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PAT R I M O N I O C I U D A D A N O Y U S O P Ú B L I C O

EN EL SECTOR DE LA ENCARNACIÓN
PROPUESTAS PARA LA PLAZA DE LA ENCARNACIÓN CICLO DE CONFERENCIAS ORGANIZADO POR
EL COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE SEVILLA
CARMEN GIL CALDERÓN. ARQUITECTO ATENEO DE SEVILLA Y FUNDACIÓN FIDAS. FEBRERO 2003.

LA PLAZA DE LA ENCARNACIÓN: UN PROYECTO FRUSTRADO DE LA SEVILLA DECIMONÓNICA.

El entorno de la manzana que ocupara el antiguo convento de las Agustinas Recoletas de la Encarnación ha
sido objeto de reflexión oficial desde la redacción del Plan de Reforma Interior del Casco Antiguo aprobado
en 1968. Cinco años más tarde se procedía a la demolición definitiva del mercado que ocupaba ya tan sólo
la parte de la manzana al Norte de la calle Imagen, mercado que, cuando se construye es el mayor de
España pero que muy pronto se vuelve ineficaz y germen de graves conflictos de tráfico e higiene.
Desde entonces, durante 30 años, este magnífico lugar se ha ido degradando y fijando en la memoria
colectiva como una especie de retal, de tapón inexplicable entre las plazas de Regina y de la Encarnación, sin
más uso que el de aparcamiento temporal, con su burdo cerramiento y sus “medias calles” adyacentes; un
kiosco aquí y otro allá, colas de viajeros impidiendo el tránsito, y esa placita, convertida en isleta de tráfico,
absolutamente ineficaz como lugar de estancia por la excesiva agresividad y la tristeza del gris alquitranado
del entorno...
Son muchos los que, en este tiempo, han reclamado la recuperación del mercado, profesionales y placistas,
seguramente en una reivindicación legítima, pero la importancia de este enclave estratégico sigue
demandando, aún hoy, reflexiones profundas que permitan aunar estas exigencias locales con las
Estado de la manzana ocupada por el convento potencialidades que ofrece para la mejora de la calidad de vida a nivel general.
de la Encarnación según Rafael Vioque,
I.M. Vera Rodríguez y N. López López con Con anterioridad a la dominación francesa, parece que existió por parte de la municipalidad, intención de
anterioridad al derribo acometido en 1810
construir una plaza, sabemos del proyecto por la reclamación de los honorarios relativos a los trabajos que
para tal fin realizó el entonces arquitecto municipal, Cayetano Vélez, aunque se desconoce el objeto
concreto de los trabajos, si era realmente abrir una plaza o simplemente regularizar las alineaciones. Pero si
es clara y manifiesta -el decreto promulgado apenas dos meses después de su entrada en Sevilla, en Febrero
de 1810, no deja lugar a dudas- que la intención de José I era la de formalizar una plaza pública:

“D. José Napoleón por la Gracia de Dios y por la Constitución del Estado, Rey de las Españas y de las Indias,
vista la solicitud de la municipalidad de Sevilla, hemos decretado lo siguiente:
Art.1. Se formará una plaza pública en el terreno que ocupa la manzana comprendida entre las plazas de
Regina y de la Encarnación.
Art.2. Antes de proceder a la demolición de las casas comprendidas en dichas manzanas, se indemnizará a los
propietarios en bienes nacionales de igual valor y a su elección.
Art.3. Las monjas de la Encarnación serán trasladadas a otro convento.
Estado de la manzana ocupada por los conventos Art.4. Nuestros ministros de Interior, Hacienda y de Negocios Eclesiásticos quedan encargados, cada uno en la
de San Buenaventura, San Francisco y las Casas parte que le corresponde, de la ejecución del presente Decreto”...
Capitulares previo a la formalización de la Plaza
Nueva según Rafael Vioque Cubero, I.M. Vera Tal determinación parece coherente si pensamos que la estructura contemporánea de la ciudad ofrecía
Rodríguez y N. López López
como único espacio libre la Alameda de Hércules, inutilizable gran parte del año y cuyo estado podemos
imaginar leyendo el informe del ya mencionado Cayetano Vélez:

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“lejos de ser un sitio de recreo está reducida al más asqueroso pantano y contra lo prohibido por varias Reales
Órdenes y Decretos Municipales del Reino, está rodeada de tintes para los que hay multitud de pocillos donde
se deponen las heces producidas de aquel destino. Esta putrefacción embalsada infecta la atmósfera de
miasmas pútridas tan nocivas al aire que respiramos”...

Al derribo de la manzana del convento de la Encarnación le siguieron otros tantos, en concreto, la


Magdalena y Santa Cruz y, más adelante, aunque por obra de un incendio, el de San Francisco. Con
anterioridad se habían adoptado medidas de índole higienista encaminadas a la limpieza de la vía pública y
de los acuartelamientos que, a la sazón, se habían instalado en los conventos de San Jacinto, el Carmen,
San Francisco y Santo Tomás.
La Plaze Vendôme proyectada por Marsart
alrededor de 1667 en honor a Louis XIV Estas actuaciones, sin ser tímidas, se enmarcan en un proyecto mucho más ambicioso: José I no sólo quería
liberar espacio, pretendía además interconectarlos en un proyecto global de ciudad que permitiera la
permeabilidad en sentido Este-Oeste, conectando Puerta Osario con la Puerta Real y, en sentido Norte- Sur
conectando las Atarazanas con la Puerta de la Barqueta. En el primer eje el obstáculo principal lo constituía
la manzana del convento de la Encarnación; en el segundo, la gran manzana formada por el convento de
San Francisco, San Buenaventura y las Casas Capitulares. El objetivo último de José I era modernizar la
ciudad, devolverle el esplendor perdido, irreconocible en un caserío modesto, en un ayuntamiento gastado
y empobrecido y en una población apática ante la expectativa de la guerra; conocedor de las reformas que,
con objeto de esponjar la vieja trama medieval, el duque de Waylly había iniciado en París, se embarca en la
utopía de hacer de Sevilla una ciudad a imagen de la capital francesa.

