chileno, habrían estado
ocupados por una serie de pueblos originarios. Estos han sido históricamente
denominados de forma genérica “mapuches” y los españoles los llamaron, los
“araucanos”, sin embargo, no conformaban originalmente un solo grupo
homogéneo, sino que, muy al contrario eran pueblos diversos, que poco a poco
fueron siendo absorbidos cultural y también militarmente por los araucanos, en un
largo proceso de más de doscientos años conocido como la “araucanización de las
pampas”.
La María 11.000 a. C
.
Monte Verde 10.500 a. C.
El Túnel 5..000 a. C.
La idea o concepto de cultura que subyace en varias teorías de la cultura puede obstaculizar la defensa de la igualdad entre los
individuos que, en teoría, se debe garantizar como un derecho para todos los seres humanos, independientemente de sus
culturas. Pero el hecho de que las culturas sean diferentes no implica que sean desiguales. En la necesidad de reconocer y
atender a las culturas minoritarias, se afirma de modo no explícito y a menudo quizá no intencionado, que todas las culturas no
son válidas para el desenvolvimiento social, por lo que deben ser «sustituidas» por las culturas mayoritarias. Un aparente
relativismo inicial de reconocimiento de la diversidad intercultural encierra al final un fuerte etnocentrismo encubierto. La
hipótesis de que existen culturas deficitarias frente a culturas no deficitarias, no supone reconocer la diferencia de las
culturas, sino la desigualdad. Basta pensar en quién establece cuáles son los déficits de una cultura frente a otra, para caer en
cuenta de que no se trata de una práctica de igualdad. El hecho de que determinados grupos no hayan desarrollado una
adaptación a nuevos contextos en los que conviven, no legitima a nadie para hablar de déficit alguno de tal grupo o de tal cultura,
sino simplemente de la no puesta en práctica, hasta el momento, en esa cultura, de estrategias adaptativas en tales contextos. Las
culturas se diferencian, entre otras razones, por sus particulares maneras de adaptarse a contextos diferentes, y es precisamente
en esa diferencia, que no es desigualdad, sobre la que deben compararse y encontrarse unas y otras culturas, sin imposiciones
de ninguna. Así, calificar como déficit de una cultura el hecho de que es minoritaria frente a otra presuntamente mayoritaria por
dominante, equivale a no admitir la capacidad de cualquier cultura para generar nuevas estrategias adaptativas en nuevos
contextos. Todos los seres humanos, vivan donde vivan, habitan en un mundo multicultural. Entendemos, entonces, que
diferenciar no equivale a discriminar y de que diversidad no equivale a desigualdad.
La interculturalidad puede definirse como el proceso de comunicación e interacción entre personas y grupos con identidades
culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro,
favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y, con ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas. Sin
embargo, su significado es polisémico y se ha interpretado desde varias miradas, en especial en las políticas lingüísticas en países
con elevados índices de población indígena que, si bien han transformado la visión en la educación indígena, no han logrado integrar
de una manera consistente a los estudiantes indígenas en el proceso educativo. Este problema ha sido trabajado de manera
transdiciplinaria en las ciencias sociales y en particular en la educación. Las relaciones interculturales se basan en el respeto a la
diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso exento de conflictos. Estos pueden resolverse mediante el
respeto, la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el diálogo, la escucha mutua, el acceso equitativo y
oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia. El concepto de interculturalidad apunta a
describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos
sociales que establecen un contacto intercultural, se encuentra por encima de otro, en condiciones de supremacía en relación con el
otro, como condición que favorece la integración y la convivencia armónica de todos los individuos. La noción de interculturalidad
se diferencia del multiculturalismo y del pluralismo por su intención directa y su accionar propositivo de promover el diálogo y el
acercamiento entre culturas. Toda cultura es básicamente multicultural, es decir, se ha ido formando, y se sigue formando, a partir
de los contactos entre distintas comunidades de vidas que aportan sus modos de pensar, sentir y actuar. Evidentemente los
intercambios culturales no tendrán todos las mismas características y efectos. Pero es a partir de estos contactos que se produce el
