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¿QUE ES LA MASONERÍA?
Por eso resulta tan importante y, para su época, progresista, que en 1892 la hermana
Marie Deraismes, iniciada en una logia liberal de Paris, y el senador Georges Martin,
creen la Obediencia "Le Droit Humain" con dos planteamientos que siguen siendo
fundamentales hoy en día: su carácter mixto, es decir, con plena igualdad y fusión de
hombres y mujeres; y el de internacional, es decir, que con una estructura de
federaciones nacionales autónomas, todas ellas se integran en una común
Organización Mundial, actualmente presente en más de cincuenta países de los cinco
continentes. El "Derecho Humano" se integra en la Masonería Liberal, mantiene
relaciones de reconocimiento con numerosas Obediencias masónicas de diversos
países y varias de sus federaciones pertenecen a la Organización masónica
"CLIPSAS". El reconocimiento mutuo significa que un masón del Derecho Humano
tiene libre acceso, en calidad de visitante, a las reuniones de otras Obediencias,
tratándose como a un hermano más.
La Masonería no es una religión, ni una secta, pues no tiene dogmas, carece de cuerpo
doctrinal al cual se llegue a través de la fe. La Masonería respeta todas las creencias,
y, en caso de la Liberal, la ausencia de esas creencias, siempre que el masón acepte el
compromiso de conocerse a sí mismo, desarrollar sus posibilidades en todos los
sentidos y en la forma que desee, y volcar ese conocimiento y esa mejora en beneficio
del Universo, del cual la Humanidad es parte sustancial.
En Masonería no deben juzgarse las opiniones, que son libres, sino las actitudes: éstas
deben ser abiertas, carentes -en lo posible- de prejuicios, fruto de una reflexión y una
intuición propias. Debe abordarse la vida buscando lo que une antes de lo que separa,
y saber manifestar las diferencias con sinceridad para con uno mismo y con respecto a
los demás. Esto no significa que el masón no defiende sus ideas y creencias, ya que en
ese caso no sería coherente consigo mismo, sino que esa defensa debe ser realizada
de forma abierta, tolerante y fraternal, huyendo de la concepción de ser el único
portador de la Verdad Absoluta.
En Masonería no se le rinde culto a un Dios ni, mucho menos, al diablo, tal como se
acusó en numerosas ocasiones. Un masón puede, de acuerdo con sus ideas, rendir
culto a los principios religiosos en los que crea, o declararse agnóstico o no creyente.
En ese sentido, la antigua formula masónica de "Gran Arquitecto del Universo" no debe
ser entendido necesariamente como un Dios personalizado -aunque cada uno está
legitimado a pensarlo así en su conciencia-, sino que simboliza la Energía, Armonía,
Fuerza de la Vida u Origen del Universo que se desee.
4.- LA MASONERÍA Y LAS IDEOLOGÍAS.
Como vemos, en Masonería no caben dogmas, estando abierta a todas las actitudes
respetuosas con las formas de pensar ajenas.
En Masonería existe una vieja fórmula que propugna no tratar de política o religión,
salvo para esclarecer a los demás. Esto significa que la Masonería es apartidista y que
en ella no se pueden dar "consignas", no se puede tratar de "imponer" ideas, sino
"exponer" las mismas. Sería un error considerar que la Masonería es una organización
en la que unas conclusiones mayoritarias obligan a actuar social y políticamente a
todos, y mucho menos, en la directriz de una autoridad imponga un camino a seguir.
Esta forma de actuar sería antimasónica.
De lo dicho hasta ahora no cabe deducir que la Masonería pretenda una vuelta atrás, a
doctrinas elaboradas en el siglo XVIII. El gran valor de la Masonería radica en que cada
masón, cada generación de masones, reelabora la continua y progresiva aplicación de
los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que no significan lo mismo en el siglo
XVIII que en el XX. Nada de cuanto es humano nos es ajeno, nada de cuanto es
Universo nos es ajeno, por estar el hombre inmerso en ese Universo como parte
consciente y valiosísima del mismo, capaz de comprender y ayudar a mantener la
armonía del conjunto.