Desconocemos cómo se hubiera acometido el proyecto de la Plaza de la Encarnación pues, aún siguiendo
con el ejemplo de París, los modos de ordenación y de gestión son muy diversos. En época de Luis XIV,
Marsart proyecta la place Vendôme, proyectando simultáneamente las fachadas y los organismos de la
misma dando como resultado un cambio radical del entorno. Los propietarios de los terrenos orientados a
la plaza deberían adquirir también al menos dos módulos de las fachadas que el rey mandase construir,
garantizándose así la uniformidad en el alzado y el ritmo compositivo. En la Plaza de la Concorde,
proyectada casi un siglo después -1757- Gabriel se limitó a superponer el telón de las fachadas
proyectadas a ambos lados de la Rue Royale sin involucrar en profundidad a la estructura existente, dejando
a los propietarios de los terrenos afectados la facultad de construir cuándo y cómo quisieran, pero si
contempló en su proyecto el trazado en jardines hasta las Tulleries y los Campos Elíseos, cuidando la
perspectiva del Palacio Real. Esta segunda intervención es más urbanística, ordenando básicamente el
espacio público y regularizando el cierre espacial del espacio parcelado mediante una “ordenanza”
La Plaze de la Concorde, proyectada en 1757
por Gabriel, puede constituir, junto con la Plaza ejecutada por la propia municipalidad.
Vendôme, referentes en el modelo que José I
pretendía implantar en Sevilla Otro ejemplo que nos permite acercarnos a la intención urbanística de José I, es el proyecto de la Plaza de
Oriente en Madrid que encarga a Silvestre Pérez en el que, en anotaciones al margen, puede entenderse la
intención de conectar el Palacio Real con la Iglesia de San Francisco el Grande.

Con todo lo expuesto podemos hacernos una idea de la dimensión del proyecto napoleónico para Sevilla
aunque para llegar a materializarlo hubiera hecho falta no sólo la determinación de la iniciativa autoritaria
sino la capacitación técnica para llevarla a efecto que, en la Sevilla del momento no abundaba; el propio
Cayetano Vélez no era arquitecto y le será retirada la licencia años más tarde, cuando la Academia de
Bellas Artes de San Fernando comienza a expedir en Sevilla títulos oficiales.

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De haber sido las cosas de otra manera podríamos contar en la ciudad con dos magnificas avenidas con una
buena arquitectura de la época y una estupenda y necesaria plaza pública.

Las restantes plazas proyectadas o, al menos, pensadas por José I, llegan a ejecutarse en el segundo tercio
del siglo, con alteración de sus alineaciones, como en la Alameda de Hércules o con una reestructuración
total, como en la Plaza de San Francisco. En esta última, puede que existiera una menor complejidad de
gestión que en la manzana de la Encarnación, debido a la titularidad del suelo, pero también se argumentó
la utilidad pública para llevarla a cabo. En cambio, el proyecto de la Plaza de la Encarnación, apenas tres
años después de iniciado, se abandona en favor de construir un mercado que venía a resolver, por un lado,
Un precedente que apoya el proyecto de José I
los problemas higiénicos y de control que generaba la dispersión de los puestos repartidos entre las plazas de
lo encontramos en el que encarga a Silvestre la Alfalfa y la del Pan y, de otro, el destino de un derribo del que todavía se estaban retirando los escombros.
Pérez para la Plaza de Oriente con intención Es la primera vez que el interés económico prevalece sobre el de utilidad pública en la “Plaza de la
última de conectar el Palacio Real con la iglesia Encarnación” pues el mercado sale adelante por su fácil gestión tanto en su ejecución como en la posterior
de San Francisco el Grande
recaudación de las correspondientes tasas. Este primer mercado que se ejecuta a cielo abierto, con puestos
corridos y naranjos organizando las calles se reafirmará en 1831 cuando Melchor Cano proyecta su
construcción en ladrillo centrándose en los alzados y en las alineaciones exteriores que subsisten hasta el
ensanche de la calle Imagen.

Hacia la mitad de la centuria el mercado ya se sabía ineficaz, el gran tráfico que ocasionaba tanto de
mercancías como de personas era insostenible, la acumulación de los productos hace que la falta de higiene
sea alarmante como también lo es la de los puestos que proliferan en el entorno de las puertas debido a la
dificultad de acceso al mercado. En 1948 se demuele la mitad Sur, para hacerlo más accesible al tráfico,
conformándose la actual plaza de la encarnación pero, en medio de una política de reestructuración y
creación de nuevos mercados en la ciudad no se vuelve a plantear la liberación de estos suelos para
conseguir un espacio público. En 1973 es demolido definitivamente, quedando el lugar en la situación que
podemos ver actualmente, y parece abandonarse, también definitivamente, el proyecto de espacio público.
Evolución de la Plaza de Santa Cruz tras el derribo
de la iglesia del mismo nombre según Rafael
Vioque La realidad es que transcurridos casi dos siglos desde la demolición de la manzana del convento de la
Encarnación aún seguimos alimentando el debate sobre su mejor destino. Con independencia de que las
decisiones parecen estar ya tomadas, debería revisarse el proyecto de un gran espacio público, libre, que
responda a su naturaleza simbólica de centro geométrico y de charnela Norte-Sur, entre el centro culto,
turístico y el centro marginal, degradado; una plaza donde los habitantes del centro puedan compartir su
tiempo, llena de actividad, llena de vida, sumidero de los recorridos peatonales, un espacio libre pero no
vacío, donde aprovechando la trayectoria de la línea 2 del futuro metro pudiera plantearse el registro del
centro y edificarse el gran espacio público del siglo XXI. Tal planteamiento se sustenta en el análisis de los dos
grandes problemas del casco histórico: el déficit de espacios libres y el problema de la accesibilidad y
registro, ambos suficientemente conocidos y reconocidos en el Avance del Plan General de Ordenación
Urbanística, en concreto, respecto a los espacios libres el documento señala:

