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El contexto de los nuevos desarrollos


Alrededor de la década de los años 1930, se van consolidando en el campo
de las Ciencias Sociales, el Psicoanálisis y la Psicología a nivel mundial
nuevos desarrollos que buscan dar respuesta a acuciantes demandas de una
sociedad en crisis. En la década de los años 1940 a partir del estallido de la
II Guerra Mundial los desarrollos y propuestas de nuevos modelos de
intervención e investigación en el campo social dirigidos a encarar los
problemas vinculados con la crisis, se van consolidando.
Formando parte de la orientación denominada Psicoanálisis Aplicado
Sigmund Freud publica una serie de trabajos que reflejan la situación de
tensión que atraviesa Europa y el mundo. Al ampliar su objeto de estudio
incursiona en la temática social desde una perspectiva psicoanalítica. Toma
como objeto de análisis y reflexión el fenómeno de las masas, grupos y
otras instituciones y desarrolla modelos explicativos que incluyen las
relaciones con la autoridad las relaciones vinculares entre pares, el
liderazgo etc. En El malestar en la cultura (1929/30), incursiona en el
tema del trabajo resaltándolo como dimensión fundamental de la conducta
humana.1 Expresa en 1904, que el reestablecimiento del estado psíquico en
general coincide con el de la capacidad del rendimiento –que alude al
trabajo- y de goce –que alude a la capacidad de amar-. Aún cuando pone en
un mismo plano de igualdad amor y trabajo, el estudio de este último como
actividad humana fundamental, que relaciona al individuo con su medio
social más amplio quedó un tanto relegado como tema de interés para la
psicología en aras de enfoques más centrados en la psicopatología y el
análisis de las perturbaciones mentales.
En la Argentina la década de 1950 emerge un movimiento de verdadera
creatividad que se consolida durante los años siguientes. Estimulado y
orientado por las enseñanzas de Enrique Pichon Riviere, Fernando Ulloa
es un representante principal de dicho movimiento. Anhelan establecer el
puente entre la conducta individual y el campo social. Advirtiendo que el
análisis de los grupos, las instituciones y la comunidad constituyen temas
1
Freud Sigmund. Psicología de las masas y análisis del yo. (1920-1922) Amorrortu editores.1976;
Freud, Sigmund El malestar en la cultura (1927-1931) Ammorortu editores. 1976.
Nota del autor: agradezco a la Dra Diana Etinger por la colaboración que me brindó en la realización de
este trabajo, el aporte de material de y sobre Ulloa, su testimonio personal acerca de la figura de nuestro
homenajeado y en particular por la lectura crítica de borradores previos que enriquecen esta versión final.