Otro punto que debe aclararse es la cuestión vertida sobre nosotros de ostentar un
poder secreto mediante la mutua ayuda entre masones. En primer lugar, conviene
señalar que el deber de todo masón a prestar ayuda y solidaridad a todos los demás, y
no solo a los demás masones. Si con éstos le une un especial vínculo de fraternidad,
que da al trabajar en el mismo sentido y con los mismos objetivos, ese vínculo debe
tener un limite en el sentido de justicia y equidad. Ningún masón está obligado a
prestar una ayuda que, en su conciencia, suponga una injusticia o un favoritismo. Por lo
tanto, dependerá de su sentido de justicia, y éste debe ser muy alto en alguien que se
dice francmasón.
Otra cuestión que debe ser aclarada es que nadie está obligado, en Masonería, a dar
ayuda si con ello se priva de lo que es necesario para si y su familia. Recordamos que
nadie puede dar si previamente no tiene, tanto en el sentido espiritual como en el
material.
La Masonería no es elitista. Entre nosotros se cuentan personas de diferentes
procedencias, niveles, formación y profesión. Partimos de la base de la radical igualdad
de todos los seres humanos, de su múltiple variedad que nos enriquece y equilibra. El
elitismo social está proscrito en Masonería, y ello se muestra incluso a nivel simbólico
en determinadas ceremonias, recordando la igualdad de todos los francmasones, aún
ostentando diferentes grados.
La Masonería no pasa a una acción inmediata -salvo cuando se trata de una ayuda o
acto de fraternidad concreto-, sino que cada masón, como ha quedado dicho, aporta su
progresivo enriquecimiento al medio en el que ser desenvuelve. Por eso, el ritmo de
trabajo masónico tiene unas pautas de reflexión y lentitud que facilitan el análisis y
buscan causas profundas.
El trabajo masónico tiene dos vertientes, una filosófico-simbólica y otra social, ambas
necesarias. Puede ser que un masón concreto prefiera inclinarse más por un aspecto
que por otro, pero cada cual es libre de aportar los trabajos que prefiera.
7.- CONCLUSIÓN.
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INTRODUCCIÓN
Ofrecer información objetiva sobre la Francmasonería, el Gran Oriente de Francia y el
Gran Oriente Latinoamericano y brindar a la curiosidad de aquellos que se interrogan
sobre sus actividades los elementos de una reflexión fecunda y esclarecedora, no
aparece a primera vista como una tarea sencilla. Siempre la presentación ante la
opinión pública de las actividades, de los ideales y de las instituciones en las cuales se
reagrupan hombres y mujeres que comparten un cierto número de elementos comunes,
tiene sus dificultades. Mucho más cuando estamos hablando de una Institución que,
antes que nada, une a hombres y mujeres en torno a una serie de prácticas y
fundamentos, que forman usos y costumbres conformando una verdadera tradición; la
cual además, se remonta a cientos de años, por lo menos.
Comprender lo que es la Francmasonería y el Gran Oriente Latinoamericano solicita
del lector un gran esfuerzo, pues la objetividad de su lectura seguramente puede estar
influenciada por aquellas imágenes inconscientes y casi míticas que los prejuicios
sociales y los medios de comunicación amarillistas o sensacionalistas han impreso
sobre la Francmasonería y los francmasones.
Mucho se ha escrito sobre esta Institución. Hoy es posible encontrar en las librerías
gran cantidad de obras periodísticas de carácter “ocultista”, apologéticas o francamente
hostiles. Hay de todo, como en botica, y para todos los gustos. Pero, estas obras, aún
las no hostiles, o incluso aquellas que puedan ser incluso apologéticas, reflejan
principalmente los puntos de vista de sus autores. Al leerlas, ofrecen tantas facetas de
la Institución, tantos puntos de vista (las más de las veces contradictorios) que, impiden
al observador externo comprender realmente lo que la Francmasonería h sido y es, lo
que postula y lo que persigue.
Estas páginas constituyen un modesto intento de presentar la Orden Masónica y el
Gran Oriente Latinoamericano a lectores que buscan conocer y comprender lo que es
nuestra Institución. Por ello, esperamos de ellos una actitud mental abierta, capaz de
asimilar esta información, que evita pasar por el tamiz de lo dicho y repetido durante
decenios, muchas veces, opiniones interesadas, cuando no agresivas y hostiles que
conducen las más de las veces a una visión falsa de la misma; y es en ese estado de
espíritu, abierto y comprensivo, que solicitamos que sea leído.
