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LOS CIRCULOS SOLIDARIOS

UNA FORMA DE TRATAMIENTO DE LA


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

DESDE DONDE PARTIMOS:

Uno de los problemas más relevantes de América Latina y de


nuestro país además de la crisis económica y social, es la violencia
intrafamiliar.

A tomado la categoría de problema se salud pública y por lo tanto


su tratamiento pretende ser integral desde todos los ámbitos del
Estado.

Es necesario decir que el presente trabajo pretende hacer una


reflexión desde lo que ha sido el tratamiento a esa problemática
pero además una invitación a la implementación de nuevas formas
de abordaje. Es más bien la sistematización e integración de
algunos años en el tema y una propuesta de renovación en función
de los y las más pobres.

La problemática de la violencia intrafamiliar en el Ecuador ha


pasado por varias fases, inicialmente con la atención informal desde
la sociedad civil y los grupos feministas que han logrado la
visibilización de la problemática con estudios de casos y
estadísticas que han roto con la visión de que este tipo de
problemas se trata casa adentro; es decir rompió con el paradigma
de lo público y lo privado. En definitiva logró la problematización y
politización de una situación familiar inmersa en una cultura
patriarcal e inequitativa que justifica desde ese lugar la supremacía
de un género sobre otro o permite ese espacio de ejercicio de poder
necesario para la expresión del otro.

La segunda fase por la que ha tenido que transitar la violencia


intrafamiliar es la exigencia del tratamiento de la misma por parte
del Estado y que se logra con la iniciación del tratamiento de la
problemática en las Comisarias de la Mujer y la Familia que decantó
en la Ley de violencia en contra de la mujer y la familia que lleva
algo más de diez años en vigencia. Actualmente existen 30
comisarías de la mujer y la familia distribuidas en 26 cantones del
país (los más poblados) mientras que 193 cantones más no cuentan
con una instancia estatal de denuncia por lo tanto no se cuenta con

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datos de la problemática de esos cantones por lo que se puede
inferir que no se denuncia o que se encuentran incorporados a los
datos de otros cantones.

La tercera fase que fue la implementación de la Dirección Nacional


de Género como la instancia estatal reguladora de las acciones de
todas las comisarías a nivel nacional conjuntamente con el
CONAMU y las instancias estatales centrales. Se supondría que es
la instancia encargada de llevar toda la información necesaria para
dar cuenta de los logros en torno al tema.

Y finalmente la cuarta fase con la llamada municipalización de las


problemáticas sociales que han llevado a los gobiernos locales a
asumir este tipo de problemáticas y generar para ello, estrategias
más cercanas a las y los pobladores de su ámbito territorial y
promoviendo una atención con calidad y calidez.

Sin embargo la violencia intrafamiliar persiste como uno de los


problemas más acuciantes; al inicio del tratamiento del problema
desde el ámbito público se hablaba de un porcentaje de denuncias
del 47 ,132 por ciento en el año 1999 y hasta el año 2003 (que son
los últimos datos referenciales) la cifra es de 56,882 por ciento, de
esto podría decirse que en lugar de disminuir, más bien ha
aumentado, sin embargo hay que tomar en cuenta que lo que
aumentaron fueron los sitios en los que se pueden receptar las
denuncias. Es sobre todo en las parroquias rurales de las cuales no
se tienen referencias donde la violencia aún persiste y se
incrementa..

Son infinidad los factores que no han permitido que las acciones
realizadas sean suficientes para detener el problema que mantiene
lugares relevantes entre los conflictos sociales, pero queremos
detenernos en el aspecto psicológico y su forma de tratamiento que
según la DINADER se han enfocado en tres aspectos:

- La psicoterapia individual: con los involucrados, con cada


mujer para clarificar ideas erróneas con las que acuden, para
elevar su autoestima y su autoimagen propiciando así que de
acuerdo a su realidad busquen las alternativas que requieren
y tomen desiciones; mientras que con los hombres agresores
se propende a encontrar las causas de su comportamiento,
alternativas de control de sus emociones y con los hijos para
detectar y trabajar su grado de afectación.