“ el Norte(del casco) tiene una carencia cuantitativa del sistema (de espacios libres) al no dar cumplimiento,
siquiera, al mínimo reglamentario de 5 m2 por habitante...Para mitigar la falta de espacios de gran tamaño se
Evolución de la Plaza de la Magdalena según puede considerar las posibilidades de utilización que supone la proximidad de ciertos espacios fronterizos como
Rafael Vioque tras el derribo de la iglesia del
son: Los Jardines del Parlamento y la Torre de los Perdigones en el distrito Macarena, los Jardines del
mismo nombre
Guadalquivir en el distrito Triana o el Prado de San Sebastián en el distrito Sur...Basándonos en los expuesto y en
la dificultad que supone obtener nuevas áreas libres en un distrito tan consolidado”...

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La proximidad a la que se refiere el mencionado documento supone una media de 1,3 Km. desde la Plaza
de la Encarnación (centro del centro) hasta cualquiera de los espacios citados, distancia que no es asumible
por determinados sectores de la población si pensamos, además, en la dificultad que suponen las
deficiencias y obstáculos en las trayectorias peatonales y que ancianos y niños son los más necesitados de
espacios libres cercanos, complementarios de la vida cotidiana. En cuanto a la obtención de nuevas áreas
libres, si bien es cierta la dificultad para conseguir nuevos suelos, no lo es menos que en el entorno de la
Encarnación este tema está resuelto pues el espacio está liberado desde hace 30 años.

El Avance del Plan General de Ordenación Urbanística de Sevilla recoge, también, sobre “el vacío” de la
Encarnación potencialidades para la ubicación de nuevos equipamientos y para aparcamientos. El
equipamiento no es incompatible con el espacio público, muy al contrario, resulta muy beneficiosa su
complementariedad y sus nuevas formas de utilización así lo demandan, con respecto al aparcamiento creo
que garantizado el acceso mediante metro y otras formas de transporte colectivo, especialmente diseñadas
para el casco histórico, menos agresivas que las actuales, queda por resolver el aparcamiento para
residentes, no así el de visitantes.

En definitiva, la Plaza de la Encarnación debería pensarse como el gran registro del centro a través del
metro, con salida a un gran espacio público equipado, pensado de forma tal que permita la comprensión
Plano de espacios libres del distrito casco
histórico. Avance del PGOU de Sevilla.
del espacio, cerrando, quizá, la plaza de Regina mediante un volumen construido que permita jerarquizar
La grave falta de espacios libres en el sector norte la escala para su mejor aprehensión.
del casco histórico ( no llega a 5 m2/ habitante)
sólo puede solventarse en los existentes espacios Decía Nietzsche que los mejores pensamientos son los pensamientos caminados, una observa demasiada
limítrofes en Macarena ( Jardines del Parlamento y
Torre de los Perdigones), en Triana ( Jardines del introspección en algunos proyectos, demasiado ensimismamiento, son proyectos poco caminados. Muñoz
Guadalquivir) o en el sector Sur ( Prado de San Molina, en “La Huerta del Edén”, escribía que los campesinos no suelen padecer miopías porque están
Sebastián) lo que hace del entorno de la Plaza de habituados a mirar a través de espacios amplios. No miremos el caso de la Encarnación con ojos miopes,
la Encarnación una oportunidad única para miremos a lo lejos, como hizo José I: mirar a lo lejos descansa.
minimizar este déficit

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA:
-José Manuel Suárez Garmendia. “Arquitectura y Urbanismo en la Sevilla del XIX”
-José Núñez Castaín. “Sevilla centro histórico. Génesis y desarrollo del planeamiento urbano en el siglo XIX”
-Rafael Vioque Cubero, I.M. Vera Rodríguez, N. López López. “ Apuntes sobre el origen y la evolución morfológica de las
plazas del casco histórico de Sevilla”
-CEYS (Centro de Estudios y Servicios del Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Occidental). “Mercado de la
Encarnación”: Ficha Histórica
-Oficina del Plan de Sevilla. “Avance Del Plan General de Ordenación Urbanística de Sevilla”
-Leonardo Benévolo. ”Orígenes del Urbanismo Moderno”