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A partir del Texto “¿Qué es la Francmasonería?”, 3ª Edición: abril de 1996, Editado por la R.·. L.·.
LIBREPENSADORES, Canelones - República Oriental del Uruguay
LECCIONES DEL PASADO
La larga historia de la Institución Masónica, y su profundo arraigo en el mundo
contemporáneo, mosaico multicolor de hombres y mujeres de diversas razas, lenguas,
tradiciones; creencias políticas y religiosas, ha aportado a la Francmasonería una
preciosa experiencia. Una de las virtudes que ha caracterizado a la francmasonería, la
organización iniciática más importante de occidente, es tal vez su perpetua superación,
la adaptación permanente de sus métodos a las realidades y a las esperanzas de las
sociedades humanas en continuo cambio, no obstante sus principios y fines
inmutables.
La Unión, la Solidaridad y la Colaboración de la masonería y sus miembros a lo largo
del devenir histórico constituyen en verdad una fuente de enriquecimiento y el espíritu
que la anima a nivel individual e institucional. Por una parte, la liga con el pensar, sentir
y actuar de sus antecesores para aplicar y mantener sus ejemplos, logros y resultados
positivos en la actualidad; por otra, el compromiso con las generaciones presentes y
futuras en la construcción de un mejor proyecto humano en todas las escalas y en
todos los ámbitos.
Los ancestros de los Francmasones
Los Masones (del inglés mason: albañil), constructores de catedrales e inmuebles
públicos y privados desde tiempos muy remotos, conformaron muy rápidamente un
oficio guardián del arte de construir. Las Obras en construcción eran enormes
empresas para la época (y aun hoy: imaginemos construir hoy día una Pirámide de
Keops, una Notre Dame de París o una catedral de Colonia!!).
La protección de la Iglesia católica, los señores feudales y gobernantes que
comandaban las construcciones, así como la necesidad de los constructores para
desplazarse de un lugar a otro, muchas veces a muy grandes distancias, fueron
permitiendo a los Masones (Arquitectos, Maestros de Obras, Oficiales, Aprendices)
escapar a la servidumbre señorial. Desde el siglo XII al menos, constituyeron un franc-
metier (oficio libre): eran franc-maçons en francés o free-masons en inglés, es decir,
franc o free significando libre y titular de un estatuto personal y profesional
independiente de las jurisdicciones señoriales y feudales.
La Edad Media conoció múltiples asociaciones de oficios, herederos, tal vez, de los
Collegia Romana, donde el saber profesional se trasmitía por cooptación e iniciación en
las artes del oficio. No existen en realidad pruebas materiales de la filiación de estas
confraternidades o de esos gremios con las sociedades iniciáticas del tipo que
explicáramos más arriba; ni, como lo han afirmado ciertos autores, con la Orden de los
Templarios. Aunque tampoco se puede negar rotundamente que hayan podido haber
contactos, en una Edad Media donde el ambiente era propicio - particularmente en
torno a las grandes construcciones de castillos e iglesias - a los encuentros para los
intercambios de conocimientos profesionales. Los Templarios, por ejemplo, fueron
constructores de catedrales, y por esta vía fue tal vez posible intercambios de tipo
intelectual y/o religioso.
La Francmasonería bajo su forma actual, nació en el siglo XVIII en Gran Bretaña. Pero
sus orígenes son muy antiguos y múltiples. Simbólicamente, la masonería remonta su
origen hasta la construcción del Templo de Jerusalén por parte del rey Salomón.
Numerosas teorías, muchas veces fantasiosas, quieren encontrarle a la Institución, una
filiación directa con numerosas sociedades iniciáticas de la Antigüedad y de la Edad
Media, sociedades en las cuales, a través de la reflexión interior, la observación
metódica o la ascesis mística, muchos espíritus evolucionados buscaban, a través del
lenguaje simbólico, las formas de comprensión del mundo en el cual vivían, y
explicarse el lugar del hombre en el universo.
Estas asociaciones de Francmasones, muy vitales todavía en el siglo XV, entraron
luego en decadencia. Las causas generales de ese declive son múltiples: abandono de
la arquitectura "gótica" por la del Renacimiento, desarrollo de la enseñanza escrita del
arte de la construcción, trastornos políticos que llevaron a poner fin a las grandes obras
de construcción, desarrollo de los poderes centrales, que impusieron nuevas
reglamentaciones a las corporaciones, restringiendo su independencia, etc.
