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EL IMPORTANTE TEXTO DE HECHOS 28:20

En Hechos 28:20 el apóstol Pablo revela la verdadera razón por la cual él estaba en
arresto domiciliario en Roma. ¿Por qué lo arrestaron las autoridades
romanas?¿Estaría Pablo predicando un mensaje amenazante para el Imperio
romano?¿Qué fue lo que lo llevó realmente a su arresto por un periodo de dos
años?

Es bien sabido que los Cristianos se cuidaban de hablar abiertamente del reino de
Cristo el cual suplantaría, según las esperanzas mesiánicas, a todos los gobiernos
temporales de la tierra. Este mensaje era peligroso para los romanos, ya que
podría alterar o socavar el status quo del imperio.

Por ejemplo, veamos el alboroto que se suscitó en Tesalónica. Jasón y otros


cristianos fueron conducidos ante las autoridades de la ciudad, gritando: “Estos
que trastornan el mundo entero también han venido acá; a los cuales Jasón ha
recibido; y todo estos contravienen los decretos de César, DICIENDO QUE HAY
OTRO REY, JESUS. Y alborotan al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo
estas cosas” (Hechos 17:6-8).

¿Qué vemos aquí?¿Cuál fue la razón por tanto alboroto? Sencillamente el cristiano
Jasón junto con otros hermanos estaba predicando que había otro rey fuera de
César. ¿Y qué podría significar todo esto para las autoridades? ¡Que se estaba
predicando una sedición! Es decir, se estaba predicando que un rey (Jesús) y su
reino reemplazaría al reino existente e imperante muy pronto. Se estaba
predicando un nuevo gobierno con un nuevo rey en la tierra, el cual traería la paz
y la justicia para los oprimidos. Lógicamente este mensaje o “buenas nuevas” era
una seria amenaza para el imperio que había que silenciarla persiguiendo a sus
partidarios con violencia.

Pues bien, a la luz de este antecedente, es fácil vislumbrar porqué Pablo estuvo
encarcelado en Roma. Sin duda él estuvo predicando un nuevo reino en la tierra, el
cual haría polvo a los gobiernos impíos de la tierra. Su mensaje claramente no era
simplemente que Cristo murió y resucitó al tercer día, pues esta proclama jamás
sería una amenaza para cualquier emperador y un motivo suficiente para
perseguir e incluso matar a alguien que lo predicase. Pero los partidarios de un
nuevo reinado que comenzaran a predicar que su rey viene y que tomaría el
control del mundo, y que terminaría con la dominación gentílica, motivaría que
cualquier nación dominante se animara prestamente a perseguir y a aplastar como
una seria amenza.

En Hechos 28 vemos a Pablo que permaneció un par de años en Roma predicando


el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo abiertamente y sin
impedimento (dentro de su casa!, v.30 y 31)”. Sin embargo, en el verso 20 Pablo
dice exactamente porqué estaba encadenado: “Así que por esta causa….
¿cuál?...POR LA ESPERANZA DE ISRAEL ESTOY SUJETO EN CADENA”. ¿Y
cuál era la ESPERANZA DE ISRAEL?¿Acaso no era el Reino de David?¿Acaso
nos olvidaremos cuando se reunió la multitud judía en la puerta de Jerusalén para

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ver entrar al rey del reino de David que ellos esperaban y creían inminente?
Veamos el informe de Marcos al respecto: “Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron
sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el
camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que
iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna!¡Bendito el
que viene en el nombre del Señor!¡BENDITO EL REINO DE NUESTRO PADRE
DAVID QUE VIENE! ¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén…” (ver
Marcos 11:7-11). Esta esperanza era la esperanza de José de Arimatea que aparece
cuatro capítulos más adelante, y “quien también esperaba el reino de Dios (= reino
de David según Marcos 11)” (Marcos 15:43). Incluso el resto de discípulos TENÍAN
LA ESPERANZA DE ISRAEL de que “Jesús era el que iba a redimir a Israel”
(Lucas 24:21), para dar cumplimiento a la profecía de Zacarías, padre del
Bautista: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha
efectuado redención para su pueblo, y nos ha levantado un cuerno de salvación EN
LA CASA DE DAVID su siervo” (Lucas 1:68)..

Pues bien, ¿acaso Jesús se detuvo un instante para refutar esa esperanza de Israel
a esos judíos que lo esperaban en la puerta de Jerusalén?¿Acaso aprovechó Jesús
esa oportunidad para decirles que el reino de David nunca más sería restaurado?
De ningún modo. De modo que vemos que Pablo estaba en prisión por predicar el
evangelio del reino (Hechos 23:30), aquel evangelio que en el verso 20 él
correctamente llama: “LA ESPERANZA DE ISRAEL”.

Sin embargo, hay aún muchos antisemitas que quieren despojar a los Judíos de
todas sus esperanzas mesiánicas. Sus enseñanzas de un evangelio del reino EN los
cielos a suplantado al verdadero evangelio del Reino de Dios en la tierra. San
Agustín fue el gran responsable de este drástico cambio, al haber propagado su
error de un reino eclesiástico en el mundo. El Reino de David se llama ahora “la
iglesia de Cristo”, y el trono de David ya no más se encontrará en Jerusalén (Jer
3:17), sino en el cielo.

Si mi amigos, Pablo estuvo sufriendo sus cadenas por el mensaje del evangelio del
Reino de Dios (Hechos 23:30) el cual él mismo llamó con verdad: La Esperanza de
Israel, la esperanza del Reino de David restaurado en Jerusalén (v. 20). ¿No está
todo esto muy claro? Creo que sí!

Mario Olcese

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