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CONOCIMIENTO

CIENTIFICO

GILBERT A. ESPIRITU GARCIA


conjunto ordenado, comprobado y
sistematizado de saberes obtenidos de forma
metódica y sistemática a partir del estudio, la
observación, la experimentación y el análisis
de fenómenos o hechos, valiéndose de una
serie de rigurosos procedimientos que dotan los
datos y las conclusiones obtenidas de validez,
objetividad y universalidad.
 Ordenado, coherente, preciso, objetivo y
universal.

 Se estructura como un sistema verificable


e interrelacionado de conocimientos
que nos permite comprender y explicar
la realidad y los fenómenos de la
naturaleza.
Características del
conocimiento científico

Es un saber crítico y fundamentado, que


procede de manera metódica y sistemática; sus
conclusiones son verificables; el saber que arroja
es unificado, ordenado, universal, objetivo,
comunicable, racional y provisorio, que, en
definitiva, permite explicar y predecir hechos o
fenómenos mediante leyes o principios.
 Crítico: porque distingue entre lo verdadero y lo falso,
lo cierto y lo discutible.
 Fundamentado: porque basa sus conocimientos en
pruebas y datos obtenidos mediante análisis metódico
y riguroso.
 Metódico: porque se vale de métodos de investigación
y determinados procedimientos que dotan de rigor el
estudio, la observación y el análisis.
 Verificable: porque puede ser comprobado mediante
la experiencia.
 Sistemático: porque constituye un sistema de ideas
interrelacionadas y conectadas entre sí.
 Unificado: porque su objeto son los conocimientos
generales y no singulares.
 Universal: porque su validez es igual para todos, no
hay cabida para la relatividad cultural.
 Objetivo: porque los hallazgos tienen un valor general
y no individual o subjetivo.
 Comunicable: porque puede ser comunicado mediante
lenguaje científico.
 Racional: porque en él es fundamental la inteligencia y
la razón humana.
 Provisorio: porque el hallazgo de hoy puede ser
refutado mañana por medio de otra teoría más precisa.
 Explicativo: porque explica los hechos y fenómenos de
la realidad y la naturaleza mediante leyes o principios
que son comunes y constantes.
 Entender y explicar con objetividad, rigurosidad y
precisión el porqué de las cosas.
 Descubrir las relaciones constantes en los fenómenos.
 Establecer las leyes y principios a que obedecen dichos
fenómenos.
 Comprender los procesos o leyes que rigen la
naturaleza.
 Establecer conclusiones de validez universal.
Conjunto de normas por el cual debemos
regirnos para producir conocimiento con
rigor y validez científica.

 es una forma estructurada y sistemática de


abordar la investigación en el ámbito de las
ciencias.
 se vale de la observación, la experimentación,
la demostración de hipótesis y el
razonamiento lógico para verificar los
resultados obtenidos y ampliar el
conocimiento que, en esa materia, se tenía.
Sus hallazgos pueden dar lugar a leyes y
El objetivo es resolver las preguntas formuladas
mediante un trabajo sistemático y, en este sentido,
comprobar la veracidad o falsedad de una tesis.

El método científico, para que sea considerado como


tal, debe tener dos características:
debe poder ser reproducible por cualquier persona, en
cualquier lugar; y
debe poder ser refutable, pues toda proposición
científica debe ser susceptible de poder ser objetada.
1. Observación: es la fase inicial. Comprende la investigación, recolección,
análisis y organización de datos relacionados con el tema que nos
interesa.
2. Proposición: es el punto de partida de nuestro trabajo. Plantea la duda
que nos proponemos despejar.
3. Hipótesis: es el planteamiento de la posible solución al problema o
asunto que vamos a tratar. En este sentido, se basa en una suposición
que marca el plan de trabajo que nos trazaremos, pues intentaremos
demostrar su validez o falsedad.
4. Verificación y experimentación: en este paso, se intentará probar
nuestra hipótesis a través de experimentos sujetos al rigor científico de
nuestra investigación.
5. Demostración: es la parte donde analizamos si hemos logrado
demostrar nuestra hipótesis apoyándonos en los datos obtenidos.
6. Conclusiones: es la etapa final. Aquí se indican las causas de los
resultados de nuestra investigación, y se reflexiona sobre el
conocimiento científico que generó.
LA CIENCIA Y SU
OBJETO
1. El significado de «ciencia»

El término «ciencia» tiene su origen etimológico


en el verbo latino «scire» (saber).