Los orígenes en Inglaterra
Tempranamente, la organización de los Free-masons se transforma profundamente en
Gran Bretaña. En sus Logias (reuniones) se reencontraban cada vez más numerosos,
los Masons "aceptados", nobles, eclesiásticos o burgueses, que no tenían ninguna
atadura con la profesión de constructores. De esta manera, la Masonería "operativa" se
fue transformando en Masonería "especulativa" o filosófica; así, no se busca en esos
Talleres donde se reúnen los albañiles y arquitectos constructores, los mejores
procedimientos para la construcción, o como elaborar mejor la argamasa con la que
ensamblar las piedras del edificio, sino que ahora se conversa y se busca cada vez
más, cuáles son las vías a transitar para que los hombres puedan armoniosamente
juntarse a los efectos de construir una humanidad mejor y más esclarecida. Esta
"nueva" Masonería toma de la "antigua" un gran número de sus símbolos, sus reglas
de disciplina, de comportamiento y sobre todo el noble ideal de perfeccionamiento del
Ser Humano: es necesario construir este Ser de la misma manera como los antiguos
construían las catedrales.
El 24 de junio del 1717, cuatro de estas Logias de Londres se reunieron para festejar el
Solsticio de verano nórdico, y se constituyeron en Gran Logia, atribuyéndose el poder
de regir los otros talleres. Esta Gran Logia estableció en 1723 las Constituciones
llamadas de Anderson, por el apellido del Pastor protestante que las redactó, las cuales
codificando los antiguos deberes masónicos, fueron y son todavía la carta reconocida
de la Francmasonería Universal.
Era también la época donde se desarrollaba lo que se llamaría luego la Filosofía de las
Luces o Iluminismo, y todos aquellos que participaban, a cualquier título, de esta gran
corriente de ideas innovadoras que pregonaban la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad
para todos los humanos, no podían no adherir a la Francmasonería, que hacía de esa
divisa su propio fundamento.
Muy rápidamente, la Masonería se extiende por el Viejo Continente y también en las
Américas. No por conocida, no deja de ser casi imperioso señalar una vez más el rol
que jugó la Masonería en las luchas patrióticas: una buena parte de nuestros
Libertadores, eran miembros de la Institución.
¿Será entonces - luego de lo que venimos de ver - que la Francmasonería es sólo una
supervivencia de viejas ideologías hoy superadas?
Pero, también podemos preguntarnos, ¿están superadas las nociones de Libertad,
Igualdad y Fraternidad, las solas banderas que la Francmasonería haya siempre
enarbolado? Cierto es que muchas otras doctrinas han sido elaboradas desde el siglo
XVIII a esta parte, lo que pueden hacernos pensar que aquellas divisas masónicas
datan de hace ya mucho tiempo, que se han vuelto viejas. Mas, esto sería cierto si ese
ideal masónico hubiere sido ya alcanzado. Sin embargo, no parece éste ser el caso....
Tanto si miramos alrededor nuestro, como si echamos una mirada planetaria, seguimos
viendo la vigencia de las luchas contra la opresión, constatamos lo poco pacífico que
es nuestro mundo y como se desarrolla la violencia en nuestras sociedades, o como
todavía se sigue considerando a los humanos diferentes de acuerdo a su sexo, raza y
color, creencias o medios materiales que posea. Entonces, la Francmasonería continúa
a referirse al tríptico de Libertad, Igualdad y Fraternidad como un ideal permanente, y
busca reagrupar a los hombres y mujeres que sinceramente crean que es posible
avanzar en ese sentido.
La Francmasonería busca hacer avanzar la Humanidad hacia el Progreso, que ella
llama La Luz. Pero este objetivo no tiene mucho que ver con el progreso técnico o
material - como comúnmente se confunde - incluso si esto, por supuesto, no está
ausente de sus preocupaciones, en la medida en que pueda liberar al Hombre (cuando
muchas veces en realidad lo que hace es aprisionarlo o someterlo).
La Francmasonería es como un árbol: para desarrollar sus ramas cada vez más altas y
más lejos, tiene necesidad de desarrollar al tiempo poderosas y profundas raíces. Sus
ramas serán tanto más vigorosas que sus raíces serán profundas. Así también puede
resistir a las tempestades: puede ser que se vea a algunas de sus ramas rotas, pero
siempre puede brotar de nuevo. La Francmasonería ha sufrido ataques y
persecuciones. Pero siempre ha resurgido.
