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FOS (FRUCTOOLIGOSACARIDOS)

El interés público y científico se ha concentrado en los pre y probióticos para estimular la presencia de bacterias beneficiosas en el
intestino. Aunque ya se ha reconocido la importancia de la simbiosis entre las bacterias y el cuerpo humano, hasta hace poco se ha
comprendido la base molecular de esta "comunicación" constante entre la microbiota intestinal conocida como flora intestinal y el
sistema inmune del intestino. Esto es importante en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez, debido
especialmente a que el estilo de vida moderno (el estrés, los medicamentos, la dieta no balanceada) pueden debilitar el sistema
inmune. Los cambios significativos en la composición de la microbiota intestinal pueden afectar la salud general de un individuo.
Estos cambios son causados por la alimentación, edad, medicamentos (antibióticos), el estado de salud y el estrés.

ALIMENTO FUNCIONAL
Los Alimentos Funcionales son alimentos cuyos componentes afectan funciones del organismo de manera específica y positiva
para el mantenimiento de la salud y la disminución de enfermedades
Los FOS son ingredientes funcionales con efectos beneficiosos para el organismo.

EFECTO FIBRA
La definición de fibra dietética utilizada por la AOAC ( Métodos oficiales de análisis químicos) es “restos de células de plantas
resistentes a hidrólisis por las enzimas digestivas del hombre” y de acuerdo con esta definición, los FOS son considerados como
fibra soluble alimentaria.
Los efectos fisiológicos de la fibra son: regulación del tránsito intestinal, disminución del pH fecal, aumento del peso y volumen
fecales, disminución de los triglicéridos en suero y de los niveles de colesterol en sangre en pacientes con hipercolesterolemia.

EFECTO PREBIÓTICO.
Un prebiótico es un ingrediente alimentario no digerible que afecta beneficiosamente al organismo por estimulación selectiva del
crecimiento y/o la actividad de un número limitado de bacterias en el colon que puede mejorar la salud del ser humano.
El metabolismo microbiano de los FOS es selectivo. Estudios experimentales han demostrado que los FOS son fermentados
generalmente por bifidobacterias lo que induce a una alteración favorable en la composición de la microbiota al incrementarse el
número de bifidobacterias mientras que disminuyen bacterias patógenas como Salmonella typhimurium, Salmonella enteriditis, S.
aureus, E. coli, Clostridium perfringens, Campylobacter jejuni, Shigella, Veillonella y Clostridium difficile. (Perrin et al. 2001;
Roberfroid 2001; Fuchs 1987).
Los prebióticos (FOS) al utilizarse con probióticos como yakult, soful, yogurt su efecto es simbiótico. Esta combinación tiene un
efecto sinérgico, ya que además de promover el crecimiento de las cepas de bacterias beneficiosas existentes en el colon, los FOS
actúan mejorando la supervivencia, la implantación y el crecimiento de las cepas adicionadas.

LIPIDEMIAS (Grasas en sangre)


Los FOS reducen los niveles de triglicéridos, colesterol y lipoproteínas en sangre. (Fiordaliso et al. 1995; Loo et al. 1999; Olesten
y Gudmond-Hoyer 2000).
La hipotrigliceridemia (triglicéridos bajos en sangre) se explica por el descenso en el plasma sanguíneo de lipoproteínas VLDL
(lipoproteínas de muy baja densidad), ya que los FOS inhiben la capacidad de interesterificación del palmitato hacia
triacilgliceroles reduciéndose como resultado la lipogénesis hepática (García 2000; Marquina y Santos 2003).
La ingesta de FOS reduce los riesgos de hiperglicemia (azúcar en sangre) en mujeres postmenopáusicas.
Se ha logrado asociar ingestas de 6 a 12 g de FOS diarios durante dos a tres meses con reducciones importantes en el colesterol
sérico (hasta de 20-50 dl) (Gilliland y Walker 1990), lo cual disminuye un 25% el riesgo de sufrir isquemias a nivel
cerebrovascular, miocardio, extremidades, etc.
Los FOS ligan el colesterol y los ácidos biliares en la cavidad intestinal aumentado su excreción en las heces; esta reducción en la
absorción de ácidos biliares provoca que se deje de sintetizar colesterol para generar ácidos biliares y reponer así el faltante que fue
excretado (Bartnikowska 1999).
Otra forma que evita la formación de colesterol es por las bacterias lácticas (Lactobacillus acidophilus; Bífidus, etc.) que se
incrementan debido a la ingesta de FOS. Estas bacterias asimilan el colesterol y producen acetato y propionato que impiden la
síntesis de colesterol (Gilliland y Walker 1990; Liong y Shah 2005).

