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agua de nuestra instalación. La actividad diaria de
INTRODUCCIÓN A LA QUÍMICA DEL
AGUA DENTRO DE LA
ACUARIOFÍLIA MARINA.
TEXTO: Javier González Sanz
FOTOGRAFÍA: Ángel Garvía
Foto: Ángel Garvía.
INTRODUCCIÓN
Es una obviedad decir que los peces e
invertebrados marinos son animales que viven en
el agua, y por lo tanto necesitan que ésta tenga
una calidad y características idóneas para
facilitarles, y permitirles su supervivencia.
Este hecho arriba reseñado nos obliga a controlar
periódicamente distintos parámetros físico-
químicos que nos van a indicar la “calidad” del
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Actualmente el mercado ofrece hasta media
los animales que habitan nuestro acuario
repercute directamente en la calidad del agua
(alimentación, respiración, excreción, etc)
haciendo que algunos compuestos aparezcan
disueltos en el agua en cantidades peligrosas para
la vida. Amoníaco, nitritos, fosfatos, ... deben ser
retirados del agua por medio de los diferentes
sistemas de filtración y gracias a los cambios de
agua.
Por otra parte existen infinidad de elementos
disueltos en el agua a concentraciones muy bajas
que juegan papeles de increíble trascendencia a
la hora de la supervivencia de nuestros animales, a
estos elementos se les llama traza.
En el siguiente artículo trataremos de ver, de forma
y manera muy general, los principales compuestos
y parámetros a tener en cuenta a la hora de
montar y mantener un acuario de agua salada.
EL AGUA.
Como todos sabemos el agua es el disolvente
universal. Son cientos los distintos elementos que
en mayor o menor proporción pueden encontrarse
en el agua marina, desde los cloruros, calcio,
magnesio,... que presentan altas concentraciones,
hasta otros tan inesperados como el oro o la plata.
A la hora de montar un tanque marino podemos
optar por 2 soluciones, el uso de agua natural, o la
utilización de sal sintética para fabricar esa agua.
El primer caso es muy frecuente en ciudades
costeras, ya que el conseguir agua es
relativamente fácil. En las comunidades de interior
esta solución resulta difícil y complicada por lo que
el recurso de “fabricar” el agua pasa a ser la
opción más utilizada.
docena de sales sintéticas de alta calidad que nos
aseguran la obtención de un agua de óptimas
características físico-químicas. A la hora de hablar
de sales en todo momento hemos hecho
referencia a sales sintéticas, ya que las sales
producidas en las salinas pierden todos los
elementos traza de los que hemos hablado
anteriormente, y se cargan mucho de cloruros, lo
que las hace muy agresivas para las branquias y
tegumento de los peces (se podría decir de una
forma coloquial que son demasiado “saladas”).
Una vez se produzca la mezcla de agua dulce con
la sal, se deberá dejar ésta con una fuerte
aireación durante al menos 24 horas para
“madurar” dicha agua antes de introducirla en
nuestro sistema. No se recomienda renovar más
del 20% del agua con agua nueva recién
fabricada, ya que durante los primeros días esta
agua es agresiva y no se encuentra en perfecto
estado de maduración tanto física como
biológica.
En el caso que utilicemos agua natural deberemos
de estar completamente seguros de que el lugar
de extracción de esa agua es el correcto, y el
agua que conseguimos tiene la calidad mínima
exigible, ya que en la actualidad, debido a la
contaminación que producen las grandes urbes
cada vez son mayores los problemas que
aparecen a la hora de buscar un lugar de
extracción cerca de la costa. La introducción de
plagas y enfermedades en nuestra instalación
procedentes del mar son otros factores a tener en
cuenta a la hora de la utilización de agua natural.
Algunas instalaciones hacen pasar por ozono y
ultravioleta el agua de mar antes de introducirla
en su sistema, con el fin de evitar la introducción
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de plagas y patologías. Por otra parte la obtención
de agua de forma gratuita nos va a permitir los
cambios de agua con mayor frecuencia y
volumen.
LA SALINIDAD.
El control de la cantidad de sal disuelta en el agua
de nuestra instalación va a ser otro factor a vigilar