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- La Psicoterapia grupal: en la que cada una de las
participantes exponen su problemática logrando la
identificación con la mayoría de las integrantes y junto con el
terapeuta buscan alternativas para la resolución de su
problema.
- La Psicoterapia familiar: donde está inmersa la familia y trata
de encontrar en cada uno de los miembros del núcleo familiar,
las alternativas para encontrar el equilibrio emocional y
afectivo en la misma.

En este sentido y con estos antecedentes debemos enfocar el


trabajo que realizamos desde la línea psicológica bajo tres fuentes
importantes que a mi entender han marcado una profunda huella en
el quehacer social de América Latina y que son las siguientes:

• Paulo Freire con la Pedagogía del Oprimido


• Alfredo Moffatt con la Psicoterapia del Oprimido
• Pichón Riviere con su conceptualización de vínculo

Estas vertientes si bien han sido referentes importantes que


alimentan la reflexión y la la experiencia también han permitido
alimentar nuestra propuesta metodológica desde lo grupal que, en
países como el nuestro, con una clara crisis económica y social, es
la alternativa más coherente porque abarata costos, permite mayor
cobertura de atención y sobre todo permite construcciones
colectivas que van gestando tejido social o lo van fortaleciendo para
constituírse en mecanismos que aporten a un proyecto político de
transformación en el que la incorporación de las mujeres no sea un
simple discurso sino una realidad tangible.

Siendo así me parece importante tomar algunos elementos desde


donde esta propuesta permite visualizar mejor los porqués y son las
siguientes:

 Primer elemento:
Contar con un marco ético y político: que nos permita desde el lugar
de la transformación para la liberación recurrir a un marco teórico
acorde al propósito. Es decir partimos de la perspectiva de
derechos para llegar al empoderamiento como sujetas sociales y
somos absolutamente contrarias a entender a la psicología como
una oferta de servicios profesionales o como un programa de
asistencia psicològica. Nuestro propósito es la liberación del
sufrimiento psíquico de la mujer agredida, instaurado por la

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violencia intrafamiliar. Esto lo hacemos a través de mecanismos
formales llamados Derechos es decir esa serie de leyes y
reglamentos que guían a la organización de una sociedad y tienen
el carácter de obligatorios para todos los ciudadanos y las
ciudadanas como la como la Ley 103 Ley en Contra de la Violencia
a la Mujer y la familia y otras leyes colaterales que penalizan el
maltrato y la violencia. También usamos mecanismos informales
como su propia cotidianidad para reflexionar sobre ella
colectivamente.. Le apostamos a que una vez superada su
problemática, recuperado su estado emocional y empoderada de sí
misma, se introduzca en procesos sociales y políticos de
transformación tanto de su comunidad como de su entorno más
inmediato.

 Segundo elemento:
Contar con un marco teórico en la psicología que sea
coherente con el propósito de empoderamiento de las actoras
para su liberación – participación y creemos importante el
diseño y recreación de metodologías que permita nuevas
formas de introyección o comprensión de los derechos que
tenemos las mujeres, de nuevas formas de apropiación,
interiorización y asimilación de la información de la que las
mujeres disponemos; es decir no es un problema de falta de
información, todas sabemos que podemos hacer en casos de
violencia intrafamiliar, o por lo menos la gran mayoría, pero sí
hay un problema de toma asimilación de esta información
porque está de por medio la subjetividad de esa mujer.
Por eso partimos E.C.R.O. Esquema Conceptual Referencial
y Operativo como referencial porque que maneja una
concepción integral del ser humano en sus tres dimensiones
de Cuerpo, Mente y Mundo Externo.

 Tercer elemento:
Estado de los derechos:
Nuestro país, debido a factores como la falta de
gobernabilidad, la vigencia permanente de necesidades
individuales por sobre las comunes, la diversidad socio -
cultural y sobre todo, debido a la presencia de un Estado (a
través de sus aparatos de control), violador de los preceptos
comunitarios; ha tenido que recurrir una exagerada
normatividad. En todos los años de vida republicana
(alrededor de 150 años) tenemos alrededor de 20

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Constituciones o reformas a las mismas. Ni hablar entonces
de los reglamentos sectoriales.

