You are on page 1of 2

LA PARÁBOLA DE LA DRACMA PERDIDA

(Del libro “Buscar a Jesús en lo cotidiano” de Anselm Grün)

¿Qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una,


no enciende una lámpara y barre la casa
y busca cuidadosamente hasta que la encuentra?
Y cuando la encuentra, convoca a las amigas
y vecinas, y dice: "Alégrense conmigo,
porque he hallado la dracma que había perdido."

Lc 15, 8-9

La mujer perdió una dracma y con él a sí misma dado que diez significa
totalidad y al perder la totalidad la mujer perdió su verdadero centro.
También nosotros con nuestras preocupaciones frecuentemente perdemos
de vista nuestro corazón. No vivimos en nuestro centro, en nuestro
corazón. Hemos perdido por el descuido en nuestra vida, nuestro
verdadero interior.

• El ejercicio siguiente nos exhorta a buscar la imagen de Dios en


nosotros. Encender una lámpara para mirar los abismos de nuestra
alma, encendida en nuestra conciencia para que penetre en la
oscuridad de nuestro interior.

• También hay que barrer la casa pues se ha acumulado mucho polvo


que impide ver la imagen original de Dios.

• También puede que hayamos extraviado la dracma entre la cantidad


los muebles y las tantas actividades que consideramos importantes.

Hay que vaciar la casa para que pueda entrar Dios y habitar en todas las
habitaciones y sea El quien pueda encontrar la dracma en nosotros.

Podemos animarnos a dibujar la morada de nuestra vida. ¿Qué hay en el


sótano? ¿Hay cuartos cerrados? ¿Hay habitaciones que tenemos miedo a
entrar? ¿Cómo es el primer piso? ¿En qué habitación estamos la mayor
parte del tiempo? ¿Dónde nos sentimos mejor? ¿Qué partes de la casa
son más frías? ¿Dónde recibimos a los huéspedes? ¿Somos de verdad
dueños de nuestra casa o hay inquilinos que crean problemas u ocupantes
ilegales que nos van arruinando cada vez más en nuestra misma casa?
¿Estos pueden ser los miedos, rabias, amarguras, los celos? ¿Cómo es la
planta superior? ¿Vive Dios en todas las habitaciones de nuestra casa o lo
hemos desalojado de alguna porque nos resulta incómodo que viera lo que
había allí?

Dibujada la casa podemos escribir los sentimientos, pensamientos


problemas y preocupaciones que habitan en cada habitación. ¿Dónde
podrá estar la dracma, dónde la podremos buscar o dejar entrar a Dios
para que la busque por medio de los acontecimientos de la vida?

Intentamos conversar con Dios. Le preguntamos sobre la verdadera


realidad de nuestras vidas, cómo están las cosas realmente, qué es lo que
hemos mantenido en secreto, dónde debemos dejarlo entrar para que
rompa las corazas de nuestro corazón.

You might also like