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA:
-Moreno Alonso. ”La Sevilla Napoleónica”
-Manuel Collantes de Terán Sánchez.”Diccionario histórico de las calles de Sevilla”
-Andrés Llorden. “ Reseña histórica del origen y fundación del convento de la Encarnación”- Archivo Hispalense nº131
-“Conventos femeninos desaparecidos : arquitectura religiosa perdida durante el siglo XIX en Sevilla”
Plano de redes ferroviarias y de metro. Avance del
-Plan de Reforma Interior y Plan Especial del Casco Histórico. Ayuntamiento de Sevilla, Oficina Técnica de
PGOU de Sevilla. Urbanismo,1968
Uno de los problemas del casco histórico radica -Avance del Plan Especial de Protección del Casco Histórico. Gerencia Municipal de Urbanismo,1987
en la dificultad de accesibilidad, dificultad que
puede mitigarse con la implantación del metro y
el registro del casco en una salida situada en la
misma Plaza de la Encarnación
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EN EL SECTOR DE LA ENCARNACIÓN
PROPUESTAS PARA LA PLAZA DE LA ENCARNACIÓN CICLO DE CONFERENCIAS ORGANIZADO POR
EL COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE SEVILLA
CARLOS GARCÍA VÁZQUEZ. ARQUITECTO ATENEO DE SEVILLA Y FUNDACIÓN FIDAS. FEBRERO 2003.

En las tres últimas décadas muchas ciudades europeas han tenido que enfrentarse a
cuestiones similares a las que, actualmente, encara Sevilla con el Mercado y la Plaza de la
Encarnación: definir el uso y el sentido de lugares emblemáticos enclavados en delicados
tejidos históricos. Grandes potencialidades y grandes peligros entran aquí en contacto,
disparando tantas expectativas como reservas e incertidumbres.

Fue París quien, en 1977, estableció un modelo de actuación que, dada su probada eficacia,
se ha extendido al resto del continente. Con objeto de rehabilitar la en aquel entonces,
altamente degradada zona de Beaubourg, las autoridades optaron por crear una plaza
asociada a un gran equipamiento cultural: el Centro Pompidou. Hoy en día, este museo
mediático es uno de los más visitados de la ciudad, además de haber actuado como motor
del espectacular resurgimiento económico y social experimentado por el barrio colindante del
Marais. Este éxito incitó a otras ciudades europeas a seguir el ejemplo. Londres apostó por la
reconstrucción de la Royal Opera House como estrategia para rehabilitar la plaza y el
entorno del Covent Garden; Berlín complementó las funciones financieras y comerciales de
su Potsdamer Platz con un casino-teatro que centraliza las actividades de la Berlinale, uno de
los festivales cinematográficos más importantes del mundo; y Barcelona se decidió, como
procedimiento para rehabilitar el depauperado raval, por la apertura de la Plaça dels Angels
y la ubicación en la misma de un Museo de Arte Contemporáneo.

Todas estas intervenciones en plazas situadas en centros históricos europeos, responden a


estrategias de gran alcance que intentan construir un modelo de ciudad previamente
consensuado por sus respectivos consistorios municipales. En todos los casos, han traspasado
ampliamente su entorno inmediato para proyectarse como operaciones de relanzamiento de
toda la ciudad. También en todos los casos, la estrategia ha consistido en vincular nuevos
espacios públicos con centros culturales de nivel internacional.

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Por su ubicación, en el centro de gravedad del casco histórico, y por su dimensión, uno de
los mayores espacios públicos de Sevilla, la Encarnación es un lugar único. Actuar en ella
ciñéndose a la mera resolución de problemáticas locales o de barrio supondría dilapidar
una de las poquísimas ocasiones que su altamente consolidado centro histórico ofrece a
Sevilla para plasmar un modelo urbano ambicioso que relance, no sólo la zona, sino toda la
ciudad.

Para conseguirlo es necesario apoyar la muy sugerente actividad del mercado con
funcionalidades de amplio alcance albergadas por un edificio emblemático que funcione
como buque insignia de la operación. Como demuestran los casos europeos reseñados, son
las actividades culturales las que mejor han demostrado compatibilizar las grandes
potencialidades con los grandes peligros que suponen actuar en cascos históricos de la
envergadura del de Sevilla.

Dado que sería muy beneficioso aumentar el espacio público ya existente con una nueva
plaza, dicho edificio no debería agotar la edificabilidad que el planeamiento otorga a la
zona de la Encarnación. Es por ello que, más que por un gran museo, la mejor opción
podría decantarse por una mediateca: un edificio de menor dimensión, pero a su vez un
centro cultural avanzado, representativo, condensador de gente joven y, en el caso de que
las excavaciones así lo aconsejaran, capaz de albergar el acceso a una posible cripta
arqueológica.

De esta manera, y sin dejar de ser un mercado, la Encarnación pasaría a conformar el


quinto eslabón de un “eje cultural” que enlazaría con la Fundación el Monte, la Facultad de
Bellas Artes, el Museo de Bellas Artes y, al otro lado del Guadalquivir, el Centro Andaluz de
Arte Contemporáneo. Sevilla, por su parte, estaría poniendo la primera piedra de un
proyecto muy prometedor: convertirse en uno de los epicentros culturales del sur de Europa.

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EN EL SECTOR DE LA ENCARNACIÓN
PROPUESTAS PARA LA PLAZA DE LA ENCARNACIÓN CICLO DE CONFERENCIAS ORGANIZADO POR
EL COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE SEVILLA
PABLO DIÁÑEZ RUBIO. ARQUITECTO ATENEO DE SEVILLA Y FUNDACIÓN FIDAS. FEBRERO 2003.

Valores etnológicos, arqueológicos, urbanos y arquitectónicos del ámbito designado como La


Encarnación, en su conjunto, superan las adscripciones patrimoniales sectoriales debiendo
considerarse el sector como patrimonio ciudadano.

El espacio estricto del antiguo mercado tiene que ser entendido en su contexto, de ahí que deba
estudiarse formando parte del área urbana Plaza del Duque/Puerta del Osario como sector de la
Encarnación.