La Francmasonería entonces, está hecha de permanencias: su ideal continúa siendo el
de los masones operativos del medioevo y el de los masones especulativos del
Iluminismo; es humanista, ante todo, y progresista. Cree en el Hombre y en su
perfectibilidad. Es la razón por la cual intenta ser innovadora, intenta ubicarse en su
tiempo y su fidelidad a un ideal tan viejo, no le impide, en nombre de ese mismo ideal,
interesarse y contribuir a preparar el porvenir.
" En este mundo no hay más Ley duradera que la Ley del Amor.
No es tan sólo el amor que se manifiesta en bondad e infinita belleza
y en intensa compasión por todos los seres humanos,
sino también aquel amor que en breves palabras
se puede llamar el Amor al Universo;
aquel anhelo ardiente de vivir para el prójimo.
Es el amor a los humildes, los menesterosos, los oprimidos en este mundo.
Este amor une, ilumina y solidariza.
Este es el amor del Masón."
LA FRANCMASONERIA EN EL PENSAMIENTO
DE ALGUNOS MASONES CELEBRES
EL TRABAJO MASONICO
La Francmasonería, potencia simbólica independiente de los partidos y de los poderes
políticos, ha sufrido muchas ataques; su ideal democrático le ha valido - actualmente
también - de ser perseguida por los regímenes políticos totalitarios; por el liberalismo
de sus concepciones filosóficas ha sido condenada por la Iglesia Católica, Apostólica y
Romana. Sin embargo, la Francmasonería ignora estas reacciones hostiles y continúa
su trabajo.
Cada Francmasón "desbasta su piedra bruta": se enriquece moralmente del trabajo
cumplido por él mismo y sus Hermanos. Su lento progreso individual es el objetivo
esencial de la Masonería. Las "piedras pulidas" sirven para construir el Templo,
construcción incansablemente proseguida desde hace siglos. El Templo está destinado
a todos los Hombres y sus constructores no desean reservarlo para su uso exclusivo.
La decoración de los Templos y el Ritual de las Tenidas (reuniones) masónicas muchas
veces sorprenden a quién solo ve decorado y ceremonial. El Francmasón los acepta
sin complejos, dado que él conoce el valor simbólico y sabe lo útiles que son en sus
trabajos, creando la atmósfera tan particular de un Taller masónico, asegurando de esta
manera la buena marcha de los trabajos.
Por pintoresca o pasadas de moda que puedan parecer estas ceremonias a los ojos de
los profanos, ellas son para los Francmasones tanto más emocionantes en la medida
que ellas representan la marca más auténtica de la originalidad y de la universalidad de
la Orden. Efectivamente, más allá del lugar geográfico, de las opiniones sustentadas,
de la lengua en que se comuniquen y de la originalidad de los Talleres, el elemento
común a todos los Francmasones del universo es su metodología simbólica de trabajo
representada por el Ritual y la decoración de sus Logias.
En Logia
"Un Francmasón libre en una Logia libre", es uno de los principios más caros de la
Francmasonería. Del Francmasón y de su libertad ya hemos hablado. En cuanto a la
Logia, es la célula de base de la Orden. Célula autónoma, la Logia agrupa a un cierto
número de Hermanos y Hermanas y la diversidad de sus orígenes de hecho la hacen
una especie de sociedad a escala reducida. Bajo la presidencia de su Venerable,
asistido de sus Oficiantes, y según un ritual a la vez preciso y liberal, el Taller estudia
las cuestiones puestas en su orden del día: problemas filosóficos, morales, sociales o
históricos que se ha convenido abordar. Las discusiones son corteses y amigables, y
cada uno es libre de expresar y defender sus puntos de vista. Las Logias se comunican
entre ellas a través de circulares, organizando Tenidas (es decir, reuniones) colectivas,
o a través de las visitas que miembros o dignatarios de las mismas se realizan. De
hecho, hay una intensa vida masónica, y los intercambios son fecundos, en riqueza y
diversidad.
