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Este concepto originario se encuentra estrechamente vinculado con la virtud (la areté de
los griegos), y ésta a su vez, con la noción de interés general o el bien común.
Cohen y Arato sostienen que “éste fue el término que los latinos tradujeron por societas
civilis”
La Sociedad Civil en el Medioevo
• Cohen y Arato sostienen que la concepción aristotélica de la sociedad civil
“jugó aquí sólo un papel menor”26, refiriéndose a las primeras
traducciones latinas del término. Ya en traducciones posteriores, “Alberto
Magno y Tomás de Aquino tendieron a restringir la societas civilis a la
ciudad-Estado medieval (como equivalente más cercano de la antigua
polis)”.
• El uso del concepto de sociedad civil en el medioevo, al tener una
relevancia menor, simplemente se identificó al significado de res pública
sin mayores distinciones con los gobiernos, monarquías etc. De este modo,
se impidió que se pudieran instalar la idea de sociedad civil de un cuerpo
de ciudadanos organizado. Esta noción tradicional de sociedad civil como
república se mantuvo durante el feudalismo, sin un desarrollo teórico
mayor.
Thomas Hobbes, el primer filósofo que planteó el argumento del
contractualismo clásico
La noción de Hobbes, finalmente, “pretendía identificar al propio Estado
moderno con la mancomunidad o sociedad política/civil” . De hecho, Hobbes
planteaba que el poder soberano del príncipe absoluto proporcionaba el único vínculo
social entre los individuos originariamente aislados, por lo que en la teoría hobbesiana
“el contrato social crea un Estado, no una sociedad” , dejando fuera la idea ética y
normativa de ciudadanos libres e iguales que constituyen la sociedad civil. En esta
noción, los individuos delegan la función del mantenimiento del orden y la seguridad al
Estado, de manera que no se abre la posibilidad de participación política posterior al
contrato. Esto implica, entre otras consideraciones, el hecho de que el orden social
posterior al contrato para Hobbes debe ser el absolutismo. Del mismo modo, ya que el
poder del príncipe es la única conexión social entre los individuos, no pueden
establecer un nuevo pacto para revocar este gobierno, excluyendo la posibilidad de
acción política desde los ciudadanos.
John Locke
• continuando con el argumento contractualista, se va a oponer a la tradición
absolutista hobbesiana. En el primer tratado, Locke había refutado la
concepción del origen divino del gobierno. En esta segunda parte, el filósofo
enuncia el tránsito desde el estado de naturaleza a la sociedad civil, estado civil
o estado de sociedad. La particular manera de entender el estado de
naturaleza y el modo del contrato de Locke tendrá importantes consecuencias
para la sociedad civil y su trayecto de autonomización progresiva.
• En consecuencia, sostiene Locke, “siempre que cualquier número de hombres
esté así unido en sociedad de tal modo que cada uno de ellos haya renunciado
a su poder ejecutivo de ley natural y lo haya cedido al poder público, entonces,
y sólo entonces, tendremos una sociedad política o civil” . En consecuencia, la
sociedad civil será incompatible con el absolutismo, pues de ocurrir algún
conflicto entre el monarca absoluto y un ciudadano o cualquiera que se
encuentre bajo su dominio, para Locke, “esas personas continuarán en el
estado de naturaleza”.
• En síntesis, para Locke, la sociedad civil o política la constituye aquel
colectivo de individuos que posean una autoridad superior a la cual
apelar en caso de surgir algún conflicto entre ellas y que defina ”hasta
qué punto deben castigarse las ofensas cuando son cometidas dentro
del Estado”. Por otra parte, la sociedad civil o Estado, tiene por fin la
conservación de la propiedad, entendiendo a ésta en un sentido
amplio, que incluye también la integridad física y la vida de los
individuos.
La distinción entre Sociedad Civil y Sociedad Política: Montesquieu
• para Montesquieu, el derecho político lo que regulará las relaciones entre
la sociedad y el Estado; el derecho civil regulará las relaciones entre los
ciudadanos. Se distingue, por lo tanto, entre dos elementos
analíticamente diferenciados, dentro de la sociedad en su conjunto: un
gobierno o sociedad política y una asociación de ciudadanos o sociedad
civil. La distinción se revela en la diferencia de los ámbitos de
competencia de las leyes: “el derecho político reglamentaba las relaciones
entre los gobernantes y los gobernados, el derecho civil reglamentaba las
relaciones entre los miembros de la sociedad”
• El aporte de Montesquieu a la discusión acerca del concepto de sociedad
civil, finalmente, consiste en la instalación definitiva de la distinción entre
la sociedad política o el estado y la sociedad civil, que viene a reafirmar lo
que había sido avistado por Locke. Así, se daba inicio a una nueva etapa
en la tradición de la sociedad civil, en que se constituye definitivamente
como una esfera autónoma del Estado.
La Sociedad Civil y el progreso económico: Adam Ferguson
• Por el contrario, el tránsito que Ferguson reconoce corresponde al paso
entre un estado de sociedad incivilizada o ruda a una sociedad civilizada o
culta, siempre en función de los avances en el ámbito de la producción
económica y del mercado.
• El progreso en la teoría de Ferguson es, a su vez, producto de la división del
trabajo. Un pueblo no podrá hacer grandes progresos, mientras no haya
una separación en los oficios, habiéndose dividido y encomendado las
distintas actividades a diversas personas. La división del trabajo será causa
de progreso y acumulación de riquezas, diferenciando las ramas de la
industria, mediante la especialización, de la cual la sociedad incivilizada
carece. Para eliminar absolutamente la idea racionalista del contrato,
considera que la división del trabajo no es producto de una decisión
deliberada por parte de los hombres, sino que obedece a un proceso de
avance, sin un sentido general o un objetivo, que se manifiesta gradual y
espontáneamente.
Las sociedades, además de los principios organizadores tendrán dos objetivos
que cumplir. Por un lado, las sociedades deben velar por el mantenimiento del
orden social, para lo cual es necesario un espíritu valiente, una voluntad y una
capacidad de defenderse. Por otro lado, deben sobrevivir a enemigos externos e
incrementar la producción, para lo cual deben desarrollar el comercio
especializando sus funciones mediante la división del trabajo. De este modo, el
reemplazo en el protagonismo de la preocupación por el mantenimiento del
orden social por la preocupación de la supervivencia ante los enemigos externos
y por el ámbito del comercio y de la producción, determinará el paso de una
sociedad civil primitiva a una sociedad civil culta o civilizada.