Este documento resume varias patologías comunes en lactantes, incluyendo dificultad respiratoria, diarrea y dermatitis del pañal, displasia congénita de cadera, criptorquidia, dermatitis seborreica y atópica, enfermedad por reflujo gastroesofágico, sépsis, ictericia, gastroenteritis, infecciones de orina e infecciones cutáneas. Describe los síntomas, causas y tratamientos típicos de cada condición.
Este documento resume varias patologías comunes en lactantes, incluyendo dificultad respiratoria, diarrea y dermatitis del pañal, displasia congénita de cadera, criptorquidia, dermatitis seborreica y atópica, enfermedad por reflujo gastroesofágico, sépsis, ictericia, gastroenteritis, infecciones de orina e infecciones cutáneas. Describe los síntomas, causas y tratamientos típicos de cada condición.
Este documento resume varias patologías comunes en lactantes, incluyendo dificultad respiratoria, diarrea y dermatitis del pañal, displasia congénita de cadera, criptorquidia, dermatitis seborreica y atópica, enfermedad por reflujo gastroesofágico, sépsis, ictericia, gastroenteritis, infecciones de orina e infecciones cutáneas. Describe los síntomas, causas y tratamientos típicos de cada condición.
expandidos después del primer llanto es necesario contar con una sustancia denominada surfactante que se sintetiza durante las últimas etapas del embarazo. Si no está presente el bebé puede desarrollar síndrome de dificultad respiratoria, poniendo en riesgo su vida.
Tratamiento: Requiere surfactante y ventilación
mecánica, además de cuidados neonatales. DIARREA Y DERMATITIS DEL PAÑAL
Es la disminución en la consistencia y/o aumento en la periodicidad
de las evacuaciones. A consecuencia de este trastorno, puede haber dificultad para digerir correctamente los carbohidratos, en particular la lactosa, presentando evacuaciones líquidas, con grumos y mal olor. Por el alto contenido ácido de las evacuaciones, éstas pueden provocar rozaduras, especialmente si tardan mucho los cambios de pañal. Tratamiento: Las lesiones se caracterizan por enrojecimiento, granos, ampollas y hasta úlceras, que en su mayoría necesitan de una crema secante DISPLASIA CONGÉNITA DE CADERA La cadera está conformada por una bola y un receptáculo articulatorio. En algunos recién nacidos, el receptáculo está demasiado superficial y la bola (fémur) puede salirse parcial o completamente. Los bajos niveles de líquido amniótico en el útero durante el embarazo pueden incrementar el riesgo para el bebé de padecer esta enfermedad. Se detecta durante los primeros meses mediante exploración y, a los tres meses, con ultrasonido y/o radiografía de caderas.
Tratamiento: Varía de acuerdo a la intensidad y la edad del
diagnóstico, abarcando desde un aparato de yeso hasta cirugía. CRIPTORQUIDIA
Se refiere a cuando los testículos no han
logrado descender a las bolsas escrotales; ocurre en hasta 4% de los recién nacidos y sus causas son hormonales. Los testículos que no bajan o no son descendidos en forma quirúrgica pierden sus funciones y son un factor de riesgo para cáncer testicular. Tratamiento: Casi siempre es quirúrgico y se realiza entre el año y los cuatro de edad. DERMATITIS SEBORREICA Y ATÓPICA
Es el enrojecimiento de la piel y la aparición de escamas
blancas (parecidas a la caspa en el adulto), particularmente en el cuero cabelludo, en ocasiones evitan el crecimiento del pelo. Su causa no está bien determinada pero se relaciona con niveles hormonales altos y la presencia de un hongo que se instala en las glándulas sebáceas.
Tratamiento: Aceites que conservan la humedad, ácido salicílico
tópico y shampoo con antimicótico. ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFÁGICO
Normalmente los recién nacidos regurgitan cierta cantidad de
leche desde el estómago hasta la boca, a lo cual se denomina reflujo gastroesofágico, sin embargo, cuando la cantidad y la frecuencia aumentan, provocando complicaciones como alteraciones en el crecimiento y en la nutrición, infecciones respiratorias frecuentes (rinofaringitis, neumonías, etc.) o apnea (esfuerzo para respirar), se denomina enfermedad por reflujo. Tratamiento: Medicamentos que promueven el movimiento del tubo digestivo y disminuyen la acidez del estómago, además de fórmulas antirreflujo o hidrolizados de leche. SÉPSIS
Debido a que sus mecanismos de defensa aún no están
completamente desarrollados, todas las infecciones que se presentan durante el primer mes de vida pueden extenderse con facilidad a todo el organismo a través de la sangre, incluyendo el sistema nervioso central, poniendo en riesgo su vida. Existe un mayor riesgo si el bebé fue prematuro o su mamá es portadora de una enfermedad crónica.
Tratamiento: Debe realizarse internado en un hospital, con
antibióticos intravenosos e hidratación adecuada. ICTERICIA
Cuando el hígado no logra metabolizar la bilirrubina (pigmento
de la bilis), su acumulación en la sangre produce que la piel y las mucosas del bebé pueden adquirir un color amarillento.
Tratamiento: Los baños de sol estimulan el funcionamiento de
las enzimas del hígado y habitualmente no se requiere otro tratamiento. Sin embargo, cuando los niveles de bilirrubina son muy altos, puede impregnarse en los tejidos e incluso en el cerebro (Kernicterus), poniendo en riesgo la vida del bebé. LAS GASTROENTERITIS
Las gastroenteritis también son muy frecuentes,
generalmente de origen vírico, que no requieren tratamiento específico, pero sí necesitan ser muy constantes con la hidratación oral. El bebé debe ingerir suficiente líquido (suero de rehidratación oral) para no sufrir una deshidratación. El bebé puede tener vómitos, diarrea o ambos. LAS INFECCIONES DE ORINA
Las infecciones de orina deben ser descartadas ante un
bebé de menos de uno o dos años con fiebre sin foco claro. Se realizará una tira reactiva de orina que nos dará una idea de si tiene infección o no y se recogerá un cultivo de orina antes de iniciar el tratamiento antibiótico. En algunas ocasiones según la edad del niño y según su afectación del estado general requieren ingreso hospitalario. LAS INFECCIONES CUTÁNEAS
Las infecciones de la piel y de los tejidos blandos suelen
requerir tratamiento antibiótico (oral o tópico según los casos), y en ocasiones también ingreso hospitalario. Algunas infecciones con afectación cutánea, como las enfermedades exantemáticas (varicela, sarampión, rubeola, exantema súbito, urticaria infecciosa…) son de origen vírico y no suelen requerir tratamiento antibiótico salvo en casos específicos de sobreinfección o complicaciones.