democracias de nuestra región sufrieron crisis políticas agudas y conflictos graves entre poderes. En muchos casos los presidentes fueron obligados a abandonar el cargo antes de finalizar sus mandatos. Sus gobiernos cayeron, pero la democracia sobrevivió. Hubo crisis presidenciales. Pero, tal como se esperaba en el artículo que vengo comentando, los conflictos no quebraron la continuidad del régimen democrático. La consolidación de la democracia en la región contribuyó a atenuar los potenciales efectos disruptivos de los conflictos políticos e institucionales. • El escenario que integra tanto a las principales preocupaciones de la opinión pública como a las conclusiones de los análisis de organizaciones internacionales y de académicos está compuesto por la violencia, la corrupción, la desigualdad y la pobreza • La violencia se enquista de manera sistémica en México, desde hace una década en una espiral siniestra que incorpora al narcotráfico en connivencia con fuerzas diversas de los aparatos de seguridad del Estado, sin dejar de lado grupos políticos locales. Por otro lado, hace que la convivencia sea extremadamente difícil en muchos núcleos urbanos centroamericanos, como sucede en San Pedro Sula (Honduras) o en San Salvador, pero también de las capitales suramericanas como Caracas. Solo el posible éxito de los acuerdos de paz en Colombia atisban un cambio positivo. • Por su parte, la corrupción, que es un mal lacerante para la mayoría de las democracias, se ha ensañado con dos países que eran modelos del pasado inmediato, como son Brasil (centrada en la gigante empresa pública petrolera, Petrobras) y Chile (donde ha aflorado una metástasis que afecta a una clase política que se siente impune). La desigualdad y la pobreza siguen estando presentes, a pesar de los avances en la disminución de sus tasas en los últimos tiempos. • Es obvio que se van acercando tiempos más difíciles para la región. La economía se viene frenando. Muchas expectativas sociales, tanto las de los eternamente postergados como las de las nuevas clases medias, no han podido ser colmadas a cabalidad. La corrupción corroe rápidamente el prestigio de dirigentes y la legitimidad de los partidos políticos en demasiados países. Los conflictos entre poderes estarán a la orden del día, especialmente allí donde los presidentes están en minoría y los sistemas de partidos exhiben síntomas más obvios de polarización. bibliografía • https://www.elobservador.com.uy/conflictos-politicos-y-democracia- america-latina-n704564