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SEGUNDO DISCURSO

El Amado Mensajero de Alá

Bismi’llàhi’r-rahmàni’r-rahim
En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso

Contenidos

La Luz Primordial y la Misión Final.


Los Nombres del Bendito Profeta.
Su Descripción Física y Atributos Morales.
Su Comportamiento Ejemplar.
Amor y Sacrificio por su causa.
El Sermón de Despedida.

Historias

El Profeta consuela a Su Sirviente Thawbàn.


La Prueba de Khabbàb.
El Martirio del Noble Ali, el “León de Alá.”
Toda gloria y alabanza, todos los actos de devoción y obediencia son
realizados sólo para Dios, para Alá Quien es el Creador y Señor de
todas las cosas. Todo retornará hacia El. La paz y las bendiciones
estén con el último Profeta, el último Mensajero y Heraldo de la
Verdad. Paz sobre su familia, descendientes, esposas, amigos,
ayudantes y compañeros, y sobre aquellos que lo aman ahora y hasta
el Día de la Resurrección. Amen.

* * *
Nuestro Señor le dice a Su Amado Muhammad en el Sagrado Coran:
“Di: si amáis a Alá, ¡seguidme! Alá os amara y os perdonara vuestros
pecados. Alá es Indulgente, Misericordioso” (3:31)

LA LUZ PRIMORDIAL Y LA MISIÓN FINAL

Según una Noble Tradición, el Bendito Profeta dijo: "Lo primero


que Alá creó fue mi luz".
Nuestro Bendito Maestro, Muhammad, es el Amado del Señor.
Es el intercesor en el Día del Juicio. Es el refugio de los pobres. Su luz
precede todos los mundos; su misión los sobrevivirá a todos. Él es el
jefe de todos los Profetas y Mensajeros, guía de los puros y santos, el
Profeta de la humanidad y de todos los poderes inadvertidos. El
Eminentisimo Senor lo ha creado de Su propia luz y su luz fue creada
antes que todas las cosas, mientras su misión continúa la de todos
los demás Profetas. Es el último Profeta, detrás de quien ningún otro
Mensajero vendrá. Es el sello de los Profetas. A él se le reveló el
Sagrado Corán, el último Libro de Sagrada Escritura.
Él es bello en nombre, en forma, en linaje, en discurso, en
semblante; fiel a su promesa, a su palabra siempre verdadera. El
Trono Exaltado se regocija en el polvo de sus pies. Para ganar el
privilegio de servirlo, el ángel Gabriel honro a la Verdad por muchos
miles de años. Adam ganó el perdón y su arrepentimiento fue
aceptado porque buscó el perdón por su causa. Porque poseía su luz,
el fiel amigo de Dios, Abraham, pudo tornar el fuego de la hoguera de
Nimrod a luz.
Su cuerpo es pura luz. No proyecta ninguna sombra. Todos los
Profetas le pidieron a Alá que les permitiera ser de su Comunidad.
Cada uno de ellos anunció las buenas noticias de su llegada. En su
advenimiento todos los cielos se iluminaron; la tierra se glorificó en su
ser.
Muhammad es su noble nombre en la tierra; en el cielo es
Ahmad, mientras que en el Día de la Resurrección se llamará por el
noble nombre Mahmud. La Paz sea con él. En el Sagrado Corán, el
Exaltado, Nuestro Eminentísimo Señor no se dirige a él por cualquier
nombre personal, pero como "Mi Mensajero, Mi Sirviente, Mi Profeta" –
u otros le dan uno de Sus propios Nombres: Ra'uf (Bondadoso), Rahim
(Compasivo), Aziz (Poderoso), Nur (Luz), así como:
“Nosotros no te hemos enviado excepto como misericordia a todos los mundos”
(21:107)

En una Tradición Santa, Alá le dice: "Por tu causa He creado a


toda la creación".
En otro Verso Coránico le dijo:

“No te hemos enviado sino como nuncio de buenas nuevas y como monitor a toda
la humanidad,; pero la mayoría de las personas no sabe” (34:28)

Él trae las buenas noticias del Paraíso a los seres humanos y


asusta a los tiranos tercos y descreídos con el Fuego del Infierno.

“Los que te juran fidelidad, la juran, en realidad, a Alá” (48:10)

“Di: si amáis a Alá, ¡seguidme! Alá os amara y os perdonara vuestros


pecados. Alá es Indulgente, Misericordioso” (3:31

“Lo hemos enviado a la humanidad como Mensajero, Alá basta como


Testigo”(4:79)

“Ha venido a vosotros una Luz de Alá” (5:15)

Cuando Alá creó la Luz de Muhammad, esa luz


recientemente creada dijo:
LA ILAHA ILLA-LLAH (“No hay otro dios que Alá”), a lo que el
Eminentísimo Señor contestó: MUHAMMADUN RASULU-LLAH
(“Muhammad es el Mensajero de Alá”). Estas dos pronunciaciones se
combinaron para formar la Afirmación de la Unidad Divina, la aserción
que redime:
LA ILAHA ILLA-LLAH-MUHAMMADUN RASULU-LLAH
El Eminentísimo Señor prometió entonces que Él no sometería
de manera eterna al Fuego a ninguna de Sus criaturas que pronuncie
estas palabras y las creyera en su corazón.
El Verso:"Cuando tirabas, no eras tú quien tiraba, era Alá quien
tiraba"(8:17), se refiere a un incidente en la batalla de Badr, cuando
nuestro Maestro tiró un manojo de polvo que milagrosamente
encegueció al enemigo. El Señor declara que Él tiró este polvo a
través de la mano de Su Mensajero.

En otro Verso, Él dice:

“Alá y Sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle


vosotros también y saludadle como se debe!” (33:56)

Hay muchos Versos y Tradiciones Santas como éstas, indicando


cómo debemos alabar y exaltar al Mas Noble Mensajero.
Un gran Compañero del Profeta preguntó una vez: “¿Mensajero
de Alá, cuánto tiempo has sido un Profeta?” Nuestro Maestro
contestó: “Era un Profeta cuando Adam estaba entre el agua y tierra”.
En otra ocasión, nuestro bendito Maestro le preguntó al venerable
Umar: “¿Cuánto me amas, Umar?” Cuando este último contestó: “Te
amo más que cualquier otra cosa, O Mensajero de Alá, pero todavía
me amo más aun de lo que te amo a ti”; se le dijo: “Por Dios, Umar, tu
no puedes ser un creyente perfecto”. Quebrándose en un llanto por
estas palabras, Umar exclamó: “¡O Mensajero de Alá, ahora te amo
todavía más que a mí mismo!”El Mensajero dijo entonces: “Ahora te
has vuelto un creyente perfecto”.
Un beduino llegó y preguntó: “¿O Mensajero de Alá, cuándo será
la Resurrección?" Nuestro Maestro contestó: "Ésa es una cuestión
predestinada. Será cuando deba ser. ¿Qué preparación has hecho
para ese día?" "Mensajero de Alá", dijo el beduino, " no he hecho
ninguna preparación, pero amo a Alá y te amo a ti". "Si tu en verdad
sientes lo que dices", le dijo el bendito Profeta, "estarás con tu
Amado en el Mas Allá".
El venerable Anas ibn Malik dijo: " Nunca nada nos dio tal
deleite como esta conversación entre el beduino y el bendito Profeta,
porque nosotros amamos a nuestro Maestro y a sus Cuatro Califas
más que a nada. Habíamos estado angustiados por el pensamiento de
que esos seres dignos, debido a sus acciones buenas y meritorias,
deben lograr los altos grados en el Mas Allá, considerando que
nosotros debemos permanecer en el más bajo peldaño, lejos de su
bella presencia. Esta conversación nos enseñó que, aunque en los
hechos no compartimos su grado, podríamos tener la esperanza de
ser resucitados con ellos a través del amor que poseíamos por esos
seres".
El Amar no puede forzarse, ya que no está sujeto a la voluntad
individual, pero sí a la Voluntad Universal. ¿Cómo podemos nosotros
lograr este amor? Si obedecemos los mandatos de Alá, si seguimos el
ejemplo establecido por Su Mensajero, sembraremos las semillas de
afecto en nuestros corazones. De estas semillas después germinaran
las frutas. Ellas crecerán en nuestros corazones. Alá hará nuestros
corazones inclinarse hacia Muhammad, la paz sea con él. El amor y el
afecto surgirán de tal manera que llegaremos a amarlo más que a
nada, incluso mas que a nosotros mismos, y así concretaremos la
perfección de nuestra fe. ¡O Señor, embellece nuestros corazones con
el amor de Muhammad! Mantennos cerca de él en este mundo y en
él Mas Allá! Amén.

Umar ibn al-Khattab reportó la siguiente Tradición según la cual


el bendito Profeta dijo: “Hay ciertos seres entre los sirvientes de Alá,
Exaltado es Él, quiénes no son ni profetas ni mártires, y que incluso
los Profetas y Mártires desean estar cerca de ellos en el Día de
Resurrección". Al oír esto, los Compañeros preguntaron: “¿O
Mensajero de Alá, por cual acción ellos lograron tal rango?
¡Permítenos hacer lo mismo, para que nosotros también podamos
lograrlo! " El Profeta bendito contestó entonces: "Tales son aquellos
que se aman entre sí, no debido al parentesco, sino por causa de Alá,
sin segunda intención. Sus caras son muy radiantes por causa de Alá,
y residen en los púlpitos de la luz. En la Resurrección, no caerán en el
miedo y en la consternación como el resto. Aunque otros se aflijan,
ellos no estarán tristes". Habiendo dicho esto, recitó el Verso:

“¡Ciertamente, los amigos de Alá no tienen que temer y no estarán


tristes” (10:62)

LOS NOMBRES DEL BENDITO PROFETA

Los nombres del bendito Mensajero son dos mil veinte en


número. Doscientos uno de ellos son bien conocidos. Su nombre y sus
nobles atributos se mencionan en todas las escrituras celestiales. El
bendito Jesús habla de él en el Evangelio:

Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: “¡Hijos de Israel!, Yo soy el


que Alá os ha enviado, en confirmación de la Torah anterior a mi, y
como nuncio de un Enviado que vendrá después de mí, llamado
Ahmad (Digno de Alabanza).” Pero cuando vino a ellos con las
pruebas claras, dijeron: "¡Esto es manifiesta magia!" (61:6)

Cuando el bendito Muhammad vino en su debido momento,


ellos desecharon sus milagros como hechicería. No creyeron en él,
aunque sus propios Mensajeros habían anunciado y habían predicho
su venida.
Su noble nombre será encontrado en los Salmos, así como en la
Torah y otras escrituras.
Cuando por alguna razón sólo conocida por Alá, Adam comió del
árbol prohibido, fue desterrado del Paraíso y pasó trescientos años
arrepintiéndose e implorando perdón, llorando y lamentándose todo
el tiempo.

Dijeron: "¡Señor! Hemos sido injustos con nosotros mismos. Si


no nos perdonas y Te apiadas de nosotros ,seremos, ciertamente, de
los que pierden" (7:23)

Un día, llorosamente suplicaba: "Mi Señor, perdónanos por


causa de la Luz de Muhammad que llevo en mi", la Compasión divina
desbordó y él oyó las palabras: "Adam, te he perdonado a ti y a tu
esposa por causa de Muhammad. ¿Cómo has oído de la elevada
posición de Muhammad en Mis Ojos? " Adam contestó: "Mi Señor, en
cuanto abrí los ojos, cuando Tu me creaste y me habías dado vida,
observe el nombre de Muhammad junto con Tu noble Nombre en cada
parte del Paraíso. Supe que el universo se había creado debido a él, y
que se perdonarían a los pecadores por su causa". El Señor dijo
entonces: "Aunque el pecado de una persona sea tan profundo como
el océano, tan inmenso como el sol, perdonaré si Mi perdón se pide
por causa de Muhammad. Te desterré del Paraíso, O Adam, pero
cuando Instale su Comunidad allí ya nunca los desterraré de nuevo. Si
alguien que Me rinde culto, todavía no tiene amor en si mismo por Mi
amado Muhammad, no aceptaré sus rezos aunque la inmensidad de
su adoración se eleve de la tierra a los cielos."

Un pecado debería dejarnos lamentando durante mil días.


¡Señor, he pecado mil veces, y ni un día me he lamentado!

El nombre Muhammad quiere decir “el más altamente exaltado


y alabado”. Porque el Eminentísimo Señor ha unido ese nombre junto
con el Suyo propio, resuena en las lenguas de los ángeles como en
las lenguas de todos los Profetas, Mensajeros y Santos desde Adam
hasta la Gloria del Universo. ¡En todos ellos sea la paz!
A continuación algunos de los nobles nombres del Profeta
Muhammad:

Muhammad (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) el


Alabado
Ahmad (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) el Más
Alabado
Mahmud (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) el Loable
Hamid (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) Alabando (Él
Quién Alaba)
Ahyad (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) Nombrado
en la Torah
Wahid (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) Único
Mahin (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) Él Quién
Borra
Hashirin (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) Él Quién
Recoge
Akibun (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) el Sucesor
Taha (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) Título de
Surah 20
Yasin (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) Título de
Surah 36
Tahir (que la paz de Alá y Sus bendiciones sean con él) el Puro

El León de Alá, el venerado Ali ibn Abi Talib, y quince de los


Compañeros han pasado esta descripción del Mensajero Escogido,
Muhammad Mustafa, (Alá lo bendiga y le de paz): En el carácter y
conducta era el más perfecto de los seres humanos. Todos los
grandes Profetas eran físicamente completos y bellos de rostro, pero
el Amado de Alá era de todos el más hermoso. Su casto cuerpo era
bello, sus miembros bien proporcionados, su figura muy atractiva. Su
frente y su pecho eran anchos, como lo eran sus palmas y el espacio
entre sus hombros. Su cuello que era largo y elegante era como de
plata pura. Sus hombros y brazos, así como las pantorrillas de sus
piernas eran fornidas y sólidas, mientras que era largo en las
muñecas. Sus dedos eran bastante largos, y sus dedos y manos eran
algo gruesos. Su bendito estómago no era gordo, y no se destacó
debajo de su pecho. Sus empeines eran arqueados, no planos. De
altura media alta, era bien robusto, poderoso y fuerte. No era
demasiado delgado ni tenía sobrepeso, pero sí un buen medio. En
cuanto a su piel bendita, esta era más suave que la seda. La cabeza
grande, la frente arqueada y su nariz recta estaban en perfecto
equilibrio. Su cara era más oval que redonda, y no era demasiado
gordo ni demasiado redondo en las mejillas.
Sus cejas eran cerradas, pero no se encontraban en el medio.
No tenía entrecejo. Había una vena entre sus dos cejas que se inflaba
y se presentaba cuando estaba enfadado. Sus pestañas eran largas y
los ojos negros, bonitos y bastante grandes. Había un toque de rojo
en el blanco de sus ojos. Su colorido era ligero, ni tan blanco como la
tiza ni muy oscuro para ser moreno. El resplandor que brilló en este
rostro bendito era de una blancura rosada suave, luminosa y brillante.
Sus dientes estaban tan lustrosos como las perlas; sus dientes
delanteros resplandecían cuando hablaba, y cuando sonreía su boca
bendita emitía relámpagos de una exquisita luminosidad. Cuando dejó
crecer su pelo, llegaba pasando los lóbulos de sus orejas. Su barba
era espesa y colmada. No era larga, pero más que suficiente para el
aseo. Cuando partió hacia el mundo de la Eternidad, su cabello y su
barba habían empezado a ponerse grises: tenía aproximadamente
veinte vellos grises en su cabeza, algunos en su barba. Su cuerpo
estaba limpio y olía dulcemente. Tanto si se perfumaba como si no, su
piel olía mejor que los perfumes más finos. Cualquiera que estrechara
sus manos con él podría oler todo el día y durante mucho tiempo su
fragancia agradable. Si acariciaba la cabeza de un niño con su mano
bendita, ese niño podría distinguirse de otros por su fragancia
deleitable.
En el momento de su nacimiento estaba limpio y aseado y
naturalmente circuncidado. Nació con su cordón umbilical cortado.
Sus sentidos eran extraordinariamente agudos. Podía oír a una gran
distancia, y podía ver más allá que nadie. Todos sus movimientos eran
suaves. Cuando partía a alguna parte, lo hacía serena y
pausadamente, no volteaba ni a derecha ni a izquierda, pero
caminaba vivamente y fácilmente. Podía aparecer paseando, mientras
que aquellos que se le acercaran se encontrarían quedándose atrás,
aunque estuvieran caminando rápidamente. Había luz y dulzura en su
cara bendita, fluidez y encanto en sus palabras. Su idioma era
articulado y elocuente, y se expresaba con una lucidez extraordinaria.
Nunca habló innecesariamente y allí yacía su sabiduría y el buen
consejo en todo lo que decía. Siempre se dirigió a las personas al
nivel de su comprensión. Su cara sonreía, sus palabras eran dulces.
Nunca dijo una palabra mala a nadie, ni trató mal a alguien. Nunca
interrumpía el discurso de otra persona. Era afable y humilde. No era
tosco ni de mal temperamento. Pero era serio y honrado. Su risa era
una sonrisa. Una persona que de repente lo veía, quedaba
extasiada.
Quienquiera que disfrutara su compañía y su amistad llegaría a
amarlo con todo su corazón y alma. Respetó a los virtuosos de
acuerdo al nivel de virtuosidad de cada uno. También trató a sus
parientes con el más grande honor, pero nunca los prefirió por encima
de aquellos más dignos que ellos. Así como trató con bondad a los
miembros de su propia casa y a sus compañeros, también lo hizo
suavemente y cortésmente con otras personas. Era muy bueno con
sus sirvientes. Los alimentó con lo mismo que él se alimentó, les
proporcionó la misma ropa para llevar. Era generoso, cortés,
agraciado y compasivo, valeroso y tolerante. Era firme en sus
compromisos y promesas, verdadero a su palabra, era superior a
todos en la bondad del carácter y en excelencia mental, digno de
cada tipo de alabanza y elogio. Dio toda la alabanza a Dios. Para
abreviar, era bello en la forma, perfeccionado en el carácter, un ser
feliz y bendito cuyo semejante nunca ha habido y nunca será creado,
que Alá lo bendiga y le de paz.

El Profeta Consuela a Su Sirviente Thawban

El noble Mensajero tenía un sirviente llamado Thawban quién lo


amó mucho. Thawban se puso pálido y ansioso al pensar: "Si alguna
vez no veo al Mensajero bendito no podría sobrellevar la separación.
Es el jefe de los Profetas en el Día de Resurrección. Su estación en el
Paraíso está ciertamente lejana sobre la mía. Si seremos separados
allí, ¿qué será de mí entonces?". Viendo a Thawban en esta condición,
el Mensajero bendito le dijo: "¿Te encuentras pálido y lánguido,
Thawban? ¿Estás enfermo? " Thawban lloró cuando le dijo al
Mensajero lo que estaba preocupándolo. Inmediatamente Nuestro
Maestro recitó el Noble Verso:

Quienes obedecen a Alá y al Enviado, están con los profetas, los


veraces, los testigos y los justos a los que Alá ha agraciado. ¡Que
buena compañía! Así es el favor de Alá. Alá basta como Omnisciente.
(4:69-70)

El Mensajero estaba diciendo, en efecto: "Si tú amas a alguien, tú


estás con esa persona"

SU COMPORTAMIENTO EJEMPLAR

Nuestro Noble Maestro sobrellevó con paciencia todo el


sufrimiento y el daño infligido sobre él, nunca pronunciando una
palabra desagradable hacia aquellos que le causaban tal sufrimiento
y daño. Paciente y tolerante, estaba siempre dispuesto a perdonar.
Cuando los no creyentes rompieron su diente en la Batalla de Uhud,
algunos de sus Compañeros le urgieron para que los maldiga, pero
nuestro Maestro dijo: "Fui enviado como la Misericordia de todos los
Mundos. No para maldecidlos". Luego agregó: "Entre estos pobres
desgraciados quienes me combaten hoy, veo muchos que vendrán a
creer en mí. Sus descendientes serán quienes esparcirán la Religión
de Dios al este y al oeste. Ellos serán guerreros en la causa de Alá". Y
eso fue lo que ciertamente sucedió.
Nuestro Maestro incluso perdonó a una mujer que pretendió
envenenarlo. Era muy generoso y nunca le negó una limosna a nadie
que lo pidiese. Si era necesario pedía prestado para poder proveer.
Era un hombre de mucho coraje, cabalgaba en la batalla montando
una mula. Cuando sus Compañeros emprendieron la retirada en la
Batalla de Hunayn, fue a la carga sobre sus enemigos por sí solo.
Como el Eminentisimo Senor dice en el Sagrado Corán:
Los que transmiten los mensajes de Alá y Le temen, sin temer a nadie más que a
Alá; Alá basta para llevar la cuenta (33:39)

Como nuestro bendito Mensajero Muhammad, nunca ninguno


de los Profetas temieron a nada excepto a Alá. El Amado fue
claramente no temeroso de ninguna otra criatura. Mantuvo su
comportamiento con los grandes y los pequeños. Era muy cariñoso
con los niños, y mostró más afecto a los pobres que a los ricos. Era
tierno y compasivo con los débiles y los extraños. Su dulzura y
compasión se extendió a todas las criaturas de Dios. Era humilde. Su
asiento fue una alfombra de paja, su montura un burro. Solía llevar la
comida al hogar por sí mismo. Algunas veces solía realizar sus
plegarias en la tierra. Nuestro Maestro solía visitar a la gente pobre y
a los no musulmanes cuando estaban enfermos, preguntaba sobre su
condición y cómo se sentían. Si esclavos y amigos pobres lo
invitaban, iba a sus casas. Él solía decir: "Tengan compasión con
todas las criaturas, para que Alá sea Compasivo con ustedes
también". Solía servir en su casa, ayudando a los miembros de su
familia. Se ocupaba de amasar la pasta. A veces barría la casa. Cosía
sus propias prendas, alimentaba a las cabras, remendaba sus ropas
rasgadas. Atendía sus propios asuntos. Solía comer junto con su
sirviente, quien a su vez le ayudaba en alguna de sus tareas. No hubo
nadie más justo, tan confiable y veraz, como nuestro Maestro el Más
Noble Mensajero.
Antes que llegara la orden revelando su Misión Profética, los
politeístas solían llamarlo Muhammad el Confiable. Abreviando, en
carácter moral estuvo en el pináculo de la creación. ¡Quiera Alá
conceder que todos obtengamos su intercesión! Deberíamos amarlo
más que a nosotros mismos. Que se nos permita disponer sin
esfuerzo modelar nuestro carácter sobre el del Mensajero de Alá.
Amor y afecto demandan total sacrificio por la causa del Amado.

AMOR Y SACRIFICIO POR SU CAUSA


La Prueba de Khabbab

Nuestro Maestro el Profeta escribió cartas a los emperadores,


reyes y jefes tribales del momento, invitándolos a la religión de Islam.
Aquellos a quienes envió tales mensajes incluían al Emperador
Bizantino Heraclius, el Shah de Irán, el Rey Muqawqis de Egipto, el
gobernante de Yemen así como las tribus grandes y pequeñas.
Algunos de los destinatarios aceptaron la carta e invitación y enviaron
una respuesta. Algunos enviaron a los embajadores del Mensajero a la
muerte. Otros lo consideraron por debajo de su dignidad el contestar
y apartaron la carta sin prestarle atención alguna. Incluso otros
concibieron la enemistad hacia nuestro Maestro.
Aquellos que reaccionaron favorablemente enviaron un
representante en respuesta a la invitación, aprendieron sobre Islam y
eventualmente lo aceptaron.
Los Emperadores Heraclius de Bizancio y Muqawqis de Egipto
acusaron recibo de sus cartas y enviaron regalos a nuestro Maestro
junto con sus contestaciones. El Shah de Irán dio muerte al
embajador de nuestro maestro y rompió la carta Profética, incurriendo
en la ira de Dios. Así como él había hecho matar al enviado, sería
asesinado en poco tiempo por sus propios hijos y su reino sería
rasgado en tiras al igual que la carta.
Entretanto una carta se había escrito a un jefe llamado Habib,
cabecilla de una de las tribus Árabes, invitándolo a Islam. Este tirano
cruel leyó la carta y retuvo al enviado del Profeta dándole un mal
trato antes de enviarlo de regreso. "¡Saquen esta carta de mi vista! "
gritó con rabia y furioso, entonces la pusieron con otros papeles en un
cofre en la tesorería del palacio. Allí estaba destinada a permanecer
intacta. Ese jefe tenía un hijo adulto muy guapo cuyo nombre era
Khabbab. Un día, este joven hombre entró en la tesorería de su padre
para conseguir algunos documentos. Mientras Khabbab estaba
buscando estos papeles en el cofre anteriormente mencionado, la
carta de nuestro Maestro llegó a su mano. La noble carta llamó su
atención así que la abrió y la leyó; y cuando concluyo su lectura, el
fuego de la fe tomó a su ser entero. La luz de Islam surgió en su
corazón y envolvió todo su cuerpo. En esa carta bendita estaba
escrita la frase bendita y salvadora, el nombre de Dios que es la llave
al Paraíso:

LA ILAHA ILLA-LLAH - MUHAMMADUN RASULU-LLAH

“No hay otro dios salvo Alá - Muhammad es el Mensajero de Dios"

Los contenidos de la carta atraían la atención inmediata de


cualquiera que se llamase un ser humano, mostrándoles la Verdad y
la Realidad. Decía que no hay ningún dios salvo Alá y que Él solo
merece culto y reconocimiento. “¡O Gobernante! No tengas a las
personas rindiéndote culto como a un Dios; no nos permitas
rendirnos culto unos a otros como dioses”. La carta vino a mostrar al
creyente las maneras de salvación en este mundo y el del Mas Allá.
Recordaba a aquellos sin fe de la retribución que los espera en este
mundo y el próximo. Condenó la tiranía, llamando a gobernar con
justicia, proclamaba que todos los hombres son esclavos de Dios y
que ninguna nación es superior a otra, y declaró que aquellos que
temen a Dios son nobles a Su vista. La carta estaba firmada “el
esclavo de Dios y Mensajero Muhammad”.
Khabbab leyó la carta una y otra vez. El afecto que empezó a
sentir hacia su autor era de una intensidad inexpresable. A partir de
aquel día, Khabbab se puso muy pensativo. Tampoco comió, ni bebió,
ni durmió. ¿Quién era Muhammad quien había escrito esta carta? ¿Por
qué había escrito para invitarlos a la religión de Islam? Aunque
escribió de si mismo como el esclavo de Alá y Mensajero, no buscó
ninguna recompensa de ellos a cambio de esta invitación. Estaba
invitándolos a la salvación, prosperidad y felicidad, mostrándoles
cómo escapar de la desgracia en este mundo y avergonzarse en el
Más Allá. Estaba convocándolos a acercarse a la Verdad y encontrar la
Belleza Divina.
Khabbab fue a discutir la carta con su padre, pero su padre le
contestó: "Sí, una carta vino. El escritor declara que nuestra religión y
nuestros ídolos son falsos. Es un hechicero que quiere sembrar la
discordia entre los Árabes estableciendo una nueva religión,
clamando que su religión de Islam es la única religión verdadera, no
haciendo ninguna distinción entre rico y pobre, respetando al esclavo
y el hombre libre como igual. ¡Ten cuidado hijo mío, no te dejes llevar
por él! Anímate y disfruta de ti mismo".
Al hombre joven sin embargo, lleno como estaba con la luz de
LA ILAHA ILLA-LLÁH y el amor de MUHAMMAD RASULU-LLÁH, las
palabras de su padre le llegaron como una sorpresa. “Me avergüenzo
de ti, padre", le dijo. "Cómo puedes calumniar tan descaradamente a
este Heraldo de La Verdad que te invita a la salvación". Habiendo
leído el nombre del Mensajero de Dios Muhammad, el joven hombre
empezó a amar a su persona bendita; noche y día oró
silenciosamente a Alá: "O Mi Señor Dios, tu has visto mi corazón. He
venido a amar al Mensajero sin haber visto su rostro. Estoy listo a dar
mi vida sin vacilar cuando llegue el momento. Muéstrame su belleza
sólo una vez. Luego, permíteme morir. No tengo ninguna necesidad
de trono o poder". Sólo con su amor y afecto como compañía, se fue a
lugares aislados. Llorando, nunca dejó de mencionar el nombre del
Mensajero Elegido; noche y día rogó a su Señor. . .
El amor sentido por Khabbab se incrementó día a día. Creció
impaciente para ver al Mensajero, encontrárselo, lograr la belleza de
su presencia. Sin embargo no era fácil. El Amado no viene
directamente. Se requiere perseverancia y es necesaria mucha
paciencia. No hay ninguna rosa sin sus espinas. Quién escoge la rosa
debe esperar que su dedo sienta la punzada de la espina. Una
sensación surge dentro de él, un anhelo, un amor que comienza a
rebalsar de sus labios con las palabras.

Por ti sacrifico mi vida, Muhammad


En ambos mundos tu eres mi compensación, Muhammad,
Antes de que te viera, el amor me llenó de anhelo
Lo sentí entonces, mi Señor Muhammad
Tu visión en mi corazón se grabó para siempre
Nada sino tu belleza contemplo, Muhammad,
Cuerpo y alma son consumidos por este fuego de amor
Prescribe la cura O Sabio Doctor, Muhammad,
Si por tu causa estoy destrozado en pedazos
Permite que mi vida sea tu rescate, O Muhammad
Estoy sediento por esa unión de amor, cómo suspiro
Si sólo tu oyeras mis lamentos, Muhammad
Sea lo que sea, deja tu presencia venir
Dónde estén tus pies por siempre estaré, Muhammad

Estas palabras fueron en parte habladas, en parte sollozando.


Dejó de dormir por la noche y abandonó todas las actividades
placenteras y sus amistades. Evitando otras personas, frecuentó
lugares diferentes. Cuando su madre se dio cuenta de estas
circunstancias, mencionó el tema con el padre, quien congregó a su
concilio y llevó a Khabbab frente a él. Cuando Khabbab llegó, su
padre lo abrazó y besó sus ojos. "¿Qué ha sido de ti, hijo mío?"
preguntó. "¿Qué es este estado en el que te encuentras? Dile a tu
padre, soy el Emperador, déjame ver que puedo hacer. Déjame
remediar aquello que está preocupándote". A esto, el venerable
Khabbab contestó: "Mi estimado padre, desde el primer día que leí
esa carta he amado al Noble Muhammad. He abandonado tu falsa
religión. He rechazado tus ídolos. Ahora he encontrado a Alá y he
venido a conocerlo. Soy el amante de Su Mensajero. Quizás estarás
enfadado conmigo y me tirarás en la prisión, quizás me harás torturar
y me enviarás a la muerte. Esto lo sé y no cambiaré mi curso para
salvar mi vida. Si no puedo verlo realmente moriré. Escucha y
comprende. Me he vuelto un Musulmán. He venido a creer en el
último Profeta". Luego pronunció el testimonio de fe, levantando su
dedo índice diciendo:

asshadu an la ilaha illa-llah wa-ashhadu anna Muhammadan rasulu-


llah

"Testifico que no hay ningún dios salvo Dios y que Muhammad es el


Mensajero de Dios."

Escuchando estas palabras de su hijo, el padre se levantó


furioso, agarró a Khabbab y lo golpeó arrojándolo al suelo. Lo pisoteó
casi hasta matarlo mientras juraba por sus ídolos que a menos que
renunciara a sus palabras lo mataría. Todos sus ministros detuvieron a
su padre y llevaron a Khabbab lejos de él, salvándolo de una muerte
segura. Luego se volvieron a su jefe y le dijeron: “O Príncipe, no seas
tan duro con un hombre joven. Nosotros lo aconsejaremos y lo
devolveremos a nuestra religión”. Desde ese día rodearon a Khabbab
de muchachas sensuales y le instaron a que disfrutara de los placeres
de la vida: “¿Por qué entrar en una religión de la que nada sabes?
¿Por qué abandonas nuestra religión? Vuelve a tus sentidos y piensa.
Estás dejando las bendiciones del aquí y ahora y estás colocando tu
fe en las bendiciones futuras. No sólo vas a perder tu trono y tu
corona, sino que tu padre te matará por su propia mano. Perderás
todo el poder. Mira a estas bonitas muchachas esclavas, todas para ti;
el trono, la corona son para ti”. Tales eran sus consejos y
advertencias, pero a todo esto Khabbab respondió: “Prefiero ser un
esclavo en la religión de Muhammad que ser un rey o un príncipe en
la incredulidad”. No miraría a las muchachas bonitas ni daría su oído
para escuchar sus consejos.
Se mantuvo llorando: “Ah, Muhammad es el Mensajero de Dios.
Ah, Dios es Uno. Su Mensajero es Ahmad”. Pasaron varios días de esta
manera, entonces el padre de Khabbab vino a él. Ya que todos los
consejos habían fallado, pisoteó a Khabbab pensando en matarlo bajo
sus pies. Lo golpeó continuamente, dándole puntapiés con sus pies
malditos. La sangre emanaba de la boca y la nariz de Khabbab, pero
los únicos sonidos que soltaban sus labios eran estas palabras
benditas:

La ilaha illa-llah - Muhammadun rasulu-llah

El Príncipe tomó su daga, pero sus ministros intervinieron de


nuevo cuando estaba a punto de darle el golpe fatal, diciéndole: “O
Príncipe, deja el asunto en nuestras manos. Desde que los consejos
no lo han reformado, lo cerraremos con llave durante algún tiempo,
asustándolo, atormentándolo. Entonces quizás regresará a nuestra
religión, no lo mates todavía”. Aunque los lamentos de Khabbab
habrían movido las montañas, ningún rastro de piedad surgió en el
corazón de su cruel padre. “O Príncipe”, dijeron ellos, “si no es dócil a
la tortura y al encarcelamiento que le infligiremos, entonces puede
llevarlo a la muerte”. La tortura entonces comenzó. Primero enviaron
a Khabbab a los azotes públicos y lo llevaron hambriento. Luego
hicieron su pan demasiado salado y le negaron el agua.
A pesar de estas torturas, Khabbab no renunció a la religión de
Islam. Por el contrario, su amor aumentó y aceptó las torturas
agradeciéndolas como una bendición. Se consoló diciendo: “Si no lo
veo, por lo menos estoy muriendo por él”.
Un día, el Príncipe volvió con la intención de advertir a su hijo. Él
dijo: “Mírate hijo, te has deshonrado a ti mismo así como nos has
traído el infortunio. Sentimos compasión por ti. Esta es mi palabra
final de advertencia antes de que te entregue al ejecutor. Regresa a
tu religión. Tú serás el príncipe en mi lugar”. Pero el venerable
Khabbab contestó:
“¿Padre, qué estás diciendo? ¿El cambiar el Más Allá por este
mundo? Yo no cambiaré oro por estaño. Soy el esclavo de Alá, Quién
es El Señor de Todos los Mundos. Soy el amante de Su Amado. Mi
corazón está lleno de amor por él. No importa cómo me castigues,
aun cuando inflijas un castigo mil veces peor que esto, aun cuando
desmiembres mi cuerpo, nunca renunciaré a la religión de Islam”.
Entonces continuó: “Cualquier castigo que tu tengas reservado,
imponlo. Aquí tienes mi cabeza, mi espalda, mi cuerpo. Aquí estoy
delante de ti. Prosigue, tu castigo no tiene efecto sobre mí. El amor ha
envuelto a mi ser entero. Me he comprometido en cuerpo y alma a su
camino. El fuego del amor se ha vuelto mi compañero. Aquellos que
siguen al Señor Muhammad dan todo por su causa. ¡O Padre! Rompe
tu orgullo. No te sientas avergonzado ante tu gente. Si tienes
inteligencia, únete a Islam. Tú estás llamándome a la incredulidad con
el látigo, mientras que yo te estoy llamando a la Verdad con mis
dulces palabras".
Su padre vio que no había esperanzas y que su hijo nunca
volvería, y convocó a los ejecutores de la justicia y les dijo: "Tortúrenlo
durante tres días y mátenlo en el cuarto". Tomaron a ese hombre
joven venerado, pusieron a un hombre con un látigo encargado de él
y le hicieron extraer el agua bajo el sol. Lo obligaron a que trabajara,
azotándolo sin consideración para su cansancio, mientras le decían:
“Rechaza a Muhammad. Ríndele culto a nuestros ídolos”. La sangre
que salía de su boca, su nariz y su cabeza se secaba sobre él, pero
ningún sonido salió de sus labios excepto las palabras: “la ilaha illa-
llah”. Aunque estaba extrayendo el agua, consideraron que un bocado
sería demasiado para él. Al final no había ninguna fuerza en sus
piernas, ningún lustre en sus ojos. Pasaron así tres días y tres noches.
Cuándo la hora de la ejecución se aproximaba, el guardia de servicio
fue superado por tal adormecimiento que, aunque lavó su cara y se
pellizcó, le fue imposible mantenerse despierto. Habían atado a
Khabbab con gruesas cadenas y grilletes en manos y pies. Sus
piernas estaban débiles y sus ojos embotados. Además, le negaron el
pan salado durante los tres días. El guardia entró en sueño y que
sueño era. . . “Querido mío”, había dicho, "No me permitas
dormirme”. Pero Dios ordenó que se durmiera sin que fuera
consciente de ello. Mientras Khabbab continuaba enrollando la polea
del pozo, hizo esta súplica a Dios:
“O Señor, Tu que todo lo puedes y El Auto-Subsistente. Tu ves la
condición en que me encuentro. Tu eres el Uno que cura el dolor. Mi
agonía es conocida por Ti. Abre para mí los caminos que llevan a Tu
Amado Muhammad. Muéstreme la belleza bendita de su cara.
Glorifico este dolor y esta tortura que he sufrido por causa de mi
religión. Si muero sin verlo con mis ojos mundanos, será un tormento
para mí esperar la Resurrección. Un instante separado de él me
parecen siglos. O Alá, Remediador de Dificultades, te pido, permíteme
encontrarlo”. Diciendo esto, suspiró desde las profundidades de su
ser.
Cuando el venerable Khabbab estaba haciendo esta súplica,
quién concede lo que Él desea a quien Él desea, dijo a Gabriel:
“Khabbab ha completado la prueba del amante. Ve y deshace sus
ataduras. Yo inspiré la historia de su afecto por Mi Amado y los
sufrimientos que sufrió por Mi causa y él es un ejemplo para todos Mis
sirvientes que claman por Mi Amor. El tiempo para el encuentro ha
llegado. Permite al amante encontrarse con su amado”. En ese
Momento las trabas de Khabbab se disolvieron de repente. Sus
cadenas cayeron lejos como el polvo y los grilletes se abrieron de sus
manos y pies. “¡Alá!” lloró y huyó de ese lugar. No supo qué camino
tomar. Pero voló como un pájaro clamando: “¡Mi Maestro, Mi Amado
Profeta !”. Su lengua afirmó la Unidad de Dios. Cubrió una jornada de
ochenta días en una noche, sin tocar el suelo pero montando el Corcel
Milagroso del Amor hasta que entró en Medina la Iluminada.
Corrió hacia esa luz inmarchitable. Cuando llegó a Medina la
Iluminada, Amr, que Dios esté complacido con él, uno de los
Compañeros del Mensajero, salió a su encuentro. Viendo a un hombre
joven llorando delante de él, lo abrazó y le preguntó la razón de sus
lágrimas. Le dijo que le explicara lo que le preocupaba, diciéndole: “O
Hombre joven, ¿estás hambriento? ¿Tienes sed? Permíteme darte pan
y agua. Hijo mío, yo veo en ti las marcas de fe”. Khabbab respondió:
"No quiero comer ni beber. Hace mucho tiempo me he olvidado de
ello, después de haber hecho de mi sustento el amor. Amr
comprendió que este muchacho era un amante. “¿A quien está
dirigido tu amor? Dime, hijo mío,” le dijo. No sabiendo de donde era,
Khabbab guardó su secreto por miedo a traer infortunio hacia sí
mismo. Amr entendió esto y le dijo: "Soy un musulmán, a Dios toda
alabanza. Si confías en mí por la causa de Muhammad, no divulgaré
tu secreto a ninguna alma". En la presencia de tal gracia divina
Khabbab entró enseguida en éxtasis.
Entretanto, Gabriel descendió a nuestro Maestro, el Amado del
Señor y le dijo: “O Mensajero de Alá, te traigo saludos de la Verdad.
Ve con tus Compañeros y dale la bienvenida a un amante que ha
venido a verte. A través del amor por ti su exterior se ha vuelto una
ruina y su interior un palacio. Ha sufrido mucha agonía por causa de
la religión de Islam. Alá dice: "He colocado en Khabbab el premio de
la paciencia de Job, la paz sea con él. Deja a Mi Amado saludarlo y
tómalo de su pecho. Yo lo amo por amar a Mi Amado". Cuando
nuestro Maestro recibió estas buenas noticias, fue con sus
Compañeros a encontrarse con Khabbab. El amante y el amado
estaban unidos. Nuestro Maestro abrazó a Khabbab y lo estrechó en
su pecho diciendo: “Bienvenido, fiel amante, hijo mío”. Cuando
Khabbab quiso frotar su cara en el polvo a los pies del Mensajero, le
dijo amablemente: “O hijo mío, ¿qué dificultades has soportado por la
religión?". Cuando Khabbab le contó sus experiencias, nuestro
Maestro y sus Compañeros vertieron lágrimas de sangre.
Así, es cómo los amantes logran la felicidad. Khabbab demostró
su amor, encontró al Mensajero de Alá en este mundo y estará con él
en el Más Allá. Nosotros estamos junto a aquellos que amamos.

EL SERMÓN DE DESPEDIDA

Lo que ahora sigue es el Sermón del Adiós de nuestro bendito y


honorable Profeta, relatado por el venerado Imán al-Bukhari:
Bismi-llahir-rahminir-rahim

- - En el Nombre de Alá ,el Compasivo, el Misericordioso -

A Alá damos toda alabanza. Ante Él nos arrepentimos. Buscamos


el refugio en Él de la maldad dentro de nosotros y de nuestras malas
acciones.
¡O Gentes! Escuchen bien lo que digo. No sé si me encontraré aquí
de nuevo después de este año.
¡O Gentes! Como este día, este mes y esta ciudad (1) son sagrados,
así lo son vuestras vidas, vuestros bienes y vuestro honor sagrado e
inviolable.
¡Mis compañeros! pronto se encontrarán con su Señor y Él les
preguntará ciertamente por su estado presente y conducta. Tengan
cuidado con volver al error de sus maneras anteriores y los feudos de
sus sangres. Permitan a aquellos que están aquí llevar este
testamento mío a aquellos que están ausentes. Puede ser que alguien
que lo escuche, entenderá y lo guardará mejor que aquellos que
escuchan aquí y ahora.
¡Mis compañeros! Permitan a cualquiera que sostenga una fianza
en fideicomiso el retornarla a su dueño. El interés de cualquier forma
queda abolido, bajo mi pie. Pero deben reintegrar el capital a ustedes
prestado.
No hagan mal y ustedes no se harán mal. Prestarse con intereses
queda ahora prohibido por decreto de Dios. Este feo hábito, una
reliquia del tiempo de la Ignorancia, la desprecio en todas sus formas.
El primer interés abolido es aquél de Abbas ibn Abd al-Muttalib. (2)
¡Mis compañeros! Toda exigencia de sangre del tiempo de la
Ignorancia queda completamente abolida. El primer reclamo de
sangre abolido es la de Rabia (3), la nieta de Abd al-Muttalib.
¡O Gentes! Satanás ahora desespera por re-establecer su control y
dominio en esta tierra. Pero todavía estará agradecido que le
obedezcan en otros asuntos que no consideren importantes. También
tengan cuidado de esto para proteger su religión.
¡O Gentes! Les mando observar los derechos de la mujer y temer a
Dios en este respecto. Han tomado a sus esposas como una confianza
de Dios, y está en el nombre de Dios que hayan hecho su honor y
virtud legítimos para ustedes. Tienen derechos por encima de sus
esposas y ellas tienen derechos por encima de ustedes. Tienen el
derecho de que sus esposas no deben permitir que cualquiera que no
les guste viole la santidad de la casa. Si ellas admiten a alguien mal
recibido por ustedes, pueden castigarlas suavemente y amonestarlas.
Sus esposas tienen el derecho de ser abastecidas con toda la comida
proporcionada por ustedes y de vestir apropiadamente según las
tradiciones del país.
¡O Creyentes! Les dejo una responsabilidad que si se mantienen
firmes a ella nunca se extraviarán. Esa responsabilidad es el Libro de
Dios, el Corán.
¡O Creyentes! Escuchen bien y recuerden mis palabras. El
Musulmán es el hermano del Musulmán, por consiguiente todos los
Musulmanes son hermanos. Es ilegal violar cualquier derecho que
pertenece a un hermano en la religión. Pero si él da de buena gana,
bien y mejor.
¡Mis Compañeros! No se hagan mal a ustedes mismos. También
tienen derechos sobre si mismos.
¡O Gentes! El Señor ha asignado a todos su deberes (en el Corán).
No es necesario hacer un legado a favor de un heredero (4). El niño
pertenece a aquél en cuya cama nace. Para el adúltero hay pobreza.
Quién exige como a su padre sobre uno que no es su padre, o es
ingrato con el maestro quien no es su maestro, en él sea la ira de
Dios, la maldición de los ángeles y las maldiciones de todos los
Musulmanes. De tales personas el Señor Dios no aceptará ni su
arrepentimiento, ni su equidad ni su testimonio.
¡O Gentes! ¿Cuándo vengan a preguntarles por mí, qué dirán
ustedes?
“Testificaremos que entregaste el mensaje de Dios, descargaste la
misión que te fue confiada, y nos diste buena guía y consejos…”.
O Señor sé mi testigo. O Señor sé mi testigo. O Señor sé mi
testigo. . .

Nuestro Maestro el Mas Noble Profeta es un espejo bruñido.


Quienquiera que lo mire se ve a si mismo.
Un día, Abu Jahl entró en la presencia de nuestro Maestro y se
dirigió en estas palabras: “Muhammad, nunca he visto a alguien tan
mal visto y mal hablado como tu”. Nuestro Maestro respondió a este
insulto diciendo: “Estás en lo cierto”. Después de un rato, Abu Bakr, el
más Veraz de los Veraces se unió a esa misma compañía. Le dijo a
nuestro Maestro: “ Que mi madre, mi padre y yo seamos tu rescate,
Mensajero de Alá, nunca he visto a nadie más bello de cara y más
dulcemente en su discurso que tu”. A estas palabras sinceras de Abu
Bakr él contestó: “Tienes razón, mi querido amigo de la Caverna”.(5)
Preguntándose que hacer con estos dos comentarios
contradictorios, los Compañeros exclamaron: “Mensajero de Alá, Abu
Jahl te desacreditó con una descripción que no te corresponde en
absoluto. Entonces Abu Bakr habló admirativamente de algunas de
tus virtudes. ¡Sin embargo les diste la misma respuesta a ambos!”.
“Sí”, dijo él, “soy un espejo limpio. Abu Jahl me miraba y se vio a si
mismo”.
Ustedes ven, creyentes, el amor del venerado Khabbab también
se había reflejado en el Espejo-de-Muhammad. Si un creyente sincero
viene y pregunta: “Amo al Mensajero de Dios, ¿pero me pregunto si
mi Maestro me ama?” nuestra contestación sería: “En la medida que
tu amor para con el Santo Profeta sea, tal será el afecto del Mensajero
hacia ti”. Por consiguiente permite que tu amor y afecto para con él
crezcan. Deduce tus propias conclusiones sobre esto y refléjate en
este Verso:
“Alá y Sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle
vosotros también y saludadle como se debe” (33:56)

En términos de amor y afecto, la relación entre el Señor Dios y


nuestro Maestro es el del Creador y la criatura pura. Observa las
manifestaciones, por consiguiente el amor infinito que está en Alá, el
Primero del primero y Último del último, se manifiesta en Su Amado y
provoca el amor interminable en ese noble ser. El Amor se vuelve la
guía principal para la esencia del portador del Mensaje, y esta se
pierde entre los dos Amantes incrementado cada momento de toda la
eternidad a toda la eternidad. Pero sólo los amantes, aquellos
inmersos en Amor entienden lo que estoy diciendo.
Permítenos de nuestra parte amar a Alá y a Su Mensajero y a
aquellos que Dios ama, de los cuales nos podamos ganar el respeto.
Que podamos estar con aquellos que amamos en este mundo y en el
Más Allá. Aquellos quienes aman a Alá y a Su Mensajero y los
virtuosos, de ellos es el camino recto - el camino de Islam – y el
camino de la guía correcta; ese es el camino de los amantes. No
tienen nada en común con Satanás, con los tiranos crueles, los
incrédulos, lo impío y lo inmoral.
Rinden culto a Alá, modelan su carácter en la ética de
Muhammad. La maldad, la falsedad, la pereza, la malicia, renuncian a
todo esto. Perdonan cualquier hecho malo realizado hacia ellos y
tratan a su perpetrador amablemente. Son tolerantes; practican la
generosidad, el contentamiento, la paciencia, la gratitud, como lo hizo
su amado Profeta.

El Martirio del Noble Ali, El "León de Alá"

Una mañana un cobarde de nombre Ibn Muljam encontró al hijo


por ley del Profeta, la morada del Señor, mientras estaba en
presencia de la Verdad, y lo golpeó con violencia con un sable
envenenado. Esa morada del Señor y refugio de los pobres, el hijo por
ley del Mensajero Escogido y Vicerregente de la Verdad, yacía en su
propia sangre. Tomaron al Imán bendito de su lugar de oración y lo
llevaron a su morada afortunada dónde lo pusieron en su cama.
Cuántas batallas había luchado, cuántos incrédulos salvajes había
enviado al Infierno con un solo soplo, de la villanía de cuántos
rufianes había librado al mundo. Pero, cosas del destino, había caído
víctima de un cobarde.
El bendito Imán miraba a sus venerados hijos tiernamente,
como si estuviera leyendo la Lápida Conservada en el Cielo de las
tragedias que les ocurrirían. “¿Quién me golpeó?”, le preguntó al
Imán Hasan. Ellos trajeron enseguida al cruel asesino a la presencia
del Califa. El Imán reconoció a su atacante, porque Ibn Muljam había
trabajado para él como sirviente. Fue durante ese tiempo que el Imán
había dicho a Ibn Muljam, prediciendo su propia muerte
milagrosamente: “Ibn Muljam, mi fin está en tu mano”. En esa ocasión
Ibn Muljam había contestado: "Lejos sea eso de mí, O Imán. Permita
marchitar mi mano si debo hacer tal cosa". Y rogó ser enviado a la
muerte, pero el León de Dios había objetado: “¿Cómo puedo hacerte
enviar a la muerte, cuándo no estás comprometido en ningún crimen?
Sería un tirano injusto si te encarcelara o te matase cuando no has
sido culpable de ninguna ofensa”.
El tiempo y la hora habían llegado, y el destino mostro su
implacable mano. El Imán Ali le preguntó a Ibn Muljam: “¿Qué es lo
que te he hecho, Ibn Muljam; he tocado tu honor, propiedad o
persona?”. Superado por el miedo, Ibn Muljam atinó decir: '”De
ninguna manera, sólo el juicio pertenece a Dios, O Imán”.
El Califa bendito dijo: “Sus palabras son verdaderas, pero su
intención es falsa”.
Se llevaron a Ibn Muljam y lo pusieron en la cárcel bajo
vigilancia. Volviéndose al Imán Hasan, el Califa dijo después: “Si me
recupero de esta herida será mi asunto el tratar con él. Si me muero,
mátenlo con un sólo golpe de espada, para que la ley divina se lleve a
cabo. Tengan cuidado de no matarlo con crueldad o tortura, porque oí
una vez a vuestro abuelo Muhammad, Dios lo bendiga y le de paz,
decir: “No maten ni a un perro rabioso con tortura y dolor”. Luego le
trajeron leche. Habiendo bebido la mitad, dijo: “Envíen esta leche al
extraño que está en la cárcel. Su estómago está vacío”. “¿Quién es
este extraño que está en la cárcel, O Imán?”, preguntaron. “Mi
asesino, Ibn Muljam”, dijo, “su estómago está hambriento”.
Llevaron la leche a Ibn Muljam. Pero no la bebió y la devolvió,
mientras decía: “Le han puesto veneno. Ustedes van a matarme. ¡No
beberé, no beberé!”.
Cuando le dijeron al Imán que Ibn Muljam no había bebido la
leche y lo que había dicho, esta fue su respuesta: “¿Por qué Ibn
Muljam tuvo una mala sospecha de nosotros? Si hubiera bebido la
leche, cuando llegase el Día de la Resurrección y mi pie estuviera en
el umbral del Paraíso, no habría entrado sin tomar a Ibn Muljam y
entrarlo también al Paraíso.
Este Ali, quiera Dios estar complacido con él, el amante del
Mensajero, era el producto de las lecciones que aprendió en la
escuela del amor, del maestro del amor el Mentor del Universo. Él es
la Puerta de la Ciudad del Conocimiento, de la Tolerancia y el Amor,
así como Umar es la Puerta a la Ciudad de la Justicia, Abu Bakr de la
Ciudad de la Veracidad y Uthman de la Ciudad de la Modestia. Quiera
Alá estar complacido con todos ellos.

¡O Señor, no nos apartes de Tu Amado! A través de Tu perdón y


misericordia, congréganos bajo tu estandarte en el Día terrible de la
Resurrección, junto con todos los creyentes. Amén, por causa del Jefe
de los Mensajeros.
Toda alabanza pertenece a Alá, Señor de Todos los Mundos.
NOTES

(1) Mecca
(2) Tío del Profeta de los Profetas, la Paz sea con él.
(3) Un primo del Profeta de los Profetas, la Paz sea con él.
(4) Uno quién recibirá automáticamente una parte en la herencia según las
reglas de Corán..
(5) Referido a la caverna en la cual el Profeta, la Paz sea con él, y Abu Bakr,
quiera Dios estar complacido con él, se ocultaron de sus enemigos que los
perseguían.

TERCER DISCURSO

La Perfección de la Fe

Bismi’llàhi’r-rahmàni’r-rahim
En el nombre de Alá, el Compasivo, el misericordioso

Contenidos

Las cualidades del Creyente Verdadero.


Los Tres Niveles de Fe.
La Importancia de la Caridad.

Historias

El Destino de un Jinete Ciego que rechazó un Buen Consejo.


Bahlul busca Fuego en el Infierno, pero se marcha con las manos
vacías.
Un Futuro Santo es puesto a prueba por Su Guía Espiritual.
Una Mujer Campesina Pobre ve su Caridad premiada.
El Profeta Abraham aprende el Valor de la Caridad.
La revelación del Verso: “En cuanto al Mendigo...”
Ibrahim Ad’ham y la Gente de Basra.
La Historia de José, la paz sea con él.

Creyentes son aquellos cuyos corazones tiemblan cuando recuerdan a Alá,


y cuando se les recitan Sus signos les aumenta la fe, y en su Señor ellos
confían; aquellos que mantienen la oración, y gastan de la provisión que
Nosotros les hemos dado; ellos en verdad son los creyentes. Gozaran de
elevada categoría junto a Su Señor, de perdón y generoso sustento. (8:2-
4)

* * *

LAS CUALIDADES DEL CREYENTE VERDADERO

Estos nobles Versos son como el toque de una piedra. Aplicándolos a


nuestras palabras y hechos, a lo que creemos y donde ponemos nuestra confianza,
podemos probar el valor y grado de nuestra fe, nuestro Islam, nuestra misma
humanidad. Así como podríamos probar un pedazo de metal amarillo para ver si
fuera oro genuino, sostenemos los medios para evaluar y verificar el valor de
nuestra conducta y comportamiento. Estos Versos describen las actitudes
apropiadas del verdadero creyente. El logro de la aprobación divina está seguro
para aquellos que adquieren las características aquí nombradas.
Si podemos interpretar Sus palabras, el Eminentísimo Señor
está diciéndonos: “Los creyentes genuinos son aquellos de Mis
sirvientes cuyos corazones se estremecen cuando oyen Mi Nombre:
con temor de Mí y por Mi amor, con Mi Belleza y Mi Gloria. Cuando Mi
Corán se les recita, oyen Mis Versos con su oído interior, pero
también se esfuerzan por actuar de acuerdo a lo que escuchan. La luz
de su fe brilla más luminosa en la medida de sus esfuerzos, y por esa
luz ellos pueden diferenciar la verdad entre el bien y el mal, entre la
claridad y la oscuridad, la fe y el error. Vienen a confiar en Mi
completamente en todo lo que emprenden, en todas partes y en cada
cosa; en todas sus empresas confían a Mí sus asuntos, creyéndome
ser el Creador de todas las cosas.
“Esos nobles creyentes son Mis sirvientes que realizan sus cinco
oraciones diarias como fueron realizadas por Mi Mensajero,
distinguiendo los grados de prioridad debidamente, lo que es
estrictamente obligatorio (fard); lo que es necesario (wajib); lo que es
de costumbre (sunna); y lo que se recomienda (mustahabb). Por Mi
causa y en Mi causa usan la provisión que Nosotros les hemos dado
para alimentar y entretener a Mis sirvientes, de hecho todas Mis
criaturas. Tal carácter y conducta son las marcas de aquellos que de
verdad creen en Mí, Me conocen, y dejan su ser en Mí. En Mi
Presencia -Mi Paraíso- les he preparado las estaciones más altas e
interminables bendiciones, bendiciones que ningún ojo vio en la vida,
que ninguna palabra podría describir, que ningún oído alguna vez oyó
de ellas, y que excede la medida del corazón humano. ¿Qué son estas
bendiciones? Sólo Yo -Alá- sé.
“Si, a pesar de estas cualidades, pecan a veces a través de la
debilidad humana, tienen todavía Mi perdón y absolución. Hay
provisión generosa para ellos en este mundo y en el Mas Allá, y Mis
bendiciones son infinitas y eternas”.
Permítanse hacerse unas preguntas: ¿Cuándo nuestros
corazones laten más rápidamente, a la mención de Alá, o cuándo
oímos nuestros propios nombres mencionados? ¿En nuestra vigilia
lloramos por el temor de Su poder? ¿Nos sentimos movidos por Su
amor? ¿Sentimos placer al oír recitarse el Sagrado Corán? ¿Podemos
cumplir debidamente, con el mismo placer, los mandatos de la
Verdad? ¿Podemos hacer las cosas que Él ha ordenado, y evitar
aquello que Él ha prohibido? ¿Somos puntuales en nuestra
observancia? ¿Confiamos en la Verdad en todas nuestras tareas?
Hasta el grado en que podamos dar las respuestas afirmativas a
estas preguntas, podemos ser considerados creyentes en la Verdad,
es decir creyentes como Alá nos haría ser.
Si somos honrados en nuestra auto evaluación, reconoceremos
que estamos tanto en la necesidad de guía como los ciegos. Entonces
prestaremos la atención agradecida a las voces del Corán, a nuestro
bendito Profeta, y a nuestros grandes maestros y guías.

El Destino de un Jinete Ciego Quien rechazó un Buen Consejo

Dos jinetes montaban en las primeras horas de la mañana.