En su significado más amplio, la ciencia consiste


en el conocimiento sistemático y metódico de
los entes y de sus propiedades a través de las
causas. El conocimiento espontáneo u ordinario
carece, en cambio, de método, de sistematicidad
y de medios científicos. Constituye sin embargo la
base gnoseológica para el saber científico. Ambos
se complementan mutuamente.
El concepto de ciencia no ha sido siempre el mismo, por
ejemplo como la veían los antiguos, es bastante
diferente a como la vemos actualmente.

Aristóteles definió la ciencia como un conocimiento cierto


por las causas. Para él la ciencia desde el punto de vista
subjetivo es un hábito intelectual especulativo y desde el
punto de vista objetivo es un conjunto de conocimientos.

El objetivo de la ciencia es que conozcamos el mundo, a


nosotros mismos y a Dios.
El hombre se dedica a la ciencia movido por su afán de
saber o para satisfacer sus necesidades.
b. En sentido preciso
«Ciencia» significa la investigación metódica y
organizada de la experiencia sensible objetivamente
verificable, en contraposición a las ciencias universales
del ente immaterial: la filosofía y la teología.

«ciencias puras» cuando su objetivo es meramente


especulativo, es decir, con el único deseo de conocer, y
«ciencias aplicadas», cuando el objetivo es
principalmente práctico, con el deseo de satisfacer las
necesidades de la vida.
2. El objeto de la ciencia

Toda ciencia estudia un sector particular de


la realidad desde un punto de vista
singular, dejando de lado otros sectores y
puntos de vista.

El objeto, define a cada una como «esta»


ciencia, confiriéndole unidad y marcando
su diferencia específica.
a. El objeto material
Es el contenido de la ciencia, el sector de la realidad
que se examina, la materia de investigación. La física
se ocupa de los fenómenos naturales; la botánica
estudia las plantas; la aritmética se concentra en las
propiedades de los números. Diversas ciencias pueden
coincidir en su objeto material; así, por ejemplo, el
hombre es la materia de la anatomía, la medicina, la
psicología, el derecho, la pedagogía, la sociología y la
historia.
b. El objeto formal

Es el aspecto o a la perspectiva a la luz de la cual se


estudia el contenido u objeto material. Marca la
diferencia específica de una ciencia. Ejemplos: la
anatomía y la medicina estudian el cuerpo humano,
pero uno se interesa sólo de los elementos que lo
componen y el otro sólo de lo que tiene que ver con la
salud.
Las otras ciencias citadas anteriormente estudian
al hombre, pero cada uno bajo un punto de vista
particular y exclusivo: cómo reacciona la mente
(psicología), cómo el hombre legisla sus
derechos y deberes (derecho), cómo se educa
(pedagogía), cómo vive en sociedad (sociología),
cuál es su pasado (historia).
Podemos distinguir dos tipos de objetos formales:

• El objeto formal quo («por el cual») consiste en el


modo, la fuente, el método o los instrumentos del
conocimiento científico.
Ejemplos: la observación y el telescopio en
astronomía, la experimentación y los
laboratorios en la física nuclear.
• El objeto formal quod («el cual») indica, sin
embargo, lo que se estudia del objeto material
o sector de la realidad considerado, o sea, el
aspecto real conocido a través del objeto quo.
Ejemplos: los astros con sus
características específicas en
astronomía, determinadas leyes de la
naturaleza en la física nuclear.
Demos ahora un ejemplo de todas las distinciones a
través de la comparación de dos ciencias particulares:
la psicología y la historia tienen al hombre como
objeto material; la primera se dedica sólo al estudio
de las reacciones de la mente (objeto formal quod) a
través de la consultoría y basados en experiencias y
estudios científicos (objeto formal quo); la segunda,
en cambio, se dedica al pasado del hombre (objeto
formal quod) a través del estudio de documentos y de
legados materiales y espirituales, como son los
monumentos, las obras artísticas, las corrientes de
pensamiento... (objeto formal quo).
3. División general de las ciencias según su objeto
material

Denominamos «ciencias naturales» a las que estudian


las propiedades y relaciones de los entes sensibles o
físicos.