semanalmente, por lo que a continuación
veremos de forma general qué es la densidad y la
salinidad. El hidrómetros y el refractómetro son los
aparatos que van a permitirnos medir densidad y
salinidad. Los conductímetros también podrían ser
utilizados para la determinación de la salinidad,
pero debido a su complejidad no son muy
utilizados en la acuariofilia casera.
Foto: Ángel Garvía.
La salinidad se define como la cantidad de sal
disuelta que se encuentra en una masa de agua
determinado. Se mide en gramos por kilo de agua.
La densidad es una forma indirecta y más sencilla
de medir la salinidad. Depende directamente del
volumen de agua (viene dada por los gramos de
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sal por litro de agua) por lo que a su vez la
temperatura también puede hacer variar dicha
densidad. Todos sabemos que con el calor las
moléculas se separan y el volumen aumenta, por
lo que si tenemos 2 litros de agua con la misma
cantidad de sal, y uno está a 10º C y el otro a 30º
C, encontraremos una diferencia de densidad de
varios puntos por encima en el agua a 10º C en
relación al otro cubo. Existen tablas calibradas que
informan sobre estos factores de conversión, por lo
que pasar de salinidad a densidad, sabiendo la
temperatura, es algo muy fácil de determinar.
A temperaturas de entre 20-25º C, que son las que
permiten el mantenimiento del mayor número de
especies distintas, la cantidad de sal existente
para alcanzar una densidad de 1020-1024 es de
28-33 gramos de sal por litro de agua. Si optamos
por el montaje de un acuario sólo para peces,
densidades cercanas a 1018 van a ser más que
suficientes, e incluso van a permitir al pez tener
menos estrés “hídrico” y encontrarse en mejores
condiciones de salud. Si por el contrario tratamos
de mantener invertebrados (crustáceos, anélidos,
corales, equinodermos, moluscos,etc..) la
densidad a mantener en nuestro agua deberá ser
de 1022-1024.
La evaporación de agua de nuestros tanques va a
hacer que la densidad vaya subiendo de forma
paulatina, lo que va a obligarnos a añadir
periódicamente agua dulce para equilibrar esas
pérdidas evaporativas.
1. Elementos
En el agua marina son numerosas las diferentes
reacciones químicas que tienen lugar
constantemente. Realmente según pasan los años
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y tratamos de ampliar los conocimientos sobre
química del agua, tenemos la impresión que en
lugar de saber más, “sabemos menos”. Son tantos
los elementos, las reacciones, las interacciones y
los factores que entran en juego (población del
tanque, tipo de sal, temperatura, alimentación,
filtración, horas de luz ,etc...), que podríamos decir
que cada instalación y acuario es un mundo
diferente que funciona de una manera distinta al
acuario de al lado.
1.1. Carbonatos y bicarbonatos.
El esqueleto de los corales, la concha de muchos
moluscos, el exoesqueleto de los crustáceos, y
otras muchas estructuras de otros tantos animales
marinos están formados por carbonatos. Éstos son
extraídos del agua y depositado en las estructuras
tisulares de estos animales. Esto quiere decir que
los niveles de carbonatos y bicarbonatos van a
determinar de alguna manera el crecimiento y
bienestar de muchos invertebrados.
Para mantener unas concentraciones óptimas (de
unos 3 miliequivalentes) va a ser imprescindible la
adición de elementos traza y los cambios de agua.
El agua de calcio (“Kalkwasser”) es una solución
saturada de Hidróxido cálcico (Ca(OH)2) que
alcanza pH cercanos a 13, y que es utilizada para
subir el pH de los sistemas y aumentar la dureza de
carbonatos, además del calcio. Debido a lo
elevado del pH debe añadirse al sistema gota a
gota y de forma y manera temporal, midiendo el
pH del tanque diariamente. El agua de calcio
neutraliza igualmente numerosos ácidos que
pudieran aparecer en el agua, además de retirar
del sistema los fosfatos, al reaccionar con ellos
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precipitándolos y eliminándolos del agua del
sistema.
1.2. Elementos traza.
Llamamos elementos traza a todos aquellos que,
siendo totalmente imprescindibles tanto para
peces como para algas e invertebrados, se
