2018 Cuando a fines de 1997 el gobierno presentó a las empresas el desafío de fomentar en el país una política nacional de producción limpia, sólo las grandes internacionales o aquellas filiales o pertenecientes a grandes holdings conocían por experiencia propia su significado. El resto, observó con escepticismo y respondió con quejas por los costos que involucraría la introducción del concepto en el proceso productivo, traducidos en inversiones de capital y tecnología que, según entendían, implicaría una reingeniería de procesos y de gestión. Entonces no estaba claro que prevenir, paga en el mediano y largo plazo. Cuando la empresa aplica una política de producción limpia obtiene no sólo beneficios económicos, sino también beneficios sociales y, muy especialmente, beneficios ambientales internos y en su entorno inmediato que se irradian hacia la comunidad local. Tales beneficios marcan la diferencia entre la que puede ser una empresa más en el país, y aquella que se distingue por su responsabilidad ambiental y social frente al mercado y a la comunidad. En 1998,se creó el Consejo de Producción Limpia (CPL), instancia técnica encargada desde entonces de sensibilizar y masificar la implementación de la producción limpia en las empresas productivas de bienes y servicios. La creación y desarrollo del CPL, sumado a los incentivos de la política gubernamental para esta área, ha facilitado el desempeño ambiental de las empresas y el avance a mejores posiciones para crecer y competir en el ámbito nacional e internacional. En junio de 2000 se creó el Comité Nacional de Fomento de la Producción Limpia bajo la forma de un comité CORFO, definido como un espacio de diálogo y acción conjunta entre los sectores público y privado, con la misión de articular, perfeccionar y promover iniciativas que faciliten el desarrollo e impacto de la producción limpia en el sector productivo chileno. Al año siguiente, el Comité aprobó la Política Nacional de Fomento a la Producción Limpia y, meses más tarde, el Primer Congreso Nacional de Producción Más Limpia culminó con la firma del Decreto Supremo Nº 414, que establece un conjunto de iniciativas que validan y fortalecen la incorporación masiva de esta estrategia productiva a nivel nacional. Impulsar la Cooperación Público-Privada para el Fomento de la Producción Limpia, lo cual apunta a desarrollar y fortalecer las "iniciativas voluntarias" en producción limpia, como son los Acuerdos de Producción Limpia (APL) Perfeccionar y simplificar del marco regulatorio, teniendo como objetivo incentivar y facilitar la prevención de la contaminación Desarrollar instrumentos de incentivo a la Producción Limpia Desarrollar capacidades en Producción Limpia, tanto en materia de transferencia e innovación tecnológica en producción limpia como en desarrollar programas de formación de recursos humanos y de capacidades a escala regional Consolidar iniciativas de fortalecimiento de la cooperación técnica y financiera mediante la Acción Internacional Desarrollar una cultura de la producción limpia a través de propuestas en materia de política comunicacional, utilización de tecnologías de información y comunicación, promoción de la participación a través de canales formales y difusión de iniciativas exitosas Hacer el seguimiento, evaluación y control de la política, a través del Sistema Nacional de Producción Limpia con el fin de monitorear, evaluar y controlar las acciones comprometidas desde el 2001 al 2005 Normas chilenas Acuerdos de Producción Limpia NCh2796.Of2003