La afección determinante para el sistema de espacios que lo constituye deriva del concepto de
movilidad aplicado en las tres últimas décadas y que debe ser revisado en profundidad para todo
el área intramuros de la ciudad antigua.

La posición relativa del sector en relación con el área central de la aglomeración metropolitana,
su excepcionalidad patrimonial y las condiciones potenciales para marcar el futuro a largo plazo
de la ciudad, hacen aconsejable superar visiones locales y de coyuntura.

Las posibles soluciones al grave problema social generado por la demolición del mercado en
1973 pasan por restituir las condiciones iniciales del mismo en el marco de una propuesta que
contemple las consideraciones expuestas más arriba.

POSICIÓN RELATIVA RESPECTO AL ÁREA INTRAMUROS DE LA CIUDAD ANTIGUA

ÁREA CONSOLIDADA DE HISPALIS POSICIÓN RELATIVA DE LA ENCARNACIÓN

POSICIÓN RELATIVA RESPECTO AL SISTEMA DE ESPACIOS PÚBLICOS Y A LOS ITINERARIOS HISTÓRICOS


ESPACIOS E ITINERARIOS EN EL ENTORNO DE LA ENCARNACIÓN EL TRAYECTO ENTRE LA PLAZA DEL DUQUE Y LA PUERTA DEL OSARIO EN 1776 ( OLAVIDE )
EL TRAYECTO ENTRE PLAZA DEL DUQUE Y LA PUERTA DEL OSARIO HACIA 1830 ( ARJONA )

LA PLAZA DE PONCE DE LEÓN Y EL TRANVÍA PROCEDENTE DE LA CAMPANA. HACIA 1910 EL MISMO TRAYECTO EN 1890. ( TALAVERA )

HIPÓTESIS DE MOVILIDAD EN EL SECTOR ENCARNACIÓPN - PUERTA OSARIO

SISTEMA DE ESPACIOS EN EL SECTOR ENCARNACIÓN - PUERTA OSARIO 2001


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EN EL SECTOR DE LA ENCARNACIÓN
PROPUESTAS PARA LA PLAZA DE LA ENCARNACIÓN CICLO DE CONFERENCIAS ORGANIZADO POR
EL COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE SEVILLA
JAVIER QUERALTÓ DASTIS. ARQUITECTO ATENEO DE SEVILLA Y FUNDACIÓN FIDAS. FEBRERO 2003.

Hace un año un grupo de profesionales (*) decidimos unir nuestra acción a la de una serie de
colectivos ciudadanos que vienen presentando una fuerte oposición a proyectos municipales de
intervención en varios espacios públicos del casco histórico, Encarnación, Alameda y San Luis,
sobre los que la Gerencia y la Delegación de Obras pretenden la construcción y concesión
administrativa de aparcamientos rotatorios.

La mitad de la Encarnación, espacio central de la ciudad, ocupado desde hace dos mil años,
acababa de ser adjudicada a la iniciativa privada para la construcción de un aparcamiento y
Los Tres Grandes Espacios del Casco Histórico locales comerciales, todo ello como soporte financiero para resolver un problema demorado
Encarnación 180x80m
Alameda 460x70m
desde hace tres décadas: el realojo del grupo de placeros que aún subsisten en las proximidades,
Plaza Nueva 210x90m que serían ubicados en un mercado subterráneo, y la urbanización de la plaza.

Nuestra irrupción no fue, precisamente, saludada con salvas democráticas por los impulsores de
la operación, integrados en el llamado grupo Municipal Andalucista (que prefirieron realizar
innecesarias alusiones personales descalificatorias); tampoco se nos facilitó la tarea informativa
(al parecer, se trataba de una oposición política); más adelante otras administraciones públicas
interesadas en la actuación tampoco serían atendidas en sus reclamaciones (al contrario,
recibidas con perlas como “que la junta no meta las narices en la Encarnación”).

Qué ha podido pasar para que en menos de un año una ciudad adormecida tantos años respecto
a asuntos urbanos, casi desde los tiempos del ceys colegial, haya incorporado la Encarnación a
sus conversaciones diarias, que las obras de construcción del aparcamiento se hayan ralentizado,
que toda la operación se encuentre en crisis, y sus promotores estén claudicando paso a paso en
todas sus iniciativas hasta llegar a la retirada de la vida política de alguno de ellos... Cómo ha
podido cuestionarse hasta este punto un proyecto que ni siquiera agota la volumetría que permite
el planeamiento vigente y que estaba avalado por sectores como el de los comerciantes y la
mayoría de placeros, muy directamente interesados en su ejecución (especialmente en sus
aspectos más controvertidos: la accesibilidad indiscriminada del tráfico rodado privado y el
enterramiento del mercado).

La respuesta a esta cuestión se encuentra en la oposición de distintos colectivos a la política


urbanística municipal del día a día, tantas veces contradictoria con normativas de otras
administraciones, disposiciones de ámbito superior, acuerdos ratificados por el propio
Ayuntamiento, estudios sectoriales o las mismas directrices de los documentos iniciales del nuevo
Plan General. Agravado por la escasa disposición al diálogo de los responsables municipales en

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estas materias, especialmente en el último plazo de vencimiento de legislatura.

