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Antimicrobiano
“Sustancia capaz de actuar sobre los microorganismos, inhibiendo su
crecimiento o destruyéndolos”
Antibiótico
“Sustancia producida por el
metabolismo de organismos vivos,
principalmente hongos microscópicos
y bacterias, que posee la propiedad de
inhibir el crecimiento o destruir
microorganismos”.
Penicilina
-Agente bactericida: es aquél capaz de
matar a las bacterias.
-Agente bacteriostático: no llega a matarlas
pero si les impide reproducirse frenando
rápidamente el crecimiento de sus poblaciones.
Los agentes antimicrobianos pueden interferir en una o mas de las diferentes funciones
celulares que lleva a cabo la bacteria, tales como la síntesis de sus ácidos nucleicos, de
proteínas, o para el procesamiento de aminoácidos o azúcares del medio, necesarios para la
biosíntesis de sus paredes o membranas celulares. Pueden producir dos principales efectos:
-La muerte de la bacteria, designándose entonces como agentes bactericidas o sólo inhibir
el desarrollo y reproducción del germen, llamándose entonces agentes bacteriostáticos.
Clasificación de los antibióticos y mecanismo de acción.
De acuerdo al mecanismo de acción que presentan los antibióticos, se clasifican en los
siguientes grupos:
Otra clasificación muy utilizada agrupa a los antibióticos sobre la base de su estructura
química y los denomina como familias o clases de antibióticos:
a) Aminoglucósidos
b) Cefalosporinas
c) Cloranfenicol
d) Macrólidos y lincomicinas
e) Quinolonas y fluoroquinolonas
f) Penicilinas o betalactámicos
g) Sulfonamidas
h) Tetraciclinas
Mecanismos de Acción
Antibióticos que inhiben la síntesis de la pared celular(penicilinas):
Actúan a distintos niveles de la biosíntesis del peptidoglucano, capa esencial para la
supervivencia de las bacterias, y el daño se produce por la pérdida de la rigidez de la célula
bacteriana que puede causarle la muerte; por lo tanto son considerados como agentes
bactericidas. La síntesis del peptidoglucano se lleva a cabo en tres etapas y los distintos
antimicrobianos pueden afectar cada una de ellas. Los representantes de este grupo son las
penicilinas y cefalosporinas.
Ejem: algunos antibióticos contienen D-aminoácidos similares a los usados en la síntesis de peptidoglucano, y
"engañan" a las enzimas que construyen la pared celular (pero sin afectar a las células humanas que no tienen
una pared celular ni utilizan D-aminoácidos para producir polipéptidos
Antibióticos que dañan la membrana citoplásmica:
Numerosos agentes catiónicos y aniónicos pueden causar la desorganización de la membrana
ocasionando la salida de cationes de la célula bacteriana.. Ejem: la polimixina B y la colistina
(polimixina E), inhibidores de bacterias gram negativas que tienen lípidos de carga negativa
en su superficie.
Las polimixinas no son de uso sistémico, pues pueden unirse a varios ligandos de células del
tejido corporal y son tóxicas para aparato renal y sistema nervioso. Otro antibiótico que actúa
en la membrana es la gramicidina, la cual produce desacoplamiento de la fosforilación
oxidativa y la formación de poros por donde puede haber pérdida del contenido
citoplasmático de la bacteria.
Antibióticos que inhiben la síntesis de ácidos nucleicos:
Muchos agentes antimicrobianos pueden interferir a diferentes niveles en la síntesis de los
ácidos nucleicos. Pueden inhibir la síntesis de nucleótidos interfiriendo con la síntesis de
purinas y pirimidinas, causando la interconversión de nucleótidos, o actuando como
análogos de nucleótidos e incorporarse a la cadena de polinucleótidos. pueden interferir
con polimerasas involucradas en la replicación y transcripción del ADN
Ejemplo: La rifampicina; esta se une a subunidades de la RNA polimerasa e interfiere
específicamente con la iniciación del proceso pero no tiene efecto después de que la
polimerización se ha iniciado.
El ácido nalidíxico, es una quinolona que inhibe la replicación del DNA. La girasa está
constituida por dos componentes, A y B. El ácido nalidíxico, una quinolona, se une al
componente A de la DNA girasa e inhibe su acción. El ácido nalidíxico tiene acción
antimicrobiana sólo contra especies gramnegativas, aunque recientemente se ha sintetizado
un derivado carboxil fluorinado que inhibe bacterias grampositivas. La subunidad B de la
DNA girasa puede ser inhibida por la novobiocina, antibiótico de uso restringido debido a su
toxicidad.
