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182 leNsavOS ESTENICDSY LITERAROS yante alos dominadores, para los oprimidos sobria en cambio, y, en onsce fes eoseeaencias, la més inagotable de las causas. Y, ya por fin, en tercer lugar, junto ala (eoriaylapromess, la morale que Pinge del poema. Quica derrota a lo duro no puede desperdicias ni ‘una ocasion para ejercer Ia amabilidad. «LOS RETROCESOS DE LAPOESIA», de Carl Gustav Jochmann" Introduccién entrarse en la comprensién del texto que presentamos a continua a puede resultar Guin més fila través de un analisis de Tas casas aque expliean que ese texto se haya mantenido oculto hasta ahora. El lugar de las produceiones espirituales en la tradicion historica no siempre viene a estar determinado s6lo o sobre todo por su ine: ‘hiata recepcign. Mas bien, a menudo, éstas son recibidas de mancrs Snediata, ¢5 decir, por medio de producciones legadas por autores vcelectivamente afines® a ellas (predecesores, contemporéneos, suce- ores), La memoria de los pueblos necesita formar grupos en las mate tas que la tradicién le proporeiona. Unas agrupaciones que son movi= les; oe dane, us elementos cambian. ¥ lo que no entra en ella se queda mucho tiempo a mezced de! olvide. “Al buscar autores afines a Jochmann, ja sea entre sus predecesores o sus contemporineos, nos encontramos con que también éstos han Gao a ener en el olvido, sino ya por cuante respecta a su nombre, si €P «pans xs ct gta en ee ning rnd Pade cr ae Stachel ie ae are oc ct len we de one as oe oe si iy ah nee Ta ete eta sora ce nea in ia Rc eae eo suns RETROCESOS DELA PoESiAs 183, “enanto respecta a su perfil. Una generacion antes de Jochmann, ahi “jenemos el caso de Georg Forster’. Su obra esta asediada en Ia memo- ‘fia de los alemanes tal como el propio Forster en Coblenza lo estuvo “por las tropas alemanas. Y asi apenas sus carta, valiosisimas, desde el Paris de la Revolucién han conseguido en parte romper el asedio. Un “ensayo que intentara y consiguiera mostrar las lineas de continuidad de Jas ideas revolucionarias entre los exiliados alemanes en Francia, desde rster a Jochmann, pagaria a los paladines de la burguesia alemana la nda que hoy encuentra a sus descendientes en estado de insolvencia, daria con hombres como el conde de Schlabrendorf™, que nacié a ‘gmediados del siglo XVilly fue amigo de Jochmann en Paris. Y sin duda 1¢2 la historia de la revolucién que Jochmann redacté a partir de los erdos del conde de Schlabrendorf™ se le podrian aftadir ciertos elatos sobre el exilio aleman en el cambio de siglo. Cabe asi suponer ue, quien quiera estudiarlos, podré obtener mucha informacién en os papeles todavia inéditos de Varnhagen" que se conservan en la sibliothek berlinesa. ‘Fue Varnhagen quien elaboré un retrato de Schlabrendorf al estilo Je Tacito: !"!, Jochmann, por su parte, le escribe a un amigo el 4 de octubre 1820: «Hasta ahora, sélo he conocido una persona independiente: gm anciano de setenta afios que nunea ha necesitado de un criado, y que ge unas rentas que ascienden a la cifra de cuarenta mil téleros y ape~ ‘consume mil, mientras con el resto de esa suma ayuda a los pobres. de un conde que sélo ha querido vivir en paises y circunstancias Jochmann traté « Schlabrendorf en Paris entre 1821 y 1822. Cir. Grf Gusta wn “Sidenote cise nd Posnen nines, em: Cal Gio Joram 20 Pen. Bulign Aas nn necglsenen aion. Gommeton Henne shell, Hechingen, 1836, sol T, pp. 124-200. _Giuado' en Jlins Eckard, De akicken Pron Rulon Plc nd cleo Aste, 28 od, Leipag, 1865, p. 342 [Johann Georg Forsce (1754-1704), naturalist, vajro y politica jacobino, uno de los drigentes de ln repsbliea volucionsria de Maguncta. [N. del] ‘Gustav Graf von Sehlabrendorf (1750-1824), que fue girondine durante le Revluin farce IN. del August Varnhagen von Ense (1785-1858) diplomético prusino. Gracias al lon dene cspore Rake conoco «buena parte dels personajes rls ineresnten desu gpocn, de dejo etsatadon elon sete volumenes de sus Denker (1837~ 1859). IN. del TJ as 184, ENsavOS ESTETICOS YLITERAROS cen los que su rango nada signifique>". Jochmann también era amigo de Oelsner'!, el encargado de negocios en Paris de la ciudad de Franc~ fort, quien a su vez tenia estrechas relaciones con Sieyés. Fl hecho de que Jochmann conociera en este eirculo historias de la época de la Revolucién y sobre todo de la époce de la Gonveneién (unas historias cuya plasmacién mas significativa es un ensayo sobre Robespierre)""' se nos hace importante especialmente como testnonio de su actitud poli- tica, dado que el comienzo de la Restauracién sin duda no animaba a la transmisién de esas historias. En efecto, en los tiempos de Luis XVII se intentaba desacreditar a los acontecimientos de los aiios 1789-1815 como una eadena de crimenes y humillaciones incontables. ‘Pero no resulta verosimil que la burguesia alemana haya perdido de repente la conseiencia de haber estado representada en el Paris de la gran revolucisn y de haber aportado testigos creibles ala lucha de libe~ Hacidn de la clase burguesa como tal. Por no hablar de Gutzkow ni de Heine, Paris también fue para Alexander von Humboldt y para Liebig Ta capital del cosmopolitismo’, y para Nietasche atin seguia siendo la capital de los buenos europeos. Fue la fundacién del Lmperio aleman Jo que le hizo perder a la burguesia alemana su imagen tradicional sobre Paris; pues la Prusia feudal hizo en efecto de la ciudad de la Revolucién y Ia Comuna una Babilonia a la que le pone la bota en el cuello. «Berlin hoy quiere ser la nueva ciudad santa del futuro, de modo que los rayos de su corona iluminen al mundo. ¥ Paris queda asi como la Babilonia descarada y corrupta, como Ia gran ramera que sera borrada de la faz de la Tierra por el angel de la destruccién que Dios envie. gNo sabéis que el Senor ha hecho de la raza germanica su ele~ gida?>. Asi habla Blanqui en el vehemente Ilamamiento a defender Paris escrito en septiembre de 1871”. 4 Git en: Sid, p. 346. £ Konrad Engelbert Oclsner (1764-1828), escritor y diplomatico prusiano. Véase et eato de Jocimania KE. Oeknar in oriber Fesonenund Eegive weiner Zit, en: Reiger vol. I, pp. 201-251. CG! Jochmann, Rotepieme, 1822, en: Rlgue, vo. 1, pp» 252-295, o Keanl Gauskow (1811-1878), uno de los maximos epresentantes de a oposicion lite~ frie ala Restauracion, Heinrich Heine (1797-1856), posta y exoritor poliico, Gino eulliado en Paris desde el 1831 haste el fin de su vids; Alexnder vor Hambolde (1769-1859), naturshistay gedgrafo,vivio en Paris entre 1804 y 1827) Justus von Liebig (1803-1873), quimico. [N. del T.] ax Thuis Auguste Blanqui (805-7883) politi sodabsta frances, [N. del T-] ‘LO RETROCESOS DE LA PoESiA» 185, Pero, al mismo tiempo, la burguesia alemana, a través de la funda cign del Reich, perderé una segunda conexién (no menos importante jor st contenido) en la que se habria podido conservar la figura de _Jochmann. Queremos referirnos de este modo a la conexion con el movimiento de liberacién producido en las provineias balticas’. Joch- -mann era biltico. Nacido en 1789, en la ciudad de Pernau, su infancia transcurri6 en el aislamiento en que se hallaba esa tierra. A los trece _afios se trasladé a Riga, y tras estudiar en Ia escuela catedralicia de esa ciudad, fue alumno de las universidades de Leipzig, Gotinga y Heidel- berg. Los estudiantes de las provineias rusas del mar Baltico solian man- “tenerse juntos en las universidades alemanas. sf Jochmann, en Heidel- wrante aquellos afios™, ¢ incluye tambien un episodio que, siendo el .o documento de actividad politica de Jochmann, constituye el ade~ ado marco para las ideas que nuestro autor expone en el ensayo que a eza, elaborara desde muy pronto un caracter bastante peculiar, una nezcla asombrosa entre inteligencia y fantasia, energia atrevida y aciencia medrosa, gran talento practico y una silenciosa observacién. fa de muy joven, cuando todavia iba a la escuela, el agitado animo de interesante personaje le hizo reflexioner sobre proyectos cuya efec~ ¢jecucion Ilegara a conocer de manera parcial, atin sin mediar su dlaboracién. Asi, en cierto momento, Jochmann sacé misteriosamente la ciudad a un amigo para exponerle en la soledad del bosque sus pla- ‘para lograr iberar Grecia ... Luego, cuando Jochmann presencié la eseo: el participar activamente en la liberacion de Polonia. Asi, crey6 ncontrar la primera ocasién para este fin s jendo a las aguilas de ‘Ain en plena Edad Media (igo 2 4 produjo a coloniacin de lox paises bl- {lee pot terttenlenesy burgusies alemanes, Certo que esos munca Hegarian 3 terme des ducdicina parte dela poblacion, pero cron deade pees tmprana Tnelite polities yenltaral de eros piss durante varios splos. Su ifluenci empe- stra Ker edo dello IN de) sof Meare el botsnico Andreas