1
postergados comienzan a darle el lugar que le corresponde como objeto de
estudio, de intervención y cambio, en aras de la promoción de la salud
mental. Imbuido de un espíritu crítico referido a lo instituido, Ulloa aplica
el método clínico al campo social formulando verdaderas innovaciones
que han dado en llamarse Psicología Institucional, Asamblea Clínica,
Grupos etc. Sus inquietudes son compartidas y trabajadas con otros colegas
a través de la cátedra universitaria en la Facultad de Psicología de la UBA
entre ellos José Bleger.
Para concretar el establecimiento del puente con lo social a través del
desarrollo de nuevos modelos de abordaje, Ulloa encara una revisión
profunda de los marcos referenciales tradicionales en Psicología y
Psicoanálisis, para hacerlos más adecuados a los nuevos campos de
aplicación y a la ampliación del objeto de intervención y estudio. Esta
iniciativa y desarrollo implica una reformulación amplia del método y del
nivel de análisis. La realiza valiéndose de una práctica sistemática y una
casuística muy significativa. La pasión por el trabajo en salud y mental, así
como un fuerte compromiso ético en pos de esclarecer y ayudar a encarar
los problemas esenciales del ser humano le dan su sello personal a esta
orientación. Hace gala de un bagaje clínico fundamental que le aporta
claridad epistemológica y criterios de pertinencia a sus intervenciones
consonantes con lo que exigen las transformaciones de los modelos y de los
enfoques.
Antecedentes de esta orientación podemos encontrarlos en la experiencia
Rosario, impulsada por Enrique Pichon Riviere, que constituye a mediados
de la década de los años 50, la plataforma de lanzamiento pública de los
Grupos Operativos. Los nuevos hallazgos metodológicos operativos van
recibiendo progresivamente el interés de las sucesivas generaciones de
psicólogos, psicoanalistas, médicos y de una variedad muy amplia de
trabajadores sociales. Ulloa invita a transitar los nuevos caminos a las
sucesivas generaciones de profesionales que se van integrando al campo de
la promoción de la salud. Su significativo poder de convocatoria reside en
la transparencia y confianza que despierta su figura y la pasión que
trasunta su entrega a la profesión y a su trabajo.
En el libro Novela Clínica Psicoanalítica. Historial de una práctica relata la
experiencia Rosario y la describe. Después de dicha experiencia continúa
realizando grupos y seminarios en los que revisa los modelos de abordaje y
advierte la necesidad de establecer criterios de pertinencia especiales para
las innovaciones y nuevos desarrollos. El concepto de “interpretación” por
ejemplo que es usado para tratar los emergentes dentro de la sesión
psicoanalítica, no le resulta el adecuado ni tampoco el de regresión
transferencial. También señala tempranamente la necesidad de

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reemplazar los criterios y entidades diagnósticas provenientes de la
psicopatología.
Durante la década de los años 1960 los grupos operativos comienzan a ser
profusamente utilizados en la enseñaza y también en la clínica, no sólo
institucional sino privada. En estos casos si bien aplica criterios
“operativos”, recupera en su enfoque las enseñanzas provenientes del
psicoanálisis, estableciendo la diferencia entre conceptualización y
formulación operativa de la interpretación.
A raíz del ejercicio de la cátedra universitaria de Psicología Clínica
desarrolla un dispositivo grupal ampliado, que le permite trabajar con más
de un centenar de personas al que denomina “Asambleas clínicas” y que es
creado alrededor de 1966. Posteriormente este dispositivo es llevado a
intervenciones en ámbitos hospitalarios y educacionales variados. Se trata
de asambleas en las que participan docentes y alumnos. El ámbito permite
recuperar en cada sujeto el impacto del proceso de aprendizaje incluidas
sus vivencias personales acerca del mismo. Las asambleas constituyen a
su vez una oportunidad para realizar una evaluación de dicho proceso de
aprendizaje, del cual el equipo docente recibe un feedback , que incluye
consideraciones acerca del contexto de la facultad y de la universidad en
la que ya comienzan a ocurrir fenómenos propios de lo que el autor llama
la cultura de la mortificación caracterizada por el fraude, como opuesto a
un proceder ético. Esta actividad ejercida en las asambleas es parte de una
clínica no ajena a los conflictos de la vida cotidiana que permite recrear un
pensamiento colectivo más cercano a la verdad.
Las asambleas clínicas en su versión inicial, se realizan los sábados por la
mañana durante 3 o 4 horas, lo que demuestra una vez más la capacidad de
trabajo y compromiso del profesor de la cátedra que es trasmitida a sus
alumnos. Es habitual la concurrencia de cursantes de otras cátedras
movidos por el interés que llegan a despertar. La participación en ellas es
voluntaria. No se realiza registro de asistencia ni se controla la entrada. La
libertad para pensar sin censura y participar activamente en la creación de
un producto intelectual, representa un motivo de disfrute. Ulloa parado al
frente de las asambleas utiliza su capacidad de escucha, lee los emergentes
grupales manifiestos y latentes. Va armando la urdimbre a partir de las
expresiones individuales que son hilvanadas en pos de una trama y
construcción colectiva del tejido del saber, enriquecido por la interacción
social y la creatividad grupal. Se vale del humor que utiliza con maestría,
las analogías el lenguaje metafórico, el discernimiento de significados.
Juega con las palabras y aporta imágenes en pos de la búsqueda del sentido
de las conductas expresadas. Va tomando de las anécdotas y
dramatizaciones, las ideas que van señalando la existencia de un proyecto
colectivo en ciernes al que de esta forma ayuda a explicitar, a componer y