mestizaje y la hibridación cultural. Una cultura no evoluciona si no es a través del contacto con otras culturas. Pero los contactos
entre culturas pueden tener características muy diversas. En la actualidad se apuesta por la interculturalidad que supone una relación
respetuosa entre culturas. No hay culturas mejores ni peores, evidentemente, cada cultura puede tener formas de pensar, sentir y
actuar en las que determinados grupos se encuentren en una situación de discriminación, pero si aceptamos que no hay una
jerarquía entre las culturas estaremos postulando el principio ético que considera que todas las culturas son igualmente dignas
y merecedoras de respeto. Esto significa, también, que la única forma de comprender correctamente a las culturas es interpretar
sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales. Aunque esto no debe suponer eliminar nuestro juicio crítico, pero
si que supone, inicialmente, dejarlo en suspenso hasta que no hayamos entendido la complejidad simbólica de muchas de las
prácticas culturales que estudiamos. Para que la interculturalidad sea efectiva, es necesario que se cumplan tres actitudes básicas,
como la visión dinámica de las culturas, el convencimiento de que los vínculos cercanos solo son posibles por medio de la
comunicación y la conformación de una ciudadanía ampliad onde exista la igualdad de derechos para todos. Las relaciones
interculturales se basan en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso exento de
conflictos. Estos pueden resolverse mediante el respeto, la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el
diálogo, la escucha mutua, el acceso equitativo y oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia.
La interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico sino más bien, en cada una de las
situaciones en las que se presentan diferencias. Si se analiza el concepto desde la ética podemos ver que la forma en la que se
involucra en el enraizamiento de los valores sociales es a través de la promoción del respeto de la diversidad, donde cada
persona tiene derecho a ser como desea y el mismo paradigma vale para los colectivos. La ética intenta inculcar valores afines
para construir sociedades democráticas, integradas y donde la armonía sea protagonista de la interacción social.
Lenguas indígenas antes y después de la llegada de los europeos al Nuevo Mundo
Antes de la llegada de los europeos al Nuevo Mundo, las lenguas amerindias se hablaban desde el Círculo
Ártico hasta la punta meridional de Sudamérica, por los ancestros de los actuales amerindios. Durante los
últimos 500 años muchas de las etnias y lenguas nativas americanas han desaparecido, aunque aún se hablan
varios centenares de ellas. Hoy en día tres lenguas indoeuropeas el español, inglés y portugués, son
políticamente dominantes en diversos países de América, y las lenguas nativas tienen menos hablantes y son
usadas en ámbitos limitados. Entre los siglos XVI y XVII, y aún en el XVIII, se publicaron decenas de
gramáticas o Artes, principalmente por parte de misioneros y sacerdotes que describían las lenguas indígenas
de América, pero en este continente muy pocos pueblos inventaron escrituras para sus lenguas antes del
siglo XVI. En Mesoamérica, los mayas usaban un sistema de escritura desarrollado y completo cuando los
españoles llegaron allí, similar al usado anteriormente por los olmecas que figuran como precursores de la
escritura en América. El idioma epiolmeca de las primeras inscripciones americanas se ha identificado como
una lengua mije-soke. La escritura zapoteca, usada para el zapoteco epigráfico, está documentada poco
después de la escritura olmeca. En Sudamérica, por otra parte, no existió de un sistema de escritura
propiamente dicho antes de la llegada de los españoles, los quipus ayudaban a llevar ciertos registros en los
Andes centrales, pero no permiten registrar textos lingüísticos o crónicas detalladas. Tras la llegada de los
españoles, muchas lenguas comenzaron a ser escritas. Tal vez el sistema más famoso es el creado por el indio
cheroqui Sequoia para su lengua nativa. Se trata de un silabario en el que cada símbolo representa una
secuencia consonante-vocal. Otros sistemas de escritura, son el cree, el winnebago y los de algunas lenguas
atabascanas septentrionales. No obstante, escrituras alfabéticas también se han usado, adaptadas del alfabeto
romano con añadiduras de signos diacríticos y letras adicionales. Tras la influencia europea se crearon
sistemas de escritura completa en Sudamérica: uno de es el de los Kuna en Panamá y otro en Bolivia y Perú.
