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RESUMEN GENERAL.

Los sueldos y salarios, retribuciones o remuneraciones, son como todos


sabemos, factores muy importantes en nuestra vida social, política y
económica.
La mayoría de los humanos, dependemos de esta remuneración para
satisfacer nuestras necesidades, mientras que para la empresa,
constituyen probablemente el mayor de sus costes.
La importancia en política, la vivimos diariamente, pues repercuten
directamente en el ambiente social. En el equilibrio de los sueldos y
salarios, está la balanza de pagos o la inflación.
Dada su importancia y repercusión, debemos pues dedicar el tiempo
necesario a su estudio, para adaptarlo a nuestro producto, nuestro mercado
y por último, a nuestra empresa.
Existen cientos de fórmulas para elaborar un buen y equitativo sistema de
remuneración, tan sólo tenemos que elegir aquel que más nos convenga.
¿Qué consideraciones debemos tener en cuenta para
elaborar un buen sistema remunerativo?

La mayoría de parámetros que vamos a tratar a continuación, se pueden


adaptar a tu empresa, aunque hay principios básicos o criterios, que sería
interesante respetar, entre los que se encontraría este consejo:
Sé generoso con las remuneraciones, te hará sentirte mejor y ganarás en
estima, tú y tu empresa, en el ámbito interno y fuera de ella.
Aspectos como la antigüedad, la responsabilidad, la categoría
profesional, etc., tienen que ser considerados a la hora de
elaborar un sistema de remuneración justo y equitativo.
La remuneración mixta es en general la más aceptada y más
efectiva.
Se compone de:

Retribución fija: Es la retribución económica mínima que la


empresa garantiza a un trabajador. Este importe aun no siendo
el de mayor cuantía de su sueldo, representa una tranquilidad
y una seguridad al colaborador. Hay empresas que lo
establecen en un 60/40, 50/50, 30/70, 20/80, etc.
Retribución variable: Es la retribución económica asociada a la
consecución de determinados resultados. En este apartado
tenemos: comisiones, objetivos, clientes nuevos, promociones,
número de pedidos, etc.
Retribución en especie: Es la retribución no económica en
donde podemos destacar el uso de vehículo de empresa, viajes,
regalos, vivienda, asociaciones a clubs, formación de hijos, etc.
En muchas ocasiones, estas retribuciones son más determinantes
que las económicas.
Veamos ahora cómo debería ser un buen sistema de
remuneración:
-Sencillo en su forma y fácil de calcular en su cuantía. Hay sistemas tan complejos que no
parece posible acceder a su cálculo y lo que es peor, dan la impresión de que son tan
complicados porque quieren ocultar algo.
-Transparente, completamente claro. Se debe aportar la documentación necesaria para
ver de dónde salen las cifras (facturas, ranking, datos, etc.).
-Alcanzable, que no suponga una utopía. Su logro, debe ser demostrable.
-Escalonado, con intervalos de superación. Esto significa que no se trata de un todo o
nada, sino que hay diferentes etapas remunerativas para ser logradas.
-Justo, que no produzca agravios comparativos.
-Con objetivos recuperables. Sería ideal que los objetivos fuesen recuperables en
periodos de tiempo globales, de esa forma daríamos otra oportunidad al esfuerzo.
-Destinar una pequeña cantidad para aumentar la retribución fija,
puede ser un incentivo muy atractivo. De esta forma cumpliríamos
con el apartado de antigüedad, fidelidad, éxito y seguridad.
-Los incentivos o premios por superación, enfocados a grupos, son
también muy interesantes, así como la implicación puntual de todos
los departamentos de la empresa, en alguna acción concreta.
-Una vez establecido el sistema de retribución, es interesante no
dejarlo estático, sino variar en cada ejercicio o periodo de tiempo en
su forma, adaptándolo a las nuevas circunstancias y actualizándolo en
definitiva, lo que sin duda, lo hará más atractivo.
-Hay que cuidar que el escalado, merezca la pena, que compense el
esfuerzo y que el plazo de cumplimiento, sea corto, preferiblemente
dentro del ejercicio.
-Cuantos más variables pongamos en juego, tanto mejor.
De esta forma todos tendrán oportunidades de ser
incentivados, ya que cada uno puede tener habilidades en
un tema concreto. Incentivar diferentes puntos hará que
en conjunto, obtengamos el mismo resultado. Por
ejemplo: clientes nuevos, pedidos, importe por pedido,
márgenes, posiciones o líneas por pedido, salida de algún
producto en concreto, etc.
Con todos estos parámetros, podemos elaborar un buen sistema
de retribución para nuestra empresa.
Al igual que ocurre con otros aspectos de la empresa, el sistema
de retribución también es interesante elaborarlo y consultarlo con
colaboradores responsables. Conociendo su opinión, sugerencias y
aportaciones, podemos hacer más atractiva la fórmula y
garantizarnos su efecto y aceptación.
Antes de instaurar definitivamente un sistema,
calcularemos distintos supuestos, con distintas categorías,
para ver su resultado.
Con un buen sistema, todos los aspectos que nos interesen
para el crecimiento de nuestra empresa, serán incentivados
en la medida de nuestras necesidades y todos los
colaboradores tendrán opción de una forma u otra de
gratificar su esfuerzo y dedicación.

“Mi padre siempre me decía: encuentra un trabajo que


te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu
vida.”
James Fox (19 de mayo de 1939, Londres, Reino Unido)

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