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hacer explícito entre todos. La suya constituye una forma muy particular de
ejercer la interpretación. Como veremos más adelante el rescate de los
elementos de un proyecto colectivo tiene un efecto constructivo en el
pensamiento, al permitir la re apropiación por parte de la comunidad global
de un contenido en el que se basa el aprendizaje generado por la
intervención y del que se pueden ir deduciendo intenciones de cambio. En
etapas avanzadas del proceso de desarrollo y aprendizaje de esta
comunidad clínica comienzan a aparecer espontáneamente grupos
autogestivos que toman iniciativas vinculadas con la temática del a cátedra,
y van realizando micro emprendimientos prácticos de intervención afuera,
que son parte del proceso de aprendizaje diseñado. Los diversos procesos y
resultados van dando lugar a una experiencia que se va reportando a la
comunidad de aprendizaje.
Entre los que asistíamos a dichas maratones de los “sábados continuados”
queda como recuerdo la expectativa con que eran esperadas y el placer de
participar en la construcción del proceso colectivo que en su seno se
producía.
Las asambleas son a su vez, una expresión del ejercicio de la democracia
directa. Para coordinarlas no es necesaria una lista de oradores como
ocurre en otro tipo de asambleas. En las de la cátedra de Psicología clínica,
los hablantes aportan un pensamiento que es fiel al emergente y que no
responde aun mandato conferido. El emergente se va modificando a través
de la interacción y el diálogo. La forma y contenido de la dinámica que se
establece, alteran la modalidad tradicional del funcionamiento de una
cátedra, que es la que prevalece en la variedad de contextos incluyentes en
los que transcurre el aprendizaje universitario. La expresión de la libertad
creativa y de pensamiento se ve interrumpida en la trayectoria que
relatamos, por la intervención a la universidad, en el año 1968 que se
inaugura con “la noche de los bastones largos” a la que se suceden una
recurrencia progresiva de noches represivas. Estas culminan con la
instauración masiva de la cultura de la mortificación impuesta
arbitrariamente por el gobierno militar.
El paso por la cátedra universitaria tanto a él como a Bleger le valieron de
infundíos y acusaciones que circularon en un pasquín de la época en el que
se los trataba despectivamente como sultanes la carrera de psicología.
Utilizando su maestría para interpretar el emergente valiéndose del rescate
del proyecto latente, Ulloa se limita a tomar el síntoma de comunicación
malicioso para transformarlo en un proyecto académico formativo. Esta
acción adquiere la forma del primer seminario de Psicología Institucional
en la Facultad de Psicología que versa sobre: “La psicología de la calumnia
y del rumor”. La modalidad operativa, le permite sin dejarse intimidar por
las amenazas latentes, aprovechar el seminario para realizar un examen

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crítico de la Universidad y de las instituciones de enseñaza pública. Va más
allá de la crítica al desarrollar propuestas factibles de ser realizadas.
Todavía no se le ha extraído a estos procedimientos tales como las
asambleas clínicas, suficientemente el jugo. Constituyen estas formas de
participación directa que surgen de la creatividad colectiva y que
representan el uso y el sentido más cabal de la democracia.
El primer seminario universitario sobre Psicología Institucional
desarrollado por Ulloa, constituye la primera acogida en un ámbito
Universitario, de la Psicología Institucional y modelos afines. Esto
representa el logro de haberlas introducido muy tempranamente en un
ámbito académico, y de haber obtenido el reconocimiento científico
adecuado. La introducción de la especialidad en el ámbito universitario le
otorga coherencia epistémica, respaldada por un marco teórico y
metodológico que se va desarrollando y poniendo a prueba en la medida en
que se van realizando prácticas de intervención e investigaciones
sistemáticas.