Uno de estos jinetes era ciego. Habiendo dejado caer su látigo,
se apeó y empezó a tantear a su alrededor. Hacía frío y una
serpiente se había enrollado y preparado para dormir en ese
lugar. La criatura estaba rígida por el frío, por lo que se sintió
como un látigo cuando el hombre ciego la tocó con su mano.
Tomó el látigo, remontó, y alcanzó a su camarada, quien le
preguntó dónde había estado. El jinete ciego explicó que había
dejado caer su viejo látigo, pero había encontrado uno mejor
que estaba en la tierra. Su amigo le advirtió que su nuevo
“látigo” realmente era una serpiente, pero el hombre ciego se
negó a desecharlo obstinadamente. Finalmente salió el sol. El
calor moderado despertó a la criatura que infligió una
mordedura fatal al jinete ciego. . .

¿No nos aferramos a las actitudes y hábitos que son tan peligrosos
para nosotros como el látigo del jinete? ¿No hemos intercambiado
conocimiento por ignorancia, fe por incredulidad, luz por oscuridad,
trabajo por pereza? ¿No esperamos ganar el Paraíso sin adoración,
engañándonos diciendo: ‘Mi corazón es puro’?” Alá no necesita del
rezo, somos nosotros quienes lo necesitamos. La Pureza no es
necesaria para Alá, sino para nosotros. Para estar puros, Él ha
prescrito cortésmente el deber religioso de bañarse y tomar la
ablución. Hay fanáticos de la auto rectitud que se abstienen de comer
carne de cerdo, pero no de devorar los derechos humanos; quien
llama ilegal el comer sangre, y aún así mata seres humanos; quien
habla de la prohibición del vino y aún así consume de la propiedad de
los huérfanos; quien ponen énfasis en la ilegalidad del adulterio y aún
así se permite calumniar.
Es correcto decir que Alá prohíbe el comer carne de cerdo, pero
también es ilegal devorar los derechos humanos. De hecho, el último
es un pecado mayor. Alá puede dispensar de Sus derechos, pero los
derechos de Sus sirvientes no se abandonan. Él ha prohibido
ciertamente el consumo de sangre, pero Él también ha hecho ilegal el
endurecer la vida humana:

Quienquiera mata a un creyente deliberadamente, su recompensa es el


Infierno dónde morará para siempre, y sobre él caerá la ira de Alá, que lo
maldecirá, y le preparará un castigo horrible (4:93)

No sólo el vino, sino todas las bebidas intoxicantes son


definitivamente ilegales, pero es igualmente cierto que el Fuego del
Infierno les espera a aquellos que consumen de la propiedad de los
huérfanos:

Ciertamente aquellos que consumen la riqueza de huérfanos


injustamente, estarán llenando sus vientres de fuego, y entrarán en un
Fuego abrasador (4:10)

Alá ha prohibido de hecho el adulterio y la fornicación, pero


nuestro Amo nos ha dicho que ser mentiroso y murmurar son pecados
aun mas terribles y peores que esos. En cuanto a la pereza, no hay
nada más odioso ante Alá y Su Mensajero bendito que una persona
perezosa.
Los enemigos de Alá también incluyen a los jefes que se aprovechan
de sus obreros, y a las personas que comen delante de otros sin
compartir su comida.
La Peregrinación debe hacerse por causa de Alá, no para
adquirir el título de Hayyi. No rompas un corazón humano. Aunque
construyas cien mil Kaabas, si rompes un corazón, estarás en ruinas.
La Kaaba en La Meca fue construida por el bendito Abraham, pero Alá
creó el corazón.
El primer estado de pureza es el requerido para la oración ritual;
si ha sido roto puede restaurarse mediante la ablución. El segundo es
la pureza de la fe. Se rompe si uno dice mentiras, calumnias, golpea,
se compromete con el asesinato, o viola otra prohibición de Alá; no es
materia fácil el restaurar la pureza de la fe.
Este mundo es un lugar de pruebas, la antesala para el Más
Allá. ¿Has visto en la vida a un granjero sembrar el trigo y luego segar
cebada al momento de la cosecha? Permítenos desampararnos de
hábitos malos; permítenos abandonar nuestra pereza. Permítenos
ganar este mundo y el Próximo, trabajando por ese lugar en el
Paraíso, esforzándonos, amándonos y respetándonos unos a otros,
aportando ayuda mutua en lugar de la malicia y la envidia, y nunca
renunciando a Alá y a Su bendito Mensajero Muhammad. No hay
fuego realmente en el Infierno; somos nosotros quienes preparamos
el fuego y los llevamos con nosotros al Mas Alla. . .

Bahlul Busca el Fuego en el Infierno, Pero se Marcha con las


Manos Vacías

Bahlul, el Sabio Necio y Siervo cercano a Dios, se encontró


casualmente con el Califa Harun al-Rashid. “¿De dónde viene así,
Bahlul?”, le preguntó el gobernante. “Del Infierno”, fue la
contestación puntual. Harun, sorprendido, volvió a preguntar: “¿Qué
estaba usted haciendo allí?”. Bahlul le explicó: “Aquí necesitábamos
fuego, Oh, Excelencia, por lo que pensé en ir al Infierno para
preguntar si ellos podían regalar un poco. Pero el encargado me
respondió: ‘Nosotros no tenemos fuego aquí’. Por supuesto le
pregunté: ‘¿Cómo? ¿El Infierno no es el lugar del fuego?’. Su
respuesta fue: ‘Le digo, no hay realmente fuego aquí abajo. Todos
traen su propio fuego con ellos cuando llegan aquí’.
Sin salir de su asombro, Harun al-Rashid le hizo todavía otra
pregunta: ‘Dígame, Bahlul, qué debo hacer para no llevar ningún
fuego allí abajo?’. Bahlul, el Sabio Necio, huyó a toda velocidad,
gritando: ‘Justicia. . Justicia. . .Justicia. . .’”

Alá es Perdonador y Compasivo. Él dice: “Yo voy corriendo al


encuentro de aquellos que caminan hacia Mí”. Así Él nos recuerda
que no debemos de ninguna manera abandonar la esperanza. Quiera
Alá darnos Su guía a todos nosotros. Amén, por amor al Jefe de los
Mensajeros.

LOS TRES NIVELES DE FE

La fe en Alá tiene tres niveles: El Conocimiento de la Certeza, la


Visión de la Certeza, y la Verdad de la Certeza.
1. El Conocimiento de la Certeza (`ilm al-yaqin): Supongamos
que nos dicen el nombre de una ciudad, por ejemplo “Bursa es una
ciudad en Turquía”. Ahora sabemos, como tema de información, que
una ciudad con ese nombre existe, aunque no hayamos estado allí y
no la hayamos visto. Esto es “el Conocimiento de la Certeza”.
2. La visión de la Certeza (`ayn al-yaqin): Llega el tiempo de
querer ver esa ciudad, y tomamos el camino hacia allí. Cuando nos
acercamos conseguimos una vista panorámica; ahora es evidente si
la ciudad está al pie de una montaña o un lago o mar, cuán grande es
el área que cubre, como son sus edificios. . . Una vez que hemos
llegado bastante cerca de la ciudad percibimos todas estas cosas y
nuestro conocimiento ha alcanzado el nivel de “la Visión de la
Certeza”. Antes sólo habíamos oído hablar del lugar, pero ahora lo
hemos visto con nuestros propios ojos y comprendemos que la ciudad
de hecho existe.
3. La Verdad de la Certeza (haqq al-yaqin): Una persona racional
no está dispuesta a regresar satisfecha a su lugar de origen
simplemente con el recuerdo de una vista panorámica de Bursa. Debe
entrar en la ciudad y echar una mirada alrededor de sus calles, sus
alrededores, sus edificios. Ahora por fin puede dar una vuelta e
inspeccionar la ciudad centímetro por centímetro. Después de
escuchar sobre ella, luego viéndola con nuestros propios ojos, hemos
finalmente vivido en la ciudad y hemos llegado a conocerla de cerca.
Nuestro conocimiento está ahora en el nivel de " la Verdad de la
Certeza".
Hemos pasado por el Conocimiento de la Certeza, oyendo, a
través de la Visión de la Certeza, viendo, alcanzando el nivel de la
Verdad de la Certeza, donde experimentamos directamente,
degustando - todo esto lo hemos ilustrado por medio de un ejemplo
mundano.
Hemos oído de los Mensajeros divinos que Dios existe, que Él es
Uno, y que Él es el Dueño y Creador del Universo entero; hemos
creído en lo que nos han informado. Esta fe está en el nivel del
Conocimiento de la Certeza. Todos los que tienen poderes de
intelecto, de percepción y comprensión, poseen la fe en este nivel.
Para abreviar, la fe común a todos los creyentes está al nivel del
Conocimiento de la Certeza.
Cuando llegan los mandatos de Dios, algunas personas adoptan
una actitud muy indiferente. Ellos confiesan la existencia de Dios y Su
unidad, y aún así no llevan a cabo Sus órdenes. O si lo hacen, lo
hacen con desgana y de mala gana. Naturalmente, nadie puede
esperar que tales personas suban un grado más alto. Si fallan y no se
arrepienten o no buscan el perdón antes de que pasen al Otro Mundo,
entrarán en gran desgracia cuando estén ante la Presencia Divina.
Que Alá nos proteja de ser así. Amén, por amor al Jefe de los
Mensajeros.
Aquellos, que por el contrario, están sumamente atentos a las
órdenes de Dios y desean cumplirlas, como hemos explicado
anteriormente, son los sirvientes queridos de Alá.
La avidez y entusiasmo mostrados por tales personas llevando a
cabo Sus órdenes se encuentran entre los estados más agradables
para Dios. Aunque ellos no han alcanzado todavía el nivel de la Visión
de la Certeza, no han de olvidarse que pertenecen al grupo que
puede ser invitado a ese grado. ¡Sólo si no se desvían del camino! Es
más, éstos son los candidatos más fuertes a alcanzar el grado de la
Verdad de la Certeza, con tal que sean extremadamente meticulosos
y extremadamente concienzudos con respecto a los mandatos de
Alá, no prestando atención a todos aquellos placeres mundanos y
diversiones que parecen tan atractivas y satisfactorias pero que están
en desacuerdo con Sus deseos. Aquí hay algo que me gustaría dejar
particularmente en claro, preocupado ante una posible mala
interpretación. Ciertas personas van a decir: “Bien, entonces,
¿estamos para no hacer nada en este mundo pero si para rendir culto,
no tenemos derecho a ningún entretenimiento, a ningún
pasatiempo?”. Debe enfatizarse por consiguiente que los placeres
mundanos y diversiones a los que me refiero son aquellos que
discrepan con – son contrarios a - las órdenes de Alá en el Corán. Por
otra parte, aquellos que de verdad observan estos mandatos están en
libertad de disfrutar los recreos mundanos. Ellos pueden perseguir
todas las formas permisibles de entretenimiento. Todo esto demanda
una observancia meticulosa de una conducta decorosa, castidad,
honor, dignidad y auto estima. Cualquier entretenimiento injurioso de
estas cualidades no es realmente entretenimiento en absoluto, es un
vicio y una pérdida de tiempo, doblemente pernicioso para la
humanidad.
El creyente que ya posee esos atributos que lo calificarán para
entrar en este grado, no sólo se ha hecho sirviente querido de Alá,
sino uno a quien Él también aprecia y encomienda. Le dirán: “Desde
que has hecho el esfuerzo para conseguir estar cerca de Mí, Yo no voy
a permitir que estos esfuerzos activos terminen en nada. Yo estoy
mostrándote Mi Belleza por la que has sentido tal anhelo”. En todas
las cosas de este mundo, aquella persona ve, siente y percibe la
existencia de Dios. Para él el mundo no contiene ya ninguna de esas
cosas penosas como el malestar espiritual, vacío moral,
preocupación, oscuridad y ansiedad; su corazón ha logrado el estado
de contentamiento. Alá, Glorificado es Él, transciende todas las
categorías humanas. Así como una pequeña taza se inunda cuándo
un gran océano se abalanza dentro de ella, aquellos a quienes Él
despliega Su Belleza no pueden contenerse en la contemplación de
este esplendor superior, como hicieron Mansur al-Hallaj y Bayazid al-
Bistami. Cuándo el océano finito no puede ser contenido dentro de los
vasos más grandes, dejando sólo a esta pequeña taza, ¿cómo puede
la beatitud infinita de Dios hacer otra cosa que desbordar
inconteniblemente? Y cuando el desbordamiento ocurre, entonces,
como Hallaj, ellos dicen: “Ana-l-Haqq” (“Yo soy la Verdad”)
Cuando hemos dicho, Alá aprecia y encomienda a aquellos que
alcanzan la línea de la Visión de la Certeza. Pero hay un grado aun
más alto, mas allá de esto, a saber, el rango de la Verdad de la
Certeza. Aquellos que ascienden a este nivel son los más meticulosos,
los más minuciosos y exigentes consigo mismos, los más obedientes
de todos en la observancia de las órdenes de Dios y en el rechazo de
sus prohibiciones. Realizan sus actos con sensibilidad, con el deseo y
anhelo, no sólo los deberes obligatorios y los de costumbre (Sunnah),
sino también aquellos actos de culto y obediencia supererogatoria,
que realizarlos o no es completamente optativo. Es más, allí deja de
exisitir cualquier formalidad o ceremonia entre tales personas y Alá;
todos los velos son removidos. Ellos están con Alá; están en Alá. Esto
es lo que significa cuando nosotros hablamos de ser con Alá y estar
en Alá.
También, para aquellos que entran en este grado, ciertas cosas
se vuelven positivamente ilegales aunque normalmente, para el resto
de los creyentes, se clasifican como “indistintamente permisibles”
(muhab), significando que no se comete pecado por dejarlas de
hacer o se obtiene merito haciéndolas. Para el resto de nosotros no
hay pecado al involucrarse en actividades que pertenecen a esta
categoría, como nuestros pasatiempos simples y entretenimientos
(siempre que, por supuesto, no sean contrarios a los órdenes de
Dios). Por otro lado, para aquellos quiénes están al nivel de la Verdad
de la Certeza, incluso estas están prohibidas. En su caso es
meramente pecado el pensar en algo diferente que Alá.
En el caso de que este punto no esté claro, tomamos otro
ejemplo de la vida mundana, pues todo lo que existe en este nivel
inferior es una muestra de lo que existe en el Mas Allá. Por ende,
cualquier cosa que exista en el Mas Allá debe - absolutamente - tener
alguna expresión, modelo, patrón e indicación en este mundo.
Búscala y la encontrarás.
Pues bien, en este mundo todos tenemos alguna ocupación o
profesión, o alguna vocación. Cada profesión tiene su propia dignidad
particular y prestigio. Dentro de cada profesión hay un surtido de
individuos trabajando y ganando su sustento. Algunos consiguen
llegar en sus trabajos a lo mas alto y tienen un buen pasar, mientras
que otros lo encuentran difícil ya que no pueden molestarse en
esforzarse y dar un día honrado de trabajo a sus empleadores.
Tambien es posible que uno pueda entrar en aprietos financieros, o
ver sus esfuerzos venirse abajo -a pesar de trabajar dura y
entusiasticamente- por no comprender los aspectos sutiles del
trabajo otorgado.
El ejemplo anterior ilustra la situación de las personas en el
grado del Conocimiento de la Certeza. Ahora, entre estos
profesionales hay algunos que tienen éxito y son extensamente
conocidos, queridos, estimados y respetados, y generalmente son
altamente considerados. Pueden vivir confortablemente con su propio
dinero y propiedades. Tales personas son invitadas a la función
pública; todos sabemos que si a un hombre se lo reconoce
auténticamente dentro de su profesión por su honestidad e
integridad, entonces es lógico que sea unánimemente elegido para
dirigir la administración publica de los asuntos de la comunidad. Este
grado corresponde al nivel de la Verdad de la Certeza.
Una vez que se ha sido escogido para tal oficina, una persona
no puede disfrutar de la misma libertad de movimiento como antes. A
medida que persista en ignorar este hecho se encontrará a si mismo
degradado de su posición. Por ejemplo, si un hombre que tiene
deberes importantes los descuida por pasar mucho tiempo
divirtiéndose como otras personas con menos responsabilidades, ese
hombre será considerado indigno para su puesto y será pronto
despojado de su rango.
Para dibujar aquí un paralelo, podemos decir que grandes
santos que han alcanzado el rango de la Verdad de la Certeza pueden
entrar en el pecado por vía de ciertas acciones, a pesar del hecho de
que esas acciones son ordinariamente indiferentes y no supondrían
ningún pecado para el resto de nosotros. El caso corresponde
exactamente con nuestro ejemplo. La sabia expresión de esto es el
refrán Árabe: hasanatu-l'abrar, sayyi' atu-I' muqarrabin. (Las virtudes
de los simples hombres buenos son los vicios de aquellos traídos
cerca de la Presencia Divina.)
A través de estos ejemplos hemos podido apreciar la gran
diferencia en importancia que separa al poseedor de un alto cargo
publico del hombre profesional ordinario; igualmente vasto es el
abismo entre nosotros en el nivel del Conocimiento de la Certeza y los
Santos que han alcanzado los niveles de la Visión de la Certeza y la
Verdad de la Certeza. En cuanto a donde estamos en relación con el
Profeta, la paz sea con él. . .
Oigo la pregunta: “¿No tenemos ninguna posibilidad de llegar
en esta vida más allá del Conocimiento de la Certeza?” Entonces
permítanme explicarlo nuevamente:
Ese hombre, durante su trayectoria hacia la obtención de un
alto cargo en la administración publica, ha sin duda atravesado
muchas fases intermedias, en cada una de las cuales demostró su
capacidad por su actitud y conducta, su honestidad y decencia.
También debe haber pasado largos e intensos momentos de estudio y
entrenamiento, etc. Cualquiera que sigua el mismo curso de acción,
puede acceder indudablemente a la misma posición, probando sólo
que ha cumplido todas las condiciones mencionadas. Permítanme
ponerlo en pocas palabras. Cualquiera que lleva a cabo la orden de
Dios por un período largo y con progresiva y creciente precisión y
sensibilidad, y siempre con respeto, y quién ama a Su querido Amado
sobre absolutamente todo - riqueza, propiedad, estatus, familia y así
sucesivamente, incluyéndose a si mismo - no hay nada que le impida
a tal sirviente ser un santo. Pero solamente con la condición de que
cumpla todas las estipulaciones que hemos mencionado. En un
sentido fundamental, cada creyente que reconoce y tiene fe en Alá y
Su bendito Mensajero, y sigue el camino, ya es un santo, es el amigo
de Alá. La diferencia entre nosotros y los grandes santos es producida
por esta abundancia de hechos buenos e inmensidad de afecto.

Un Futuro Santo es puesto a prueba por Su Guía Espiritual

Entre los alumnos de un cierto guía espiritual había uno


cuyo cada movimiento y actitud demostraban que era
noble de alma, perceptivo e inteligente. Era natural que el
guía espiritual desplegase particularmente un gran afecto
hacia el joven hombre.
Este estado de amor era mucho mas de lo que podrían
digerir algunos estudiantes rencorosos, así como algunos
forasteros ignorantes, y cuando no pudieron guardar sus
pensamientos sucios hacia ellos mismos empezaron la
charlatanería. Porque la verdad es que una persona
rencorosa, envidiosa, piensa que todos somos como él. Si
un hombre lleva sucio un par de gafas, el mundo parecerá
sucio cuando lo ve. Aquellos que llevan las lentes negras o
verdes verán el mundo en esos colores.
El guía espiritual estaba dolido por el chismorreo, mas
que por el comportamiento de sus alumnos.
Eventualmente decidió enseñar a los chismosos la lección
que se merecían, o más bien revindicar a su valorado
alumno y valorarlo, para lo que le permitió saber que
pondría una prueba a sus estudiantes.
En el día del examen le dijo a sus alumnos: “Quiero que
cada uno de vosotros busque un pollo, luego matadlo en
secreto, en un lugar donde nadie los pueda ver. Veremos
quien de ustedes nota o no si es observado mientras mata
a la ave. Pero la condición que puse es que no deben tener
a nadie cerca y no deben permitir a nadie verles hacer la
matanza”. Todos fueron en direcciones diferentes para
llevar a cabo la instrucción rápidamente, para luego volver
con el pollo que habían matado. Todos explicaron a su
maestro que habían sido silenciosos mientras lo mataban y
que habían obedecido la orden al pie de la letra. Sólo un
alumno faltaba. Mientras los demás susurraban
furtivamente: “No ha hecho lo que el maestro pidió, y no
tiene el valor para presentarse”, el alumno apareció a en la
puerta, triste y abatido sosteniendo un pollo vivo en su
mano. Todos rieron a sus anchas. Los estudiantes y el
maestro estaban igualmente contentos en tener sus
respectivas nociones verificadas.
El maestro preguntó: “¿Por qué no has llevado a cabo mi
orden como los demás? ¿Por qué has vuelto con un pollo
vivo, en lugar de cortarle la garganta?”
El alumno respondió: “Maestro Benefactor, lejos de
contradecir sus instrucciones en lo más mínimo,
sacrificaría mi propia vida por usted. Pero nos mandó que
hiciéramos esta tarea bajo la consigna de que la
realizáramos sin que nadie nos viera. No importa donde yo
fuera, no importa donde intentara esconderme para que
pudiera matar el pollo, sabía que Alá me veía, y no tenía el
corazón para hacerlo. . .”
A esto, el maestro volvió su mirada a los otros
estudiantes. Cada uno de ellos se tomaba la cabeza
avergonzado. No había nada más que decir.

El alumno en esta historia se convertiría en un gran Santo


conocido como Aziz Mahmud Hüdai de Scutari, santificado sea su
espíritu, cuya tumba bendita se encuentra actualmente en un
vecindario de ese pueblo. Su maestro era el venerado Üftade. (La
misma historia se le atribuye a Abu Hanifa.)
Quiera Alá santificar sus espíritus y el de todos Sus santos.
Amén, por amor al Jefe de los Mensajeros.
Luego de un tiempo considerable después de este episodio, el
venerado Üftade designo a su discípulo como su sucesor, y le
autorizó para que trasmitiera guía espiritual. Así fue cómo el
venerado Hüdai había pasado la prueba de calificación con éxito.

El venerado Üftade se había recuperado de un fuerte


ataque de gripe. Era invierno y el agua estaba demasiado
fría para tomar su ablución cuando se levantaba para la
oración del principio de la mañana, por lo que su alumno, el
venerable Hüdai, siempre se levantaba primero y calentaba
un poco de agua para él. Pero entonces una mañana helada
notó que su amo ya estaba despierto. Saltó con un lamento
de desmayo, apresuradamente tomó el cántaro y lo sostuvo
firme contra su pecho. El venerable Üftade arremangó sus
mangas y sostuvo los brazos encima de la cubeta, pero el
agua vertida del cántaro quemó su mano cuando intentó
hacer la ablución. Mirando fijamente con asombro a su
querido discípulo, dijo: “Hüdai dónde has hervido esto?”.
Al oír la contestación: “¡Con el fuego del corazón, mi
sultán!”, el venerado Üftade respondió con la súplica:
“Quiera Alá que los sultanes caminen en tu séquito, mi
amado hijo”.
Luego de este episodio lo envió a Uskudar, diciéndole: “Es
una pérdida para tus talentos el mantenerte aquí. Vete, al
ámbito de la guía espiritual y al de la formación de los
hombres”.
El venerado Hüdai vivió en el reino del Emperador
Otomano Sultán Ahmed I; fue el instrumento para conseguir
que ese gobernante construyera la Mezquita Sultán Ahmed,
y en la elección del lugar frente a la Mezquita Aya Sofya en
la Plaza Sultán Ahmed. Cuando Sultán Ahmed preguntó:
“Bien entonces, ¿con qué donación financiaremos la
mezquita?”, él contestó: “Con los beneficios de la campaña
Austriaca”. En otra ocasión, Sultán Ahmed estaba viajando
con un séquito de dignatarios cuando se encontró al
venerable Hüdai. Como una expresión de respeto por su
venerado maestro, el Emperador Sultán Ahmed Khan lo
invitó a montar el caballo imperial; y cuando ya estuvo
sentado en la silla de montar, caminó en el séquito del
venerable Hüdai, mientras sostenía las riendas. Luego de un
momento, Hüdai pidió permiso para desmontar, mientras
explicaba: ¡La gloria es para Alá! Mi misericordioso difunto
maestro una vez oró que los sultanes pudieran caminar en
mi séquito; ahora eso ha pasado. Fue para hacer feliz al
espíritu de mi maestro que acepté su invitación, Emperador
del Mundo”.
Lecciones muy instructivas serán deducidas de esto, como de los
miles de otros eventos sobrenaturales en la historia de los Sultanes
del Corazón, los Emperadores del Reino Visionario, los Santos de Dios.
La moraleja que necesitamos deducir de estos hechos
maravillosos es esta: Debemos realizar el esfuerzo necesario para no
involucrarnos en cosas que no cuentan con la aprobación Divina,
teniendo presente que Alá ve, escucha y sabe no sólo cada cosa que
hacemos dondequiera que podamos hacerlo, sino incluso aquellas
cosas que únicamente pensamos en hacer sin llevarlas a cabo
realmente. En este aspecto observa que noticias esperanzadas y
alentadoras nos trae nuestro Mensajero bendito. De acuerdo a una
noble Tradición él dijo: “Si una persona tiene tanto como un átomo de
fe (la fe en Alá y Su Mensajero), prometo interceder por él en el Día
del Juicio y allí reside una posibilidad de que pueda ser perdonado”.
Cuando se le preguntó el significado del valor de un átomo de
fe dijo: “Si una persona se olvida de una de las oraciones para la cual
se ha prescrito un tiempo determinado y la deja para hacerla mas
tarde, y si cuando comprende que el tiempo ha pasado siente en su
corazón una punzada mientras dice, ‘¡Ay de mi!, la oración debe ser
realizada’; esa persona es de aquellas que tiene el valor de un átomo
de fe”.
El temor de Alá es de dos tipos. Uno es temiendo Su Castigo, Su
Infierno. . . Éste es el miedo del hombre común. El otro es
experimentado por aquellos que temen que su Señor no pueda
dirigirse a ellos como “¡Mi sirviente!”, destituyéndolos de Su Servicio
y no admitiéndolos en Su Belleza y Unión... Este es el miedo de los
amigos de Dios y los santos. Ya hemos discutido el significado de
estos términos.
Aquellos que tienen este tipo de temor de Alá pulen sus
corazones a través de Su recuerdo; siempre que escuchan un Verso
del Corán, una Noble Tradición o las palabras de la Verdad, sus
corazones son Iluminados y la luz incrementa su fe. Cuándo la luz se
incrementa, experimentan las manifestaciones en sus oraciones. Las
oraciones rituales que realizan se vuelven una ascensión celestial.
Sus corazones se tranquilizan y ponderan sobre el estado del
hambriento y el desamparado. Pero ellos no se detienen a reflexionar,
sino que extienden hacia los necesitados la mano de la ternura, la
compasión y la ayuda, cuidan y protegen. Son conscientes que las
bendiciones que reciben vienen sólo de Alá, que ellos son meros
espectadores en relación con su propio estado espiritual, con
respecto a la riqueza y el dinero, y que todas estas cosas que llegan
un día luego se van. Por consiguiente hacen todo lo que pueden para
ayudar a los extraños, a los huérfanos y a las personas mayores, al
necesitado y a las víctimas de opresión, a quienes se les impide pedir
y por ende, esconden su pobreza. Hacen esto sin esperar ninguna
recompensa, gratitud o servicio a cambio, pues nunca pierden la
posibilidad de que ellos podrían entrar en tales condiciones. Trabajan
anonimamente, sin hipocresía u ostentación, en silencio, ellos jamás
podrían decir: “Mira, te estoy ayudando.” Así realizan, con pureza de
corazón, los buenos trabajos mas estimados por Alá y más aceptables
a Su vista, logrando la Aprobación Divina.”
El venerado Anas Ibn Malik ha informado sobre la autoridad de
nuestro Amo, el Amado del Señor, que tal acción caritativa constituye
un remedio para unos setenta tipos de infortunio, que no
detallaremos aquí.
Considerando que el zakah sólo se da a los Musulmanes, la
caridad (el sadaqa) puede darse a cualquiera. Sus beneficios son
completamente obvios tanto en este mundo como en el Mas Allá.

LA IMPORTANCIA DE LA CARIDAD

Una Mujer Campesina Pobre Ve Su Caridad Premiada

Una vez cierta mujer campesina pobre satisfizo


la demanda de un mendigo que se le acercó dándole el
último bocado que tenía. El mendigo oró por ella diciendo:
“Quiera Alá redituarte en este mundo y en el Mas Allá por
este bocado que me has dado; quiera Él enviarte
bendiciones.”
Tiempo después cuando fue a ayudar a su
marido en los campos, esa mujer campesina extendió a su
bello bebé bajo un árbol a dormir.
Estando profundamente absortos en su trabajo, el
marido y su esposa tardaron en notar que un lobo feroz se había
arrastrado hasta el lugar dónde yacía el niño, y usado sus
colmillos consiguió sostenerlo de la ropa y lo había llevado al
bosque. Luego de una larga persecución, el lobo ya estaba tan
lejos de ellos, que los padres perdieron la esperanza de recuperar
a su niño y se volvieron locos con el pesar. En ese mismo
momento un extraño apareció, calmó al lobo, tomó al bebé de la
boca de la bestia y lo puso a salvo, luego tumbó al lobo en la
tierra y lo mató. Apuntando al niño, el extraño dijo a su madre:
“Ese bocado que dio al mendigo era un substituto para este
bocado.” Luego los padres, aterrados y desconcertados, lo vieron
desaparecer de ese lugar.

El Profeta Abraham aprende acerca del Valor de la Caridad

El antepasado de nuestro Maestro, el Profeta Abraham, es


conocido como Khalilu-llah, que significa el Amigo de Dios.
En el acto de realizar las oraciones rituales, obligatorias y de
costumbre, los musulmanes mencionamos su bendito
nombre un total de cincuenta y seis veces cada día. Su
súplica fue aceptada cuando rogó al Señor Dios: “Tu me has
hablado cortésmente de lo digno y lo valioso, a Tu vista, de
uno de mis descendientes, la Luz Primordial y que será el
Mensajero, Muhammad, la paz sea con él, y de los favores
que conferirá a su Comunidad. Mi Señor, permite también
que mi nombre no esté ausente de sus lenguas”. Así es que
la mención de su nombre es un elemento importante en las
oraciones rituales realizadas por la Comunidad de
Muhammad, la paz sea con él.
Este Profeta, cuyo nombre se menciona junto con los
nombres de Alá y Su Mensajero, nunca tocaría la comida a
menos que hubiese un mendigo en su casa. Cuando,
durante dos o tres días, no llegó ningún mendigo a su casa,
Abraham comenzó a preguntarse si había cometido alguna
falta por la que Dios no había enviado a ningún hombre
pobre hacia él. Pero al día siguiente se oyó un golpe en la
puerta. Abrió, vio a un hombre con el cabello y la barba
despeinados, cubierto de polvo y suciedad. En cuanto notó
el estado en el que el hombre se encontraba, comprendió
que no podía ser un musulmán, por lo que le preguntó
acerca de su religión: “Soy un Mago”, dijo el hombre, “le
rindo culto al fuego.” Cuando oyó esto, el bendito Abraham
pensó en sacarlo de su idolatría y prevenirle acerca de
atribuirle socios a Alá, por lo que lo envió lejos con las
manos vacías con estas palabras en sus oídos: “No puedo
ayudar a incrédulos que atribuyen socios a Alá y vagan
sobre esta condición. Márchese hasta que se haya
arrepentido, pedido perdón a Dios, abrazado el Islam y se
haya lavado. Entonces cuando regrese encontrará esta
puerta abierta”. Pero cuando el Profeta Abraham estaba
sólo, oyó estas palabras de lo más alto:
“¿Abraham, desde que Yo, con Mi Deidad, no le he
negado el sustento, a pesar del hecho de que Me ha
desobedecido y ha cometido un pecado que no perdono, el
de atribuirme socios, cómo has podido -Mi sirviente- enviarlo
lejos sin siquiera una corteza de pan? Ve y discúlpate
enseguida. Si lo hubieras hecho por tu propio bien, en lugar
de agradarme, te habría despojado de Mi Amistad.”
Al recibir esta orden divina, el Profeta Abraham
tomó el camino hasta que encontró al extraño en Medina.
Tratándolo amablemente, lo llevó hasta su casa, lo alimentó
bien y solucionó las cosas entre ellos. El idólatra entendió el
mensaje claramente. En lugar de dirigirse al fuego como
“ídolo” (sanam), se volvió de repente hacia Alá, el Eterno
(samad). Había sido bendecido con el honor de la fe
verdadera.

La Revelación del Verso: "En cuanto al Mendigo..."


Un día el venerado Abu Bakr descubrió algunos
dátiles frescos en el mercado. Compró una cantidad como
un presente para el Profeta, la Gloria del Universo. Pero
mientras decía: “¿Aceptaría estos dátiles, O Profeta de
Dios?” un mendigo entró y dijo: “O Profeta de Dios, no me
daría esos dátiles?”
Refrenando su propio apetito, el Glorioso Profeta le dio
hasta el último dátil al mendigo. Cuando esta situación
atrajo la atención del venerado Umar, le dio al mendigo algo
en lugar de los dátiles y los devolvió a la presencia Profética.
Pero el mismo mendigo se acercó una vez más, diciendo:
“¿Mensajero de Dios, no me daría esos dátiles?”, El
Mensajero de Alá no comió ni uno sólo dátil y se los dio
nuevamente todos al mendigo. El mismo procedimiento se
repitió cuatro veces. En la cuarta ocasión el Imán 'Ali había
puesto simplemente los dátiles ante el Mensajero de Dios
cuando el mendigo reapareció, suplicando: “Sea generoso y
deme esos dátiles a mí”. Esta vez nuestro Amo, el Mensajero
de Alá, le preguntó al mendigo: “¿Usted es un mendigo o un
comerciante?”. La gloriosa orden divina fue inmediatamente
enviada:

En cuanto al mendigo, no lo dejes de lado (93:10)

Pedir limosna es ilegal en Islam. Pero también es ilegal rechazar


a quién la pide, siempre que lo que pida sea razonable.
Permítenos asegurarnos que nunca nos olvidemos de la importancia
de este Verso y estas historias, permítenos no gastar esta luz, estas
bendiciones que nos han sido dadas. Permítenos no desviarnos ni un
momento del camino de Alá y de Su Amado. En todas nuestras tareas
permítenos intentar actuar como él actuó. Permítenos modelar nuestra
conducta como la suya. Si sabemos demasiado poco de él, permítenos
aprender, hacer un esfuerzo para aprender, querer aprender. Dios no nos
negará tal deseo; Él nos hará encontrarlo aquí y Allí; Él nos atará al grupo
de Sus sirvientes favoritos. Juro por Dios ( Amado Baba, de una forma
coloquial la traducción a esta frase sería: “Confío plenamente en Dios”. La
traducción literal es “Juro por Dios”. ) que aquellos que se comportan de
esta manera, con pureza y sinceridad de corazón, no desviándose en lo
más mínimo del camino de Muhammad, Dios le bendiga y le dé paz, es
completamente cierto que logrará recompensas en poco tiempo y
privilegios tan enormes que cualquier descripción de ellos significaría
menos de un átomo de todos los soles que podemos contar -o más bien
que no podemos contar- o que una gota de todos los océanos.

Ibrahim Ad’ham Enumera las Diez Malas Cualidades

Shaqiq de Balkh cuenta esta historia acerca de Ibrahim Ad’ham,


quien fue una vez gobernante de Khurasan:
Tiempo después de que había abandonado su
reino y se había vuelto un sultán del corazón, pasaba por la
ciudad de Basra cuando las personas de ese pueblo lo
rodearon, diciéndole: “O padre de Isaac (1), aunque Dios dice
en el Corán: ‘Llámenme, y Yo contestaré sus oraciones’,
hemos orado muchas veces y todavía nuestras oraciones no
han sido aceptadas”. Ibrahim Ad’ham, que Dios santifique su
alma, contestó con este consejo conciso: “Debido a diez
cosas sus corazones están muertos: si una persona tiene
estas diez malas cualidades en si mismo ¿cómo Dios puede
aceptar sus oraciones?” Luego enumeró uno por uno los diez
malos hábitos de las personas de Basra.
Los Profetas y santos son como los espejos; así como
el espejo nos muestra la suciedad en nuestras caras, así lo
hizo este digno ser para demostrar sus faltas a las personas
de Basra.
Se dice: “Limpie su cara en lugar de difamar frente al
espejo”. Pero nosotros romperíamos el espejo antes de dejar
nuestros malos hábitos y limpiar la suciedad de nuestras
caras.
Y entonces comenzó a contar: “Éstas son sus
limitaciones”:
1. Ustedes reconocen a Alá, pretenden
reconocerlo, y todavía no son dignos de Él. La dignidad de
Dios es la ayuda para el necesitado. . .
2. Leen el Corán pero todavía no observan sus
órdenes y prohibiciones, no practican lo que leen.
3. Aunque dicen que Satanás es su enemigo, le
siguen y le obedecen.
4. Se llaman a sí mismos miembros de la
Comunidad de Muhammad, pero todavía no siguen el
ejemplo dado por el Mensajero.
5. Demandan ir al Paraíso, pero ninguno ha
hechos las acciones que deben realizarse para ganarse el
acceso allí.
6. Desean lograr la salvación del Fuego, pero se
tiran en él por los hechos malos que hacen.
7. Saben que la muerte es la Verdad y lo dicen, pero
no hacen ninguna preparación para ella.
8. Prestan mucha atención a las faltas de sus
hermanos en la religión y todavía no ven sus propias faltas.
9. Consumen la generosidad de su Señor sin darle las
gracias a Él (La manera de mostrar la gratitud por esto es
alimentando a otros a su vez)
10. Entierran a sus muertos sin aceptar la advertencia,
como si el mismo fin tampoco les ocurriera.
Con estas palabras iluminó no sólo a la gente de Basra
y a nosotros, sino a todos los creyentes hasta la
Resurrección. La misericordia de Dios está en él.
O Señor, con Tu Gracia y Generosidad Infinita,
permítenos el lujo del regalo de la fe, e inclúyenos entre
aquellos que logran el éxito y la salvación del Fuego.
¡Amén!...

Ahora permítenos volver al significado del noble Verso:

Sólo son creyentes aquellos cuyos corazones son iluminados cuando


realizan el Recuerdo de Dios u oyen Su Recuerdo.

El recuerdo significa rememorar algo que se ha olvidado. Pero si


una persona está “distraída de Dios” no tiene sentido que repita
“Alá” mil veces o incluso cien mil veces. Porque sus actos y sus
palabras se contradicen; es decir, en una mano se menciona a Alá,
pero la otra no muestra ningún refrenamiento haciendo las cosas que
Alá ha prohibido. Cada vez que la persona dice "Alá", una voz le dice:
“Eres un mentiroso”, pero sigue con las orejas sordas. Considera esta
analogía: Alguien sigue diciendo: “Pan, Pan, Pan”. Pero si no consigue
el pan para comer, ¿tiene alguna posibilidad de llenar su barriga
sencillamente repitiendo la palabra “pan”?. Tal repetición sólo
resultará en cansarlo físicamente y en incrementar suinsatisfecho
deseo de comer pan. Para satisfacer su hambre es absolutamente
necesario que coma el pan él mismo. Exactamente como en nuestro
ejemplo, para probar la dulzura de pronunciar el Nombre de Dios,
encontrar a Alá, estar en Alá, es necesario para nosotros rendirle
culto y obedecerle de la manera que Él desea, observar cada orden y
cada prohibición, siendo conscientes de que -aún cuando no lo
vemos- Él ciertamente nos ve, y que Él ciertamente ve y oye por
todas partes y en todas las circunstancias mas de lo que nosotros
vemos y oímos, y que Él está más cercano a nosotros que nosotros a
nosotros mismos; esto se llama Fe de Certeza e Ihsan (2). Como
explicamos anteriormente, la Fe de la Certeza surge en aquellos que
desean, se esfuerzan y finalmente tienen éxito en estar cercanos a
Alá. En Sufismo, el término técnico para esto es la Estación de la
Contemplación Directa, (maqam al-mushahada). Esta estación es un
atributo de santidad. Pero es imposible para aquellos que llegan a
esta estación, incluso para un santo, el estar permanentemente en la
gracia de la Estación de la Contemplación Directa. A los seres
humanos les falta la capacidad de sobrevivir indefinidamente en la
gracia de estas manifestaciones divinas en esta tierra. Permítenos
considerar un caso pertinente:
El Imán Ali decía: “No rindo culto a un Dios que no he visto”.
Durante la batalla de Uhud, una flecha se clavó en la pierna del Imán
Ali. Intentó arrancarla, pero la herida estaba causándole demasiado
dolor físico. Entonces se volvió a sus camaradas y dijo: “Arranquen la
flecha mientras realizo la oración”. Cuando había completado la
oración volviéndose su cabeza a la izquierda y pronunciando el saludo
de paz, les preguntó si habían quitado la flecha y le dijeron que ésta
había sido extraída mientras realizaba su oración. Este evento
muestra que el Imán Ali estaba en la Estación de la Contemplación
Directa el tiempo que duró su oración, y que no sintió el dolor físico
que lo aquejaba el resto del tiempo.
En el momento de la muerte, los verdaderos creyentes
experimentarán la unión con la Belleza Divina, la unión con el Amado,
y la muerte será para ellos como “quitar los cabellos de la
mantequilla.” (3)
Esto quedó claro y confirmado para nosotros por este episodio en
el Santo Corán:

La Historia de José

Los hermanos de José, la paz sea con él, estaban tan


envidiosos de él y tan resentidos del gran amor que su padre
Jacob le tenía, que le pidieron a su padre les permitiera
llevar a José cuando salieran de viaje. José, que vivía en un
lugar llamado la tierra de Canaan, se enfrentó durante el
viaje con los planes traicioneros de sus hermanos. Lo tiraron
dentro de un pozo del cual era imposible subir sin ayuda.
Alegres por haberse desecho de él, sus hermanos
resolvieron construir una mentira creíble, diciéndole a su
padre que había sido salvajemente atacado por los lobos.
Para proporcionar evidencia de su historia, untaron sangre
en su camisa y se la llevaron con ellos. Después de algún
tiempo, una de las caravanas que se dirigía a Egipto divisó
el pozo. Se dieron prisa con la esperanza de extraer agua y
bajar el cubo, pero en lugar del sonido del agua, oyeron un
gemido, después de lo cual lo sacaron del pozo, curaron sus
heridas y lo llevaron a Egipto dónde lo ofrecieron para
venderlo como esclavo. En el mercado de esclavos fue
contemplado por Putifar, gobernador de Egipto, que
asombrado por su belleza, su nobleza de semblante y la
apariencia radiante, lo compró, y lo llevó a su palacio como
esclavo. Pero la esposa de Putifar, la Señora Zulaykha,
agobiada por tal belleza y fulgor, la cual nunca había visto
antes, perdió su corazón por José. El rumor de que la esposa
del gobernador se había enamorado rápidamente de su
sirviente se volvió el tema de conversación y discusión entre
la sociedad de esos días.
Luego de un tiempo, Zulaykha decidió poner fin a todo
este chismorreo, y para ver si ellos la podían culpar, invitó a
todas las señoras de la sociedad de Egipto a un gran
banquete. Luego de la comida, una fruta y un cuchillo fueron
colocados en un plato delante de cada invitada. Habían
comenzado a pelar su fruta cuando Zulaykha juzgó que era
tiempo de convocar a José en el vestíbulo. En cuanto vieron
a José en la puerta, todas empezaron a cortarse los dedos en
lugar de la fruta, sin notar lo que estaban haciendo. Cuando
Zulaykha vio esto, envió a José fuera del cuarto y les dijo a
las señoras: “¡Paren de cortarse las manos y pelen la fruta!”
Todas pidieron perdón a Zulaykha, mientras le decían: “¡Éste
no es un hombre sino un ángel noble!” mientras se
esforzaban por limpiar al goteo de la sangre de sus dedos.

Así como las señoras que vieron la belleza de José no sentían dolor
cuando se cortaban sus manos, el creyente que se vislumbra con la
Belleza Divina, la belleza del Mensajero, o el Paraíso, será insensible
al dolor de muerte.
Esto explica por qué los mártires desean experimentar el martirio
una y otra vez. Ellos se honran con las manifestaciones divinas.
Sabemos por la noble Tradición que tales súplicas son hechas por
los mártires por la causa de Alá.
“O Señor, envíanos de nuevo al mundo para que podamos repetir
nuestro martirio, luego envíanos nuevamente para que podemos
martirizarnos una vez más. O Señor, te imploramos nos permitas
saborear una y otra vez la alegría que experimentamos en nuestro
momento de martirio.” ¿Quién sino Dios y los mártires pueden saber
de la alegría de ese momento?
Y todavía, incluso para aquellos que adquieren este grado de
proximidad, este grado de proximidad a Alá, no hay ninguna
posibilidad de conocer totalmente los secretos de Dios. En nuestra
parábola, podemos entrar en la ciudad, podemos recorrerla e
inspeccionar las calles, los barrios, y los edificios, pero nunca
podríamos conseguir examinar el interior de cada casa o habitación.
Incluso es igualmente imposible para aquellos que son capaces de
lograr esta Verdad de la Certeza conseguir saber los interminables
secretos de Dios completamente.
La única y sola criatura noble que disfruta de este privilegio, el
único y sólo ser humano, el único y sólo sirviente de Dios, es a quien
Alá dijo: “Yo creé este universo por tu causa”, nuestro Maestro
Muhammad, que Dios le bendiga y le de paz.
Alá, quien creó todos esos mundos, soles y estrellas, esta tierra y
otras como esta, épocas prehistóricas y la eternidad después de la
Resurrección, los Paraísos e Infiernos, la tierra y los cielos, los mares y
criaturas tan enormes y terribles capaces de aterrorizar a aquellos
que sólo las mirasen, así como a millones y millones de criaturas
invisibles al ojo y difícilmente para incluso ver con los microscopios,
cada átomo separado y también la totalidad de los cielos y mares,
lugares de la existencia de los que todavía ni sospechamos y todas
las criaturas en esos lugares, animales, plantas y a ese ser humano
único, incomparable e inimitable; Alá, que trae a este ser humano en
forma completa y perfecta empezando de una gota de “agua”; Alá
para quien no existe la dificultad mas ligera en todo esto, ha
proclamado la gloria y la dignidad de la razón por esta creación
entera en Sus palabras majestuosas: “De no haber sido por ti, de no
haber sido por ti, yo no habría creado las esferas” - Si tu no hubieses
existido Yo no habría creado este universo – “He creado todos estos
mundos por tu causa, y Te he creado para mí”. El único a quien se
dirige es:
El Anhelo de Alá (Mergub-u-Huda*) (4)
El Intercesor en el Día del Juicio (Shef-i Ruz-i-Jeza*)
El Refugio de los Pobres (Melje-i-Fukara*)
El Amigo del Débil (Enis-iz-Zuafa*)
El Amado de Alá (Mahbub-u-Huda*)
El Maestro de la Espada (Sahib-i-Seyf*)
El Maestro del Libro (Sahibu-I-Kitab)
El Jefe de los Profetas (Serdar-i-Enbiya*)
El Mensajero del Omnipotente (Resul-i-Kibriya*)
El Maestro de las Dos longitudes de la Inclinación (Sahib-i-Kabe
Kavseyn*)
El Imán de los Dos Santuarios (lmamu-l-Haramayn)
El Abuelo de Hasan y Husayn (Jaddu-l-Hasanayn)
El Maestro de la Intercesión (Sahib-i-Shefaat*)
El Maestro de la Estación de la Adoración (Sahib-i-Makam-ul-
Mahmud*)
El Mensajero Escogido (Resul-u-Mujteba*)
El Mensajero de Hombres y Genios (Resul-u-Sakaleyn*)
El Profeta de los Dos Santuarios (Nabiyyu-l-Haramayn)
El Imán de las Dos Direcciones de Oración (lmamu-l-Qiblatayn)
El Maestro de la Ascensión Celestial (Sahibu-l-Mi'raj)
El Maestro de al-Rafraf (5) (Sahibu-l-Raf-Raf)
El Maestro de los Milagros (Sahibu-I-Mujizat)
El Maestro del Corán (Sahibu-l-Qur'an)

¡Piensa en la alegría de obtener la admisión a la Hermosa


Presencia de Alá, Magnífica es Su Gloria, Quien es el Creador y Señor
de nuestro Maestro Muhammad, ¡Dios le bendiga y le dé paz! Este
favor será concedido a la Comunidad de Muhammad. La historia de
José que relacionamos anteriormente es una evidencia clara de esto.
Para el creyente genuino, la unión con la Belleza Divina está
esperando a la puerta de la muerte. Hay muchos que llegan a esta
Estación desde aquí, desde este bajo mundo. Las palabras del Imán
venerado ´Ali: “Yo no rindo culto a un Señor que no veo” es la prueba,
el testigo para aquellos que logran esta Estación.

NOTES

(6)Un juego en el hecho de que tenía el nombre del profeta


Abraham (Ibrahim en árabe).
(7) ‘Beneficencia’ – actuando como si pudiéramos ver Alá, porque
El ciertamente nos ve.
(8)La vívida figura del discurso Turco que indica extrema facilidad
y llaneza .
(9)La trascripción de estos nobles nombres es del árabe; aquellos
marcados con un asterisco (*) se transcriben del otomano.
(10)La criatura divina que lleva al profeta, la paz sea con él, en la etapa final de
su Ascensión

EL CUARTO DISCURSO

“...UNA MISERICORDIA PARA TODOS LOS MUNDOS”

Bismi’llahi’r-rahmani’r-rahim

En el Nombre de Alá, el Misericordioso y el Compasivo

CONTENIDO

La Creación del mundo, de Adán


Y de la Luz de Muhammad
El Profeta, que la paz sea con él, es una Misericordia
No sólo en Este Mundo, sino también
En el Próximo
Su Intersección en la Resurrección
El verdadero amor y Amistad y el Significado de la Enemistad

HISTORIAS

Cómo Imam ‘Ali le perdonó la vida a un enemigo


Moisés, la paz sea con él, aprende a ganarse la aprobación del Señor
Bilal soporta la tortura por amor a su fe; su entrega
Un Simple Miembro de una tribu Pregunta Por La Resurrección y
Aprende El Valor del
Amor Por Alá

Bendice a nuestro Amado,


Bendice a nuestro Maestro, Muhammad
Bendice al Sol de principio de la Mañana, Muhammad
Bendice la Luna Llena de Noche, Muhammad
Bendice a la Luz de Guía, Muhammad,

Señor, abre mi pecho y alivie mi tarea. Desata el nudo de mi lengua,


que ellos puedan entender mis palabras. . . [20:27]

Yo confío mis asuntos a Alá; ciertamente Alá ve a Sus sirvientes.


[40:44]

Alá sabe cada secreto de Sus sirvientes; Él ve y oye todo lo que ellos
hacen. Así como Él nos ha recogido aquí, para que en el próximo Día
de Resurrección Él pueda congregarnos cortésmente bajo la
Estandarte de Alabanza de Su Amado Muhammad Mustafa, Alá lo
bendiga y le da paz. Amén.
Alá le dice a Su Mensajero bendito:

Nosotros no te hemos enviado sino como una Misericordia a todos los


mundos. [21:107]

O Profeta, Nosotros te hemos enviado como un testigo, un portador


de noticias buena y un advertidor; y como uno que convoca a Alá con
Su venia, y como una lámpara que esparce luz.
Di las buenas nuevas que hay gran recompensa para los creyentes de
Dios. [33:45]

Nosotros alabamos, exaltamos y nos postramos ante Alá, Exaltado es


Él, el Solo Dueño, Señor y Todo Sustentador de todo en el cielo y
tierra, de todos los mundos conocidos y desconocidos. Nuestro culto
pertenece a Él solo, nuestro Creador de Todo lo Proveído. Él causa
para ser; Él causa para no ser. Él exalta y Él humilla. Todo es Suyo. Él
es el Primero y el Último; el Exterior y el Interior. Él tiene el poder por
encima de todas las cosas; Él tiene verdadero conocimiento de todas
las cosas. Su misericordia no tiene fin. Toda la soberanía es Suya;
todas las cosas volverán a Él. Él ha ocultado Su Ser de nuestros ojos,
pero se ha hecho claro a través de la Belleza de Muhammad, Alá le
bendiga y le da paz, porque Él lo ha amado, lo alabó y exaltado su
recuerdo. Todos los Profetas, incluso Adán y Jesús, la paz esté en ellos,
anunciaron la buena nueva de su venida; todos los Mensajeros le
imploraron al Señor Dios que les permitiera pertenecer a su
Comunidad.
A Muhammad, entonces, sea bendiciones interminables y paces. Los
saludos y bendiciones a ese ser de gran gloria y de noble valor, esa
misericordia para todos los mundos, esa rosa del jardín de la rosa,
uno de cuyos nombres es Ahmad (“El Más Digno de Alabanza");
igualmente a su familia, su descendencia, sus compañeros y sus
amigos. Amén.

LA CREACIÓN DEL MUNDO, DE ADÁN Y DE LA LUZ DE MUHAMMAD

Creyentes, ustedes deben saber que las más nobles de las criaturas
son los ángeles, los hombres y los jinns. Y de éstos el más noble es el
hombre:

De hecho Nosotros hemos honrado a los hijos de Adán. Los llevamos por
encima de la tierra y mar. Los hemos proveído de cosas buenas, y los
hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las
criaturas que Hemos creado. [17:70]
De hecho Nosotros hemos creado al hombre en la forma más hermosa
[95:4)

El hombre ha sido creado como el más honrado, más perfecto, más


bonito y más completo de todas las criaturas. El hombre es el
Vicerregente de Alá:

Cuando su Señor dijo a los ángeles: "Yo estoy colocando un Vicerregente


en la tierra", ellos dijeron: "Enviarás allí a uno que tendrá una mala
conducta allí y derramará sangre, mientras nosotros cantamos alabanzas
a Ti santificando Tu Nombre? ' Él dijo: 'Ciertamente yo sé lo que ustedes
no saben.' [2:30)

Por esta Palabra Divina es que la dignidad del hombre se establece.


Para abreviar, todo lo que existe se ha creado para la existencia de
Hombre. Y de toda la humanidad el más noble, más bonito y el más
perfecto es el Venerado Profeta, que Alá le bendiga y le da paz. Y le
enviaron como una Misericordia para todos los mundos.
Se nos permitió conocer que Alá, Creador y Señor del Universo, creó
al ser humano superior a los ángeles, los jinns, animales y plantas, y
nos dio el control por sobre encima del mundo
material. A nosotros Él subordinó el sol, la luna, las estrellas, las
montañas, el continente, los océanos y los cielos. Él creó al hombre
como el más noble de todos, "en la forma" más hermosa. Como la
Tradición Santa lo pone: "Hijo de Adán, yo creé todo lo que existe para
ti, y ti Yo te he creado para Mí."
En la infinita variedad de esta creación, así como Él se ha hecho claro
para aquellos con ojos para ver, nosotros tenemos evidencia y
pruebas por miles de Su Existencia y Unidad, de Su Poderío y
Majestad.
Antes de crear todas estas criaturas sin un número, Alá creó una luz
de Su Luz. A esa luz luego Le dijo: "¡Vuélvete Muhammad!", y esa luz
se volvió la luz de nuestro bendito Maestro. Esa luz reconoció a su
Señor, diciendo: “No existe ningún dios sino el Dios Único, Alá (la
ilaha illa-llah) ". El Uno Exaltado respondió a este reconocimiento con:
"Muhammad es el Mensajero de Alá." Esta bendita frase era la
cerradura con la que Él cerró con llave la Puerta del Infierno, la llave
con la que Él abrió las ocho puertas del Paraíso. El Qur'an Noble lleva
testimonio de este diálogo eterno en muchos capítulos gloriosos. Por
ejemplo:

Él es Quién ha enviado a Su Mensajero


con la guía y la religión de la verdad,
para hacerle prevalecer por encima de toda religión.
Y a Alláh basta como testigo. (48:28)

Alá, Glorificó es Él, dividió la Luz de Muhammad en cuatro partes.


De la primera parte Él creó la Tabla y la Pluma; la Pluma escribió lo
que había decretado. De la segunda parte Él creó el Trono y el
Asiento, entonces ordenó a la Pluma escribir por encima del Trono:
“Hay existe otro dios sin Alá; Muhammad es el Mensajero de Alá
(la illa illa-llah; Muhammadun rasulu-llah)".
Así Él indicó a Sus sirvientes que el nombre de Su Mensajero se unió
para siempre a Su propio nombre. Inscribiendo esas palabras benditas
por encima del Trono, Él proclamó a todas las criaturas el esplendor
de Su Mensajero en la presencia de Alá.
De la tercera parte de la luz Él creó el sol, la luna y las estrellas.
De la cuarta parte Él creó el Paraíso y sus pabellones, las bellezas de
este mundo y las dl Más Allá, la luz de Adán, los ángeles y los jinns.
Luego, Él formó de la luz un árbol llamado el Árbol de Certeza. Él
adornó la Luz Profética con variados ornamentos de perla blanca, la
formó con la figura de un pavo real y la colocó en ese árbol. Después
de que esta Luz del Profeta había estado allí durante setenta mil años,
siempre cantado las alabanzas del Señor Todo Glorioso y Exaltado, Alá
creó el Espejo de la Modestia y lo colocó ante la Luz del Bendito
Muhammad. Cuando este pavo real vio el reflejo de su propia forma,
adornos y naturaleza, se postró el mismo cinco veces por modestia
ante Alá, Exaltado es Él.'
Cuando el Señor se hizo El mismo manifiesto a esta bendita criatura
de luz, un sentido de vergüenza produjo unas gotas de sudor de cada
parte de su sagrado cuerpo; estas gotas se convirtieron en los
embriones de los que todas las criaturas nacen. Así los ángeles se
crearon del sudor de su cabeza; el Trono y Asiento, la Tabla y la
Pluma, el sol, luna, estrellas y otros cuerpos celestes del sudor de Su
cara; los Profetas y Mensajeros, mártires, santos y hombres virtuosos
del sudor de su pecho. Del sudor de su parte de atrás fueron creado
el Santuario de Meca, la Noble Kaaba, el Santuario en Jerusalén y
todas las mezquitas en las que la postración es hecha ante Alá. Del
sudor de sus frentes fue creada la luz del hombre y de la mujer
creyente. . .

