Professional Documents
Culture Documents
CONCEPTOS BASICOS
ESTRUCTURA Y FUNCIONES DEL COLESTEROL
El colesterol es el esteroide más abundante en el organismo. En su forma libre (no esterificado) es un
compuesto polar, siendo apolares sus ésteres, formados por la esterificación del grupo OH con un ácido graso de
cadena larga. El 70% del colesterol plasmático se encuentra en forma esterificada.
El colesterol es una molécula absolutamente necesaria en el organismo donde tiene múltiples e impor-
tantes funciones:
Es un constituyente estructural básico de las membranas de las células animales y también un componen-
te esencial de las lipoproteínas.
Es precursor de los ácidos biliares primarios y la bilis es la principal vía de excreción del colesterol.
Es un elemento precursor de esteroides adrenales (corticosteroides, aldosterona) y hormonas sexuales (an-
drógenos, estrogénos).
LIPOPROTEÍNAS PLASMÁTICAS
A excepción de los ácidos grasos libres que circulan unidos a la albúmina, los lípidos
plasmáticos son transportados en el plasma asociados a proteínas e integrados en complejos
macromoleculares de elevado peso molecular, que circulan como estructuras micelares, y que
reciben el nombre de lipoproteínas.
Excepto las lipoproteínas de alta densidad nacientes, todas las lipoproteínas plasmáticas
tienen las mismas características estructurales básicas comunes. Son partículas globulares de
forma esférica en las que básicamente se distinguen dos zonas: un núcleo o core no polar, que
constituye la mayor parte de la masa de la partícula y que está constituido por triglicéridos y
ésteres de colesterol en proporciones variables, y envolviendo a ese núcleo existe una capa
superficial o cubierta compuesta fundamentalmente por fosfolípidos (especialmente fosfati-
dilcolina y esfingomielina) que estabilizan la partícula lipoproteica, permitiendo que pueda per-
manecer en disolución en el plasma. Además de los fosfolípidos, esta capa externa contiene
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 2
1. Vía de transporte de los lípidos exógenos, mediante la cual el colesterol y los triglicéridos de la dieta se
incorporan a los quilomicrones, cuya misión consiste fundamentalmente en transportar la grasa dietética a
los tejidos periféricos (por la acción de la LpL sobre los triglicéridos) y el colesterol restante al hígado ya
que los quilomicrones parcialmente degradados, denominados remanentes, no son ya un buen sustrato
para la LpL, siendo finalmente aclarados de la circulación (mediante un receptor para apo E) por el híga-
do, único órgano capaz de excretar el exceso de colesterol del organismo a través de la secreción biliar.
2. Vía de transporte de los lípidos endógenos, que tiene a su vez dos sentidos:
a) uno centrífugo, teniendo su origen en el hígado, donde el colesterol aportado por la vía exógena,
o bien sintetizado por el propio hepatocito, junto con triglicéridos, es secretado al plasma en forma
de partículas de VLDL que, tras perder gran parte de su contenido en triglicéridos por la actuación
de la LpL, sufrirán una transformación a IDL, parte de las cuales volverán al hígado (captadas por
receptores para apo E), mientras que otra parte sufrirá una ultima delipidación (por la TGLH)
transformándose en LDL, cuyo núcleo está mayoritariamente constituido por ésteres de colesterol
y que tienen como principal destino las células parenquimatosas hepáticas y extrahepáticas, me-
diante captación por receptores para apo B-1001, aunque tras ser objeto de modificación, princi-
palmente oxidativa, pueden ser derivadas por la vía aterogénica del macrófago2.
b) Otro centrípeto, desde el plasma y los tejidos extrahepáticos hacia el hígado cuyo eje fundamental
es el sistema de las HDL3, que retornarán ésteres de colesterol al hígado mediante dos mecanismos
1
Actualmente, en parte gracias a los trabajos de Goldstein y Brown, sabemos que estos receptores se sintetizan
en el retículo endoplasmático y a través del aparato de Golgi son enviados hacia la membrana celular por cuya
superficie se desplazan, concentrándose en lugares específicos denominados hoyos recubiertos (coated pits).
Tras un cierto tiempo, los receptores, junto con las partículas LDL captadas, se invaginan formando vesículas
endocíticas o endosomas que se unen a los lisosomas, reciclándose los receptores mientras que las LDL son de-
gradadas, y los ésteres de colesterol que contienen son hidrolizados mediante una lipasa ácida lisosomal, libe-
rándose colesterol no esterificado que se incorporará al pool intracelular para, posteriormente, ser utilizado por
la célula para la síntesis y renovación de membranas celulares o para producir otras moléculas, de las cuales es
precursor o forma parte.
