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La leyenda de la serpiente

emplumada
Cuenta la leyenda que sobre las serenas aguas
de la Laguna de Asososca, emergían cuatro
hileras de rocas sobre las cuales descansaba la
techumbre de un templo maravilloso
Súbditos de Nagrandano y Nequecheri,
precedidos por los envejecidos padres de las
tribus, llegaban hasta él en frágiles canoas, a
depositar al pie del altar sus ofrendas de oro,
plata y piedras preciosas al Dios supremo.
Un viejo guerrero, a quien todos respetaban como una
divinidad, cuidaba el templo. Tenía músculos grandes,
llevaba al pecho poblado de tatuajes y su arrugada
piel marcada con cicatrices. Vencedor de cien
combates gloriosos por su tierra y por su dios.
• Una tarde, la princesa Izayana, hija del
cacique Nequecheri, conocida como "la
perfumaba flor de la campiñas", llegó a
la orilla de la laguna acompañada por
los conquistadores españoles,
pretendiendo entrar al templo. Izayana,
creyendo en su ingenuidad, que eran
hijos del sol los condujo a donde estaba
el templo del dios supremo.
El fiero guardián no comprendió el engaño del que había sido
víctima Izayana y tomando esto como traición, contrajo
terriblemente las facciones; una intensa cólera brilló en sus
ojos y levantando su cuchillo de obsidiana sobre Izayana, le dio
muerte; los blancos conquistadores que sólo querían
apoderarse del tesoro, dispararon sus mosquetes sobre el viejo
guardián, hiriéndole.
los blancos conquistadores que sólo querían
apoderarse del tesoro, dispararon sus mosquetes
sobre el viejo guardián, hiriéndole. Agrega la leyenda,
que el guerrero herido, se arrastró dentro del templo
como una serpiente y que al sacudir no se sabe que
base, el templo del dios se hundió para siempre en sus
tesoros, en las profundas aguas de Asososca.
Sólo la "Serpiente Emplumada" siguió
protegiendo la misteriosa laguna, como
sortilegio encantador."

Julio León Báez


Fragmento

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