Alá, Exaltado es Él, entonces ordenó este sagrado pájaro que mire
hacia los cuatro cuartos. Cuando él obedeció, él vio que se habían
creado cuatro luces. Éstas eran las luces de nuestros Maestros, Abu
Bakr el Veraz, Umar, Uthman y Ali, que Alá esté complacido con todos
ellos.
Después de que la Luz Profética había estado allí durante extensos
setenta mil años, aún cantando las alabanzas del Señor, el Exaltado
se hizo manifiesto a estos resplandores y creó sus almas. Estas almas
inmediatamente pronunciaron la Bendita Frase:
Hay existe ningún dios sino Alá; Muhammad es el Mensajero de Alá".
Luego, el Señor creó una lámpara de ágata verde, transformó el pavo
real en la hermosa forma terrenal de nuestro Maestro bendito, la
Gloria del Universo, y lo puso dentro de esta lámpara. En ese mismo
momento Él creó también las almas de Sus criaturas. Durante mil
años las almas giraron alrededor de la lámpara; durante mil años las
almas de los creyentes estaban comprometidas a cantar las
alabanzas del Señor. Después de eso, la orden dada a todas las almas
fue de mirar fijamente la lámpara. Ellos miraron hacia ella, y algunas
de las almas creyentes vieron la cabeza del Profeta de la Luz y ellos
se hicieron gobernantes en este mundo. Aquellos que vieron su frente
se convirtieron en líderes. Ésos que vieron su frente se volvieron los
bienhechores imparciales. Ésos que vieron su nariz se hicieron
doctores. Aquellos que miraron sus labios, ministros, su boca,
guardianes del ayuno; sus dientes, personas de hermoso semblante;
su garganta, los predicadores, su barba, los proveedores caritativos
de agua; su lengua, los embajadores; sus hombros, hombres en
armas; su cuello, comerciantes; su brazo correcto, cirujanos; su brazo
izquierdo, los ignorantes; la palma de su mano derecha, banqueros; la
palma de su mano izquierda, mayordomos; la parte de atrás de su
mano derecha, los dadores generosos; la parte de atrás de su mano
izquierda, joyeros; los dedos de su mano derecha, calígrafos y
oradores; los dedos de su mano izquierda, artistas y forjadores; su
espalda, las personas humildes; sus lados, los caballeros; su
estómago, los recitadores del Qur'an; sus rodillas, las personas que se
arquean y frecuentemente se postran en la oración; las plantas del
pie de sus pies, los vagabundos; sus ojos, los lectores.
Después de esto, el Exaltado puso esta noble luz bajo el Alto Trono
dónde Él la conservó hasta la creación de Adán. Alá tomó la Luz del
Profeta Muhammad de bajo el Trono y la colocó en las espaldas de
Adán. Él ordenó entonces a todas las criaturas postrarse ante Adán, la
paz sea con él.
Parece que la misericordia del más Noble Mensajero y Venerado
Profeta tocó a todos los seres divinamente creados según sus varios
grados. Como él estaba en el Universo de las Almas, así lo estará en
este mundo y en el del Más Allá.
Alá, Exaltado es Él, declara en el Qur'an Santo que Él creó a Su
Amado Querido de Su luz, como una misericordia para todos los
mundos, y Él ensalza su esplendor exaltado. Según su estado, cada
criatura ha recibido su porción de la misericordia del Mensajero;
incluso los objetos inanimados han sido bendecidos con la existencia;
los seres animados pueden disfrutar de la comida, bebida y de buena
salud; no se destruyen los incrédulos debido a su incredulidad, ni se
encuentran transformados en cerdos, monos o piedras. Es debido a la
misericordia del Venerado Profeta que pecadores e incrédulos no
desaparecen de la faz de la tierra por la tempestad, diluvio o
terremoto, y escapan de los tantos desastres de este tipo. Desde la
venida de nuestro bendito Maestro Muhammad, el castigo infligido a
los incrédulos ha sido más apacible a lo que era para las comunidades
anteriores. El Exaltado dice en el Qur'an Santo: "yo no enviaré sobre
en ellos un castigo como a la gente de Noe, de Salih, de Lot y de
Shu'ayb, para estar en su medio."

Pero Alá no los castigaría mientras tú estuvieras entre ellos, ni Él los


castigará mientras ellos busquen el perdón. (8:33)

Si las naciones más tempranas hubieran comprometido una milésima


parte del mal que nosotros hemos hecho, ellos habrían recibido
retribución divina instantáneamente, a través del ahogo, la
aniquilación por el fuego, o un granizo de piedras horneadas en el
Infierno.
Todos los que viven y mueren creyendo en Muhammad, la paz sea
con él, obtendrán su intercesión en la Resurrección y lograrán
misericordia.
Está más allá de la capacidad de los mortales el describir la dignidad
y la majestad del Santo Mensajero; ellos no pueden esperar alabarlo y
exaltarlo como el se merece. La verdadera magnitud de su valor y
grandeza sólo es conocida por Alá, Exaltado es Él.
El Profeta Santo es el esclavo de Alá y Su Mensajero bendito. Pero no
nos permita emparejar nuestra propia esclavitud con la suya. Si
nosotros fuéramos a colocar en una balanza los actos de culto
realizados por todos los ángeles, Profetas y personas virtuosas desde
Adán hasta el Día de la Resurrección, y si nosotros fuéramos a colocar
en otra balanza la servidumbre del Mensajero bendito, el último
llevaría el peso más pesado ciertamente. Es realmente impertinente
describir a nuestro bendito Maestro como "un hombre como
nosotros." Él pertenece, claro, a las mismas especies biológicas como
nosotros, pero en lo que se refiere al servicio a Alláh, él es único.
Después del propio Alá, el más gran ser es Muhammad, la paz esté
sea con él. Él es la clave, el Mensajero y el más querido Amado de
Alláh. El Amado del Señor es el Intercesor en el Día del Juicio, el
Refugio del los Pobres. Él no es Dios, pero aquellos que juran
homenaje a él también le juran homenaje a Alá, Exaltado Sea. Dar la
obediencia a él es dar la obediencia a Alá, Exaltado Sea. En el
universo físico él es el último de todos los Profetas. Él es el rey y
sultán de todos los Mensajeros y Profetas. Todos los otros Profetas
están en la posición de ministros de él, su conocimiento, luz y
perfección son reflejos del Mensajero más Noble y el Venerado
Profeta, Alá lo bendiga y le da paz.
Alá declara en el Qur'an Noble que Su propio Ser divino y Sus ángeles
bendicen a Su Amado, y Él les ordena a los creyentes que le bendigan
también. Él invitó a Su Amado a la Ascensión celestial, le mostró las
maravillas que atan a Su propio Ser y por eso honró esas maravillas.
Fuera del afecto para con Su Amado, Él hizo Su Sagrada Ley más
liviana. En el honor de Su bendito Mensajero y su Comunidad, Él bajó
y le explicó la excelencia de todas las escrituras celestiales, el Qur'an,
haciendo sus reglas válidas hasta la Resurrección y presentándolo
como un milagro inimitable.
Nuestro bendito Maestro Muhammad es el director espiritual de los
sirvientes especiales de Dios. Porque él nos ha salvado de cada tipo
de mal que nos causaría entrar en el Infierno y permanecer allí en el
tormento eterno; y liberándonos del fuego de Infierno él nos ha
mostrado también las maneras que llevan al Paraíso. El Mensajero
bendito es el cortés favor divino de Alá a nosotros. El Profeta
Venerado es la fuente de toda la bondad, la llave al Paraíso. Él se
caracteriza por los buenos rasgos y cualidades. Él es el líder de todas
las personas devotas y virtuosas. Él es estimado por todos los
ángeles, Profetas y creyentes, y en el Mas Alla es muy querido por
aquellos que moran en el Paraíso. Él es el enemigo de todos que los
que son malos y odiosos, sea el diablo o el hombre, o sea el diablo en
el hombre. Con los creyentes él es amable y compasivo. Cada aspecto
de perfección humana será encontrado en su persona noble. Él es la
luz de todas las criaturas. Su bendita reputación perdurará hasta la
Resurrección. Muchos son sus nobles nombres y atributos; su gran
número es indicativo de lo más noble, más honorable y más
naturaleza perfecta de su bendita persona y cuerpo. Nuestra humilde
pluma nunca podría agotar el registro de los méritos del Mensajero
bendito de Alá, por lo que el Exaltado le ha concedido innumerables
honores a Su Amado. Él dice en el Qur'an Santo:
"O Mi Amado, grande de hecho es Mi gracia y generosidad en ti".
Es ciertamente suficiente para el Mensajero, él ser alabado y exaltado
por su Señor.
Quiera Alá concedernos su intercesión en este mundo y en el Más
Allá. Amén.

EL VERDADERO AMOR Y AMISTAD Y EL SIGNIFICADO DE LA


ENEMISTAD

Nuestra fe no será perfecta a menos que amemos al mensajero


bendito del Omnipotente más de todo lo que nosotros poseemos.
Amar es por tres: demostrar nuestro amor por alguien, nosotros
debemos amar al amado, amar eso que nuestro amado ama y
detestar aquello que el amado detesta. La enemistad es igualmente
por tres: significa al ser el enemigo del enemigo de uno, un enemigo
a su amigo y un amigo a su enemigo.
Si usted no ama al amigo de un amigo, su amistad está incompleta. Si
usted no es hostil al enemigo de su amigo, de nuevo su amistad es
imperfecta. Esto es que por qué el Señor Dios explica esta tema a
aquellos que Él llama a "Mis Personas del Libro" -los Cristianos y
Judíos- en el siguiente noble Verso:

Diles, Mi Amado: "Si ustedes aman a Dios, síganme; Alá los amará y
les perdonará sus pecados. Alá es todo Perdonador, Misericordioso:
(3:31)

Uno no puede ser hostil al amigo de su amigo. De hecho, el término


amigo no podría aplicarse en tal caso. El es hostil al amigo de un
amigo es precisamente igual que ser hostil con un amigo de uno. No
necesito resaltar el punto de que una gran falta también es favorecer
al enemigo del amigo de uno. Tal amistad es inconcebible. Por
ejemplo, nosotros amamos nuestro país y aquellos que lo aman.
Nosotros no tenemos el amor por aquellos que no aman nuestro país.
Esto es patriotismo completo. Si alguien dice que ama su país,
todavía no ama a los amigos de su país, o gusta y ayuda aquellos que
disminuyen y traicionan su país, esa persona realmente no ama en
absoluto su país. Él incluso puede ser un traidor a él. Si alguien dice
que él ama a Alá y a Su bendito Mensajero, todavía no ama aquellos
que los aman o ama a sus enemigos, esa persona realmente no ama
en absoluto al Exaltado y a Su Mensajero bendito. Al contrario, él es
nada más que su enemigo y un hipócrita cuyo ser interno está lleno
con la duplicidad.
Obviamente, un esquema contra los creyentes es un esquema contra
el Mensajero; y un esquema contra el Mensajero es un esquema
contra Alá. Pero el hombre es incapaz de engañar y estafar el
Exaltado. El Señor es inmune a tales cosas. No obstante, como un
Amigo a los creyentes, Él trata el timo y decepción apuntadas a ellos
como ellos se dirigieron a Él. Y la multa que Él impone para esto es
ciertamente grave de hecho. Uno debe preguntarse por consiguiente,
¿qué mente podría concebir el tramar estafar y engañar, de intentar
desencaminar al Señor Sublime y Creador del universo, de todos los
mundos, de todas las criaturas, del primero y el último?
En esta conexión el Jefe de los Profetas, el Mensajero bendito del
Omnipotente, dijo en una de sus nobles Tradiciones: "Obedezcan a Alá
y obedezcan a Su Mensajero en el mismo grado, entonces obedezcan
los mandatos de aquellos que le obedecen a Alá y a su Mensajero.
Quienquiera que obedece el mandato de aquellos que obedecen a Alá
y a Su Mensajero, me obedece y obedece a Alá. Quienquiera
desobedece el mandato de aquellos que obedecen Alá, me
desobedece, y la desobediencia a mí es la desobediencia a Alá". Esta
noble Tradición nos aclara que unidad –unicidad- conlleva.
Afecto y animosidad sólo son significantes respecto a Alá, Exaltado es
Él, y Su Mensajero Muhammad, Dios le bendiga y le da paz. No hay
ganancia cultivando la amistad hacia nosotros. Al contrario, incluso es
dañino. Igualmente, la enemistad cultivada hacia nosotros nos
causará la frustración en este mundo y en el Más Allá.
Hacer amistad con las personas por su belleza es amistad de la carne.
Cuando la belleza se marchita y se vuelve fealdad, el amante huye y
puede volverse un enemigo incluso. Él ya no quiere ver el rostro que
él amaba. Para tomar otro ejemplo: una persona obtener amor y
amistad debido a la posición alta que él ha obtenido, pero en cuanto
se degrada, aquellos que parecían en el fondo cariñosos
inmediatamente se volverán sus enemigos. O permita a un hombre
rico perder su riqueza; aquellos que lo favorecieron por sus riquezas
no quieren más estar junto a el por mucho tiempo. Ellos también
pueden volverse incluso sus enemigos. Para las personas que
nosotros hemos mencionado los verdaderos amigos no lo eran en
absoluto. Ellos eran los amigos de la belleza, la riqueza, la posición y
el dinero.
Si alguien mata a su enemigo en la guerra santa (por causa de su
religión, su país y su Señor Exaltado) y si él pierde su propia vida en
esta causa, él se vuelve un mártir. Si él sobrevive intacto, se vuelve
un héroe. Si él pierde un miembro, se le otorga la línea y el título de
veterano inválido y puede llevarlo con orgullo a su tierra nativa,
disfrutando del respeto y la atención de todos. Tal persona es
sostenida con el honor y la estima por Alá, por, Su Profeta bendito,
por los ángeles y por los creyentes, incluso por el ejército del
enemigo. Porque el forcejeo que él emprendió no era para él, sino
para Alá y Su Mensajero bendito y por las cosas que él sostenía como
sagradas. Por otro lado, si un hombre mata para él (es decir para la
bebida, jugando u otras cosas prohibidas), él se gana la revulsión de
Alá, de Su Mensajero y de todos sus compañeros. La sociedad lo
etiqueta como un delincuente, un asesino. Él incluso puede llegar al
patíbulo. Es instructivo comparar las profundidades a que las
personas se hunden cuando ellos aman u odian para sus propios fines
egoístas, con las alturas logradas por aquellos que aman u odian por
causa de Alá.

Cómo el lmam Ali le perdonó la vida a un enemigo en la


batalla

Permítanos agregar a este trabajo contando una historia ejemplar


acerca del venerado Ali, la "Puerta del Conocimiento y el León de Alá”
En la Batalla del Foso, el noble Imán Ali había golpeado a un soldado
enemigo en la tierra y estaba levantando su espada para matarlo,
cuando el incrédulo escupió la cara bendita del León Valiente, quiera
Alá estar complacido con él. El Imán Ali se detuvo enseguida y se
abstuvo de matar a su enemigo.
Incapaz de creer los que sus propios ojos veían, el incrédulo preguntó:
"¿Por qué usted me ha salvado, o amable?"
A esto, el noble Ali contestó: "Su propiedad y su vida se han
convertido en sacrosantas para mí. No estoy autorizado para que yo
te mate. Yo recibido el permiso sólo para matar en el combate santo,
luchando por orden de Alá. Simplemente hace unos momentos, yo te
había superado en la batalla, te había golpeado a la tierra y había
estado a punto de matarte. Pero cuando tu escupiste en mi cara, mi
enojo egoísta se despertó contra ti. Si yo te hubiese, yo no lo habría
matado por causa de Dios sino por mi propia razón egoísta: ellos me
habrían llamado entonces no un guerrero de Alá sino un asesino.
Cuando tu escupiste en mi cara, mi pasión egoísta amenazó
agobiarme, por lo que en lugar de golpearte con la espada por mi
propia causa yo golpeé mi pasión por causa de Alá, Exaltado es Él. Allí
está la razón para tu salvación".
El incrédulo salió del temor y del asombro. Este evento le hizo
comprender que él era un testigo directo del valor y lo valioso de ser
musulmán. A medida que sentía la luz de Islam descendiendo en su
corazón, él era bastante inconsciente de las lágrimas que vertían de
sus ojos. ¿Cómo podría estar consciente de ellas? . . . En el espacio de
unos segundos fue salvado de morir como un incrédulo y estaba
convirtiéndose en un musulmán.
Es más, la causa de su conversión, la persona que está de pie ante él,
no era otro que el noble Imán Ali.
De hecho, amistad y afecto, así como la enemistad, debe estar de la
manera determinada por Alá. Es decir, el objeto a mantenido a la
vista es el buen placer del Señor Exaltado.
Moisés, con él sea la paz, aprende a ganarse la aprobación de Su
Señor

Un día el Profeta Moisés va al Monte Sinaí dónde él conversaba a


menudo con el Señor. Alá se dirigió al Profeta con estas palabras:
"Moisés, ¿qué has hecho por mí? ; ¿qué buena acción has realizado
por Mi causa? " El venerado Moisés contestó: "Señor, he orado,
ayunado y he dado limosna". Dijo al Señor: “La oración es la marca de
religión, mientras que el ayunar es un escudo contra el Fuego; en
cuanto a dar las limosnas, ¿qué propiedad ha dado y a quien la
diste?" El bendito Moisés dijo entonces: "Mi Señor, enséñame, para
que pueda realizar la acción que se requiere para ganar Tu placer".
Estas palabras vinieron desde lo Más Alto: "Tu amarás cualquier cosa
que Me agrade; detestarás cualquier cosa que Yo deteste y No sea de
Mi agrado. Ésta es la acción más aceptable a Mi vista, la única con la
que obtendrás Mi placer".

Bilal resiste la tortura por causa de Su Fe; Su Liberación

La historia siguiente está particularmente iluminada, ya que Bilal el


abisinio es el modelo de un verdadero amante. Quiera Alá estar
complacido con él. Él era el esclavo negro de Umayya ibn Khalaf, uno
de los más violentos de los politeístas.

Bilal tenía un corazón de pura luz, pero Umayya ibn Khalaf era un
enemigo implacable de Islam y del bendito Profeta. Llegó el momento
en que Bilal recibió la bendición de la fe. Umayya Ibn Khalaf supo de
esto, por lo que llevó a su esclavo al desierto donde le infligió las
torturas espantosas en la esperanza de obligarlo a que abandonara la
religión de Islam. Hizo que Bilal se acostara en la arena caliente justo
en el momento en que el sol está más fuere y le colocaba piedras
pesadas encima de él y le continuaba pegando. Como si esto no fuera
suficiente, le propinaba puntapiés llevándolo al punto de
agotamiento, a lo que continuaba clavándole espinas en su bendito
cuerpo hasta que sangre brotaba por las heridas.

A pesar de todos esto, los únicos sonidos proferidos por el venerado


Bilal eran los nombres de sus Amados: "¡Ya Ahad! Ya Ahmad! " El
corazón del venerado Bilal estaba tan lleno de amor y afecto que ni
las espinas y la severidad de la paliza hacían disminuir su ardiente fe.
Realmente todo lo contrario: cuanto más diabólico era su sufrimiento,
cuanto más dolorosa su agonía, mayor era su amor y su afecto hacia
Dios Exaltado Sea y más fuerte su fe en él. A pesar de semejante
crueldad y tormento, Bilal no se rindió ni una vez ante Ibn Khalaf,
porque él había jurado sacrificar su cuerpo y alma a la causa de la
Verdad, por causa del amor a Muhammad, las bendiciones y la paz de
Dios sean con él.
Todos los días el incrédulo Umayya enterraba a Bilal en la arena
diciéndole: "Tú esclavo negro, a menos que dejes la religión de Islam,
voy a darte palizas peores que esta hasta que termine matándote".
Esos lamentos de "¡O Uno! O Ahmad!" le hacían perder el autocontrol
a Umayya ibn Khalaf. Pero un día esos tristes lamentos llegaron a los
oídos de Abu Bakr el Veraz, quién pasaba por allí. Las lágrimas
saltaron de sus benditos ojos. Este pobre desgraciado estaba siendo
torturado cruelmente por su amo, y todo porque él estaba profiriendo
el nombre de Dios.
¡Su única ofensa era decir que Dios es Uno Solo! Eso era un pecado
terrible pero aún más lo era el llamar al Bendito Mensajero "Ahmad".
Abu Bakr se acercó hacia el lugar de dónde provenía el grito de "Alá".
Él vio al esclavo negro de, el creyente Bilal que aunque desgastado
por la tortura de su amo se estaba consolando pronunciando los
nombres nobles de Alá y Su Mensajero constantemente. "¡Paciencia,
Bilal, paciencia!...", gritó Abu Bakr el Veraz.

No pasó mucho tiempo más que el venerado Abu Bakr pasó por allí de
nuevo y presenció otra sesión de tortura, y escucho los gemidos
afligidos de "Ya Ahad! Ya Ahmad!" más fuertes de los que nunca antes
haya oído. Fue corriendo a al presencia del bendito Mensajero y le
dijo:
“¡Oh Mensajero de Alá!, Bilal está siendo consumido por el fuego por
causa de tu amor. Los politeístas lo han crucificado, han desollado su
cuerpo desnudo con las ramas espinosas y le han dejado
desangrándose”.

Incluso mientras el traicionero Umayya le está pegando, el bendito


Bilal continúa diciendo: “Dios es Uno y Ahmad es Su Mensajero”.
Sometiéndose al decreto divino, soporta esa agonía con paciencia y
confianza".
Nuestro Amo Maestro le preguntó entonces al veraz Abu Bakr qué
medida podría tomarse para rescatar Bilal. “O Mensajero de Alá",
contestó, "la solución es comprarle a Bilal al maldito Umayya.
Debemos pagarle cualquier precio que él pida y debes manera a Bilal
a toda costa. Él es el prisionero del Amor Divino, pero está gimiendo
bajo la tiranía de su enemigo. Estamos obligados a rescatarlo de la
crueldad del tirano”.
El Mensajero Santo dijo entonces: “Abu Bakr, actúa como mi agente y
paga la mitad del precio en mi nombre; Yo te devolveré el dinero. Ve
ahora y compra a Bilal". Abu Bakr respondió: "En este asunto gastaré
cada penique que pueda, O Mensajero de Alá".
Él fue derecho a la casa de Umayya y golpeó a su puerta. En cuanto
el descreído Umayya descreído apareció, el venerado Abu Bakr lo
azotó con su lengua, diciéndole: "¡Tú, enemigo de Alá!, ¿por qué
infliges tales palizas a este hombre inocente de Dios, Bilal? ¡Tú,
enemigo de Alá, qué tipo de envidia y animosidad es esta? ¿Qué tipo
de enemistad es esta? Tú le estás pegando a un amigo de Alá, y si
tuvieras fe, sinceridad y respeto incluso para tu propia religión, la
conciencia no te permitiría ser tan cruel hacia una persona verdadera
por sus creencias. Tú tendrías un poco de compasión hacia él. Pero se
sabe bien que tú no tienes lealtad hacia tu propia religión, no tienes
ninguna fe en tus ídolos". El cruel Umayya contestó: "Ya que tu tienes
tanta compasión hacia este esclavo, ¿lo comprarías si te lo ofrezco?".
Dijo el venerado Abu Bakr: “Si tú me vendes a este sultán a quien
despectivamente llamas un esclavo, yo haré mil postraciones de
gratitud a Alá”.
Ahora Abu Bakr tenía un esclavo que era muy guapo y fuerte, pero
cuyo corazón estaba y sin disposición. Él le ofreció un intercambio a
Umayya y trajo a este esclavo para mostrarlo. Le impresionó a
Umayya ibn Khalaf que Abu Bakr estuviese tan deseoso de llevarse a
este guapo esclavo que además era obviamente un fuerte obrero por
lo que le exigió una suma de dinero adicional. El veraz Abu Bakr pagó
doscientas piezas de plata y se fue junto con el hermoso esclavo.
Habiendo comprado al venerado Bilal, lo liberó de la esclavitud para
complacer a Alá. Cuando Abu Bakr el Veraz estaba saliendo junto a
Bilal el abisinio, oyó que Umayya se reía a sus espaldas como si
pensara que él lo había estafado. Se volvió y le preguntó: "¿Por qué
razón te ríes de esa manera?" y sin parar de hacerlo Umayya le dijo:
"Tú has intercambiado a este tipo que es un bruto feo que no se
merece que pague mas de dos centavos por él, y tú me has pagado
con dinero. Yo te he estafado y por eso me estoy riendo".
A esto, el veraz Abu Bakr contestó: "¡Tú, necio y tonto! Simplemente
como un bebé has intercambiado una joya preciosa por un par de
nueces. Yo no miro su apariencia exterior. Yo miro su ser, a la realidad
de él. Tú puedes ver sólo su forma y puedes colorear, su forma
externa. Pero yo daría con alegría todo lo que poseo por rescatar a
Bilal, porque él es verdad una joya sin igual, una gema que no tiene
precio. Su valor y precio sólo son conocido por Alá y Su bendito
Mensajero. Para abreviar, ninguna cantidad de dinero podría
representar su verdadero precio. Viéndolo de esta manera, te he
comprado a Bilal en un muy bajo precio. A Alá es la alabanza que este
honor haya caído sobre mí”. Aplastado por estas palabras, el
descreído Umayya suspiró: "Alas, qué he hecho? Si sólo he pedido por
más dinero o bienes!".

Tomando a Bilal de la mano, Abu Bakr lo llevó alegremente a la


presencia del bendito Mensajero de Alá. Rescatado de la prisión de
dolor, Bilal el abisinio había alcanzado la belleza del Mensajero de
Dios. Ninguna palabra puede describir el deleite en el que fue
sumergido, ahora que había logrado llegar a la presencia radiante del
Amado del Omnipotente y ganado la atención de ese Paraíso de la
Majestad, el Portador del Mensaje. Nuestro Amo Maestro sofocó Abu
Bakr el Veraz con atención afectuosa debido al servicio él había
realizado. "Abu Bakr", él dijo, "permíteme compartir el rescate de
Bilal. Yo te había dicho que pagaría la mitad". Pero el venerado Abu
Bakr contestó: “O Mensajero de Alá, Bilal y yo somos los esclavos en
tu corte. Uno de sus esclavos compró otro de sus esclavos y lo liberó
libre en anhelo por tu belleza. En cuanto a este sirviente, no tengo
ningún deseo de ser liberado de tu servicio”.
Bilal estaba acercándose a dar su último respiro. Su esposa e hijos
estaban alrededor de su lecho. El amado Bilal de repente abrió los
ojos. Preguntó por qué estaban llorando, a lo que agregó: “No lloren.
Estén felices por mí. Estén contentos por mi causa, por que pronto me
uniré a mi amado. Vean, mi amado está parado delante de mí. El me
está llamando. Allí está mi amado Mensajero, la paz sea con él,
sonriéndome y llamándome a su lado”. Con una feliz sonrisa,
exclamó: “Doy testimonio que no hay otro dios que Alá y doy
testimonio de que Muhammad es el Mensajero de Alá”. Con estas
palabras entregó su alma a Alá.

EL PROFETA, la paz sea con él, NO SÓLO ES UNA MISERICORDIA EN


ESTE MUNDO, SINO QUE TAMBIÉN LO ES EN EL MÁS ALLA. SU
INTERCESIÓN EN LA RESURRECCIÓN.

Cualquier edificio que sea construido será con seguridad derribado en


el momento del final. Cualquier individuo que llega a este mundo
ciertamente se morirá un día. Ese tiempo llegará cuando a este
mundo les sean quitados todos sus encantos. El sol se enrollará en el
cielo, las estrellas se esparcirán, los mares se calentarán, las
montañas se mullirán como algodón por el susto de la Resurrección y
flotarán en el aire como las nubes. Las mujeres embarazadas
abortarán, las enfermeras golpearán a los bebés contra el suelo. Las
personas estarán tan confundidas que no sabrán lo que están
haciendo. La tierra se agitará violentamente, expulsando todo lo que
la contiene, mientras que los cielos gotearán como si estuvieran
fundiendo cobre. Ningún ser permanecerá excepto Alá. El Sagrado
Qur'an da una descripción muy vívida de estos eventos.
Así como Alá reaviva la tierra cuando está dura y seca, así Él creará y
formará un nuevo mundo fresco para nosotros. El primero en ser
resucitado de su tumba será el Mensajero más Noble, la paz sea con
él que también será el primero en hablar en el Día de la Resurrección.
Y cuando el terror haya provocado que todas las criaturas hayan
abandonado la esperanza de la misericordia divina, el bendito
Mensajero amorosamente inundará la humanidad con felicidad, sobre
todo a su Comunidad.
Nuestro Amo, la Misericordia de todos los mundos, nos dice en una de
sus Nobles Tradiciones:
"Como la norma, llamada el Estandarte de Alabanza, está en mi
mano, soy yo quién es el más noble de toda la humanidad a la vista
de mi Señor. No alardeen acerca de lo que he dicho. Yo cuento los
favores y las recompensas que mi Señor me ha concedido. En el Día
de Resurrección soy yo quién es el maestro de todos los
descendientes de Adán, y el más grande de ellos. Todos los Profetas
recogerán bajo mi norma". Él también dijo: “Me levantaré de la
tumba, montaré al maravilloso corcel Buraq, tomaré la norma en mi
mano y la plantaré bajo el Trono. Cada uno de los Profetas tendrá un
estandarte y los colocarán bajo mi norma."
La gente se reunirá para la Resurrección -toda la humanidad y nada
más- estando desnudos, sin guía y descalzo. Cada uno de los pecados
que cada uno haya cometido será materializado y cada uno llevará su
pecado a sus espaldas. Estarán hambrientos y sedientos, desnudos
bajo el sol que estará sólo a una milla sobre sus cabezas. Nadie
proferirá ningún sonido mientras esperan la orden divina de Alá,
Exaltado es Él.
Sus suspiros y sollozos, lamentos y gemidos, alcanzarán el Trono. En
el momento cuando todos los Profetas y Mensajeros se arrodillen:
"¡Yo, yo!"; esta orden será dada por Alá: "Ustedes que se han reunido
para la Resurrección, vayan y busquen la intercesión de Adán.
Permítanle interceder por ustedes". En contestación a estas palabras
provenientes de lo Más alto, las personas irán al noble púlpito dónde
Adán está sentado. Ellos le suplicarán: "Nuestro padre Adán, tú eres la
opción de Alá. Como nuestro tierno padre, ten compasión con
nosotros tus hijos e intercede en nuestro nombre. Permite que
nuestros archivos te sean dados, nuestras cuentas examinadas y
nuestras acciones pesadas. Permite a cada uno de nosotros llegar lo
más pronto posible a su destino". Pero Adán dirá: "Yo no soy capaz de
tal intercesión. No está dentro de mi poder. Hoy es el Día de la
Resurrección. Hoy mi Señor está furioso. Nunca antes vi que Él haya
estado tan enfadado. No debe enfadarse más. Yo soy demasiado
temeroso de la ira de mi Señor para poder interceder por ustedes.
Hoy yo sólo estoy pensando en mí. Será mejor que vayan con Noé, en
él sea la paz. Él es el Amo de la Resolución y él reconocerá vuestra
necesidad. Quizás él interceda por ustedes". Las personas irán
entonces con Noé y pedirán su intercesión, pero él también se
excusará con esta explicación: "Yo no pedí el perdón de Dios para mi
propio hijo incrédulo, por lo que también estoy temeroso por mi
propia causa. Yo no estoy calificad para interceder". Él se referirá a
Abraham, en él es la paz, diciendo: "Abraham es el Amigo Íntimo de
Dios, el antepasado de Muhammad, la paz sea con él. Quizás él haga
la intercesión". Pero cuando ellos lleguen a Abraham lo encontrarán
también llorando: "¡Yo, yo! " y él los dirigirá a Moisés, el Interlocutor
de Dios, con él sea la paz.
El bendito Moisés dará sus disculpas también, declarando: "Yo no
poseo este poder de intercesión". Llorando "¡Yo, yo!" los enviará que
vean a Jesús, la paz esté con él, diciendo: "Jesús es el Espíritu de
Dios; vayan y pídanle que interceda". Pero ellos encontrarán al
bendito Jesús sumamente asustado. "¡O Jesús!," Suplicarán: "usted es
el Espíritu de Dios; haz la intercesión por nosotros!", Pero Jesús dirá:
"Hoy no ofrezco mi intercesión, ya mi gente me ha tomado para que
sea su Señor y me han adorado. Es más, ellos me han llamado el hijo
de Dios, adorándome y poniéndome en la sociedad junto con el
Exaltado. Cuando yo reflexiono acerca de estas cosas, estoy ansioso
sobre mi propio destino. Todo lo que yo puedo pensar hoy es en mí".
Con esta excusa él dirá: “O gente, reunida para la Resurrección,
vayan con el Amado del Señor, el bendito Muhammad, la Misericordia
para Todos los Mundos, el Jefe del Universo. Mientras yo todavía
estaba en él más bajo mundo, di las buenas noticias de que su Luz
Original y la Último Misión vendría después de mí. Sólo él está
autorizado para interceder, desde que Alá ha prometido concederle
cualquier favor hasta que él esté satisfecho. Vayan enseguida junto a
él”.
Cuándo las personas lleguen junto a nuestro Amado Muhammad, el
Jefe de los Profetas, Soberano de los Dos Mundos, el Intercesor para
los Hombres y los Jinns, el Abuelo de Hasan y Husayn, ellos lo verán
sentado en un noble púlpito, bellamente adornado y elevado a una
gran altura sobre los púlpitos de los otros Profetas. Ellos verán una
sonrisa en su bendito y noble semblante, más hermosa que el mismo
Paraíso. Cuando ellos miren esta elevada estación, los infieles que no
creyeron en él en este mundo sentirán mil veces su fracaso para
creer entonces en él. Ellos expresarán su remordimiento con el
lamento: "Oh, si sólo nosotros hubiéramos creído en el Intercesor
noble mientras nosotros todavía estábamos en él más bajo mundo. Si
sólo hubiéramos abrazado el Islam, comprometiendo nuestras vidas
y nuestra riqueza a su causa". Pero su pesar no será de ningún
provecho. Viendo a nuestro bendito Profeta en esta condición, las
personas dirán: “¡0 alegre Mensajero de Alá! ¡0 venerado Profeta!
¡Intercede por nosotros!".
El Jefe de jefes e Intercesor del Lugar de la Resurrección contestará:
"De hecho, es sólo yo quién está calificado para esta intercesión. Mi
Señor ha prometido esta intercesión a mí". Entonces él buscará el
permiso para él de su Señor, y el Señor dirá cortésmente a Su
Mensajero más Noble: "O Mi Amado, haz tu intercesión. Yo te he
permitido interceder". El Mensajero bendito caerá en postración de
gratitud por este favor divino. En esta postración él glorificará al
Exaltado como nunca lo haya glorificado antes. Mientras él esté
realizando estas alabanzas, Alá dirá cortésmente: “¡O Mensajero,
levanta tu bendita cabeza de la postración! Pregunta cualquier cosa
que tú desees, ya que tu intercesión será aceptada, tu demanda será
concedida". Nuestro Amo noble hará la súplica entonces: "0 mi Señor,
permite a mis Fatima, mis Hasan, mis Husayn y las personas de mi
casa ser el rescate para mi Comunidad. Sólo mi Comunidad, mi
Comunidad!" (Significando: “¡Concede la salvación a Mi Comunidad,
mi Comunidad, O mi Señor!").
Para abreviar, en el Día de Resurrección es nuestro bendito Amado, la
Gloria del Universo quien antes que todos los Profetas, tiene la
competencia para interceder para su Comunidad y obtener su
salvación, que Alá le bendiga y le da paz.
Está ahora claro para nosotros que es sólo nuestro Maestro, el Amado
del Señor, que Dios le bendiga y le da paz que ha sido enviado como
una misericordia para este mundo y el del Más Allá. Él nos ha dado las
buenas noticias del Paraíso y de la Belleza de Alá, nos informó de las
bondades del Paraíso, nos enseñó el significado de lo bueno y lo malo,
inspirado en los creyentes el miedo del castigo divino, sido un testigo
para los creyentes e incrédulos por igual, testificó la Unidad de Dios y
completó su llamada a la Verdad por la gracia de Alá, Exaltado es Él.
¿No es nuestro deber amar más de lo que amamos a cualquier otra
cosa, a nuestro Maestro Muhammad, Dios le bendiga y le da paz que
se ha vuelto una luz para nosotros en la oscuridad y nos ha mostrado
los caminos de la Verdad, quien es soberanamente Compasivo,
Bondadoso y una Misericordia para Todos los Mundos?. Claro que es
nuestro deber. Permítanos amarlo más que a nada, para que nuestra
fe pueda llegar a la perfección. Permítanos salvarnos del fuego, del
castigo en este mundo y el del Más Allá. Permítanos encontrar las
bondades del Paraíso. Permítanos tener la posibilidad de mirar la
Belleza de Dios. Para el amante es estar junto con el que él ama.
O mi Señor, por causa del Mensajero de hombres y jinn, haznos amar
a Tu Amado Muhammed, bendiciones y paz esté en él. No nos separes
de él.

Un Simple Miembro de una tribu Pregunta Por La Resurrección


Y Aprende El Valor del Amor Por Alá

La historia siguiente fue narrada bellamente por Anas ibn Malik,


quiera Alá estar complacido con él:
"Un día que estábamos sentados en la presencia del Mensajero, vino
un puro miembro de una tribu árabe que hizo esta pregunta al
Mensajero de Alá: “O Mensajero de Alá, ¿cuándo empezará la
Resurrección?”. Sin contestarle al hombre, nuestro Maestro se levantó
para orar. Entonces, cuando él había terminado su oración, él se
volvió a nosotros y dijo: “¿Quién es aquél que hizo esa pregunta?”. Se
levantó el miembro de una tribu diciendo: “Fui yo, Mensajero de Alá”.
“Oh miembro de una tribu, tú preguntas por la Resurrección. Ésa es
una cuestión predeterminada y vendrá a pasar ciertamente. Pero,
¿qué haz hecho para prepararte para ese día?”.
Al oír esta contestación, el miembro de la tribu dijo: “Por Dios, yo no
tengo mucho culto y obediencia a mi favor. Aunque realizo mis cinco
oraciones diarias y guardo ayuno una vez al año, no puedo aducir
ningún otro hecho virtuoso. Pero amo a Alá y ti”. A esto, nuestro
Maestro, el Jefe del Universo dijo: “O miembro de la tribu, una
persona está junto aquél que ama, y tú estás junto con aquellos que
amas".
Anas Ibn Malik agrega: "Estábamos tan encantados con esta
conversación como cuando nosotros habíamos entrado al Islam.
Porque siempre habíamos compartido la misma ansiedad. Nosotros
estábamos angustiados por el pensamiento que, cuando la
Resurrección llegase, la Gloria del Universo lograría tales elevadas
estaciones que nosotros no pudiésemos oírlo. Comprendimos ahora
que la disposición de la unión es a través de mucho afecto, no a
través de mucho culto".

Si tú también amas a Alá y a Su Mensajero, estarás con él en el Más


Allá. Pero si su afecto es para con el enemigo del Mensajero, usted
será resucitado con su enemigo, lejos del Mensajero. Porque una
persona está junto con el que él ama.
O mi Señor, por causa del Trono y el Asiento; por causa del más
Grande Nombre y la luz del Qur'an; por causa del secreto de Imran y
el misterio del Criterio; por causa de la belleza de la cara de José de
Canaan; por causa de la sangre derramada en la causa de la Verdad;
por causa del ojo que Te vio en la Ascensión; por causa de Sus
palabras corteses a Su Mensajero; por causa de la veracidad de Abu
Bakr y la justicia de Umar; por causa del mérito de Uthman y Ali; por
causa de Hasan el Elegido y Husayn de Karbala; por causa de la
pureza de las Personas de su Casa; por causa del mártir Jorge; por
causa de Ghawth de Gaylan; por causa de la doctrina de Numan; por
causa del Evangelio y la Torah, los Salmos y el Qur'an, haznos
compañeros de Tu Amado, haznos íntimos de las víctimas en su
sufrimiento; une nuestras almas con el Alma de Muhammad, no nos
apartes de él, resucítanos con aquellos que Tú amas, confírmanos a
Su servicio, permítenos estar entre aquellos que Te rinden culto.
Haznos adoradores junto a aquellos que Te rinden culto. Cortésmente
favorece aquellos que amablemente siguen nuestro discurso, y llena
sus corazones con una agradable fe. Ten la misericordia en nuestra
muerte, y embellece aquellos de nosotros que todavía siguen
viviendo con Tu afecto. Conserva nuestro país del mal, y humilla a
nuestros enemigos. Haz bueno nuestro fin y nuestro destino;
concédenos el realizar nuestra última respiración en fe. Acepta
nuestras oraciones y regocija nuestros corazones. Amén, por causa
del Jefe de los Mensajeros. Toda la alabanza pertenece a Alá, Señor de
Todos los Mundos.

Un Hombre Joven Aprende que la Obediencia a su Madre Uno es más


Meritoria Que Realizar La Peregrinación

Cierto hombre joven pensaba realizar la Peregrinación, por lo que él


pidió el permiso de su madre. Pero ella no se lo concedió. "Mi hijo",
dijo ella, "tú eres lo único que tengo. ¿Quién me cuidará si tú vas a la
Peregrinación? Además, yo no soportar el extrañarte". Ignorando sus
palabras, el hijo se preparó el viaje. Viendo que su muchacho era
bastante testarudo, la mujer consiguió los comestibles que
necesitaba, se los preparó y se dijeron adiós. Cuando ella lo vio irse,
oró: "O Señor, envía a mi niño de regreso sano y salvo. Él no me
escuchó, pero es joven. Perdónalo, y protégelo de los accidentes y
problemas". Mientras el joven viajando con la caravana de los
Peregrinos, alguien se le acercó y le dijo: "Permíteme ser tu amigo. Yo
conozco un atajo. Si nosotros vamos por ese lugar llegaremos a la
Kaaba una semana antes que esta caravana". Él persuadió al
muchacho y dejaron la caravana. Pronto ellos llegaron a un bosque
solitario. En ese valle espantoso, sin ni una alma a la vista, el hombre
sacó su espada y dijo: "¡Rápidamente, dame todo tu dinero!" Él
también le dijo al muchacho que mirara la zanja que había delante de
ellos. El muchacho miró, y en esa zanja vio que había muchos
esqueletos humanos. "Déjame con vida", él clamó, "yo soy el hijo de
una madre. Toma mi dinero, pero déjame volver con mi madre". El
ladrón dijo: "Yo he jurado matar a todo aquél que robo. Rápido,
desnúdate y entrega tu dinero". Como el ladrón hubo decidido acabar
con él, el hombre joven dijo: “Por favor permítame sólo realizar una
oración ritual corta”. El ladrón aceptó este pedido, diciendo: "Hazla
rápido, veamos como haces tu oración". El joven tomó su ablución y
procedió a realizar su oración. Cuando él llegó a colocar su rostro en
la tierra en la postración, comenzó a hacer la súplica, llorando
mientras rogaba: "O Señor, ven en mi ayuda, tráeme algún alivio.
Usted sabe, O Señor, que yo soy el hijo de una madre. No dejes a mi
madre quemarse con el fuego de la separación y el anhelo. Ten
compasión por mi madre". Cuando él realizaba esta súplica y las
lágrimas inundaban sus ojos, escuchó una voz en su oído, que le
decía: "Estoy a tu servicio". La voz aun se escucha mas cerca. Cuando
el muchacho oyó esta voz, su corazón ardiente fue rociado con agua.
"Ayuda, O Dios", dijo él. La voz se acercaba cada vez mas. Cuando el
joven dijo: "O Dios, ayuda, O Dios", la voz alcanzó su lado. Cuando él
levantó su cabeza de la postración, él vio una figura majestuosa que
estaba de pie delante de él, con una lanza en su mano. “Sálvame de
este cruel hombre", clamó el joven, "él quiere matarme y dejar a mi
madre quemarse con el dolor". Esa persona honorable
inmediatamente arremetió contra el ladrón y lo mató. "¿Quién usted
es?" preguntó el joven, "Tu me has rescatado de este cruel hombre"
Yo soy un ángel de la séptima esfera del cielo. Toma este dinero que
el ladrón tiene aquí; Alá lo ha convertido en suyo. Ve a casa de tu
madre y olvídate de la Peregrinación". Diciendo esto, desapareció. El
hombre joven tomó todo el dinero que podía llevar y regresó a su
propia tierra. Él se reunió con su madre. Le contó su aventura y ellos
dos agradecieron a Alá. El joven había aprendido eso que servir a la
propia madre es más meritorio que realizar la Peregrinación.
EL QUINTO DISCURO

LOS DEBERES DE LOS NIÑOS

Bismi’llahi’r-rahmani’r-rahim
En el Nombre de Alá. El Misericordioso y el Compasivo

CONTENIDO

LAS ORDENES CORÁNICAS


EL SIGNIFICADO DE “MADRE”
NUESTRA CONDUCTA AFECTA LA SALMAS DE NUESTROS PADRES
FALLECIDOS

HISTORIAS

El Profeta Moisés y el Invitado del Carnicero


El Santo Uways obedece las Instrucciones de Su Madre al pie de la
letra
El deber de la Madre es Tres veces mayor Que el del Padre
Una Madre Todavía Ama a su Hijo más Indigno
El Santo Hasan al-Basri se encuentra con un Peregrino y su Madre
Imán Qushayri es recompensado por su Ternura Hacia su Madre
El Profeta Bendito reconcilia a un Viejo Padre con Su Hijo
Respeto por el Amigo de nuestro Padre
Un Aguatero de Samarcanda cumple su Promesa con sus Padres
Un Hombre Piensa mejor en dejar abandonar a su Padre anciano

Rindan culto a Alá sin asociar nada con Él y haced el bien a vuestros
padres... (4:36)

Su Señor ha decretado que sólo Lo adoréis a Él, y que hagáis el bien


con los padres. Y si uno o a los dos juntos, les llega la vejez junto a ti,
nunca les digas “uff” ni los rechaces, sino que háblales con buenas
palabras. Baja sobre ellos el ala de la humildad que viene de la
misericordia y di: “¡Señor Mío! Ten piedad de ellos, al igual que ellos
me criaron cuando era pequeño” (17:23-24)

LOS ÓRDENES DEl QUR'AN

Ningún beneficio incrementa a Alá, incluso si toda la humanidad


obedeciese los mandatos del Señor; ni podría dañarlo en lo más
mínimo si todos los hombres hicieran lo que Él les dijo que no
hicieran. Cualquier cosa que uno hace, él lo hace para su propia
causa. Estas órdenes y prohibiciones son favores divinos dados a
nosotros.
Si el Uno Todo Glorioso nos hubiera dejado librado a nuestros propios
dispositivos, habríamos sido los caníbales aún por debajo de las
bestias. Nosotros habríamos cometido incesto. ¿Dónde habríamos
aprendido la limpieza, la ternura, la misericordia, el respeto para con
los mayores, la piedad filial? ¿Cómo nosotros podríamos aplicar la
regla de ley? ¿Cómo nosotros podríamos aprender a ayudar el débil, a
los oprimimos, y a tratarlos amablemente? ¿Qué mente hubiera
concebido la idea de la compasión para con los pobres y necesitados,
o de ayudar a los animales mudos y darles lo que merecen? ¿Habría
sido una cuestión fácil el encontrar a Alá y llegar a conocerlo? ¿El
impartir la justicia, igualdad y libertad han sido típicas de humanidad?
Tú puedes decir que la humanidad había empezado a practicar estas
buenas cualidades en tiempos antiguos, cuando aparecieron las
primeras sociedades, naciones y las comunidades. Esto es cierto por
supuesto, pero entonces los benditos Profetas actuaron como los
intermediarios entre Dios y Sus sirvientes desde los mismos orígenes
de la humanidad. Estos Mensajeros trajeron las escrituras inspiradas
divinamente, y algunos de sus mandatos se pusieron en práctica,
mientras que otras reglas no se respetaron en absoluto.
Supuestamente las naciones civilizadas deben profesar una religión
oficial, exigir el seguir a un Profeta, e incluso llevar el sello de "Dios
con nosotros" en su acuñación, pero todavía ellos desprecian a las
personas por tener la piel negra, los consideran inferiores y les niegan
sus derechos.
Alá nos informa cortésmente que nosotros somos todos iguales. Si
nosotros conocemos al Creador, aceptamos toda la creación
alegremente por Su causa. Cada uno de nosotros entró en la
existencia a través de la unión de un hombre y una mujer. Como el
Uno Todo Glorioso Uno nos dice:

¡Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra, y


os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais
entre sí. Y en verdad que el más noble de vosotros ante Alá es el que
más Le teme. Alá es Conocedor y está perfectamente informado
(49:13)

Si Él desea, Alá puede crear a un ser humano con un padre, o sin los
padres en absoluto. Adán no tenía ni padre ni madre, nuestra madre
Eva tenía un padre pero ninguna madre, y el bendito Jesús tenía una
madre pero ningún padre. Además, no todo matrimonio da lugar a un
niño.

Su orden, cuando Él desea una cosa, es decirle “Sé”, y es (36:82)

Alá hace del afecto, la bondad y la obediencia hacia los padres un


deber obligatorio. Él prohíbe estrictamente su maltrato y abuso. El
paraíso y la aprobación divina, Él nos dice, es para aquellos que son
amables con sus padres. Después de ordenar el culto de Su Ser
Divino, Él nos da entender que la bondad a los padres es un acto de
culto en el mismo nivel. Así como nos prohíben asociar a cualquier
compañero con Él en nuestro afecto y adoración, nosotros no
podemos sostener a nadie más en el mismo grado de afecto, bondad
y obediencia como nuestros padres.
Naturalmente, nosotros debemos obedecer a nuestros padres en
todos lo que sea razonable y legítimo, por lo que es una regla
absoluta que no puede haber ninguna obediencia a cualquier criatura
es tal obediencia trae consigo la rebelión contra Alá.
Si cualquier padre debe pedir que un hijo o hija hagan algo mal, dicha
orden tendría que ser desobedecida, ya que el mal constituye la
rebelión contra Alá.
Nosotros sabemos por las escrituras, que el gran Profeta Abraham era
sumamente obediente al orden divino. Él estaba listo, sin vacilación,
para sacrificar a su bendito hijo Ismael como un acto de culto a Alá.
Por causa de la aprobación divina, él sostuvo el cuchillo en la
garganta de su propio niño. Esto demuestra hasta que punto los niños
deben someter su culto a Alá y a la obediencia de su padre, conforme
a un decreto de lo Más Alto. Alá ha explicado cómo este orden Suyo,
aparentemente tan terrible y obsceno, era en realidad una
misericordia maravillosa.
Él dice: "Si tú te sometes a Mi orden y obedeces a tu padre, entonces,
así como Ismael se salvó del cuchillo, tú también te salvarás de un
poco de infortunio. Entiende por esta maravillosa señal Mía, que tú
disfrutarás Mi divino beneficio".
Todos los niños deben obedecer a sus padres con la misma
obediencia que Ismael le dio a su padre, y, en la obediencia a Alá, los
padres deben seguir el ejemplo del bendito Abraham.
En una Noble Tradición, el bendito Profeta dijo: “El paraíso se
encuentra a los pies de las madres”. ¡Qué gran tributo a la
feminidad!. Esta noble Tradición proclama el alto lugar de aprobación
de una madre a la vista de Alá, y sólo declara que sólo con la
aprobación de ella puede uno entra en Su Paraíso prometido.
Además, si cualquiera rinde culto a su Señor y hace una súplica
alabando a Alá y a Su bendito Mensajero, pero sin orar por su madre y
por su padre que lo engendraron, y sin pedir el perdón divino para
ellos, su súplica no llegará al Uno Todo Glorioso. En todos Sus Libros
revelados, a saber el Torah, los Salmos, el Evangelio y el Qur'an, el
Señor había ordenado obediencia y bondad a los padres, declarando a
todos Sus Profetas: "Mi aprobación divina se obtiene ganando la
aprobación de sus padres. Igualmente, Mi ira se incurre haciéndolos
enfadar".

Hemos encomendado al hombre que trate bien a sus padres. Su


madre lo llevó en el vientre fatiga tras fatiga y fue destetado a los dos
años. Sé agradecido conmigo y con tus padres. A Mí has de volver
(31:14)

Así Alá une la gratitud a los padres, a la madre y al padre, con la


gratitud debida a Él. Cualquiera que ofrece gracias pero todavía no
agradece a sus padres, realmente no ha agradecido en absoluto.
Como nuestro bendito Profeta dijo:
"Si cualquiera agrada a sus padres, mi Señor está ciertamente
contento con él. Si cualquiera ofende a sus padres, el Creador toma la
ofensa ciertamente. La aprobación de Alá está unida a las de uno con
sus padres. Si ellos están contentos, Alá también está contento. Si
ellos se ofenden, Alá también se ofende.

El Profeta Moisés y el Invitado del Carnicero

El bendito Profeta Moisés estaba un día conversando con su Señor en


el Monte Sinaí. "O Moisés", dijo el Exaltado, "¿dejarías que té presente
aquí en este mundo al compañero que tendrás en el Paraíso?".
El Profeta Moisés dijo: "¡Por supuesto, O Señor!". Así que el Señor le
dijo: "Ve a la ciudad tal y tal, a un cierto cuarto dónde allí vive un
carnicero llamado tal y tal. Ese carnicero estará contigo en el Paraíso.
Él tiene muchas faltas, pero debido a la manera en la que él sirvió a
su madre, yo acepté la oración que ella hizo en su nombre. A través
de la oración de su madre, él ha logrado el rango de ser tu
compañero en el Paraíso."
El bendito Moisés fue a esa ciudad y encontró al carnicero de quien él
había estado distante. Escondiendo su identidad, él dijo que era un
viajero por causa de Alá. Él pidió la hospitalidad por una noche, y el
carnicero estuvo de acuerdo. Hacia la tarde, este último cargó sobre
sus espaldas un cesto con los comestibles recogidos para la noche y
entonces tomó el camino hacia la casa con él. Lo instaló en el cuarto
más limpio diciendo: "¡Bienvenido, invitado de Alá, bienvenido!".
Luego agregó: "Ore, excúseme por un momento”. “Debo asistir
primero a un invitado que llegará pronto”.
Él bajó del techo una hamaca en que puso a una vieja mujer
desvalida, demasiado débil para sentarse. La limpió como si ella fuera
un bebé, la alimentó con alguna de la comida que él había traído, la
besó, acarició su pelo y entonces la recostó de nuevo. La vieja señora
murmuró algo a lo que el carnicero dijo: "Amén."
El Profeta Moisés no podía entender una palabra, ya que la voz de la
vieja mujer era casi inaudible.
Después de todo esto, el carnicero vino y se ocupó de servir a su
nuevo invitado. El último preguntó: "¿Quién esta vieja señora?" Y el
carnicero contestó: "Ella es mi madre, la corona de mi cabeza, el
consuelo de mi corazón. Ella es mi invitada a quien yo estaba
esperando encantado". El bendito Moisés dijo: "Ella habló, pero no
podía entender sus palabras. ¿Era una oración lo que ella estaba
haciendo?" "Sí", dijo el carnicero, "ella oró, como cada madre hace
con sus niños por algo que nunca será, pero claro, pero una madre
quiere cosas que espera para sus niños". “¿Qué es eso por lo que ella
oró?" "Oh, algo imposible. Yo soy carnicero, un pecador común, y
todavía todos los días ella ora: “Por mi causa, hijo, quiera Alá hacer
que tú seas el compañero en el Paraíso del bendito Moisés. ¿Cómo
esto podría ser? ¿Quién es el Profeta Moisés, y quién yo soy?".
"¡Escucha las buenas noticias, hermano carnicero!”, Exclamó el
bendito Moisés. “La oración de tu madre ha sido aceptada. ¡Yo soy el
Profeta Moisés, y tú serás mi compañero en el Paraíso!".

El Santo Uways obedece las Instrucciones de Su Madre al pie


de la letra

El venerable Uways al-Qarani poseía la capa del noble Mensajero que


está ahora entre los sagrados tesoros conservada en Estambul. Él
alcanzó su exaltada línea espiritual en virtud de la obediencia a su
madre.
Como su apellido lo indica, Uways era del pueblo de Qaran, en el
Yemen. Él había pedido permiso a su madre para visitar al Mensajero
de Alá, y ella dijo: "Tú tienes mi permiso para ir, lo ves una vez, y
regresas de inmediato. Si el Mensajero está en su casa, puedes
encontrarse con él; si no, regresas en el acto aquí". Uways hizo un
viaje de tres meses, del Yemen a Medina, a pie. Él llegó a la casa del
Mensajero dónde fue recibido por la venerada A´isha, la esposa del
Profeta Escogido y Madre de los Creyentes. “El Mensajero de Alá no
está en casa", ella le dijo. "Lo encontrarás en la mezquita".
Manteniendo su promesa a su madre, Uways contestó: “Por favor
lleve mis saludos al bendito Mensajero. Amablemente infórmele que
Uways del Yemen, no lo encontró en su casa, y está regresando al
Yemen, ya que él no tiene el permiso de su madre para encontrárselo
en la mezquita".
Cuando el bendito Mensajero llegó a su casa de la mezquita, encontró
el aroma de Uwavs en su casa. La venerada A´isha le dijo lo que
había pasado, y le transmitió los saludos de Uways. Mirando en
dirección al Yemen, el bendito Profeta dijo: "La fragancia de nuestro
amigo nos ha alcanzado". Los nobles Compañeros preguntaron: "Si
Uways es su amigo, ¿por qué él no se quedó para verlo?" Pero el
bendito Mensajero contestó: "Él está cumpliendo el pedido de su
madre”.
Nuestro Amo dejó que se supiera que él nunca podría encontrarse con
Uways en este mundo. Él dijo: "Uways regresará a Medina un día,
pero él no me encontrará, porque yo me uniré entonces con mi
Señor". Él pidió que cuando Uways regresara a Medina le entregaran
su capa, y que le pidieran que orara por la Comunidad de
Muhammad.
Él también mencionó que Uways lleva consigo una marca de luz
encendida entre sus manos.
En el tiempo del Califato de Umar, varios yemenitas visitaron Medina,
y los venerados Umar y Ali se les acercaron para preguntarle: "¿Se
encuentra entre ustedes un santo llamado Uways, del pueblo de
Qaran?". Los yemenitas no conocían a ningún santo en su lugar, pero
señalaron a un cierto cuidador de una manada de camellos de su
villa que raramente se mezclaba con otras personas ya que prefería
pasar su tiempo en adoración, solo entre sus camellos. Los
venerables Umar y 'Ali se acercaron entonces al venerado Uways, lo
saludaron llevándole los saludos del Mensajero, y lo entregaron su
capa bendita. Pero él estaba renuente a aceptarla. “¡Ciertamente hay
algún error!" Exclamó, casi escondiéndose. Sin embargo, viendo la luz
en sus manos, ellos clamaron: "Usted es el santo descrito a nosotros
por el Mensajero de Alá, porque él nos dijo sobre la luz en su mano".
Ellos también le informaron que el deseo del bendito Mensajero era
que debía orar por la Comunidad de Muhammad.
Uways inmediatamente tomó la capa del Mensajero y lo frotó encima
de su cara y sus ojos. Luego pidió que lo dejaran a solas.
Cuando los nobles Umar, el Comandante de los Creyentes, y 'Ali, el
copero del Agua de Paraíso se habían retirado, Uways tomó la capa y
empezó a orar:
"O Señor, esta capa es la capa de Tu Amado Mensajero. Él me la ha
presentado a mí, pero yo me niego a llevarla a menos que Tú
perdones a la Comunidad de Muhammad". Él repitió su oración
exactamente con las mismas palabras. Cuando los venerados Umar y
Ali volvieron y se colocaron a su lado él estaba a punto de repetir su
oración por tercera vez, a lo que Uways clamó: "¡Oh, ustedes han
venido demasiado pronto! Alá me concedió el perdón de un tercio de
la Comunidad en mi primera súplica,; en mi segunda súplica, Él
perdonó dos tercios de la Comunidad; y en mi tercera sóplica yo
estaba suplicando por el perdón para la Comunidad entera de
Muhammad pero justo me interrumpieron con su llegada!".
Así como con las personas de cada edad, los yemenitas fueron
inconscientes de la presencia en su medio de tal santo cuyas
oraciones fueron aceptadas. Ellos lo imaginaron como que era un
simple y ordinario cuidador de una manada de camellos. El venerado
Uways se ha convertido en el arquetipo de tales Íntimos de Alá que
permanece de incógnito y se esconden de las personas.
Los creyentes que sirven y obedecen a sus madres, y los tratan
amablemente, serán resucitados junto con el Profeta Moisés y el
Santo Uways al-Qarani. Aquellos que son buenos con sus padres
estarán contentos en este mundo y en el Más Allá.