2
La captación de estas partículas por el macrófago está mediada por un receptor “limpiador” (scavenger) que
no está sometido a regulación por el contenido intracelular de colesterol y es prácticamente ilimitada. La fago-
citosis de las LDL por los macrófagos cataboliza normalmente hasta el 15 % de su tasa plasmática, pero en con-
diciones patológicas, cuando la concentración plasmática aumenta, y mediando modificación de las LDL, los
macrófagos captan gran cantidad de colesterol, degeneran y se transforman en células espumosas. Este proceso
tiene una gran importancia en la etiopatogenia de la aterosclerosis.
3
Las HDL nacientes que tienen forma discoidal (compuestas únicamente por la cubierta de fosfolípidos y apo-
proteínas) captan colesterol procedente de las células y de otras lipoproteínas, incorporándolo inicialmente a su
cubierta de fosfolípidos, constituyendo un substrato excelente para la acción de la enzima LCAT que esterifica
el colesterol de la superficie de la partícula mediante la transferencia de un ácido graso desde la posición beta
de la lecitina, al grupo 3-hidroxilo del colesterol. Esta nueva molécula de colesterol esterificado, debido a su
menor polaridad, se traslada desde la superficie del disco al core hidrófobo. Al empezar a acumularse los éste-
res de colesterol en el núcleo hidrófobo, estas partículas comienzan a sufrir un cambio conformacional, adqui-
riendo una forma esférica y transformándose en unas partículas que conocemos como HDL maduras.
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 4
fundamentales: un mecanismo directo, merced a la captación de las HDL por el hígado (mediante
un receptor específico); y un mecanismo indirecto, mediante el cual una parte de los ésteres de
colesterol de las HDL son transferidos por medio de una proteína trasferidora a la cadena metabó-
lica de las lipoproteínas ricas en triglicéridos, donde, a través de sus lipoproteínas residuales (re-
manentes, IDL y LDL), llegarán también finalmente al hígado.
CONCEPTO DE DISLIPEMIA
Las dislipemias son trastornos del metabolismo lipídico que cursan con alteraciones de
la concentración y/o composición de las lipoproteínas plasmáticas. Sin embargo, este concepto
es un poco arbitrario, ya que en la población general estas concentraciones siguen una distribu-
ción continua que varia según la edad y el sexo. Por lo tanto es difícil concretar a partir de
donde deben considerarse los valores como normales o como patológicos. En el ámbito de la
práctica clínica, hablamos de dislipemia cuando los niveles de lípidos séricos son superiores o
inferiores (en el caso de las HDL) a los niveles ideales que conllevan un mínimo riesgo de mor-
bimortalidad (tabla 1).
Desde un punto de vista fisiopatológico, podemos diferenciar las anomalías por dismi-
nución de las lipoproteínas plasmáticas o hipolipoproteinemias, y por aumento de aquellas o hi-
perlipoproteinemias, situaciones estas, de gran interés en la práctica clínica, y a las que dedica-
remos un tratamiento más amplio.
HIPERLIPOPROTEINEMIAS
Las hiperlipoproteinemias son alteraciones del metabolismo de los lípidos que cursan
con elevación de los niveles de una o varias clases de lipoproteínas y por consiguiente del co-
lesterol y/o de los triglicéridos plasmáticos.
Aunque no conocemos exactamente la etiopatogenia de muchas de las hiperlipoprotei-
nemias, los mecanismos mediante los cuales se establece el trastorno consisten generalmente en
un incremento de la síntesis y formación o en un trastorno de la degradación (o de ambos a la
vez).
4
Colesterol LDL (mg/dl) = Colesterol total - Colesterol HDL - (Triglicérido / 5)
ó Colesterol LDL (mmol/L) = Colesterol total - Colesterol HDL - (Triglicérido / 2,25)
5
Los factores de conversión de las unidades convencionales a las del Sistema Internacional son los siguientes:
Colesterol (mg/dL) x 0,0259 = (mmol/L)
Triglicérido (mg/dL) x 0,0113 = (mmol/L)
Apolipoproteínas (mg/dL) x 0,01 = (g/L)
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 5
Tipo I (aumento de los quilomicrones): El plasma inicialmente turbio, adquiere tras re-
poso en nevera un aspecto claro con un sobrenadante cremoso (los quilomicrones tienden a
flotar). Los triglicéridos (exógenos) están muy altos, mientras que el colesterol está normal o
ligeramente elevado. En la electroforesis pueden demostrarse los quilomicrones en el origen.
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 6
Tipo IIa (aumento de las LDL): El suero es claro y transparente, el colesterol está ele-
vado mientras que los niveles de triglicéridos son generalmente normales. En la electroforesis
predomina la banda correspondiente a las beta-lipoproteínas.
Tipo IIb (aumento de LDL y VLDL): El suero presenta una turbidez variable depen-
diendo de la cantidad de triglicéridos-VLDL. El colesterol total y los triglicéridos están mode-
radamente elevados. Las bandas beta y pre-beta aparecen resaltadas en la electroforesis.