Criterios de pertinencia para un encuadre orientado al ámbito de los


grupos las instituciones en la comunidad.

Desde las primeras prácticas de los grupos operativos, Ulloa comienza a


desarrollar como dijimos lo que denomina los criterios de pertinencia que
son válidos para las intervenciones grupales e institucionales. Y lo lleva a
explicitar el encuadre operativo diferenciándolo del encuadre
psicoanalítico. Conservando la entrevista como instrumento fundamental
proveniente de la clínica, la despega de la psicopatología es decir de la
enfermedad mental. Formula leyes generales del método clínico
susceptibles de ser aplicados a un objeto social complejo, teniendo en
cuenta los tres momentos de la unidad de operación: investigación,
diagnóstico y modificación de lo observado. Este abordaje como aspecto
diferencial del modelo de investigación previo se plantea la involucración
y el compromiso, del investigador profesional que se incluye más
plenamente en un campo de observación y en un proceso de cambio de una
situación problemática por la cual fue requerido para investigar y actuar. La
modalidad implica romper el marco estrecho del laboratorio de
experimentación y del consultorio como ámbitos de trabajo. La
modificación del modelo previo compromete un encuadre a ser definido.
Resulta claro que la apertura a nuevos campos y la diversidad de fines que
estos suponen impone la revisión de los enfoques conceptuales acerca del
“objeto de la intervención”. La experiencia que se realiza en un nuevo
campo de aplicación va permitiendo así, a través de la conceptualización de

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la práctica la emergencia de nuevas teorías que dan cuenta de la naturaleza
del objeto.
Ulloa va explicitando este proceder y esta necesidad: reemplaza el
concepto de la clínica, entendido como lugar geográfico por el de situación
entendido como unidad identificable dentro de una campo psicológico. A
su vez establece la diferencia entre acción e interpretación, donde acción
se refiere a todo lo que está ocurriendo en las interacciones entre uno o
varios individuos insertos en un campo psicológico e interpretación se
refiere a la apreciación o evaluación que el observador hace de aquello
que ocurre. Procura establecer la diferencia del significado de la
interpretación que realiza el psicoanalista en relación con el material de su
paciente, por el de este otro que tiene que ver con la búsqueda y
formulación del sentido de la conducta, realizada por quien practica una
intervención. En ambos casos la intervención modifica el campo de la
conducta y ayuda a crear una nueva situación. Este mecanismo es
considerado como uno de los resortes de la estrategia de cambio que surge
de “elaboración” de los problemas con los que se confronta. Obedece a un
proceder que viene de la clínica ligado con el hecho de extraer del encierro
de una situación conflictiva el motivo y el objetivo de la intervención. Los
problemas se siguen considerando y estudiando en profundidad en la
medida en que se van indagando y de allí surge la resolución progresiva.
Este trabajo conjunto que establecen el profesional y la institución que
consulta, está basado en la colaboración, la reciprocidad, el deseo de
participación y de involucración todo abalado por la confianza.
El concepto puente que une distintos niveles de análisis y que permite
articular el nivel individual con el social es el de “conducta en situación”,
y que es valido para referirse a la unidad de análisis individual, grupal, a
una asamblea o a una organización. En efecto la modificación de la
conducta de sistemas micro sociales requiere no limitar la observación a
individuos aislados, sino hacerla extensiva al ámbito o contexto mas
amplio en el que se desarrolla la misma. De esta forma la estrategia de
intervención se hace más significativa y las conclusiones mas efectivas al
contemplarse la posibilidad de introducir cambios que hacen al contexto
institucional más amplio. Esto supone la reversión de la perspectiva. El
contexto es mirado en función de la importancia y efecto que tiene en
relación con los individuos que actúan dentro de él y en función de vista de
las vivencias subjetivas de quienes son regulados y que a su vez lo
determinan.
El concepto de interpretación referido a la conducta en situación trata de
sustituir una actitud normativo/valorativa por una formulación integradora
de distintos aspectos de la conducta en situación que se presentan