El Deber de la Madre es Tres veces mayor Que el del Padre

Un día, un noble Compañero preguntó: “O Mensajero de Alá, ¿quién


tiene más derecho por encima de los niños, la madre o el padre?" El
Jefe de los Dos Mundos de los dio esta contestación: “El derecho de la
madre es mayor que el padre" La pregunta se repitió tres veces, y en
cada una la contestación fue la misma. Sólo a la cuarta pregunta que
le hicieron el cambio la respuesta por: El derecho de "el padre es
mayor".
El Compañero inquirió entonces: “O Mensajero de Alá, ¿por qué usted
le da tres derechos a la madre y al padre uno?" A esto él contestó:
"Su madre lo llevó durante nueve meses y diez días en su útero, para
luego darlo a luz. Después de eso ella dejó su sueño para el, lo
amamantó, lo llevó en sus brazos durante tres años, y limpió su
enredo. Durante siete años ella lo llevó sobre sus espaldas. Ella hizo
su lavado. Ella cocinó y le sirvió su comida durante dieciocho años.
Cuando aún tenía cuarenta, cincuenta, sesenta años, ella todavía
siguió su progreso con interés. En cuanto a su padre, él lo sembró en
el útero de su madre, asegurándose que tuviera su comida y la ropa
para vestir. ¿Esto puede compararse con el papel de su madre?".
El Compañero siguió para preguntar entonces: "Bien, Mensajero de
Alá, yo me pregunto, ¿qué puedo hacer para devolverle a mi madre
en vida por toda la ayuda y su reparo?" El Mensajero contestó: "¡Tú no
podrías devolver tanto en una sola noche!”. "Pero, suponiendo que
llevo a mi madre a mis espaldas durante años, la limpio, cocino para
ella y la alimento. ¿Suponga que realizo todos esos mismos servicios
por los años que le quedan por vivir?". “Habría todavía una diferencia
entre ustedes: tu madre cuidó por ti para que tu puedas vivir,
mientras que tú estás cuidando por ella esperando que se muera".

EL SIGNIFICADO DE MADRE

Una madre significa pura ternura. Una madre significa la fuente de la


compasión. Una madre significa lealtad y hospitalidad. ¿Cómo podría
ella pagar su deuda? Un hombre muere una vez, excepto la una
madre que muere cada vez que ella da lugar a un nacimiento. El
venerado Ali nos dice que dar a luz es tan doloroso como la muerte.
¿No es ella quién te protege de todo el infortunio cuándo uno está
desvalido? ¿No es ella quién se pasa largas noches desvelada por tu
causa? ¿No es ella quién rompe su descanso por lo menos tres o
cuatro veces para alimentarte con su pecho? ¿No es ella quién hace la
ropa para vestirte, quién oculta de ti los dolores que ella tiene que
sobrellevar? ¿No es ella quién rápidamente esconde sus lágrimas con
una sonrisa, para que sus niños no lo noten y se sientan tristes? ¿No
es ella quién no puede llevar cuida a sus niños cuándo ellos están
durmiendo, quién no ve sus faltas, o no les llama la atención cuándo
ella los ve, quién rápidamente perdona a sus niños por el dolor que
ellos le causan? ¿Cómo podría uno devolver a ella por todo lo que
hizo? ¿Es posible el hacer eso? Madre, cosas así es la madre. Un
compañero en nuestro pesar, un bálsamo a nuestras heridas. . .
¿No es él ella quién está lista para sacrificar su misma vida para
salvar a sus niños?

Una Madre Todavía Ama a su Hijo más Indigno

Había una vez un muchacho bueno para nada, desobediente cuyo


padre se había muerto, quién bebía y gastaba cualquier cosa que su
madre poseída. No había ningún fin al dolor y al sufriendo que le
causaba a su madre al despilfarrar los fondos que ella juntaba. Él
vendió incluso la ropa que tenía a sus espaldas. Le dejaba sólo para
un pedazo de pan. Un día como de costumbre, él importunó a su
madre para pedirle dinero. Aunque la pobre mujer le juró que ella no
tenía ninguno, el muchacho malo sacó un cuchillo y la golpeó hasta
que de ella comenzó a brotar un charco de sangre. "Tú lo tienes”, él
clamaba, "pero si no me los das voy a matarte". Mientras estaba ella
sangrando en el suelo, la infortunada mujer miró a su hijo
tiernamente y le dijo: "Oh querido hijo, huye rápido de aquí antes que
la policía llegue y te atrapen”.
Incluso en ese estado, ella no podría llegar verlo tirado en la cárcel,
por lo que permitió que su hijo escapara lejos.
Ésa es una madre para ti. ¿Cómo uno podría pagarle su deuda a una
madre?
¡Si al más ligero dolor nosotros llamamos a nuestra “Madre”!. Incluso
en el apellido ella comparte cualquier cosa que nos ocurre.
Por eso Alá, Glorificado es Él, sólo ordena bondad y obediencia a los
padres para estar cerca de Él y adorarle.

NUESTRA CONDUCTA AFECTA LAS ALMAS DE NUESTROS


PADRES FALLECIDOS

Con el permiso divino, las almas del muerto vienen todas las noches
del viernes a las puertas de sus casas, hablando así: "Mi hijo, mi hija,
mi hermano, o mi esposo, que estás sentado en las casas de las que
nosotros hemos salido, mientras comes toda clase de buena comida.
Nosotros estamos en la tumba, hambrientos, sedientos y en la
oscuridad. Tu nunca bendices nuestra memoria, nunca das limosnas
por causa de nuestra alma. Pronto tu también estarás como nosotros.
¡Entrega la limosna por nosotros!" Si ellos son recordados con las
bendiciones y limosnas, ellos regresan alegremente, diciendo: "Tu no
te has olvidado de nosotros; Alá quiera esta complacido contigo". Pero
si su memoria no está siendo bendecida, ellos se marchan diciendo:
"Tu nos has decepcionado; Alá quiera defraudarte también".
Aquellos que se han muerto son informados de la condición y
conducta de su descendencia y esposos. Ellos se regocijan o sienten
el dolor en el Otro Mundo, según los hechos buenos o malos del
último. Sin embargo, desde que ellos no poseen los poderes que
tenían cuando estaban vivos para prevenir a aquellos que han dejado
atrás de cometer el mal, o para obligarles a que realicen buenas
acciones, sólo pueden esperar por sus favores. Ellos oran por aquellos
que actúan amablemente y hacen los buenos trabajos. Ellos sienten
el dolor y la amargura por aquellos que hacen las cosas mal,
comprometiendo actos que pueden provocar el enojo de Alá. Así ellos
sienten haber dejado atrás a niños buenos para nada y los maldicen.
Una madre y padre que ven que sus niños están actuando mal,
todavía aunque ellos comprenden que son incapaces de salvarlos de
estos malos actos, ellos sufrirán ciertamente en esta vida; en el Mas
Alla, no obstante, este sufrimiento y esta agonía serán mucho más
intensas. Los ángeles les mostrarán las malas acciones de sus niños a
tales personas y los atormentarán con las palabras: "Simplemente
miren la conducta de los niños que ustedes han dejado atrás!" Por
otro lado ellos serán amables y mansos con los padres cuyos niños se
comportan bien. Tales madres y padres disfrutarán al ver la buena
conducta de sus niños.
En su Ascensión celestial, nuestro bendito Maestro notó que Adán
miraba a su derecha y se regocijaba, mientras que luego miraba a su
izquierda y se afligía. El bendito Gabriel explicó el significado de esto,
diciendo: “O Mensajero de Alá, él mira a su izquierda, ve a los
incrédulos y pecadores entre su descendencia, y está triste. Él ve a su
derecha, ve sus creyentes y los descendientes virtuosos, se regocija y
se alegra".
De esto se entiende que nosotros nos agradaremos o afligiremos no
sólo en esta vida, sino en él Mas Alla también por las acciones buenas
o malas de nuestros hijos que hemos dejado o dejaremos en este
mundo. Nosotros debemos llevar a nuestros niños por consiguiente en
la fe, sinceridad y culto. Somos nosotros quienes somos
responsables, en este mundo y en él Mas Alla, por el bien o el mal que
ellos hagan. Niños que ni bendicen la memoria de sus padres, ni les
surge él bendecirlos, están mereciéndose la maldición de sus padres
muertos, y ellos encontrarán el anatema de ellos o de Alá. Cuándo
ellos hayan completado esta vida breve humana y hayan entrado
tarde o temprano en la mano pavorosa de la muerte, sean separados
de sus bienes y posesiones y entren en el pozo negro de su tumba,
los niños, quienes indudablemente encontrarán el mismo fin, no
deben olvidarse de esto:
En la esperanza de recibir las bendiciones de sus niños a quienes han
dejado allí, llorando y tristes, ellos irán a las puertas de sus casas los
viernes por la noche, mendigando por su piedad. Pero ellos
regresarán entristecidos y afligidos por no haber sido tratados
amablemente, y maldecirán a sus niños que no bendicen su memoria
ni les surge el bendecirlos.
O gente de fe, permítenos bendecir la memoria de nuestros padres.
Permítanos no rechazarlos y que regresen con las manos vacías.
Permítanos no hacerlos que se entristezcan o de provocarles su
infelicidad. Permítenos agradarlos con lo bueno que nosotros hemos
hecho y haremos, y permítenos llevar alegría a su espíritu.
El respeto por el muerto es una cualidad peculiar de la humanidad.
Los animales no poseen este atributo. Permítenos reflejar y tener
presente que, en un futuro muy cercano, nos llegará también la
muerte. Nosotros también, como nuestros padres, seremos retirados
de este mundo transitorio. Si nosotros bendecimos su memoria,
nuestros propios niños harán lo mismo por nosotros. El hombre
cosecha lo que siembra.
El noble Mensajero le preguntó una vez al bendito Gabriel: "Después
de mi tiempo en la tierra, ¿tú descenderás nuevamente a la vida de
este mundo?" Gabriel contestó: "Sí, yo bajaré diez más veces, y en
cada uno de esos diez viajes yo quitaré uno de los atributos propios a
la humanidad. Uno de éstos será la obediencia y la bondad a los
padres". Parece que la rebelión contra los padres será una de las
señales de que la Resurrección estará cerca.

El Santo Hasan al-Basri se encuentra con un Peregrino y su


Madre

Un día, mientras realiza la circunvalación a la Kaaba en La Meca, el


venerado Hasan al-Basri se encontró con un hombre joven que
transportaba un cesto en sus espaldas. Él le preguntó que era lo el
cesto contenía. "Estoy llevando a mi madre en él", dijo el joven que
continuó explicándole: "Nosotros somos gente pobre. Durante años
mi madre había querido visitar el Kaaba, pero nosotros no podíamos
darnos el lujo de realizar ese gasto. Yo era bien consciente del deseo
de mi madre. Ella había envejecido y era demasiado para ella el
viajar, pero siempre habló amorosamente de la Kaaba, y siempre que
ella pensaba sobre el Hajj sus ojos se llenaban de lágrimas. Yo no
podía ver a mi madre en tal estado de manera, declara, que la
coloque en mis espaldas dentro de este cesto y le traje todo el
camino desde nuestra casa en Siria. ¡Ahora, aquí nosotros estamos
haciendo el circuito del Kaaba! Ciertamente ellos dicen que los
derechos de padres son grandes. Yo me pregunto, O Imán, si ¿así
podré devolver la deuda con mi madre por todo lo que ella ha hecho
por mí?" Pero el venerado Hasan al-Basri le contestó: "¡Aun tú fueras
capaz de cargarla y traerla setenta veces, nunca podrías compensar a
tu madre por los puntapiés que le has dado dentro de su útero!"
Imán Qushayri es recompensado por su Ternura Hacia su
Madre

Imán Qushayri dijo: "Mi padre murió cuando yo era un muchacho. Mis
compañeros se iban al extranjero para seguir sus estudios, por lo que
yo le pedí permiso a mi madre hacer el mismo. "Mi estimada madre",
le dije, "todos mis amigos se marchan a estudiar. Por favor permíteme
unirme a ellos. Permíteme estudiar, para que yo no permanezca en la
ignorancia". Al oír estas palabras, mi madre lloró, diciendo: "Mi hijo,
no tengo a nadie salvo a ti para abrir la puerta de mi casa. No me
dejes sola en este bajo mundo". No obstante, yo el imploré para que
me diera su consentimiento por causa de Dios, insistiendo en la
necesidad que sentía de estudiar y en el mal de la ignorancia, hasta
que obtuve su acuerdo renuente y me puse en marcha con mis
compañeros. Ya fuera del pueblo, me detuve en un lugar solitario para
asearme y viendo que había ensuciado mis ropas en el camino, les
dije a mis amigos que prosiguieran adelante. Yo regresaría a casa
para cambiarme, y los alcanzaría después. Así que ellos se pusieron
en marcha sin mí, mientras que yo volví a mi casa. Cuando llegué a
nuestra casa oí a mi madre llorar ruidosamente diciendo que ella no
podría soportar el estar separado de mí. Yo entré y le dije que no se
afligiera, que abandonaba la idea de estudiar, pero ella dijo: "No, mi
hijo, yo no puedo tomar tal responsabilidad sobre mí. Usted va y
estudia. Yo soy una madre, ¿qué más puedo hacer que llorar y rezar?
No importa mis lágrimas, ellas refrescan el fuego del anhelo por ti que
quema en mi pecho. Vete ahora y sigue con tus estudios". A pesar de
esto, sin embargo, yo frené mi decisión de no perseguir los estudios,
la hice sentar bien diciéndole: "¡Limpia esas lágrimas, mi pobre vieja
madre!" Entonces ella hizo una oración por mí: “Quiera Alá
concederte Su conocimiento. Así como tú no me has dejado sola, Le
pido a Él que no te desampare en este mundo ni en el Más Allá". Su
corazón estaba contento.
Al día siguiente una persona con un rostro brillante golpeaba a
nuestra puerta. Yo le abrí y le preguntó que es lo que deseaba. Él me
dijo que estaba buscándome. Cuando yo inquirí quién estaba
honrándome, él dijo: "Ya que tú no has dejado a tu madre sola
quemándose en el fuego del anhelo, Alá te ha enviado a Su sirviente
Khidr a enseñarte e instruirte". En ese momento comprendí que éste
era Khidr, la paz sea con él que había venido a mí. Yo besé su mano,
y durante tres años estudié todas las ramas de conocimiento con él.
Al momento de graduarme, él había redactado mil libros. Colocó
todos los libros que él me había hecho leer en una caja y me pidió
que los tirara en el Río Oxus que fluía a través de nuestro país. Yo
tomé los libros, pero no podía en el río, por lo que encontré un lugar
para esconderlos. Cuando regresé a casa me preguntó que es lo que
había hecho con los libros, y cuando le dije yo los había tirado en el
río, él me preguntó: "¿Qué has visto?" Le dije que no había visto
nada. "Entonces tú no puedes haber tirado los libros en el río", dijo él.
"Ve y hazlo ahora". Una vez más yo me sentía incapaz de arrojarlos
en el río por lo que los cambié de escondite. Cuando regresé
nuevamente a casa, él preguntó de nuevo si yo había visto algo
mientras estaba tirando los libros en el río. "¿Yo no vi nada?” "¡Tú,
pícaro muchacho! Todavía no los has tirado al río". Yo regresé por
tercera vez. Esta vez tiré la caja de libros en el río y, cuando hice
esto, dos manos aparecían del agua, tomaron la caja y
desaparecieron de mi vista. De nuevo en casa, le conté lo que había
visto al venerado Khidr. "Sí", dijo él, "tú realmente has tirado la caja
en el río esta vez". Yo le pedí que me explicara lo que significaba todo
esto y me explicó: "Al momento que llegue la Resurrección, el
venerado Jesús descenderá a la tierra y usará estos libros, como un
miembro de la Comunidad de Muhammad".
La peregrinación es uno de los cinco deberes básicos de Islam. Incluso
se dice que el realizar la Peregrinación es inaceptable si es hecha sin
la aprobación de nuestra madre.
Sean obedientes con sus padres y obtengan el placer de Dios. Su
madre y padre son sus invitados honrados. Ustedes los perderán un
día, y serán dejados solos en el mundo. No encontrarás a ningún
amigo y auxiliador como tu madre. De todos aquellos que parecen ser
sus amigos, el más fiel es su madre. Otros amigos pueden
decepcionarte.
Su madre es tu único verdadero amigo, todo el resto son amigos de
su dinero, rango, belleza, juventud o salud. Si usted te quedas sin
dinero, feo, viejo o enfermo, o llegas a estar en prisión, tu único
amigo real será tu madre.

El Profeta Bendito reconcilia a un Viejo Padre con Su Hijo

Un hombre vino una vez al bendito Mensajero, quejándose que su


padre había gastado todo su dinero sin pedirle permiso. Nuestro
Maestro llamó al padre del hombre a su presencia. Cuando este
hombre de avanzada edad llegó, apoyándose en su bastón, él le
preguntó: “¿Tú has tomado el dinero de tu hijo sin su permiso?” El
viejo hombre comprendió que su hijo había estado quejándose de él.
“O Profeta de Alá”, exclamó, un tiempo yo era fuerte, mientras mi hijo
era débil; Yo era rico, mientras él era pobre; por consiguiente yo no
acumulé mi dinero, pero lo alimenté cuando yo no comía. Ahora he
envejecido y estoy débil, mientras mi hijo ha crecido fuerte; Yo me he
vuelto pobre, mientras que él se ha hecho rico. Él empezó a esconder
su dinero de mí. Yo ponía su comida delante de él, pero él guarda su
comida para él. Yo nunca lo habría tratado como él me trata. Si yo
fuera tan fuerte como era, yo no me resistiría a darle su dinero". A
esto, los benditos ojos del Mensajero se llenaron de lágrimas que
cayeron como perlas sobre su noble barba. "Muy bien, padre", dijo,
"Ve y gasta todo el dinero de tu hijo como tu desees; ese dinero es
suyo". El hijo también aceptó el veredicto.
Respeto por el Amigo de nuestro Padre

Un día el venerado Hasan encontró a un miembro de una tribu árabe


montando en el desierto. Apeándose de su camello, él hizo subir al
árabe en su lugar, también se quitó su quitasol de su propia cabeza y
se le colocó al miembro de esta tribu. Entonces luego le preguntó
acerca de su salud. Los compañeros del Imán se preguntaron: "¿Por
qué tu muestras tal respeto por un simple árabe? Él es un campesino,
mientras que tu eres un príncipe, hijo de la venerada Fatima y nieto
del Jefe de Ambos Mundos!" Pero el Imán contestó: "Este miembro de
la tribu es un amigo de mi padre 'Ali. Al mostrarle este respeto,
descargo el respeto que yo debo a mi padre."

Un Aguatero de Samarcanda cumple su Promesa con sus


Padres

Una vez en la Ciudad de Samarqand vivía un transportador de agua.


Esta persona había hecho una promesa: que lo que él ganara en un
viernes lo daría a los pobres, por causa de las almas de su madre y
padre. Además, él oraría por su perdón después de cada una de las
cinco oraciones diarias. Por un tiempo cumplió con este compromiso,
pero un viernes no ganó el dinero, de manera que él no podía darle
nada a los pobres. Entonces fue y le preguntó a un hombre sabio lo
que debía hacer. Dijo el hombre sabio: “Mi hijo, recoge las cáscaras
de los melones y las sandías. Dáselas a los animales y luego ofrece la
recompensa espiritual por tu acción a tu madre y a tu padre. Así tu
promesa se cumplirá". El transportador de agua hizo lo que el hombre
sabio le había dicho. Esa misma noche vio a su madre y a su padre en
un sueño. "Alá este complacido contigo”, ellos clamaron. "Tu nos has
enviado un presente todos los viernes, y ahora esta noche del viernes
hemos recibido como un regalo divino los melones y las sandías del
Paraíso."

Un Hombre Piensa mejor en dejar abandonar a su Padre


anciano

Había un hombre cuyo padre era un viejo inválido. La esposa del


hombre estaba molestándole siempre: "Yo estoy enferma de ver a tu
padre. Tú tendrás que escoger entre nosotros. Si prefieres al hombre
viejo, yo me iré. El pobre marido le preguntaba en un tono suplicante:
"¿Qué es lo que puedo hacer? Si yo no cuido de mi propio padre quien
otro va a hacerlo?".
La mujer era inflexible. Después de pensar un poco el tema, el
hombre decidió llevar a su padre a las montañas y dejarlo allí. Él
preparó la carreta, como si pensara llevar a su pequeño hijo de viaje
y entonces llamó a su viejo padre: "Yo voy a las montañas con mi
pequeño compañero. ¿Por qué no vienes a dar un paseo? El aire te
hará bien".
Los tres partieron juntos hacia las montañas. Inconsciente de lo que le
tenía reservado para él, el viejo hombre charló con su nieto y
compartió el viaje con él. A lo lejos alcanzaron un solitario bosque. El
hombre extendió ropa de cama en la tierra e hizo a su padre
acostarse, y dejó a su lado un poco de agua y comida. "Sólo quédate
allí, padre", le dijo, "mientras nosotros vamos y cortamos algo de
leña".
No dándose cuenta de lo que estaba pasado, el pobre viejo abuelo fue
dejado atrás en el desconcierto. Pero cuando varias horas habían
pasado sin que nadie fuera a buscarlo, él entendió la razón por la cuál
él había sido abandonado. Sus ojos se llenaron de lágrimas, ¿pero a
qué beneficio? ¿Qué puede haber hecho este infeliz hombre viejo?
Entretanto, su hijo y nieto estaban regresando al pueblo, dejando que
el viejo compañero esperara su último encuentro con el destino. "¿Por
qué nosotros dejamos a mi abuelo solo en ese lugar?" le preguntó el
pequeño. ¿No regresaremos a buscarlo?" El hombre contestó: "Él ha
envejecido. Permítele quedarse allí ahora". Esta respuesta no satisfizo
al inocente niño. "¿Pero por qué?" Preguntó, entonces él gritó: "Yo
quiero a mi abuelo!" Su padre insistió: "Él es demasiado viejo, yo te lo
digo. . . Él tiene que quedarse allí". Pero el niño lo trajo finalmente a
sus sentidos con estas palabras: "Muy bien, cuando yo crezca y tú
seas un viejo enfermizo como mi abuelo, yo te dejaré en las
montañas como tu has hecho con el".
Comprendiendo ahora que era un gran pecado el que había cometido,
el hombre regresó llorando. Encontró a su viejo padre en el lugar
dónde él lo había abandonado y cayó a sus pies. El hombre viejo
acarició la cabeza de su hijo, mientras le decía: No "llores, mi hijo. Yo
no dejé a mi padre en las montañas, entonces, ¿por qué Alá iba a
permitir que tu me dejes aquí?"

¡Nuestro Señor, perdóname a mí y a mis padres y a todos los


creyentes en el Día del Ajuste!
Gloria a tu Señor, el Señor de Majestad más allá de la descripción; y
paz a los Mensajeros; y la alabanza es a Alá, Señor de Todos los
Mundos.

EL SEXTO DISCURSO

LA SALVACIÓN DEL FUEGO DEL INFIERNO

Bismi’llahi’r-rahmani’r-rahim
En el Nombre de Alá. El Misericordioso y el Compasivo

CONTENIDO
CONDICIONES EN EL MÁS ALLA ANUNCIADAS EN ESTE MUNDO
LA INEVITABILIDAD DE LA MUERTE
LOS CREYENTES, HIPÓCRITAS E INCRÉDULOS
LAS SIETE GRADAS DEL INFIERNO
LA INTERCESIÓN DEL BENDITO MENSAJERO

HISTORIAS

El venerable Usama aprende cómo llorar


Consejo del venerable Abu Darda
El Bendito Jesús susurra algo al oído de una Oveja
Un Santo trae alivio al Sultán Mustafá III
El Venerado Muadh pide una Interpretación
El Santo Hasan al-Basri impresiona a un vecino no creyente

Quiera Alá librarnos del dolor de la muerte, de los terrores de la


tumba, y del fuego del Infierno. Quiera Él nos contarnos gentilmente
entre aquellos que entran en el Paraíso, y quiénes contemplan Su
Semblante allí. Quiera Él introducir nuestros espíritus con el Espíritu
de Muhammad. Con la luz del Qur'an y Unidad Divina quiera Él alegrar
nuestros corazones tristes, arruinados por el amor de este mundo. . .
Cada alma será retribuida según sus obras, y El es el que mejor
conoce lo que hacen [39:70]

Entonces los que se negaron a creer serán conducidos al Infierno en


grupos sucesivos y cuando lleguen a él, se abrirán sus puertas y les
dirán a sus guardianes: ¿Acaso no os llegaron Mensajeros de entre los
vuestros que os leían las señales de vuestro Señor y os advertían del
encuentro de este vuestro día? Dirán: Sí. Sin embargo se habrá hecho
realidad la palabra del castigo contra los incrédulos [39:71]

Se dirá: “Entrad por las puertas del Infierno, para ser inmortales en él.
¡Qué mala morada las de los soberbios! [39:72]

CONDICIONES EN EL MÁS ALLA ANUNCIADAS EN ESTE MUNDO

El siguiente discurso está dirigido a aquellos que aman al Amado del


Señor más que la salud o la riqueza, más que a sus padres o niños.
Está dirigido a aquellos que dan sus corazones al Profeta Elegido, la
Beatitud del Creyente, el Pesar del Incrédulo, el Refugio del
Caminante, el Intercesor, el Compasivo, el Bondadoso, el Generoso, el
Advertidor, el Portador de Buenas Noticias, el Piadoso.
Así como cada estado, nación y gobierno tienen sus leyes y
regulaciones, hay también un sistema de ley y orden apropiado a Alá,
nuestro Creador, Sostenedor y Bienhechor, Señor, de este universo
entero. Así como el estado castigará a aquellos que rompen las leyes
de la nación, una pena terrible le espera a aquellos que violan Sus
regulaciones; ellos son castigados en la penitenciaría divina según
sus crímenes. Su castigo, sin embargo, es completamente recto y
justo. Ellos sólo pagan la pena a su propia incredulidad y
desobediencia. Si el ofensor posee fe, aunque primero deba sufrir el
castigo prescrito por Alá, él dejará el Fuego en el futuro y entrará en
el Paraíso, por la intercesión de la Gloria del Universo. Pero si él es un
incrédulo permanecerá allí eternamente.
El conocimiento de que hay un camino fuera del Fuego -fuera del
Infierno- no debe causar en los creyentes el sobreestimar la gravedad
de la entrada en ese Fuego. Si el lugar llamado el Infierno no fuera
más caliente que un baño de vapor, ¿cuánto tiempo podrían
soportarlo? En las noches de verano encontramos las pestes
intolerables de mosquitos, bichos, pulgas y moscardas tediosas,
aunque queda dentro de nuestro poder el escapar de la incomodidad
que ellos infligen; ¿cómo nosotros soportaremos los tormentos
espantosos de Infierno entonces, cuándo nosotros ya no tengamos
nuestra propia voluntad?

A los que se hayan negado a creer en Nuestros signos, los


arrojaremos a un fuego, y cada vez que les queme la piel, se la
cambiaremos por otra, para que prueben el castigo. Alá es siempre
Irresistible, Sabio [4:56]

Cualquier cosa que existe en el Más Allá tiene su símbolo o su


contraparte en este mundo. Hay esta diferencia, sin embargo: las
cosas que nosotros vemos en este mundo son fugaces, mientras que
aquellas en el Más Allá son permanentes, eternas. Las arboledas y los
bien regados lugares, los encantadores valles y arroyos de este
mundo están modelados de las bellezas del Paraíso. Las frutas finas,
oro, plata, diamantes, perlas, esmeraldas, rubíes y corales son
símbolos de los encantos del Paraíso. Las personas bonitas que
nosotros vemos en este mundo simbolizan a los sirvientes del Paraíso.
Hay en el Paraíso un árbol llamado Tuba cuyas raíces están arriba y
sus hojas debajo. Esto está representado por el sol. La luz de la luna
indica las caras radiantes, no sólo de los sirvientes que viven en el
Paraíso, sino también el de aquellos que están destinados a ir allí.
Nuestro vigor y nuestra energía juvenil indica nuestra eterna juventud
en el Paraíso. Las diferencias entre las propiedades mundanas son
una señal de los grados de superioridad sostenidos por los
ciudadanos del Paraíso según sus respectivos méritos. Las variadas
comidas y delicadezas de este mundo son una prueba de antemano
de los deleites gustativos que Alá nos concederá allí...
Estas recompensas sólo pertenecen a aquellos que conocen el
propósito para lo tales bendiciones fueron creadas, para aquellos que
practican la rectitud y creen en el Señor de Todos los Mundos y en Su
Amado, el bendito Profeta. Cuando una persona tiene bienes o
mercancía para desplegar y poner para la venta, él no expone todas
esas mercancías en el mercado. Así como el comerciante produce
sólo muestras del tipo de género que él tiene que ofrecer, así el Señor
de Todos los Mundos nos muestra especimenes en este mundo de las
recompensas o tormentos que Él tiene en reserva. Habiendo descrito
estas recompensas que Él ha preparado para las personas de fe, y
habiéndolas mencionado en Su Noble Escritura mediante Sus
Profetas, Él nos invita a Su Paraíso y Belleza. Todos esto, claro, es
para aquellos con poseen los ojos para ver y los oídos para escuchar.
Cada persona logrará el favor divino de acuerdo con sus acciones. Así
como en este mundo. . . Pero en el Más Allá estas recompensas sólo
son para las personas de fe. Los incrédulos no tienen nada para ver
en el Más Allá. El lugar para ellos destinado es el Infierno, y que lugar
feo es. Los creyentes disfrutarán permanentemente en el Otro Mundo
de los placeres de una vida feliz aquí debajo. El desiertos sin agua, los
hielos abandonados de los polos norte y sur, los volcanes que existe
en la tierra, todos éstos son las señales y símbolos del Infierno. La
lava emitida por el volcán representa los riachuelos del Infierno. Los
océanos espantosos simbolizan los mares del fuego en el Infierno. Las
frutas amargas e incomibles son recordativas del zaqqum del Infierno,
mientras las primaveras burbujeantes representan sus aguas en
ebullición. Las enfermedades terribles por miles, la lepra y la sífilis,
caras deformadas por la varicela, todos apuntan a los tormentos del
Infierno. Putrefacción y las heridas supurándose en las personas son
la contraparte de los líquidos cochinos que fluyen en los ríos del
Infierno. Las personas ciegas en este mundo son un recordatorio de
que los incrédulos tendrán sus ojos cegados y serán arrojado en esa
condición en el Infierno. La epilepsia y la apoplejía en este mundo
significan los atributos de aquellos que practican la usura y no
observan los derechos humanos. La prisión ejemplifica el Infierno, los
pabellones corresponden a los hoyos de este último. Los asesinos,
ladrones, ofensores serios y convictos representan a los presos del
Infierno. Las celdas y camisas de fuerza presagian los instrumentos
de castigo que existen en el Infierno.

Y verás ese día a los que hicieron el mal unidos por las cadenas. Sus
túnicas serán de alquitrán y el fuego cubrirá sus rostros [14:49-50]

Y para los incrédulos hemos preparado cadenas, grilletes y un fuego


ardiente [76.4)

La gobernación de la prisión corresponde a un ángel llamado Malik, el


ángel principal del Infierno, mientras que los deberes de los guardias
en el Infierno son realizados por diecinueve ángeles llamados
zabani'ya. El juicio y castigo de los infractores de la ley reflejan el
destino de aquellos que transgreden la ley de Alá. Las fuerzas de la
nación de la ley y el orden operan para traer al culpable a la justicia,
mientras que sus colegas angélicos operan por orden de Alá. Así
como en este mundo algunas personas pueden ser sombreados por
policía secreta o agentes de seguridad nacional y, en el curso debido,
cuestionados sobre sus acciones, cada ser humano es moni toreado
por dos ángeles que constantemente supervisan nuestros hechos,
buenos y malos. Estos ángeles son los agentes de seguridad de Alá,
equivalentes a los detectives. Ellos son llamados los ángeles que
graban [kiraman katibin). Ellos hacen un registro escrito de todas
nuestras acciones buenas o malas. Nosotros no los vemos, pero ellos
siempre están con nosotros y nos siguen dondequiera que nosotros
vamos.
Así como la policía exige ver nuestro pasaporte cuando nosotros
entramos en un país, dos ángeles vienen y nos piden nuestro
pasaporte cuando nosotros entramos en la tumba. Es decir, ellos nos
preguntan por Alá, por el Mensajero, por nuestra religión, fe y
escritura. Cruzar la frontera entre un país y otro simboliza el pasaje
de este mundo al Más Allá, mientras que las preguntas de las
autoridades de inmigración representan aquellas que serán hechas a
nosotros por los ángeles. La verificación de nuestra creencia en el
bendito Mensajero de Alá, Muhammad, el amado embajador del
gobierno divino, es como la visa estampada en nuestro pasaporte por
la embajada del país al cual nosotros vamos a visitar. El hecho de que
nosotros no seremos admitidos e incluso seremos arrestados si
nuestra visa no es válido es el símbolo de la detención de los
incrédulos en la tumba.

Hay una lección a ser aprendida de todo lo que existe en este mundo.
Nada que Alá haya creado es fútil. Incluso las criaturas
aparentemente inútiles como las serpientes y escorpiones deben ser
instructivos a nosotros. Por ejemplo, permítanos imaginarnos un país
dónde todos tenemos un turno a ser gobernantes por un período
definido. Cuando alguien ha tenido su turno, ellos lo colocan en un
barco y lo dejan en una isla desierta del mar. Esa isla es la guarida de
serpientes, insectos dañosos y bestias carnívoras. Todos nuestros
predecesores han tenido su turno en el gobierno y luego han sido
lanzados en esa isla. Si tomamos una lección de su destino, entonces
cuando llegue nuestro turno y recordemos que seremos lanzados en
la isla, decidiremos hacer de ella un lugar habitable contra el día en
debamos ir allí. Nosotros mataremos a las serpientes e insectos en
ella y exterminaremos sus animales salvajes, haciéndola habitable y
cómoda.
Todo en esta parábola tiene su analogía en la vida terrenal. El hechizo
en el gobierno representa nuestra vida en la tierra. El barco
corresponde al ataúd, el mar a la muerte, la isla horrible a la tumba y
nuestra vida en el Más Allá. Aquellos que no preparan ese lugar,
quienes no lo vacían de los escorpiones y serpientes, van a su destino
sin preparar un lugar de refugio para ellos y simbolizan a aquellos que
se mueren sin la fe o sin el arrepentimiento o a quienes, aunque sean
los creyentes, deban enfrentar el castigo por sus pecados. Aquellos,
por otro lado, quienes utilizan su tiempo en el gobierno para hacer
ese lugar habitable representan a aquellos que piensan en el Más Allá
incluso en este mundo y quienes preparan un lugar allí realizando
acciones virtuosas.

LA INEVITABILIDAD DE LA MUERTE
¿Qué de nosotros los seres humanos? Aunque nuestros amados se
mueren y fallecen ante nuestros mismos ojos, nosotros nos reímos y
jugamos como si nuestro turno de morir nunca llegará. Nosotros
continuamos desobedeciendo a Alá de cien mil maneras. Y todavía
una lejana responsabilidad mayor descansa en nosotros más que en
los animales. Para nosotros la muerte significa un interrogatorio y una
cuenta. Aquellos que no pueden tomar una lección de la muerte son
incapaces de aprender algo. Tales personas son incapaces de
manejarse y no pueden servir a Alá. La persona inteligente presta
atención a la muerte y lleva en la mente que él va a morir un día. Él
realiza la preparación contra ese día terrible. Él gasta todos los días
de su vida en adorar y obedecer a Alá. Él recuerda que cada oración
que realiza puede ser la última y adora a su Señor. Ningún daño
llegará a cualquiera de aquellos que rinden culto de esta manera,
porque ellos no transgreden las órdenes divinas y no tocan lo que Él
ha prohibido.
Permitámonos pensar por un momento. . . ¿Qué ha sido de nuestros
padres? ¿Qué ha sido de nuestros abuelos? ¿Qué ha sido de los
Faraones, de Nimrod y de todos aquellos para quienes este mundo
era escasamente demasiado grande? ¿Qué ha sido de aquellos que
proclamaron su propia divinidad y que supusieron que ellos nunca se
morirían? ¿Dónde han ido todos ellos? ¿Qué ha sido de todos ellos?
Los palacios que ellos pensaron que nunca se destruirían están ahora
habitados por las arañas, serpientes y escorpiones. Ni un solo rastro
permanece de los cuerpos que aquellos cuerpos que cuidaron con tal
infinita delicadeza o de las cabezas que ellos coronaron tan ricamente
con rubíes. ¿Dónde están los ejércitos, las tropas, los capitanes que
dominaron en este mundo? ¿Has pensado que ellos nunca han estado
en absoluto en la tierra, que nunca han vivido en este mundo
transitorio? ¿No es que cada uno de ellos permanece solo
exclusivamente con sus acciones en algún agujero desconocido u
otro? Ciertamente los creyentes entre ellos están disfrutando la
recompensa por su fe y sus buenas acciones, mientras que los
incrédulos están sufriendo el castigo por su escepticismo.
En un futuro muy cercano nosotros mismos, como aquellos que se
han ido antes que nosotros, probaremos la muerte y quedaremos
solos con nuestras acciones. La muerte es un arroyo de cuya agua
cada criatura viviente debe beber. La mortaja es un traje que todos
debemos más pronto o más tarde vestir. El ataúd es un carruaje en el
que todos debemos montar en el futuro. La tumba es la puerta del
Más Allá y a través de esa puerta cada uno de nosotros debe pasar.
Nuestro Amo, el Sultán de los Profetas dijo:
“Aprovechen la oportunidad de apreciar cinco recompensas antes de
que cinco cosas lleguen”:

1. aprecien la vida antes de que la muerte venga.


2. aprecien la salud antes de que la enfermedad venga.
3. valoren los buenos tiempos antes de que las preocupaciones
vengan.
4. aprecien la juventud antes de que la vejez llegue.
5. aprecien la afluencia antes de que la pobreza venga.

El sultán Suleyman el Magnífico también enfatizó la importancia de la


salud en esta copla:
“Hay nada que las personas valoren mas que la riqueza y la salud,
considerando que nada en este mundo significa más de una
respiración de salud buena”.

El venerable Usama aprende cómo llorar

Un día el bendito Profeta estaba aconsejando a sus Compañeros. Al


escuchar sus dulces palabras, algunos de ellos lloraban por temor a
Alá y algunos por el amor a Él. El venerado Usama era el único que no
lloraba. Él se lamentó de su estado al bendito Mensajero de Alá, quien
colocó sus manos benditas en su pecho y dijo: “ukhruj ya iblis”
(Fuera, O Satanás!)”. Ahora por fin Usama empezó a llorar. El bendito
Mensajero se volvió a sus Compañeros diciendo: “La incapacidad para
llorar es causada por la dureza de corazón, la dureza de corazón es
causada por la multiplicidad de pecado, la multiplicidad de pecado es
causada por el olvido de la muerte, el olvido de la muerte es causado
por las expectativas ambiciosas, las expectativas ambiciosas son
causadas por el amor excesivo de la vida en este mundo.'
Un Santo Trae Alivio al Sultán Mustafa III

Mustafa III le preguntó a un santo: “¿Cuáles son los placeres de este


mundo?” El santo contestó: “El comer, el beber y el tiempo para el
descanso”.
Esta respuesta incomodó al Sultán que despidió al santo de su
presencia. Pero el santo lo maldijo diciendo: “¡Oh Emperador, podrás
comer y beber pero no defecar!” ' Esta oración fue aceptada y el
Sultán comió y bebió pero era incapaz de excretar. Naturalmente su
incomodidad empeoraba cada día pero a pesar de las atenciones de
todos los doctores él no podía hacer nada que aliviar su
estreñimiento.
Comprendiendo que esto era el resultado de la maldición del santo,
envió buscar al hombre santo y le pidió que aliviara su condición. Dijo
al santo: “Si usted me da su imperio yo le permitiré respirar tranquilo
de una vez”.
¿Qué otra cosa podría hacer el Sultán infeliz sino el estar de acuerdo?
Su vida estaba menguando. El santo puso sus manos sobre el
estómago del Sultán y lo acarició una vez. El monarca rompió el
viento y movió con esfuerzo un suspiro de alivio. “Ve usted, mi
Emperador', dijo al santo, 'yo he comprado su imperio para el precio
de un pedo”. El Sultán hizo que la mezquita que él había construido
sea dedicada a su memoria. Hasta el momento esa mezquita no es
conocida como el Sultán la Mezquita de Mustafa sino como Laleli
después del nombre del santo.
Permítanos considerar el consejo del venerado Abu Darda, y tomar
advertencia de la condición de otros. Pequeño pero comprendamos,
que de hecho es un gran favor divino que se nos permita alojar la
comida y luego entonces excretar la materia desechada.
Permítanos recordar el consejo de Abu Darda:
“Cuando tu visitas las tumbas, se consciente que donde estas pisando
están allí las mejillas, los labios de quienes fueron una vez amados
por alguien. Bajo tus pies, puede yacer el rostro de algún príncipe, el
pecho de algún emperador. Mientras ellos vivían, tú no podrías
haberte acercado ni siquiera a sus sirvientes. Ahora ellos están
callados, sin ser anunciados. El día vendrá cuando tú estés así como
ellos lo están ahora. Con pensamientos como este, tú debes visitar las
tumbas”.

LOS CREYENTES, HIPÓCRITAS E INCRÉDULOS

Un creyente significa alguien que cree en Dios, los Profetas, los Libros
de escritura, los ángeles, la Resurrección, que el destino -bueno y
malo- es de Dios y que nosotros seremos resucitados después de la
muerte para responder a Él acerca de nuestra vida en este mundo.
Nuestro Profeta nos ha dicho que un musulmán es uno por cuya mano
y lengua ningún daño es causado a alguien. Si usted es incapaz de
realizar buenas acciones, por lo menos intente no causar daño. Si
usted puede declarar estas creencias, sosteniéndolas en su corazón y
confirmándolas con sus acciones, entonces usted es un perfecto
creyente. Aquellos que no emparejan sus acciones a sus palabras y
convicciones son injustos y pecadores. Su perdón depende de Alá en
Su misericordia.
Alá puede castigar o perdonar a tales sirvientes pecadores
desobedientes cuando Él quiere. En mi humilde opinión, una persona
que cree en su corazón y profesa su creencia no será capaz de obrar
mal. Él no podrá transgredir las Órdenes Divinas. Pero aquellos que
dicen que ellos creen, pero que todavía no tienen la fe en sus
corazones, son hipócritas.

Ciertamente los hipócritas estarán en el nivel más bajo del fuego y no


encontrarán a quien los defienda [4:145]

Aquellos que no sostienen ninguna de estas creencias, nieguen


cualquiera de ellas, o crean en algunas y nieguen al resto, son los
infieles.

Aquellos que niegan a Alá y a Sus Mensajeros y quieren hacer


distinción entre Alá y Sus Mensajeros, y dicen: 'Creemos en unos y
pero no creemos en otros, queriendo tomar un camino intermedio –
Esos son los verdaderos incrédulos. Y hemos preparado para los
incrédulos un castigo denigrante [4:150-151)

El bendito Mensajero nos ha dicho: 'Las marcas del infiel son tres:

1. ellos son los mentirosos.


2. ellos no mantienen sus promesas.
3. ellos traicionan la confianza.

Tal son las acciones que constituyen la hipocresía. Por estos atributos
es que la hipocresía puede descubrirse. Si usted encuentra estas
calidades en usted debe arrepentirse y debe abandonar estos hábitos
malos. Antes que la puerta del arrepentimiento sea cerrada, Alá
perdonará toda clase de pecado. Retorna hacia Él. Pesar que viene
demasiado tarde es inútil. Si has dicho: “hay ningún dios pero Alá;
Muhammad es el Mensajero de Alá' y crees en los seis artículos de fe,
significa que has encendido la vela de fe.
Pero una vela por si misma no quemará al prenderse; a menos que la
coloques en una linterna el viento la apagará. Así, la vela de la fe
requiere de los cinco principios de Islam. El primero de éstos: `hay
ningún dios pero Alá; Muhammad es Alá. Mensajero', representa la
cera ardiente. Los otros cuatro, que son necesarios para proteger la
cera ardiente, son: la oración ritual, ayunar, el zakah y peregrinación.
Pero más de esto se requiere. El vaso de la linterna puede romperse,
para lo cual el alambre debe enrollarse alrededor para su protección.
Este alambre representa el buen carácter moral. A menos que tu
poseas un buen carácter moral, no hay mérito realizando las
oraciones, guardando el ayuno, dando las limosnas o haciendo la
peregrinación. Si no hay ningún alambre alrededor de la linterna, el
vaso se romperá y cuando el vaso se rompa la vela saldrá, en otros
términos, la fe se habrá ido.

El Santo Hasan al-Basri impresiona a un Vecino Incrédulo

El Santo Hasan al-Basri cayó enfermo una vez. Su vecino, un


incrédulo, vino a visitarle. "O Imán", él exclamó, "estoy detectando un
mal olor''. El Imán le respondió que era causado por su enfermedad,
pero el vecino insistió: "Ése no es el olor de una enfermedad. Es un
olor del baño. ¡Por el amor de Alá, dígame lo que es!". Él no había
notado que ese alcantarillado estaba goteando de su casa en la del
Imán. Cuando el vecino lo apretó, el Imán dijo finalmente: "Durante
algunos meses su desagüe ha estado fluyendo hacia nuestro lado. Yo
intenté arreglarlo, pero no tuve éxito". Su vecino preguntó por qué él
no le había dicho antes, pero el venerado Imán respondió: "Pensé que
podría haberlo ofendido". El incrédulo quedé impresionado por este
refinamiento ético que él se ennobleció con la verdadera fe, porque él
reconoció la moralidad del Imán como un rayo de Islam.

LAS SIETE GRADAS DEL INFIERNO

Los incrédulos son agrupados en el Infierno según sus grados de


escepticismo. Cuando ellos alcanzan el Infierno, sus puertas se abren
y ellos se arrastran dentro a su horrible castigo. Cuando ellos, entre
gemido y gemido, se culpan entre si y claman a Dios debido al horror
y a la violencia del castigo divino, los guardias de Infierno les dicen:
“¿Acaso sus Profetas, los hombres de su propia raza humana,
recitaron a ustedes sus revelaciones informando acerca de este Día
de Alá, de este castigo? ¿Ellos no les dijeron que sean temerosos de
este fuego? ¿Ellos no les dieron ninguna noticia de estos días
amargos, de estos momentos dolorosos?”.
Los incrédulos contestan: “Los Mensajeros vinieron a nosotros,
informándonos de este castigo, comunicando sus revelaciones a
nosotros. Pero nosotros no creímos. Este castigo es lo que nosotros
merecemos. Nosotros éramos demasiado arrogantes; ninguna palabra
hizo efecto en nosotros”.
Les dirán entonces: “Bien, entonces, en el Infierno ustedes
permanecerán para siempre. Sufrirán el castigo por su rechazo y
escepticismo”.
A esas faltas, el lugar repugnante es el Infierno. Es la casa de los
malhechores que no aceptan la verdad y desobedecen a su Señor.
Como el bendito Mensajero de Alá nos ha dicho:
“El infierno tiene siete gradas que son siete colocadas una por encima
de la otra”.

La primera grada es llamada Sa°ir. Aquellos que sufren su castigo


aquí son creyentes pecadores, aquéllos que desatienden los derechos
de los hombres y los animales, los
culpables de adulterio, fornicación y sodomía, aquellos que
desobedecen a sus padres, los desertores ante el enemigo, aquellos
que consumen la propiedad de huérfanos, los culpables de cruel
opresión, aquéllos que no realizan sus oraciones, aquéllos que no
pagan el zakah y aquellos que dicen las mentiras. Cuando por causa
de su fe su castigo llega a su fin, serán liberados debido a la
Intercesión de nuestro bendito Mensajero.

La segunda grada es Laza.


La tercera grada es Saqar.
La cuarta grada es Jahim.
La quinta grada es Jahannam.
La sexta grada es Hawiya.

La séptima grada es Hutama, que es un el lugar espantosamente


repulsivo. Aquí los hipócritas permanecerán eternamente y el calor de
su castigo, lejos de disminuir, por el contrario firmemente aumentará.
Ellos encontrarán la intensidad del fuego insoportable.
l

LA INTERCESIÓN DEL BENDITO MENSAJERO

Cuando los creyentes pecadores hayan sufrido su castigo en el Fuego


de Infierno, el Señor Omnipotente dirá a Gabriel,: "O Gabriel, ¿qué es
lo que los miembros desobedientes de la Comunidad de Muhammad
hacen en el Infierno?". A esto, Gabriel contestará: "O Señor, Tú eres
Todo Conocedor. Tú sabe bien en que condición ellos están". Entonces
el Uno Todo Glorioso dirá: "O Gabriel, ve e inspecciona su condición".
El venerado Gabriel irá y encontrará a Malik, el gobernador del
Infierno, sentado en un cojín en el medio del Fuego. Malik presentará
sus respetos al bendito Gabriel a quien él dirá: "O Gabriel, ¿por qué
has venido aquí?". A esta pregunta, Gabriel contestará: "O Malik, me
han enviado aquí para ver lo que los miembros rebeldes de la
Comunidad de Muhammad están haciendo". Entonces Malik dirá: “No
preguntes por la condición de estas personas. Ellos están en un muy
mal estado, sus lugares son muy estrechos. El fuego ha quemado y
ha borrado sus cuerpos. Se han salvado sólo sus caras y sus
corazones debido a su fe". Gabriel dirá: "O Malik, levanta la cortina
que los cubre y permíteme verlos por mí mismo. Se me ha ordenado
que así lo haga".
Malik dará los órdenes entonces a los zabani'ya, los guardias de
Infierno, que le abrirán la cortina. Cuando los presos del Fuego vean
al bendito Gabriel, ellos comprenderán por su belleza que él no es un
ángel de castigo. Volviéndose a Malik, ellos preguntarán: "O Malik,
¿quién es este ser? Del tiempo que nosotros entramos en este fuego
ninguna persona bonita había venido alguna vez a nosotros. Nosotros
nunca encontramos un ángel como este". Por el decreto divino Malik
contestará su pregunta así: "Este ángel bonito que ustedes ven es
Gabriel, que trajo la inspiración al venerado Muhammad, el bendito
Mensajero de Alá, el Jefe de los Profetas".
Cuando ellos oyen el nombre de su Profeta se levantará un gran
clamor y un gran lamento en el Infierno, y clamarán: “¡Misericordia,
misericordia, O Gabriel! Ve al bendito Mensajero de Alá y llévale
nuestros saludos a él. Tú has visto la condición en que nos
encontramos. Ahora ve y dile a nuestro compasivo Profeta lo que ha
sido de nosotros. Durante mucho tiempo hemos estado quemándonos
aquí, sufriendo el tormento. No hay nadie sino él quién puede
librarnos, sostenernos de la mano e interceder por nosotros". Cuando
ellos recuerden lo que hicieron en el mundo, sentirán mil pesares.
Dejándolos allí, Gabriel entrará en la presencia del Omnipotente por
licencia divina. El más Misericordioso de los misericordiosos le
preguntará: "¿Cómo has encontrado la Comunidad de Muhammad en
Mi Fuego? ¿Has visto en qué condición ellos están?". Con temor y
pavor Gabriel contestará: "O mi Señor, yo soy incapaz de describir su
estado. Es increíblemente doloroso y malo". Entonces el Señor Dios
preguntará: “¿Ellos preguntaron algo de Mí?". "O Señor, Su Majestad
más Glorioso sabe más que yo. Ellos me suplicaron que le enviara sus
saludos a su Profeta y les cuente de su condición". A esto el más
Misericordioso de los misericordiosos dirá: "Ve rápidamente y
cuéntale la verdad. Informa de su condición a Mi Mensajero".
Llorando, Gabriel encontrará al bendito Mensajero de Alá bajo el árbol
de Tuba en el Paraíso en una tienda adornada con todo tipo de joyas.
El Mensajero más Noble le preguntará: "O Gabriel, este lugar es de
felicidad, ¿por qué estás tú llorando?". Gabriel contestará:
“O Mensajero de Alá, si sólo tú fueras a ver a los desobedientes
miembros de tu Comunidad que sufren el tormento en el fuego de
Infierno, si sólo tú supieras acerca de su condición como yo, tú
llorarías mucho más...". Oyendo esto, el más Noble Mensajero dirá:
"¿O Gabriel, algunos de mi Comunidad están en el Infierno? ¿Es que
algún miembro de mi Comunidad entró en el Fuego?". Lamentándose,
él empezará a
llorar. Entonces él irá enseguida al más Alto Trono, bajará su cabeza
en postración y exaltará al Señor Dios en un idioma nunca usado por
cualquier otro Profeta o santo.
Entonces él oirá que el Omnipotente se dirige a él en estas palabras:
"O Mi Mensajero, O Mi Amado, levanta tu cabeza de la postración.
Cualquier cosa que tú desees será concedida. Tu intercesión será
aceptada". El Mensajero más Noble suplicará: "O Señor, Tu veredicto
contra los rebeldes en mi Comunidad se ha cumplido, Tú has vengado
a sus víctimas. Ellos han sufrido bastante, no los atormentes por
mucho más tiempo". Mostrando Su favor Divino a Su amado, el Señor
Dios lo consolará, diciéndole: "Mi Mensajero, Yo he autorizado que tú
intercedas para la salvación de Mi Fuego ardiente de aquéllos que se
mueren profiriendo la afirmación de Mi Unidad y en fe. Yo te los
confiero a ti, Mi Amado, como un regalo”.
El Mensajero más Noble se apresurará a Malik, el oficial más
alto deL Infierno, y le preguntará por su Comunidad. Malik le relatará
detalladamente el castigo de sus miembros desobedientes. El
Mensajero más Noble dirá: "O Malik, abre las cortinas, permíteme ver
la condición de mi Comunidad". Malik pedirá a los zabani'ya que
levanten el velo y cuando esté abierto, la Comunidad rebelde en el
fuego viendo al Mensajero de Alá, gemirá inmediatamente y llorará:
“O Mensajero de Alá, ayúdanos, intercede, O Profeta de Alá". Cada
boca clamará: “O Mensajero de Alá, el fuego ha quemado nuestros
cuerpos como carbón de leña. Nosotros no podemos soportar ningún
castigo más. Rescátanos de este lugar. . .". Por la licencia Divina el
venerado Muhammad, que Alá le bendiga y le dé paz, rescatará y
liberará a cada uno de ellos del Fuego. Lavados por el Agua de la Vida
a la Puerta del Paraíso y estando absolutamente limpios nuevamente,
ellos tendrán restaurada su juventud. Sus caras estarán como la luna
llena. Sólo, estas palabras se escribirán en sus frentes: "Éstas eran las
Personas del Fuego. Alá, el Todo Misericordioso los libró de ese fuego".
Con esta escritura en sus frentes entrarán en el Paraíso. Después de
un tiempo ellos suplicarán al Señor que esa escritura sea borrada de
sus frentes, explicando que los deja en la vergüenza, en el dolor y en
remordimiento. El Uno Todo Glorioso aceptará su oración, y borrará
esa escritura de sus frentes.
Habiendo sido rescatados del tormento debido a su fe, y a
través de la intercesión de Muhammad, los desobedientes miembros
de su Comunidad se regocijarán con el favor divino. No así los
incrédulos que son condenados al Fuego para toda la eternidad.
Alá, sálvanos del Fuego, y admítenos en el Paraíso con los virtuosos. .
.
Consejo del venerable Abu Darda

Permítenos no desperdiciar nuestras preciosas vidas. . . Alguien se


acercó al venerado Compañero Abu Darda, diciendo:
“Yo quiero llegar a ser un hombre bueno, pero mi corazón está
enfermo. O Imán, prescríbeme un remedio del Qur'an, una cura de la
farmacia del bendito Profeta Muhammad”. Abu Darda le dijo: “Mi hijo,
ésta es mi prescripción para ti: realiza la oración fúnebre, ve los
hospitales de alrededor y visita los cementerios. Esto curará tu
enfermedad”. El hombre actuó sobre la base de este buen consejo.
Si las personas pudieran ser reformadas realizando la oración
fúnebre, los Imanes fúnebres serían los santos. Si visitando las
tumbas pudieran traer a las personas a la Verdad, los sepultores
serían los ángeles. Si la visita a las personas enfermas hiciese a los
hombres mas humanos, las enfermeras serían los seres humanos
perfectos. Observa cuidadosamente el consejo que le fue dado a este
hombre. Él realizó la oración fúnebre de la misma manera que
nuestros Imanes fúnebres. Sus visitas a las tumbas fueron como las
de los sepultureros. Él visitó al enfermo como un sirviente del
hospital. Y nada de esto le hizo progresar. Su corazón se puso tan
oscuro como los demás. Él regresó y se quejó a Abu Darda: “O Imán,
seguí su consejo, pero mi corazón es tan duro como siempre. No me
derivó ningún beneficio cualquier cosa que tú me has aconsejado”. A
esto Abu Darda contestó: “Ah mi hijo, usted debe de haber realizado
su entierro de la manera de los Imanes del último día; usted no lo
puede haber hecho correctamente. Mientras estabas realizando la
oración fúnebre, no se te ocurrió pensar: “Yo soy quién está en ese
ataúd, ¿estas oraciones son para mi entierro? Te has dicho a ti mismo:
“Es a mí a quien han dejado desnudo; es a mí a quién se le ha privado
de riqueza y rango; mi esposa es una viuda, mis niños son huérfanos;
ellos están guardándome en la tierra oscura, yo no tengo ningún
testamento propio; ellos me han atado sin soga o cadenas; aquí yo
estoy solo con mis malas acciones; ahora los dos ángeles vendrán y
me preguntarán; ¿qué va a ser de mí en esta casa de oscuridad?”. El
hombre dijo: “No, yo pensé en ninguna de esas cosas”. Abu Darda
entonces le dijo: “Tú no obtendrás nada al realizar la oración fúnebre
como la has hecho. Al contrario, teñirás de negro tu corazón. Ahora ve
y hazla de nuevo, pensando en las cosas que yo te he dicho”.

