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LA SABIDURÍA

VERDADERA---¿EN QUÉ
CONSISTE?
La mayoría de gente suele tildar de “sabios” a personas
talentosas, con coeficientes intelectuales altísimos. Decimos que
Einstein, Newton, Pascal, Descartes, Bell, Freud, Oppenheimer,
Ptolomeo, Raimondi, Voltaire, y muchísimos otros, fueron unos
hombres “sabios” y “fuera de serie”. Pero: ¿Fueron todas estas
personas realmente “sabias” bajo el punto de vista de Dios?

Por ejemplo, Voltaire, el reconocido filósofo ateo francés


del Siglo VIII, quien, para muchos era un “sabio” de las letras, dijo
en la hora de su muerte: “He sido abandonado de Dios y de
los hombres. Me iré al infierno”. Entonces nos preguntamos,
¿fue realmente un sabio este hombre ateo?¿Qué cree usted?

¿Qué es la Sabiduría Verdadera?

He aquí la divina revelación de Dios de lo que es la


sabiduría. Está en las páginas de su Biblia. Sorprendentemente,
millones de llamados “cristianos”, no saben de qué se trata la
sabiduría verdadera. ¡No tienen ni la menor idea! ¿La tiene
usted, amigo lector? El sabio rey Salomón nos lo dirá:

“El principio de la sabiduría es el temor de


Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la
enseñanza:” (Proverbios 1:7).

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Notemos que el principio de la sabiduría es el temor de
Dios. Sólo los necios desprecian la sabiduría, es decir, el temor a
Dios. Estos son los ateos, los agnósticos, etc. Salomón explica lo
que es el temor de Dios, con estas palabras: “El temor de
Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia,
el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” (Proverbios
8:13).

El principio de la sabiduría es el temor a Dios. Cuando a


un hombre se le predica de que hay un Dios que está ofendido por
los pecados que cometemos, y que nos va a castigar severamente si
no nos arrepentimos; a esta persona le quedan dos alternativas:
burlarse, o temer. Si teme admitirá que ha pecado y que merece su
castigo. Si se arrepiente, entonces aborrecerá el mal; la soberbia y
la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa. Empezará a vivir
de acuerdo a los mandamientos de Dios.

La Vara y la Corrección en los Hijos

Muchos padres creen que el látigo o la vara aplicada al


niño lo traumatiza y lo trastorna de por vida. ¡Nada más falso! Para
que los hijos sean correctos y derechos, el padre de familia debe
aplicar el látigo cuando es necesario. Dice Salomón:

“La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el


muchacho consentido avergonzará a su madre.”
(Proverbios 29:15).

Los padres deben enseñar a los hijos el camino por


donde deben andar, para que de grandes no se aparten de él. Dice
nuevamente Salomón:

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando


fuere viejo no se apartará de él.”

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(Proverbios
29:15)

A los hijos hay que enseñarles el amor a Dios, pero


también a que sientan temor por desobedecerle. A los niños hay
que corregirlos desde que son niños, para que sean hombres sabios
y prudentes, a fin de que no sean una vergüenza para sus padres.
Realmente muchos padres no saben el daño que les hacen a sus
hijos, al no inculcarles el amor y el temor a Dios. Parece mentira,
pero cuando un niño es instruido en el camino de la sabiduría, y se
le cría con fe y amor a Dios, éste será un hombre de bien para la
sociedad. ¡Será sabio e inteligente!

En nuestros días vemos a innumerables jóvenes que se


unen a pandillas para hacer vandalismo, tomar alcohol y drogas, y
para abusar de las jovencitas sexualmente. Cientos de miles de
abortos, asesinatos, violaciones, etc, son las tristes estadísticas de
una vida sin Dios. Los padres viven frustrados, desesperados, y
amargados por los hijos que han engendrado. Pero son ellos los
responsables de haber criado a estos hijos rebeldes, y sin afecto
natural por sus progenitores. Se han olvidado de educar a sus hijos
en el amor y temor de Dios. La religión, la Biblia, la iglesia, la
oración y la devoción diarias, nunca se inculcaron en casa, y a los
padres nunca les interesó dar el ejemplo para conducir a sus hijos
en el camino de la fe. La religión a quedado obsoleta. Aun ellos
mismos, cuando hijos, no recibieron tampoco la sabiduría que
viene de Dios, por parte de sus progenitores. Realmente hasta los
mismos adolescentes ya no tienen temer a Dios. Pero la Biblia dice:
“El hijo sabio recibe el consejo del padre; mas el
burlador no escucha las reprensiones” (Proverbios 13:1).