Antibióticos que inhiben la función ribosomal o síntesis de proteínas:
Los ribosomas 70S bacterianos están constituidos por dos subunidades
designadas como subunidad 30S y subunidad 50S. Estas subunidades constituyen
el sitio de acción de agentes antimicrobianos, localizándose en ellas proteínas
específicas a las cuales se unen las drogas. Los aminoglucósidos (estreptomicina,
neomicina, kanamicina, amikacina, tobramicina, gentamicina, espectinomicina,
paromomicina), son azúcares complejos obtenidos de varias especies de
Streptomyces e interfieren con la función ribosomal bacteriana, específicamente
con la subunidad 30S. La espectinomicina se une a proteínas diferentes del
ribosoma, no es bactericida y se usa ampliamente en el tratamiento de la
gonorrea.
Las tetraciclinas actúan a nivel de la subunidad ribosomal 30S inhibiendo la unión
del aminoacil RNAt al ribosoma, esta unión no es definitiva sino temporal, por lo
cual ejerce sólo un efecto bacteriostático. Las tetraciclinas se utilizan en
infecciones causadas por bacterias del los géneros Chlamydia y Mycoplasma.
La paromomicina se une también a la subunidad ribosomal 30S y causa bloqueo
del RNAt con la consecuente liberación de cadenas incompletas.
Tres clases importantes de drogas actúan en la subunidad ribosomal 50S:
cloranfenicol, macrólidos y lincinoides (lincomicina, clindamicina).
El cloranfenicol es un agente bacteriostático que actúa contra organismos
grampositivos y gramnegativos inhibiendo la formación de uniones peptídicas al
bloquear la enzima peptidil transferasa.
Los macrólidos (eritromicina, oleandomicina), al unirse a la subunidad 50S
interfieren con la actividad de la peptidil transferasa, con la translocación o con
ambas funciones. El más importante es la eritromicina que actúa sobre bacterias
grampositivas y algunas gramnegativas como Haemophilus, Chlamydia y
Legionella, inhibe la formación de cadenas nuevas del péptido y es
bacteriostático.
Antibióticos inhibidores de betalactamasas:
Las betalactamasas son enzimas producidas por algunas especies bacterianas y
son las responsables de la resistencia que presentan dichas bacterias hacia
antibióticos que en su estructura química presentan el anillo betalactámico (como
penicilinas y cefalosporinas), ya que las betalactamasas rompen ese anillo con lo
cual bloquean la actividad antimicrobiana de las esos compuestos. Los
antibióticos inhibidores de las betalactamasas son el ácido clavulánico,
tazobactam y sulbactam.
Sulfonamidas y Trimetoprim: interfieren con el metabolismo del ácido fólico, que
es un precursor de la síntesis de purinas, pirimidinas y aminoácidos. Se bloquea la
síntesis de ácidos nucleicos y pared celular.
Se usan generalmente combinados, ya que producen un efecto sinérgico, en
infecciones respiratorias, urinarias y gastroenteritis por Shigella y Salmonella.
Mecanismos de resistencia a los antibióticos:
Los sistemas de resistencia se basan en evitar que el antibiótico acceda a su punto
de ensamble y lo dañe, y en la evolución han aparecido diversos mecanismos para
que eso ocurra:
1. Pérdida de porinas
Las porinas son proteínas localizadas en la membrana de la bacteria encargadas
de transportar sustancias al interior de la célula.
Una forma de resistencia a antibióticos de amplio espectro, consiste en la pérdida
por parte de la célula de la porina que permitía su entrada.
2. Beta-lactamasas
Las beta-lactamasas son proteínas con actividad enzimáticas capaces de romper
enlaces químicos de compuestos beta-lactámicos, entre los que se incluyen
antibióticos similares a la penicilina o la ampicilinas. Las bacterias que poseen
estas enzimas son resistentes a este tipo de antibióticos de uso corriente en
farmacia.
3. Bombas de extrusión de antibióticos
Algunas bacterias obtienen la resistencias a antibióticos tales como las quinolonas
o el cloranfenicol produciendo elevados niveles de bombas de extrusión, que son
proteínas transmembranosas que permiten la exportación del antibiótico fuera de
la célula con gasto energético.