DIABETES
El consumo de FOS nunca produce fructosa o glucosa en el intestino ya que no puede ser hidrolizada, así no aumenta los niveles de
azúcar en sangre por lo que no requiere insulina para metabolizarse, por lo tanto, es óptima para el consumo de diabéticos.
Además, al generar energía tras largos periodos de tiempo (de 2 a 10 horas) también previene las bajas de azúcar en sangre lo que
es muy importante para evitar la cetoacidosis en personas con diabetes.

HÍGADO GRASO
Previene la esteatitis en el hígado, especialmente en personas obesas (Delzenne et al. 2002)

INSUFICIENCIA RENAL
Los FOS tienen la capacidad de disminuir la uremia y la amonemia, ya que el nitrógeno amoniacal generado en el colon por
diversos procesos es incorporado a las proteínas de la biomasa bacteriana que crece durante la fermentación, lográndose de esta
manera bloquear el paso de este nitrógeno a la sangre (Pujato 2002).
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ANEMIA
Estudios recientes con cerdos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) revelaron que los FOS ayudan al cuerpo a absorber
más hierro de las plantas alimenticias (el hierro de los alimentos vegetales es difícil de absorber ya que contienen sustancias
fitoquimicas que impiden de manera natural la absorción del hierro)
El cuerpo necesita el hierro para formar hemoglobina, la cual transporta oxígeno en la sangre.
En Ithaca, Nueva York, el fisiólogo de plantas Ross Welch del Laboratorio Estadounidense de Plantas, Suelo y Nutrición
mantenido por el ARS, y los científicos Koji Yasuda, Karl R. Roneker, Xingen Lei y Dennis D. Miller de la Universidad de
Cornell demostraron que los cerdos jóvenes alimentados con dietas a base de maíz y soya suplementadas con FOS absorbieron más
hierro de su pienso que otros cerdos alimentados con la misma dieta sin FOS. Welch dice que algunos procesos
interrelacionados pueden explicar los aumentos en la absorción de hierro durante la digestión. "Las bacterias beneficiosas que
fermentan los FOS en el colon sueltan ácidos grasos de cadena corta que aumentan la acidez digestiva y causan la
proliferación de las células mucosas. Este efecto produce más superficies celulares donde ocurre la absorción del hierro".
Dentro de estas células mucosas, productos metabólicos de la fermentación de FOS también activan un gene—llamado el
transportador–1 de metal divalente—que es responsable de producir una proteína requerida para la absorción del hierro por estas
células.
El estudio fue financiado por ARS y el programa global HarvestPlus, el cual es administrado por el Instituto Internacional de
Investigación en Políticas Alimentarias, con sede en Washington, D.F., y el Centro Internacional de Agricultura Tropical en
Colombia.— (enero 2008)

CÁNCER

El cáncer de colon se cuenta entre los tumores malignos de mortalidad más alta.
La fibra presente en la dieta diluye los carcinógenos fecales y los promotores tumorales por la presencia de un mayor volumen
fecal y por su capacidad para inducir la secreción colónica; la fibra dietaria también puede fijar los carcinógenos y los ácidos
biliares, contribuyendo a reducir el contacto de estos agentes con el epitelio colónico. Por lo tanto existe una compleja interrelación
entre los factores dietéticos, la flora fecal y la modificación de los carcinógenos y promotores tumorales potenciales en el interior
de la luz colónica.
Existe una importante disminución en el riesgo de padecer cáncer de colon, dado que muchas de las bacterias nocivas cuyos
metabolitos aceleran la aparición de lesiones ulcerosas se encuentran inhibidas por la acción simbiótica de los FOS y
bifidobacterias (Loo et al. 1999; Hellwege et al. 2000; Roberfroid 2001; Taper y Roberfroid 2002). Esto está demostrado por
estudios epidemiológicos que han encontrado que en poblaciones urbanas con mayor incidencia en cáncer de colon, se ha logrado
generar una reducción importante de la incidencia de este tipo de cáncer si se implantan dietas suplementadas con FOS (Marquina
y Santos 2003). En estas mismas poblaciones, al identificar la microbiota se detectó una gran incidencia de bacteroides, los cuales
al mejorar la dieta con FOS desaparecen en gran medida dado el efecto inhibitorio resultante (Henryk y Roberfroid 2001). El
butirato generado durante la fermentación favorece la proliferación de células normales y suprime el crecimiento de células
diferenciadas y potencialmente cancerígenas (Marquina y Santos 2003).
Cáncer de mama, se observó la inhibición del cáncer mamario en ratas cuya dieta fue suplementada con FOS.
Cáncer de piel, también ha sido reportado un efecto antimelanoma por el consumo de FOS.
El mecanismo aún no está claro, pero los resultados parecen señalar como responsable a la acción combinada de dos factores: el
aumento de los ácidos grasos de cadena corta (producto de la fermentación de los FOS) y la disminución de la proliferación de las
enzimas envueltas en la patogénesis del cáncer.
Estos efectos positivos en la salud han originado que se recomiende como factor adyuvante en las terapias contra el cáncer.