encuentran disueltos en el sistema a hora de almacenar este tipo de productos.
concentraciones muy bajas de entre 0,005 – 0,01
ppm.
Un ejemplo claro sería el Yodo. La concentración
en el agua de mar de este elemento es de 0,06
ppm, pero su ausencia puede acarrear problemas
de pigmentación mortales para los corales, ya que
el yodo es pieza clave en la formación de los
pigmentos encargados de proteger a los corales
de la radiación ultravioleta.
Experiencias de muchos acuarios públicos y
profesionales han demostrado que los
espumadores de proteínas y el carbón activo son
agentes que retirar del sistema muchos de estos
elementos traza; por lo que en el caso de los
espumadores, suelen pararse durante el suministro
de las trazas (1 hora cada 3-4 días), mientras que
el carbón activo cada vez es más utilizado de
forma y manera puntual frente a problemas de
contaminantes o tratamientos clínicos, y no como
sistema crónico y constante de filtración del agua
marina.
La dosificación de este tipo de elementos debe ser
siempre la que marque el fabricante ya que una
sobredosis de trazas puede ser, en muchos casos,
incluso peor que una carencia de las mismas.
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Finalmente comentar que muchas de estas trazas
se presentan como preparados comerciales, y
deben ser guardadas siguiendo las normas del
fabricante, ya que por ejemplo en muchas
ocasiones la presencia de luz en este preparado
puede acarrear reacciones químicas que
invaliden dicha traza para su posterior utilización.
La temperatura será otro factor a considerar a la
2. Parámetros de “calidad”.
Existen en el agua muchos compuestos que por
encima de unas determinadas concentraciones Foto: Ángel Garvía.
limitan la presencia de vida en el agua, los
invertebrados suelen ser más exigentes frente a la
presencia de estos agentes, pero a determinadas
concentraciones incluso los peces pueden verse Las distintas maneras de mantenerlos a
afectados. A continuación veremos algunos de concentraciones bajas son:
estos.
- Un buen filtro biológico.
2.1. Restos nitrogenados. - No sobrealimentar a los peces.
- Respetar los cambios de agua.
Los peces se alimentan de proteínas, éstas en el - No sobrepoblar el acuario.
proceso metabólico de degradación dan como - Nitrarreductor (filtración anaeróbica).
resultado aminoácidos, péptidos de cadena
corta, ácido úrico, etc, que una vez oxidados
originan amoníaco y nitritos. Estos dos compuestos 2.2 .Fosfatos.
son los que pueden originarnos problemas en lo
que a la supervivencia de nuestros animales se Los fosfatos también aparecen en los procesos de
refiere. degradación de los alimentos. Su toxicidad
“directa” es muy baja, y los peces pueden
soportar altas concentraciones de esta sustancia,
por encima de 3 ppm. El problema aparece
cuando las algas inferiores y filamentosas
empiezan a crecer de manera exponencial
gracias a la presencia de este compuesto, ya que
los vegetales lo utilizan como “alimento” en su
metabolismo.
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La mejor manera de mantener los fosfatos por
debajo de 1 ppm es:
- Con cambios periódicos de agua.
- No sobrealimentar a nuestros peces.
- Correcto mantenimiento y sifonado del
tanque.
- No superpoblar el acuario.
- Filtro de algas, ya que como hemos visto
antes las algas consumen estos fosfatos en
su metabolismo.
- Resinas antifosfatos.
2.3. Silicatos.
Los silicatos se encuentran en el agua de mar a
concentraciones de 2-3 ppm. Unas
concentraciones mayores a las antes reseñadas
pueden provocar una explosión de algas
diatomeas que enturbien todo el tanque. Estas
algas necesitan silicatos para hacer su esqueleto.
Una entrada relativamente frecuente de silicatos a
nuestra instalación en por medio del agua del
grifo. En ciertas regiones españolas el agua de
suministro municipal es muy rica en silicatos, por lo
que pedir paramétricas sobre el agua a la
compañía encargada del suministro será un factor
a tener en cuenta.
Hay casos de concentraciones superiores a las 30
ppm en agua de consumo humano. La
eliminación de silicatos en el agua no es ni fácil ni
barata, únicamente los sistemas de ósmosis son
capaces de retirarlos del agua dulce que