Este método de trabajo en común, permite a hombres y mujeres de ideales filosóficos o
políticos diferentes, pero todos "libres y leales", determinar soluciones reconocidas
válidas por todos, a los diversos problemas expuestos. Este método es muy eficaz, y la
propia "longevidad" de la Francmasonería, y su reconocida eficacia, podría ser una
prueba de ello. Por eso no hay que asombrarse de ver hoy día esta metodología, usada
por numerosos "grupos de estudio" y "seminarios", los cuales debido a las dificultades
de gestión de las empresas o a la complejidad de los problemas sociales, económicos
o políticos, multiplican su presencia en nuestra sociedad moderna.
Ese pequeño grupo de hombres y de mujeres libres, de profesiones y de culturas
diferentes, fraternalmente unidos por sus ideales comunes y por el hábito de reuniones
periódicas, no tiene equivalente en el mundo profano.
La Obediencia
Democráticamente elegido por la Gran Asamblea (poder legislativo conformado por
delegados de los Logias), el Consejo de la Orden (poder ejecutivo) tiene por funciones
de administrar y de representar al Gran Oriente Latinoamericano. El designa su
presidente que lleva el título de Gran Maestro.
Cada dos años, la Gran Asamblea somete a estudio de las Logias temas de interés
general que son objeto de estudio, de trabajos críticos, de conferencias y discusiones.
Cada Logia establece un informe sobre esas cuestiones y luego el conjunto de esos
informes es objeto de un informe de síntesis votado por los delegados de las Logias a
la Gran Asamblea siguiente. Si cada tema de estudio lleva su tiempo, es un ejemplo
completo de reflexión colectiva, que sería bueno ser imitado en el mundo profano para
resolver tantos temas societales sujetos a controversias. Esos estudios, luego de haber
llevado a multitud de Hermanos y Hermanas a reflexionar sobre ellos, desemboca en
conclusiones que prefiguran muchas veces las soluciones adoptadas por el cuerpo
social.
Y de decepciones lleno,
al terminar mi carrera,
busqué la Luz Verdadera,
¡Oh, Hermanos!, en vuestro seno."
José Martí
(de un discurso masónico).
PEQUEÑO LEXICO MASONICO
Se combate para derribar los obstáculos que se oponen a la marcha del bien
y para edificar sobre las ruinas del mal el monumento de las grandes verdades,
que se amasa con la sangre de los mártires y el sudor de los jornaleros. "
Bartolomé Mitre
(de un discurso masónico,
al dejar la Presidencia, en 1888)
Simón Bolivar
A MODO DE CONCLUSION
La universalidad del ideal masónico, su antigüedad y la solidez de sus estructuras, la fe
en la eficacia de sus principios y de sus métodos, no hacen olvidar al Gran Oriente
Latinoamericano la necesidad de su adaptación progresiva a las rápidas
transformaciones que ocurren en el mundo moderno y en particular en nuestro
continente.
Las necesidades materiales y espirituales de los hombres de este fin de siglo
evolucionan con una rapidez nunca vista. Por propia decisión, le corresponde a la
Francmasonería ayudar a satisfacerlas.
Su rol de sociedad de pensamiento, permanece, en el medio de todos los cambios de
la sociedad profana, tan indispensable a la actual generación como a aquellas que la
han precedido. En un mundo moderno que reduce muchas veces las aspiraciones de
los individuos a la fatalidad o a una suerte de conformismo desvalorizante, que tiende a
ahogar su personalidad, aunque más no sea regodeándose en su egoísmo, la Logia
masónica es un asilo del libre pensamiento y de la reflexión serena.
Frente a la tendencia creciente de la sociedad a especializar las actividades
profesionales, la Logia es uno de los raros lugares donde "hombres y mujeres libres y
de buenas costumbres" pueden continuar a confrontar sus experiencias diversas y
reencontrar las preocupaciones espirituales y morales que la vida profana los lleva a
descuidar.
El Gran Oriente Latinoamericano, en el silencio laborioso de sus talleres, prosigue ese
indispensable esfuerzo de reflexión sobre el hombre y su lugar en la sociedad, sobre
los medios de preservar la dignidad del uno asegurando los progresos armónicos de la
otra; contribuye a este enorme esfuerzo de imaginación que le es solicitado a los
hombres de nuestro tiempo para comprender y dirigir la civilización moderna. Para
cumplir esta tarea, la Francmasonería está sin dudas mejor adaptada que muchos
otros grupos, menos seguros de ellos mismos, menos independientes también.
