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Existencialismo

ean Paul Sartre


En qué se diferencia el hombre de
todos los otros seres?
En que en todos los demás seres la esencia
precede a la existencia, en tanto que en el
ser humano “la existencia precede a la
esencia”.
ESENCIA EXISTENCIA
Las cosas no definen su esencia,
la mesa no decidió lo que quería ser.

En el caso del hombre la


existencia precede a la
esencia, lo cual equivale a
decir que el hombre se
define a sí mismo,
determina su propia
identidad.
Y si la existencia del hombre precede
realmente a su esencia, en ese caso el
hombre es responsable de lo que es.
El hombre nace condenado a ser libre.
Condenado, porque no se da la existencia
a sí mismo; libre, porque una vez echado
al mundo, es responsable de todo lo que
hace.
Sartre sostiene que
somos seres conscientes, pero
no que tengamos adentro del
cuerpo una cosa misteriosa
llamada “consciencia”.
Estar consciente es siempre estar
consciente de algo. Ese algo, ese aspecto
del mundo que nos rodea, es uno de los
dos términos que constituyen la relación
en que consiste el estar consciente.
Relación de consciencia
Sujeto que tiene
Objeto de conciencia conciencia
¿Qué es el ser humano?
Ser humano equivale a ser libre.
Quieras o no eres libre.

El Ser y la nada

Hacemos que el comportamiento acontezca

Los seres humanos somos lo que somos pero sin coincidir totalmente con lo que
somos.
¿Qué somos, entonces, dado que
tenemos constantemente que
hacernos lo que somos?
Un ser que nunca es
enteramente lo que es, no es
una cosa; es una persona. Y
ser persona equivale a ser libre.
La angustia
Hay ocasiones en las que la consciencia de
nuestra libertad es de tal manera central y
total que no podemos absolutamente
ignorarla. Esa es la experiencia que Sartre
llama “angustia”.
Miedo Angustia
¿Miedo de sí mismo?
Lo que Sartre llama “angustia” es la
experiencia especial que acompaña el caer
en la cuenta de que lo que voy a ser
depende de mí, de que soy el único que
puede garantizar mi comportamiento, y de
que yo mismo no tengo ninguna otra
garantía de que me comportaré como lo he
decidido que el hecho mismo de que soy
libre.

La angustia no es más que la experiencia


clara e intensa de mi propia libertad.
Mala Fe y Autenticidad
• En cierto sentido, es
formidable ser libre. Tu
futuro es realmente tuyo.
Tú mismo llevas el timón
de tu vida y eres capitán
de tu propio barco. Te
das cita contigo mismo
en el futuro, y de ti
depende llegar
puntualmente a las citas
que te das.
• Quien es libre carece
absolutamente de
excusas.
• Hace falta valor para
aceptar nuestra
responsabilidad. Lo
que muchos hacemos
para eludirla es
simplemente
mentirnos a nosotros
mismos. El nombre
que Sartre da a ese
tipo particular de
mentira es “mala fe”.
¿Es posible mentirnos a nosotros
mismos?
• Todos los casos de mala fe son, en
resumidas cuentas, intentos de negar la
libertad propia con el objeto de esquivar la
responsabilidad consiguiente.
• Quien está en mala fe sabe que se está
engañando y al mismo tiempo
prácticamente se convence de que no es
responsable de lo que hace.
El “campeón de la sinceridad”
• El campeón de la
sinceridad se miente a
sí mismo sobre su
propio ser y quiere que
todos se mientan a sí
mismos.
• “Está en mala fe… en
la medida misma en
que se exige que la
libertad humana se
cosifique”.
Sólo hay una actitud que conviene
realmente al ser humano.
• “Auténtico” es aquél cuya vida
corresponde realmente a la estructura del
ser humano.
• Quien es auténtico asume la
responsabilidad por ser lo que es y se
reconoce libre de ser lo que será.
• Sólo los que son auténticos tienen un
pasado y un futuro que son realmente
suyos.
FIN
• EQUIPO:
• Laura Belem Ávila García
• Ma. Fernanda Castelán Tinajero
• Arisbeth Hernández Tapia
• Brenda Vera Márquez

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