von Lows of Menar (1777-1839). en biogra- fi sribi® Kil Lig Bln 790-1869). En Bou en Othe dr sof Merar, 1846. [N- del T.] “ 186 lesavos esréicosv LiTeRARIS Napoleén. Su decision no fue aprobada por su amigo [Menar], que era eliinico a quien se confio, pero atin asi no cambié de idea. Una noche cenaron los dos juntos con algunos amigos y, a continuacién, discreta- mente, se pusieron en marcha. Léwis le acompafié en la oscura noche, ‘Asi, no tardé en recibir una carta donde se Je anunciaba el ingreso de Jochmann en un regimiento francés. Mas adelante, recibiré otras cartas ... Jochmann abandon6 a los franceses cuando conocis algo mejor a los héroes de la libertad de la Grande Armée, de cuyas cabezas dirigentes ya no esperaba nada bueno para Polonia; desde entonces mantuvo tan secreta esta historia que ni siquiera Zschokke, al que tanto apreciaba, parece haber sabido nada de ella" La idea de liberacion de los campesinos, que unida a la idea de liberacién nacional habia recibido un potente impulso de la Revolu- cin francesa, acabé atrapando a los letones de la mano de algunos {intelectuales bilticos. De este grupo conereto forman parte los amigos del circulo de Jochmann en Riga, y aqui volvemos a encontrarnos con el nombre de Merkel’. Este, que por su edad se halla situado entre Forster y Jochmann, tiene una cierta mala fama en la historia de la literatura, Los roménticos, yen especial A. W. Schlegel, lo trataron muy mal; Merkel, por su parte, se expuso a la critica al emitir juicios bien defectuosos sobre grandes obras. De esta deficiencia tomara ‘buena nota la subsiguiente historia de la literatura alemana. Mas lo que ella ha sumido en el silencio es que el libro de Merkel titulado Los etones al final del siglo ilséfico, publicado en Leipzig en el 1797, habia sido el principio de la lucha por Ia supresion de Ia servidumbre en territorio letén. Pero el libro destaca no sélo por la valiente exposicién de la extrema miseria de los campesinos letones, sino tambien por sus valio- sos datos acerca de! folklore de mismos. Y es que este libro ha sido borrado de la memoria de las personas cultas todavia con mas radicali- dad que la obra de Forster, siendo asi Iieito que nos preguntemos sila mala fama del critico Merkel no se referia sobre todo a su actividad como polit El que investigue estas cuestiones percibiré sin duda a la burguesia alemana de finales del siglo XVI en posiciones bien poco conocidas Dara con unos hombres limitados en lo que fueron sus talentos pro- Citado em: Eckardt, op ot. pp. 327-928, 2 Garlieh Merkel vivie entre 1769 y 1850. [N. del T tos nernocesos ne LA poesia 187 ductivos, pero importantes en el orden de la historia, cuya franqueza y coherencia constituyen la base imprescindible, y no por ello “pero también mis precavidas) de Kant y de Schiller. A mediados del {Biglo XIX, estas conexiones todavia no estaban olvidadas. Por entonces, “dlescritor baltico Julius Eckardt anot6 acertadamente lo siguiente "sobre la actividad politica de Merkel: "™ | Glaro que cuando Merkel, muchos aitos después, entabla su bata~ lla con los roménticos, e incluso con Goethe, el futuro revolucionario la burguesia alemana ya estaba decidido. La situacién era bien dis- ta s6lo quince afios antes. Tras el baltico Merkel tan solo se encon- ba el pequeao cireulo de Nicolai; en cuanto al baltico Lenz, sin da habia sido uno de los espiritus dominantes del Sturm und Drarg, fiel ortavoz de su sensibilidad revolucionaria. Asi invocara Biichner su ", y asi parece contener un eco de Lenz uno de los pasajes mas tentes del ensayo que presentamos a continuacién. Ya se trate de un €9 © una reminiscencia, las palabras de Jochmann sobre las flores das de nuestra poesia, de las cuales “apenas dos o tres> surgen, ‘una semilla que no sea la de la servidumbre, nos recuerdan sin duda tos conmovedores, sobrios versos, de Lenz: Deutschland, armes Deutschland, Die Kunst trich kranke Stengel aus deinem Boden, Hchatens matte Bliten, Die an den Ahren hingen vom Winde zersteeut, Eckardt, opi, pp. 217-212. Christoph Friedrich Nicolsi (1793-1811, eseritor y editor. fae uno de los peinci- piles representantes de la lustraciom alemana; Lens (1751-1792) eel autor del ‘rama Die Saliten, sobre el exeribis Buchner (1813-1837), autor de los dramas Dorons Td y Wave su novela Lenz. (N. del T.]

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