La obra del Gran Oriente Latinoamericano no está todavía acabada. La construcción
del templo ideal, es decir, una Humanidad pacífica, más justa y más fraterna, y una
sociedad latinoamericana integrada, tomará aun mucho tiempo. Como sus
predecesores, y particularmente nuestros Libertadores, el Francmasón moderno
continuará trabajando a construirla.
LA FRANCMASONERIA EN EL PENSAMIENTO DE ALGUNOS MASONES
CÉLEBRES
" Estoy persuadido que la justa aplicación de los principios en los que se funda la
fraternidad masónica, debe promover las virtudes privadas y la prosperidad pública.
Seré feliz por el avance de los intereses de la sociedad, y de ser considerado por ella
como un digno hermano."
George Washington
Carta a la Logia King David's Nº 1 (22/08/1790)
HIMNO MASONICO
W A. Mozart (1735).
(estrofas)
Es un sistema de conducta moral donde se aprende a dominar los vicios, las pasiones,
las ambiciones, el odio y los deseos de venganza, que oprimen al hombre.
Es una sociedad fraternal, que admite a todo hombre libre y de buena reputación, sin
distinción de raza, religión ideario político, o posición social, exigiendo únicamente que
posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar siempre de ir en busca de la
perfección.
Es, (o parece) rígida en sus principios, pero es tolerante con las personas y enseña a
respetar las opiniones de los demás, aunque difieran de las propias, incitando a todos a
la Tolerancia.
En las Logias se aprende a amar la Patria, someterse a las Leyes, respetar a las
autoridades legalmente constituidas y a considerar el trabajo como un Deber esencial
del ser humano.
El ritual Masónico ilustra la importancia de una vida moral recta. Utiliza las
herramientas de los antiguos masones y canteros como símbolos para enseñar estos
ideales.
Un Masón promete construir su vida y su carácter con la misma atención que los
maestros de obra empleaban en la construcción de las grandes catedrales, siglos atrás.
La iniciación es un proceso continuo del hombre sobre sí mismo, hecho posible gracias
al clima de serenidad, a la fraternidad y a la tolerancia de sus compañeros que están
siguiendo, o han seguido, el mismo camino.
APRENDIZAJE MASÓNICO
Entre otras cosas, en las Logias masónicas se aprende a amar a la nación en la que se
vive, a someterse a las Leyes, respetar a las autoridades legalmente constituidas y a
considerar al trabajo como un Deber esencial del ser humano.
Sus sistema de formación, que no se basa en ningún tipo de lecciones o cursos sino en
la profundización y el trabajo propio de cada masón sobre la simbología de su grado,
está encaminado a tratar de hacer hombres buenos, hombres mejores.
Los tres grandes principios sobre los que trabaja el masón en su proceso de
autorealización son:
• El Amor fraternal. Cada Masón verdadero mostrará tolerancia y respeto a las
opiniones de los demás y se portará siempre con comprensión.
• Ayuda y consuelo o caridad. No sólo entre los Masones sino con toda la
comunidad humana.
• Verdad. Para conseguir en su propia vida. Hace falta toda una vida para llegar a ser
un buen Masón.
¿ CÓMO AFILIARSE?
Los requisitos:
• Ser una persona de Buenas costumbres, es decir, ha de ser una persona digna
de confianza, honrada en su forma de trabajar y de buena reputación.
El procedimiento:
Una vez cumplimentada la solicitud, la candidatura es avalada por dos masones que
puedan dar razón de las cualidades personales del candidato. La solicitud es leída
durante una Tenida Abierta o reunión de la Logia ante todos los miembros de la misma,
con el fin de que alguno pueda aportar información adicional Posteriormente, será
entrevistado por miembros de la Logia que no mantengan ningún tipo de relación con el
candidato, los cuales emitirán informes por separado. Finalmente, una vez obtenidas
las votaciones favorables, el candidato estará en condiciones de recibir la iniciación.
Los Compromisos:
MASONES UNIVERSALES
Quizás nadie a lo largo de los siglos ha desarrollado tantos esfuerzos para el progreso
del hombre como la masonería, y ello, sin esperar los masones ni compensaciones
materiales, ni premios trascendentales. Las múltiples y variadas actuaciones de los
masones lo han sido siempre a título individual y en sus diversos entornos personales.