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disociados, disgregados, desconectados entre sí o alienados en el ámbito en
que se despliega.
Ulloa señala que la primera tarea de un profesional en cualquiera de los
campos en que trabaja es detectar los puntos de urgencia que le permiten
determinar cual es la acción crítica que enfrenta el sujeto de la
observación. Esta puede referirse a un proceso que se ha estereotipado, a
una dificultad de adaptación frente al cambio, o a aspectos del contexto que
resultan disfuncionales desde la perspectiva de los individuos que lo
integran 2
En sus seminarios prosigue poniendo a punto las técnicas operativas. Se
percata tempranamente, que en un grupo o una institución, donde se
despliega un proceso de interacción libre entre personas, pueden emerger
conflictos generados por perturbaciones de personalidad que se potencian
en tales ámbitos. Se plantea el riesgo que representa operar favoreciendo
el análisis regresivo de las conductas individuales involucradas que se
produce cunado se refieren preponderantemente al “porqué” motivacional.
Tomando la expresión de un conflicto interpersonal como síntoma, se
plantea una lectura del episodio de conducta tratando de visualizar aunque
sea el esbozo de un proyecto, muy frecuentemente referido a una faltante
que de existir contribuiría a mitigar el dolor y el desgaste a través de una
organización o encuadre mejor.
Los inevitables procesos regresivos que pueden darse por el hecho de que
hay subjetividad involucrada, necesitan ser canalizados constructivamente
a través de la creación de un encuadre adecuado para la expresión y
conducción de la conducta. El encuadre representa canales –espacio
temporales, temáticos y de finalidad objetivo y objeto- que apuntan más al
para qué, y a la búsqueda de las redefiniciones de sentido que incluyen el
contexto para permitir una mejor resolución de la situación problemática.
Justamente por ser un clínico de fuste Ulloa advierte los efectos deletéreos
y des estructurantes que puede tener un encuadre no adecuado a las
situaciones sociales, de trabajo o de aprendizaje. Cuando alude a los
criterios de pertinencia en las intervenciones, incluye aspectos éticos. Nos
recuerda un precepto que es parte del juramento hipocrático y que hizo
grande a la medicina: primum non noquere. Por ello la formulación de los
criterios de pertinencia incluyen aspectos en última instancia éticos que
buscan proteger la integridad y la seguridad psicológica de los individuos
que participan de una experiencia. El sólo hecho de participar en un

2
ULLOA Fernando Ficha Nº 149 correspondiente a la Cátedra Clínica de Adultos. Publicación interna
del Departamento de Psicología, destinada al uso interno de los alumnos. Fecha: presumiblemente 1ñ9
1962/63. Este material fue gentilmente cedido por el LIc. Horacio Mobilia agradecemos su colaboración
y estímulo constante, no sólo por el aporte de los mencionados materiales sino por la crítica constructiva
y el diálogo.