Tipo III (aumento de las IDL): El suero es generalmente turbio pudiendo presentar a
veces una delgada capa superior cremosa. Los niveles de colesterol y triglicéridos están bastan-
te elevados. En el lipidograma electroforético es característico apreciar una banda “beta
ancha”.
Tipo IV (aumento de las VLDL): El suero presenta una turbidez uniforme de una in-
tensidad proporcional a los niveles de triglicéridos, que se encuentran bastante elevados en el
suero. La banda pre-beta es la dominante en la electroforesis.
CLASIFICACIÓN ETIOLÓGICA
HIPERLIPOPROTEINEMIAS PRIMARIAS
Las hiperlipoproteinemias primarias (tabla 4) son alteraciones del metabolismo de los lí-
pidos debidas a defectos genéticos conocidos o achacables a determinado genes candidatos,
generalmente hereditarias y ocasionalmente esporádicas, que cursan con elevación de los nive-
les de una o varias clases de lipoproteínas y por consiguiente del colesterol y/o de los triglicéri-
dos plasmáticos. Para su mejor exposición las sistematizaremos en tres grandes grupos según
cursen fundamentalmente con hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, o elevación mixta de
ambos lípidos plasmáticos.
Muy raramente la elevación del colesterol total puede ser a expensas del contenido en la fracción HDL,
es la hiperalfalipoproteinemia familiar, que se manifiesta con cifras de cHDL por encima del percentil 90 y
elevaciones moderadas del colesterol total. Es una entidad heterogénea, con un patrón genético complejo (algu-
nos casos muestran un claro patrón autosómico dominante, mientras que otros sugieren la interacción entre ac-
ciones poligénicas y factores ambientales), sin características clínicas distintivas, y que se asocia con una apa-
rente protección frente a la arteriosclerosis.
La hiperlipemia familiar combinada (que veremos más adelante) puede expresarse en ocasiones en
forma de hipercolesterolemia aislada, pero es conceptualmente una hiperlipemia mixta, por lo que se describirá
dentro de ese grupo.
Etiología: Esta alteración se debe a una mutación puntual que afecta a una región críti-
ca de la apoB-100, localizada alrededor del codón 3500, que interviene en el reconocimiento y
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 9
unión con su ligando, el receptor de LDL. Como consecuencia, las apoB defectuosas no se
unen al receptor de LDL, elevándose las concentraciones de esta partícula en el suero. La hi-
percolesterolemia dependiente de LDL genera depósitos de colesterol en piel y tendones (xan-
tomas) y en las arterias, y da lugar a CI
Herencia: Es una enfermedad hereditaria autosómica dominante. El fenotipo de esta
enfermedad es similar al presentado por los sujetos afectados de HF.
Frecuencia: La determinación de la frecuencia de la enfermedad se ha basado en los
estudios realizados sobre pacientes con el diagnóstico clínico-biológico de HF ya que son in-
distinguibles desde este punto de vista, y en sujetos hipercolesterolémicos, y se ha establecido
en 1/300-1/700, dependiendo de la población estudiada. En los escasos estudios realizados
hasta ahora en España, la prevalencia de este trastorno parece ser muy baja.
Clínica: La mayoría de los afectados presentan niveles elevados de cLDL, xantomas
tendinosos, arco corneal y desarrollan CI precoz. Todo ello no permite que puedan ser diferen-
ciados de individuos con el diagnóstico clínico-bioquímico de HF.
Diagnóstico: En los últimos años se han desarrollado diferentes métodos, basados en la
reacción en cadena de la polimerasa, que nos permiten detectar el defecto molecular de forma
rápida y sencilla.
Hipercolesterolemia poligénica
Dentro de este grupo se debe incluir a los individuos con cLDL superior al percentil 95
correspondiente a edad y sexo, pero en los que no se pueda demostrar una herencia monogéni-
ca.
Etiología: Desconocida, posiblemente sea multifactorial. Parece probable que exista
una heterogeneidad de las LDL que altere su reconocimiento y unión al receptor, lo que difi-
cultaría su aclaramiento plasmático y daría lugar a su aumento. En estos sujetos se ha demos-
trado que los receptores de LDL son normales.
Herencia: Patrón poligénico, generalmente menos de un 20% de los familiares de pri-
mer grado presentan hipercolesterolemia.
Frecuencia: Es la forma de hipercolesterolemia más frecuente ya que supone un 80%
de las hiperlipemias primarias con fenotipo IIa y probablemente tenga una prevalencia de apro-
ximadamente un 3 % de la población adulta.