posteriormente utilizaremos para fabricar la
utilizada en nuestra instalación.
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2.4. Metales pesados.
La aparición de metales pesados en el agua es un
grave problema que afecta principalmente a
aquellas instalaciones que utilizan agua natural
para gestionar sus animales. Cobre, Cromo, Zinc,
Cadmio, son algunos de los metales que pueden
aparecer disueltos en el agua, originados
principalmente por la actividad humana. Todos
ellos son mortales para invertebrados y condrictios
a concentraciones incluso de ppb. Los peces
óseos pueden tolerar niveles ligeramente mayores,
por lo que en algunas ocasiones (Sulfato de cobre)
y bajo condiciones absolutamente controladas,
pueden ser utilizados como agentes terapéuticos
(¡sólo para algunos peces óseos, jamás para
invertebrados y condrictios!).
Foto: Ángel Garvía.
3. PH.
El pH se encarga de medir la basicidad o acidez
del agua, está en relación directa con la
cantidad de sales disueltas. En instalaciones de
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agua salada el pH suele, y debe encontrarse,
entre valores de 8.0-8.2. Los acuarios con gran
carga biológica podrán ver descender su pH hasta
7.8 sin que realmente la mayoría de las especies
de peces, que nos los invertebrados, se vean muy
afectados.
Las distintas sales disueltas en el agua actúan a
modo de tampón o “buffer”, evitando los cambios
bruscos de pH, ya que son éstos los que afectan
más negativamente a la población del acuario.
En un tanque de arrecife de coral el pH nunca
debe bajar de 8.1. Esto se consigue con unas
labores de mantenimiento correctas, con cambios
de agua, no superpoblando ni sobrealimentando
a los animales, y utilizando una sal de buena
calidad.
4. OXÍGENO DISUELTO.
En el agua la cantidad de oxígeno disuelto es
mucho menor que la que se encuentra en el aire
por lo que los peces han “inventado” un sistema
muy eficaz para extraer ese oxígeno al agua, las
branquias. Los niveles de oxígeno en el agua
salada varían en función de la temperatura y la
densidad, pero suelen encontrarse en torno a las 7
ppm, con un índice de saturación cercano a l00%.
Las branquias son amplias superficies muy
vascularizadas que por diferencia de gradiente
extraen el oxígeno del agua de mar “a cambio”
de dióxido de carbono que suministran al agua.
Una potente aireación y una correcta filtración
van a facilitar la presencia de oxígeno en el agua
dentro de esas 7 ppm idóneas para la
supervivencia de los seres vivos de nuestra
instalación. El caudal de filtración de nuestro
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acuario debe permitir el paso de todo el agua de
nuestra instalación por la depuradora en un
máximo de 30 minutos. Este dato también va a
variar en función del tipo de acuario, población,
mantenimiento,... Los tanques con corales e
invertebrados deberán tener un caudal de
filtración de hasta 10 veces el volumen del
acuario.
5. CONCLUSIONES.
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BIBLIOGRAFÍA.
- Fossa, S. Y Nilsen, A.J. The Moderm Coral Reef
Aquarium. Volume 1. Ed. Birgit Schmettkamp
Verlag. Bornheim, 1996. 367 págs.
- Spotte, Stephen. Captive Seawater Fishes. Ed. A
Wiley-Intersciene publication. 1991, USA. 942 pags.
- Wilkens, P. Y Birkholz, J. Invertebrados Marinos.
Ed. Karl-Heinz Dähne Publishing. 1997. 262 págs.

- El uso de agua artificial es perfectamente factible

siempre y cuando la sal utilizada tenga la calidad
necesaria.

- Las renovaciones del 10% semanal de agua sin

necesarias para mantener una correcta química
del agua.

- El uso de agua natural en algunas ocasiones

puede acarrear problemas de calidad y plagas.

- Un sistema de filtración idóneo facilita el

mantenimiento de peces e invertebrados.

- La sobre alimentación repercute directamente

en las bajadas de calidad del agua.

- Controlar periódicamente el agua dulce utilizada

para la fabricación de la salada nos evitará
muchos sustos y problemas inesperados.

- La adición y control de elementos traza en

nuestro acuario de arrecife va a ser imprescindible
para el perfecto crecimiento de los invertebrados.

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