El ciudadano que se titula masón, siempre desarrolla un doble trabajo: por una parte
está comprometido en su personal mejora moral e intelectual, y por otra, se obliga a
poner los medios que le sean posibles para que la Fraternidad Universal sea un día
efectiva. Ello imprime un sello especial a su manera de ser y a su comportamiento en la
sociedad.
Los masones existen desde los albores de la edad media como gremios organizados
en los que se cultivaba tanto el secreto profesional, como la elevación moral e
intelectual, junto con la satisfacción de la obra bien hecha. Es en los inicios del siglo
XVIII cuando se convierte en Orden Especulativa, continuista de las Antiguas
Tradiciones y Obligaciones. Tradiciones entre las que se encuentran la de no ejercer el
proselitismo, al tiempo que mantiene una discreción absoluta sobre la identidad de sus
miembros, los cuales se conforman con ejercer sus trabajos en bien de la Humanidad
sin prebendas ni honores por el hecho de ser masones.
En una multitud tan grande de hombres comprometidos con un mismo ideal, los hay
necesariamente de todos los niveles sociales e intelectuales, siendo su mérito por
igual, ya que todos juntos forman la Cadena de Fraternidad Universal que sostiene la
Orden y las acciones de sus miembros en el universo.
Por ello, es lícito que la Francmasonería pueda mostrar al mundo como su mejor valer,
el nombre de miembros relevantes de la Orden. Nombres que, siguiendo la tradición,
sólo se citan cuando corresponden a aquellos que han pasado al Oriente Eterno, o que
por diversos motivos, su pertenencia a la masonería es de público conocimiento.
Todos ellos, por sus variados trabajos intelectuales o sociales, son un ejemplo del
amplio espectro que la calidad espiritual de los ideales masónicos y sus quehaceres
confieren al ser humano.
He aquí pues, una breve pero representativa lista, de más de 500 masones de todos
los tiempos que, habiendo descollado por muy diversas actuaciones, forman parte de la
Cadena de Unión de la Francmasonería y a los que los masones de hoy nos seguimos
refiriendo a ellos con la apelación de El Hermano:
La lista de eminentes hombres que han pasado por la Masonería y que han ayudado al
progreso de toda la humanidad es muy larga.
MASONERÍA Y SOCIEDAD
La Masonería exige de sus miembros respeto a las Leyes del país en el que cada
Masón vive y trabaja. Los principios Masónicos no pueden entrar en conflicto con los
deberes que como ciudadanos tienen los Masones, sino más bien tienden a esforzarlos
en el cumplimiento de sus responsabilidades públicas y privadas.
Para un masón sus obligaciones como ciudadano deberán prevalecer sobre cualquier
otra obligación y por tanto no otorgará ninguna protección a quien actúa
deshonestamente o contra la ley.
La Masonería tiene prohibido expresar opinión alguna sobre temas políticos o
teológicos y gracias a ello ha podido superar el constante cambio de doctrinas y
sistemas del mundo.
ORGANIZACIÓN DE LA MASONERÍA
Los masones están agrupados en Logias que se reúnen en general de una hasta
cuatro veces al mes. La verdadera, pura y antigua Masonería cuenta solamente con los
tres grados de Aprendiz, Compañero y Maestro Masón.
En todo territorio, ya sea de ámbito nacional, o estatal, existe una y sólo una Gran
Logia regular, lo que actualmente eleva el total de las mismas a unas 155 en todo el
mundo.
Toda Gran Logia está gobernada por un Gran Maestro, elegido por los representantes
de las Logias de la Jurisdicción, reunidas en asamblea; tiene las atribuciones y
limitaciones que establece la Constitución y Reglamentos Generales de la Gran Logia.
RESÚMEN HISTÓRICO
En el siglo XVII, la masonería, que era a la vez gremio, sindicato, escuela y cofradía,
estaba a punto de desaparecer con la terminación de las últimas catedrales. Pero, en la
misma época, en Inglaterra, esta institución aceptaba miembros honorarios, cuya
ocupación principal no era la construcción. Los llamaron masones "Aceptados",
hombres interesados por la base moral, el simbolismo, la generosidad y la fraternidad
de la Institución.
La primera Gran Logia se fundó en Londres en el año 1.717, de ella derivaron todas las
otras Grandes Logias que forman la Masonería moderna.