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ISRAEL Y DE JUDÁ
Los dos reinos,
del 933 al 841
• Los datos bíblicos mencionan para este período un perímetro
internacional relativamente limitado, que se extiende de Egipto a
Fenicia. Dos polos parecen imponer la política internacional del
momento: Egipto y el reino arameo de Damasco.
• Después de David y Salomón, Judá aparece como una entidad muy vulnerable,
incapaz de imponer la supremacía de Jerusalén sobre el conjunto del territorio.
• Poco favorecido por la geografía, este reino se beneficia de su unidad tribal, que
la segura una gran estabilidad dinástica. Para Judá, el principal peligro procede
de Israel. Pero la proximidad de Egipto ya no es tranquilizadora porque las vías
de invasión atraviesan la parte baja del país, la Sefelá, y porque Judá, para un
invasor llegado de Asia, constituye el último bastión antes de Egipto. En este
caso, para Judá, lo sabio consiste en no establecer alianzas con Egipto, como lo
recomiendan los profetas. Pero Egipto, que mantiene el interés en que su
posición asiática desempeñe el papel de defensa que espera de ella, presionará
al rey de Judá para incitarle a que ataque al invasor. Este tipo de argumento
desembocará en la ruina de Jerusalén.
EL REINO DE ISRAEL
• Sobre un fondo de crisis, en el 886 es cuando se impone Omrí, jefe del ejército de Israel,
designado en primer lugar como rey por los militares durante el sitio de Guibetón, ciudad
filistea ya asediada veinticinco años antes, en el 909, y escenario de un primer golpe que vio
el asesinato de Nadab, hijo de Jeroboán 1, por Basá (1 Re 15,27). Después de cuatro años de
guerra civil entre partidarios de Tibní, por un lado, y de Omrí, por otro, la desaparición de
Tibní deja vía libre a Omrí.
• Con este nuevo rey, Israel conoce una aceleración de su historia que se traduce en
modificaciones radicales y un claro progreso económico. La Biblia es muy negativa con
respecto a esta dinastía, que parece haber chocado muy fuertemente con sus novedades
contra el patrimonio tradicional de las poblaciones
Jerusalén, en la órbita de Samaría
• Las buenas relaciones de Samaría con Jerusalén bajo los omridas, tras un
siglo de guerra, exigen que sean contempladas más de cerca. A partir de
1 Re 22, un buen número de textos ponen en escena a los reyes de Israel
y de Judá, sin que en todos los casos se precise la identidad de unos u
otros. Se les encuentra juntos en la campaña contra Moab (2 Re 3), en la
batalla de Ramot de Galaad (2 Re 8,28-29; 1 Re 22) y en Jezrael, durante
una estancia que resultará fatal (2 Re 9,16-29).
•
Estos textos son de origen profético. Los diálogos entre los dos reyes
quieren mostrar su pleno acuerdo. Sin embargo, se aprecia que las
iniciativas siempre son tomadas por el rey de Israel (1 Re 22,4; 2 Re 3,7).
RENACIMIENTO DE ISRAEL Y DE JUDÁ EN EL SIGLO VIII
EL MARCO INTERNACIONAL
• En el 746 estalla una revuelta en Kalhu que permite que triunfe el golpe
de Estado de Tiglat-Piléser III. Con él, Asiria se convierte de nuevo en
una amenaza para los países palestinos.
LAS RECONQUISTAS DE JEROBOÁN II
• Las informaciones del reinado de Jeroboán II fijan como puntos extremos del
territorio conquistado: Lebo-Jamat al norte, que ya era el límite septentrional
del reino de Salomón (1 Re 8,65), y el mar de la Arabá (el mar Muerto) al sur.
• Esto sin duda al comienzo del reinado: ya que hacia el 760 Amós habla de ello
como algo realizado (Am 6,13-14).
LOS ÓSTRACA DE SAMARÍA
• La legislación ciánica parece haber hecho que reinara una cierta igualdad entre las familias.
• El orden social descansaba sobre la existencia de parcelas de tierra repartidas por las
autoridades del clan, haciendo de los israelitas de origen campesinos agricultores-ganaderos.
• Las nuevas cargas del Estado monárquico (fiscalidad, ejército, patrimonio, etc.) modificaron
este reparto, creando tensiones entre el orden social y el orden monárquico, las clases de
funcionarios y las clases de mercaderes y comerciantes.
• Las excavaciones de Tell el Farah (Tirsá) muestran que en los siglos x Y
IX todas las casas están construidas con la misma planta: no se pueden
distinguir ricos y pobres.
La reconstrucción de Eilat
• El éxito de Amasías contra Edom queda sin continuidad en razón de las consecuencias del
desgraciado desafío lanzado por este rey a Joás de Israel (2 Re 14,22 // 2 Cr 26,1).
• El texto no habla de reconquista, sino de reconstrucción. Ozías reemprende la política de
Josafat: asegurar una salida al mar por el sur. Eilat debe hallarse cerca de Asiongáber.
El control del sur
• En el suroeste, Ozías desmantela las defensas de tres ciudades filisteas: Asdod, Yabne y Gat, y
restaura varios puntos en la región de Asdod (2 Cr 26,6).
• En el sur, hace frente a árabes y meunitas (2 Cr 26,7). Los meunitas son caravaneros que
aseguran el tráfico entre Siria y Arabia. Ozías quiere controlar la ruta norte-sur en esta región.
• En el sureste, Ozías somete a tributo a los amonitas (2 Cr 26,8). Después de estas operaciones,
Judá controla toda la zona meridional «hasta Egipto» (v. 8).
La enfermedad del rey y la corregencia
• Los datos de 2 Re 15,5 se desarrollan en 2 Cr 26,16-23, que interpreta la lepra del rey como un
castigo divino.
• La exclusión de la vida pública consiguiente a esta enfermedad está claramente indicada por
la fórmula «vivía en una casa aislada» (2 Re 15,5).
• La corregencia de su hijo Jotán está igualmente bien atestiguada: es mayordomo de palacio, el
cargo administrativo judaíta más alto, y gobernaba al pueblo, lo que implica que no es rey.
• La fecha de la enfermedad del rey, y por tanto de su «retiro», habría que situarla entre los
años 751-750.
Israel, frente a
Damasco y Asiria
(841-780)
I
Un reino en crisis