APARATO DIGESTIVO
Los FOS al no ser hidrolizados por las enzimas digestivas humanas, llegan intactos al colon donde son metabolizados de forma
anaerobia por la microbiota intestinal produciendo ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato y butirato), dióxido de
carbono, lactato y otros metabolitos que son absorbidos por el epitelio del colon al sistema porta, siendo fuente de energía con
efectos sistémicos en el organismo. El butirato es preferencialmente metabolizado por colonocitos (importante para la salud
colónica evitando formación de células cancerosas en colon). El butirato producido en la fermentación está asociado también
con la producción de mucinas, que son complejos de glicoproteínas que componen LA MUCOSA que recubre el epitelio
gastrointestinal; el propionato es tomado por el hígado y puede modular el metabolismo hepático de lípidos y carbohidratos; el
acetato, en gran parte, escapa del metabolismo hepático y colónico y sirve como fuente de energía a los tejidos periféricos
(músculos).
Debido a este proceso fermentativo, los FOS estimulan el desarrollo de la mucosa y aumentan la resistencia a enfermedades
intestinales por un mecanismo de barrera (Cherbut 2002). El consumo de FOS favorece la no aparición de lesiones intestinales
ulcerativas (Butel et al. 2002b), siendo el tratamiento de corto tiempo basado en la ingesta de fructooligosacáridos (FOS) y
bifidobacterias una de las mejores terapias para la inflamación asociada a la colitis ulcerativa activa (Furrie et al. 2005).

Diarrea: Se ha observado disminución de la diarrea, cuando se encuentra relacionada con infecciones gastrointestinales, debido al
efecto inhibidor de las bifidobacterias sobre los agentes infecciosos (Catala et al. 1999; Kaplan y Hutkins 2000; Roberfroid 2001;
Szajewska y Mrukowicz 2002).

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Estreñimiento: Los FOS evitan el estreñimiento al permitir una mejor formación del bolo fecal y favorecer la motilidad intestinal
(Kaplan y Hutkins 2000; Roberfroid 2001; Dahl et al. 2005). El consumo diario de 5 a 10 g de FOS genera un efecto
anticonstipante en períodos tan cortos como una semana, debido al incremento en la producción de ácidos grasos de cadena corta,
y a un aumento en la peristalsis producido por la alta población de bifidobacterias (Delaquis y Mazza 1998).
El aumento de la masa fecal se debe también a que a ésta se suma la masa bacteriana generada en la intensa fermentación y al
aumento en la capacidad de retención de agua otorgada por los carbohidratos no fermentados (Robefroid 1999).
Las deposiciones son más consistentes, más frecuentes más suaves en consistencia favoreciendo una defecación menos forzosa lo
que genera menos stress a nivel del colon y el ano observándose que dosis de entre 20 - 40 g por día de FOS potencian un efecto
laxante (American Association Of Cereal Chemists 2001).