Sin embargo, existían ayudas mnemónicas, mezclas de ideogramas y pictogramas, para recitar textos
religiosos en quechua y rituales médicos en kuna, estando en uso todavía este último. La hipótesis lingüística
llamada amerindia, postulada inicialmente por Joseph Greenberg, sugiere que todas las lenguas indígenas
americanas pueden en último término agruparse en tres unidades filogenéticas o macrofamilias, que de
norte a sur serían: 1) Lenguas esquimo-aleutianas que, según Greenberg, estarían emparentadas con las
lenguas euroasiáticas; 2) Lenguas na-dené, que estarían emparentadas con las Lenguas dené-caucásicas;
y las Lenguas amerindias, que englobaría al resto de lenguas americanas, constituyendo por tanto la familia
lingüística formada por un mayor número de lenguas sobrevivientes. Se estima que en las Américas existirían,
aproximadamente, unas 875 lenguas indígenas, entre las cuales unas 335 lenguas estarían extintas y unas
Cronología de la conquista europea de las Américas
AÑO EVENTO
1492 Cristóbal Colón llega a las islas de las Antillas. Esto supuso el descubrimiento del «Nuevo Mundo» para la Europa del siglo XV.
1494. Tratado de Tordesillas: estableció un reparto de las zonas de navegación y conquista del océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante una
línea situada 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, a fin de evitar conflictos de intereses entre la Monarquía Hispánica y el Reino
de Portugal.
1497 Américo Vespucio es el primer europeo que llega a tierra firme en América del Sur. En su viaje empieza a pensar que está en un nuevo
continente.
1497 Giovanni Caboto es el primer europeo que llega a América del Norte desde la llegada de los primeros vikingos. Reivindica estas tierras para
la corona de Inglaterra.
1499 Segundo viaje de Americo Vespucio con Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa. En esta ocasión viaja al sur del continente hacia el actual
Brasil, y es el primer europeo que descubre el río Amazonas.
1500 Pedro Álvarez Cabral toca tierra en Brasil durante un viaje a la India y reclama el territorio para Portugal.
1501 Rodrigo de Bastidas recorre el litoral venezolano, descubre el río Magdalena y el Golfo de Urabá, y llega a Panamá.
1513 Vasco Núñez de Balboa cruza el istmo de Panamá, primer europeo que llega al Océano Pacífico por la ruta atlántica.
1519 Se funda la Villa Rica de la Vera Cruz, hoy Veracruz, el primer ayuntamiento de América del Norte
Hernán Cortés derrota a Tlaxcala, un pequeño estado cercano al vecino imperio Azteca.
1524 Giovanni da Verazzano, en nombre de la corona francesa, explora la costa desde lo que actualmente es el Norte de Carolina hasta Maine.
.
1540 Pedro de Valdivia llega al valle del río Copiapó, ubicado en la actual Región de Atacama, Chile; nombrando al territorio Nueva Extremadura.
1542 Hernando de Soto descubre el Río Mississippi, fortaleciendo la expansión española hacia el interior de América del Norte.
1587 Walter Raleigh funda la Colonia de Roanoke, el primer asentamiento británico en el Nuevo Mundo, en el territorio de Virginia
1. ADAMS, Richard E.W. Las antiguas civilizaciones del Nuevo Mundo. Crítica.
Barcelona. 2000.
2. ALCINA FRANCH, José. Las culturas precolombinas de América. Alianza
Editorial. Madrid. 2000.
3. COE, Michael D., Dean SNOW y Elizabeth BENSON. La América antigua:
civilizaciones precolombinas. Folio. Barcelona. 1989.
4. FIEDEL, Stuart J. Prehistoria de América. Barcelona: Crítica. Barcelona.
1996.
Bibliografía recomendada