Erosión: el viento intenso desgasta los terrenos con poca
vegetación y erosiona las rocas con el choque de los materiales que lleva. Transporte: el viento transporta los materiales a una distancia que depende de la intensidad de éste. Sedimentación: cuando el viento pierde velocidad, los materiales transportados caen al terreno. Erosión: El agua que discurre por la superficie va desprendiendo y desgastando los terrenos por los que circula. Transporte: las aguas superficiales transportan materiales desde las zonas de mayor altura hasta aquellas con menos pendiente. Sedimentación: cuando la pendiente del terreno desaparece y la circulación del agua es lenta, se depositan sobre el fondo los materiales transportados. Erosión: el oleaje del mar golpea las rocas y va produciendo su desgaste. Cuanto más fuerte es el oleaje mayor es su acción erosiva. Transporte: el agua del mar transporta los materiales que lleva en su interior, gracias a la acción del oleaje y de las corrientes. Sedimentación: el mar deposita sobre las playas los materiales transportados. Erosión: el hielo de los glaciares erosiona las rocas por las que transcurre. Transporte: los glaciares transportan fragmentos de roca que van moldeando en este proceso, dejándolas con formas redondeadas. Sedimentación: los márgenes de los glaciares y su parte final son lugares de depósito de materiales. Las aguas procedentes de las lluvias y de los deshielos se infiltran en el subsuelo ocupando todos los huecos del terreno y finalmente se acumulan a partir de cierto nivel, formando un acuífero. Esto ocurre cuando debajo de las rocas porosas se encuentran rocas impermeables, como las arcillas. • Sobreexplotación: en los lugares en que las precipitaciones son escasas, los acuíferos se van cargando de agua muy lentamente y si se consumen a un ritmo excesivamente rápido, se agotan. Un ejemplo de esta sobreexplotación y de sus problemas ecológicos derivados lo podemos encontrar en las Tablas de Daimiel.
• Contaminación: se suelen distinguir dos tipos de procesos contaminantes de las
aguas subterráneas: los "puntuales" que afectan a zonas muy localizadas, y los "difusos" que provocan contaminación dispersa en zonas amplias, en las que no es fácil identificar un foco principal. Los lenares o lapiaces son terrenos muy accidentados, plagados de surcos o canales con bordes generalmente afilados. Las hoces y los cañones son grandes canales de paredes verticales. Las hoces tienen una forma curva, y los cañones, una más recta. Los poljés son amplias depresiones resultantes de la unión de varias dolinas. Un sumidero es un tipo de dolina circular que actúa como desagüe natural para el agua de lluvia o para corrientes superficiales como ríos o arroyos. Las dolinas o torcas son depresiones en forma de embudo que se originan en zonas de la superficie del macizo donde se acumula el agua. Surgencia es cualquier salida al exterior de las aguas subterráneas procedentes del interior de la roca. Las galerías son pasadizos subterráneos horizontales originados por la disolución de la roca caliza. Las simas son pozos muy profundos formados a partir de una fisura o grieta en el terreno, que generalmente comunican la superficie con corrientes o cavernas subterráneas. Una caverna es una cavidad muy profunda en la tierra o entre las rocas. Una estalactita es una formación calcárea alargada y generalmente puntiaguda que cuelga del techo de algunas cuevas naturales; se forma por la evaporación de agua carbonatada. Una estalagmita es una formación calcárea alargada y puntiaguda que se encuentra en el suelo de algunas cuevas naturales; se forma por las gotas de agua carbonatada que caen del techo o de una estalactita.