Clínica: Sus rasgos fundamentales son: 1.- El aumento del colesterol es moderado, al-
canzando o sobrepasando excepcionalmente los 350 mg/dl. 2.- Se manifiesta a partir de los 20
años, no detectándose ningún caso en la edad infantil ni en la adolescencia. 3.- La afectación de
familiares de primer grado es poco frecuente (< 20%). 4.- Aunque pueden aparecer xantelasma
y arco corneal (a edades más avanzadas que en la HF), nunca existen xantomas. 5.- La presen-
tación de alteraciones vasculares clínicas es tardía. El riesgo vascular es proporcional al grado
de aumento de colesterol, y debe actuarse preventivamente de acuerdo con los consensos ac-
tuales.
Diagnóstico: El diagnóstico se establece generalmente por exclusión, tras descartar
otras formas de hipercolesterolemia primaria o secundaria.
Exceptuando la deficiencia familiar de lipasa hepática6, una entidad muy rara y con mayor inte-
rés conceptual que clínico, y posponiendo el análisis de la hiperlipemia familiar combinada que
también puede expresarse en forma de hipertrigliceridemia aislada, podemos agrupar estas alte-
raciones genéticas en dos categorías:
Hipertrigliceridemia familiar
Etiología: Es una alteración monogénica cuya base molecular es poco conocida. El me-
canismo responsable de la enfermedad parece ser un aumento de la síntesis hepática de triglicé-
ridos que conlleva una formación de VLDL más grandes y ricas en TG. Esta alteración lipo-
proteica se agrava en caso de hipotiroidismo, diabetes, consumo de alcohol, toma de fármacos
como glucocorticoides, tiazidas, estrógenos, etc.
Herencia: Autosómica dominante, con patrón de afectación familiar vertical, y pene-
trancia variable. El trastorno no suele manifestarse hasta después de la pubertad.
Frecuencia: Es la hipertrigliceridemia primaria más frecuente con una prevalencia esti-
mada del 1% en la población adulta y hasta del 5% en los supervivientes de infarto de miocar-
dio.
Clínica: Las manifestaciones clínicas dependerán de las concentraciones de triglicéridos
que presenten los afectados. Con concentraciones inferiores a 500 mg/dl no aparecen manifes-
taciones clínicas. Si la trigliceridemia supera los 800-1000 mg/dL puede aparecer un síndrome
de quilomicronemia (fenotipo V) con dolores abdominales e incluso pancreatitis. En la hipertri-
gliceridemia familiar es frecuente la asociación con diabetes tipo 2, obesidad, hiperuricemia y
gota. Se discute si hay mayor incidencia de CI, sin embargo, la asociación con concentraciones
plasmáticas bajas de cHDL puede elevar el riesgo cardiovascular de estos individuos.
Diagnóstico: El diagnóstico, dado la ausencia de marcadores moleculares, se establece
por el hallazgo de la hipertrigliceridemia en el paciente y en sus familiares, con un patrón auto-
sómico dominante, junto con las manifestaciones clínicas, cuando existan. Esta hiperlipemia se
diferencia de la hiperlipidemia familiar combinada (fenotipo IV) en que las concentraciones de
apoB se encuentran por debajo de los 130 mg/dl.
Tratamiento: Se basa en medidas higiénico-dietéticas y, cuando resulten insuficientes,
el empleo de derivados del ácido fíbrico (fibratos).
Quilomicronemias primarias
Producidas por alteraciones genéticas que afectan al catabolismo de las grasas exógenas, por lo
que se detecta una importante quilomicronemia en ayunas. Las dos entidades clínicas mejor co-
nocidas son: el Déficit Familiar de Lipoproteinlipasa y el Déficit Familiar de apo C-II.
6
Déficit de lipasa hepática (LH)
Etiología: Mutaciones puntuales gen que codifica la LH.
Herencia: Autosómica recesiva
Frecuencia: Se trata de una enfermedad poco frecuente En la actualidad se conocen 4 familias afecta-
das.
Clínica: Las manifestaciones clínicas dependen del fenotipo lipoproteico presentado, ya que puede
aparecer un fenotipo III, IIb o un síndrome de hiperquilomicronemia. En el caso de sujetos con fenotipo III se
diferencian de la disbetalipoproteinemia familiar por presentar lipoproteínas ricas en triglicéridos con una rela-
ción de cVLDL /TG-VLDL inferior a 0,3 y tener elevación de la apoB en plasma.
Diagnóstico: El déficit se diagnostica demostrando una actividad baja de la LH en presencia de activi-
dad normal postheparina de la LpL.
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 11
Etiología: Mutaciones del gen que regula la síntesis de la LpL que conlleva una ausen-
cia de la actividad catalítica de la enzima lipoproteínlipasa (encargada de la hidrólisis de los
TG), causando una acumulación de quilomicrones en el plasma.
Herencia: Transmitida por mecanismo autosómico recesivo. Patrón familiar horizontal.
La deficiencia de LpL se expresa sólo en homocigotos y suele manifestarse desde la infancia.