En este caso concreto de la Encarnación, casi tres legislaturas de inactividad (la elaboración del
PERI C7 y las primeras prospecciones arqueológicas son anteriores a 1991), tras promesas
electorales de ejecutar en el lugar un mercado tradicional, primero, que después se hace
subterráneo con el objetivo de contar con una plaza libre de edificación (según llega a plasmarse
en el Anteproyecto Municipal de Francisco Barrera), se acaba otorgando la concesión
administrativa antes citada, con un mediocre planteamiento “funcional” tipo “aparcamiento en
Proyecto Fin de Carrera. barriada de extrarradio” que intenta soslayar el valor patrimonial de ese extraordinario
Juan Gil Ballester Propuesta modificada emplazamiento e inmenso yacimiento cultural (para cualquier entendido, destacamos la
perversión que supone que la investigación arqueológica corriera a cargo del concesionario).

Junto a los colectivos tradicionalmente más interesados, como las potentes asociaciones
vecinales del sector, han decidido estos últimos años incorporarse al debate urbano las
asociaciones ecologistas, las proteccionistas y las culturales. A este respecto conviene resaltar el
interés con que la sociedad sigue los trabajos relacionados con el medio ambiente o el tráfico y los
hallazgos relacionados con otras disciplinas emergentes como las relacionadas con la historia de
la ciudad (la arqueología, la etnografía, la paleontología).

Escritos, demandas, acciones en la vía pública, motivadas por la frustración ante promesas sobre
mejora de la calidad de vida en el centro histórico, contrastadas con la práctica diaria de la
conflictiva accesibilidad por Baños, Calatrava o Almirante Apodaca, incrementadas con el recelo
ante la investigación arqueológica oculta tras las vallas. Todo ello contando con el fuerte apoyo de
los cronistas locales más prestigiosos, la postura de los grupos políticos de la oposición municipal,
especialmente de Izquierda Unida, o la intervención de otras administraciones autonómicas, que
Proyecto Fin de Carrera.
han llevado a la creación de una comisión de seguimiento, en la que se integran los colectivos
Fernando Villanueva Lazo Propuesta modificada más implicados.

Propuestas de Mercado en superficie. La Delegación de Obras, que actualmente se constituye en el baluarte más controvertido de la
Cripta arqueológica y aparcamiento de residentes. operación y que ha liderado de forma expeditiva el expediente, se ha visto forzada a encargar los
cambios impuestos por la junta a un arquitecto de incuestionable valía, confiando en no tener que
alterar la parte sustantiva de la operación. En su contra, el Alcalde ha decidido abrir los muros que
encierran el solar, atendiendo la presión ciudadana, para que los sevillanos podamos tomar
conciencia directa de nuestra historia.

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El calendario electoral (municipal inmediato y autonómico en 2004), unidos al reposado proceso
de investigación y valoración arqueológica propiciado por Cultura de la Junta, permitirá
incorporar al proyecto las decisiones más razonables del Plan General para el sector
Osario/Campana y los planteamientos sobre accesibilidad ya enunciados por los técnicos de
tráfico, así como las necesarias negociaciones con los actuales concesionarios para la
recuperación de la iniciativa pública de la actuación. Al final, una vez definido el programa
funcional, lo razonable sería la realización de un concurso público de proyectos de arquitectura.

El ciclo organizado por el C.O.A.S., en colaboración con el Ateneo, está permitiendo la


incorporación de visiones complementarias, algunas desde la óptica de trabajos realizados desde
la E.T.S.A.S., que evidentemente van a contribuir a enriquecer el debate sobre la Encarnación.

Como conclusión de las jornadas celebradas cabe admitir un consenso sobre la posibilidad de
que la futura Plaza de la Encarnación, extendida desde Puente y Pellón hasta Regina, albergue un
importante equipamiento cultural, museo y cripta arqueológica que integre el yacimiento histórico
que alberga, compatible con un equipamiento dotacional local como puede ser un mercado en
superficie, de dimensiones precisas, y en su caso, un aparcamiento de residentes, nunca rotatorio.

En la Encarnación tenemos un solar acotado de unos 6.000 m2, pero la superficie total a
considerar y tratar abarca hasta los límites entre las fachadas de los edificios existentes, algo más
Vista del conjunto monumental Plaza del Rey del doble, aproximadamente 13.000 m2, una superficie similar a la suma de la Plaza de San
Subsuelo arqueológico y Palacio Real Mayor. Francisco, el Ayuntamiento y la Plaza Nueva, ubicada en un espacio más central que estas y
Barcelona.(foto: PERE VIVES-MHCBI)
ocupada desde mucho antes por los sevillanos.

Con problemas de accesibilidad (transportes públicos, tráfico privado de usuarios y residentes)


parecidos o mayores por no haberse culminado planes de ampliación del tejido en la época en
que tales operaciones parecían razonables.

En las imágenes que se acompañan se recogen dos propuestas realizadas en colaboración con el
arqueólogo Javier Verdugo y los estudiantes de arquitectura Lidia Núñez y Juan Trujillo, en los que
se ha incorporado una cripta arqueológica ocupando solo la mitad del solar (las expectativas
pueden ser mayores, se trata solo de una hipótesis), esto es, similar a la situada bajo la plaza de la
catedral de Barcelona. Se trata de sendas manipulaciones consentidas de Proyectos Fin de
Carrera realizados por los arquitectos Fernando Villanueva Lazo y Juan Gil Ballester, dirigidos por
Antonio Barrionuevo en la E.T.S.A.S., en las que también se incluye un mercado de las

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dimensiones del de San Miguel en Madrid.

Para terminar, y como recordatorio a lo que fueron los primeros conatos contra el proyecto, hoy
inconcebible, reproduzco un párrafo del texto "con fechas", publicado en su día en distintos
medios locales, escrito por Francisco de Paula Rodríguez Estévez, placero de la Encarnación, que
mantiene viva la esperanza de no ser enterrado en una galería comercial subterránea.