Al hacer referencia a la normatividad planteamos nuestra forma de


ver la norma , como la serie de ideas, experiencias y subjetividades
que tienen las personas en torno a la conducta, actitud, intención o
creencia catalogada como usual, correcta y deseable por su circulo
social, grupo de referencia real o imaginario o a sus vínculos
sociales. Dicha norma internalizada le permite al sujeto y sujeta,
sentirse parte de, en definitiva, estar en un contexto que le
potencie.

En la lucha por poner en vigencia los derechos se pueden plantear


momentos en la misma. En primera instancia, lo que llamaríamos
la construcción de derechos, es decir la forma de ir definiendo la ley
sustantiva del derecho o la creación de dicha normativa que ha
logrado la instauración de imaginarios sociales distintos y ha
permitido también la violación a ese marco legal o en el mejor de los
casos el libre albedrío en su interpretación.
Como segundo momento, se ha dado el necesario salto cualitativo
hacia el ejercicio de esos derechos, que hace referencia a la
aplicabilidad de los mismos y que no por ser un salto cualitativo
implica a todas las mujeres, no todas tienen conocimiento ni de la
ley ni de la forma de aplicación de las mismas.
Finalmente y como tercer momento podemos hablar de la
exigibilidad de los derechos es decir, de la construcción de los
sujetos sociales, lo que vendría a ser el empoderamiento.

 Cuarto elemento:
• Ambitos de aplicación:
La construcción de los derechos, el ejercicio de los mismos y la
exigibilidad de los mismos pasan por dos àmbitos de desarrollo: el
ámbito público y el privado.

Estos que no solo son ámbitos de aplicación, sino también dos


concepciones o formas de ver y entender el trabajo de los Derechos
marcan la definición entre lo que se consideran “buenas
intenciones” del ámbito privado y comunitario y su aporte teórico y
metodológico y lo que puede trascender a política pública que es lo
que en definitiva marca la incidencia o no de determinado tema.

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En esta categorización de lo público y lo privado se pueden
visibilizar marcadas diferencias en el momento de que los
discursos se transformen en prácticas cotidianas desde el estado,
es decir, el avance a la exigibilidad y la construcción de sujetos y
sujetas sociales.

 Quinto elemento

En este mismo análisis es importante mencionar que el tema de los


Derechos Sexuales y Reproductivos se encuentran dentro del
campo de la construcción personal, familiar y social de los
individuos por lo que está también inmerso en el campo de las
subjetividades, en esa medida su concepción pasa por lo ideológico
y lo moral cuya marca está concretizada en la religión y sus
prácticas.

QUINTO ELEMENTO O CATEGORIA DE ANALISIS:

• Las relaciones de poder subyacentes:

Otro prisma de observación en este análisis es la forma de


relacionamiento que se establece entre las personas, instituciones y
discursos que pasan por una jerarquización de visiones y acciones;
quienes llevan más tiempo en el tema como personas, se muestran
más solventes y con más autoridad para hablar del mismo, así
mismo las instituciones que llevan más tiempo trabajando con la
temática establece una relación de superioridad técnica frente a
aquellas que no tienen tanto tiempo. Del mismo modo que las que
tienen más presupuesto o las que tienen la cobertura de la
normativa marcan el paso de las que no tienen estas condiciones.

En definitiva se evidencian concretamente las relaciones de poder


incluso dentro de las mismas instituciones que hacen como lo dijo la
peruana Patricia Ruíz Bravo que los operadores comunitarios se
sientan en desventaja con los trabajadores técnicos y
administrativos de las ONGs en su libro Con los zapatos Sucios.
haciendo evidente que para lo comunitario deben estar aquellas
personas que no han logrado un nivel de teorización y de entrega
comprometida en el tema.

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Nuestra Propuesta:

En la búsqueda de formas de abordaje de la violencia intrafamiliar


trabajamos en la conformación del espacio “CIRCULOS
SOLIDARIOS”, como el lugar de reflexión-terapia de las mujeres
pobladoras que viven problemas de violencia o que sin vivirla aún
pretenden aprender de las otras mujeres a prevenirla.