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encuadre grupal o institucional pone en juego la totalidad de la persona y
puede promover la emergencia de emociones y ansiedades inconcientes
universales que se hace necesario encuadrar. Señala que en la modalidad
terapéutica-psicoanalítica, el énfasis está puesto en la escucha y el examen
del “porque “genético del síntoma que es explorado como una
reproducción de algo que aconteció tempranamente en la historia del
sujeto. La exploración etiopatogénica tiende a e evocar o verificar la
repetición de dicha situación conflictiva proveniente de las escenas
históricas infantiles en la transferencia. El tratamiento y/o la interpretación
del porqué genético del síntoma instaura en el modelo clínico una tendencia
regresiva, que es des estructurante cuando se ve facilitada dentro de un
campo social. En estos casos puede promover un desequilibrio opuesto al
desarrollo y crecimiento. “En la modalidad operativa la intervención se
juega en el “para que” prospectivo de la intencionalidad del síntoma. Aquí
todo acontecer es examinado no como reproducción, aunque lo sea, sino
como ensayo para un después y afuera. Entonces, la transferencia tiene
mayor oportunidad de no instaurarse o inclusive de disolverse, en cuanto a
lo que entendemos por captura transferencial.”3
Ubicarse de esta forma frente al síntoma, frente a un conflicto o un
problema, implica como lo hemos anticipado, tratar de reconocer la
existencia en tales expresiones de un proyecto, que aunque sea en ciernes
puede vislumbrarse. El proyecto, siempre es prospectivo, está orientado al
futuro y al medio ambiente. Es intencional en la medida en que se refiere a
un acontecer más o menos remoto que se espera resolver encarar, hacer
nacer y que alienta la búsqueda. Además está referido a un objeto y a un
fin. Ubicarlo de esta manera invita a consideraciones acerca de las
características del proyecto, su solvencia, su orientación, el grado de
realidad, etc. De este análisis surge su reconsideración y una orientación
más adecuada a través de la cual pueden producirse los cambios. Esta
forma de aproximarse al material, está más cerca del plano de la conciencia
y convoca a la autonomía del sujeto o de los sujetos involucrados. Poder
operar con el proyecto implica considerar el grado de coherencia del
mismo, en relación con el objeto y con las metas implícitas o explícitas.
Los aspectos no manifiestos o subyacentes de la conducta, son
considerados a través de una concepción más global acerca de lo que se
necesita para contenerlos mejor. La modalidad es efectivamente
pragmática, está diseñada para resolver problemas prácticos que hacen a la
convivencia organizada y de allí su operatividad. Es una modalidad
ciertamente postulada como válida para intervenir en situaciones críticas o

3
Ulloa, Fernando. Novela Clínica Psicoanalítica. Historial de una práctica. Pag 68. Paidos. Psicología
profunda. 1995

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traumáticas ya que promueve una reintegración más rápida de los aspectos
alienados o disociados de la conducta individual, grupal, institucional.
Es dable esperar que en una institución u organización afectada por una
crisis se observe un período de shock en el que predomina la confusión y el
caos. En esta etapa puede haber una carencia aparente de un proyecto
explícito que permite visualizar el rumbo. En realidad siempre hay un
proyecto implícito no manifiesto o aún inconciente que es dable rescatar.
La ausencia aparente puede representar un bloqueo transitorio. Es posible
que en un segundo momento de mayor estabilidad los miembros de la
institución puedan recuperar una actitud más proactiva y comiencen a
visualizar un futuro factible o probable. Favorecer la reconsideración del
proyecto a la luz de las nuevas circunstancias, es constructivo evita
regresiones y desorganizaciones perturbadoras.
Subrayar la dimensión intencional de la conducta es re significarla a la luz
de nuevas metas que representan una perspectiva dirigida al contexto y al
futuro.
El enfoque intencional o prospectivo no está reñido con el histórico-causal,
en el campo de la conducta está contenido tanto el presente como el pasado
y las tendencias hacia un futuro al que apunta el objetivo o la finalidad
común. Este enfoque representa una integración sistematizada de los otros
enfoques y es consonante con una concepción holística de la conducta.
El proyecto es prospectivo pero también es cierto que las experiencias
previas constituyen factores históricos explicativos para entender bloqueos,
síntomas o problemas actuales. Nuevamente los enfoques se hacen
complementarios. Podemos advertir que el énfasis puesto en la
intencionalidad de la conducta y en la tendencia prospectiva determinada
por el fin o meta, actúa como organizador y analizador. Para hacer
predicciones confiables acerca de la dirección de ciertos cambios y
procesos es necesario adoptar una perspectiva amplia que abarque una
secuencia de eventos y acontecimientos interrelacionados. La
direccionalidad de un acontecimiento convoca a la existencia de períodos y
esto remite necesariamente a un intervalo de tiempo macroscópico. En
síntesis: la secuencia temporal amplia involucra tanto el futuro como el
pasado. El campo presente contiene conceptos acerca del pasado y del
futuro. Un individuo, un grupo, una organización no se orientan
únicamente a partir de su situación presente ni están solamente
determinados por el pasado: tienen expectativas, deseos, sueños que
involucran una visión actual del futuro. También poseen opiniones acerca
del pasado que nunca se ajustan por entero a la realidad, y sin embargo
forman parte de su campo psicológico actual. Por ello, toda la perspectiva