Jesús fue Sabio desde Niño

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Un niño puede ser sabio si se le educa en el temor de
Dios. Jesús fue el ejemplo de ello. En la Biblia está su vida y obra.
Dice Lucas 2:40,52:

“Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de


sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él...Y Jesús
crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con
Dios y los hombres.”

Jesús mantuvo una permanente relación personal con su


Padre. Él dio ejemplo de obediencia, no sólo a su familia en la
tierra, sino también a su Padre celestial. Así, cuando los padres de
Jesús lo fueron a buscar, lo hallaron en el templo conversando con
los doctores de la ley, y avocado en “los negocios de su Padre.”
(Lucas 2:49). Y después de ese suceso, la Biblia afirma que Jesús
siguió SUJETO o subordinado a su familia humana, hasta los 30
años (Lucas 2:51).

Nuestro Señor Jesucristo nos dio ejemplo, para hacernos


saber cómo debe comportarse un jovencito de Dios. Él se involucró
en los asuntos de Dios desde niño, y también supo sujetarse
obedientemente a su madre biológica y a su padre adoptivo. Jesús
no fue rebelde, ni insolente, ni pandillero. Él fue ejemplo de fe,
virtud, crecimiento espiritual, consagración, y amor por los
hombres. Y cuando llegó a los 30 años de edad, Dios le dijo a través
de Su Espíritu Santo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo
complacencia.” (Lucas 3:21).

La Sabiduría del Mundo

La Biblia habla de la “sabiduría del mundo” en contraste


con la “sabiduría de Dios”. Pablo dice de la “sabiduría del mundo”
lo siguiente:

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“Porque la sabiduría de este mundo es insensatez
para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios
en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los
pensamientos de los sabios, que son vanos.” (1 Corintios
3:19,20).

La sabiduría mundana es vana, y esto va para todos


aquellos hombres que dicen o que afirman que Dios no existe, que
somos productos del azar y de la evolución, que después de esta
vida no hay más, que la ciencia es la verdadera religión, y la
religión tradicional es “el opio del pueblo”, y cosas como éstas.
Estos “sabios” del mundo (pero ‘necios’ para Dios) son los
responsables de que la espiritualidad y la fe cristianas hayan
quedado rezagadas en un último lugar dentro de los valores de la
familia y la sociedad. El resultado es ahora una sociedad en
decadencia. Por eso dice Salomón: “El camino del necio es
derecho en su opinión...” (Proverbios 12:15).

El Sabio es Libre Cuando Obedece a Dios

El principio de la sabiduría es el temor de Dios. Dice


Salomón, además: “El sabio de corazón recibirá los
mandamientos...” (Proverbios 10:8). Esto quiere decir que un
hombre sabio de verdad, observará los preceptos de Dios para
cumplirlos---¡no para desacatarlos! El hombre sabio se aparta del
mal para no ofender a Dios. Por eso David exclamó: “En tus
mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me
regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus
palabras.” (Salmo 119:15,16).

Las gentes quieren vivir sin prohibiciones, o sin leyes


divinas que los rijan. Afirman que quieren ser “libres” y no
“esclavos” de reglas o mandatos divinos que no les dejen “disfrutar”
de la vida. Pero estas personas NO saben que los que desobedecen
a Dios, y a sus leyes, son esclavos del pecado. Al respecto dice

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Jesús: “...todo aquel que hace pecado, esclavo es del
pecado.” (Juan 8:34). Es decir, el que no quiere obedecer los
mandamientos de Dios, se vuelve esclavo de su carne, de sus
pasiones, y de sus vicios. Quien es verdaderamente libre es aquel
que se ha decidido a dejar el pecado, y esto significa; someterse a
los mandamientos de Dios. De modo que si usted quiere ser
verdaderamente libre, debe seguir el siguiente consejo de Jesús:
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente
libres” (Juan 8:36). Sí, Jesús es el único que puede libertar al
pecador perdido y esclavo. No es Buda, Mahoma, Confucio, La
“Nueva Era”, los “Rosacruces”, nuestras “buenas obras”, ni nada
por el estilo. Sólo Cristo; su doctrina y sus mandamientos, pueden
hacernos libres.

Pídale a Dios Sabiduría

Cuando el rey Salomón heredó el reino de su padre


David, lo primero que hizo fue pedirle sabiduría a Dios, para dirigir
al pueblo por el buen camino (2 Crónicas 2:10)---¡Y Dios se la dio!
Pero Dios también se la puede dar a usted, para que pueda
gobernarse bien en este mundo. Santiago dice muy claramente:

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala


a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin
reproche, y le será dada.” (Santiago 1:5).

Para Mayor Información Escribir a:

Ing°. Mario A Olcese


e-mail:olcesemario@latinmail.com ó
molceses@hotmail.com

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