Se subdividen, a su vez, en «ciencias formales» (lógica


y matemáticas) y «ciencias de lo real» (astronomía,
física, geografía, meteorología, etc.). Solemos llamar a
las ciencias que estudian exclusivamente el ser humano
y todo lo que a él se refiere «ciencias humanas» o
«sociales».
4. Diferencia fundamental entre filosofía y ciencia

La ciencia tiene siempre como objeto material un


sector particular de la realidad sensible o formal
(relaciones lógicas y cuantitativas de la materia).

La filosofía (que, en sentido genérico, se identifica


con metafísica) estudia, en cambio, toda la realidad,
sin excluir nada de lo que existe.
Su objeto formal quod es la realidad desde la
perspectiva de las últimas causas y primeros principios
y propiedades, es decir, de aquellos que abarcan a
todos los seres.
Su objeto formal quo es la luz de la razón
(carece, pues, de instrumentos científicos y
tecnológicos y no usa expresamente la fe en la
revelación). La siguiente fórmula podría
ayudarnos a sintetizar las diferencias: «las
ciencias estudian algunos entes a la luz de las
causas segundas por medio de métodos e
instrumentos científicos; la filosofía estudia
estudia toda la realidad a la luz de las causas
últimas por medio del uso crítico de la razón».
CONCLUSIONES
GENERALES ACERCA DE LA
VALIDEZ DEL
CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
1. Posibilidad de las ciencias naturales y humanas

El fundamento objetivo de la validez de las ciencias


subyace siempre en el carácter inteligible de los entes
físicos y del ser humano mismo, ya que ambos tipos de
seres poseen una esencia y un modo determinado de
obrar, es decir unos aspectos (elementos, principios,
propiedades, leyes, causas) universales y permanentes,
que pueden expresarse en fórmulas, axiomas, leyes
generales. Los caracteres contingentes, particulares,
transitorios pueden conocerse y formularse como
opiniones o hipótesis de trabajo.
El fundamento subjetivo de la validez de las ciencias
se halla en la capacidad natural de la inteligencia para
aprehender con objetividad los aspectos inteligibles de
los seres sensibles y del ser humano – por medio de la
reflexión «científica» –, aunque sea de modo parcial y
limitado. Los objetos del conocimiento científico no
resultan evidentes ni a la sensación ni a la inteligencia
y requieren, por tanto, un esfuerzo metódico,
sistemático, programado, experimental, complejo,
racional, para avanzar de verdades presentes a nuestro
espíritu de modo simple e inmediato a verdades
complejas, lejanas y difíciles para nuestra inteligencia.
El grado de certeza de las conclusiones científicas
dependerá del carácter metafísico, físico o moral de
las mismas, es decir, del grado de inteligibilidad del
objeto, así como del modo como el científico llega a
aprehender tal objeto.
2. Los límites de la ciencia

En cuanto a su objeto material y formal toda ciencia se


reduce a la consideración de un sector o de un tipo de
entes de la realidad sensible por medio de sus causas
segundas. Presupone, pues, la existencia de su objeto y
el conocimiento de los primeros principios, que
constituyen, por otro lado, el objeto material de la
filosofía. En este sentido el conocimiento científico
depende del filosófico y en él se basa.
En cuanto al sujeto cognoscente, los límites quedan
señalados por la naturaleza de la actividad intelectual
que, por ejemplo, deja de lado las notas individuales y
los aspectos contingentes y transitorios de la realidad, y
nunca puede objetivar de manera absoluta al ser
humano. La ciencia queda también circunscrita a los
límites de los instrumentos usados, de la
experimentación, del testimonio transmitido por las
generaciones pasadas, del lenguaje científico, del
carácter contingente de la realidad sensible y factores
similares. La ciencia, como todo conocimiento
humano, aunque sea imperfecta e insuficiente, es de por
sí válida y necesaria.
¿QUÉ SON LAS
PSEUDOCIENCIAS?
Una seudociencia es un montón de creencias y
prácticas que se vende como ciencia.
Ejemplos:
alquimia, astrología, caracterología, quiromancia, ,
grafología, parapsicología y psicoanálisis.

Una seudociencia se reconoce por poseer al menos un


par de las características siguientes:
• Invoca entes inmateriales o sobrenaturales
inaccesibles al examen empírico, tales como
fuerza vital, alma, superego, creación divina,
destino, memoria colectiva y necesidad
histórica.
• Es crédula: no somete sus especulaciones a prueba
alguna.