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temporal completa está presente en una situación y en un momento
determinado.4
Ulloa contribuye a explicar que significa ubicarse frente a un episodio de
conducta, buscando comprender su intencionalidad y sentido. Tal enfoque
destaca un aspecto pragmático, práctico que permite ligar el análisis de la
conducta con la acción posterior. En ese sentido, la dimensión prospectiva
que menciona se cristaliza a través de un proyecto siempre presente. El
proyecto señala la orientación, aquello a lo que tiende la conducta y que
posee una significación fundamental para el logro de una resolución
satisfactoria, dirigida a una adaptación proactiva modificadora del medio,
pero también de los propios esquemas previamente internalizados.
Todas estas consideraciones realizadas pueden ser incorporadas en el
contrato que establece aspectos del encuadre de una intervención
institucional. Expongamos a manera de síntesis los siguientes puntos:
• La participación en una experiencia es voluntaria. Las personas que
lo hacen pueden ser convocadas pero tienen que poder concurrir
libremente.
• El fin y los objetivos de los encuentros o reuniones requiere ser
claramente explicitada. El material o información brindada por los
participantes sólo es utilizada en función de los fines explícitos
enunciados. Las manifestaciones expuestas públicamente por los
participantes no pueden ser utilizados para evaluar personas ni las
opiniones vertidas deberían afectar la trayectoria de nadie.
• La información vertida en una reunión o entrevista es confidencial.
Cualquier informe que se realice a partir de los contenidos
expresados debe contar con el acuerdo del emisor o emisores.
• Es válido como criterio para la participación en las discusiones o
consultas el principio de la igualdad de oportunidades. Cualquiera
está en condiciones de opinar y de participar. Se aspira a un máximo
de representatividad.
• La intimidad de las personas necesita ser protegida, los contenidos
tratados en ámbitos públicos no deben vulnerar estos principios. La
emergencia inevitable de aspectos vinculados con la personalidad o
con la subjetividad individual deben ser considerados de acuerdo con
los criterios de pertinencia señalados más arriba.
• En la escucha se privilegian los aspectos prospectivos de la conducta
y del discurso incluido el proyecto institucional. El plano del para
4
Lewin Kart. Field Theory in Social Sciences. Cap III: “Defining thew field at a given time”. London:
Tavistock Publication, 1952. Traducción en castellano: La Teoría del campo en la ciencia social. Paidos
1978.

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que intencional que se dirige a la construcción de un proyecto y que
lleva implícita una propuesta de cambio.
• La dimensión temporal es tomada como un dato significativo de
diseño, ordenador y organizador de las acciones y los roles dentro de
una estructura manifiesta que establece expectativas para todos los
que ocupan una posición institucionalizada. Se propende a la
clarificación de los roles para reducir dentro de lo posible la
confusión y la ambigüedad.
Todos estos aspectos del encuadre/contrato, confluyen a una cuestión
fundamental: favorecer la confianza, y la expresión emocional constructiva,
fortalece los vínculos de colaboración y pertenencia, abona la esperanza y
ayuda al desarrollo. La contrapartida de la confianza es la desconfianza que
exacerba el sentimiento de amenaza.
Como se puede observar las cláusulas tienen un contenido
preponderantemente ético y apuntan a ciertos valores que se desean
sostener. Estos aspectos son fundamentales y forman parte de la técnica.
No se trata meramente de preservar ciertos valores morales sino de
establecer criterios que den garantías de seguridad y confort psicológico a
los individuos. Estos a la manera de factores limitantes de la conducta
constituyen premisas para que los individuos puedan expresarse libremente.
Lo ético no solamente coincide con la técnica sino representa lo que desde
un punto de vista práctico conviene hacer. Si estas cláusulas no se dan se
paraliza el proceso

La ternura como fundamento del compromiso con la ética.