El Bendito Jesús susurra algo al oído de una Oveja


Un día, el Jesús bendito cogió una oveja de una bandada que estaba
pastando y le dijo algo al oído. La oveja dejó de pastar y de beber el
agua.
Unos días después, el bendito Jesús estaba pasando por la misma
pastura, y señalando a la misma oveja le dijo al pastor: “¿Ese animal
está enfermo? ¿Por qué no está pastando ni está tomando el agua
como el resto?”. Sin reconocerlo, el pastor le contestó: “Una persona
pasó por este lugar recientemente y susurró algo al oído de esta
oveja. Desde ese día este animal ha quedado estupefacto”.
Si estás curioso de saber lo que el venerado Jesús dijo al oído de la
oveja, permíteme decírtelo. Lo que el bendito Jesús dijo fue: “¡La
muerte existe!”. Aunque era sólo un animal, cuando oyó hablar de la
muerte la oveja dejó de comer y beber y entró en este estado de
estupor.

UN SANTO TRAE ALIVIO AL SULTÁN MUSTAFA III

Mustafa III le preguntó a un santo: “¿Cuáles son los placeres de este


mundo?” El santo respondió: “Comer, beber y despedir gases.”
Esta respuesta enojó al Sultán, que echó al santo de su presencia. Pero el
santo lo maldijo diciendo: “¡Mi Emperador, que pueda comer y beber pero no
defecar!” Esta plegaria fue aceptada y el Sultán comió y bebió pero fue incapaz
de excretar. Naturalmente su molestia empeoraba cada día pero a pesar de las
atenciones de todos los doctores no podía hacer nada para aliviar su
constipación. Al darse cuenta de que este era el resultado de la maldición del
santo, envió a buscar al hombre sagrado y le rogó que aliviara su condición. Y el
santo dijo: “Si me das tu imperio te dejaré despedir gases una vez.”
¿Qué podía hacer el Sultán más que estar de acuerdo? Su vida estaba
decayendo. El santo puso sus manos sobre el estómago del Sultán y lo golpeó
una vez. El monarca despidió los gases y dio un suspiro de alivio. “Como ves mi
Emperador,” dijo el santo, “he comprado tu imperio por el precio de un gas.” El
Sultán hizo que la mezquita que había construido fuera dedicada a su memoria.
Hasta hoy esa mezquita no se conoce como la Mezquita del Sultán Mustafa sino
Laleli, el nombre del santo.
Prestemos atención al consejo del venerable Abu Darda’ , y aceptemos la
advertencia de la condición de los demás. Aunque nos demos poca cuenta, es en
realidad un gran favor divino que nos permite comer y luego excretar la materia
desechable.
Recordemos el consejo de Abu Darda’:
“Cuando visiten las tumbas, sepan que donde pisan yacen las mejillas, los
labios de alguien que una vez amaron. Debajo de sus pies puede yacer el rostro
de algún príncipe, el pecho de algún emperador. Mientras aún vivían, ustedes
no podían ni siquiera acercarse a sus criados. Ahora ellos están silenciosos, sin
ser anunciados. Llegará el día en el que ustedes estén como lo están ellos ahora.
Con pensamientos como estos, deberían visitar las tumbas.”

El Venerado Muadh pide una Interpretación


El venerado Muadh ibn Jabal preguntó una vez: “O Mensajero de Alá,
¿cual es el significado del verso (78:18)?:
“El día en que se sople la trompeta y ustedes entren en grupos”.
Según el propio reporte de Muadh: "El bendito Mensajero de Alá lloró
tan profusamente mientras explicaba el significado de este Verso que
su ropa se empapó con las lágrimas que vertieron de sus ojos. Ésta
era la interpretación que él dio:
“Ésa es una pregunta muy pesada, O Muadh. Mi Comunidad será
resucitada en once tropas. Las primeras tropas serán recogidas de
sus tumbas sin manos o pies y serán llevadas así a la presencia del
Todopoderoso. Un heraldo proclamará la advertencia de Dios a las
personas que esperan la resurrección: "Ésos recogidos aquí sin manos
o pies son los pecadores inmorales. La razón que ellos sean
castigados es que aunque ellos pertenecieron a la Comunidad de un
Profeta como el venerado Muhammad, estos sinvergüenzas no
prestaron atención a los consejos del bendito Profeta e ignoraron las
Revelaciones que él citó y su sabio consejo; ellos son viles
desgraciados que dañaron y oprimieron a sus vecinos. Su recompensa
es el Fuego, su destino el Infierno. "Ellos serán reunidos en manada
en el Fuego".
El Profeta bendito dijo: "Cuando Gabriel me informó de los derechos
del vecino, yo pensé que nuestros vecinos podrían hacerse nuestros
compañeros y herederos". Él también dijo: "Aquél que llene su propio
estómago mientras su vecino está hambriento, ese hombre no es
ningún creyente."
"En cuanto al segundo grupo, ellos serán traídos al Lugar de
Resurrección en la forma de cerdos. Como ellos sean reunidos en
rebaño en el Infierno, los heraldos proclamarán: “Éstos son los
malhechores que concedieron ningún peso o importancia a sus
oraciones; aunque ellos las realizaron, las hicieron tan
desatentamente que fueron inconscientes de su lugar de postración.
El infierno también es su destino”.
"El tercer grupo será traído al Lugar de Resurrección forcejeando con
las serpientes odiosas enrolladas alrededor de sus cuellos. Un heraldo
al servicio de Alá los lanzará al Fuego, clamando que: “Éstas son las
personas ricas que privaron a los pobres, adueñándose de aquello
que fue confiado a ellos, y quiénes no pagaron su limosna. Su
recompensa es el Fuego, su destino el Infierno”.
"En cuanto al cuarto grupo de mi Comunidad, ellos serán arrastrados
mientras estén sangrando de sus bocas, al Lugar de Resurrección.
Cuando ellos se reúnan en rebaño en el Fuego, los heraldos clamarán:
“Éstos fueron los deshonestos comprando y vendiendo; ellos son los
falsificadores que engañan y estafan a las personas. Su recompensa
es el Fuego, su destino, El infierno”.
“La quinta tropa será traída al lugar de la Resurrección en un muy
sucio y mal oliente estado, será reunido en rebaño en el Fuego
mientras los heraldos declaran: “Éstos son la gente hipócrita.
Mientras cometían sus pecados, ellos escondían su culpa por miedo
de otras personas. Ellos pecaron, sin embargo, sin el más ligero
miedo de Alá. Para éstos, también, la recompensa es el Fuego y el
Infierno su destino”.
"En cuanto al sexto grupo, ellos serán traídos de sus tumbas con sus
lenguas atadas y salidas de su lugar, con sangre y pus corriendo a
través de sus bocas, y con sus cabezas desunidas al cuello. Como
ellos sean introducidos en el Fuego, los heraldos dirán: “Esta banda
consiste en aquellos que fueron testigos falsos y disimularon la
evidencia cuando ellos pudieron testificar lo que ellos vieron o
supieron. Para éstos, también, la recompensa es el Fuego y el Infierno
su destino”.
"La séptima compañía será traída desnuda y avergonzada adelante,
frotando sus caras en el polvo. Como ellos sean reunidos en rebaño
en el Fuego, los heraldos dirán: “O ustedes quienes esperan la
Resurrección, éstos son los adúlteros y fornicadores, los enemigos del
honor. Han probado sin arrepentirse. Para ellos, también, el castigo es
el Fuego y su morada es el Infierno:
"La octava compañía será traída de sus tumbas con sus barrigas
llenas de fuego, sus caras oscurecidas y sus ojos pálidos, para ser
reunidos en rebaño en el Infierno mientras los heraldos proclaman:
“Éstos son los que consumieron las ganancias ilícitas. Ellos
injustamente consumieron los derechos de los huérfanos. Ellos no
concedieron importancia a los derechos humanos, y los ignoraron.
Éstos son bribones y ladrones. También, para esta banda la
retribución es el Fuego y el Infierno es su estación”.
"El noveno grupo será traído de sus tumbas afligidas con la lepra y
elefantiasis. Como ellos sean lanzados en el Fuego, los heraldos los
identificarán diciendo:
“Estos desgraciados ingratos ignoraron su deber para con sus padres.
Su recompensa es el Fuego y su lugar está en el Infierno”.
"El décimo lote será traído de su tumba con sus ojos deslumbrados y
sus corazones insensibles. Como ellos sean enviados al Fuego, los
heraldos declararán:
“Éstos son los unos que lanzaron el Qur'an al lado y rechazaron con
desprecio el Recuerdo Divino, quienes se olvidaron del Qur'an
después de que ellos lo habían estudiado y lo habían aprendido de
memoria. Éstos son los rebeldes que se complacieron en todos los
tipos de cosas que Alá ha prohibido, como beber y jugar, y quienes
nunca dieron un pensamiento a lo que ahora se vuelve hacia ellos. Su
castigo es el Fuego y su lugar está en el Infierno”.
"Entonces vendrá el turno del undécimo y último grupo. Tan
bendecidos estarán que ellos serán traídos para la Resurrección con
sus rostros como la luna llena (radiante, es decir, como la luna en la
decimoquinta noche), llevando el vestimenta del Paraíso y montando
los corceles del Paraíso. Después de cruzar el Puente con la velocidad
de un relámpago, y bebiendo el agua de Kawthar de las manos del
noble Mensajero, ellos alcanzarán el Paraíso y la Belleza Divina, y
lograrán la aprobación del Todo Misericordioso. Este grupo, siendo los
salvados, será admitido al Paraíso con honor, cuando los heraldos
proclaman:
“Éstos son los sirvientes especiales de Alá. Éstos son la gente que
obedeció todos Sus mandatos e hizo el trabajo bueno y caritativo por
Su causa. Éstos son los virtuosos, quién evitaron la desobediencia y
todas las cosas malas. Éstas son las personas de perdón, de amor y
recuerdo. Ellos realizaron sus cinco oraciones de la manera apropiada.
Ellos se murieron arrepentidos, mientras afirmaban la Unidad Divina.
El premio de estas personas de fe es el Paraíso, perdón, la
misericordia y aprobación, y la Belleza del Todo Misericordioso, que es
la meta más alta".
“Ciertamente los amigos de Alá no tendrán que temer ni se
entristecerán” (10:62)

CONTINUANDO LA INTERPRETACIÓN DADA POR MU’ADH

“Con respecto al segundo grupo, serán llevados al Lugar de la


Resurrección con la forma de un cerdo. Mientras van en manadas hacia el
Infierno, los heraldos proclamarán: ‘Estos son los malhechores que no se
apegaron al peso o la importancia de sus plegarias; aunque las realizaron, lo
hicieron sin atención, inconscientes de su lugar de prosternación. El Infierno es
también su destino.’
“El tercer grupo será llevado al Lugar de la Resurrección luchando por
liberarse de las serpientes odiosas enroscadas alrededor de sus cuellos. Un
heraldo al servicio de Alá los arrojará al Fuego, gritando mientras lo hace: ‘Estas
son las personas que privaron a los pobres, apropiándose de las mercancías que
les confiaron, y no pagaron su debida limosna. Su recompensa es el Fuego, su
destino el Infierno.’
“Con respecto al cuarto grupo de mi Comunidad, serán arrastrados,
sangrando por la boca, al Lugar de la Resurrección. Mientras van en manadas
hacia el Fuego, los heraldos gritarán: ‘Estos fueron los deshonestos al comprar y
vender; son los falsificadores que engañaron y estafaron a la gente. Su
recompensa es el Fuego, su destino el Infierno.’
“El quinto grupo será llevado para la Resurrección en una condición muy
sucia, inmunda con un olor asqueroso, y en manadas hacia el Fuego mientras
los heraldos declararán: ‘Esta es la gente hipócrita. Mientras cometían pecados
escondían su culpa por miedo a los demás. Sin embargo, pecaron, sin el menor
temor por Alá. Por esto, también, la recompensa es el Fuego y el destino el
Infierno.’

Con respecto al sexto grupo, son llevados desde sus tumbas con las
lenguas atadas y colgando, con la sangre y el pus corriendo de sus bocas, con las
cabezas separadas del cuello. Mientras son acomodados en el Fuego, los
heraldos gritan: ‘Este grupo consiste en aquellos que atestiguaron falsamente y
ocultaron la evidencia cuando pudieron haber atestiguado lo que veían o sabían.
Para estos, también, la recompensa es el Fuego y el destino el Infierno.’
“La séptima compañía será llevada desnuda y avergonzada, frotándose
los ojos en el polvo. Mientras van en manadas al Fuego, los heraldos gritarán:
‘O, ustedes que esperan la Resurrección, estos son los adúlteros y fornicadores,
los enemigos del honor. Han probado la muerte sin arrepentirse. Para ellos,
también, la penalidad es el Fuego y su residencia el Infierno.’
“La octava compañía será llevada desde sus tumbas con los vientres
llenos de fuego, sus rostros oscurecidos y sus ojos pálidos, en manadas hacia el
Fuego mientras los heraldos proclaman: ‘Estas son las personas que consumen
ganancias ilícitas. Consumen equivocadamente los derechos de los huérfanos.
No le dan importancia a los derechos humanos, que ignoran. Estos son los
villanos y los ladrones. Para este grupo también, la retribución es el Fuego y el
Infierno es su estación.’
“El noveno conjunto será llevado desde sus tumbas aquejados de lepra y
elefantitis. Mientras son arrojados al Fuego, los heraldos los identificarán
diciendo: ‘Estos infelices desagradecidos ignoraron su obligación con sus
padres. Su recompensa es el Fuego y su lugar el Infierno.’
“El décimo lote será llevado desde su tumba con los ojos ciegos y sus
corazones insensibles. Mientras son conducidos al Fuego, los heraldos
declararán: ‘Estos son lo que arrojaron a un lado el Corán y rechazaron el
Recuerdo Divino, o los que olvidaron el Corán luego de haberlo estudiado y
aprendido de memoria. Estos son los rebeldes que consintieron todas las clases
de cosas que Alá ha prohibido, como la bebida y el juego, y que nunca pensaron
en lo que iba a suceder con ellos ahora. Su castigo es el Fuego y su lugar el
Infierno.’
“Luego llegará el turno del décimo primer y duodécimo grupo. Tan
benditos son que serán llevados para la Resurrección con los rostros como la
luna llena (es decir, radiantes como la luna en la décimo quinta noche), llevando
la ropa del Paraíso y cabalgando en corceles del Paraíso. Luego de cruzar el
Puente con la velocidad del relámpago, y beber el agua de Kawthar de las manos
del noble Mensajero, llegarán al Paraíso y la Belleza Divina, y obtendrán la
aprobación del Misericordioso. Este grupo, al ser salvados, serán admitidos al
Paraíso con honor, mientras los heraldos proclaman: ‘Estos son los siervos
especiales de Alá. Estas son las personas que obedecieron todas Sus ordenes e
hicieron una obra buena y caritativa por amor a Él. Estos son los honrados, que
evitaron la desobediencia y todas las cosas malas. Estas son las personas del
perdón, del amor y el recuerdo. Realizaron sus cinco plegarias establecidas de la
manera apropiada. Murieron arrepentidos, afirmando la Unidad Divina. La
recompensa de estas personas de fe es el Paraíso, el perdón, la misericordia y la
aprobación, y la Belleza del Misericordioso, que es la meta más elevada,’”

Seguramente los amigos de Alá...ningún temor hay en ellos, ni se afligen.


[10:62]

EL SANTO HASAN AL-BASRI IMPRESIONA A UN VECINO NO CREYENTE

El santo Hasan al-Basri una vez se enfermó. Su vecino, un no creyente,


llegó a visitarlo. “O, Imam,” exclamó, “detecto un mal olor.” El Imam le dijo que
era causado por su enfermedad, pero el vecino insistió: “Ese no es el olor de la
enfermedad. Es un olor a baño. ¡Por el amor de Alá, déjame ver lo que es!” No
notó que las aguas residuales estaban goteando de su casa hacia la del Imam.
Cuando el vecino lo presionó, el Imam finalmente dijo: “Durante algunos meses
tu desagüe se ha estado colando de tu lado. Yo traté de repararlo, pero sin
éxito.” Su vecino le preguntó por qué no se lo había dicho antes, pero el
venerable Imam dijo: “Podría haberte ofendido.” El no creyente se impresionó
tanto por su refinamiento ético que fue ennoblecido con la fe verdadera, pues
reconoció la moralidad del Imam como un rayo del Islam.

EL SÉPTIMO DISCURSO

LA APERTURA DE LAS PUERTAS DEL PARAÍSO

CONTENIDO

Las especiales bendiciones del Mes de Rajab


Preparándose para la Vida Futura
Bancarrota espiritual
La Luz de la Razón, la Luz de la Fe y la Compasión, y la Luz de la Modestia contra la
Oscuridad de la Arrogancia,
La Oscuridad de la Codicia, y la Oscuridad de la Envidia
Los Cuatro Meses Sagrados

HISTORIAS
Thawban aprende acerca del Mes de Rajab
La Mujer que honraba el Bendito Mes de Rajab
Un hombre se arrepiente por su Juventud desperdiciada
Santo Junayd y la Recompensa del Mago

Y corred al perdón de su Señor y a un Jardín preparado para los


temerosos, cuyo ancho son los cielos y tierra (3:133)

LAS ESPECIALES BENDICIONES DEL MES DE RAJAB

Ciertos días son muy especiales porque en ellos abunda la


misericordia del Señor, Su gracia y Generosidad inunda como el
océano, Él absuelve y concede Su perdón en Sus sirvientes, y Él trae
la alegría a aquéllos que se arrepienten ante Él honrándolos entonces
con el Paraíso y Su Belleza. Es Su divina misericordia que Él nos
concede tales días, tales noches, a tales horas.
Estos tiempos especiales incluyen la primera noche del mes de Rajab,
y la primera noche del viernes de ese mismo mes. La siguiente noble
Tradición fue reportada por el venerado Hasan, el querido nieto del
bendito Profeta:
“Hay cuatro noches en el año cuando la misericordia de Alá, Su
perdón, Su generosidad, Su recompensa cae como la lluvia sobre este
el mundo. Benditos son aquellos que saben o vendrán a saber el
valor de estas noches, a saber: 1) la primera noche del noble mes de
Rajab; 2) la noche llamada Bara'a (la Absolución), la decimoquinta
noche del noble mes de Sha°ban; 3) la noche de la fiesta de
Ramadan; 4) la noche de la fiesta de Sacrificio".
Desde que Islam sigue un calendario lunar, el principio de cada día se
cuenta desde ocaso. Así la decimoquinta noche del noble mes de
Sha°ban es la noche del decimocuarto al decimoquinto día. La noche
de fiesta que marca el fin del mes de ayuno es la noche entre el
último día del noble mes de Ramadan y el primer día de la fiesta. La
primera noche de la fiesta de Sacrificio es la noche entre la víspera de
esa fiesta y su primer día. El viernes por la noche es la noche entre
jueves y viernes.
Aquéllos que aprecian el valor y el mérito de tales noches no pasan
estos benditos momentos en la desobediencia sino en el culto y la
obediencia, caridad y buenas acciones, oración y súplica. En tales
noches ellos obtienen la complacencia de su Señor.

Thawban aprende acerca del Mes de Rajab

Thawban, uno de los nobles Compañeros, relata: "Estaba con el


bendito Profeta cuando pasamos por un cementerio. Nuestro Amo se
detuvo allí y empezó a llorar. Su pecho se humedeció con las lágrimas
que fluían de sus ojos. Me acerqué a él y le pregunté: “O Mensajero
de Alá, mi madre, mi padre y yo seamos su rescate, ¿por qué estás tú
llorando? ¿Te ha llegado alguna revelación?" Él contestó: "O Thawban,
aquéllos que están aquí, los muertos que ocupan este cementerio,
están sufriendo el Tormento de la Tumba. Es a causa de su condición
que yo lloro''. Él continuó entonces: "Si ellos hubieron pasado
cualquiera de los días del mes de Rajab en ayuno y rendido culto a
Alá por la noche, ellos se habrían evitado este tormento".
El bendito Mensajero también se reportó que dijo: "Si alguien guarda
la vigilia en la primera noche del mes de Rajab en culto y obediencia,
mientras otros corazones mueren, su corazón no se morirá. El Uno
Todo Glorioso sumerge a ese sirviente en Su misericordia y lo hace
deja limpio de pecado como en el día en que su madre lo dio a luz. A
través de la misericordia de esa noche, él recibe el permiso para
interceder por setenta personas condenadas al Infierno".
¡Qué gracia y generosidad nosotros vemos aquí!... No sólo él es
perdonado sino que también recibe la autoridad para interceder por
otras setenta personas. ¡Qué gracia, qué generosidad, que noche
bendita es esta!. ¿Qué se puede decirle a aquéllos que no pueden
apreciar el valor y la recompensa de esta noche, que desobedece a
Alá y siguen otros caminos, quienes no aprecian lo valioso de sus
vidas y la tiran a los vientos?
Si un hombre fuera a arrojar su oro y sus diamantes en el mar,
destruir la casa en que vive y prenderle fuego a su propiedad,
nosotros le tendríamos lástima y diríamos: "Este pobre hombre debe
haber perdido su razón". Y nosotros tendríamos razón al sentir
compasión por él. Por lo menos él tendría la posibilidad de trabajar y
de ahorrar como para recuperar estos bienes. Pero ni el dinero ni la
labor pueden devolver a la vida aquellos que se ha ido. ¿Es posible
para aquéllos que gastan sus vidas, incluso si la gastan en el pecado,
el volver a la vida cuándo la muerte ha llegado? Claro que no. Esto
significa que su preciosa vida es más valiosa que el oro, las
esmeraldas o cualquier otra cosa.
El bendito Mensajero se informa que dijo: "Mi Comunidad, tengan
cuidado de aprovecharse del Mes de Alá (es decir, del mes de Rajab).
El mes de Rajab es ciertamente el Mes de Alá. Si alguien espera la
recompensa de Alá, ayunará durante un día por ese mes, y el Paraíso
será suyo por derecho. Él irá definitivamente al Paraíso. Si él guarda
ayuno durante dos días él logrará una posición a la vista de Alá como
nadie en cielo o la tierra pueda describir. Si él ayuna durante tres
días, él se vuelve inmune a los dolores de este mundo y a los
tormentos del Más Alla, a la locura, elefantiasis y lepra, y al engaño
de otras personas. Para cualquiera que ayune durante siete días en el
mes de Rajab, las siete Puertas del Infierno se le cerrarán. Si él ayuna
durante ocho días para obtener el placer de Alá, las ocho Puertas del
Paraíso se abrirá para él. Si él ayuna por diez días Alá le concederá
cualquier cosa que él desee. Si él ayuna durante quince días, sus
pecados anteriores no sólo son perdonados, sino que son
transformados en hechos buenos. Si cualquiera ayuna por más de
quince días, Alá aumentará por consiguiente su recompensa".
Según otra noble Tradición, grabada en un libro llamado el Rawdatu-l
Ulama, ayunar para complacer a Alá en el primer día del noble mes
de Rajab expía los pecados de los últimos tres años, mientras ayunar
en el segundo día expía los de los últimos dos años, mientras que
ayunar en el tercer día expía los pecados del ultimo año, mientras
que ayunar en el cuarto y los días subsecuentes dan la expiación de
los pecados cometidos durante el mes anterior. Sólo son perdonados
aquellos pecados que son las cuestiones entre el hombre y Alá; los
derechos de otras personas no son afectados. El cumplimiento de los
derechos humanos es una obligación absoluta, es decir que es
nuestro deber imprescindible el satisfacer a cualquiera que tiene un
derecho encima de nosotros.
Nuestro Amo noble dijo que en la noche de su Ascensión él vio un río
en el Paraíso donde el agua era más dulce que la miel, más frío que la
nieve y olía más dulcemente que el almizcle. Él le preguntó a Gabriel,
con él sea la paz: "¿Quién bebe de este río?" El bendito Gabriel
contestó: "El nombre de este río es Rajab. Si cualquier miembro de tu
Comunidad ayuna en el mes de Rajab y pronuncia bendiciones sobre
ti, el Señor Exaltado le concederá que él beba de este río".
Aquéllos que desean beber de este río deben ayunar en Rajab, “el
Mes de Alá”, y enviar las bendiciones al Mensajero del Omnipotente,
el Intercesor en el Día de Juicio.
Deletreando en árabe la palabra "Rajab" sólo consiste en tres
consonantes “R”, “J” y “B”. La letra “R” es la inicial de Rahma, la
Misericordia de Dios; “J” representa la de jurm, significando el crimen,
mientras que la letra “B” a la palabra bari, que significa el inocente. El
Uno Todo Glorioso dice: "Mi sirviente, tú eres culpable de crimen y
pecado. Solo por Mí, te absuelvo de éstos y te vuelvo inocente. Por
causa de tu desobediencia y pecado yo te he concedido este mes".
Los sabios estudiosos han declarado que estas letras tienen este valor
simbólico. Cuando el mes de Rajab ha terminado y entra en la
Presencia Divina, el Todo Glorioso y Exaltado le dice: "¡O Mi Mes! Te
pregunto si ellos te han amado. Mis Sirvientes, ¿te han trataron con
respeto?" El mes de Rajab no dirá nada en respuesta, aunque el Señor
hará una y otra vez la misma pregunta hasta que finalmente Rajab
dice: "¡O Señor, Tu eres el que cubre todas las Faltas! Tu les has
ordenado a Tus sirvientes que escondan las faltas de otros. Tu
Mensajero me nombró el “Mes Sordo”. Yo he oído lo que Tus sirvientes
ha hecho en obediencia pero fui sordo a su desobediencia y pecado".
Esto explica por qué el mes de Rajab es conocido como el “Mes
Sordo”.
El Uno Todo Glorioso dice: "Tú eres Mi mes, tú no oyes ningún pecado.
Desde que aceptaste a Mis sirvientes junto con sus pecados y su
desobediencia, yo he hecho lo mismo y los he perdonado por tu
causa. Con tal de que ellos muestren el remordimiento una vez, yo les
perdonaré cualquier pecado y desobediencia que ellos hayan
cometido durante tu Mes".
Otra razón por la que el mes de Rajab se llama el “Mes Sordo” es
esta: Dos Ángeles de la Narración siempre están en a nuestro lado
anotando las cosas buenas y malas que nosotros hacemos, pero es
una peculiaridad de Rajab que durante este mes ellos graban sólo
nuestras acciones dignas y no las malas. Entonces en este mes de
Rajab las malas acciones de aquéllos que despliegan penitencia y
remordimiento de la vista y oído de los ángeles, ellos no pueden
grabarlos.
Nuestro noble Amo dijo: "Ciertamente Rajab es el Mes de Alá. El mes
de Sha°ban es mi mes y Ramadan es el mes de mi Comunidad."
Según el Imán al-Suyuti en su libro llamado al-jami al-Saghir, el
venerado Abu Hurayrah dijo: "Aparte del propio Ramadan, el bendito
Mensajero ayunó más a menudo en los meses de Rajab y Sha°ban".
El significado literal de Rajab es: “Venerar, considerar grande". Los
custodios de la Kaaba lo mantiene abierta desde el primero de Rajab
al último, en reverencia y respeto por este mes. En otros meses, ellos
mantienen la Kaaba cerrada excepto los lunes y jueves. Ellos dicen:
"Este mes es el Mes de Dios y esta casa es la Casa de Dios. Desde
que el hombre es el sirviente de Dios, ¿cómo nosotros podemos
dejarlo fuera de la Casa de Dios durante el Mes de Dios?".
La Mujer que honraba el Bendito Mes de Rajab

Había una vez una mujer en la Sagrada Mezquita en Jerusalén, dónde


ella trabajaba como sirviente para complacer a Alá. Cuando Rajab
llegaba ella agregaba a su culto diario el recitar el Sura al-Ikhlas doce
veces en honor de este mes. Durante un año ella continuó su práctica
usual de recitar este capítulo especial del Sagrado Qur'an, cuando un
día ella clamó: "Mi hijo, mi muerte está cercana. Cuando Alá me lleve
lejos quiero que tu me envuelvas en una mortaja hecha por mí de
estas ropas viejas que yo siempre he llevado mientras le rendía culto
a mi Señor y cuando servía". Éste fue su última voluntad.
Unos días después ella murió (o más bien, pasó al otro reino de ser,
porque los creyentes se "vuelven"; son los incrédulos los que
mueren), pero el hijo no llevó a cabo el testamento de su madre. Él
compró una nueva mortaja para enrollar a su madre en ella. Él se
sentía mal ante amigos y enemigos por igual acerca de no haber
hecho su amortaje con su ropa vieja. Esa noche él vio a su madre en
un sueño.
Ella le preguntaba a manera de reproche: "¿Por qué tú no has llevado
a cabo mi testamento?"
Cuando llegó la mañana el hijo tomó la ropa vieja de su madre y se
dirigió hacia el cementerio, pensando en llevar a cabo sus
instrucciones. Él no tenía ninguna otra opción que abrir la tumba de
su madre, ya que en su sueño ella le había dicho: "¿Por qué tú no has
llevado a cabo mi testamento? Yo estoy disgustada contigo. Yo
sostengo esto contra ti'.'
Pero cuando él miró, la tumba estaba vacía. Su madre no estaba en
ella. Él estaba descarriado. Sólo ayer él la había enterrado aquí con
sus propias manos y le había realizado los últimos ritos. Él empezó a
llorar; ¿qué él iba a hacer ahora? Él oyó una voz diciéndole: “¿Tu no lo
has oído, tu no lo sabias? Si alguien honra Rajab, que es Nuestro mes,
Nosotros no dejamos a esa persona sola en la tumba”.

Aquéllos que sirven a Alá, que aman a Alá y son amigos de Alá no son
dejados en la oscuridad. Cuando ellos dejan este mundo, encuentran
la felicidad eterna. Ellos van a la vida eterna. A ellos se les otorgan las
recompensas que ningún ojo ha visto alguna vez, u oídos escuchado,
inconcebibles a la mente humana y al corazón.
Saquen provecho de tales días; tomen la oportunidad que ellos
representan.
Luego de un tiempo tú serás tomado de esta casa de invitados en un
ataúd y, al dolor de tus amigos y al deleite de tus enemigos, serás
depositado a ese agujero terrible, solo allí con tus acciones.

PREPARÁNDOSE PARA EL MÁS ALLA

Los amigos y compañeros que tú necesitarás son tus buenas


acciones: la fe, la oración, el ayuno, la limosna y la bondad, el
recuerdo de Alá, la veracidad y el respeto de los derechos de todos
los seres creados divinamente. Nuestro Amo, el bendito Mensajero de
Alá, dijo: "Cuando una persona se muere, todas sus acciones llegan a
su fin, pero de todos los buenos hechos hay tres que siguen
trabajando: la recompensa por estos es constantemente grababa en
la columna del crédito del Registro de Acciones".
Éstas son:

1. Continua caridad como la construcción de escuelas y fuentes, la


apertura de pozos, el establecimiento de hospitales y mezquitas, la
apertura de canales, caminos y puentes, plantando de árboles. . . Por
tanto estos trabajos caritativos perduren, el Registro de Hechos queda
abierto y la recompensa por ellos sigue grabándose.
2. Criando a buenos niños: El hacer crecer a niños de buen carácter
que sirvan a su religión, su país, su comunidad y a sus compañeros
seres humanos. Aun cuando el niño criado no sea propio sino que
pertenece a alguien más, el premio por ese bien se acreditará a los
responsables de su educación.
3. Instruyendo a estudiantes o manteniendo su educación. Los
creyentes tienen un deber de estudiar las ciencias del Qur'an, pero
también la medicina (incluyendo cirugía veterinaria y farmacología),
diseño, arquitectura, ley, geografía, química, economía, y todas tales
ramas de conocimiento. Hay gran mérito subsecuentemente
enseñando o estudiando estos asuntos, el Libro del Crédito queda
abierto para aquéllos que construyen las escuelas para este propósito
tanto como los estudiantes continúen asistiendo a ellos y el
conocimiento continúe siendo impartido allí. Pero hay una condición al
logro de este gran premio: ese uno debe creer en Alá, el Mensajero, y
las escrituras celestiales, sobre todo en el Sagrado Qur'an. Ninguna
de estas ciencias está fuera del alcance del Santo Qur'an.

Si una persona no cree en las cosas que dependen de la fe, todas sus
buenas acciones no pueden tener valor para él Mas Alla, como el
Santo Qur'an establece explícitamente. Para uno que no cree, las
recompensas por los buenos actos arriba expresados se confinan a
este mundo. A él se lo llamará un gran hombre y será nombrado con
todo respeto pero todo estas atenciones permanecerán en este
mundo. La capital del Mas Alla es la fe, Islam. Siempre existe la
probabilidad, sin embargo, que aquéllos que hacen este tipo de
buenos actos, sean miembros de otras religiones o incluso personas
de ninguna religión, quienes a causa de estos hechos buenos sean
bendecidos antes de que ellos mueran con la fe e Islam. Pero está
escrito en los libros autorizados que aquéllos que se olvidan de la
religión de Dios y Su camino, y no se comprometen en los buenas
acciones, perderán su fe al último momento y enfrentarán el
tormento en el Más Allá. Los creyentes deben por consiguiente
apresurarse en realizar buenas acciones y caridad y afianzar ambos a
su bienestar y a prosperidad en este mundo y en el Más Alla. Así
como la pereza, la dejadez y la maldad le causarán a uno el ser
privado de la fe, las buenas acciones son la agencia más importante
por asegurarse que esa fe no está perdida.

BANCARROTA ESPIRITUAL

El bendito Profeta preguntó una vez: “¿Saben ustedes lo que significa


para un miembro de mi Comunidad el estar en bancarrota?" Sus
Compañeros contestaron: "La bancarrota entre nosotros es alguien
que no tiene ni dinero ni bienes" Pero el bendito Mensajero dijo: "En
mi Comunidad, el que esta en bancarrota es aquél que se presenta en
el Día de Resurrección con sus oraciones, su ayuno y su limosna, pero
que también se presenta como alguien que ha ultrajado, acusado a
alguien falsamente, malversado los bienes de otro, que a estropeado
a alguien y derramado sangre. Él será sentado mientras la
compensación por todo esto se paga con sus buenas acciones; si sus
buenas acciones se agotan antes de que las cuentas queden
cerradas, se substraerán los pecados de aquéllos él ha dañado y se
agregarán a los suyos. Entonces él será lanzado en el Fuego".
La fe es perpetuada por la conducta virtuosa, y la conducta virtuosa
siguiendo la ética del Qur'an y el ejemplo del noble Mensajero. Éstos
son los medios con los que nosotros debemos corregir nuestros malos
hábitos y debemos cultivar la conducta buena. Aun cuando nosotros
no logremos algo positivamente bueno, debemos por lo menos evitar
no tenido malos hábitos, ya que éstos pueden terminar que nuestra
muerte sea sin fe y que suframos el tormento eterno. De hecho,
nuestro castigo puede adelantarse en este mundo.
Estas debilidades fatales incluyen la vanidad, orgullo, la hipocresía,
irascibilidad, envidia y la lujuria por la riqueza y el status. El amor por
la riqueza da lugar a dos dolencias extensas para las que ningún
doctor tiene la cura:
1. la glotonería
2. la sensualidad
Todo lo anterior son enfermedades espirituales. Aquéllos afligidos con
cualquiera de ellos están obligados a pagar el precio en este mundo
absolutamente y en el Mas Alla, a menos que nosotros obtengamos
ayuda divina, una guía y nos libremos de estas enfermedades
arrepintiéndonos y buscando el perdón.
La vanidad, o el amor propio, es una enfermedad que normalmente
aflige a las personas dogmáticas y santurronas. Satanás trabaja en
ellos incluso al punto de hacerles que pierdan el valor de sus
oraciones, ayunos y peregrinación, engañándolos en creer que nadie
los observa; las órdenes de dios son como las de ellos. De esta
manera él frustra sus buenos actos. A las personas les gusta esto de
que solo ellos se consideran que encajan en el Paraíso, mientras
depositan a todos los demás en el Infierno. Ellos empiezan a hacer
todo, no por causa de Alá sino para impresionar a otras personas.
Esta seria aflicción se llama la hipocresía. Algunos sabios estudiosos
han llegado a decir que la hipocresía está ocultando el politeísmo.
El Orgullo o la arrogancia son de hecho muy malos y constituyen una
de las cualidades más odiadas por Alá. El arrogante es el enemigo de
Alá. Fue la arrogancia la que causó que Satanás fuese expelido de la
Misericordia Divina. Nuestro Amo, el Amado del Señor, nos ha dicho
que una persona en cuyo corazón hay tanto como un átomo de
orgullo será incapaz de entrar en el Paraíso. El orgullo santurrón es
aun peor que la arrogancia ya que apenas se describe como que este
último se dirige hacia otros considerando y sintiéndose auto
orientador, una forma de amor propio.
La irascibilidad es lo contrario de la placidez. A quién normalmente le
sube el enojo luego se arrepiente. La rapidez para encolerizarse es un
defecto muy serio de carácter, tu no conseguiría que un creyente
dejara su religión si les ofrecieras un millón de dólares, pero si le
permites entrar en una rabia, él podría proferir tal blasfemia que toda
su religión y su fe se irían volando. . .
La envidia también es una característica muy mala. Quema a su
dueño así como el fuego a la madera. Lo arrastra incluso en el fuego
de este mundo para que él empiece aquí a sufrir el tormento de
Infierno.

LA LUZ DE LA RAZÓN, LA LUZ DE LA FE Y LA COMPASIÓN,


Y LA LUZ DE LA MODESTIA contra LA OSCURIDAD DE LA
ARROGANCIA
LA OSCURIDAD DE LA CODICIA Y LA OSCURIDAD DE LA
ENVIDIA

Después de su expulsión del Paraíso, el venerado Adán se pasó


muchos años llorando en un solo lapso, hasta que fue finalmente
perdonado. Alá le mostró tres luces, y le dijo que les preguntara sus
identidades. El venerado Adán preguntó a la primera luz: "¿A quién
tengo el honor de dirigirme? ¿Tu nombre, si es de tu agrado? " La
primera luz contestó: "Yo soy la razón".
"¿Cuál es tu posición y función? ¿Con qué has sido ennoblecida?".
"Mi estación es la cabeza humana. Yo distingo lo bueno y lo malo.
Todos los tipos de habilidades se manifiestan en aquéllos que me
tienen dentro de sus cráneos. Las palabras fluyen de sus lenguas
como el Agua de la Vida. Yo soy el significado a través del cual el
camino al Paraíso, la belleza de la Verdad y la aprobación Divina se
obtienen".
El venerado Adán expresó en su oración que Alá siempre honre la Luz
de la Razón, entonces él se volvió a la segunda luz y le preguntó:
"¿Cuál es tu estación, O honorable Luz? ¿Cuál es tu función? ¿Me
dices tu nombre?"
La segunda luz dio esta contestación: "Mi nombre es la Modestia. Yo
resido en el ojo humano. El ojo en el que yo resido no ve otra mas que
a Alá. Incluso los ángeles son vergonzosos desde que poseen la
modestia. El ojo en el que yo resido es un ojo que distingue
finamente. Como el venerado Uthman de la Doble Luz dijo:

"Aquél ojo en el que no se ha engendrado ningún discernimiento,


es como un enemigo dentro de la cabeza de su dueño.

El venerado Adán dijo: “Quiera Alá honrarte a ti también. ¡Cuán


benditos y afortunados son aquéllos de nuestros niños que lo
poseen!" Entonces él se volvió a la tercera luz diciendo: "¡Qué luz
espléndida eres, que noble joya! ¿Cuál es tu nombre y función, y cuál
es tu estación?"
La tercera luz contestó: "Mi nombre es la Compasión. Mi estación está
en el corazón humano. Yo resido en los corazones creyentes. En los
Corazones en los que yo he entrado tienen luz por dentro y por fuera.
Por consiguiente el dueño de un corazón en el que yo resido logra la
felicidad en este mundo y la liberación en el Mas Allá".

De acuerdo a otro relato, el Señor de Majestad le mostró las tres luces


al venerado Adán y le ordenó que tomara una de ellos. El venerado
Adán escogió la Luz de Razón, prefiriéndola por encima de las Luces
de la Fe y la Modestia. Pero la Luz de la Fe objetó diciendo: “La razón
y yo vamos juntas, estamos indisolublemente unidas". Entonces la
Luz de Modestia agregó: "Y yo soy inseparable de la Fe".
A Adán, con él sea la paz, le fue dicho que mirara hacia su izquierda
dónde él vio tres entonces tres horribles luces oscuras. Ellas eran
indescriptiblemente impuras y horrorizantes. Al venerado Adán le fue
ordenado que le preguntara sus nombres, lugares y funciones a estas
tres luces oscuras. A la primera de ellas le dijo: "¡Cuán sucia eres tu!
¿Cuál es tu nombre, cuál es tu lugar y cuál es tu función?" La
oscuridad contestó: "Mi nombre es la Arrogancia. Mi función es hacer
a los hombres sufrir la ira del Señor. Mi lugar es la cabeza humana. Si
yo estoy presente en alguien su cabeza lo aleja de la Verdad".
El venerado Adán dijo: “¡O Arrogancia, no mientas!” En la cabeza
humana hay tal joya, tal luz, como la Razón". “De hecho, así es", dijo
que la oscuridad, "pero cuando la Razón se va, soy yo quien reside en
esa cabeza y tomo control de ese cuerpo".
El venerado Adán preguntó entonces a la segunda oscuridad: "¿Cuál
es su nombre, dónde resides y cual es tu función?" La segunda
oscuridad contestó: "Mi nombre es la Codicia. Mi residencia es en el
ojo humano. Cualquier ser humano en el cual yo resido, resigna de la
humanidad y se convierte en un animal. Luego le dice adiós a la
religión, fe, conocimiento y sabiduría, honor, virtud y conciencia".
El Profeta Adán, la paz sea con él, dijo: “¡Silencio, no mienta!. Hay
Modestia en el ojo humano”. “De hecho la hay", dijo la oscuridad,
"pero cuando la Modestia se va, yo entro y conmigo vienen los
problemas".
El venerado Elegido de Alá obedeciendo la orden entonces se dirigió a
la tercera oscuridad: "¡Qué criatura sucia eres! ¿Cuál es su nombre,
dónde resides, y cual es tu función?" La oscuridad contestó: "Mi
nombre es la Envidia. Mi lugar es el corazón. En cuanto a mi función,
si yo me establezco en un corazón, ninguna religión, ni fe, ni la
verdad permanecen en él. Yo quemo a mi huésped en el fuego.
Aquéllos que me llevan dentro se encuentran por debajo de los
animales, peor que los diablos; ellos están condenados a la
perdición".
El Profeta Adán dijo: “¡Silencio, no mienta!, La Compasión reside en el
corazón".
"En verdad, O Adán", dijo la tercera oscuridad, "yo no puedo coexistir
con la Compasión pero cuando la Compasión se va yo tomo su lugar.
El amor por el estatus es fatalmente pernicioso. Ha habido miles con
ambiciones insaciables como aquéllos que martirizaron al Imán
Husayn en Karbala por causa del gobierno de Tabaristan. Ellos han ido
ahora al Infierno, dejando que las aves duerman y las arañas hagan
sus tejidos en sus asientos de poder.
En cuanto a aquéllos con un amor por la riqueza, como Qarun, la
tierra se los traga junto a sus posesiones. Su preciada propiedad es
dividida entre sus herederos y ellos son condenados al tormento.
La glotonería es el apetito insaciable por la comida. Glotones que
comieron y crecieron en gordura, ahora yacen en la tierra engordando
serpientes y gusanos.
En cuanto a la lujuria sensual, cinco minutos de placer tienen
consecuencias incalculables durante toda la vida en lo que se refiere
a la degradación, humillación, estigmatización, ostracismo social y
destierro de la Presencia de Alá. Serán golpeados con violencia con
una infatuación como Zulaykha, entonces aunque seas un rey sufrirás
la degradación. Pero si tu resistes a tu pasión firmemente como
Joseph, en él sea la paz, entonces tu seas un esclavo te convertirás
en un rey.
El bendito Profeta dijo:
"Aquél que se arrepiente por un pecado se vuelve como uno que es
puro."
Nosotros somos las criaturas débiles. Alá es Fuerte. Nosotros somos
mortales, Él es Eterno. ¿Qué podríamos hacer nosotros si Él de
repente extingue la luz de nuestros ojos? Si Él debe llevarse nuestra
razón, entonces cualquiera de nosotros sería llevado directo a un
hospital mental. ¿Qué podríamos hacer nosotros si nuestras manos se
marchitaran o nuestros pies fueran paralizados? ¿Qué doctor podría
ayudarnos a menos que Alá le conceda Su Curación? Es tiempo de
que nosotros tomemos el aviso. Cada día amigos nuestros dan el paso
al Más Allá. Nuestro turno también vendrá. No hay sirviente ni pecado
que Alá, Señor de Majestad, no perdone. Él es el Señor de
Generosidad. Si alguna vez Satanás se postrase en la tumba de Adán,
diciendo: “O Señor, ten misericordia!" Incluso él sería perdonado.
Nosotros somos los descendientes de Adán y miembros de la
Comunidad del venerado Mensajero. Nuestro lugar es elevado a la
vista de Alá. Si nosotros perdonamos, entonces encontraremos
perdón y más perdón. El paraíso ha sido preparado para nosotros. El
significado literal del Verso que nosotros citamos al principio de este
discurso es este. Alá nos invita a Su perdón y a Su remisión. Él
anuncia que Él ha creado el Paraíso para nosotros. Muchos pueden ser
nuestros pecados, pero ellos no pueden exceder la misericordia de
nuestro Señor.

Un hombre se arrepiente por su Juventud desperdiciada

Un compañero que había rendido culto a Alá en su juventud, pero que


después lo había dejado, se miró un día en el espejo y vio unos
cabellos grises en su cabeza y en su barba. "Señor, ¿qué he hecho
yo?" él dijo. Entonces empezó a desear arrepentirse ante Alá, para
que su Señor le perdone. Él pensaba: "¿Qué haré después de haber
desperdiciado mi vida en la desobediencia a Alá?". Entonces oyó una
Voz dirigiéndose a él: "Mi sirviente, yo te amo. Tu me amas. Entonces,
aunque tu me has dado la espalda, yo no te destruí sino que te di tu
sustento. Si tu te arrepientes y regresas a mí, yo te amaré de nuevo".

Alá es el Señor de la Soberanía, Su misericordia es abundante, Su


gracia extensa y Su generosidad interminable. Él perdona a aquéllos
que se arrepienten ante Él. Él perdona sus pecados. En tres meses
sobre todo, Su misericordia y Su generosidad son desbordantes. Todas
las noches una Voz puede oírse:
“¿No hay ninguno que nos ame para que Nosotros le amemos? ¿No
hay ninguno que se arrepienta para que Nosotros podamos aceptar su
arrepentimiento? ¿No hay ninguno que busque el perdón para que
Nosotros podamos perdonarle? ¿No hay ninguno con demande para
que Nosotros podamos concederle? ¿No hay ninguno buscando el
Paraíso para que Nosotros podamos dárselo? ¿No hay ninguno
buscándome para que yo pueda mostrarle Mi Belleza?".
El venerado Abu Bakr dijo: "La primera noche del viernes de Rajab es
la que nosotros llamamos Laylat al-Ragha'ib. En el tercer cuarto de
esa noche, hacia la mañana, los ángeles del cielo y de la tierra se
reúnen frente a la Ka°ba y realizan su súplica a Alá. El Uno Todo
Glorioso les dice: “O Mis ángeles, pregunten a Mi cualquier cosa que
ustedes deseen. . .”Los ángeles contestan: “Lo que nosotros
preguntamos de Tu Ser más Glorioso y Exaltado es que si perdonas a
la Comunidad de Muhammad que guarda ayuno en honor del mes de
Rajab”.
El Señor de la Majestad dice: “Ciertamente yo los perdono y los alegro
con el Paraíso y Mi Belleza”. Diciendo esto, Él nos sumerge, a la
Comunidad de Muhammad, en Su misericordia".

Aquéllos que llevan el Trono y aquéllos que alrededor de él cantan los


himnos y las alabanzas a su Señor y creen en Él y ellos piden el
perdón para aquéllos que creen: “Nuestro Señor, Tú contienes todas
las cosas en la misericordia y conocimiento; por consiguiente,
perdona aquéllos que se arrepienten y siguen Tu camino, y se
guardan contra el castigo del Infierno: (40:71)
La venerada A´isha, Madre de los Creyentes, informó lo siguiente
acerca del bendito Mensajero:

"En el Día de la Resurrección todos los hombres tendrán hambre. Las


únicas excepciones serán los Profetas, las familias de los Profetas, y
aquéllos que ayunen los meses de Rajab, Sha°ban y Ramadan.
Aquéllos que ayunen los meses de Rajab, Sha°ban y Ramadan no
experimentarán ni el hambre ni la sed".
El bendito Mensajero de Alá también se informa que dijo: "Cuando
llegue el Día de la Resurrección, un heraldo convocará: “¿Dónde
están aquéllos que ayunaron en honor del mes de Rajab?".
Después de esto una luz aparecerá. Gabriel y Miquel seguirán la
dirección de la luz. Aquéllos que honran el mes de Rajab y guardan el
ayuno los seguirán y pasarán como un relámpago por el puente del
Infierno llamado Sirat. Cuando ellos hayan hecho ese terrible cruce,
ellos agradecerán a Alá por haberlos cruzado a través del Sirat.
Cuando ellos realicen la postración oirán una Voz que les dirá: "O
ustedes quienes respetaron el mes de Rajab, levanten sus cabezas de
la postración. La postración era algo a realizar en él más bajo mundo.
¡Ahora entren a sus moradas en el Paraíso y saboreen a puro
deleite!". Cosas así serán los favores mostrados a aquéllos que
honren Rajab.

El bendito Mensajero dijo: "Si ustedes desean que sus almas sean
llevadas en el momento de la muerte en consuelo y sin dolor o
sedientos, que estén protegidos en ese momento del mal de Satanás
y morir en fe, entonces arrepiéntanse con pesar de sus pasados
pecados cometidos durante el mes de Rajab y gasten la mayoría de
sus días en ayunar. Recuerden muy a menudo a su Señor. Entren a
salvo en el Paraíso por gracia de su Señor".

El venerado Anas dijo: "Ocurrió que me encontré con Muadh ibn Jabal
y le pregunté: “O Muadh, ¿dónde has estado? “. “He estado con el
bendito Profeta”, dijo él. “¿Él dijo algo?”, Le pregunté, después de lo
cual él me respondió:
“Yo escuché que si una persona dice que hay ningún otro dios sino
Alá", y lo dice de manera genuina y sinceramente, él entrará en el
Paraíso. Él dijo que si alguien ayuna durante un día en honor a Alá en
el mes de Rajab, él también entrará en el Paraíso”. Entonces fui a la
mezquita dónde me encontré al bendito Mensajero. Yo le dije:
“O, Mensajero de Alá, Muadh me informó que tú has dicho que si
alguien dice: “que no hay ningún otro dios sino Alá”, y que si ayuna
para complacer a Alá durante un día en Rajab, él entrará en el
Paraíso”.
Él dijo: “Sí, Muadh te ha dijo la verdad. Yo dije eso".

Cuando Rajab llegaba, el bendito Mensajero:


"¡O Alá, bendice nuestro Rajab y Sha°ban, y tráenos a Ramadan!".
LOS CUATRO MESES SAGRADOS

Alá ha dividido el año en doce meses y cuatro de ellos son sagrados.


Tres de los cuatro son sucesivos, a saber Dhu'l Qa°da, Dhu'l Hijjah y
Muharram, mientras que Rajab sólo. Estos meses fueron honrados e
incluso respetados en el Tiempo de la Ignorancia, y nosotros debemos
apreciarlos.
Permítanos obedecer a nuestro Señor y conforme a los mandos del
Qur'an, que podamos disfrutar en ambos mundos. . .
La gloria a nuestro Señor, el Señor de Majestad más allá de toda
descripción; y que la paz esté con los Mensajeros; y la alabanza sea a
Alá, Señor de Todos los Mundos.

Santo Junayd y la Recompensa del Mago

Santo Junayd al-Baghdadi, santificado sea su espíritu, relató:


"Un día nevado vi a un Mago alimentando a sus pájaros. Le dije a ese
adorador de Fuego: "Tú no verás la recompensa por lo que estás
haciendo mientras estés sin fe y no entres al Islam. Alá sólo acepta
tales buenas acciones de los creyentes".
El Mago contestó: "Quizás Él no lo acepte, pero, ¿Ciertamente El ve y
sabe lo que yo estoy haciendo?"
"Por supuesto, Él sabe", dije.
"Bien”, él dijo, “entonces eso basta para mí".
Varios años después, deseando visitar la Casa de Alá durante el
tiempo de la Peregrinación, fui a La Meca la Ennoblecida. Cuando
estaba realizando la circunvalación de la venerada Ka°ba, noté que
un hombre realizaba el circuito a la Casa de Alá en un estado de
profundo amor y éxtasis. Las lágrimas vertieron de sus ojos cuando él
dijo: “¡O Dueño de este Universo! ¡O Señor de esta Casa! ¡Tú eres el
que Todo lo ve, El que todo lo oye, El que todo lo conoce!”. Su cara
estaba encendida con la luz de la fe. Cuando lo miré de cerca,
reconocí que esa cara radiante era la del adorador del fuego que yo
había visto alimentando los pájaros un día nevado algunos años
antes. Después de la circunvalación, me le acerqué y lo tomé
suavemente del el brazo.
“De hecho Dios vio y supo”, dijo él. Entonces, mirándome con
asombro él clamó:
“Dios es Uno, Su Mensajero es Ahmad', y entregó su espíritu.
"En ese momento escuché una voz dirigiéndose a mí”:
“O Junayd, ti anhelabas Mi Casa, tu viniste y encontraste Mi Casa, el
vino a Mí y Me encontró".

EL OCTAVO DISCURSO

LAS BENDICIONES PARA EL BENDITO PROFETA


Bismi’llahi’r-rahmani’r-rahim
En el Nombre d eAlá. El Misericordioso y el Compasivo

CONTENIDO

La Gracia Salvadora de las Nobles Bendiciones


Las Bendiciones también benefician la salmas de los muertos
Por qué la gente sufre el tormento de la tumba
Las Bendiciones son recompensadas en ambos Mundos
Los Derechos del Ser Humano y del Animal no pueden ser descuidados
Cómo ser digno de Membresía en la Comunidad del Bendito
Mensajero
La Gran Plegaria del Arrepentimiento

HISTORIAS
Un Hombre Virtuoso Aprende a Nunca Omitir las Bendiciones
LA INVOCACIÓN DE UN COLEGIAL TRAE ALIVIO AL ALMA DE SU PADRE
LOS SUEÑOS NOTABLES EXPERIMENTADOS POR EL SANTO HASAN AL-
BASRI
UN CAMELLO TESTIFICA POR UN HOMBRE FALSAMENTE ACUSADO
El Santo Sufyan y la Historia del Hijo del Usurero
EL BENDITO JESÚS Y EL HOMBRE QUE SE AYUDÓ POR UN PALILLO

LA GRACIA SALVADORA DE LAS NOBLES BENDICIONES

Alá es el Primero y el Último, el Exterior y el Interno. ¡Que Sus


infinitas bendiciones y paz asistan a nuestro Amo el Profeta, sus
esposas, su descendencia, su familia y sus compañeros! ¡Alá bendiga
a Muhammad, el intercesor para nuestros pecados y el médico de
nuestros corazones, y le da paz!
Cada musulmán debe amar al Profeta más Noble, la Luz Original y
Último Mensajero, ya que es él quién lleva a la humanidad de la
incredulidad y error hacia la buena guía y salvación, quien nos
muestra el camino hacia el Paraíso y nos lleva hacia la Belleza Divina.
Ningún otro Profeta ni Mensajero vendrán detrás de él. Él es el último
Profeta. Él es el Jefe de los Profetas. Él es la Guía de los Santos. Él es
el Mensajero y Profeta de hombres y jinns. Cada creyente tiene un
deber para amarlo y obedecerlo. Nuestra fe no será perfecta hasta
que nosotros lo amemos más que a todo aquello que nosotros
poseemos.

Un Hombre Virtuoso Aprende a Nunca Omitir las Bendiciones


Un creyente honorable y virtuoso una vez no pronunció las
bendiciones con que él debería de haber concluido su oración ritual
obligatoria. Esa noche, nuestro Amo el Profeta más Noble se le
apareció a él en un sueño y le preguntó:
"¿Por qué has omitido mis bendiciones en tu oración esta tarde?" El
hombre virtuoso contestó:
“O Mensajero de Alá, como tú ciertamente sabes, di las alabanzas a
Alá y lo exalté. Pero mi trabajo apremiaba; en mi apuro, me olvidé de
pronunciar las bendiciones y la paz en ti".
Nuestro bendito Amo dijo entonces: “¿Tú no has oído mis palabras?
¿No he dicho que las buenas acciones se reservan si se detienen las
bendiciones hacia mí? Eso significa que ellas no obtienen la
aceptación divina; ellas no se presentan a Alá. Las oraciones se
mantienen en suspenso, se sostienen en la ansiedad, sin ser
contestadas. Aunque un sirviente realice todos los trabajos buenos en
este mundo, si esos trabajos buenos no incluyen el afecto y las
bendiciones para mí, ellas no serán aceptadas en el Día de
Resurrección".
Esto no debe ser descartado como "simplemente un sueño, después
de todo". Nuestro Amo nos dice, en una de sus Tradiciones nobles:
"Aquél que me ve en un sueño, ciertamente que me ha visto. Satanás
no puede asumir mi forma". El Mensajero de Alá, en él sean
bendiciones y paz, también dijo: "El avaro es quién oye que se me
menciona pero no me bendice".
Según a una bien conocida Tradición: "El avaro no entrará en el
Paraíso sin embargo sí los piadosos, pero la persona generosa será
admitida en el Paraíso aun cuando sea un inmoral". Cuando alguien
siente el afecto, constantemente menciona el objeto de ese afecto. La
bendición es una forma de culto, quizá el muy importante a la
morada de amor. La bendición es la forma más elevada de súplica a
Alá.
Nosotros debemos decir por consiguiente: "¡O mi Señor, dé las
bendiciones y paz a Su Mensajero en mi nombre! Yo soy incapaz de
tal bendición. Sólo Usted, a través de Su Divinidad, sabe las
bendiciones y paz él merece".
Muchas nobles Tradiciones confirman nuestro entendimiento de que
las bendiciones sobre el Mensajero representan la forma más elevada
de oración y son la causa de nuestra salvación, por ejemplo:
"En el Día de la Resurrección, los más dignos de mi intercesión son
aquéllos que a menudo me dan las bendiciones."
"Cada musulmán es acompañado por dos ángeles. Si al mencionar mi
nombre, el musulmán me bendice, los dos ángeles oran: “¡Alá,
perdona a este sirviente Tuyo!”. Pero si él no me bendice cuando se
menciona mi nombre, los dos ángeles le dicen: “Has perdido esta
oportunidad. ¡Que Alá no te perdone!”. ' Los otros ángeles dicen
“'Amén” a esta maldición".
"Siempre que una súplica sea hecha, un velo se cae entre esa oración
y Alá. No se le presenta a Él hasta que se den las bendiciones al
Profeta, con él sea la paz. Sólo cuando el suplicante recita las nobles
bendiciones es que su petición llega a Alá. Ese obstáculo, ese velo, es
entonces removido". (Relatado por el venerado Anas ibn Malik.)
"Alá ha creado un ángel encima de mi tumba y lo ha puesto a cargo
allí. La función de este ángel continuará hasta el Día de Resurrección;
si cualquier miembro de mi Comunidad me envía las bendiciones, el
ángel me informa de eso, diciendo:
“O Mensajero de Alá, esto y esto, un miembro de tu Comunidad, dio
las bendiciones a ti, el Profeta más Noble”.
Esta última Tradición fue relatada por el venerado Abu Hurayrah e
Ammar ibn Yasir que también estaba presente cuando otros
Compañeros preguntaron el significado de las bendiciones en el Verso
del Glorioso Qur'an:
"Alá y Sus ángeles bendicen al Profeta. . . " El Mensajero les dijo:
"Ése es el conocimiento confidencial. Sólo Alá sabe el significado de
las bendiciones. Si se me hubiera permitido el decir el secreto, se los
habría dicho a ustedes".
Un pío individuo soñó una vez que él iba a encontrarse con el
Mensajero de Alá, pero nuestro Amo no le prestó atención. “O
Mensajero de Alá", dijo al soñador, "veo que tu estás enfadado
conmigo. ¿Yo he sido culpable de alguna falta de respeto hacia ti? " El
Profeta bendito dijo: "¡Yo no te conozco!" a lo que el hombre dijo: "Yo
soy tal y tal, el piadoso”. Pero nuestro Amo continuaba negando el
conocimiento de él. Esta vez el hombre piadoso dijo: “O Mensajero de
Alá”, yo he oído que los sabios estudiosos dicen que tu conoces tu
Comunidad como un padre conoce a sus niños. . . ". A esto, nuestro
Amo bendito contestó: “Lo que los estudiosos dicen es verdad. Yo soy
su Profeta. Yo conozco a cada uno de ustedes como conozco a mis
propios niños. Sin embargo, mi familiaridad con ustedes es
correspondiente con tu conocimiento de mí. Yo soy mas íntimo con
aquéllos cuyo afecto por mi es más grande".