“martes de feria, 16 de abril de 2002, frenética jornada laboral para los trabajadores que
realizaron el cerramiento metálico, más allá, de su perímetro, talándose además las acacias que
sombreaban su alrededor. La colonia de vencejos, este otoño, las buscarán en vano.”

El porvenir será otro.

(*) el grupo estaba formado por Javier Verdugo Santos, arqueólogo; Fernando Sancho Royo,
profesor de ecología; Carlos Ortega Barragán, fotógrafo; Francisco Vélez Nieto, escritor; Adolfo
Fernández Palomares, ingeniero de caminos; Miguel Cuéllar Portero, abogado; y los arquitectos
Pablo Diáñez Rubio, Rafael Pavón Rodríguez, Victor Pérez Escolano y Javier Queraltó Dastis.

Bloqueo de la circulación con una veintena de vehículos Movilizaciones contra el aparcamiento rotatorio y en defensa de las
Acceso por Almirante Apodaca en la actualidad prospecciones arqueológicas “Queremos ver, queremos saber”

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PAT R I M O N I O C I U D A D A N O Y U S O P Ú B L I C O
EN EL SECTOR DE LA ENCARNACIÓN
PROPUESTAS PARA LA PLAZA DE LA ENCARNACIÓN CICLO DE CONFERENCIAS ORGANIZADO POR
EL COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE SEVILLA
ANTONIO BARRIONUEVO FERRER. ARQUITECTO ATENEO DE SEVILLA Y FUNDACIÓN FIDAS. FEBRERO 2003.

DONDE HABITE EL OLVIDO


Consideraciones sobre el proyecto de la Plaza de la Encarnación

Uno de los principales valores que contiene el enclave urbano de la Encarnación es su valor de
espacio abierto en el corazón de la trama urbana de la ciudad.

El nacimiento de este lugar tras el derribo del Convento de la Encarnación, y de toda la manzana
que lo contenía, produjo un espacio de inusitada y gran dimensión dentro del tejido histórico,
comparable al que se obtuvo tras la supresión de parte de los conventos de San Francisco y San
Buenaventura, donde se erigió la Plaza Nueva foro civil, político y económico de Sevilla.

La Encarnación alcanzó su nueva configuración y maduró como entidad urbana con la


construcción de la Gran Plaza Central de Abastos, -ágora y mercado-, que reunió a todos los que
se desarrollaban al aire libre en las diferentes plazas y calles comerciales.

En general el mercado, mas allá del hecho comercial que lo sustenta, es la nítida expresión de una
cultura y es, también, un compendio de la ciudad y de su historia que, como se ha dicho, nace de
la propia ciudad y a menudo constituye su inicial fundamento. Por ello originariamente, el
mercado se confunde con el espacio público: las calles y plazas, la ciudad entera como lugar
colectivo, constituye el mercado. Así en el lenguaje coloquial aún es frecuente encontrar rastros
etimológicos de esa antigua identificación entre la plaza y mercado, denominando a este la Plaza
de Abastos.

En el mundo cultural surmediterráneo, la actividad que se deriva del mercado al aire libre en las
calles, debe protegerse de la luz solar y del calor y así aparece la protección de cañizos, toldos y
mas tarde cubiertas que originan un tipo constructivo muy característico como es el basar.

En el arco septentrional mediterráneo, el mercado se cobija en los pórticos de la stoa, de la logia,


constituyendo un bello ejemplo de entrelazamiento entre
mercado y ciudad a través de la cual la actividad va difundiendo
su propia forma (1).

La aparición del Mercado como tipo arquitectónico autónomo,


responde a la reinterpretación y racionalización de los modelos
urbanos de los que provienen, siempre entendidos como
espacios públicos y sociales protegidos, bajo la presencia de la luz solar y en íntima ligazón con la
trama urbana sin solución de continuidad.

El Mercado Central de la Encarnación se extendía de punta a punta del espacio, desde la Plaza de
Regina al norte, hasta la calle de Puente y Pellón al sur; y se organizaba como un conjunto
articulado por tres calles travesías en la dirección norte -sur, y otras tres calles perpendiculares que
lo cruzaban en la dirección este-oeste, formando una ordenada retícula ortogonal entre los
puestos de ventas situados en sus laterales, a modo de pórticos o naves; disponiéndose una plaza
pública con fuente en su centro geométrico.

Las puertas abiertas en los extremos de cada calle conectaban la trama comercial externa con esta
ciudadela-mercado. Y no sólo se desarrollaban en su entorno, sino la trama se extendía en todas
las direcciones y principalmente en el eje norte-sur, desde la calle ancha de la Feria, hasta el
Salvador; y mas allá hasta los focos comerciales del ámbito de la Catedral.
Reconstrucción de Plaza de Abastos de la Encarnación. Modelo virtual
Dirección: Antonio Barrionuevo Ferrer Ejecución: Raúl Arenas Franco Estas Puertas, sólo cerradas con cancelas metálicas por la noche, además de denominarse según
los puntos cardinales, -Puertas del Norte, del Sur, de Oriente y de Poniente-, recibían nombre de
dioses de la mitología griega y romana.

La Puerta de Flora, dedicada a la diosa que se le concedió juventud perpetua y el supremo


cuidado de los jardines y de las flores cuyas fiestas, o juegos florales, se celebraban en Roma
durante seis días a la luz de antorchas, se enfrentaba a la actual calle de Laraña.