Queda para el final de este recorte parcial de la trayectoria y de los aportes
de Ulloa el de la dimensión ética de su figura que por cierto le otorga una
relevancia especial. Este aspecto lo dejamos para el final pero no por eso es
menos importante.
Saber que Fernando Ulloa tenía carisma y ejercía un liderazgo profesional
axiológico –entendido como la capacidad de atraer e influenciar en una
dirección determinada a un grupo numeroso de discípulos y colegas es una
verdad conocida. Nos animamos a afirmar que dicho carisma no era
meramente un rasgo inmanente de su personalidad, sino un atributo que
devenía de su capacidad de despertar confianza en virtud de sus acciones,
su capacidad clínica, su pasión por el trabajo y principalmente por la
capacidad por manifestar y dar ternura en situaciones en las que predomina
el sufrimiento, la encerrona psicológica y (tomándolo de su propio
discurso) la cultura de la mortificación y el fraude. Coherente con sus
convicciones, no escatima expresar una postura crítica clara referida a las

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burocracias enquistadas en las instituciones psicoanalíticas en la
universidad o en el contexto global. Sus valores no pactan con el
autoritarismo y sus efectos nocivos fueron siempre claros: en su trabajo
profesional, al actuar como presidente de la Federación Argentina de
Psiquiatría o como perito en temas de Derechos Humanos interviniendo en
casos de personas que habiendo estado en prisión o secuestradas fueron
torturadas. Esta postura sostenida durante la dictadura militar, equivalía a
un riesgo de vida y justamente por este tipo de intervenciones y actitudes
profesionales honestas debió abandonar el país. El coraje que le daba la
búsqueda de la verdad lo llevo a enfrentar estos y otros riesgos. Y al volver
aún antes de que se instaurara el gobierno democrático, prosiguió con su
trabajo profesional atendiendo a cuanta familia que como víctima de la de
la represión de estado padecía la pérdida de uno de sus miembros y lo
consultaba. A esto lo habilitaba además de su destreza para intervenir en
situaciones traumáticas y en crisis la totalidad singular de su talento
humano y profesional.
Cuando una figura de esta dimensión fallece, no deja de existir. Sus
enseñanzas y su espiritualidad intrínseca siguen alimentando desde el
ejemplo las generaciones vendieras, especialmente cuando los temas que
fueron aspectos de una crítica severa y que tienen que ver con el maltrato,
el escándalo de la pobreza extrema, la injusticia y la ignominia siguen
prevaleciendo en la sociedad global. Tal vez sus discípulas colegas, amigos
y seres queridos no podemos dejar de lamentar por todo lo que todavía
pudo haber aportado su brillante figura su lucidez y ternura. Pero la vida
también es un accidente y debemos aprender a contentarnos con lo que nos
da, que en su caso ha sido inmenso.
Finalmente alguno de sus mensajes mas profundos e impactantes: al hablar
de la ternura señala que esta es una instancia constitutiva del la ética
militante y que abona la confianza. Dice: la empatía como condición que
deriva de la ternura garantiza el suministro adecuado (calor, alimento,
arrullo, comprensión, palabra). Tener miramiento es mirar con amoroso
interés a quien se reconoce como sujeto ajeno y distinto de uno mismo. El
miramiento es germen inicial y garantía de autonomía futura del infante.5

5
Ulloa Fernando, Novela clínica psicoanalítca. Pags 135,136. Editorial Paidos Buenos Aires 1995.

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