Frecuencia: Es una afección infrecuente, la prevalencia de la forma homocigota es de
1/10.000-1000.000 dependiendo de las poblaciones estudiadas.
Clínica: Suele iniciarse en la infancia con cuadros de dolor abdominal episódico, pan-
creatitis recurrente y brotes de xantomatosis eruptiva (fig. 8). Pueden presentar hepatomegalia
y esplenomegalia.
Diagnóstico: Se basa en el cuadro clínico, el estudio familiar y la presencia constante
de quilomicrones en ayunas con cifras elevadísimas de TG. El diagnóstico definitivo precisa el
estudio de la actividad de LpL.
Etiología: Mutaciones del gen que regula la síntesis de la apo C-II que ocasionan una
deficiencia absoluta o relativa de esta. La carencia de apo C-II conlleva la falta de actuación
de la LpL con la consiguiente falta de metabolización de los quilomicrones y a veces también
de las VLDL.
Herencia: Autosómica recesiva. Es frecuente la existencia de consanguinidad en la fa-
milia.
Frecuencia: Es todavía más rara que el déficit de LpL. Su prevalencia se estima infe-
rior a un caso por cada millón de habitantes.
Clínica: Dolores abdominales y pancreatitis como manifestaciones propias del síndro-
me hiperquilomicronémico, aunque se manifiesta más tardíamente y con menos severidad que
el defecto de LpL. Además de la quilomicronemia en ayunas suele haber un aumento de las
VLDL (fenotipo V).
Diagnóstico: Además del cuadro clínico, el estudio familiar y la presencia de quilomi-
cronemia en ayunas con cifras elevadísimas de triglicéridos de origen mixto, El diagnóstico de-
finitivo se basa en la ausencia de activación de LpL in vitro, utilizando el suero de un sujeto
afectado, siendo la actividad postheparina de la LpL normal en presencia de apoC-II exógena.
También es posible identificar la proteína alterada mediante isoelectroenfoque o por electroforesis en
gel bidimensional o identificación de mutaciones responsables de la enfermedad.
Otro cuadro, mucho más raro todavía, se debe a la presencia de un inhibidor de la lipopro-
teinlipasa, que tiene las mismas consecuencias que el déficit de la enzima, con la característica
diagnóstica de que el plasma del paciente anula la actividad lipolítica de plasma normal.
Disbetalipoproteinemia familiar
xantomas tuberosos (fig. 10) en codos, rodillas y nalgas, y xantelasmas. La expresión fenotípi-
ca de la enfermedad aparece en adultos.
Diagnóstico: El diagnóstico de la enfermedad se considera cuando se detecte una ele-
vación paralela de las concentraciones plasmáticas de colesterol y TG, que oscilen entre 300-
600 mg/dl, con un cociente cVLDL /TG-VLDL > 0,3. La elevación se debe al aumento de par-
tículas IDL detectables por electroforesis en gel de agarosa (banda beta ancha) o por ultracen-
trifugación (complejo). Además, será prácticamente de certeza si aparecen xantomas palmares.
También hoy día es posible detectar la presencia de un genotipo E2/E2 por técnicas de biología
molecular o demostrar un fenotipo E2/E2 por isoelectroenfoque.
El tratamiento incluye, además de la dieta, el tratamiento de la alteración desencade-
nante (obesidad, hipotiroidismo, etc) y el empleo de fármacos hipolipemiantes, preferentemen-
te fibratos, pero también estatinas, e incluso muchas veces es necesaria la asociación de ambos,
al igual que en la hiperlipemia familiar combinada.
HIPOLIPOPROTEINEMIAS
Podemos distinguir cuadros caracterizados por disminución de las HDL o hipoalfalipo-
proteinemias y aquellos otros que cursan con descenso de la concentración plasmática de lipo-
proteínas con apoB (VLDL y LDL).
HIPOALFALIPOPROTEINEMIAS
nente proteico de las HDL, considerando cifras bajas a aquellas por debajo del percentil 10,
que corresponderían a 100 mg/dl en el varón y 120 mg/dl en la mujer.
Los descensos de las HDL (cHDL o apoA-I) se deben a factores exógenos (hipoalfali-
poproteinemias secundarias) y a factores endógenos (hipoalfalipoproteinemias primarias o ge-
néticas), siendo posible también en algunos individuos la coexistencia de ambos. Las hipoalfa-
lipoproteinemias secundarias son relativamente frecuentes en la práctica clínica, y entre los
factores exógenos más importantes capaces de descender la concentración plasmática de HDL
se encuentran la dieta, la obesidad, la diabetes tipo 2, la vida sedentaria, el tabaco y el consumo
de algunos fármacos como bloqueadores beta, etc.