OSTEOPOROSIS
El calcio es un mineral esencial en el organismo ya que no es posible sintetizarlo por nuestro organismo sino que sólo se incorpora
a través de la dieta. Sólo un tercio del calcio ingerido es absorbido, y los dos tercios restantes se eliminan a través de las heces. En
general se considera que la absorción se desarrolla en dos niveles: - un transporte activo en el intestino delgado; - una difusión
pasiva a través de la mucosa del colon (intestino grueso).
La ingesta diaria de calcio está muy por debajo de la cantidad diaria recomendada.
Este consumo insuficiente o bien una pobre absorción de este mineral a través del intestino puede conllevar un déficit congénito de
calcio, y causar una reducción de la masa ósea y derivar en estados adultos en osteoporosis.
La fermentación de los FOS en el colon aumenta la producción de ácidos grasos de cadena corta y lactato. En consecuencia, el pH
del contenido del colon disminuye significativamente, de modo que el calcio que está en forma de sales se disuelve mejor y se
difunde más eficazmente a través de la mucosa del colon.
Este aumento en la absorción de calcio ha sido corroborado en estudios científicos desarrollados en animales y humanos:
• Delzenne y cols (1995) realizaron un estudio con ratas en crecimiento a las que se les suministró una dieta enriquecida con un
10% de FOS que reveló un aumento en la absorción de calcio y asimismo de otros minerales, como el magnesio.
• Scholz-Ahrens y cols. (2002) al realizar un estudio con ratas ovariectomizadas, un modelo útil que imita a las mujeres
menopáusicas, demostraron que la ovariectomía provocaba una caída en el contenido de calcio en los huesos en comparación con
un grupo control no ovariectomizado. A un grupo ovariectomizado al que se le administró un 2,5 % de FOS en su dieta, esta
pérdida de calcio fue impedida y el contenido del mineral en los huesos se mantuvo prácticamente en un nivel normal. En otro
grupo ovariectomizado que se administró un 10% de FOS en su dieta, el contenido de calcio sobrepasó al grupo control de ratas
sin ovariectomía.
• Van den Heuvel y cols. (1999) comprobaron que en voluntarios humanos adolescentes la ingestión de 15g de FOS/día dio lugar a
un aumento relativo de la absorción verdadera de calcio del 26%. Para comprobar esta absorción mineral se utilizó la técnica del
doble marcaje con isótopos estables. Mejora la absorción de calcio y potencia la mineralización ósea: Como se evidencia de los
estudios anteriores los FOS mejoran la absorción de calcio pero a dosis muy altas. Por ello se han realizado estudios tanto a corto
como a largo plazo con FOS produciendo un patrón de fermentación selectiva en el colon. Se observa un aumento en la eficacia
de la absorción del calcio debido a que los FOS que se fermentan más lentamente, funcionan como “alimento” de la flora intestinal
a lo largo de partes más distales del colon. En consecuencia, el aumento de la solubilidad del calcio y de la absorción se produce a
lo largo de todo el colon, produciéndose de esta manera un uso máximo de toda la superficie de la mucosa colónica por parte del
calcio para ser absorbido.
Los estudios en humanos han demostrado esta mejora en la absorción de calcio:
• Griffin y cols. (2002) demostraron en 29 chicas adolescentes que tomando 8 g/día de este ingrediente se originaba un aumento
relativo de la absorción de calcio verdadero en casi un 20%. Por otro lado los autores de dicho estudio determinaron que el
aumento absoluto de la absorción de calcio era de 90 mg al día, valor muy significativo.
• Holloway y col. (2004) realizaron un estudio aleatorio, cruzado y doble ciego en 15 mujeres posmenopáusicas. A un grupo de
las voluntarias se les administró 10 g al día durante 6 semanas de FOS observándose un incremento significativo de la absorción
de calcio (y magnesio) en comparación con el grupo de mujeres a las que se les administró un placebo. El monitoreo de la hormona
paratinoidea y de la osteocalcina en sangre indicaba un incremento en la absorción de calcio y la formación de hueso.
Un último estudio publicado recientemente demuestra el aumento de la mineralización ósea:
• Abrahms y cols. (2005) realizaron un estudio a doble ciego durante un año (2005) en una muestra aleatoria de 100 individuos de
ambos sexos adolescentes. A la mitad de los voluntarios se le administró 8 g de FOS al día en el desayuno, mientras que a la otra
mitad se les administró un placebo (maltodextrina). Los niños y las niñas que recibieron Los FOS demostraron un aumento en su
absorción de calcio de un 20% al cabo de dos meses y este nivel de absorción se mantuvo elevado durante todo el año del estudio.
Después de 1 año, los cambios en la densidad mineral ósea y en el contenido mineral óseo, en el grupo que había recibido los FOS,
fueron respectivamente un 45% y un 15% más elevados que en el grupo placebo. Esto demostraba que el calcio extra absorbido se
depositó en los huesos.

