You are on page 1of 13

El maltrato…

Miles de mujeres acaban arrastradas y


maltratadas en calles o en sus propias casas
todos los años…

Ellas también tienen derecho a vivir…


NO dejes que te levante una mano
nunca más.

NO accedas a todo lo que él te


pide, sólo quiere manejarte.

NO permitas que sus palabras


terminen dañando todo tu ser.
NO aceptes sus perdones y déjale
claro que asistirás a su entierro
con la mejor de tus sonrisas.

NO consientas humillaciones
cuando no te las mereces.

NO toleres que tome el control de


tu propia vida, y acabes
desmotivada para seguir
viviéndola.
ALEXIA.
ALEXIA

Caritas como la de ésta niña son las que


nos hacen reflexionar..y saber que
ningún hombre merece nuestras
lágrimas y mucho menos la de esos
seres tan pequeñitos que (a veces)
llevamos dentro durante 9 meses… Ella,
sufre los mismo golpes que sufro yo, a
ella también le chilla y tengo que
reconocer que seguro que a ella le duele
más que a mí, por que cuando su papá
alza la voz, ella da pataditas sin
querer… y por ello sé que está
sufriendo, e intento acariciarla con lo
más profundo de mi alma y trasmitirle
que: “no pasa nada cariño, aquí estará
mamá para pagar por los golpes de papá
aunque no los merezca y tranquila que
yo no permitiré que ningún hombre te
haga esto nunca, te lo juro”.
Al principio..ardía de deseo por
ti…!!, pero aun así..me cubría la
cara para que nadie notara
nada..

DESEO
Hasta vergüenza de
respetarte me daba…
y ahora que ya no lo
hago, mira cómo me
has dejado…

RESPETO
“Orgullosa” de tu persona,
jamás quise desvelar nada… y
situaciones como en ésta,
tuve que aguantar tu
hipocresía cerca de mi cara
después de haberme
ASCO arrastrado por el suelo y
dejarme completamente
inútil..
DOLOR

Una y otra vez… una y otra


vez.. el mismo error de
siempre, te perdono, pero lo
vuelves a hacer..
Mis últimos días.

Toda una vida pensando que eras lo mejor de mi vida y que


relativamente encontraría mi felicidad junto a ti…
Llevábamos cinco años juntos, ya me había dado tiempo de
conocer a tu madre, a tus hermanos, a tus abuelos… todos
ellos me trataban como una hija más, generalizando, como
alguien más de la familia.
Tú trabajabas en un buffet de abogados y yo como una
simple hostelera, matándome día a día para poder ponerte
un plato decente de comida encima de la mesa, y tu
gastándote el dinero que te daban por defender a un par de
personas, en Mercedes de última gama o en mujeres de la
noche.
Durante estos cinco años, dos de ellos tengo que decir que
fueron un verdadero infierno a tu lado, ya que todas las
estafas en tus partidas de póker o en la mercancía que
traficabas, eran pagadas conmigo por que venías cargado de
impotencia.
Como toda mujer enamorada siempre esperé lo mejor de ti, y
pensé que como éramos felices el uno con el otro, iríamos los
domingos a ver a tu madre, me irías a recoger al trabajo a
altas horas de la noche y me llevarías al mejor restaurante
Ese mismo día, no ocurrió nada de lo que tú perfectamente sabías
que esperaba con gran ansia.
Salí de trabajar, llegué a casa deseando tener la cena preparada y
la ducha con agua caliente para relajarme, y poder tener el día de
mi veinticinco cumpleaños completamente tranquilo. Pero las
cosas empezaron a cambiar cuando me senté a comer y me
contabas que no sabías que hacer por que tu mejor amigo
maltrataba a su mujer, y él ya estaba harta de ella.
Cada palabra que tú, “el amor de mi vida”, pronunciabas relativa
a ponerle la mano encima a una mujer, se te abrían los ojos como
si de algo que te gustase se tratara.
Yo no hacía más que darle vueltas a la comida e intentar ordenar
todas estas cosas en mi cabeza, y cada porción de comida que me
metía en la boca, era un mal trago.
Pronto reaccioné y dije: “se me ha quitado el apetito, me voy a la
cama, ¿vienes?”. Y como no, tú me dijiste como incontables veces
que ibas a dar una vuelta y una vez más yo cerré mi boca, me
abrigué y me fui a dormir por que al día siguiente me esperaba un
duro día de trabajo como siempre.
Sabía que irías a visitar a aquellas mujeres que de milagro no
habían recibido ningún golpe o amago de desprecio. Pasaron las
horas y aunque el sueño me podía, no dormí hasta que él no llegó.
Eran las cinco de la mañana, y oí como a tientas intentabas abrir la
puerta, como era de costumbre venías borracho y molesto por otra
estafa en tus juegos nocturnos. Yo sabía lo que me esperaba.
Algo tenía esa noche que me estaba dando muy mala
espina, alcohol y rabia…¡¡UNA GRAN MEZCLA PARA RECIBIR
UN PAR DE GOLPES!! .
Aunque eran las cinco de la mañana, yo aún pensaba que
estaba cumpliendo años y desgraciadamente también
esperaba algún detalle por tu parte.
Cambiaste una sonrisa por una cara llena de morados que
dejaban constancia de tu superioridad, cambiaste un ramo
de flores por un bate de béisbol y dejaste que en vez de
poder darte un beso, tuvieras que pagarme un hospital,
tras lo que me estabas haciendo.
Ahora… en esta camilla rodeada de luces y médicos, con las
costillas rotas, desfigurada y con pocas horas de vida, sé
que esta noche desde hace cinco años, puedo sonreír y
decir que dormiré tranquila.

Celeste.
FIN

Celeste Pero-Sanz
Quesada.

You might also like