Actualmente conocemos una serie de síndromes genéticos que cursan con niveles bajos
de HDL (tabla 7):
Hipoalfalipoproteinemia familiar. Enfermedad autosómica dominante carac-
terizada por una concentración baja de HDL y normalidad del resto de las lipoproteí-
nas. Se asocia con CI precoz y arteriosclerosis cerebral.
Hipoalfalipoproteinemia familiar con hipertrigliceridemia. Síndrome gené-
tico autosómico dominante, relacionado con una alteración de la expresión del clúster
génico apoA-I, C-III, A-IV, caracterizado por una disminución de las HDL y aumento
de los triglicéridos plasmáticos por aumento de las VLDL, y que se asocia también con
CI precoz.
Son, en general, entidades relativamente raras y que, en las formas más graves, cursan
con una clínica florida de diarreas por mala absorción de las grasas, polineuropatía ceguera
nocturna, acantocitosis, déficit de vitaminas liposolubles y niveles extremadamente bajos de
colesterol total, triglicéridos, cLDL y apoB. La hipobetalipoproteinemia familiar es una al-
teración con una herencia autosómica dominante debida a mutaciones del gen de la apoB-100
que dan lugar a proteínas B truncadas no funcionantes. La abetalipoproteinemia familiar es
una enfermedad genética rara, autosómica recesiva, debida a mutaciones en el gen para la pro-
teína microsomal transportadora de triglicéridos.
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS
La dieta es el principal factor exógeno que influye sobre los lípidos plasmáticos, y el
tratamiento inicial de toda dislipemia debe ser la modificación de la dieta. En la tabla 8 se re-
sumen los alimentos recomendados y los no aconsejados.
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 15
Aporte calórico
Las dietas hipercalóricas estimulan la producción hepática de triglicéridos y VLDL-apoB al aumentar
el pool intrahepático de colesterol esterificado y de ácidos grasos libres. Es importante ajustar el contenido caló-
rico adecuado a cada paciente; la reducción ponderal en los obesos es una medida muy eficaz para corregir la
hipertrigliceridemia y elevar el cHDL.
Colesterol
La absorción intestinal del colesterol aportado en la dieta es, aproximadamente, del 40-
50%, pero presenta amplias oscilaciones (18-60%) interindividuales y un límite de absorción de
unos 700 mg/día. Ello explica que el paso de una dieta rica en colesterol (p. ej., 500 mg/día) a
otra de contenido superior no eleve la colesterolemia significativamente. Para el tratamiento de
las dislipemias se recomienda que el contenido dietético de colesterol sea inferior a 300 mg/día.
Las vísceras, sesos, yema de huevo, carnes grasas y algunos mariscos son fuentes importantes
de colesterol dietético.
Grasas de la dieta
Al contrario de lo que ocurre con el colesterol, la capacidad del intestino para absorber
la grasa de la dieta es prácticamente del 100%. Por ello, las modificaciones del colesterol dieté-
tico dependen del contenido de la dieta en grasas saturadas, monoinsaturadas o poliinsatura-
das. Las primeras (grasas animales y de coco y palma) elevan el cLDL, mientras que las grasas
poliinsaturadas (aceites y grasas vegetales y de pescados) lo reducen. La grasa monoinsaturada
más importante en nuestra alimentación es el ácido oleico (aceite de oliva), que eleva el cHDL
y reduce el cLDL, sin modificar la colesterolemia total.
Hay dos tipos de ácidos grasos poliinsaturados, los n-6 (linoleico, aceite de maíz) y los n-3, en los que
son especialmente ricos los aceites de lino y de soja (ácido linolénico) y los pescados y animales marinos. Los
aceites de pescado, ricos en ácido eicosapentaenoico (C20: 5, n-3) y docosahexaenoico (C22: 6, n-3), pueden
administrarse en forma líquida o como cápsulas y son eficaces para el tratamiento de las hipertrigliceridemias
graves (tipo IV y V).
Se recomienda que la dieta no contenga más de un 30-35% de las calorías derivadas de las grasas, me-
nos del 8% de las saturadas, 10% de las poliinsaturadas y el resto de las monoinsaturadas.
Hidratos de carbono
Su acción sobre la colesterolemia se considera neutra, si bien las dietas muy ricas en hidratos de carbo-
no reducen las concentraciones de cHDL. El paso de una dieta normal a otra muy rica en hidratos de carbono
eleva la trigliceridemia, aunque en la mayoría de los individuos sólo de forma transitoria. Con una ingestión de
hidratos de carbono dentro de límites habituales (50-60% del aporte calórico diario) no se observan efectos ad-
versos sobre los lípidos plasmáticos.
Fibra dietética
Con este término se designan diversos hidratos de carbono complejos (celulosa, hemicelulosa, lignina,
pectina) no digeribles por el intestino humano y que se encuentran, sobre todo, en las frutas y verduras. Las die-
tas ricas en fibra reducen el cLDL y el consumo de hasta 30-40 g/día en la dieta es altamente recomendable.