Los Círculos Solidarios tendrán las siguientes características:

El reconocimiento de que nuestra sociedad es una sociedad


gregaria, de que la fortaleza de las personas se logra en su relación
con los “otros” y “otras”; de que la estructuración misma de los/as
sujetos/as se hace en función de un encuentro con sus “pares”, nos
llevó a la necesidad de trabajar en grupos.

El grupo se constituye entonces el espacio en el que se despliega


“todo el bagaje de vivencias, pensamientos y creencias que
condensan nuestra historia personal, el marco histórico en el que
nos tocó vivir y los condicionamientos socioculturales, políticos,
económicos y religiosos a los que conciente o inconcientemente
adherimos”1

Nos permite en ese despliegue, hacer conciente, lo inconciente, lo


obvio, lo naturalmente aceptado o lo tradicionalmente vivido. En
palabras de Paulo Freire “la superación de la esfera espontánea de
aprehención de la realidad por una esfera cognoscible en que el
hombre asume una posición epistemológica”2; que, en relación a
los derechos sexuales y reproductivos, establece la relación entre lo
objetivo y lo subjetivo.

En ese sentido, la cultura juega un papel importante en la


construcción de los seres, en su personalidad y su psiquis; más en
temáticas como la de los derechos sexuales y reproductivos en la
que se encuentra tan comprometida la subjetividad; desde este
lugar intentamos recuperar información tanto de los operadores de
salud como de los de educación y de los mismos adolescentes.

Nos planteamos trabajar con dos tipos de grupos: los grupos


focales y los grupos operativos.

1
Clara Coria. El Sexo oculto del dinero, Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires –
Argentina, Segunda Edición 1986.
2
Pedagogía del Oprimido, Paulo Freire, Ed. La decouverte/maspero, París, 1983.

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FORMAS DE ABORDAJE EN LOS GRUPOS:

En todo grupo es necesario establecer “reglas de juego”


metodológicas, que tienden a dar organización tanto física como
psíquica en un determinado tiempo.

Para ello hay que aclarar que en nuestra investigación se habla de


grupos focales y operativos no permanentes, más bien puntuales,
con un solo acercamiento que nos permitió ver de manera general
pero organizada, como las creencias de las personas, sus
intenciones y sus actitudes, se traducen en un accionar concreto
que es la forma de transmisión de “conocimientos”, “saberes” y
“vivencias” a los otros, es decir de parte de los adultos a los
adolescentes.

Por lo tanto establecimos tres momentos metodológicos en el


trabajo con los grupos y que son:

• El encuadre:

Es el espacio de la apertura, de la presencia de emergentes, es


decir de aquellos elementos que traen los participantes de los
grupos al inicio.

La detección de dichos emergentes abre el diálogo, establece las


pautas, designa el camino y permite definir el tema de l que se
tratará en la sesión

En el trabajo grupal se conoce por “donde se inicia pero no donde


termina la producción”. El devenir de los sujetos en el grupo
empieza en el encuadre. Los derechos sexuales y reproductivos,
en su vivencia diaria, en su cotidianidad.

En este sentido los grupos de reflexión con efectoe terapéuticos


realizados se abrieron con ejercicios de interiorización y relajación
que permitió una recuperación tanto corporal como psíquica de su
propia persona.

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Permitió además crear un espacio neutral entre la realidad concreta
de cada una de los participantes y el espacio simbólico de lo que
esa realidad significaba para los mismos.

La apertura conjuntamente con el encuadre se constituyen


entonces como mediadores entre lo que son y los que quieren ser
los participantes.

En esta parte del trabajo grupal se han observado que las mujeres
tienen grandes resistencias a su autorecuperación en este sentido.
Se producen risas, malestares, bromas, verbalización excesiva, etc.
Lo que da cuenta de la falta de práctica en este tipo de trabajo y
sobre todo de la cada vez más compleja relación humana que
despersonaliza y aleja más a los seres. Lo que Marcela Lagarde
llama, cuerpos ocupados por los otros.

Nos hacemos cada vez menos sensitivos y más reflexivos, nos


perdemos en el mundo de las ideas y olvidamos los sentires, nos
evitamos en el tacto y en el contacto.