LAS BENDICIONES TAMBIÉN BENEFICIAN LAS ALMAS DE LOS


MUERTOS

Cuando nosotros visitamos un cementerio, debemos recitar lo


siguiente por causa de los musulmanes que han partido y que yacen
enterrados allí: tres Bendiciones, tres recitaciones de Sura al-Ikhlas y
una lectura de Sura al-Fatiha. Mientras hacemos esto, debemos
recordar que nosotros estaremos uniéndolos un día. Quizás, a través
de nuestras ofrendas, su agonía se alivie y su tormento transforme
en generosidad.
LA INVOCACIÓN DE UN COLEGIAL TRAE ALIVIO AL ALMA DE SU PADRE

Un día, mientras estaba pasando por un cementerio, el bendito


Mensajero se detuvo junto a una sepultura. Al verlo llorar mucho y en
voz alta, su Compañero le preguntó: “O, Mensajero de Alá, ¿cuál es la
razón de tus lágrimas? ¿Te ha bajado una revelación? ¿Eso es lo que
tanto te afecta?” Nuestro amo respondió: “No, esta vez esa no es la
razón. Estoy llorando a causa del dolor que siente por el que yace
aquí, sufriendo el tormento de la tumba y pasando por una agonía
espantosa. ¿Cómo sería si el resto de mi Comunidad sufriera así?”
Cuando luego volvieron por el mismo camino, se detuvo en esa
sepultura y sonrió. “O, Mensajero de Alá,” se aventuró a preguntar el
Compañero, “¿cómo es que ahora te estás sonriendo? Hace sólo un
momento estaban llorando por el habitante de esta misma tumba.”
Nuestro Amo explicó: “Gabriel llegó y me dijo que el hombre que
yace aquí tiene un hijo. Cuando el muchacho hoy se puso en marcha
hacia la escuela, invocó el Nombre de Alá, el Misericordioso y el
Compasivo, y a causa de eso el Glorioso transformó el tormento de su
padre en dicha.”

POR QUÉ LA GENTE SUFRE EL TORMENTO DE LA TUMBA

El bendito Mensajero de Alá dijo: “Cuatro cosas causan el


tormento de la tumba, a saber: (1) La suciedad (en la higiene
personal); (2) La desobediencia a los padres y el descuido de lo que
les corresponde; (3) Mentir (la peor forma de inmoralidad); (4)
Esparcir chismes y causar disensión.”

LOS SUEÑOS NOTABLES EXPERIMENTADOS POR EL SANTO HASAN AL-BASRI

Una mujer una vez se acercó al venerable Hasan al-Basri con


esta súplica: “O, Señor, una hija mía ha muerto. Desearía poder verla
al menos en un sueño. Enséñame cómo puedo ver a mi niña sólo una
vez, y extinguir así el fuego de mi anhelo.”
El venerable Hasan al-Basri le enseñó a esa mujer lo que debía
hacer para ver a su hija. Ese Viernes a la noche ella oró como le había
enseñado, suplicando seriamente a Alá que le mostrara una visión de
su hija, luego se acostó a dormir. Durante la noche soñó con su hija
en un estado trágico, que le hizo trizas el corazón. Pero la niña había
sido creada para llevar ropa infernal de brea, tenía su cuello
encadenado y sus piernas engrilladas con fuego. Cuando la madre se
despertó a la mañana siguiente, corrió llorando hacia el venerable
Hasan al-Basri, Llorosamente le describió la terrible condición en la
que había visto a su hija, le imploró que le dijera cómo se podría
salvar la niña de este tormento, y lo que podía hacer ella para
ayudarla. El venerable Hasan al-Basri y los otros que estaban
presentes en la mezquita lloraron por aquella mujer y su pobre hija;
pensando en la soledad de la oscura tumba que también los esperaba
a ellos, le rogaron al Señor de Todos los Mundos que tuviera
compasión.
Algún tiempo después, el venerable Hasan al-Basri soñó una
noche que veía a una hermosa muchacha en el Paraíso, sentada en
un alto trono sumamente decorado y llevando una corona de
indescriptible belleza. Parecía más brillante que el sol, vestida como
estaba con prensas imposibles de describir. Ella le preguntó a Hasan
al-Basri: “¿Me reconoces, O, Imam?” El venerable Imam respondió:
“Qué hija del Mensajero eres, qué esposa del Profeta eres tú?” La
hermosa muchacha dijo entonces: “¡Ven ahora! ¿Recuerdas a una
mujer que una vez le enseñaste a rezar para que pudiera ver a su
hija? Bueno, yo soy la hija de aquella mujer.”
“Aquella mujer me dijo que su hija estaba en un tormento;” dijo
el santo. “¿Por qué razón has sido elevada a este elevado estadío?”
La muchacha respondió: “Uno de los siervos amados de Alá se detuvo
mientras pasaba por el cementerio en donde estamos enterrados.
Recitó tres bendiciones por el bendito Mensajero, y nos donó su
recompensa. En ese cementerio en donde estoy, quinientas cincuenta
personas como yo habíamos estado sufriendo el tormento de la
tumba. Pero ahora una Voz se oyó decir: ‘¡Que cese el castigo de
aquellos que sufren tormento aquí!’ Por las bendiciones, quinientas
cincuenta almas como yo fueron liberadas del tormento, y cada
tumba se convirtió en un jardín del Paraíso.”

En otra ocasión, el santo Hasan al-Basri dijo: “Vi en un sueño a


Abu Usama, luego de haber pasado a la Otra Vida. Le pregunté cómo
lo había tratado su Señor. ‘Fui perdonado y logré la dicha,’ respondió.
‘Por qué razón?’ Pregunté, y explicó: ‘Cuando recitaba una Tradición,
la seguía con las bendiciones para el Mensajero bendito de Alá.’”

LAS BENDICIONES SON RECOMPENSADAS EN AMBOS MUNDOS

Nuestro Maestro bendito dijo: “Un día, cuatro ángeles de Alá llegaron
a mi. Eran Gabriel, Miguel, Israfel y ‘Azrael, que la paz esté con todos
ellos. El bendito Gabriel me dijo: ‘O, Mensajero de Alá, si un miembro
de tu Comunidad te bendice diez veces por día, con un corazón
sincero, cuando despunte el Día de la Resurrección yo lo tomaré de la
mano y lo conduciré, como un pájaro, a través del puente llamado
Sirat.’
“El bendito Miguel luego dijo: ‘Yo apagaré la sed de aquél siervo
con el agua de Kawthar.’
“El bendito Israfel dijo: ‘O mensajero de Alá, yo me prosternaré
para pedir el perdón para tu Comunidad; y no levantaré la cabeza
hasta que El Glorioso los perdone.’
“El bendito ‘Azrael dijo: ‘ O Profeta de Alá, yo llevaré las almas
de aquellos que te bendicen diez veces por día, pero con el honor que
se les debe a los profetas.’”

UN CAMELLO TESTIFICA POR UN HOMBRE FALSAMENTE ACUSADO

Un Musulmán una vez fue acusado de robar un camello. El


demandante presentó testigos falsos, hipócritas que estaban listos
para perjurar, y el inocente fue condenado por robo.
Según la Ley Islámica, alguien condenado por robo debe sufrir
la amputación de su mano. Por lo tanto el desafortunado creyente
hizo esta súplica: “Mi Señor, Tú tienes poder sobre todas las cosas.
Me han acusado falsamente. No robé este camello. Tú eres el
Omnisapiente. Libérame de esta degradación, por las bendiciones
que pronuncié para el Profeta Más Noble. Eres Omnipotente. Deja que
hable el camello. Que sea mi testigo.” Mientras decía estas palabras,
dio un profundo suspiro que la Misericordia Divina se desbordó. No
era una tarea difícil para el Todopoderoso hacer hablar al camello. La
criatura comenzó a hablar, diciendo: “O, Mensajero de Alá, yo le
pertenezco a este creyente. Estos hombres son testigos falsos, y este
hombre ha inventado un cargo contra este verdadero creyente.” El
camello luego fue obedientemente hacia su dueño y se arrodilló
delante de él.
La luz de la fe aumentó en aquellos que atestiguaron este
acontecimiento. La falsedad de los perjuradores salió al aire libre, los
hipócritas fueron deshonrados públicamente. Nuestro noble Amo
preguntó: “O, creyente, ¿cómo obtuviste ese milagro?” y el creyente
respondió: “O, Mensajero de Alá, siempre recito para ti diez veces las
bendiciones antes de acostarme para dormir.”
El justo y bendito Profeta dijo entonces: “Por las bendiciones
que me diste, Alá no sólo te ha salvado de que te amputen las manos
aquí en este mundo; también Te ha salvado del tormento del Fuego
en la Vida Futura. Si una persona recita para mí diez veces las
bendiciones en el anochecer y luego diez veces en la mañana, Alá
resucitará a ese siervo junto con Sus favorecidos y confiables Profetas
y leales amigos, y Le otorgará Su generosidad a ese siervo como a
Sus Profetas.”

El Santo Sufyan y la Historia del Hijo del Usurero

El venerado Santo Sufyan al Thawri nos dijo: "Me encontraba en la


Peregrinación. Mientras realizaba la circunvalación de la honrada
Ka°ba, vi a un hombre joven que mientras oraba solo repetía las
bendiciones en el Profeta noble. Tanto en la Ka°ba, en 'Arafat, en
Muzdalifa y Mina, o mientras realizaba el circuito de la Casa de Alá,
su única oración eran las bendiciones y la paz sobre el venerado
Profeta.
"Cuando encontré un momento conveniente, le dije educadamente:
“Mi amigo, hay una oración especial para cada lugar. Si usted no las
conoce, por favor permítame enseñártelas”. Pero él dijo: “Yo las
conozco todas. Déjame contarte lo que me ha sucedido, para que
puedas entender mi comportamiento aparentemente equivocado:
"Mi gente es de Khurasan; cuando la caravana del Peregrinaje dejó mi
tierra, mi padre y yo nos unimos para realizar nuestras obligaciones
religiosas. Atravesando montañas, valles y desiertos, entramos en la
ciudad de Kufa. Allí mi padre cayó enfermo; en el medio de la noche
pasó al otro mundo, y yo amortajé su cuerpo. Evitando perturbar a
cualquiera, deposité toda mi confianza en Alá y me senté a llorar
interiormente. Después de un rato, sentí el deseo de mirar una vez
más a mi padre que me había dejado solo en esa tierra extranjera.
Pero al momento de destapar su cara, vi que la cabeza de mi padre
se había convertido en la cabeza de un asno. Asombrado por esta
vista, no supe qué hacer. Difícilmente podría contarle a alguien lo que
había sucedido. Mientras estaba sentado, pensando allí, un estado
como de sueño se apoderó de mí. Entonces la puerta de la tienda se
abrió para admitir una figura velada. Desenmascarando su cara, él
me dijo: "¡Cuán fúnebre eres! ¿Por qué este gran dolor?" Le contesté:
“Señor, lo que me ha ocurrido no es para alegrarse. Yo no estoy
afligido tan afligido, ¿pero permitir a otros hacerlo?"
"El extraño fue directo al lugar dónde mi padre, desenvolvió el
cuerpo, y acarició su cara. Yo me levanté y observé, la cara de mi
padre más bonita que de viejo. Brillaba como la luna llena. A la vista
de este milagro, me acerque a esta bendecido individuo y le
pregunté: "¿Quién eres, O amante de la bondad?" Él contestó: "Yo
soy Muhammad Mustafa: " (Quiera Alá bendecirlo y concederle la
paz.) Cuando yo oí estas palabras, caí a sus pies benditos, llorando y
suplicando: “¿De que ese trata todo esto?. ¡Te ruego me lo digas, por
el amor de Alá!".
Él me dijo entonces amablemente: “Tu padre era un usurero
que consumía el interés. Éste es el destino de aquéllos que practican
la usura. O en este mundo o en el del Mas Allá ellos deben asumir la
forma de un asno, pero el Todo Glorioso le dio esta forma a tu padre
en este mundo. Sin embargo, tu padre tenía una buena cualidad
costumbre. Todas las noches antes de acostarse, él recitaba cien
bendiciones en mí. Cuando se me informó acerca el destino de tu
padre, le pedí inmediatamente a Alá que me permitiera interceder por
él debido a esto. Habiendo recibido Su permiso, vine y rescaté a tu
padre a través de mi intercesión”.
El hombre joven dijo: “Yo juré desde aquel momento jamás
hacer ninguna otra súplica que las bendiciones y la paz en el
Mensajero, porque había llegado a comprender que las bendiciones
en el Mensajero son todo lo que un hombre necesita en este mundo y
en Mas Alla".
Según una noble Tradición reportada por el Imán Radi al Din Saghani
(en un libro titulado Mashariqu-l’anwar), nuestro bendito Maestro
dijo: "Si alguna vez una persona invoca las bendiciones en mí, ni un
solo átomo de pecado permanecerá en él".
Esto va sin decir que este perdón no se extiende a las ofensas
contra los derechos humanos o de los animales, por lo que es
requisito absoluto para nosotros que soportaremos en nuestra
cuenta con cualquier criatura a la que nosotros hemos dañado.

LOS DERECHOS DEL SER HUMANO Y DEL ANIMAL NO PUEDEN SER


DESCUIDADOS

Si nosotros hemos usado la propiedad de otros injustamente,


debemos hacer que abandonen la demanda que nos hacen, o
devolverles los bienes malversados.

EL BENDITO JESÚS Y EL HOMBRE QUE SE AYUDÓ POR UN PALILLO

El bendito Jesús pasaba frente de un cementerio, cuando vio, que el


ocupante de una de las tumbas estaba sufriendo el tormento. Él oró
al Señor de Todos los Mundos para que pudiese conocer la causa de
este infortunio. El Señor Omnipotente y Todo Glorioso respondió
diciendo: "O Jesús, solicítame devolverlo a la vida y luego
pregúntamelo. Yo resucitaré al muerto para que tu puedas ver por
qué ellos sufren el tormento. Permite que esta sea una lección para
aquellos que no creen en la Resurrección después de la muerte".
El venerado Jesús hizo su petición. El atormentado se puso de pie de
su tumba, mientras agitaba la tierra de su cabeza. El bendito Jesús le
preguntó: "¿Por qué usted sufría el tormento de la tumba?" y el
hombre contestó: “O Profeta de Alá, yo era un portero mientras vivía
en mundo inferior. Un día estaba llevando leña. Sin decirle al dueño,
tomé una astilla de madera para mondar mis dientes. Debido a eso es
que estoy sufriendo el tormento".
Si nosotros nos entrometemos en los derechos de otros sin
respetarlos como legales, si calumniamos a cualquiera, que será de
nosotros en el Más Allá? El más mero átomo de lo que se haga, sea
bueno o malo, vendrá ciertamente ante nosotros y se nos mostrará.
Esta es la pena para aquellos que malversan la propiedad de los
huérfanos. En Su Santo Qur'an, Alá explica que el consumir la
propiedad de los huérfanos es realmente el consumir el fuego. La
invocación de las nobles bendiciones es una expiación para los
pecados. Nosotros debemos repetir, sin embargo, que se exceptúan
las violaciones de los derechos de hombres y animales.

COMO SER DIGNOS MIEMBROS EN LA COMUNIDAD DEL BENDITO


MENSAJERO
Nuestro bendito Maestro dijo: "Si una persona oye mencionar mi
nombre, pero no me bendice, esa persona es adecuada para ir al
Infierno. Quiera Alá sacar a esa persona cortésmente del Fuego".
Aquéllos que desean ser liberados del tormento en el Más Allá, y
desean lograr la beatitud, deben invocar las nobles bendiciones
amorosamente siempre que ellos escuchen mencionar el nombre de
nuestro Maestro. Ellos deben amar a nuestro Maestro, el último
Profeta, más que a nada, incluso la vida misma. Ellos deben
arrepentirse de sus pecados y deben evitar caer en la alcantarilla de
la desobediencia. Ellos deben realizar las oraciones que no hayan
hecho debidamente. Si son ricos, deben dar la limosna para la causa
de Alá y en Su causa. Ellos deben guardar el ayuno cada año por el
mes de Ramadan. Deben mostrar la gratitud a su Señor realizando la
Peregrinación una vez en su vida, en el momento adecuado. Ellos
deben evitar mentir y jurar en vano, así como el adulterio y la
fornicación. Ellos deben evitar la hipocresía y la ostentación. Ellos
deben guardarse contra la arrogancia, el orgullo, la deshonestidad y
la murmuración. Ellos no deben ensuciar sus lenguas con malas
palabras, y deben adornarlas más bien, afirmando la Unidad Divina y
pronunciando las bendiciones. Alá bendice a todos aquellos que
realizan tales trabajos de rectitud. Amén.

Cómo el Venerable Jazuli llegó a escribir Su Famoso Libro

Sulayman al-Jazuli era un descendiente del venerado Hasan, nieto de


nuestro Maestro y el honrado hijo del Imán Ali' y la venerada Fatima.
Vivió primero en la ciudad de Jazul, luego en otra ciudad de la España
musulmana. Eventualmente emigró a África del Norte,
estableciéndose en la región de Fez dónde se ocupó de la enseñanza
religiosa, la guía espiritual y el culto.
Mientras estaba yendo a la ciudad, el venerado Jazuli se detuvo para
realizar su ablución antes de la oración. Incapaz de encontrar una
soga y una tina para extraer el agua, echó una mirada alrededor
hasta que vio una muchacha apoyada contra una pared. La llamó,
diciendo: "¿Mi niña, tienes una cubeta en tu casa? Permíteme usarla
para mis abluciones". La pequeña muchacha contestó: “¡Las personas
siempre lo están alabando y hablando sobre su conocimiento, bondad
y poderes milagrosos, y todavía usted no puede tomar el agua de un
pozo sin la soga y la cubeta!". Cuando él le preguntó que si hecho
podría lograrse, ella fue directamente hacia el pozo y murmuró algo.
Por gracia divina, el agua comenzó a salir por encima del borde del
mismo.
Después de usar el agua para sus abluciones, el venerado Jazuli dijo:
''Mi muchacha, por el amor de Alá y Su Mensajero, dime cómo has
sido capaz para lograr este milagro!" La niña explicó: "Recitando a
menudo las bendiciones y la paz en el santo Mensajero,
constantemente pronunciando las nobles bendiciones".
Habiendo dado testimonio del milagro de esta muchacha pequeña, el
venerado Jazuli juró recitar muchas nobles bendiciones en él. Sin
embargo, se pasó una noche desvelado, preguntándose qué
bendiciones debía invocar. Él todavía estaba preguntándose esto a
medianoche, cuando asombrado vio a su esposa salir de la cama,
colocarse su ropa más fina e irse de la casa. Herido por los celos, y
curioso por saber adónde podría ir a esa hora, salió a la calle detrás
de ella.
Ahora, fue sorprendido por una extraordinaria visión. Una manada de
leones rodeó a su esposa, y juntos se marcharon hacia la playa.
Asombrado y horrorizado, el venerado Jazuli los siguió a una distancia
segura. Su esposa bajó hasta el borde del agua. Colocando sobre el
mar su alfombra de rezo, se dirigió hacia una isla solitaria cercana a
la costa. Los leones se sentaron, mientras esperaban por ella al borde
de la agua. Habiendo llegado a la desolada isla, la señora tomó su
ablución y realizó la oración de vigilia nocturna, devotamente
rindiéndole culto y rogándole al Señor de Todos los Mundos. Ella hizo
su regreso caminando por sobre la superficie del agua.
Cuando ella alcanzó la tierra seca, los leones se colocaron de nuevo
como antes y detrás de ella, la escoltaron a su casa. El venerado
Sheikh ya había regresado a su habitación y estaba despierto,
esperando. Su esposa entró, se puso su camisón y se acostó. Curioso
por saber si la maravilla que él había presenciado, era una única
aparición, el Sheikh se pasó tres noches más despierto. Cada noche
siguió a su esposa y vio el mismo fenómeno repetirse. Entonces, en
la tercera mañana él mostró su mano y preguntó a esta bendita
mujer, que le explicara su secreto.
"Así que ahora sabes sobre él", dijo ella. "Ésta ha sido mi costumbre
durante muchos años, desde que Alá me coronó con este regalo
milagroso". El venerado Jazuli continuó preguntándole como había
logrado tal gracia, y la señora le respondió: "Debido a mi afecto por
nuestro bendito y estimado Profeta, y mi constante repetición de las
nobles bendiciones". Su marido preguntó entonces: "¿Qué nobles
bendiciones invocas?" Al principio la señora no respondió acerca de
esto, pero como el venerado Jazuli insistió, ella le dijo: "Esta noche
realizaré la pregunta a Alá. Entonces si recibo el permiso, yo le daré
la respuesta".
La próxima mañana su esposa dijo: “No me permiten decirte
explícitamente, pero colecciona todas las nobles bendiciones nobles
que tu puedas encontrar; si está entre ellas, yo te lo diré". El
venerado Jazuli se puso a trabajar en represalia, para coleccionar de
los libros autorizados, y de los Sheikhs de aquel tiempo, todas las
nobles bendiciones enseñadas por la bendita lengua del santo
Mensajero de Alá, así como asi como también aquellas usadas por los
noble Compañeros, por los honorables estudiosos y los respetados
Sheikhs en sus letanías. Él compiló los resultados de toda esta
investigación en un libro que su esposa le oyó leer. "Están allí en
varios lugares", ella le aseguró.
Más allá de la duda, por consiguiente, aquéllos que constantemente
lean este libro bendecido obtendrán la misericordia de Alá y serán
incluidos entre aquellos que son amantes del venerable Mensajero. El
venerado Jazuli dio a su libro el título “Pruebas de Bondad y Rayos de
Luz” (Dala'il al-Khayrat wa-Shawariq al Anwar). Quiera Alá aceptar
sus esfuerzos, perdonar sus faltas, y sumergirlo en Su misericordia.
Amén.
El venerado Jazuli emigró a Asfa, sobre la costa, dónde se consagró
sabiamente a la instrucción práctica y amorosa de sus estudiantes.
Se quedó en esa ciudad durante quince años antes de mudarse a
Quwal. Allí enseñó, y publicó su libro. Todas las personas a lo largo y
a lo nacho se reunían a su alrededor para mejorarse y perfeccionarse.
Tantos como doce mil ciento sesenta y cinco de los alumnos, capaces
de recibir la guía de él, después se convirtieron ellos mismos en
populares instructores. Asesinado por envenenamiento, él pasó a la
morada del Más Allá durante la segunda postración del segundo ciclo
de oración de la mañana, en el decimosexto día de Rabi al-Awwal en
el año 870 del Hijra. Quiera el Omnipotente Señor conceder Su
Misericordia en él. Quiera El llenar su tumba de la luz, y que Él nos
conceda a todos su intercesión en el Más Allá. Amén.
El venerado Jazuli fue enterrado a hora de la oración del mediodía,
dentro de la noble mezquita que él había erigido en esa ciudad.
Cuando la región cayó en manos de los infieles, sesenta y cinco años
después, sus alumnos abrieron su tumba, diciendo: "No debemos
dejar el cuerpo de nuestro maestro aquí, para que caiga en manos de
los incrédulos. ¡Llevemos su cuerpo a un país musulmán!" Pero
cuando miraron dentro de la tumba, vieron que el noble cuerpo del
venerado Sheikh no había sufrido deterioro alguno: estaba allí como
si recién lo hubiesen. Después de que algunos de aquellos que lo
amaron pasaron sus dedos sobre su bendita frente, la sangre volvió
para llenar las impresiones que ellos habían hecho, así como en una
persona viva. . . Ellos tomaron su bendito cuerpo a Marruecos donde
lo enterraron. Quiera la misericordia de Alá estar en él. Aquellos que
lean su libro obtendrán ciertamente las recompensasen este mundo y
en el Mas Alla, incluso la visión en los sueños de la belleza del santo
Mensajero de Alá.

El Hombre que comió cantidades de pez salado

Cierta persona deseó ver al bendito Mensajero en sueños, pero


parecía ser incapaz de lograr esta visión. Por consiguiente, se acercó
a un noble santo, implorando su consejo. Ese noble ser era un amigo
íntimo de Alá. Él dijo: "Mi hijo, el viernes por la tarde debes comer
mucho pez salado, luego debes realizar tu oración y acostarte sin
beber nada de agua. Entonces tu verás".
El hombre siguió este consejo. Él se pasó la noche entera soñando
que bebía de arroyos, fuentes y manantiales. Cuando la mañana vino,
él corrió llorando al santo: "O Maestro, yo no vi al Mensajero. Estaba
tan sediento que todo lo que soñé fue estar bebiendo de las fuentes y
de los manantiales. Estoy todavía quemándome de la sed". El santo le
dijo entonces: "Entonces, si comiendo el pez salado te dio tal sed que
soñaste toda la noche nada más que con agua; ¡ahora debes sentir la
misma sed por el Mensajero de Alá y recién entonces podrás ver su
bendita belleza!”.

Ciertamente aquéllos que amorosamente repiten las nobles bendiciones verán al Mensajero de Alá, y
cualquiera que sea favoreció con esa visión tiene asegurada su intercesión.

LA GRAN PLEGARIA DEL ARREPENTIMIENTO

¡Busco el perdón de Alá!


¡Busco el perdón de Alá!
¡Busco el perdón de Alá!
Busco el perdón de Alá, el Magnífico y el Generoso,
(¡No hay nadie más digno de adoración que Él!)
¡El Viviente, el Auto Subsistente, y a él nos arrepentimos!
Rogamos Su aceptación, perdón y guía.
Seguramente Él es el Indulgente, el Compasivo.
Excúsanos, perdónanos y ten misericordia de nosotros.
Seguramente Eres el que Aplaca con frecuencia, el Compasivo.
¡Mi Dios, O mi Señor!
¡Mi Dios, O mi Señor!
¡Mi Dios, O mi Señor!
O MI Señor, si de mi mano, mi lengua, mis ojos, mis oídos o de
cualquier órgano de mi cuerpo, salió algún politeísmo en Tu contra,
falta de fe, desobediencia y pecados grandes o pequeños, renuncio a
todas estas cosas, me arrepiento, y lo siento.
Ahora he llegado a Ti por misericordia, busco refugio en Tu
bondad. Confieso mis pecados, me arrepiento, pido perdón, derramo
lágrimas. Aplácame O mi Señor. Aplácame y deja que tenga sentido
mi arrepentimiento para que nunca más me rebele en contra de Ti.
Renuevo mi fe, me dirijo a la puerta de Tu Gracia, ¿en qué puerta
encontraré asilo? Desobediente, me arrojo en Tu Generosidad. Como
pecador, pido el favor de Tu Perdón. Eres mi Rey generosamente
munífico. Acepta mi arrepentimiento. Perdona mi ofensa. Por el honor
de Tu Amado, la majestad del Corán, el poder del Islam, la sangre de
Husayn, las lágrimas de Fátima, la lealtad de Khadija, la pureza de
‘A’isha, el sufrimiento soportado por ‘Ali, la veracidad de Abu Bakr, el
Veraz, la justicia de ‘Umar, la modestia de ‘Uthman, por los Diez a los
que se les prometió el Paraíso, la simpleza de los Compañeros sin
hogar, la majestad de los Guerreros de Badr, la dignidad de los
Mártires de Uhud, los amantes que nunca duermen, los amigos cuyos
corazones les duele, los Mártires que se amortajaron con su propia
sangre por la causa de la Palabra Divina, los eruditos cuyas
enseñanzas son aplicadas, y por los pobres pacientes, mírame con
perdón a mi, Tu siervo. A ti me someto, perdóname o quémame como
Lo harás pero no me alejes de Ti. Déjame pertenecer a Tus Amados,
auméntame con Tu amor, conténtame con Tu Perdón, dótame con Tu
Paraíso, hónrame con Tu Belleza, O mi Señor.
Creo en el primero de los Mensajeros, Aadán, (P ); en el último
de ellos, nuestro Profeta. Tu muy amado Muhammad, la misericordia y
la gracia de todos los mundos; y en todos los Profetas y Mensajeros
que vinieron entre estos dos. Confieso esto con mi lengua y lo
confirmo con mi corazón.
Creo en Alá y Sus ángeles y Sus Libros, Sus Mensajeros y en el
Último Día y el Destino –bueno o malo, es de Alá, Exaltado Sea- y en
la Resurrección después de la muerte.1
Concede que nuestras últimas palabras puedan ser la Buena
Sentencia: “Testifico que no hay más dios que Alá, atestiguo que
Muhammad es Su Siervo y Su Mensajero.”2 Amén.
Por el Jefe de los Mensajeros, por la Familia de la Capa3, y por el
honor y la dignidad de “No hay más dios que Alá.”
Gloria a Tu Señor, el Señor del Honor, más allá de toda
descripción, y paz a los Mensajeros y alabanza agradecida a Alá, el
Señor de Todos los Mundos.

1
Amantu bi-llahi wa.mala’ikatihi wa-kutuhibi wa-rusulihi wa-lyawmi-l’akhiri wa-bilaqadari khayribi wa-
sharribi mina.llahi ta’ala wa-lba’thi ba’da-Imawt
2
ashadu an la ilaha illa-llah wa-ashhadu anna Muhammadan ‘abduhu wa-rasuluhu
3
El Profeta, la paz sea con él, su hija la venerable Fátima, su yerno el venerable ‘Ali, y sus nietos los
venerables Hasan y Husayn.
Que mis palabras puedan hallar su marca. Que Alá pueda
conceder Su aprobación y que mis lectores puedan encontrar la
salvación.

EL NOVENO DISCURSO

LOS MISTERIOS DE LA PLEGARIA RITUAL


Bismi’llahi’r-rahmani’r-rahim
En el Nombre de Alá, el Misericordioso y el Compasivo

CONTENIDO

LA ORACIÓN COMO PILAR DE FE


CÓMO ORAN LOS ÁNGELES
MUNDOS CONOCIDOS Y DESCONOCIDOS
VERDADERA GRATITUD
LA INVIOLABLE SANTIDAD DE LAS DONACIONES CARITATIVAS
LA ATENCIÓN A LA FORMA Y EL ESPÍRITU DURANTE LA PLEGARIA
RITUAL
LA ABLUCIÓN EXTERNA Y PUREZA INTERIOR
EL MÉRITO ESPECIAL DE LA ORACIÓN EN CONGREGACIÓN
ALGUNAS TRADICIONES PROFÉTICAS ACERCA DE LA ORACIÓN RITUAL
LAS CINCO ORACIONES DIARIAS
LOS REGALOS QUE DEBEMOS LLEVAR CON NOSOTROS AL MAS ALLA
ORACIONES ESPECIALES Y OPTATIVAS

HISTORIAS

El paseo de un cojo a las espaldas de un hombre ciego


El venerable Dhu'l Nun le da agua a un perro sediento
EL BENDITO GABRIEL CUENTA CÓMO HUBIERA ADORADO, SI HUBIERA SIDO
UN SER HUMANO
Una mujer en el tiempo de Moisés (as) obtiene la aprobación Divina
UN CIEGO ES RECOMPENSADO POR SUS ORACIONES EN LA
CONGREGACIÓN
Aquéllos que creen y practican las buenas obras, realizan la oración y
pagan el zakah, su recompensa está con su Señor y no tendrán que temer
ni se entristecerán. (2:277)

LA ORACIÓN COMO PILAR DE FE

Es bien sabido entre nosotros que creemos en Alá y damos nuestros


corazones a Su Amado Mensajero Muhammad, que la religión de
Islam, la luz de Islam, está construida sobre cinco pilares
fundamentales. Por vía de la analogía, permitámonos imaginar una
linterna con sus cuatro ventanas de vidrio. Un lado representa la
oración, la segunda el ayuno, la tercera el zakah (la limosna) y la
cuarta la Peregrinación. El armazón que une consiste en veracidad,
lealtad, paciencia y magnanimidad. La cima es el contentamiento, y
el fondo la generosidad. La luz que quema dentro es la luz de Islam y
la fe. Así la linterna vierte fulgor y luz. Ilumina hacia dentro y a su
alrededor. Pero si se omite cualquiera de estos elementos las
ventanas se tornaran oscuras y opacas.
Ahora imaginemos una casa. Si hay una luz dentro, se filtra fuera a
través de las ventanas de la casa y su resplandor es visible, pero si
hay ninguna luz dentro, la casa permanece naturalmente en la
oscuridad. Esta casa representa al hombre. Si nosotros podemos
encender la antorcha de la fe en nuestros corazones, el punto vital de
contacto con lo Divino, entonces podremos seguir adelante con las
expresiones de adoración mas estimadas por Alá, a saber: la oración,
ayuno, zakah y peregrinación, y estas luces darán su fruto en las
cualidades divinas conocidas como la honestidad, lealtad, y paciencia,
así como una cantidad de atributos amados de Alá, admirados por el
Profeta y que han asombrado a los ángeles, como la magnanimidad,
contentamiento y el valor, para que nosotros nos elevemos por
encima de los ángeles. Pero si nosotros no encendemos la antorcha
de la fe en nuestros corazones, tendremos la oscuridad en lugar de la
fe, blasfemia, error, desobediencia y pecado en lugar de la oración, la
obstinación en lugar de ayunar, la perfidia en lugar del zakah,
quedando, la calumnia y la murmuración en lugar de la Peregrinación,
la inconstancia en lugar de la lealtad, la obstinación en lugar de
paciencia, humildad y rencor en lugar de la magnanimidad,
concupiscencia y codicia en lugar del contentamiento, tacañería en
lugar de la generosidad; Nosotros nos caracterizaremos por éstos y
otros tales atributos no queridos por Alá. Detestados por Él y Sus
ángeles, viviremos como los animales e incluso nos hundiremos en un
nivel de moralidad inferior al suyo.
De las ventanas de la linterna que protegen la luz de fe, el más
importante es el acto de adoración llamado la “oración ritual”. Ningún
acto de culto es más estimado a Alá que la oración realizada en el
momento apropiado. Nuestro Amo, el Jefe de los Dos Mundos, nos
dice: “La oración es la luz de mis ojos. Todo tiene un símbolo; la
oración es el símbolo de Islam y el emblema de la fe".
El Todo Glorioso y Exaltado menciona la oración, y nos ordena que la realicemos,
ochenta y tres veces en el Sagrado Qur'an. Más que cualquier otro acto de Culto, es la
oración que causa a Alá el estar complacido con nosotros. La oración es el ejemplo
precedente del Profeta. La oración es una alegoría de la Resurrección. La oración es lo
que los ángeles aman. La oración es la luz de la sabiduría, la base de la fe y donde las
súplicas de la razón se contesta. La oración es la causa de la aceptación de hechos
buenos. La oración es la causa de beatitud en la propiedad y legalidad en lo ganado. La
oración es una arma contra el enemigo y es odiada por el diablo. La oración es la
intercesora entre °Azra'il y su Amo. La oración es una luz en la oscuridad de la tumba,
felicidad en la Resurrección, y la causa de estar a la sombra del Trono. En la oración de
la Resurrección una corona está para la cabeza y una camisa para la parte de atrás
cuando todos estén completamente desnudos. La oración lo libera a uno del Fuego. Para
Su Señor es la prueba convincente. La oración causa que la balanza de bien pese fuerte
en el equilibrio y asegure el cruce del puente llamado Sirat. La oración es la llave al
mundo. La oración es el placer del Amado. La oración es nuestro regalo del Todo
Misericordioso. La Oración es el pilar de religión.

CÓMO ORAN LOS ÁNGELES

Según Muadh ibn Jabal y Jabir ibn Abdullah, el bendito Mensajero


dijo:

"Cuando en la noche de la Ascensión alcancé el primer nivel del Cielo,


vi a los ángeles del primer nivel haciendo Dikhr, la Remembranza o
Recuerdo de Alá. Yo le pregunté a Gabriel: “O Gabriel, desde que
cuándo estos ángeles han estado recordando a Alá?” “Ellos han
estado recordándolo desde que fueron creados”, me dijo.
"De allí, ascendí al segundo nivel del Cielo dónde vi a los ángeles que
recuerdan a Alá en una postura de inclinación. Gabriel me informó
que ellos han estado recordándolo en esta postura inclinados y
arqueados desde que fueron creados. De allí nosotros subimos al
tercer nivel del Cielo dónde yo di testimonio de los ángeles que
recuerdan a Alá en una postura de postración. Me dijeron que ellos
habían estado haciendo estas postraciones desde tiempo de su
creación. Parecía que nunca hubiesen levantado sus cabezas de la
postración y aunque ellos la levantaron al reconocer mi saludo,
inmediatamente retornaron a esa posición. Ellos permanecerán en
postración hasta la Resurrección”.
"De allí subí al cuarto Cielo dónde les vi realizar sus devociones en
sus rodillas”.
"Los ángeles en el quinto Cielo estaban glorificando a Alá. Cuando
alcancé el sexto Cielo, los ángeles estaban rindiéndole culto al Señor
de Todos los Mundos declarando Su Unidad y la Grandeza Suprema.
Los ángeles del séptimo Cielo estaban recitando las Bendiciones.
Gabriel me dijo que realizan esto desde su creación hasta la
Resurrección”.
"Mi corazón deseó estas formas de adoración ardientemente. A causa
de este anhelo, mi Señor reunió los varios actos de culto realizados
por los habitantes de los siete Cielos formando la oración que Él hizo
como una obligación religiosa para mi Comunidad en mi honor.
Cualquier miembro de mi Comunidad que adecuadamente realice
estas cinco oraciones logrará la adoración de los habitantes de todos
los siete Cielos". Esto debe animar a que los creyentes realicen sus
oraciones, y que sirve como una advertencia contra la flojedad y la
omisión.

Según la tradición, cuando él había sido creado por el Uno Todo


Glorioso, Gabriel vio cuán imponente y bonito él parecía, y dijo: "O mi
Señor, ¿Tú has creado cualquier otro ángel más bonito que yo? " El
Señor de Todos los Mundos y Creador del Universo contestó: "Yo no
he creado ningún ángel más bonito que tú".
Cuándo el bendito Gabriel hubo recibido esta respuesta, se puso de
pie y realizó una oración de dos ciclos, y cada ciclo tomó mil años, en
gratitud al Creador Exaltado. Cuando él hubo terminado su culto, el
Creador Exaltado se dirigió cortésmente diciendo: "0 Gabriel, tú me
has rendido culto de verdad. Nadie me ha rendido culto como tú, pero
al final de un tiempo, un noble Profeta Mío, Mi Amado, vendrá.
Aunque esta Comunidad sea débil, pecadora y no muy devota, dos
ciclos de oración realizados por ellos, por todas sus desatenciones,
errores y olvidos, serán más estimadas
por Mí que esta oración que tú has realizado por causa de Mi Honor y
Majestad. O Gabriel, tú has realizado tu oración voluntariamente, por
lo que Les ordenaré que la hagan. Su ventaja será el pertenecer a la
Comunidad de Mi Amado”.
Gabriel preguntó de nuevo: "O mi Señor, qué favor le concederás por
la oración que ellos realicen? " Y el Exaltado contestó: "Yo les daré Mi
Paraíso".
Gabriel repitió entonces: "O Señor, Tú me darías permiso para echar
una mirada alrededor de este lugar del Paraíso que Tu le vas a dar a
la Comunidad de Muhammad?” El Señor estaba de acuerdo, entonces
el bendito Gabriel salió volando con todo su esplendor y fue rápido
hacia ese lugar del Paraíso, el cuál empezó a inspeccionar.
Cuando el bendito Mensajero vio a Gabriel primero en el cielo en su
forma angélica y dio testimonio de que cómo él llenaba todo el cielo
del este al oeste, fue corriendo a su aterrado y se abrazo a su
esposa, Khadija. Se menciona en los libros de historia y en el Sura
del Qur'an titulado al-Muzzammil (73) que él le dijo: "O Khadija,
abrázame, envuélveme”.
Después de que Gabriel había volado grandiosamente alrededor por
tres mil, luego por treinta mil años, el creció cansado y apeado a la
sombra de uno de los árboles del Paraíso. Postrándose ante Alá, él
rogó saber la distancia que había cubierto: "O mi Señor, mi fuerza me
abandonó. Dime, ¿cuánto de este Paraíso, el cuál Tu has dado a la
Comunidad de Muhammad, yo he cruzado? Es él medio, un tercio, un
tercero, un cuarto?" El Omnipotente le dijo en la contestación: "Aun
cuando tú volases adelante durante otro treinta mil años a una
velocidad diez veces mayor, tu no cubrirías ni una un décimo de la
recompensa que yo he conferido a la Comunidad de Muhammad. Tal
0 Gabriel, es la recompensa con que Yo premio una oración de dos
Ciclos".

MUNDOS CONOCIDOS Y DESCONOCIDOS

Astrónomos nos dicen que hay estrellas en el cielo a cuyos


rayos les tomaría unos siete millones de años el alcanzar nuestro
planeta, y hay estrellas aún más remotas que esas. Nosotros
podemos tener alguna idea del número de las estrellas cuando
comprendemos que si fuéramos a asignar a cada persona en la tierra
a una estrella separada, nos quedaríamos sin personas mucho antes
de quedarnos sin estrellas, y todas estas son las estrellas que se
encuentran en el cielo de nuestro mundo.
Nos ha sido dicho en las Divinas Escrituras que respecto a los
cielos este universo visible es de hecho no mas que un grano de
semilla de mostaza. Cada cielo es una semilla de mostaza en relación
aquél que está sobre él.
Más allá de ellos está el “Sirat al-Muntaha”, el "Último Árbol
de Loto”, con relación a la cual el séptimo Cielo en si mismo, no es
más que un grano de semilla de mostaza. Es este, el Último Loto, que
marca el límite del lugar llamado Paraíso. Su inmensidad, confunde
cualquier imaginación. Todavía ésta es la recompensa a ser obtenida
por los creyentes que realizan la oración ritual. El Último Loto es
donde el bendito Gabriel tiene su estación.
Éstos son los mundos “conocidos” pero hay también mundos
desconocidos, o mundos sólo conocidos por Alá. Un día Gabriel estaba
mirando su propio esplendor, preguntándose si Alá tuviera algún
ángel más grande él. Simplemente en ese momento, él recibió la
orden: “Ve a tal y tal estación y comunica una orden Divina”.
Cuando Gabriel llegó a su destino, vio un ángel a cuyo lado, su propio
tamaño apenas era el de un mosquito. Aunque él intentó llevar a
cabo el Orden Divino, ese ángel grande dijo que él no podía realizarlo
y le dijo a nuestro bendito amo Gabriel, que él tendría que decírselo
cuidadosamente al oído.
Contemplemos el Poder Divino que creó con el orden "Sea''
todos estos siete niveles del Cielo, el Último Loto, el Trono y el
Asiento, los ocho Jardines del Paraíso, los siete Infiernos, los siete
niveles de la tierra y todos los mundos conocidos y desconocidos. Su
destrucción será de la misma forma. A una sola orden, ellos se
destruirán, serán creados de nuevo, y nuestra Tierra se volverá una
Tierra fresca. Ese día es el Día de la Resurrección. El muerto será
resucitado y llevado a la Presencia Divina. La víctima se vengará del
opresor y todos conseguirán la recompensa por sus buenas o malas
obras. No pregunten cómo será esto. Nada puede llegar por si mismo.
Nosotros no podemos ver quién hizo todo lo que nosotros vemos,
pero, ¿necesitamos la prueba que el fabricante existe? Cuándo Alá
creó todo esto sin una maqueta, ¿no es capaz, Él de destruirlo todos
y rehacerlos, o acaso, la segunda Creación debe ser construida sobre
algún otro modelo? Alá tiene ninguna necesidad de tales cosas.

VERDADERA GRATITUD

“¡Sé!” dijo Él, y el mundo existió.


Si Hubiera dicho: “¡No seas!” todo hubiera desaparecido
de nuevo.

Él nos creó de una gota de agua, nos dio los ojos para ver y los oídos para oír
como así también nos dotó con la facultad de la reflexión, la capacidad para entender.
Estas son las cosas que difícilmente importen poco, aún así les damos
desagradecidamente escasa importancia. En el mejor de los casos, nuestra actitud es
muy débil. La gratitud por las generosidades que hemos recibido no consiste en
pronunciar la fórmula “Gracias, O, Señor,” diciéndolo solamente como una expresión
ritual y no constituye la actitud actual hacia Alá. El cuerpo muestra su gratitud a Alá al
pararse, inclinarse y prosternarse en la plegaria, Glorificándolo y proclamando Su
Unicidad y Singularidad, humillando su rostro en el polvo al reconocer su servidumbre
e impotencia ante el Señor de Todos los Mundos. Mostramos gratitud por los ojos que
nos ha dado al no ver nada más que la Verdad, mirando todo con una visión para
aprender alguna lección. En el caso del oído, la gratitud significa oír la palabra de
Dios y siempre atender la causa del discurso más que del orador, cualquiera que pueda
ser. La gratitud por la belleza se demuestra preservando la decencia y la virtud propias.
Para cada generosidad que recibimos hay una expresión apropiada de gratitud. Si es
material, hay que gastarla sabiamente. Si es conocimiento, hay que dar enseñanza e
instrucción. Si es el oficio y el rango, actuar con justicia y obtener la restitución para
la víctima por parte de su opresor. A menos que demostremos la gratitud de estas
maneras las generosidades que recibimos resultarán ser desgracias. Cuando se nos
llame para dar cuenta, tendremos que pagar la penalidad por nuestra ingratitud y
terminaremos en el Infierno.
El paseo de un cojo a las espaldas de un hombre ciego

El Mensajero bendito ha asemejado nuestra situación a la de de un


cojo montado sbre las espaldas de un hombre ciego. El hombre ciego
representa el cuerpo, mientras el cojo representa el alma. Todos
nuestros miembros y miembros se acusarán unos contra otros y
contra su dueño, en la corte del Señor de Todos los Mundos. Ellos
testificarán acerca de las cosas que hemos hecho. El cuerpo
protestará: ¡"Mi Señor, yo no soy culpable de nada malo! Si no
hubiese sido por el alma, qué podría haber hecho yo?” . Oyendo estas
mutuas quejas, el Señor les preguntará: "Si un cojo monta a las
espaldas de un hombre ciego, y ellos comprometen un pecado,
¿quién de ellos es el culpable?". Habiendo recibido la respuesta de
que los dos son culpables, Él los arrojará en el Fuego, diciéndoles:
"En ese caso, ambos pagarán el castigo juntos. Uno de ustedes
corresponde al hombre ciego, el otro al cojo, y juntos cometieron el
pecado juntamente".
Sabemos de parte de los nobles Compañeros que a nuestro bendito
Maestro le surgió una gran sonrisa cuando les dijo esto. . .

El venerable Dhu'l Nun le da agua a un perro sediento

El venerable Dhu'l Nun al Misri estaba llendo hacia la Peregrinación.


En el desierto vio un perro cuya sed estaba haciéndole lamer la tierra.
Como no tenía agua con él; él alcanzó a la caravana gritando: "O
Peregrinos, éste es mi septuagésimo Peregrinaje. Yo ofrezco la
recompensa de todas mis setenta Peregrinaciones a cualquiera que le
de agua a este perro". La muestra de compasión hacia aquéllos en
este mundo hará que Alá también sea compasivo con usted.

EL BENDITO GABRIEL CUENTA CÓMO HUBIERA ADORADO, SI HUBIERA SIDO


UN SER HUMANO

Un día el Señor le preguntó a Gabriel: “O, Gabriel, si te


hubiera hecho un ser humano, ¿cómo Me hubieras adorado?”
“O, Señor,” gritó el ángel, “¡todos los secretos están abiertos ante Ti!”
“Sí, es cierto,” dijo el Señor, “pero deja que Mis siervos se
enteren de que no saben lo que Yo sé.”
(Alá puede probar a uno de Sus siervos como una manera de
informarles a los demás).
Gabriel entonces continuó diciendo: “Hubiera adorado Tu
Bendita Esencia de tres maneras: Primero, ayudando a aquellos que
tienen pobreza. Segundo, cubriendo la culpa de los pecadores.
Tercero, apagando la sed de los sedientos.” El Exaltado dijo: “Es
porque sabía esto que te hice Mi emisario confiable para la
transmisión de Mis revelaciones.”

Una mujer en el tiempo de Moisés (as) obtiene la aprobación


Divina

Según la Tradición informada por el Imán Muslim noble, sucedió que


durante el tiempo del Profeta Moisés (as), una mujer fue expulsada
de su pueblo debido a su maldad. Mientras vagaba por el desierto, vio
un perro que daba vueltas alrededor de un pozo de agua lamiendo la
tierra de la sed. La mujer zambulló el pañuelo que cubría su cabeza,
lo sujetó a su zapato y al llenarlo de agua permitió que el perro
bebiera de él. Tiempo después, ella murió y Alá le dio esta inspiración
a Moisés: "En tal y tal lugar, un amigo Nuestro se ha muerto. Recoge
su cadáver y realiza las oraciones fúnebres por ella".
Moisés comenzó a averiguar pero nadie parecía conocer a algún
amigo de Alá que hubiese muerto. "La única muerte que nosotros
conocemos", le dijeron, "es la de una mujer que fue expulsada de la
ciudad. El mundo se ha librado de su mal. Nosotros la tiramos en un
agujero". Alá entonces Le reveló: "O Moisés, esa criatura era Mi
amiga". "O, mi Señor”, dijo Moisés, "Tus Siervos dicen que ella era
una mala mujer". Pero el Señor dijo: "Yo Soy el Dios del perdón, no
del rencor. Porque ella tuvo compasión hacia una de Mis criaturas y
dio de beber a un perro, Yo la incluí entre Mis amigos". Si es así para
uno que dio de beber a un perro, imagina que recompensa recibirán
aquellos que apagan la sed de los seres humanos.

LA INVIOLABLE SANTIDAD DE LAS DONACIONES CARITATIVAS

Harun al-Rashid fue uno de los más grandes Califas Abasidas. Su


amorosa y querida esposa Zubayda condujo el agua a la Kaaba a
través de tuberías, donde hasta hoy se conoce como el agua de
Zubayda. Viéndola en un sueño después de que ella se murió, un
santo le preguntó: "¿Cómo te ha tratado Alá?" “Él me ha perdonado",
contestó ella.
El santo dijo: "Por supuesto que tu estas perdonada. Has llevado el
agua hasta la Kaaba. Cualquier persona responsable de tal bondad
será perdonada".
Pero Zubayda dijo. "No fue por esto que Mi Señor me ha perdonado.
La recompensa por ese buen trabajo no era mas que mi derecho
hacia las personas. Yo he sido bendecida con el perdón por haber mi
riqueza en las buenas causas”.

Una maldición descansa sobre aquellos que cortan el agua


proporcionada por los autores de pías donaciones y sobre aquellos
que desvían tales donaciones.
Cuando la Resurrección llegue, ellos no sólo enfrentarán las quejas y
reclamos de los responsables de las donaciones sino de todos los
pobres de la comunidad, de los animales salvajes y de los pájaros.
La compensación le será exigida a estos tiranos y por su perfidia
obtendrán el tormento más doloroso. No habrá nadie para ayudarlos
y ellos encontrarán el castigo de Dios más allá de la paciencia.