Proteínas
No se ha demostrado que las proteínas modifiquen significativamente la concentración de lípidos plas-
máticos en la especie humana. Se aconseja que el 10-15% de las calorías de la dieta procedan de proteínas.
Alcohol
El alcohol etílico es una causa importante de hiperlipemia secundaria y, además, contri-
buye a la aparición de obesidad. La ingesta de etanol produce hipertrigliceridemia al bloquear
la oxidación hepática de ácidos grasos libres y estimular, al mismo tiempo, la lipólisis. Los indi-
viduos con alteraciones primarias del metabolismo de los triglicéridos, especialmente por défi-
cit del aclaramiento plasmático de VLDL, son particularmente sensibles al etanol y su trigliceri-
demia se eleva incluso con un consumo moderado. En individuos normales, un consumo infe-
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 16
rior a 30 g de etanol por día (una copa de vino o 250 mL de cerveza contienen unos 12 g de
etanol) no eleva el riesgo coronario ni produce alteraciones lipídicas.
Con el tratamiento dietético cabe esperar una reducción de la colesterolemia del 10-15% sobre
las cifras basales, siendo mayor la respuesta de los triglicéridos. Esta respuesta puede ser sufi-
ciente en algunas personas para alcanzar las cifras deseadas de lípidos plasmáticos. Si al cabo
de 6-12 semanas de dieta no se han alcanzado los objetivos terapéuticos (tabla 9) se puede pa-
sar a una dieta más estricta (menos del 7% de las calorías derivadas de grasa saturada y menos
de 200 mg/día de colesterol) y esperar varias semanas más.
TERAPIA FARMACOLÓGICA
Fibratos
Los más empleados en España son el bezafibrato, el fenofibrato y el gemfibrozilo. Actú-
an a través de los receptores intranucleares conocidos como PPAR alfa, estimulando la activi-
dad de la LpL y reduciendo la síntesis de apoC-III, lo que favorece la hidrólisis de partículas ri-
cas en triglicéridos y la cesión de colesterol de las VLDL a las HDL. Su principal efecto es dis-
minuir las concentraciones plasmáticas de VLDL y triglicéridos en un 30-40% o más, en tanto
que sus efectos sobre las LDL son variables; los valores de cHDL aumentan un 10-20%.
Las dosis recomendadas de bezafibrato son 200 mg 3 veces al día o 1 comprimido/día del compuesto
retard; 200 mg/día de fenofibrato micronizado, y de gemfibrozilo, 600 mg 2 veces al día o 900 mg con el desa-
yuno. Los fibratos son generalmente bien tolerados; sus efectos secundarios incluyen intolerancia digestiva, po-
tenciación del efecto de los cumarínicos y elevaciones (2% de casos) de las transaminasas y de la CK, rara vez
acompañadas de miopatía reversible. El efecto litogénico característico de los antiguos fibratos es menor con los
actuales. Su importante eliminación renal desaconseja su empleo para tratar la hiperlipemia secundaria a nefro-
patías.
Sus principales indicaciones son la disbetalipoproteinemia familiar (tipo III), las hiper-
trigliceridemias primarias (tipos IV y V), la hiperlipemia familiar combinada con fenotipo IIb o
IV y la dislipemia diabética. Asociados a las resinas son eficaces en las hiperlipemias mixtas (fe-
notipo IIb).
Resinas de intercambio
Grupo de sustancias (colestiramina, colestipol y filicol) que actúan reduciendo el cLDL
al unirse, en el intestino delgado, a los ácidos biliares y al colesterol interrumpiendo la circula-
ción enterohepática. La excreción fecal de ácidos biliares aumenta entre 3 y 15 veces, y el pool
hepático de colesterol se reduce, lo que estimula la síntesis de receptores LDL y acelera el
aclaramiento plasmático de estas lipoproteínas.
Al no absorberse en el intestino, las resinas carecen de toxicidad sistémica pero suelen provocar fre-
cuentes intolerancias digestivas (estreñimiento, flatulencia, náuseas) e interfieren en la absorción de algunos
fármacos (ácido fólico, tiroxina, digoxina, cumarínicos y vitaminas liposolubles), que deben administrarse 1 h
antes ó 2 h después de la toma de las resinas.
Su indicación fundamental son las hipercolesterolemias, estando contraindicadas en las
hipertrigliceridemias. El tratamiento debe iniciarse a dosis bajas (4 g de colestiramina o 5 g de
colestipol, 2 veces al día), aumentándolas progresivamente; se recomienda su ingestión antes
de las comidas principales.
La dosis habitual es de 3-4 sobres por día (12-16 g de colestiramina o 15-20 g de colestipol), con lo
que se logra un 25-35% de reducción del cLDL. Los valores de cHDL y de triglicéridos pueden aumentar dis-
cretamente.