Meternos en esta dinámica de nuevas formas de acercamientos nos


llevó en el proceso a hacer cambios inmediatos a las planificaciones
sobre todo en lo referente al uso de técnicas que puedan permitir
mantener el encuadre.

• La producción:

Es el momento de la puesta en escena del objetivo del grupo la


movilización de la ideología inconciente de dependencia y soledad.

En este momento lo prioritario es el despliegue, las técnicas son un


mecanismo que motiva este despliegue pero la “tarea” (información
– movilización) grupal es el componente fundamental.

Del mismo modo que sucede en la fase inicial con los emergentes,
en la producción no se puede establecer su devenir, sus alcances o
límites. En este proceso, es el grupo que va dando la pauta de
manera inconciente de hacia donde quiere ir.

De nuestro trabajo hemos visto que esta fase del grupo es más
fácilmente asimilada dado que la primera va caldeando a los
integrantes y les permite posteriormente abrirse de manera menos

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forzada, su producción está más enmarcada en los objetivos que se
persiguen y su abordaje es más fluido.

• El cierre:

Es el momento en el que se debe hacer “un corte” simbólico entre el


despliegue del grupo y sus devenires. Es la ruptura imaginaria del
espacio en el que “todo es posible”, expresarse, hablar,
reconocerse, darse.

Este momento metodológico permite volver al sujeto a su propia


vida, a su cotidianidad, haciendo renuncias, volver a su vida, a su
mundo. Dejar el espacio de contención, la fantasía y la posibilidad
de “ser” y “estar”, muchas veces es costoso, se evidencia entonces
la necesidad de seguir de alguna manera, de mantenerse juntos,
estableciéndose entonces el inicio de una ilusión grupal.

Evidencia de esto es justamente el planteamiento que hacen los


integrantes en la mayoría de grupos de que este tipo de trabajo se
continúe, de que se establezcan nuevas fechas de encuentro o de
hablar con los facilitadotes para sostener nuevos encuentros.

Estos tres momentos metodológicos permiten el desarrollo del


trabajo de grupos en una contexto del “aquí y ahora”. Da a la
persona las pautas de espacio y tiempo que constituyen parte de su
retorno a la estructuración. Da también a la coordinación, la
posibilidad de mantener una lógica de entrada y salida, una
posibilidad de articulación entre la tarea (información – movilización)
y el trabajo cotidiano como operadores de salud o de educación en
el que su accionar frente a los y las adolescentes podrá o no, ser
modificado.

Con esta s consideraciones los grupos con los que trabajamos


tienen las siguientes caracterìsticas.

• Son Grupos de atención – reflexión e intervención de la


problemática de violencia intrafamiliar en la zona del Valle de
los Chillos.
• Son espacios abiertos de atención psicológica que trabajan
temáticas relacionadas con la violencia intrafamiliar, sus
causas, sus consecuencias, sus alternativas.

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• Brindan a los participantes una serie de herramientas y
recursos psicológicos y sociales para el adecuado manejo de
los conflictos internos que generan o permiten la violencia
intrafamiliar.
• Son espacios de fortalecen el autoestima de las y los
participantes.
• Son sesiones de dos horas de duración en las que la
problemática es tratada con técnicas psicológicas,
psicodramáticas, grupales, vivenciales.
• Son grupos abiertos con participantes fluctuantes que pueden
entrar y salir del grupo. Será la forma de trabajo y de
abordaje la que garantice el retorno de sus participantes.
• Son grupos a los que son remitidas las participantes desde
otras instancias como las autoridades locales, las instancias
del Municipio y las diferentes relaciones y contactos que tiene
la Red VIF del Valle de los Chillos.
• Son grupos que se realizan cada 15 días o cada 8 días según
los requerimientos de las instancias remitentes.
• Son grupos que pueden funcionar de manera centralizada en
el pequeño local de la Fundación ubicada en la Parroquia
Conocoto en la Calle Olmedo Nro. 3 y Oriente; o de manera
descentralizada con talleres o trabajo grupal en la zonas antes
planteadas.

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