La Puerta de Apolo, enfrentada con la calle Imagen se abría en el flanco del sol naciente, por ser el
dios que conduce el carro del sol y se toma muchas veces por el sol mismo. Su corona de laurel
simbolizaba la recompensa por la que suspiraban los poetas, los artistas y los guerreros.
estructura interna de la Plaza de Abastos
Las enfrentadas Puertas de Neptuno, -dios del Mar con poderes sobre mares, lagos y ríos, que
Reconstrucción de Plaza de Abastos de la Encarnación. Modelo virtual levantó fuertes diques para contener la furia de las olas-; y la de Ceres, -diosa de los cereales y de
Dirección: Antonio Barrionuevo Ferrer Ejecución: Raúl Arenas Franco
las cosechas que enseñó el arte de sembrar el trigo y hacer el pan, o el arte de la agricultura-, por
sus emplazamientos al oeste en el lado del río, y al este en el lado de los campos, y por el
simbolismo descrito orientaban con perfección al mercado dentro del sitio y del espíritu de la
ciudad.

El progresivo derribo del Mercado en 1950 para el paso del eje urbano abierto en la dirección

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conjunto de pabellones - cuarteladas
este-oeste, o calle Imagen; o el de 1973 del resto del mercado, y la extraordinaria tardanza en
dar solución urbanística y arquitectónica a este espacio, ha creado una falsa conciencia de que se
trata de un mero solar baldío donde edificar.

Es precisamente la pérdida de la condición de “entramado urbano”, tras la drástica ruptura de la


trama desaparecida, de la continuidad de las calles y plazas, primeramente con el derribo del
Convento y muy principalmente con el derribo de la trama urbana que constituía el Mercado; la
causa de su degradación actual, no solo de los límites de la plaza sino del comercio de Puente y
Pellón y de la calle de la Feria.

Una actuación ejemplar en el sentido de potenciación de las tramas urbanas, es la transformación


llevada a cabo en 1980 en la ciudad de Londres en el área del Convent Garden. Inicialmente
jardines de la Abbey of Westminster fue objeto de una remodelación como plaza proyectada por
Iñigo Jones, siendo el área del principal merado de abastos de Londres, hoy transformado en el
Convent Garden Market o Mercado de Frutas, Vegetales, Galería Comercial y de Flores.

Pero además es centro de una extensa área que con su especial atmósfera reúne teatros, museos,
restaurantes, mercados ocasionales de antigüedades, representaciones y atracciones
desarrolladas en el espacio público, áreas de negocios y de compras, constituyendo una de las
áreas urbanas más concurrida por los ciudadanos y más visitadas que la ciudad de Londres posee.

En realidad la Encarnación es el lugar de la ciudad con disposición posicional y con capacidad de


formato métrico para hacer confluir los desarrollos urbanos del Salvador- Plaza del Pan, del
Duque-La Campana, de San Andrés, de San Juan de la Palma- calle Feria, y de San Pedro-
Imagen.

En este entorno, donde están presente las actividades culturales como el teatro, salas de
exposiciones, librería, la Escuela de Bellas Artes, el comercio antiguo y el renovado, los
monumentos como las iglesias de San Pedro y de Laraña, restaurantes, bares, etc., la Plaza de la
Encarnación debería organizarse como un único espacio público donde ubicar el mercado que
recuperara su carácter de ágora comercial, incorporando nuevos valores como puedan ser la
visita a los vestigios arqueológicos del pasado que hoy se investigan, constituirse en escenarios de
atracciones culturales y teatro de la calle, lugar de conciertos musicales, terrazas al aire libre y de
dignificados mercados semanales de anticuarios y de las flores.

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Además de lugar del comercio y muy especialmente de mercado de abastos, como plaza pública
la Encarnación debería potenciarse con una bella obra de arquitectura que gozara de un gran
espacio protegido e íntimamente ligado a la trama urbana, socialmente representativo y con luz
natural, concebido sin alterar el nivel de la superficie. Una arquitectura nueva, avanzada y bien
encajada en el lugar, surgida como trama urbana sin dividir el espacio y sin concesiones
falsamente historicistas; al mismo tiempo que higiénica y portadora de avances técnicos,
constituyendo un nuevo monumento digno de la ciudad de esta época alcanzando la condición
de lugar de encuentro ciudadano para el paseo y estancia al aire libre, hábitos muy arraigados en
las culturas mediterráneas y meridionales a las que pertenece Sevilla.

Respecto a la accesibilidad al área de la Encarnación, y al Centro Histórico en general, se debe


favorecer el transporte público de viajeros. Y este debería realizarse en unidades de escalas
adecuadas a las dimensiones de las calles del casco histórico, por lo que deberían emplearse
“autobuses de barrio”, de 20 o 30 pasajeros, suprimiéndose por completo los actuales
autobuses de gran porte.
Sólo debería registrarse mediante automóviles muy restringidamente para los servicios
necesarios. La peatonalización de la calle Tetuán, contra el pronóstico de los propios
comerciantes, ha supuesto un ejemplo reciente de revaloralización de la trama urbana, y puede
preconizar el resurgir de los ejes comerciales citados ahora que el casco histórico continua
poblándose tras la renovación de multitud de casas que se rehabilitan, al mismo tiempo que como
lugar de actividad central supusiera una atracción para visitantes, diversificando así sus recorridos
por otras partes de Sevilla a conocer y descubrir.

(1) Estos conceptos están extraídos de las apreciaciones de Carlos Martí, recogidas en su libro: “Las
Variaciones de la Identidad. Ensayo sobre el Tipo en Arquitectura.”

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