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Y la mujer de Lot...

sintió nostalgia

26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a


espaldas de Él, y se convirtió en una columna
de sal. (Gn. 19:26)

Introducción

Este pasaje es fascinante. Hoy en día sigue atrayéndonos


y sorprendiéndonos y se convierte en un motivo de reflexión.
Posiblemente intente explicar históricamente
(etiológicamente) un promontorio o una incrustación salina en
las orillas del Mar Muerto que parece representar el perfil de
una mujer. Todavía en nuestros días, en la carretera costera
que lleva a la actual Sodoma, se divisa una columna de sal
popularmente llamada "Mujer de Lot".

El conocido novelista checo Kafka en su obra La Broma


retomaba esta misma frase aplicándola a la búsqueda
nostálgica del pasado: "¿Qué sentido tiene limitarse a dar
vida tan solo a un pasado perdido? Quien vuelve la vista
atrás acaba como la mujer de Lot".

I. La nostalgia del pasado


A. Abandono del compromiso de la fe

• En la tradición cristiana la mujer de Lot es el


emblema de la nostalgia del pasado, causa del
abandono del compromiso de la fe ya que ésta es
riesgo, avance, progreso.
Pero Jesús le dijo: --Ninguno que ha puesto
su mano en el arado y sigue mirando atrás, es
apto para el reino de Dios. (Lc. 9:62)

32 Acordaos de la mujer de Lot. 33


Cualquiera que procure salvar su vida, la
perderá; y cualquiera que la pierda, la
conservará. (Lc. 17:32-33)

• Cuando sólo recordamos nostálgicamente el pasado


convertimos la religión cristiana en una religión más.
La religión griega, por ejemplo, era una fe nostálgica;
toda la salvación se condensaba en la mítica edad de
oro que pertenecía al pasado; el presente era feo, triste
y lleno de sufrimiento según los caprichos de los
dioses o el destino. Los verdaderos paraísos son los
paraísos perdidos.

B. Idealización del pasado


• Se idealiza así el pasado como gustan hacer los
viejos. ¡Qué curiosa es la mente humana! Los
ancianos recuerdan mejor las cosas lejanas que las
cercanas. ¡No hagamos nosotros lo mismo!
• La memoria embellece el pasado, lo anhela, lo
propone como ejemplo reduciendo así el deseo de
transformación, recortando las alas de la esperanza,
bloqueando toda conversión, rechazando toda
novedad. Es emblemático el ejemplo de los hebreos
del éxodo que llegan a transfigurar la esclavitud
pasada:

5 Nos acordamos del pescado que


comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, los
melones, los puerros, las cebollas y los ajos. 6
Pero ahora nuestro apetito se reseca, ya que no
hay ante nuestros ojos más que el maná. (Nm.
11:5-6)

• ¿Qué queda del mensaje cristiano sin transformación,


esperanza, conversión y novedad de vida? ¡Nada! El
riesgo propio de la fe, el crecimiento espiritual y el
símbolo de la peregrinación que estamos atravesando
en este mundo, son otras tantas razones en contra del
mirar hacia atrás.
• Jesús es muy radical: la ruptura con el pasado ha de
ser total y absoluta; ante una persona que le ruega que
le deje enterrar a su padre antes de seguirle, le
contesta paradójicamente:
59 Dijo a otro: --Sígueme. Pero Él dijo: --
Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi
padre. 60 Y Jesús le dijo: --Deja que los
muertos entierren a sus muertos; pero tú, ¡ve y
anuncia el reino de Dios! (Lc. 9:59-60)

II. Extendiéndonos a lo que está delante

13 Hermanos, yo mismo no pretendo


haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago:
olvidando lo que queda atrás y extendiéndome
a lo que está por delante, 14 prosigo a la meta
hacia el premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús. (Fil 3:13-14)

A. Un descubrimiento iluminador de transformación


personal

• Jesús conocía a sus hombres mucho mejor que lo que


ellos se conocían a sí mismos. Sabía que Judas era un
engañador y Pedro rudo, que Tomás luchaba con la
duda y que Juan era un soñador. Conocía cuán
mezquinos y competidores eran... cuán egoístas y
frágiles.
• Sabía que los once últimos se consideraban así
mismos como ferozmente leales, pero al momento de
la verdad, se escabullirían entre las sombras.
• Por eso, era imperativa una nueva dinámica para que
su misión de establecer su iglesia y evangelizar el
mundo tuviera alguna esperanza de realizarse. Por
consiguiente, cuando prometió "otro Consolador",
quería decir uno que les transformaría desde adentro
hacia fuera. Estaba seguro que la única manera en que
ellos, al final de cuentas, harían "más grandes Obras"
de las que El había obrado, sería a través de la
presencia y del poder del Espíritu.
• Cuando el Espíritu de Dios se abrió paso para
introducirse en las vidas de los que esperaban su
llegada en aquel aposento alto en Jerusalén, su
presencia transformadora fue evidente de inmediato.
• Los seguidores de Jesús no se veían diferentes en su
aspecto físico. No se convirtieron de pronto en
eruditos. Tampoco se les hizo súbitamente cultos y
expertos. No; siguieron siendo pescadores rudos y
"buenos muchachos". Pero en lo profundo de su ser
muy adentro, no eran nada de lo que habían sido.
Fueron transformados. Pero, ¿cómo ? ¿Qué o quién
lo hizo?.
• Fue el Espíritu Santo y nada más. Fue el poder
dinámico, que cambia la vida, que altera la actitud,
poder del Señor viviente que se cernió sobre ellos y
llegó a residir permanentemente en ellos.

B. Una aguda pregunta que solo tu puedes responder

• ¿Estás permitiéndole al Espíritu Santo que transforme


tu vida? En caso de que pienses que es una pregunta
irrelevante, lee las palabras de apertura de Romanos
12:1-2.
Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios que presentéis vuestros
cuerpos como sacrificio vivo, santo y
agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este mundo; más
bien, transformaos por la renovación de
vuestro entendimiento, de modo que
comprobéis cuál sea la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta. (Ro. 12:1-2).

• No perdamos el mandamiento doble: "no os


conforméis..." sino " transformaos". Así es como
progresamos como cristianos; así es como nos
desarraigamos de nuestro pasado y nos abrimos al
futuro de una novedad de vida que ya estamos
viviendo en el presente.
• ¿Eres lo suficientemente sincero contigo mismo cómo
para contestar a mi pregunta? ¿Permites al Espíritu
Santo que transforme tu vida?
• Mi respuesta, como la de Pablo, es que todavía no le
he conseguido, ¡pero en ello estoy! No quiero tener
una actitud ni triunfalista (ya lo he conseguido todo),
ni derrotista (nunca lo voy a conseguir).

Conclusión

La figura de la mujer de Lot se convierte en


exhortación a no hacernos esclavos del propio pasado, a no
entorpecer la vida espiritual con lamentos por un pasado
mejor, a no impedir a la conciencia buscar en vez de aferrarse
a las cosas pasadas como un refugio seguro...
La fe es peregrinación, riesgo, espera, búsqueda,
movimiento, futuro. No rompe con el pasado, pero lo
considera un memorial cuyo efecto perdura hoy en la espera
de la plenitud. No es una memoria apagada, nostálgica,
obsesiva y asfixiante, sino un recuerdo creador, fecundo,
liberador y estimulante.

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