Por ejemplo, no hay laboratorios homeopáticos ni


psicoanalíticos. Corrección: en la Universidad Duke
existió en un tiempo el laboratorio parapsicológico de
J. B. Rhine; y en la de París existió el laboratorio
homeopático del doctor Benveniste. Pero ambos
fueron clausurados cuando se descubrió que habían
cometido fraudes.
• Es dogmática: no cambia sus principios cuando
fallan ni como resultado de nuevos hallazgos. No
busca novedades, sino que queda atada a un cuerpo
de creencias. Cuando cambia lo hace solo en detalles
y como resultado de disensiones dentro de la grey.

• Rechaza la crítica, matayuyos normal en la actividad


científica, alegando que está motivada por
dogmatismo o por resistencia psicológica. Recurre
pues al argumento ad hominem en lugar del
argumento honesto.
• No encuentra ni utiliza leyes generales. Los
científicos, en cambio, buscan o usan leyes
generales.

• Sus principios son incompatibles con algunos de los


principios más seguros de la ciencia. Por ejemplo, la
telequinesis contradice el principio de conservación
de la energía. Y el concepto de memoria colectiva
contradice la perogrullada de que solo un cerebro
individual pueden recordar.
• No interactúa con ninguna ciencia propiamente
dicha. En particular, ni psicoanalistas ni
parapsicólogos tienen tratos con la psicología
experimental o con la neurociencia. A primera vista,
la astrología es la excepción, ya que emplea datos
astronómicos para confeccionar horóscopos. Pero
toma sin dar nada a cambio. Las ciencias
propiamente dichas forman un sistema de
componentes interdependientes.
• Es fácil: no requiere un largo aprendizaje. El motivo
es que no se funda sobre un cuerpo de conocimientos
auténticos. Por ejemplo, quien pretenda investigar
los mecanismos neurales del olvido o del placer
tendrá que empezar por estudiar neurobiología y
psicología, dedicando varios años a trabajos de
laboratorio. En cambio, cualquiera puede recitar el
dogma de que el olvido es efecto de la represión, o
de que la búsqueda del placer obedece al «principio
del placer». Buscar conocimiento nuevo no es lo
mismo que repetir o siquiera inventar fórmulas
huecas.
• Sólo le interesa lo que pueda tener uso práctico: no
busca la verdad desinteresada. Ni admite ignorar
algo: tiene explicaciones para todo. Pero sus
procedimientos y recetas son ineficaces por no
fundarse sobre conocimientos auténticos. Al igual
que la magia, tiene aspiraciones técnicas
infundadas.
• Se mantiene al margen de la comunidad científica.
Es decir, sus cultores no publican en revistas
científicas ni participan de seminarios ni de
congresos abiertos a la comunidad científica. Los
científicos, en cambio, someten sus ideas a la crítica
de sus pares: someten sus artículos a publicaciones
científicas y presentan sus resultados en seminarios,
conferencias y congresos.
Veamos en un ejemplo cómo obran los científicos
cuando abordan problemas que también interesan a los
seudocientíficos. En 1998 los psicobiólogos J. S.
Morris, A. Ohman y R. J. Dolan publicaron en la
célebre revista Nature un trabajo sobre aprendizaje
emocional consciente e inconsciente en la amígdala
humana. Ya que este artículo trata de emociones
conscientes e inconscientes, parecería que debiera
interesar a los psicoanalistas. Pero no les interesa
porque los autores estudiaron el cerebro, mientras que
los analistas se ocupan del alma: no sabrían qué hacer
con cerebros, ajenos o propios, en un laboratorio de
psicobiología.
Pues bien, la amígdala cerebral es un órgano diminuto
pero evolutivamente muy antiguo, que siente
emociones básicas tales como el miedo y la furia. Dada
la importancia de estas emociones en la vida social, es
fácil imaginar los trastornos de conducta que sufre una
persona con una amígdala anormal, ya sea atrofiada o
hipertrófica. Si lo primero, no reconocerá signos
peligrosos. Si lo segundo, será propensa a la violencia.
Las seudociencias son como las pesadillas: se
desvanecen cuando se las examina a la luz de la
ciencia. Pero mientras tanto infectan la cultura y
algunas de ellas son de gran provecho pecuniario para
sus cultores. Por ejemplo, un psicoanalista
latinoamericano puede ganar en un día lo que su
compatriota científico gana en un mes. Lo que refuta el
refrán «no es oro todo lo que reluce».

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