4. Enzimas que modifican químicamente la enzima y lo inactivan
Algunas enzimas consiguen entrar en la célula, sin embargo algunas cepas son
capaces de producir determinadas enzimas que los modifican químicamente
evitando que éstos reconozcan su punto de ensamble.
Es el caso del ciprofloxacino, un antibiótico muy empleado en las infecciones de
las vías urinarias.
Los genes de resistencia usan diversas estrategias para escapar a la acción de los
antibióticos: formación de una “bomba de expulsión” que extrae el antibiótico del
interior de la bacteria (1); síntesis del un enzima de degradación del antibiótico (2);
síntesis de un enzima que transforma o inactiva el antibiótico (3); modificación de
la proteína blanco del antibiótico de manera que el antibiótico no pueda afectarla
(4)..
5. Mutaciones en la diana específica del antibiótico
Los antibióticos actúan ensamblándose a ciertas porciones de la membrana de
forma análoga a como lo hace una llave en una cerradura. Mutaciones en la diana
(cambios en la cerradura) hacen que el antibiótico (en este caso la llave) ya no sea
capaz de reconocerla. Muchas de estas mutaciones implican la inactivación de la
diana lo que hace que la célula no sea viable, sin embargo otras sí que permiten
que la diana del antibiótico funcione y no sea reconocida por el antibiótico. Por
ejemplo la diana de las quinolonas son las enzimas encargadas de mantener el
correcto plegamiento del ADN; la girasa y la topoisomerasa. Mutaciones en esos
enzimas convierte a algunas bacterias en resistentes a las quinolonas.
6. Mutaciones en los ribosomas
Los ribosomas son la maquinaría de síntesis de proteínas. Son estructuras
complejas formadas por ARN y proteínas, y son puntos claves de algunos
antibióticos como por ejemplo la tetraciclina que inhiben su correcto
funcionamiento, y por tanto perturban o paralizan la síntesis proteica necesaria
para la vida de la bacteria. Algunas cepas han desarrollado mutaciones en las
regiones de interacción del antibiótico con el ribosoma, lo que los hace invisibles a
estos compuestos.
7. Mutaciones en la estructura del liposacárido (LPS)
Los lipopolisacárido son un conjunto de polímeros complejos que forma parte de
la membrana externa de las bacterias. Algunos antibióticos, como la polimixina,
son capaces de interaccionar con el LPS desestabilizarlo e impedir su correcta
síntesis. Mutaciones en la estructura del LPS impide la unión de la polimixina
inhibiendo su acción.
8. Desvíos alternativos
Algunos antibióticos son capaces de inhibir específicamente la actividad de
algunos enzimas esenciales para la célula. Por ejemplo la sulfamida inhibe
la dihidropteroato sintasa, un enzima esencial en la síntesis de ácido fólico que las
bacterias necesitan para poderse dividir. Sin embargo algunas enzimas pueden
mutar o bien otras son capaces de ganar la actividad enzimática perdida por la
acción del antibiótico promoviendo un desvío de la ruta que permitir sobrevivir la
célula
FLORA NORMAL
Un cuerpo humano está formado por alrededor de 1014
células, de las que sólo aproximadamente el 10% son humanas, el resto son
microorganismos asociados.
En su gran mayoría estos microorganismos no son patógenos y son conocidos como
“microbiota normal, flora normal o flora nativa” que viven de forma habitual en un
cuerpo sano y que coexisten en forma bastante pacífica, en una relación
equilibrada con su huésped.
Los lugares donde se encuentran pueden ser muy variados y en ellos desarrollan
tareas beneficiosas para el ecosistema general del cuerpo. Estas tareas incluyen la
participación en los procesos de digestión de alimentos
y de síntesis de vitaminas en el intestino, la producción
del pH ácido de la vagina o la protección competitiva
frente a patógenos.
La mayoría son bacteria, y en menor grado virus,
hongos y protozoos encontrados habitualmente en
individuos sanos.
Generalmente esta interacción es beneficiosa; pero en ciertas circunstancias esto
puede cambiar tornándose patógena oportunista; un ejemplo de estas
circunstancias son: estrés, inmunocomprometidos o en recién
nacidos.