ADULTOS MAYORES
En las personas de edad avanzada existe un desequilibrio de la microbiota intestinal con disminución de Bífidobacterias. En un
estudio clínico realizado con personas mayores de 75 años se demostró que después de tres semanas de recibir una dosis diaria de
FOS sus bífidobacterias fecales aumentaron significativamente, también se realizó un examen de sangre para investigar el efecto de
este tratamiento en la regulación del proceso inflamatorio crónico. En los resultados de este estudio se observó que el consumo
regular de FOS disminuyó considerablemente el proceso inflamatorio observado en los ancianos
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SISTEMA INMUNOLÓGICO
La acción de los FOS sobre el sistema inmunológico es a través de la estimulación selectiva del crecimiento y/o actividad de un
número limitado de bacterias intestinales (probióticos). Mediante la inmuno-modulación protegen al huésped de las infecciones,
incrementando la producción de inmunoglobulinas, aumentando la activación de las células mononucleares y de los linfocitos. La
mucosa intestinal no sólo es un órgano digestivo sino que es también el principal órgano inmune del organismo. El tejido linfoide
asociado con el tubo digestivo (abreviatura inglesa GALT, por gut-associated lymphoid tissue) es la principal vía de ingreso de los
antígenos intestinales y es el lugar en el que los antígenos provenientes del medio ambiente entran en contacto por primera vez con
las células inmunes. El sistema inmune gastrointestinal está organizado de tal manera que tanto el primer contacto con el antígeno
como las reacciones celulares iniciales ocurren en una estructura anatómica definida, representada en el intestino delgado por
agregados linfoides recubiertos por una capa epitelial. Son las llamadas placas de Peyer y forman parte del GALT. Una
característica interesante de estas estructuras es que la capa epitelial que cubre el tejido linfoide facilita el pasaje de moléculas y
bacterias, lo que permite un "muestreo antigénico" eficiente del contenido intestinal. Esto produce la activación de los linfocitos y
el comienzo de la respuesta inmune.
La mucosa intestinal, el sitio donde ocurre la respuesta inmune.
Los linfocitos B y T activados en el GALT abandonan las placas de Peyer y migran por la linfa y el torrente sanguíneo para
retornar finalmente a los tejidos mucosos. Mientras que las células B permanecen en el corion, los linfocitos T migran al corion y
también se establecen más cercanos al contenido intestinal, en el compartimiento epitelial. Los linfocitos B y T completan su
diferenciación en el corion y participan en mecanismos tales como la producción de anticuerpos. La característica distintiva de
las respuestas inmunes a nivel de las mucosas es la producción de anticuerpos, específicamente de IgA secretoria. Esta es secretada
por linfocitos B diferenciados. La IgA secretoria es transportada a través de la capa de células epiteliales hacia el lumen del
intestino por una molécula sintetizada por los enterocitos. En el lumen intestinal las moléculas de IgA secretoria reaccionan con
antígenos específicos impidiendo la interacción física de los agentes nocivos (o las bacterias) con la superficie de la mucosa. Este
proceso se denomina exclusión inmune y previene la activación de reacciones inflamatorias que podrían dañar la integridad de su
superficie.

TOLERANCIA
Los FOS son un ingrediente alimentario natural presente en muchas plantas comestibles (achicoria, espárragos, poros, ajo,
alcachofas) y por tanto, presente en la dieta tradicional. En las numerosas investigaciones realizadas sobre sus propiedades
fisiológicas beneficiosas para la salud se ha estudiado simultáneamente su toxicidad. Estos estudios han demostrado la inocuidad
de los FOS aunque en dosis masivas puede producir procesos diarreicos.
El metabolismo microbiano de los FOS puede producir secreción fluida, aumento de la motilidad intestinal como consecuencia
del aumento de la presión osmótica intraluminal, distensión del intestino con gases intestinales. Por tanto para evitar una sensación
incómoda en los intestinos es necesario limitar las fermentaciones usando una dosis diaria de 5 a 10 g al día. Los estudios
realizados indican que ingestiones del orden de 10 a 20 g diarios no causan problemas digestivos.

INOCUIDAD
Es importante destacar que los FOS fueron aceptados como ingredientes GRAS (generalmente reconocido como seguro) por el
FDA desde 1992, lo cual indica que pueden usarse sin restricciones en formulaciones alimenticias incluso en las destinadas para
infantes.

VALOR CALÓRICO
Los estudios de determinación del valor calórico de los FOS han encontrado un aporte energético de 1.5 a 2 kcal/g, que
corresponde a la utilización de los ácidos grasos de cadena corta producto de la fermentación.

Tras 10 días de consumo diario de FOS la población de bacterias benéficas llega a constituir el 80% del total de la microbiota
intestinal, y no el 20% que nuestras dietas normales mantienen.

Por tanto, el uso de los fructooligosacáridos (FOS) en poblaciones saludables parece ser una posibilidad interesante para mejorar
no sólo la salud intestinal sino la función inmune en el organismo.

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