No pueden comprarse, venderse, empeñarse o convertirse las pías


fundaciones. El hacerlo es un gran pecado. Maldito es aquél quién
compra, vende o convierte una pía fundación. En el mundo musulmán
debe tenerse mucho cuidado de que estas fundaciones beneficien a
los creyentes. Nosotros sabemos y hemos visto cómo aquellos que no
cuidan por tales fundaciones pronto quedan ciegos o sufren una
terrible aflicción. La muerte no es ninguna liberación. Mientras que
para el mundo la muerte es el máximo castigo, en el Más Allá es el
más gran favor para los incrédulos. Así en el último Verso de la Sura
titulada al-Naba podemos leer:

"Nosotros lo hemos advertido ciertamente de un próximo castigo. El día en


que el hombre contemple lo que sus propias manos han presentado, y el
incrédulo diga: ¡Ay de mí! ¡Ojalá fuera polvo!" (78:40)

Tanto en este mundo o el próximo, ser mero polvo a ser aniquilado,


es buena fortuna comparada a vivir en la degradación y tormento.
Pero la muerte no existe en el Más Allá. Es por Su gracia y
generosidad que Alá nos ha hablado acerca de este deseo de los
incrédulos y tiranos opresores. Por otra parte, Él incluso, no habría
tenido condescendencia al contarnos acerca de su condición. ¿Qué
valor ellos tienen ante Su Presencia? ¿Su Soberanía es dañada en
forma alguna por el escepticismo del incrédulo? ¿O por este tema, es
que nuestra creencia de alguna forma resalta Su Gloria y Honor? La
fe del creyente es para si mismo, su seguridad y salvación en ambos
mundos. De las misma manera, el escepticismo del infiel es para él
mismo. Él sufre el tormento en este mundo y en el Más Allá, en
ambos mundos es degradado y rebajado.
LA ATENCIÓN A LA FORMA Y EL ESPÍRITU DURANTE LA PLEGARIA RITUAL

El Exaltado nos dice: “Pobre de aquellos que, cuando


realizan la plegaria, aunque exteriormente meticulosos en su
realización apropiada, no obstante no advierten los errores en
estos actos hermosos de adoración, aunque eviten esa ayuda
mutua que constituye el mismo espíritu de la plegaria.”
(Interpretación de 107:4-7).
Las inadvertencias a las que se refieren aquí no son simples
errores en el aspecto exterior de la plegaria ritual. ¿No dijo nuestro
bendito Maestro: “Mi Comunidad está aliviada de la responsabilidad
para la inadvertencia y los errores?” Es más bien un asunto de
intención interior. Lo que se come accidentalmente o en un momento
de olvido no invalida el ayuno. En este caso, lo estricto se dirige a
aquellos que prestan una atención meticulosa a las formalidades de la
plegaria ritual, y aún así la realizan descuidadamente y descuidan su
significación espiritual.
Cada etapa en la ablución ritual para quitar las impurezas
menores tiene un sentido interior como así también exterior. El
sencillo lavado físico del rostro, brazos, cabeza, oídos o pies, lo
pueden hacer mejor los que no creen y los tiranos. La ablución
interior significa, entre otras cosas, prometer dirigir el rostro sólo
hacia Alá, usar los brazos únicamente para propósitos que Le
agraden, coronar la cabeza con Sus ordenes, no oír cosas malas, y
alejarse del mal.
La ablución total para quitar la impureza mayor también tiene
su aspecto exterior obvio, pero realmente significa la limpieza del ser
interno. Representa una conciencia de la necesidad por purificarse
uno mismo de la envidia, la hipocresía y toda la suciedad de este
mundo.
Con respecto a cubrirse las partes privadas, por supuesto que
no puede haber ninguna cuestión para ocultarse de Alá el que Lo Ve
Todo. Lo que significa es que escondemos la vergüenza de los otros y
la nuestra. El cuento de Gabriel nos enseñó el tremendo mérito de
cubrir las faltas.
Dirigir el rostro hacia la qibla es seguramente una obligación
formal en la plegaria ritual. Sin embargo, en la misma época, el Corán
nos dice que la verdadera piedad a la vista de Alá no es un asunto de
enfrentar el Este o el Occidente, sino de fe en Dios, la Resurrección,
los Ángeles, las Escrituras y los Profetas.
Gastar, es decir, dar tus amadas posesiones a los que amas –a
los creyentes- es otra obligación religiosa. Esto incluye atender las
necesidades de los parientes de uno, de los huérfanos, los destituidos
y las necesidades de los extranjeros lejos de su hogar, como así
también la liberación de los esclavos. ¿Oigo decir a alguien que la
esclavitud ya no existe en estos días, que ha sido abolida? ¿Qué hay
de aquellos pobres desdichados que han trabajado durante años y
años bajo algún individuo tirano, incapaces de obtener lo que les
corresponde, sin ningún escape hacia la libertad, acaso no son
esclavos?
El requerimiento exterior en todos estos asuntos es la
corrección formal; sin embargo, interiormente, la plegaria implica el
cumplimiento de los derechos de Dios y el hombre, mientras que el
dar limosna significa que al ver esto la persona realmente obtiene lo
que le corresponde.
Una vez le preguntaron a Imam °Ali: “O, Imam, ¿qué porcentaje
y de qué cosa significa dar el zakat? ¿Cuál es la regla en la Ley
Islámica?” Y él respondió: “Para aquellos que son mezquinos o
tacaños, significa dar una cuarta parte. Pero para nosotros significa
darlo todo.” El venerable ‘Umar da este informe: “En la víspera de la
batalla nuestro Maestro nos instó a desembolsar. Y yo me dije: ‘Esta
vez sobrepasaré a Abu Bakr en caridad.’ Tomé la mitad de mi riqueza
y se la presenté al Mensajero de Dios. Nuestro Maestro me preguntó:
‘¿Cuánto has traído, ‘Umar, y cuánto has dejado en la casa?’ ‘O,
Profeta de Alá,’ respondí, ‘he traído la mitad, dejando la otra mitad
para mis hijos.’ ‘Que Alá pueda aceptarla,’ dijo él. Justo entonces, Abu
Bakr llegó ante su presencia. También le ,mostró su ofrecimiento y se
lo presentó al Mensajero, que le preguntó: ‘¿Cuánto has traído, Abu
Bakr?’ Su respuesta fue: ‘Lo he traído todo, O, Mensajero de Alá.’
Cuando nuestro Maestro preguntó si no había dejado nada para sus
hijos, él contestó: ‘Les he dejado a Alá.’ Con esto, me arrepentí por
haber entrado una vez más a una carrera de caridad con Abu Bakr.”
Recordemos una de las enseñanzas del Corán: una de las
nobles características de las buenas personas es ser leal a sus
promesas, ser fiel a sus palabras.
Las huellas de la hipocresía son tres: el hipócrita es un
mentiroso, no dice la verdad; se arrepiente de su promesa, no
mantiene su palabra; traiciona la confianza. Estos son los atributos
del hipócrita. Con respecto a los atributos de los creyentes, Alá dice
que son los que pacientemente soportan la tribulación y la necesidad,
a través del agobio y la aflicción, fieles a su fe en el Amado, y siempre
concientes de la Verdad.
De esta manera vemos que se requiere mucho más de nosotros
que sólo dirigir el rostro a la qibla. Similarmente, cada elemento de la
plegaria ritual tiene un profundo sentido interior además de su
aspecto formal, y exterior:
Sincronización: precisamente como hay una obligación
exterior para averiguar el momento correcto para la plegaria, es
nuestro deber en realidad estar enterados de la oportunidad en todas
las cosas.
Intención: cada plegaria se debe realizar con la intención
conciente. En realidad, la intención es el criterio universal en el Islam.
La intención interior no tiene que caer o retroceder en las malas
costumbres que una vez se abandonaron.
Takbir: (la declaración inicial de la supremacía de Dios):
cuando decimos “Dios es incomparablemente Más Grande que
cualquier cosa que pudiéramos conocer o imaginar” (¡Aláu Akbar!), la
realidad interior es nuestra conciencia de poner a un lado este mundo
y todas las cosas menos Dios, y de entrar a Su presencia.
Llamar a la Plegaria: (adhan) simboliza el triunfo final de
Israfel, el ángel de la Resurrección. Al oír este Llamado y apresurarse
hacia la mezquita, decretamos simbólicamente nuestro surgimiento
de la tumba y la reunión para la Resurrección. Nuestra llegada a la
mezquita representa nuestro reunido al sitio.
Estar de pie en las filas: cuando el Musulmán en la
congregación forma las hileras para la plegaria, representa a la
humanidad en el desfile ante la presencia de Alá. Mientras elevamos
las manos y pronunciamos la apertura takbir, proveemos una alegoría
de la gente parada al rendirle cuentas al Todopoderoso.
Postura de inclinación (ruku’): cuando inclinamos el cuerpo
con humildad hacia Dios, es una semejanza para la confesión de los
pecados y la petición: “O, Señor,” estamos diciendo, “declaro que Tú
exento de cualquier atributo de deficiencia. Tú eres el Magnífico. Al
lado de Tu misericordia, mi pecado tiene poca importancia.”
Enderezarse (qawama): estar derecho entre la inclinación y
la prosternación nos recuerda que nuestros cuerpos serán
recuperados cuando nos llamen a rendir cuentas en la Resurrección.
Prosternación (sajda): caemos dos veces en la humilde
prosternación, en el medio nos sentamos brevemente, y decimos
mientras nos prosternamos: “O, Dios, el Más Elevado de los Elevados,
declaro que Tú estás exento de cualquier atributo de deficiencia.”
Todo esto, incluyendo nuestra afirmación de la supremacía de Dios al
incorporarnos entre las prosternaciones, es igualmente simbólico de
nuestra situación en la Resurrección, cuando debamos enfrentar los
pecados que hemos cometido y obedecer la orden divina de leer en
voz alta nuestro registro.
Reuniones (tahiyat) y Saludos (salam) finales: cuando nos
sentamos de vuelta sobre los talones al final de la plegaria, y
ofrecemos los Saludos, estamos cara a cara con lo que hemos hecho,
y somos concientes de la realidad del Fuego; girando la cabeza para
dar el Saludo, primero a la derecha y luego a la izquierda, parece que
estamos buscando en todas direcciones a alguien que actúe como
nuestro intercesor.
Exteriormente, luego, pasamos por una serie de movimientos –
pararse, inclinarse, enderezarse, prosternarse, sentarse para los
saludos y girar la cabeza con los saludos- pero es desde la paz interior
y la reverencia tranquila de la plegaria que obtenemos el
conocimiento de las realidades más profundas.
Cuando nuestro Maestro Imam ‘Ali se paraba para rezar,
algunas veces se sonrojaba y otras palidecía. Cuando su familia vio
que ocurría esto, le preguntaron: “O, Imam, ¿por qué cuando te
levantas a orar algunas veces estás de color escarlata y otras veces
de un pálido mortal?” Y respondió: “Estoy yendo ante la presencia de
Alá. ¿Eso es fácil?”
Algunos puntos adicionales: Ya que con la apertura takbir uno
entra a la presencia Divina, significa la separación de este mundo. Lo
que está afuera de la primera posición de pie (qiyam) hace la
declaración espiritual: “O, Señor, no estaré ante la presencia de nadie
más que ante Ti y Tus amigos.” La postura de inclinación, que es una
parte obligatoria externa del ciclo de la plegaria, significa
interiormente: “O, Señor, no me inclino ante nadie más que ante Ti. A
tus enemigos no les demuestro amistad, no les ofrezco ayuda.” Luego
decimos: “Tú eres el Oyente de la alabanza de aquellos que Te
alaban,” y hacemos la prosternación exterior obligatoria. Uno de los
secretos de la plegaria es decir interiormente; mientras bajamos en la
segunda prosternación: “O, Señor me prosterno sólo ante Ti. Yo no era
nada. Tú me sacaste de la luz, y una vez más no seré nada.”
Todo lo que he dicho apenas araña la superficie de este tema.
Pero podemos llegar a la conclusión de que la angustia y el tormento
no son para aquellos que rezan de esta manera. La angustia y el
tormento son la suerte del hipócrita, que se prosterna ante Dios y aún
así ayuda a los enemigos de Dios, y no conoce su verdadero lugar de
adoración.
La angustia y el tormento son para aquellos que, como lo
declaró el venerable Mevlana, bajan sus cabezas en la prosternación,
clavan sus traseros en el aire y suponen que están orando. La
angustia y el tormento es porque no conocen el verdadero significado
de la plegaria en el Islam; mientras pasan por las emociones de la
plegaria, también cometen toda clase de perversidad, son marcados
por cada defecto del carácter, y perpetran cada crimen que Dios ha
prohibido. Tales plegarias no los acercan a Alá, por el contrario, es
porque se las quitan a Él que Dice en su Noble Libro: “La angustia y
el tormento para aquellos que realizan la plegaria...” Los
creyentes deberían meditar sobre el destino espantoso de aquellos
que rezan y rechazan la ayuda mutua, y deberían pensar en cuánto
peor será para aquellos de semejante mal carácter que ni siquiera
rezan.
Ya que sabemos de otro Noble Versículo que la plegaria ofrece
protección contra la conducta inmoral e ilegal, que sigue a los que
rezan, aún así no se abstienen de tal conducta, sólo hacen una
demostración del rezo. Si hubieran rezado como Alá quiere, su
plegaria los hubiera alejado de todo lo perverso e ilegal.
Consideremos las generosidades otorgadas a aquellos que realizan la
plegaria como se debe hacer. Qué grandes y buenas noticias les ha
dado a aquellos que rezan nuestro bendito Maestro. Cuando
amanezca la Resurrección y la humanidad se reúna, los rostros de
algunos estarán centelleando como las estrellas. Cuando los ángeles
les pregunten: “¿Qué buena conducta han traído a este grado
elevado?” Ellos dirán: “Tan pronto como oímos el Llamado a la
Oración en el mundo inferior nos apresuramos a hacer la ablución y
entrar a la presencia de Alá.” Habrá otros cuyos rostros irradien luz
tan brillante como la luna. Cuando se les haga la misma pregunta,
dirán: “Ya estábamos en un estado de pureza ritual cuando oímos la
Llamada a la Oración instituida por Muhammad y, tan pronto como la
oímos fuimos a la mezquita y entramos a la presencia de nuestro
Señor.” Los rostros de algunos creyentes estarán tan radiantes como
el sol y su explicación será: “Todo lo que ganamos fue por medios
legales y todo lo que consumimos fue legal. Solíamos dar parte de
nuestros ingresos a los pobres y los necesitados. Fuimos a la
mezquita incluso antes del tiempo para rezar y oímos la Llamada a la
Oración dentro de la mezquita. Ahora nuestro Señor nos ha concedido
estos grados elevados.” Hay una guía para nosotros en estas buenas
noticias del bendito Mensajero. Se dice que si un Musulmán se une a
la plegaria cuando el Imam da la apertura takbir, obtiene el mérito de
mil Peregrinaciones y mil Visitas y recibe una recompensa como si
hubiera distribuido una pila de oro del tamaño del Monte Uhud. Para
cada ciclo de la plegaria, recibe tanto mérito como si hubiera adorado
a su Señor durante todo un año. Se vuelve inmune al Fuego y la
hipocresía y ve, incluso en este mundo, el lugar que ocupará en el
Paraíso al cual entrará sin que lo llamen para rendir cuentas. Estas
buenas noticias son dirigidas naturalmente sólo a aquellos que sirven
verdaderamente a Alá y realizan la oración.
Aún no hemos oído todas las buenas noticias. El bendito Profeta
también ha dicho que si un creyente se levanta para rezar y dice:
“Aláu Akbar,” Él le da esta orden a Sus ángeles: “Quiten los
pecados a Mi siervo para que pueda Adorarme con pureza.”
Los ángeles se llevan sus pecados y cuando ese siervo ha terminado
su oración, ellos preguntan: “O, Señor, ¿tenemos que volver a
cargarle sus pecados a este siervo?” Pero una Voz desde las alturas
dirá: “O, ángeles Míos, no es apropiado para Mi generosidad
que vuelva a registrar el pecado que he quitado. He
perdonado todos sus errores.” Consideremos estas buenas
noticias de nuestro Maestro: “Creyentes, cualquier miembro de mi
Comunidad que haga la ablución con agua limpia y legal y se una a la
plegaria detrás del Imam tiene el derecho a la misericordia del Señor
de la Majestad.” El Mensajero, (P Y B), además informó diciendo: “Un
creyente que realice las cinco plegarias establecidas en la
congregación tiene cinco buenas cosas para esperar:

1: La pobreza no lo afligirá en este mundo.


2: No sufrirá tormento en la tumba,
3: En la Resurrección se le entregará su registro del lado
derecho.
(Aquellos que reciban sus registros del lado derecho son la
gente del Paraíso. Cualquiera que reciba su registro del
lado izquierdo o de atrás pertenece a la gente del Fuego).
4: Cruzará el puente Sirat con la velocidad del relámpago.
5: Entrará al Paraíso sin tormento o cuentas.

Nuestro generoso y noble Maestro nos ha dado la siguiente


semejanza: “Precisamente como nada sucio queda en una persona
que se baña cinco veces en un arroyo que fluye frente a su puerta,
ningún pecado permanece en alguien que entra a la presencia del
Todopoderoso cinco veces al día, pues entra a la Divina Misericordia y
se le concede el perdón.” Si una botella está llena de suciedad y es
dejada en el mar, el agua marina limpiará el exterior de la misma,
pero precisamente como el interior de la botella queda sin afectarse,
así pasa con aquellos que se purifican exteriormente pero quedan
sucios por dentro. Por lo tanto, si entras a este arroyo cinco veces por
día, asegúrate de limpiarte interior como exteriormente para que
puedas ser verdaderamente digno del perdón y puedas ver tu lugar
en el Paraíso incluso mientras estás en este mundo.

LA ABLUCIÓN EXTERNA Y PUREZA INTERIOR

La ablución externa es la purificación de la impurificación física. Es un


buen orden y rectitud. La limpieza interior, sin embargo, purificar el
corazón de la vanidad, arrogancia, hipocresía, envidia, irascibilidad,
ambición del mundo, codicia y lujuria, así como los apetitos ilegales,
pensamientos y palabras. Significa no permitiendo que haya en el
corazón, otra cosa que no sea el amor por Dios y Su Mensajero.
Si usted posee este carácter fino, no necesita temer ningún castigo
de Alá. Usted disfrutará el contentamiento, la inmunidad del fuego de
la pobreza, y su cuerpo no sufrirá ningún tormento en la tumba, ya
que en el simbolismo espiritual de los sueños, el cuerpo de cada
persona es su propia tumba.
Cuán grande es la Generosidad de Alá en este mundo para aquellos
que de verdad Lo sirven. . .

EL MÉRITO ESPECIAL DE LA ORACIÓN EN CONGREGACIÓN

Hasta donde sea posible, los creyentes deben hacer el esfuerzo para
realizar la oración en congregación. La realización de la oración en
congregación tiene setenta y siete niveles de recompensa: se
perdonan errores de distracción cometidos durante la oración
colectiva.
En la oración realizada individualmente, por otro lado, una sola
recompensa se recibe, y los libros jurisprudencia islámica establecen
explícitamente que ese perdón no se concede para las faltas
cometidas durante este caso.
Existe también un fuerte precedente para la oración en congregación,
en la práctica ejemplar del Mensajero que advirtió a las personas el
no perderse ni abandonar la oración colectiva. Los creyentes no han
de olvidar este importante precedente. La oración en congregación es
una misericordia.
UN CIEGO ES RECOMPENSADO POR SUS ORACIONES EN LA CONGREGACIÓN

Había una vez un hombre que, aunque era ciego de ambos ojos, siempre se unía
a una congregación para rezar. Nunca abandonó esta práctica, tan querida por el
Mensajero de Alá. Un día, mientras iba a las plegarias congregacionales, se cayó en un
agujero y se partió la cabeza. Cuando volvió a su casa en este estado lastimoso, su
mujer le dijo: “Tonto, tus ojos no te son útiles. No tienes la obligación de rezar en la
congregación. Ojalá realizaras tus plegarias en casa.” Pero él respondió: “No importa
mi cabeza, incluso si se rompiera mi cuerpo y se esparciera, no dejaría de seguir la
práctica del Mensajero. Los ojos de mi cabeza pueden estar ciegos, ¡pero no los de mi
corazón!”
Esa misma noche, el bendito Mensajero de Alá se le apareció en
un sueño al ciego y le dijo: “¿Por qué estás peleando con tu mujer?”
“O, Mensajero de Alá,” respondió, “estábamos discutiendo sobre el
hecho de que sigo tu práctica ejemplar.”
Entonces, el Mensajero frotó los ojos del ciego con sus manos
benditas y este recuperó la luz de la visión. Cuando se levantó a la
mañana siguiente, ya no era más ciego. Sus ojos ahora podían ver.
Había recuperado su visión a causa de su respeto por el noble
precedente Profético.

ALGUNAS TRADICIONES PROFÉTICAS ACERCA DE LA ORACIÓN RITUAL

Nuestro Maestro dice:


"Todo tiene un símbolo y el símbolo de fe es la oración ritual”.

"La oración ritual es la luz de mis ojos".

"La revisión de las acciones en el Día de la Resurrección, empezará


con la oración. Si estas están en orden, ayudarán en la aceptación de
otros hechos buenos, pero si la contabilidad de la oración no está en
orden, los asuntos se pondrán un poco difíciles".

“Los Creyentes malos que merecen el Infierno tendrán sus cuerpos


enteros quemados por el Fuego. Sólo esos órganos que hacen la
postración a Dios no serán afectados. Por consiguiente, realice la
oración con su forma entera y con el corazón...”.

"Si una persona realiza la oración de la noche en congregación, la


recompensa será como el como haber estado la mitad de esa noche
en adoración. Si él también realiza la oración de la mañana en
congregación, su recompensa es tal como haber guardado vigilia la
noche entera”.

"Si la oración que una persona realiza no lo mantiene alejado del mal,
significa que su oración lo mantiene alejado de Alá".

“La oración es defectuosa si se realiza cuando una comida se ha


preparado. Esto no implica, sin embargo, si haya un riesgo de
perderse el tiempo apropiado para esa oración".

“La oración es el pilar de la religión. Quienquiera quien realiza la


oración, ciertamente cumple con su deber religioso. Quienquiera que
abandona su oración, ciertamente, destruye su fe religiosa”.

"La religión del Islam necesita de sus miembros para congregarse y


reunirse como una fuente de fuerza. La necesidad de la congregación
por parte del propio Islam es aun mayor que la necesidad de ésta, ya
que para los creyentes es mayor por causa de su recompensa
espiritual. El premio para la oración realizada en congregación es
veinticinco veces mayor que el mérito de realizar la oración en forma
individual".

"Aquellos que desean morar en la parte más alta del Paraíso deben
realizar la oración en congregación".
"Si una persona no realiza la oración, es como si él no hubiera
adoptado la religión".

"Es la oración la que efectivamente separa al creyente del infiel y del


politeísta".

" Aquellos que desatienden la oración encontrarán a Dios enfadado y


colérico hacia ellos cuando se mueran, o en la Resurrección".

LAS CINCO ORACIONES DIARIAS

Ciertamente la oración en los momentos ordenados ha sido enviada para


los creyentes (4:103)

Realizar las cinco oraciones establecidas se vuelve una obligación


religiosa para cada mujer musulmana de la edad de nueve y para
cada musulmán hombre a la edad de doce. Estas oraciones son un
poderoso mandato de Alá. Aquellos que omiten el realizarlas son
impíos y pecadores. Aquellos que niegan su carácter obligatorio
abandonan el rebaño de Islam. . . Para aquellos que dicen, "yo no
realizo la oración pero mi corazón está purificado", las consecuencias
son temerosas.
Aquellos que oran disfrutan del favor de la promesa Divina. El destino
de aquellos que no oran debido a su pereza se lo deja a Alá. Si Alá
desea Él puede perdonarlos; o si Él lo desea, puede castigarlos. Para
los creyentes que oran, la Buena Nueva Divina es una certeza. Estos
mas dignos seres obtendrán la misericordia Divina y entrarán en el
Paraíso. ¡Por consiguiente asegúrese de realizar aquellos rezos que no
haya hecho u olvidado de hacer!
¡Tenga cuidado con menos preciar la oración! Todos los actos de culto
están resumidos en la oración, incluyendo aquellos de los habitantes
del Cielo.
¡No consuma su vida sin la adoración! La oración es la inversión más
importante para el Más Allá.

LOS REGALOS QUE DEBEMOS LLEVAR CON NOSOTROS AL MAS ALLA

La primera persona con la que usted se encontrará en su viaje del


regreso final es Azra'il, el bendito Ángel de la Muerte. Usted debe
presentarle cuatro regalos, a saber: la realización de todas sus
oraciones olvidadas; su observancia no sólo de los básicos deberes
religiosos, sino también de los derechos humanos; el conocimiento de
su mortalidad; miedo e incertidumbre acerca de su destino. El Uno
Todo Glorioso nos dice que el bendito José oraba: ¡" O Señor,
permítame morir como un creyente! ¡Inclúyame entre los virtuosos"!

Los regalos para su alma son cuatro: comer poco, dormir poco,
hablar poco, y ser moralmente derecho. Si usted actúa de esta
manera, salvará a su alma del tormento, y estará satisfecha con su
supremo regalo.

Usted también debe llevar regalos a la tumba en la que usted se


quedará. Mientras todavía tenga tiempo para hacerlo, usted debe
preparar estos cuatro regalos para la tumba: realice la Oración de
Vigilia Nocturna; lea el Qur'an; siempre manténgase purificado; no
sea chismoso, no haga que sus amigos se peleen entre si, no
provoque travesuras. Esta buena conducta buena será el regalo de su
tumba.
Hay dos Ángeles Interrogadores llamados Munkar y Nakir quienes le
hacen las siguientes preguntas al muerto cuando ellos entran en la
tumba:
“¿Quién es su Señor? ¿Quién es su Profeta? ¿Cuál es su Religión?
¿Cuál es su Libro y en qué dirección usted se vuelve para orar? ¿Qué
son los creyentes para usted?”
También es preciso que usted lleve regalos a estos ángeles. Sus
regalos son: el abstenerse de mentir; el dejar la arrogancia y asumir
la humildad; oír la Palabra de Dios y aceptarla.
Los regalos para el Equilibrio son cuatro: la posesión de un buen
carácter moral, practicar las éticas del Qur'an y seguir el ejemplo
dejado por el Mensajero; no olvidarse de Alá y recordar al Señor;
abstenerse de la ostentación y la hipocresía; considerar indigno el
dañar a cualquier criatura y restituir a aquellos quienes podamos
haber hecho el mal.

Los regalos para el Sirat son igualmente cuatro en número: evitar lo


que es ilícito y dudoso; suprimir el enojo; unirse a la congregación;
un diligente esfuerzo en la realización de los órdenes religiosos.

El infierno también tiene sus regalos. Lo siguientes cuatro regalos


deben ser llevados allí: la caritativa distribución de su riqueza en la
causa de Alá; llorar por temor a Alá; la obediencia a los padres (tan
largo como esto no trae consigo la desobediencia a Alá); dejar la
rebelión contra los padres de uno.

Hay también cuatro regalos para el Paraíso: mantener la confianza y


nunca traicionarla; gastar en la causa de Alá; auto sacrificarse por la
causa de Alá; la adquisición del conocimiento.

Los próximos cuatro regalos son para el bendito Mensajero de Alá:


amar los hechos buenos y las personas buenas por causa de Alá;
detestar los malos hechos y a las personas malas por Su causa;
respeto y atención para con el sabio; afecto por los miembros de la
casa de Mustafa.

Los cuatro regalos para el Exaltado Señor son éstos: el amar realizar
los obligatorios y necesarios deberes religiosos; renunciar por temor
de Alá a lo que es ilegal y prohibido; alentar a las personas en
trabajos buenos y nobles; advertir a las personas e impedirles el
hacer el mal.

Un hombre llegó una vez al bendito Profeta (saws) y le dijo:


"Yo deseo la muerte, O Mensajero de Alá!”. Nuestro Maestro le contó
acerca de estos regalos, y le preguntó si él los había preparado. "No,
yo no los tengo”, contestó el hombre. “Entonces no desees la muerte
antes de que usted los haya preparado", dijo nuestro Maestro.

ORACIONES ESPECIALES Y OPTATIVAS

Los cinco rezos obligatorios establecidos son aquellos realizados en el


comienzo de la mañana, sobre el mediodía, por la tarde, sólo después
del ocaso y por la noche. Estos constituyen el más importante de los
principios de fe para todos aquellos que se llamen a si mismos
Musulmanes.

Además de éstos, hay oraciones especiales el viernes y para los


entierros. El anterior se realiza el mediodía del viernes y es
obligatorio, para cada varón el realizarlo en la congregación. Aunque
no es compulsivo para una mujer el realizar esta oración en
congregación, si ella hace éste reemplaza a su habitual rezo de
mediodía.

La asistencia a las oraciones fúnebres es más bien algo comunal que


una obligación individual. Las mujeres pueden participar. Si ya hay un
número suficiente de personas que realicen esta oración, no es
obligatorio para otros el asistir.

Otras oraciones especiales son aquellas que se realizan en las dos


fiestas, una con la que concluye el ayuno durante Ramadan y la
Fiesta del Sacrificio en el mes de la Peregrinación. El realizar estas
dos oraciones es considerado necesario.

Hay también varias oraciones supererogatorias para todos los días y


noches de la semana. Nuestro bendito Maestro nos ha hablado acerca
de la buena fortuna y la recompensa a ser obtenidos por aquellos que
son capaces de hacerlo.

Es escasamente posible para la mente humana el concebir lo que se


les concederá a aquellos que, sin hipocresía y sin buscar recompensa,
realicen las cinco oraciones establecidas, que son una obligación
diaria, correctamente y en congregación, creyendo en el Señor,
amándolo y dando sus corazones a Su Más Noble Mensajero.

Permítenos Servirte antes de que esta vida preciosa se marche, antes


de que bebamos del vino de la muerte, antes de nos pongamos la
camisa descosida, antes de que montemos el féretro y antes de que
entremos en la oscuridad de la tumba, para que seamos bendecidos
en ambos mundos y podemos ganarnos el buen placer del Todo
Misericordioso.

A aquellos que la realizan, la oración es buena fortuna; a aquellos


que la descuidan, una fuente de pesar. Es el símbolo de la fe del
creyente. Si usted realiza la oración, usted no te dejarás a ti mismo
trastabillar.

Uno que no conoce la Divina Majestad, que no reconoce la Verdad, no


bajará su cabeza en postración. ¡Oren! ¡La oración es vuestra
Ascensión! ¡La oración es vuestro remedio para el pecado!
Gloria al Señor, el Señor de la Majestad más allá de toda descripción;
y paz sobre los Mensajeros; y toda alabanza es para Alá, Señor de
Todos los Mundos.

EL DECIMO DISCURSO

LOS DEBERES DE LOS PADRES

Bismi’llahi’r-rahmani’r-rahim
En el Nombre d eAlá. El Misericordioso, el Compasivo

CONTENIDO

LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS


LA PATERNIDAD ANIMAL Y HUMANA
RESPETO POR EL MAESTRO
IMPORTANCIA D ELA EDUCACIÓN, RELIGIOSA Y PRÁCTICA
SON RECOMENDADOS LOS MATRIMONIOS TEMPRANOS
LOS NIÑOS DEBEN SER TRATADOS SUAVEMENTE

HISTORIAS

LAS MARAVILLOSAS HAZAÑAS DEL VENERABLE SHEIK VEFA


LOS DOS HERMANOS Y SU MADRE
El Hijo que mordió la lengua de su Madre
Un Hombre que maldijo a su niño y Los Padres que oraron por su Hijo

LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS


Irshad – Sheikh Muzaffer Ozak

¡O vosotros que creéis! Guardaos a vosotros mismos y a vuestras familias


de un fuego cuyo combustible serán los hombres y las piedras, sobre el
que habrá ángeles duros y violentos que no desobedecerán a Alá en lo que
Él les ordene, sino que harán lo que se les ordene (66:6)
En este Verso del Santo Qur'an, el Exaltado nos avisa de guardarnos
a nosotros mismos y a nuestras familias, a nuestras esposas y a
nuestros niños, contra el fuego del Infierno. Él nos deja en claro que
nosotros somos responsables ante el Señor por nosotros, por
nuestros niños y por las personas a nuestro cargo, así como un
gobernador provinciano es responsable ante el gobierno central en los
asuntos pertinentes a su provincia. Nosotros mantenemos en verdad
a nuestro propio cuerpo, nuestra propiedad, nuestras granjas y
jardines, nuestras tiendas y oficinas, y también a nuestros niños y
esposas. Nosotros seremos llamaremos para responder ante el
Omnipotente de todas estas recompensas que fueron confiadas a
nosotros por Alá, el Señor de Todas las Confianzas:

Entonces se nos preguntará en ese día acerca de los momentos de


dicha que hayamos tenido (102:8)

Como seres humanos, nosotros debemos invitarnos a nosotros


mismos a responder antes de que enfrentemos la cuenta final y el
interrogación. Cuando el bendito Profeta (saws) dijo:
" Cada uno de ustedes es un pastor, y cada uno de aquel es
responsable por su manada".

Los niños tienen diez derechos sobre sus padres, a saber:

1. un padre le debe a sus niños el obtener sus medios por los medios
legales, comer la comida lícita y conservar la legalidad de la semilla
dentro de sus genitales.
2. los niños están facultados para recibir la ayuda de su padre para
hallar una o un compañero conveniente, cuando ellos tengan la edad
para casarse.
3. un hombre debe usar las maneras lícitas para vestir, alimentar y
apoyar a la madre de sus niños.
4. cuando un niño entra en este mundo, el padre debe recitar la
Llamada a la Oración, el Adhan, en el oído derecho del bebé, mientras
que en el oído izquierdo debe pronunciar la señal para el comienzo de
la Oración, el Iqama. Él debe darle un bonito nombre al niño. Cuando
el ya tiene una semana, el padre debe sacrificar un cordero, debe
afeitar la cabeza del bebé, y debe distribuir el peso de su pelo en oro
como limosnas a los pobres. Él debe proporcionarle la comida lícita o
halal, al niño. En el caso de un muchacho, él debe hacerlo circuncidar.
5. cuando un niño alcanza la edad de cuatro años, cuatro meses y
cuatro días, el padre debe empezar a enseñarle el Qur'an, o proveerle
de un maestro para ese propósito.
6. él debe ver que el niño empiece a estudiar.
7. él debe enseñarle una habilidad práctica junto con sus estudios
académicos.
8. él debe prestar cuidadosa atención a las amistades que sus niños
formen.
9. Desde la edad de siete, él debe asegurarse cuidadosamente que
sus niños se hayan acostumbrado a realizar la oración y guardar
ayuno.

Ordena a tu gente el salat, y persevera en esto (20:132)

10. El padre tiene el deber de asegurarse que sus niños encuentren


un bueno y respetable mentor de quien aprender la perfección y la
sabiduría.

El Santo Qur'an nos dice que cuando un padre que ha descuidado


cualquiera de éstos sea llevado a la Presencia Divina, sus niños se
quejarán de él ante el Exaltado, diciendo:
"0 Señor, este hombre que era mi padre me tomó del mundo más
alto
y, por causa de su placer, me provocó descender a la morada de la
tribulación. Él no me advirtió ni me guió y es la causa de mi eterno
infortunio eterno. Ahora dale, dos veces más el castigo que yo
recibiré de Ti".

Nos dice que en la Resurrección un padre huirá de sus propios niños.


Así Alá nos ha explicado el infortunio que nos espera ese Día de la
Resurrección y nos ha dicho, en Su Sagrado Qur'an, cortésmente que
nos protejamos a nosotros mismos y a nuestras familias del Fuego y
de la severidad y aspereza de los guardianes de Infierno.

LAS MARAVILLOSAS HAZAÑAS DEL VENERABLE SHEIK VEFA

El Sheik Vefa (en Árabe: Wafa’), santificado sea su espíritu, vivió


en la época de Mehmet el Conquistador. Era un santo conocido por su
santidad y cercanía a Alá. Era excepcionalmente erudito en las
ciencias exotéricas y esotéricas. Es el santo fundador epónimo de la
Orden Sufí conocida como la Wafa’iya (en Turco: Vefaiye) y una
autoridad en los asuntos espirituales. Las letanías y los servicios de la
orden fueron compilados por él. Fue uno de los grandes hombres
presentes en la conquista de Constantinopla y fue el que actuó como
Imam en las plegarias funerarias para el venerable Conquistador.
Cuando los Janisarios se rebelaron contra el nombramiento de
Karamani Mehmet Pasha, a quien buscaban para matar, Mehmet
Pasha se refugió en el convento del venerable Sheik. El convento fue
sitiado por los Janisarios cuando se enteraron de que Pasha se había
ido a esconder allí. La biografía del Sheik Vefa registra cómo, cuando
el santo salió y pronunció un grito de “¡Alá!”, cada uno de los
Janisarios presentes colapsaron en un desmayo, dispersándose uno a
uno mientras recuperaban los sentidos. Innumerables milagros se le
atribuyen al santo. Por el beneficio del lector que no está
familiarizado con ellos volveremos a contar unos pocos en este punto.
Una vez llegó una mujer para decirle al Sheik que su hijo estaba
prisionero en manos enemigas. Le suplicó que le asegurara que su
hijo volvería a salvo. El venerable Sheik le dijo: “No te vayas mujer,
siéntate. Tu hijo ahora está viniendo hacia ti.” Luego de haber pasado
una hora o algo así, el hijo de la mujer llegó vestido como un
cocinero, con sus mangas enrolladas. “Toma a tu hijo, mujer,” dijo el
santo. La mujer abrazó al muchacho y madre e hijo se volvieron a
unir. A los que preguntaron con asombro lo que había sucedido y
cómo él había llegado allí, el joven les explicó:
“Fui tomado prisionero y me pusieron a la venta en el mercado
de esclavos, en donde me compró un Cristiano. Como su esclavo, mi
tarea era cocinar para él en la cocina. Pasaba todo el tiempo
prisionero como cocinero. Hoy mi amo fue a cazar y atrapó una liebre.
Él justo me la había dado para cocinar cuando apareció un gato negro
en la cocina, agarró la liebre de mi mano y comenzó a escaparse con
ella. Lo perseguí para recuperar la liebre y mientras estaba tratando
de atrapar al gato me encontré aquí porque el gato entró aquí con la
liebre en su boca.” Y, mirad, observad, el gato negro estaba sentado
a los pies del Sheik y la liebre yace aquí en el suelo.
Cuando atestiguó esta generosidad divina y la manifestación
milagrosa del carisma santo, alabó y ensalzó a Alá, entró al servicio
del Sheik y consiguió su meta en este mundo y el Futuro. Llegó a ser
conocido como Esir Bey (“Señor Cautivo”) y ahora duerme el sueño
eterno dentro del convento del Sheik, mientras su alma vaga por los
jardines del Paraíso. Con respecto al gato del Sheik, tiene su propia
tumba especial a la entrada del mausoleo de su Amo.
En la Sura del Sagrado Corán titulada al-Naml, Alá menciona
que en el tiempo que lleva pestañear, el gobernador del venerable
Salomón, Asaf, hijo de Barkhiya, trajo el trono de Bilqis por todo el
camino desde el Yemen a Jerusalén, un viaje que normalmente
tomaba tres meses. Si los íntimos del venerable Salomón, el Profeta
de los Israelitas, pudieron llevar el trono de Bilqis en el tiempo de un
pestañeo, ¿quién podría considerar demasiado diminuto este pequeño
milagro, para los íntimos del bendito Mensajero, que es el Jefe de los
Profetas y una Misericordia para Todos los Mundos?
Creemos en los milagros de los santos de los Hijos de Israel,
pues los conocemos del Sagrado Corán. Si los santos de los Israelitas
pudieron traer a la vida a los muertos con el permiso divino, y traer el
trono de Bilqis, podían hacer un viaje de tres meses en un parpadeo,
no necesitarás convencerme de los poderes de un santo del Muy
Amado de Dios. Se debe entender, sin embargo, que los milagros
forjados por el Profeta t las hazañas carismáticas de los santos de Alá
no son sus propios actos, sólo son los instrumentos de su Señor.
No debemos suponer que estos pequeños milagros están más
allá de los íntimos del venerable Amado del Todopoderoso. Y no
olvidemos que el carisma y la dignidad de un santo le pertenecen a
ese Profeta de quien seguidor.
Volvemos a nuestra historia:
El venerable Sheik Vefa tenía un bebé. Cuando el niño fue lo
suficiente grande para salir a jugar, solía cuidarse de los aguateros
que bajaban la calle; perforaba con un clavo sus pieles que contenían
el agua, luego metía la boca en el agujero y bebía el agua que
manaba. 4 (En esa época, Estambul aún no tenía sus cuarentas
fuentes; el agua para ellas fue entubada hacia Estambul por el Sultán
Suleiman Khan, conocido en el Occidente como Suleiman el
Magnífico, que tomó parte en veintisiete campañas, conquistó Rodas
y Hungría para los Turcos y sitió Viena.) Las consideraciones del
respeto y la cortesía evitó que los aguateros le contaran al padre del
niño sobre su travesura. ¿Cómo podrían mencionárselo al Sheik,
cuando el bendito Mensajero de Alá dijo: “El niño es el yo secreto del
padre?”
Luego de haber pasado algunos meses, uno de los aguateros no pudo tolerar
más la mala conducta del niño, así que fue a quejarse a su padre, el venerable Sheik. El
venerable Vefa, que Alá pueda santificar su ser secreto, le preguntó cuánto tiempo su
hijo había estado pinchando las bolsas de agua y el querellante le dijo que lo había
estado haciendo desde que salió a jugar a la calle. El venerable Sheik entonces invitó
ante su presencia a todos los aguateros cuyas bolsas habían sido perforadas y los
proveyó con unas nuevas pieles. Habiendo enderezado las cosas con todos ellos, les
dijo: “Corregiré a mi hijo. No se sientan mal por esto. Esta travesura suya viene de mí
o de su madre. No hay maldad en el niño.” De esta manera apaciguó a los aguateros.
Luego llamó a su mujer y ella dijo: “Juro que no he puesto a un lado adrede ninguna
de las ordenes de Alá ni he hecho nada que Él nos haya dicho no hacer. Sólo hay una
cosa: mientras estaba embarazada una vez fui a visitar a nuestro vecino. Cuando, por
alguna razón, el vecino se había ido de la habitación en donde estábamos sentados, mi
mirada fue atraída por un limón de la alacena. Me avergoncé tanto de mi deseo, de
sacarlo de allí, que le clavé una aguja al limón y me puse una gota del jugo en mi
boca.” Al oír esto el venerable Sheik dio un suspiro de alivio diciendo: “Alabado sea
Alá, la enfermedad finalmente está diagnosticada.”
Así que ves que si una madre da un pinchazo ilícito a un limón,
su hijo termina pinchando un clavo en las pieles con agua y bebiendo
su agua. El santo le enseñó a su esposa a arreglar las cosas con el
vecino, y ella fue a decirle lo que había hecho y que deseaba aclarar
el asunto. El vecino aceptó su disculpa, diciendo: “No me hubiera
importado si se hubiera comido el limón.” El venerable Sheik ni
siquiera sintió que era necesario llamar a su hijo y le advirtió que no
hiciera agujeros en las pieles de los aguateros. Al día siguiente, el
niños estuvo ocupado arañando la tierra con su clavo y cuando los
aguateros pasaban él ni siquiera los miraba, los dejaba en paz y no
interfería con sus pieles con agua.

La desobediencia y la travesura de nuestros hijos son


efectivamente las manifestaciones de la propia pecaminosidad de los
padres. Hay unos pocos casos en donde este no se puede aplicar,
pero es el noventa y nueve por ciento de las veces. Si Alá lo quiere,

4
Las pieles con agua están hechas del cuero curtido de los animales cuya carne es legal para consumir.
Puede producir un vástago justo de un tirano o un tirano de un
hombre justo. Él es sabio en Sus decretos y es capaz de disponer de
Su Dominio como Desea. Como las cosas son así, los padres deben
vigilar a sus hijos con el cuidado más grande y evitar todo lo ilegal.
Deben ser obedientes con Alá y aquellos que son grandes a Su vista
para que sus hijos, también, eviten lo que está prohibido y sean
igualmente obedientes con el Profeta y aquellos que son grandes a la
vista de Alá. Dejando a un lado la comisión actual de las cosas
ilegales de parte de ellos, los padres incluso pueden impedir que el
desarrollo espiritual de sus hijos al hacer cosas, aunque sean
permitidas, no sea consecuente con la verdadera piedad. Por ejemplo,
según la Ley Sagrada, una madre puede darle leche o alimento a su
hijo aunque esté en un estado de impureza ritual, necesitando la
ablución mayor. Las madres que desean que sus hijos hagan un buen
progreso espiritual no deben valerse de esta concesión, sino hacer su
ablución antes de amamantarlo o alimentarlo. Estas cosas tienen una
influencia sobre el carácter moral del niño. En suma, los padres deben
prestarle a sus vástagos una atención diligente, espiritual y
materialmente para que sus hijos puedan prosperar en este mundo y
el Próximo.

LOS DOS HERMANOS Y SU MADRE

El venerable Yazijioghlu Mehmet Efendi es el autor de un libro


llamado Muhammadiya (En Turco: Muhammadiye). Fue un eminente
contemporáneo del venerable santo Ají Bayram. En su libro cuenta las
cosas deseables y aceptables a la vista del bendito Mensajero. Esta
obra trae buena fortuna y bendición a cualquier casa en la que esté
guardado. Es de conocimiento popular que en el hogar de cualquier
Musulmán Turco uno normalmente puede encontrar el Sagrado Corán,
el Mevlidi Sherif y el Muhammadiye.5
Yazijioghlu es el apellido de los dos hermanos, Mehmet y Ahmed
Bijan. El venerable Mehmet Efendi está enterrado en Gallipoli, en
donde su tumba iluminada todavía se visita. Ahmed Bijan Efendi
tradujo un libro llamado Anwaru-l-°Ashiqin del Persa al Turco. Un día
este Ahmed Bijan Efendi estaba dando una lectura en la noble
mezquita, dando instrucción a la gente, cuando su hermano mayor
Mehmet Efendi entró y oyó durante un tiempo. Luego dejó sonriendo
la mezquita, mientras que su hermano no se preocupó demasiado al
notar esto. Cuando Ahmed Bijan Efendi llegó esa noche a la casa, le
dijo a su madre lo que había sucedido y le pidió que averiguara qué lo
había hecho sonreír de esa manera a su hermano mayor. Cuando
Mehmet Efendi llegó al hogar, le respondió el pedido de su madre por
5
El Turco Sufí, Ismael Hakki Bursavi, escribió un comentario del Corán (en Árabe), titulado Rubu-l-
Bayan, que ha sido impreso en muchos países Musulmanes y hoy en día todavía se lee; ya que se leerá
hasta que llegue la Resurrección. Esta persona digna también escribió un comentario sobre el
Muhammadiye. Es una obra muy importante.
una explicación diciendo: “Mi querida y respetada madre, no me
estaba sonriendo por la manera en la que mi hermano estaba
enseñando. Mientras estaba dando su lectura, llegaron tantos ángeles
para oírlo que no dejaron ningún lugar para sentarse a los otros; ¡los
ángeles estaban pisándose! Ver a los ángeles amontonarse en su
esfuerzo por oír la enseñanza de un ser humano, me complació tanto
que no pude evitar sonreír.” Ahmed Efendi se conmovió
profundamente cuando su madre le reveló esto. Le pidió que le
preguntara a su hermano mayor por qué esto debía ser así, que
Mehmet Efendi había llegado al nivel donde podía ver a los ángeles, y
a él le fue negado este privilegio. Cuando su madre le hizo esta
pregunta, Mehmet Efendi dijo: “Madre, debes buscar esta deficiencia
en ti misma.”
Luego de pensar un poco, su madre dijo: “Nunca te di leche
salvo si me había hecho la ablución. Peor una vez, cuando Ahmed era
todavía un bebé de pañales, una mujer vecina vino a llamarme. Me
levanté para orar, temiendo que casi había pasado el momento para
orar. Ahmed comenzó a llorar, y me di cuenta de que la mujer le daba
leche para mantenerlo tranquilo. Casi rompí mi plegaria. Pero ya era
demasiado tarde para hacer algo; mi Ahmed había bebido la leche de
la vecina. Le pregunté si estaba o no en estado de pureza ritual, y me
dijo que no.”
“Bueno, madre querida;” dijo Mehmet Efendi, “allí tienes la razón por
la cual mi hermano no ve a los ángeles.”

Si la paternidad fuera sencillamente una cuestión de traer un


hijo al mundo, no hubiéramos sido diferentes de los animales. Cuando
el macho siente un impulso natural, encuentra una hembra de la
especie, hace su obligación paterna y luego se va de la escena. Si
esta es nuestra única responsabilidad hacia los hijos, ¿en dónde nos
diferenciamos de la sbestias?

LA PATERNIDAD ANIMAL Y HUMANA


Irshad – Sheikh Muzaffer Ozak

Incluso los animales preparan a sus crías para la vida en este mundo,
enseñándoles cómo cazar, como protegerse y como luchar contra sus
enemigos.
Aquellos que simplemente les enseñan a sus niños sobre la vida en
este mundo, sin darle ninguna instrucción en lo que respecta al Más
Allá, Alá, los Mensajeros y los deberes de la religión, son igual que
estos animales.
Aquellos que no les enseñan nada a sus niños y a sus familias acerca
de ambos mundos, son incluso mas bajos que los animales. Desde
que los animales no reciben ninguna porción en el Más Allá, pero se
los destina sólo a vivir en este mundo, ellos descargan sus deberes
completamente. Ellos simplemente cumplen sus obligaciones como
padres, sin esperar ningún beneficio de sus crías.
En cuanto a nosotros, buscamos que nuestros niños nos ayuden, nos
cuiden y nos obedezcan. Preguntémonos que podemos hacer
nosotros por nuestros niños, a cambio del buen comportamiento que
esperamos de ellos. ¿Puede que nosotros les debamos algo a cambio
algo por estas grandes expectativas?

Cuando los padres no cumplen sus obligaciones para con sus niños,
ellos se merecen, en cierto sentido, que éstos los maltraten. Tal
maltrato no es nada comparado al tormento que ellos sufrirán cuando
llegue la Resurrección.
En lo que nuestros padres naturales no nos enseñan sobre cómo ser
humanos, nosotros aprendemos, sin embargo, de nuestro padre en el
camino espiritual, la venerada Gloria del Universo, y de nuestros
padres religiosos, quienes son los herederos de su conocimiento y
estado.
Ellos nos enseñan los derechos de padres, y debido a que ellos nos
recuerdan que nuestro padre y madre son la causa de nuestra
entrada a este mundo, y nos informan de nuestros deberes religiosos
de retribuirles legitima obediencia por todas las secreciones que ellos
mantuvieron por impulso natural, la mayoría de nosotros todavía les
obedecen, los cuidan y se comportan hacia ellos como los niños
deberían.

Es bien sabido para las personas de todas las cuatro Escrituras que el
quitar una vida humana es el más grande pecado de todos. Entonces,
los padres que no enseñan a sus niños acerca de este mundo y del
Más Allá son simplemente culpables de tal odiosa ofensa.
Aquellos que no enseñan a sus niños acerca de este mundo y del Más
Allá, son culpables de un pecado aun peor que el asesinarlos.
Para los padres que sólo matan a sus niños en su infancia privándolos
de este mundo, dejándolos que prosperen en el Más Allá.
Pero los padres que no les enseñan tanto de este mundo a sus niños
ni de Alá y Su Mensajero, no sólo son condenados a la degradación,
infortunio y humillación en este mundo, sino que también son
privados de la vida eterna en el Más Allá y los matan eternamente.

El Hijo que mordió la lengua de su Madre

Una madre tenía un hijo. Un día, cuando él era un niño, trajo un


huevo a su casa y se lo dio a su madre que estaba naturalmente
contenta que su muchacho hubiese empezado a cuidarla a tan
temprana edad.

Ella no preguntó donde él había obtenido el huevo, pero le dijo había


hecho bien. El tiempo pasaba, y el niño robó un pollo primero, luego
unos gansos, pavos, cabras, ovejas, vacas y bueyes, hasta que él se
convirtió en un villano. Su madre siempre aceptó alegremente los
bienes robados que él le traía, y cada vez le expresaba su aprobación.
A la larga él no necesitó de ningún estímulo. El crimen se había
vuelto un estilo de vida para este bribón. Una vez él robaba cuando
nadie lo veía, pero ahora él tomaba por la fuerza, matando a aquellos
que se negaban a entregarle. Él se había vuelto una espina para las
autoridades y un azote para el público.

Como todos tales pícaros, él fue finalmente atrapado por las fuerzas
de la ley y llevado a juicio. El veredicto fue dado y se lo sentenció a
muerte. Él fue entregado inmediatamente al ejecutor de la justicia.

La madre que era la causa de su ruina, había venido ahora presenciar


a través de sus lágrimas, de la muerte de su hijo. Fue por ella que él
sería colgado, y aún cuando ellos le preguntaron si tenía un último
deseo, él dijo:

"Mi deseo final es besar la lengua de mi madre”. Su madre fue llevada


hacia él para que pudiera cumplir este deseo. "Madre", dijo él, "yo
debo dejarte ahora; saca tu afuera para que pueda besarla". Cuando
ella hizo lo que él le pidió, él hizo como si fue a besarla pero arrancó
la lengua de su madre hasta la raíz. Manando con sangre, la mujer
empezó a mascullar:

“¿Qué has hecho, tu asesino bribón? ¿Tú has cometido un pecado así
incluso cuando estás está a punto de morir?". Pero él dijo: "Lejos de
ser un pecado, lo que acabo de hacer es quizás la mejor acción de
toda mi vida. Esa lengua me ha llevado aquí al andamio, ha causado
mi degradación en este mundo y mi frustración en el Más Allá.
Lenguas como esta es mejor cortarlas. Cuando yo era pequeño le
traje un huevo robado a mi madre; si en lugar de mimarme, ella me
hubiese hecho decirle de dónde venía ese huevo, y me había puesto
en el camino correcto, yo no estaría donde estoy ahora, en la horca.
Yo habría sido un hombre honorable, asentado cómodamente, con el
Paraíso en lugar del Infierno para buscar el entrar en el Más Allá".

Éstas fueron sus últimas palabras antes de que ellos lo colgaran.

Aun cuando los niños no puedan morder y cortar en este mundo las
lenguas de los padres que no les enseñan sobre la vida, y que les
traiga el infortunio en ellos, ellos ciertamente lo harán en el Más Allá.

Los padres tienen un deber de darles buenos nombres a sus niños.


Los nombres son importantes. Como dicen en árabe:
Al-asma ‘yanzilu mina-s-sama’ (los Nombres bajan del cielo).
Si nosotros nombramos a nuestros niños después de los Profetas,
santos y personas virtuosas, no sólo expresamos nuestro amor y
gratitud hacia los portadores originales de los nombres, pero que
también espera y oramos para que, por gracia generosidad y de Alá,
nuestra descendencia pueda heredar su carácter bueno y conducta.

Por supuesto, que la experiencia muestra que un buen nombre bueno


no garantiza automáticamente la bondad en el portador. En mi
humilde opinión, todo depende del motivo con que el nombre se da.

El bendito Mensajero dijo: "Cuando llegue la Resurrección, el


Glorificado y Exaltado Señor favorecerá con Su perdón divino a
aquellos llamados Ahmad y Muhammad, a causa de Su gran amor
para estos nombres".

También les incumbe a los padres enseñarles a sus niños a realizar la


oración ritual y tanto del Qur'an como sea posible. Ésta es una
obligación mayor hacia los niños de uno.

Cuando un niño alcanza la edad de cuatro años, cuatro meses y


catorce (o diez) días, se lo debe enviar a las clases religiosas.
La oración se vuelve obligatoria a la edad de la pubertad. Sin poder
recitar el Qur'an, uno no puede realizar la oración, ya que la
recitación del Qur'an es una parte íntegra de él. Aunque esto no se
aplica al sordo o al mudo, están en obligación de realizar los
movimientos de la oración, y sus padres deben ver que ellos lo hagan
como los niños normales.
La instrucción en la oración empieza a la edad de siete. Los padres
tienen el deber de insistir para que sus niños realicen los cinco rezos
a la edad de nueve, en el caso de las muchachas, y a los doce en el
caso de muchachos.
Lo padres que fallan en este deber son avergonzados en la presencia
de Alá, y serán llamados a responder por ellos y ciertamente serán
enviados al Fuego. Nosotros sabemos esto de las Tradiciones.

Yo lo considero provechoso explicarle a usted aquí cuán grande es la


recompensa que obtendrán a la vista de Alá, aquellos padres que les
enseñan el Qur'an a sus niños.
Leer el Qur'an es el acto más meritorio de adoración.

Como dice Mensajero (saws): "En la Resurrección no habrá mayor


intercesor que el Santo Qur’an. El Qur'an es la gran intercesión. Ni los
Ángeles ni Profeta (saws) son capaces de tal intercesión ".

Es igual con la queja del Santo Qur'an. Así como por su intercesión
trae su a su lector la salvación, por su queja lleva a una persona al
Fuego.

El Jefe del Universo dice: "Si una persona aprende a recitar el Qur'an,
respeta el oficio y la riqueza dada a cualquier otro ser por encima del
Qur'an que ha sido dado para él mismo, por pensar así a él se le
cuenta como haber empequeñecido la Palabra que Alá ha
magnificado.
A la vista de Alá, no hay recompensa más excelente, más poderosa y
mayor que el Santo Qur'an, que es Su Palabra ".

Mu°adh ibn Jabal oyó al Mensajero decir:


"En la Resurrección, el Exaltado dirá a la gente del Qur'an: “Permitan
a venir a aquellos que son Mi gente!”. Llamándolos de esta manera, Él
los coronará espléndidamente con coronas adornadas con rubíes
rojos. Entonces Él le preguntará a una persona radiante como los
rayos del sol:
"O Memorizador del Qur'an, usted está satisfecho?”. Cuándo él
conteste, “yo estoy satisfecho, O Señor, yo estoy satisfecho”, los
ángeles que graban sus acciones suplicarán: “O Señor, recompensa
más aún a este sirviente Tuyo!”.
El Señor Exaltado dará el orden, y este memorizador del Qur'an será
recubierto con los vestidos del Paraíso. Entonces el Uno Todo Glorioso
le preguntará de nuevo si él está satisfecho. Esa persona dirá que él
está de hecho satisfecho, pero los ángeles suplicarán de nuevo que se
le dé más. Alá dirá entonces: “Abre tu mano derecha!”. Llenando su
mano abierta de contentamiento, Él dirá: “Yo estoy satisfecho
contigo. ¿Tú estás satisfecho Conmigo?”. Cuándo él diga: “Yo estoy de
hecho satisfecho”, los ángeles le implorarán de nuevo al Señor que le
dé todavía más a Su sirviente. El Exaltado dará entonces en él una
luz tan luminosa como el sol, antes de decirle a los ángeles que lo
escolten al Paraíso. Ellos lo llevarán al Paraíso en presencia de setenta
mil ángeles. Ellos le otorgarán un nivel del Paraíso por cada letra del
Qur'an, cada nivel será tan extenso que le tomaría un siglo el
atravesarlo.
Los ángeles le dirán al destinatario de esta divina recompensa que
recite el Qur'an. Cuando él empiece su recitación, ellos tomarán
vuelo.

Volando rápido cuando él recita rápidamente, y despacio cuando él


recita despacio, los ángeles se apearán en un palacio alto de perlas
blancas. Las puertas de este palacio serán demasiadas para
contarlas. Cada puerta será de oro bruñido. Antes de que puerta se
abra a un jardín, en cada jardín habrá todo tipo de árboles, y en cada
árbol todas las clases frutas. Todos los tipos de arroyos fluirán a
través de los jardines del palacio, cada arroyo estará bordeado por
pabellones y mansiones que alojan a los sirvientes.
El recibirá tales recompensas como el ojo humano jamás haya visto,
como el oído humano nunca oyó, y la imaginación humana no podría
concebir.
" Los ángeles visitarán al recitador del Qur'an, llevándole los regalos y
los saludos de Alá. Mientras ellos estén honrándolo, el Señor Exaltado
dará al orden: “Traigan a los padres de este recitador de Qur'an!”.
Sus padres serán traídos y se les dará la mitad de lo que se le ha
conferido a su hijo. Ellos darán alabanza a Alá diciendo: “O Señor,
nosotros no somos dignos de estos regalos. ¿Por qué Tú nos haces
este favor? Nosotros no hicimos un buen trabajo bueno para merecer
estas recompensas y maravillas”.
Pero los ángeles les dirán: “Este favor divino se les ha concedido a
ustedes por hacer enseñado a su niño a recitar el Qur'an".

Nuestro bendito Maestro, el Mensajero de Alá (saws), dijo:


"Los padres de los niños que leen el Qur'an, si mueren y deben
enfrentar el tormento de la tumba, este tormento no les llegará por la
gracia del Qur'an recitado por sus niños".

Hudhayfa ibn Ani relata lo siguiente del Mensajero de Alá:


“Alá no aflige a las personas cuyos niños recitan el Sura al Fatihah en
la escuela".
Él agregó: "En el honor del Qur'an recitado por los niños que recitan
el Sura Fatihah, Alá, Glorificados Sea, disipa el tormento de una
persona durante cuarenta años ".

RESPETO POR EL MAESTRO


LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN, RELIGIOSA Y PRÁCTICA,
Irshad – Sheikh Muzaffer Ozak

Mucha atención debe prestarse, sin embargo, a los derechos del


maestro. La obediencia, el respeto y el buen trato se deben por
último, a la comprensión que el derecho del maestro es aun mayor
que el de los padres.
Ibn ' Abbas informa a nuestro Maestro, el Bendito Mensajero (saws),
dijo:
“Cualquiera que aprende el Qur'an de memoria y luego se lo olvida
será resucitado mudo el Día de la Resurrección. Los pecados de mi
Comunidad desfilaron antes de mí y yo no vi ningún pecado mayor
que el de olvidarse del Qur'an!”.

Cuándo a un niño se le ha enseñado el Qur'an, es deber de los padres


el enseñarles los deberes de la religión, los mandatos y la ablución
menor, los deberes obligatorios y necesarios, la base de la fe, los
principios del Islam, los deberes acostumbrados y los
supererogatorios y aquello que es lícito o ilícito. Los Niños que
desarrollan y despliegan un talento por el aprendizaje, deben ser
enviados a uno de los grandes centros de estudio para ser entrenados
como líderes de una nación y de la comunidad.
En cuanto a aquellos niños que no están interesado en el estudio, los
padres tienen la responsabilidad de colocarlos de aprendices de una
persona virtuosa, de quien ellos puedan aprender una destreza.
Mucho cuidado debe tenerse de no ponerlos en manos de la persona
equivocada. La destreza que ellos aprendan debe ser una de las
aceptables. Si un niño recoge los hábitos de hacer sido confiado en
las manos de la persona equivocada, el mismo tamaño de los
pecados que cometan, serán registrados contra sus padres.

Es de mucha importancia e incumbencia de los padres, que los niños


no realicen trabajos como el de vender mortajas, servir en las tiendas
de café, el de recoger la basura colectiva u otros tipos inferiores de
trabajo. Ellos deben ver que sus niños obtengan trabajos buenos con
gente de una sana moralidad.

Los trabajos manuales considerados aceptables por los sabios y los


santos incluyen: la agricultura, motores y mecánicas eléctricas,
herraje, ebanistería, zapatería, tejeduría, agricultura animal, capitán
de navío, pesca y minería.

Después del nacimiento, un niño dice a los cuatro meses:


“la ilaha illa llah" (hay ningún dios pero Alá).
A los cuatro meses puede hacer la siguiente súplica:
"O Señor, perdona a mi madre y a mi padre".

Éste es el significado de los lamentos de un bebé. Los padres no han


de preocuparse cuando sus bebés lloran. Se dice que ninguna lágrima
acompaña tal llanto porque realmente es una forma de glorificación.

Según las Tradiciones, los padres no serán llamado a responder por


sus niños si, cuando ellos empezaron a hablar, ellos les enseñan a
decir:
“La ilaha illa-llah Muhammadun Rasulullah" siete veces, recitar
el Verso del Trono y el final del Sura Hashr.

Contra un padre que deshereda a su propio niño que lo reconoce que


es suyo, Alá le registrará tantos pecados como estrellas hay en el
cielo y hojas y frutos en los árboles, y en la Resurrección Él lo
humillará y lo deshonrará.

SON RECOMENDADOS LOS MATRIMONIOS TEMPRANOS


Los padres que no hacen casar a sus hijos cuando llegan a una edad
apropiada para el matrimonio llevan la mitad de la carga de los
pecados que sufren aquellos hijos por sus pasiones. Es una orden del
bendito Mensajero de Alá que debamos encontrar parejas virtuosas
para nuestros hijos cuando llegan a esa edad matrimonial.

LOS NIÑOS DEBEN SER TRATADOS SUAVEMENTE

No debemos estar enojados con nuestros hijos sino siempre


sonrientes, hablarles suavemente y ser tiernos con ellos.

Un Hombre que maldijo a su niño

Una vez alguien se acercó al venerado Abdullah al-Mubarak y se


quejó de su niño. Abdullah al-Mubarak le preguntaron al hombre si
había maldecido a su niño. Él contestó que si lo había hecho.
"Entonces, ¿por qué te tú te quejas de él?” dijo Abdullah, "parece que
has hecho mal en maldecir a tu niño".
Usted siempre debemos desear el bien a nuestros niños. El rezo de
los padres para sus niños son como la oración del bendito Profeta
(saws) para su Comunidad. Aun cuando ellos sean desobedientes,
nosotros debemos orar al Señor de Todos los Mundos para su
mejoría.

Los Padres que oraron por su Hijo

Una familia en Trebizond (turco: Trabzon) tenía un niño muy malo. Él


llegaba borracho a la casa todas las noches, perturbando al barrio
entero con sus fuertes maldiciones.
Cuando sus padres lo vieron en esta condición, quedaron tan
perturbados de miedo que no pudieron decirle nada a él acerca de su
mala conducta.
Una noche, este hijo rebelde llegó a casa mientras su madre y padre
estaban haciendo una oración, la cual el llegó a oír. Ésta era la súplica
que su madre y más bien estaban haciendo:
"O Señor, reforma a nuestro hijo y transforma sus hábitos malos en
buenos. Por causa de Tu Amado, haz de él uno de los píos".
Cuando él oyó a sus padres orar así, rogando por su hijo, él estalló en
lágrimas y se arrojó en su misericordia, rogando ser perdonado.
Desde ese momento, él no solamente dejó sus malos hábitos sino
que pero realmente se convirtió en una persona pía.
Es Alá que provoca un cambio de corazón. Maldecir no es bueno.
Lejos de maldecir a nuestros propios niños, nosotros incluso debemos
pedirle a Alá que reforme a nuestros enemigos.
Como usted sabe, la fe llegó al venerado °Umar ibn al-Khattab
porque el bendito Mensajero oró para que él pudiera ser honrado con
la fe. Fue a través de esta súplica del Profeta (saws) que el venerado
°Umar fue bendecido con el Islam.

La súplica ha sido claramente eficaz en provocar que varios rebeldes


se establecieran, y ha reformado a muchos individuos malos.
Es necesario para nosotros el tratar más aun tiernamente a nuestras
hijas que a nuestros hijos.
Cuando nosotros traemos a casa algo para nuestros niños, el adab
islámico exige que, le den primero a las muchachas y sólo entonces a
los muchachos. Una niña es una bendición para la casa.
Algunas personas se han sentido defraudadas con sus esposas por
dar a luz a una muchacha. Tal conducta no es la apropiada.
Nosotros debemos orar al Señor que nuestros niños de cualquier sexo
puedan ser buenos.
Ésta siempre es la manera, todo debe llegar a ser lo mejor.

Así como nosotros mostramos cuidado y ternura hacia nuestros


propios niños, uno de los mandatos más elevados de nuestra religión
es que mostremos el mismo cuidado, amor y ternura hacia los
huérfanos que son niños del estado.

Es de nuestra incumbencia, enseñarles el Santo Qur'an, la conducta


apropiada y buena moral al huérfano de padre y a los huérfanos de
madre; ver que ellos aprendan un comercio y que crezcan como
verdaderos seres humanos y se conviertan en ciudadanos útiles y
miembros de la sociedad.
Es más, por lo que nosotros hagamos por ellos con bondad,
humanidad y compasión, obtendremos la aprobación divina tanto en
este mundo como en el Próximo.

El bendito Mensajero nos ha informado que cualquiera que acaricie la


cabeza de un huérfano se le perdonarán tantos pecados como los
cabellos que él toque, y se le acreditará una buena acción por cada
pelo.

Nosotros obtendremos el buen placer del Mensajero por velar de la


educación del huérfano de padre y los niños huérfanos de madre,
protegiendo su virtud y tomándolos bajo nuestra custodia.
El propio Mensajero quedó huérfano de padre, por lo tanto el velar
por un huérfano es agradarlo a él.

Él dice en una de sus Nobles Tradiciones:


"Cualquiera que proteja a un huérfano y asegura su bienestar, sea
ese huérfano relacionado a él o no, será como estar cerca de mí en el
Paraíso como estos dos dedos míos están juntos entre sí”.
Aquellos reacios a brindar tal protección y quienes sostienen a los
huérfanos con desprecio, deben recordar que ellos pronto morirán.
Sus propios estimados niños serán entonces huérfanos de padre.
Ellos una vez tuvieron a sus padres para amarlos y acariciarlos. Ellos
deben intentar obtener ahora la aprobación divina.
Antes de que ellos dejen esta casa del huéspedes, antes de que la
muerte les dé alcance, ellos deben limpiar las lágrimas de los
huérfanos, porque el llegará el día en que ellos derramarán muchas
lágrimas y necesitarán a alguien para secar sus ojos y aquellos de
sus niños sollozando.

Permítanos seguir el camino que conduce nuestro Maestro, el Jefe del


Universo.
Permítanos tratar a los huérfanos como él los trató.
Permítanos obtener la aprobación de Alá y de Su Mensajero e incluso
lograr en este mundo las recompensas del Paraíso.

EL DECIMO PRIMER DISCURSO

Bismi’llahi’r-rahmani’r-rahim

En el Nombre de Alá, el Misericordioso y Compasivo

CONTENIDO

Interpretación de la Sura al-Kawthar


El Paso al Mundo de la Belleza Divina de la Venerable Señora Fátima, la
“Mejor de las Mujeres”
El Ejemplo Supremo del Auto sacrificio: Abraham e Ismael
La matanza del sacrificio como una Obligación Religiosa para los
Musulmanes (en la Festividad luego de la Peregrinación)
CUENTO

Una Serpiente Encadenada por un Acto de Caridad

Seguramente Te hemos dado Abundancia, para que le reces a tu


Señor y sacrifiques.
Seguramente el que te odia, es el castrado. (108:1-3)

***

INTERPRETACIÓN DE LA SURA AL-KAWTHAR

Estudiando los capítulos y versículos del Corán buscamos la


ocasión de la revelación, mientras que en el caso de las nobles
Tradiciones consideramos razón por razón para la revelación de esta
Sura, titulada al-Kawthar [Abundancia], que es el capítulo más breve
de todo el Noble Corán.
Un cierto °As ibn Wa°li una vez encontró al bendito Mensajero
en la puerta de la Sagrada Mezquita, en donde sostuvieron una
conversación. Cuando el Profeta se fue, °As ibn Wa°li entró a la
mezquita, donde los politeístas presentes le preguntaron con quién
había estado hablando en la puerta. “Hablé con el castrado,” dijo.
Cuando el Mensajero llegó a enterarse de esto, se angustió mucho,
pues “el castrado” era el nombre que le daban los Árabes a un
hombre o que no tenía hijos varones o cuya prole masculina había
muerto toda.
Nuestro Maestro tenía siete hijos, tres varones y cuatro niñas.
Seis de ellos eran de la venerable Khadija, mientras que su hijo
Ibrahim había nacido de una muchacha esclava llamada Mariya, que
se la había presentado Muqawqis, el rey de Egipto. Todos menos uno
de estos niños pasaron al mundo de la divina belleza durante la vida
de nuestro Maestro; él solamente sobrevivió por la venerable Fátima,
que pasó al mundo eterno seis meses después que él.
Ya que Ibrahim, el hijo de nuestro Maestro había pasado a la
Vida Futura, precedido por los dos niños hermanastros llamados
Qasim y Tayyib, al Profeta no le quedó ningún hijo varón. Por esta
razón los no creyentes habían comenzado a usar la expresión “el
castrado” refiriéndose al bendito Mensajero.
Ahora bien, °As ibn Wa°li también le había dirigido esta
expresión a nuestro Maestro. El noble corazón del Profeta se
entristeció cuando oyó este insulto grosero. Le pesaba mientras
llegaba a su feliz residencia, pero en aquél momento bendito fue
revelada esta Sura.
No podemos más que intentar dar una interpretación verdadera
del significado de esta Sura, pues de la generosidad de Alá hacia
nosotros sólo podemos contar una sencilla gota del océano, un átomo
del sol. Si todos los mares fueran tinta, si todos los árboles fueran
plumas, si el cielo y la tierra fueran papel y anotadores y si los
hombres y los ángeles fueran escribas, los mares se secaran, las
plumas se gastaran, el cielo y la tierra se cubrirían con la escritura,
los ángeles y los hombres estarían cansados hasta el agotamiento,
aún así el significado de la palabra de Alá no sería explicado
completamente. Por lo tanto, no supongamos que el significado total
de esta Sura muy breve se puede explicar en verdad con esta o
cualquier otra interpretación que se de. No imaginemos que su
significado se ha agotado por lo que nuestras mentes han sido
capaces de comprender, pues la interpretación de esta Sura no está
más agotada por lo que se ha entendido y escrito sobre ella, de lo que
están las generosidades comestibles del mundo que llenan nuestros
vientres. Que Alá pueda concedernos Su ayuda a todos nosotros. Que
Pueda dejarnos compartir la experiencia de Sus Profetas y santos.
Amén, en honor del Jefe de los Mensajeros.
Busco refugio en Alá mientras comienzo mi interpretación. La
palabra Árabe inna significa Nosotros, el Todopoderoso. Es decir, el
Único que te crea de una gota de líquido, te trae a la vida, te hace
morir, te mantiene vivo, te deja comer y beber, te hace ver, oír
caminar. El Dueño, Poseedor y Señor de los cielos y la tierra, el Que
da lo que Quiere a quienquiera y toma cualquier cosa que Quiera de
quienquiera. Yo, tu Señor.
La palabra Árabe a°taynaka significa : “a ti, Mi amado, Mi
Mensajero, te he dado –a ti te he otorgado- al-kawthar, abundancia.
En otras palabras, te he dotado con todas las cosas buenas: la mejor
de la comunidad, el Corán., el Paraíso, el río Kawthar, el conocimiento,
la acción y el honor. He exaltado tu nombre. He hecho que tu nombre
sea mencionado junto con el Mío en las cinco llamadas diarias para la
oración. He hecho que tu nombre sea recordado junto con el Mío en el
testimonio de la fe y la afirmación dela Unidad divina. He hecho que
seas caracterizado por Mis atributos. Te he recordado por la
afirmación de la Unidad de Mis acciones. Te he favorecido por la
afirmación de la Unidad de Mis atributos. He hecho que te nombren
junto con la afirmación de la Unidad de Mi esencia. Te he dado el
estadío digno de alabanza. Te he otorgado el estadío de Mi intercesión
más grande. He proclamado que la obediencia hacia ti es la
obediencia hacia Mi. Te he elegido como Mi muy amado. Te he dado a
tu querida hija Fátima para que, a través de ella, llegues a tener una
prole sobre la faz de la tierra más numerosa que cualquier otro pueda
reclamar. En este mundo o el próximo, ningún otro nombre será
mencionado con más frecuencia que el tuyo. Te he enviado como una
misericordia para todos los mundos. Eres la fuente de la misericordia.
Eres el único que le abre a la humanidad la puerta del camino que
conduce a Mi. Aquellos que vienen a ti, vienen a Mi. Aquellos que
atraviesan tu puerta, entran a Mi presencia. A través de ti me
encuentran, significa que cualquiera te encuentre, me ha encontrado
a Mi. Junto con Mis ángeles pronuncio tus bendiciones. Tengo
misericordia para todos los que te bendicen. Aquellos que te
recuerdan, yo también los recuerdo, los sumerjo en Mi perdón e
indulgencia. Por lo tanto, en agradecimiento por todas estas
generosidades que te he dado, a través de tu estadío de servidumbre
que es el más elevado de todos los grados, realiza de pie la plegaria
ritual, recitando el Corán, ofreciendo la súplica, inclinándote,
glorificando y prosternándote.
¡Fa-salli li-rabbika wa-nhar! “¡El Más amado de Mis siervos! Haz
por amor a Mi una plegaria que acepte como una expresión de
gratitud por las generosidades que te he dado, y haz el sacrificio!
¡Despliega ante Mi tu servicio con tu bendito cuerpo y alma y también
a través de las generosidades que te he otorgado! ¡Usa tus
pertenencias y úsate a ti mismo! ¡Sacrifica tus mercancías y tu vida
por Mi causa!”
Las palabras inna shani’aka buwa-l-‘abatar significan: “en
verdad, aquél que te dice ‘castrado’ lo es él. Pues, ya que aquél te
ofendió tanto también me ofendió a Mi, que multiplicaré tu prole y
castraré de raíz a este hombre que dice que tú no tienes progenie. Él
es el castrado. El que no tiene progenie.” Y así sucede esto. Aquellos
que llamaron “castrado” a nuestro Maestro, ellos mismos lo fueron.
Ya que, en cada siglo, hay cuatrocientos cincuenta millones de
Musulmanes sobre esta tierra, los Sayyidas y Sharifs6 entre ellos son
innumerables. Con respecto a °As ibn Wa°li y sus compañeros, fueron
castrados y su prole desapareció de la faz de la tierra . Escupir en el
viento es escupir en el rostro de uno.
Los descendientes de Nuestro Maestro a través de su amada
hija, Fátima, se han ido multiplicando. Nuestra honrada madre,
Fátima, era muy, muy, muy amada por nuestro Maestro. Según la
noble tradición transmitida por Abu Hurayra de parte de °A’isha, el
bendito Profeta dijo: “Fátima es una parte de mi.”
Cuando Fátima llegó ante su bendita presencia, nuestro Maestro
se levantó a su encuentro hasta la puerta, la abrazó hacia su pecho y
la besó en la frente, mientras ella apretaba su mano y la besaba una
y otra vez. Un día el Mensajero le dijo algo en el oído a Fátima y ella
comenzó a llorar; luego le dijo algo más que la animó y la puso feliz
de nuevo. Cuando le preguntaban esto, ella explicaba: “Mi querido
papá me dijo: ‘Pronto me iré con el Señor.’ Estas noticias me pusieron
muy triste y lloré, pero luego él agregó: ‘De todas las personas de mi
familia, tú serás la primera en unirte conmigo,’ y esto me puso
contenta.” Así que efectivamente sucedió esto. Seis meses después
de que nuestro Maestro se había ido al mundo de la Belleza Divina, la
venerable Fátima también pasó a la Vida Futura.

6
Descendientes del bendito Profeta.
EL PASO AL MUNDO DE LA BELLEZA DIVINA DE LA VENERABLE FÁTIMA, LA
“MEJOR DE LAS MUJERES”

Luego de que nuestro Maestro había honrado el mundo de la


Vida Futura, Fátima no comía ni bebía y había olvidado toda la risa y
la alegría. Tenia un departamento construido para ella en el que se
quedaba noche y día, llorando su corazón por su amado padre.
Pasaba todo el tiempo sollozando y suspirando y nada podía
quitarle el dolor. Tan pronto como había hecho sus tareas domésticas
y cuidado de su marido °Ali, sus corderos, Hasan y Husayn,
continuaba llorando: “¡O, mi amado padre! ¿Con quién has dejado a
tu Fátima?”
Pasaron seis meses de esta manera hasta que Fátima adelgazó
tanto que no le quedó nada más que piel y huesos. Una noche estaba
llorando como de costumbre cuando oyó una voz llamado desde
afuera: “¡O, querida hija del Mensajero de Alá! ¡O, hija del
Mensajero!” Al asomarse, se dio cuenta de que la voz que había oído
llamarla era la de un camello llamado °Adba’, que una vez le había
pertenecido a nuestro Maestro pero había escapado de Medina luego
de su muerte. La partida de nuestro Maestro había sido más de lo que
podía soportar este camello y, en su confusión, había huido hacia las
montañas y el desierto. Unos días después llegó a Medina y miró por
la puerta de la mezquita del Profeta en el nicho de plegaria del
Mensajero, pero cuando dejó de ver a nuestro Maestro, rugió, se frotó
la cara en la tierra, y luego derramó lágrimas mientras salió corriendo
al desierto.
Ahora bien, este camello había llegado a la puerta de la
venerable Fátima y estaba diciendo en un lenguaje articulado: “¡O,
hija del Mensajero de Alá! Que la paz de Alá esté contigo. Desde que
tu padre dejó este mundo, se me ha prohibido comer y beber. Mi
anhelo por el Mensajero se ha vuelto más grande. He decido ir pronto
al otro mundo, al lado del Mensajero de Alá. ¿Tienes algunas
ordenes?” Llorando abundantemente, Fátima abrazó el cuello del can
mello y besó sus ojos mientras decía: “¡O, °Adba’, saluda a mi padre.
Su Fátima, la luz de sus ojos, ya no puede soportar más esta
separación. Quiero que le digas que me lleve a su lado!” Y respondió:
“¡Bienvenida, que sea sobre mi cabeza!” °Adba’ se frotó en los pies
de Fátima luego la dejó y siguió a la mezquita del Profeta. Miró el
nicho de la plegaria del Profeta, dio un rugido y se dio la cabeza
contra las rocas.
A la noche siguiente Fátima vio a nuestro Maestro en el mundo
de los sueños, en donde la saludó así: “¡O, Fátima, luz de mis ojos!
Deseo verte; te deseo. Mañana vendrás a mi!” A la mañana se
levantó feliz ante la presencia del Todopoderoso para realizar su
oración, luego se lavó, peinó al honrado Imam Hasan y al futuro
mártir Husayn, y los vistió con ropas nuevas. Limpió la casa de °Ali el
Elegido. Cuando Imam °Ali llegó a casa se sorprendió de ver lo feliz
que estaba su mujer. Le preguntó la razón de su alegría, pero Fátima
no le respondió. Hizo una comida y comieron juntos, “O, Fátima,” dijo
°Ali el Elegido, “¡Háblame por amor de Dios! Nunca te he visto tan
feliz desde la partida del Mensajero. ¿Qué ocurre, qué está
sucediendo?” Fátima ahora respondió: “¡O, aguatero de Kawthar y
Vencedor de Khaybar! O, esposo mío, nos encontraremos otra vez en
la Resurrección. Soñé con un viaje; anoche vi a mi amado padre. Me
llamó a su lado y hoy te pido permiso. Te pido que me liberes de mis
obligaciones y dejo a mi Hasan y a mi Husayn primero al cuidado de
Alá, y luego a tu cuidado. ¡Cuídalos bien! ¡Trátalos amablemente! ¡No
les digas que ya no voy a estar más! O, °Ali, soy dos veces huérfanas,
al haber perdido a mi madre y luego a mi amado padre. Recuérdame,
y ofréceme una plegaria cuando mires a los solitarios y los huérfanos
de este mundo.” Al oír estas palabras de la venerable Batul7, Imam
°Ali no pudo retener las lágrimas. Lloró: “O, amada del Mensajero de
Alá, por favor no te quejes de mí con tu padre. He fallado al tratarte
como te merecías. Fui pobre y ni pude hacerte feliz. ¡No tengas esto
en mi contra!” Luego la abrazó con un deseo tierno y ambos lloraron.
Los nobles Hasan y Husayn se unieron en esta despedida llorosa.
Luego de la oración de la tarde, Fátima se enfermó. Llamando al
Imam Elegido a su lado, dio las instrucciones finales: “O, °Ali,” dijo,
“tráeme ese cofre de allí...” El venerable °Ali hizo lo que le pidió.
Luego la venerable hija del Mensajero abrió el cofre y sacó de su
envoltura un edicto de raso verde, en el escrito había luz. “O, °Ali,”
dijo, “Pon este edicto en mi mortaja. ¿Sabes lo que es? Cuando me
fueron entregada en matrimonio, yo no acepté la dote de
cuatrocientos dirhams. Recé para que esta pudiera ser una
intercesión en la llegada del Día de la Resurrección para los
pecadores de esta comunidad, y el Señor Exaltado lo aceptó. El divino
edicto es la prueba de haberme aceptado el derecho de la intercesión
en nombre de los pecadores de esta Comunidad. Colócalo en mi
mortaja, para que luego pueda presentarlo ante la presencia del
Todopoderoso.” Luego continuó sus instrucciones: “Tú vas a llevarme
a la tumba de mi padre, diciendo: ‘O, Mensajero de Alá, te traemos a
tu hija Fátima, la luz de tus ojos.’ Luego actuarás según la respuesta
que recibas.” Un momento después, el alma triunfante de la
venerable Fátima había remontado vuelo hacia el Mundo de las
Alturas, de acuerdo a la orden divina: “Vuelve!” [irji°i]. 8
La gente de la familia del Profeta estaba sumergida en un mar
de pena y dolor; su visión y sollozos hicieron llorar a los ángeles en el
cielo. Toda Medina derramaba lágrimas de sangre. Ella, a quien el Rey
de los Mensajeros había llamado una parte suya, había dejado el
mundo transitorio para honrar al mundo de la perpetuidad, había
dejado sin madre a la Comunidad entera. La única persona feliz por
esta partida era Fátima misma, que ahora esta unidad a su amado
padre.
7
Sobrenombre de Fátima, que Alá pueda estar complacido con ella, significa “Mujer Pura.”
8
Corán 89:29-30: “¡O, alma en paz, vuelve a tu Señor, complacido, complaciente! ¡Entra entre Mis
siervos! ¡Entra a Mi Paraíso!”
Imam °Ali personalmente lavó y amortajó su cuerpo, poniendo
el divino edito en su mortaja. Llevó a cabo las ceremonias funerarias
según las instrucciones de la venerable Batul. El lavado y el
amortajamiento de su mujer fue únicamente el privilegio de Imam
°Ali.9
Luego de realizar la plegaria funeraria, el venerable °Ali llegó a
la tumba del Mensajero. Colocó el ataúd de la venerable Fátima a la
puerta de la tumba y gritó adentro: “¡O, Mensajero de Alá, te traigo a
tu amada hija Fátima!” Se cuenta que cuando dijo estas palabras la
tumba del Profeta se abrió en dos, surgieron dos manos benditas de
allí dentro y se oyó responder a una voz: “¡Tráela a mi, a mi Fátima, la
luz de mis ojos, la alegría de mi corazón!” Luego esas manos
abrazaron a la venerable Fátima y la llevaron adentro. Ella volvió un
momento después y la enterraron en el cementerio conocido como el
Jardín de la Arboleda [jannat al-baqi°]. Allí yace hasta estos días. Que
Alá pueda concedernos los medios legales para visitar o volver a
visitar su tumba.

EL EJEMPLO SUPREMO DEL AUTO SACRIFICIO: ABRAHAM E ISMAEL

Para continuar la Interpretación del versículo: “El camino para


reconocer esta riqueza, esta divina generosidad, es realizando la plegaria
ritual y entregándote tú mismo. Ofrécete a Mi con sincera devoción en
cuerpo, alma y todo lo que posees. Yo soy tu Señor y el de tu Comunidad. Tú
eres mi amigo querido. Eres mi amado. ¡Haz sacrificio! La plegaria, el ayuno
y el sacrificio te acercan a mi. Mi fiel amigo, Ibrahim, ofreció su vida por
amor a Mi. Mi enemigo, Nimrod, lo arrojó al feroz horno. Pero convertimos el
fuego en un jardín de rosas. Para los que caen en el fuego por Nuestra
causa, el fuego se vuelve luz. El fuego no quema salvo con Nuestro
consentimiento. Aquellos que adoran formas externas suponen que el fuego
quema por sí solo. Esto fue lo que creía Nimrod. Pero el fuego sólo es una
causa secundaria del quemar. Yo soy la Primera Causa verdadera. El agua
no ahoga, ni un cuchillo corta. El agua, los cuchillos, todas las cosas de este
mundo y el Próximo son solamente causas secundarias. Yo soy la Primera
Causa verdadera. Lo que digo existe. Con respecto a los que están ciegos,
que no ven ni Me conocen, son concientes de las causas secundarias, pero
no conocen la Primera Causa.

“Estas personas son como perros; si le tiras una piedra a un


perro, este se irá y no morderá, al que la arroja, sino a la piedra que
se arrojó. Por lo tanto es el sabio, en quien la mirada del corazón está
9
Una vez, cuando conté esta historia en el transcurso de un sermón, ciertas personas elevaron una
objeción. Se atrevieron a desaprobarla, diciendo: “¿Cómo puede un hombre lavar a su propia mujer?”
Cualquier lector que piense así, o comparta esta objeción, sería mejor que abra nuestro más grande libro
luego del Corán mismo, la colección de las Tradiciones por al-Bukhari, y busque el capítulo titulado, “La
Virtud de Fátima,” pues esto es lo que él registra allí. Es cierto que un matrimonio se disuelve
normalmente con la muerte de uno de los cónyuges, pero el matrimonio de Imam °Ali y Fátima es
indisoluble.
abierta, el que Me conoce. Tengan buena o mala fortuna, saben que
son mías, ellos dicen: ‘la buena parte y la mala son igualmente de
Alá, Exaltado sea.’10 Cualquier bien que se haga, se hace con Mi
ayuda. Cuando ocurre el mal, el pecador lleva la carga de esto y,
aunque sabe que es Mío, dice: ‘Merecía tener este pecado, esta
ofensa, que me ocurrió.’
“El idólatra Nimrod, desconociendo estos secretos, arrojó a Mi
amigo al fuego. Mi amigo vio esto como una bendición disfrazada. En
verdad era una prueba total, un divino modelo para los que reclaman
ser amigos de Alá. A través de esta prueba, Alá le enseñó a Su amado
la medida de su amistad hacia su amigo y al mismo tiempo le mostró
al descuidado un ejemplo de los secretos que yacen entre dos
amigos.”
Ni la vida y las posesiones sacrificadas en la causa de Alá, por el
amor del amigo, pasan sin recompensa, como lo hace evidente el
siguiente Versículo glorioso:

Has cumplido con el propósito del sueño.


Ve cómo recompensamos a los que hacen el bien.
[37:105]

El venerable Abraham fue puesto a una prueba final y la pasó.


Cuando esta terminó, sacrificó por amor a Alá mil carneros,
trescientos bueyes y cien camellos. La gente se sorprendió por esto,
los mismos ángeles se asombraron, pero el venerable Abraham dijo:
“¿Qué hay en esto para sorprenderse? Hemos ofrecido nuestra vida y
posesiones. ¿A quién le pertenece la vida y las posesiones? Si Alá me
diera un hijo, también los sacrificaría, por amor a la verdad.” Ustedes
se llaman creyentes, aunque no veneran la verdad y son
desobedientes a Alá. ¿Podrían sacrificar por Su amor tanto como un
dedo, sin hablar de su vida? ¿Podrían sacrificar por su amor un solo
pollo, sin hablar de las miles bestias matadas por el amigo de Dios, el
Profeta Abraham? Buscan unas cien referencias y tratan de obtener
una opinión legal para justificar el hecho de no hacer el sacrificio.
Mientras que dan cientos de dólares a las ordenes de Satanás, cuando
llega el momento de dar la limosna van a chequearlo con los
maestros religiosos y los abogados para ver si pueden hacer esto.
Incluso si no pueden seguir el ejemplo de Abraham, el amigo
especial de Dios, que juró sacrificar a su propio hijo por amor a Alá,
¿no podrían Darle algo de la riqueza que Él les ha dado? Cualquier
cosa que hagan por amor a Alá, lo recuperarán en una proporción de

10
khayrubu wa-sharrubu mina -llahi ta°ala.
diez a uno en la Vida Futura que está muy cerca. Quizás el radio sea
incluso más elevado que ese...
Pueden encontrar la recompensa para esto no sólo en la Vida
Futura, sino también en este mundo. Como dijo el bendito Profeta: “La
caridad disipa la aflicción y prolonga la vida.”

UNA SERPÍENTE ENCADENADA POR UN ACTO DE CARIDAD

En una de las comunidad pre-islámicas una vez se casó un


joven. El Profeta de ese pueblo, que realizaba la boda, le dijo a sus
compañeros que este joven iba a morir esa misma noche. A la
mañana siguiente, el novio llegó para la veneración en la mezquita,
ante el asombro de los presentes que habían oído de su Profeta que
este joven estaba por morir. Viendo a su gente en duda, el Profeta le
preguntó al joven si había guardado el colchón: “No, Profeta de Alá,”
respondió, “voy a dormir un poco más.” El Profeta de Alá entonces se
dirigió a sus compañeros y dijo: “¡Vengan conmigo!” entonces fueron
todos juntos a la casa del joven. Le dijo al joven que guardara su
colchón y cuando lo levantó, vieron una serpiente venenosa
enroscada allí. El Profeta se dirigió a la serpiente, diciendo: “¿Qué
estás haciendo aquí? ¿Por qué viniste aquí?” y todos sus compañeros
oyeron responder a la serpiente: “Fui enviada para picar a este joven,
pero quedé atada con una cadena de hierro. Traté como puede para
cumplir con mi obligación, no pude escaparme de la cadena y le di al
joven una picadura letal.” Luego de esto, el venerable Profeta se
dirigió de nuevo al joven con la pregunta: “¿Qué bien has hecho?”
Cuando respondió: “Le di una medida de leche como caridad a un
mendigo que llegó a mi puerta durante la noche,” El Profeta dijo:
“Como ves, ese acto caritativo echó esta aflicción de ti.”
La misma historia también se le atribuye a nuestro Maestro.
Pero incluso si fuera otra de los Profetas, él todavía cuenta como
nuestro Mensajero, porque nosotros los Musulmanes creemos en
todos los Profetas. Lo importante es la relevancia de la historia.
Cuando ese joven novio le dio su limosna lo hizo así, puramente para
agradarle a Alá . Vean cuán grande fue su recompensa incluso en este
mundo. Me pregunto, ¿cuál será el destino de aquellos que responden
mezquinamente a la gloriosa orden de Alá: “¡Sacrificio!”? Nuestro
Maestro real dice: “¡Aquellos que no ofrecen el debido y apropiado
sacrificio no van a entrar a nuestra mezquita!” ¡Qué advertencia
calamitosa!
Cuando la gente se sorprendió de que Abraham había
sacrificado mil carneros, trescientos bueyes y cien camellos replicó:
“No hay nada sorprendente con esto. Nosotros estamos sacrificando
nuestras mercancías por nuestro Señor, por quien sacrificamos
nuestras vidas. La vida es más valiosa que las mercancías. Además,
¿de quién son las mercancías que sacrificamos? ¿Me pertenecen, tus
mercancías te pertenecen? Seguramente el único dueño de ellas y las
pertenencias es Alá. También esto es así, no ocasionaría sorpresa si
sacrifico por su dueño real las mercancías que nos confió para nuestra
provisión. Dejemos las mercancías y las pertenencias, por amor a mi
Generoso Señor sacrificaría incluso a mi propio hijo, si Alá me
concediera uno.”
El verdadero creyente debería notar cuidadosamente esto. Alguien puede
reclamar ser el amigo de Alá, ¿pero es capaz de hacer estos sacrificios por Su amor? Si
es así, es tan bueno como su palabra. Incluso si esa persona no está al nivel del Profeta
Abraham, que no podía sacrificar su vida y su propio hijo, debería, al menos, gastar en
la causa de Alá la riqueza que realmente no le pertenece en absoluto. Es decir, que
debería pagar el zakat. Debería traer alegría a los necesitados haciendo la matanza del
sacrificio y dar limosna. Debería realizar actos caritativos que enjuguen las lágrimas de
los ojos de los huérfanos y curen las heridas de los solitarios y los pobres. Cualquiera
que no sólo no realice estos actos, sino que llame insignificativos y ridículos a los
creyentes que llevan a cabo fielmente estas ordenes divinas, esa persona ni siquiera es
humana, sin hablar de que sea amiga de Alá.
El Profeta Abraham seguramente llevó a cabo el voto que le
hizo su Señor. Para demostrarnos, como ejemplo, la estatura de Su
amigo, el Exaltado lo sometieron a una nueva prueba. Verificar su
promesa: “Si tuviera un hijo lo sacrificaría incluso por amor a la
verdad.” Él le dio un hijo varón. Alá nos dice: “Mi amigo Abraham
Nos rezó:

‘Mi Señor, concédeme (un hijo), uno de los


honrados,’ (37:100)

y Respondimos:
‘Te daremos las buenas noticias de un niño
apacible.’” (37:101)

Unos pocos años después, un hijo radiante le nació al venerable


Abraham de la Señora Hagar. Este niño fue el venerable Ismael.
El adjetivo Árabe halim (traducido “apacible” en el versículo
Coránico de arriba) no se aplica generalmente a los niños. Sin
embargo, como veremos, el uso de Dios de este adjetivo para
describir al venerable Ismael indicaba que no se rebelaría contra su
padre cuando llegara la divina orden, sino que mostraría docilidad y
obediencia. Ismael fue un Profeta. Además, como de ser un gran ser
humano, fue un erudito maduro y perfecto. Sin embargo no usamos la
palabra erudito, con el sentido de alguien que leer pilas de libros
incluso cuando es muy joven. Un erudito en el verdadero sentido es
una persona conciente de los divinos misterios, que es capaz de
distinguir lo bueno de lo malo y que sabe que el camino de Alá es el
único que conduce a la humanidad hacia la salvación. Nadie se
merece que lo describan como un erudito salvo que perciba y
entienda totalmente que no puede lograr la verdadera salvación
excepto consintiendo incondicionalmente y sin calificación todo lo que
le ordena Alá, el Señor y Amo de todas las cosas , el Todopoderoso y
el Auto subsistente, como así también evitando incondicionalmente y
sin calificación, es decir, con total sumisión, todo lo que Ha prohibido.
Incluso de niño, el Profeta Ismael, el hijo del Profeta Abraham,
era precisamente un erudito. Una persona versada no es
definitivamente una erudita si carece del conocimiento que
discutimos arriba, es decir, el conocimiento de Alá, incluso si ha leído
o escrito todos los libros del mundo y usado tanta tinta como para
llenar el océano. En verdad, no lo beneficia en nada haber leído o
escrito todos estos libros. Como se explica en el Corán, no hay
diferencia entre estas personas y un burro con una pila de libros
cargados en su lomo. En realidad están incluso en un nivel inferior.
El pobre burro es una criatura útil para la humanidad, mientras
que la existencia de ese infiel que se considera un erudito es peor
que inútil, en vista del gran daño que puede causar al llevar a la
gente por el mal camino.
Un apacible y erudito niño, el Profeta Ismael finalmente llegó a
los siete años. El Profeta Abraham ahora era inseparable de su hijo. Lo
llevaba a cualquier parte que viajara, alaba al Señor incesantemente
y experimentaba todas las alegrías de la paternidad mientras
observaba el buen carácter de su hijo, la buena conducta y la piedad
filial, lo oía discutir cuestiones importantes como un gran erudito, y
veía que realmente era un hijo honrado y un niño apacible con una
naturaleza dócil.
Luego una noche en un sueño el venerable Abraham recibió
esta divina orden del Señor Todopoderoso que el Dueño y Poseedor
del cielo y la tierra y todo lo que está en el medio: “¡Abraham,
cumple con tu juramento!” Cuando dijo: “Mi Señor, ¿cuál es mi
juramento?” oyó las palabras: “Una vez dijiste: ‘Si tuviera un hijo
lo sacrificaría incluso por amor a Alá.’ Se te ha dado un hijo y
ha crecido. ¡Ahora ha llegado el momento que cumplas con tu
promesa!”
La noche de este sueño fue la octava de Dhul Hijja.11 El día que
le sigue se llama yawm al-tarwiya (el día de la contemplación), pues
en este día el Profeta Abraham se hundió en una profunda
contemplación y recordó que en verdad había dichos estas mismas
palabras y había hecho esta promesa. Indudablemente llevaría a cabo
su juramento sin vacilar, es decir, sacrificaría a su pequeño hijo
Ismael, la luz de sus ojos, la delicia de su corazón. Precisamente había
estado esperando la divina orden.

Se preguntaba si la orden que había recibido: “Sacrifica a tu


hijo,” tenía la intención figurativamente o si le ordenaba literalmente

11
El mes de la Peregrinación, el mes doce del calendario Islámico.
cortarle la garganta a Ismael. Él quería entender. Si estaba
absolutamente bajo las ordenes de asesinar a Ismael, esto era algo
que ningún Profeta anterior o Mensajero se le había ordenado hacer.
Además, Ismael poseía la luz de Muhammad, el último Profeta y la
misericordia para los dieciocho mil mundos.
Finalmente llegó a la siguiente decisión: Tomaría para el
sacrificio cien de los camellos más gordos y haría la súplica al Señor
que es el Más Misericordioso de los Misericordiosos, Implorándole que
aceptara esto como un substituto de Ismael. Actuó en conformidad,
entonces bajó un fuego del cielo y consumió los cien camellos. En
aquellos días no se hacía el sacrificio matando. Las ofrendas se
llevaban al lugar del sacrificio y quedaban allí hasta que bajaba el
fuego del cielo y quemaba a aquellos que aceptaba. El sacrificio por
medio de un cuchillo para la matanza no se conoció hasta que le fue
ordenado hacerlo al Profeta Abraham.
Ese día, el venerable Abraham esperó pacientemente. En su
sueño de la siguiente noche otra vez recibió la orden: “¡Lleva a cabo
tu juramento!” A la mañana siguiente, el día de °Arafa, el venerable
Abraham una vez más sacrificó cien camellos como un substituto de
Ismael y su aceptación otra vez se reveló cuando el fuego descendió
del cielo y los consumió. Así pasó otro día. Luego llegó la siguiente
noche, es decir, la noche entre la novena y la décima de Dhu’l Hijja, y
la misma orden, “¡Lleva a cabo tu juramente!” se le dio una vez más
en un sueño al Profeta Abraham. Al final se dio cuenta de que su hijo
efectivamente debía ser sacrificado. Cuando se despertó a la
mañana, el primer día de la festividad, Abraham, (P Y B), le dijo a su
venerada mujer, la venerable Hagar: “Ven, Hagar, laca a Ismael,
peina su cabello y vístelo con ropas nuevas. Ponle perfumes y haz que
luzca hermoso, porque voy a visitar a mi amigo y me llevaré a Ismael
conmigo.” Hagar lavó al venerable Ismael y peinó su cabello. Le hizo
usar ropas nuevas y lo perfumó. Qué elegante visión era Ismael ese
día. Había algo muy especial en él. Hablaba tan bellamente con su
madre, alegrándole el corazón.
El venerable Abraham llevó de la mano a Ismael y se pusieron
en marcha. Abraham también llevó una soga y un cuchillo ya que iban
por un camino hacia un lugar llamado Mina. Ismael corría delante de
su padre, saltando y brincando mientras iban. Algunas veces se daba
vuelta para preguntarle algo a su padre, luego seguían su camino. El
venerable Ismael estaba tan diferente hoy, con tan buen ánimo. El
Profeta Abraham había recibido la orden: “¡Lleva a cabo tu
juramento!” hacía tres días, pero había estado obligado a posponer su
ejecución hasta ahora. Animado por esto, Iblis se acercó al Profeta
Abraham, señaló a su radiante hijo que estaba saltando y brincando
adelante, y dijo: “Abraham, ¿cómo llevas a asesinar a este inocente
niño? ¿Cómo vas a atarlo con esa soga que tienen en tu mano, y
luego cortar su cuello con ese cuchillo? ¿Él no significa nada para ti,
este risueño y juguetón niño?” El sincero Profeta, el amigo especial de
Alá, se dirigió a Iblis respondiéndole con estas palabras: “¡O, Iblis, tú
has sido desterrado de la misericordia de Alá! Todo lo que dices es
perfectamente lógico, pues es verdad que sólo una bestia podría
sacrificar a esta inocente criatura presionando el cuchillo en su
garganta, pero he recibido esta orden de Alá, el Omnisapiente y el
Conocedor, el Señor Todopoderoso de todos los mundos, que conoce
todo mucho mejor que cualquiera y está enterado de todas las
cosas.” Al oír estas palabras, Iblis huyó de ese lugar.
Cuando Iblis al principio falló con que el venerable Abraham
comiera del árbol prohibido, por razones más conocidas por Alá
efectivamente tuvo éxito por medio de nuestra madre, la venerable
Eva.
Esperando hoy hacerle el mismo truco a la venerable Hagar, el
Diablo dijo: “¿Cómo puedes sentarte allí? El Profeta Abraham se está
llevando a tu hijo para matarlo. ¿Se puede permitir que suceda
semejante cosa?” Pero la venerable Hagar lo echó con las palabras:
“¡Cierra la boca, mentiroso! ¿Se concibe que un padre asesine a su
propio hijo?” Iblis entonces dijo: “¿Qué hay de la soga y el cuchillo?
¿Por qué los lleva? Va a sacrificar al niño porque imagina que Alá se lo
ordenó hacer. Corre y salva a tu hijo.” La impudencia del Diablo
enfureció a Hagar y exclamó: “¡Vete de mi lado, maldito! Mi marido es
un Profeta. Las ordenes que recibe son correctas y verdaderas. Es
capaz de distinguir la verdad de la falacia. Como mi hijo, yo también
hubiera sacrificado mi vida por esta orden.”
Al final de todo, Iblis podía ser capaz de engañar a un simple
niño y hacer que desobedeciera, así que corrió hasta el Profeta Ismael
y dijo: “¿Sabes adónde te está llevando tu padre? ¿No te has dado
cuenta de que porta una soga y un cuchillo? Tú sólo vas jugando,
¡pero tu padre va a atarte y a cortarte la garganta!” El venerable
Ismael se dio vuelta rápido hacia él y dijo: “¡Vete de mi lado, diablo!
¿Cuándo se supo alguna vez que un padre le cortara la garganta a su
propio hijo?, mi padre es un Profeta. ¿Cómo podría cortar
deliberadamente la garganta de su propio hijo, sabiendo también él
que es un Profeta?” “Pero imagina que se lo ha ordenado Alá,” Iblis
respondió enseguida. El venerable Ismael dijo luego:”Ahora realmente
estás diciendo tonterías. ¿Cómo se puede hablar de un Profeta
‘imaginando’ que le ha venido una orden de Alá? Si ha llegado una
orden así, debe ser correcta y verdadera. No hay ninguna duda para
imaginar. Por lo tanto, si una orden así le ha llegado a mi padre, estoy
listo para hacer mi parte.” El Diablo retrocedió al recibir respuestas
tan inesperadas del venerable Ismael, a quien había supuesto poder
engañar. Ignorando lo que estaba soportando, decidió probar un
último truco , así que le dijo al Profeta Ismael: “Supongamos que la
orden que tu padre ha recibido es verdadera. ¿Significa que
realmente ofrecerás tu cuello?” Pero antes de que tuviera tiempo de
terminar, el venerable Ismael comenzó a enojarse con la
impertinencia de Diablo, diciendo: “Si existe tal orden, mi padre es
totalmente capaz de llevarla a cabo. No soy quien para desobedecer
esta orden. Si cada átomo de mi es un Ismael, ¡que cada uno sea
sacrificado por amor a mi Señor! Ahora, ¿qué dices?” Levantó una
piedra de la tierra, la lanzó justo en el ojo del maldito Iblis y lo cegó
de ese ojo. [Satanás le había aparecido a los tres con forma humana].
Satanás huyó, su ojo se quedó ciego por la piedra del venerable
Ismael. Luego de haber caminado un poco más, Abraham dijo:
“Detengámonos un momento, Ismael,” Ismael se detuvo. Se sentaron
junto a una gran roca. El venerable Abraham comenzó a hablar,
explicando por qué habían llegado a este desolado lugar:

‘Mi querido hijo, he visto en un sueño que debo


sacrificarte. Así que mira,
¿qué piensas?’ [37:102]

Incluso si el venerable Ismael no hubiera estado dispuesto a ser


sacrificado, el Profeta Abraham todavía estaba bajo las ordenes de
sacrificarlo. Seguramente iba a llevar a cabo esta orden. También por
él, era necesario que entendiera el decreto de Alá. Sólo de esa
manera se lograría el mérito.
Esta es la respuesta del venerable Ismael al la pregunta de su
padre, como la menciona Alá en el Corán:

‘Padre mío, has lo que te ha sido ordenado; encontrarás


en mi, si Alá lo quiere, a uno de los firmes.’ [37:103]

Cuando el venerable Abraham oyó estas palabras, alabó y


exaltó a Alá. En verdad este era el apacible y erudito hijo que Alá le
había concedido en respuesta a su plegaria. Era evidente por todas
sus acciones y palabras, incluso a una edad tierna, que era un Profeta
y el hijo de un Profeta. Dijo: “Mi querido y respetado padre, tengo
algún consejo para ofrecerte antes de que ejecutes esta importante
orden. Ata fuerte mis manos y pies, por temor a que en mi agonía
mortal te lastime, pues herirte sería igual que herir a Dios. Mi
segundo tramo de consejo es este: Cuando vengas a sacrificarme, da
vuelta mi rostro hacia la tierra y aplica el cuchillo en la parte de atrás
de mi cuello. Podría suceder que, si ves mi rostro, tu mano tiemble y
seas incapaz de empuñar el cuchillo; en ese caso no te comportarías
apropiadamente con tu Amigo. Recógete la túnica para que mi sangre
no la salpique. No deseo la recompensa que recibiré de Alá siendo
deficiente en alguna de las virtudes. Mi madre se entristecería su ve
luego las manchas de mi sangre sobre tus ropas. No le muestres
tampoco, mi sepultura, pues al verla también la pondría triste. Afila
bien tu cuchillo, para que cuando lo presiones para cortar mi
garganta, no pueda sentir tan agudamente los dolores de la muerte.
Llévale mis ropas a mi madre como un recuerdo, para que cuando se
aflija por mi pueda encontrar consuelo mirando mi camisa y
recordándome mientras la acaricia. Dale mis saludos a mi madre. Dile
que soporte con paciencia la orden de Alá, pero no le digas cómo me
sacrificaste, querido padre. No lleves niños de mi edad a nuestra casa
para que mi madre los vea. Eso sería renovar su dolor. Mi querido
padre, no deberías mirar a los niños de mi edad. Si por casualidad los
ves, no llores, no estés triste. Si tú o mi madre estuvieran tristes, si
lloran, le causarían mucho dolor a mi alma.”
Cuando el venerable Abraham había oído tristemente estas
palabras conmovedoras, inocentes, aunque despedazadoras de su
hijo, le dijo: “¡Cómo me has ayudado en llevar a cabo la orden de Alá,
hijo mío, la luz de mis ojos!” Luego ya no pudo contenerse más y
lloró.
Cuando el venerable Ismael le dijo implorando: “Ven mi querido
padre, qué estás esperando para llevar a cabo la orden que te han
dado,” el venerable Abraham trató de atar las manos de su hijo, pero
Ismael dijo: “Padre, no me ates las manos. Los que me vean luego
pueden decir que Ismael desobedeció la orden de Alá, así que su
padre tuvo que atarle las manos. A los que se rebelan se les atan las
manos y los pies, mientras que yo soy de aquellos que obedecen
pacientemente.” Abraham bajó a Ismael y realizó dos ciclos de
plegaria ritual. Llorando elevó sus benditas manos en una súplica
completamente reverencial:

Así que cuando ambos habían sometido sus voluntades, y


lo había
Puesto con su frente en la tierra, Nosotros lo llamamos:
‘O, Abraham...’
(37:103-104)

Él dijo: “¡O, Cumplidor de todas las necesidades! ¡O,


Respondedor de las plegarias! ¡O, Señor de la belleza y la majestad,
el Más Generoso de los más generosos! ¡O, mi Señor! ¡Desde Tu
gracia y bondad, ten piedad y compasión por mi vejez, mira con
tierna misericordia la condición de este niño inocente e inmaculado!”
Luego tomó el cuchillo y estaba por dirigirlo al cuello del Profeta
Ismael, cuando el Señor Glorificado y Exaltado quitó el velo de los
misterios de todos los ángeles del cielo y la tierra. Cuando vieron que
Abraham, por amor al Señor, había puesto a Ismael para el sacrificio y
estaba aplicando el cuchillo con toda su fuerza en el cuello de su hijo,
todos se prosternaron enseguida. El Exaltado dijo: “¡Ángeles míos!
¿Vieron? Abraham, Mi amigo especial, no retrocede ante el
sacrificio de su propio hijo para obedecer Mi orden. ¿Vieron a
Mi Ismael? No retrocedió ante el hecho de sacrificar su propia
vida para Complacerme.” Los ángeles lloraron y se prosternaron,
diciendo: “¡Señor nuestro! Tu siervo Abraham es en verdad digno de
ser Tu amigo especial, mientras que Ismael, (P Y B), es en verdad
obediente y sumiso a Tu orden exaltada, un siervo Tuyo que acepta Tu
decreto. Tú eres el Más Misericordioso de los misericordiosos.”
Aunque Abraham presionó el cuchillo en la garganta de Ismael
para cortarla, el cuchillo no cortó la carne tierna. Sorprendido por
esto, afiló el cuchillo e intentó otra vez. Aún así no la cortaba. Una y
otra vez intentó, ¡pero no tuvo resultados! Lejos de cortarla, ni
siquiera había hecho una marca en la garganta de Ismael. ¿Cómo
podía ser? Enojándose, golpeó otra vez el cuchillo contra una roca, y
la roca se partió en dos. Más azorado que nunca, el Profeta Abraham
se dijo a sí mismo: ¿Se corta la roca, pero no la carne suave? ¿Cómo
puede ser esto?” En ese mismo momento, el cuchillo fue dotado con
el habla por Alá, el Capaz de Todo, el Auto subsistente que tiene
poder sobre todas las cosas, que crea al hombre de una gota de
líquido, luego lo presenta con forma humana, dándole una mente y el
poder del habla. El cuchillo dijo: “¡O, amigo especial de Alá! Quieres
cortar, pero es mi Señor el que facilita que el cuchillo corte, que el
fuego queme y el agua ahogue, y Él me dice que no corte.¿Fue capaz
de quemarte el horno de Nimrod? ¿Cómo puedo cortar salvo que me
den el permiso? Soy incapaz de cortar una hebra de su cabello, sin
mencionar su garganta.” Mientras el Profeta Abraham se quedó sin
habla ante este sorprendente y divino misterio, el venerable Ismael
dijo: “¡Mi querido padre! Mientras ponías el cuchillo en mi garganta,
mencioné el nombre de Alá. Igualmente deberías proclamar Su
suprema grandeza, ¡luego hiere con el cuchillo!” Abraham repitió:
“Aláu Akbar,” y mientras estaba presionando el cuchillo en la
garganta de Ismael, el sonido de “Aláu Akbar, Aláu Akbar,” se oyó
viniendo del cielo. Esta era la voz de Gabriel, (P Y B).
Citando a Gabriel al Paraíso, Alá había creado a un carnero
como un sacrificio sustituto de Ismael, luego le ordenó a Gabriel que
se lo llevara a Abraham. El ángel ahora había aparecido en los cielos,
llevando ese carnero y proclamando la Suprema Grandeza de Dios.
Cuando Abraham oyó la voz de Gabriel, llamando: “Aláu Akbar, Aláu
Akbar,” se dio cuenta de que su prueba había terminado, y con una
respuesta de agradecimiento, glorificó y exaltó a su Señor con las
palabras: ‘la ilaha illa-llahu wa-llahu akbar.’ 12 El venerable Ismael
estaba oyendo estas palabras, y también se dio cuenta de que la
misericordia del Compasivo y Benéfico había llegado desbordándose.
Gritando. “Aláu akbar wa-lillahi-Ihamd,” 13 Luego Alá, Glorificado y
Exaltado sea, se dignó a dirigirse a Su amigo especial Abraham con
las siguientes palabras:

“Ahora has cumplido con tu sueño. De esta manera


Recompensamos el bien.
Esta fue en verdad una prueba obvia. Lo
redimimos con un sacrificio momentáneo; y
Lo dejamos, entre las últimas generaciones: ‘¡Que
la paz sea

12
‘No hay más dios que Alá, y Alá es el más grande (que cualquier otra cosa).’
13
“Alá es Más Grande (que cualquier otra cosa) y a Alá le pertenecen todas las alabanzas.”
Con Abraham!’ De esta manera Recompensamos el
bien.” 14 (37:105-110)

Gabriel declaró: “Abraham, El señor del Cielo y la Tierra te envía


saludos. Ha mandado este carnero como un sustituto del único y
singular Ismael. Él dice: ‘Que mate esta ofrenda en lugar de su
hijo, pues estoy complacido con ellos...’” Padre e hijo estaban
colmado de alegría y felicidad al haber recibido la gracia divina, el
favor del Señor y la aprobación del Creador, así que mataron el
carnero con la intención declarada de complacer a Alá. La conducta
impecable de estos dos en “la amistad con Alá y la obediencia al
orden divina” ha sido presentada por Alá a nosotros, Sus siervos, con
la declaración: “Cualquiera que no retroceda ante el hecho de
sacrificar su vida y riqueza por Mi, como Abraham e Ismael, puede
hablar correctamente sobre Mi amistad.”

LA MATANZA DEL SACRIFICIO COMO UNA OBLIGACIÓN RELIGIOSA PARA LOS


MUSULMANES (en la Festividad luego de la Peregrinación)

El bendito Profeta dijo: “Aquél que no hace el debido y apropiado sacrificio no


es de nosotros.” Para estar sujeto a ofrecer sacrificio, es decir, tener una obligación
religiosa para hacer, una persona debe tener dinero por un valor de veinte mithqal de
oro.15 La matanza del sacrificio se vuelve una obligación para cada Musulmán
establecido que posea el equivalente a esta cantidad, en mercancías o en moneda
corriente. Una condición adicional es que tendrá que tener este dinero durante todo un
año antes del tiempo del sacrificio.
Consideremos esta noble Tradición: “Cualquiera que rece y se sacrifique con
nosotros, es uno de nosotros. Cualquiera que no rece con nosotros, y no se sacrifique,
no es de nosotros.” Naturalmente, la matanza del sacrificio no es sólo una obligación
para aquellos que deben hacerlo. Según otra noble Tradición: “Los buenos de mi
Comunidad hace la matanza del sacrificio. Con respecto a los malos, los perversos de
mi Comunidad, no ofrecen el sacrificio incluso cuando es debido y apropiado.”
Según una Tradición relatada por el venerable Anas, el bendito Mensajero dijo:
“Cuando los creyentes surjan de sus tumbas el Día de la Resurrección, el Señor
Glorificado y Exaltado dirigirá esta orden a Sus ángeles: “Ángeles Míos, no traigan a
pie al Lugar de la Resurrección a Mis siervos creyentes. Hagan que monten las

14
A causa de este pronunciamiento divino, se volvió una obligación religiosa para la comunidad
Musulmana declarar la Grandeza Suprema de Alá inmediatamente después de las plegarias rituales
obligatorias de la plegaria matutina el Día de °Arafat en toda la plegaria de la tarde el cuarto día de la
Festividad del Sacrificio, haciéndolo veintitrés veces en total.
15
Un mithqal es equivalente a una dracma y media.
bestias que mataron en el sacrificio por Mi noble placer mientras estaban abajo en el
mundo. Prepararon sus monturas mientras todavía estaban en el mundo. Primero los
cargué en los genitales de sus padres; luego los hice cabalgar en los vientres de sus
madres. Cuando llegaron al mundo los dejé cabalgar en los brazos de sus madres,
luego los llevé en los hombros de sus padres. Después, los llevé en los caballos, los
burros, (coches, trenes, aviones y barcos). Murieron, y luego los transporté en sus
ataúdes sobre los hombros de sus amigos. Ahora ellos están surgiendo de sus tumbas.
Han enviado sus monturas aquí desde el mundo inferior. No hagan que vayan a pie.
Déjenlos cabalgar en las monturas que son sus propios sacrificios.”
En una veta similar, nuestro Maestro dijo: “Respeten sus sacrificios, pues estos
los llevarán a través del puente sobre el Infierno.” El respeto por las bestias del
sacrificio se demuestra comprándolas y alimentándolas por unos días antes de la
Festividad del Sacrificio, peinándolas, tiñéndolas, y luego sin golpearlas, maldecirlas
ni herirlas en el camino hacia el lugar del sacrificio. El cuchillo debe ser filoso, y uno
debe dirigir el rostro hacia la qibla cuando se hace el corte. Los requerimientos
adicionales son: vendarle los ojos al animal; proclamar la Suprema Grandeza de Alá;
decir: “En el Nombre de Alá...” atar las tres secciones; no arrojar las sobras a la
calle; y quemar incienso durante la matanza.
Luego de que haya sido matado el animal, el sacrificio se debe dividir en tres
partes, una para que se coma con la familia, una para regalar a los parientes y la
tercera parte para dar a los pobres. También se permite distribuir el total entre los
pobres. La matanza se hace en el primer día de la Festividad, el segundo y el tercero.

Alguien que tenga la intención del sacrificio en el primer día, debe ayunar hasta
que haga la matanza. Luego debe romper su ayuno con la carne del sacrificio. Cuando
vaya a realizar las plegarias especiales del día de la Festividad, debe usar ropas
nuevas si fuera posible. Si esto es imposible, se debe usar ropa interior limpia. Se debe
comenzar proclamando la Suprema Grandeza de Alá cuando se sale de la casa, y
continuar haciendo esto por todo el camino hacia la mezquita. No se deben crear riñas.
La gente pobre se debe poner feliz durante los días de la Festividad. Esos días deben
ser vivificados con la adoración y las afirmaciones de la Unicidad y la Suprema
Grandeza de Alá. Hacer cosas prohibidas por Alá y odiadas por el Mensajero, como
beber, apostar y los actos inmorales, es invitar la intensa ira de Alá.
¡O, Dios de Todos los Mundos! ¡Perdónanos! ¡Regocíjanos en Tu perdón!
¡Moramos en la fe! ¡Únenos con los honrados! ¡Ten misericordia de nuestros padres!
¡Perdona a nuestros hermanos creyentes! ¡Perdona la pecaminosa Comunidad de
Muhammad! Vuelve sus corazones al Islam. ¡Ilumina sus corazones con la luz de la
Unidad Divina, y purifícalos con la luz de Muhammad! ¡Haz que sus almas intimen con
el alma de Muhammad! ¡Concede que demos nuestro último aliento en la fe!
¡Regocíjanos con Tu perdón en ambos mundos! ¡Libéranos de Tu fuego! ¡Aloja
amablemente a esta Comunidad de Muhammad en la cercanía de Tus amados el Día de
la Resurrección, ya que con Tu ayuda se ha reunido aquí!
¡No nos hagas esclavos de nuestros yo inferiores! ¡No nos hagas lacayos de los
infieles, vasallos de los tiranos! ¡No nos expulses de Tu religión! ¡No nos eches de la
puerta de Tu favor! ¡Acepta nuestras súplicas y ponnos contentos! Amén.
Gloria a tu Señor, el Señor de la Majestad más allá de toda descripción; paz al
Mensajero; y que las alabanzas sean para Alá, el Señor de Todos los Mundos...

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