La combinación de resinas con fibratos, estatinas o ácido nicotínico es eficaz y permite
reducir la dosis de la resina, mejorando la tolerancia. Su asociación a fibratos puede estar indi-
cada en la hiperlipemia familiar combinada con fenotipo IIb y a estatinas en los heterocigotos
con hipercolesterolemia familiar.
Azetidinonas
Estos compuestos son inhibidores selectivos de la captación de colesterol en el intestino
delgado, no interfieren con la absorción intestinal de vitaminas liposolubles ni otros fármacos y
presentan muy buena tolerancia. Ezetimiba es uno de estos compuestos que ha sido reciente-
mente comercializado en España y ha demostrado en ensayos clínicos que reduce el colesterol
total, cLDL y triglicéridos, aumentando el cHDL. Ezetimibe presenta una buena absorción oral
que no se ve alterada por la ingesta de alimentos. Su principal indicación es la coadministración
con estatinas, con las que parece tener un efecto sinérgico muy eficaz. Esta combinación, sin
embargo, está contraindica en hepatopatías o pacientes con hipertransaminasemia crónica.
Ácido nicotínico
A dosis farmacológicas es un eficaz agente hipolipemiante, que reduce los valores de VLDL y de LDL
y eleva los de HDL. En algunos estudios se ha demostrado también reducción de la Lp(a). Su empleo plantea
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 18
problemas debido a que en dosis terapéuticas (más de 2 g/día) pueden aparecer crisis de sofocación, exantema,
urticaria, intolerancia digestiva, hiperuricemia, hiperglucemia, hepatitis colestásica y otras alteraciones. Es re-
comendable la monitorización de enzimas hepáticas y de la uricemia. No existen preparados comerciales en
nuestro país, debiendo recurrirse a la fórmula magistral. Un derivado del ácido nicotínico, el acipimox (no dis-
ponible en España), mantiene la eficacia como hipolipemiante y causa menos efectos indeseables.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Carmena R. Aspectos básicos y clínicos de las hiperlipemias. Barcelona: Doyma, 1999.
Executive Summary of The Third Report of The National Cholesterol Education Program (NCEP) Expert
Panel on Detection, Evaluation, And Treatment of High Blood Cholesterol In Adults (Adult Treatment Panel III). JAMA.
2001; 285:2486-97.
Fernández Pardo J. Clasificación y diagnóstico de las dislipemias, desde el punto de vista de la práctica clínica
y desde el punto de vista académico. Dificultades e instrumentos diagnósticos. Clín Invest Arteriosclerosis 2001; 13 (sup
1):33-45.
Fernández Pardo J. Diagnóstico preclínico de la arteriosclerosis: identificación de los pacientes de alto riesgo
para una prevención primaria más eficaz. Clín Invest Arteriosclerosis 2001; 13 (sup 3):8-13.
Goldstein JL, Hobbs H, Brown MS. Familial hypercholesterolemia. En. The metabolic basis of inherited dis-
ease, 7ª Ed. Scriver CR, Baudet AL, Sly WS, Valle D, eds. Nueva York: McGraw-Hill, 1995; 1981-2030.
Gómez Gerique JA, Pedreño J. Lipoproteínas plasmáticas. En: González Sastre ed. Bioquímica clínica. Barcelo-
na: Barcanova, 1994; 125-166.
Grundy SM. Disorders of lipids and lipoproteins. En: Stein JH, ed. Internal Medicine, 5ª ed. San Luis: Mosby,
1998: 1883-1898.
Masana L, Rubiés-Prat J, Carmena R. Alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas. En: Rozman C, ed.
Medicina interna, 14ª ed. Barcelona: Mosby/Doyma Libros, 2001.
Merino J. Alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas. Lipoidosis, lipodistrofias y otros trastornos locales
del tejido adiposo. En: Rodés J, Guardia J, eds. Medicina interna. Barcelona: Masson, 1997; 2708-2729.
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 19
Colesterol
Se considera
total
<200 Deseable
Colesterol
Se considera
LDL
<100 óptimo
100-129 Normal o ligeramente elevado
130-159 Limítrofe alto
160-189 Alto
> 190 Muy alto
Colesterol
Se considera
HDL
<40 Bajo
>60 Alto
Triglicéri-
Se considera
dos
<150 Normal
150-199 Normal alto
200-499 Alto
> 500 Muy alto
Fenotipo I. Quilomicronemia
Anorexia nerviosa
Colestasis**
Glucocorticoides
Hepatoma
Hipotiroidismo
Porfiria aguda intermitente
Síndrome de Cushing
Síndrome nefrótico
Síndrome de Werner
Gammapatías monoclonales
Hipotiroidismo***
Fenotipo IV. Hipertrigliceridemia (VLDL)
Acromegalia
Alcohol
Anticonceptivos hormonales
Diabetes mellitus
Diuréticos
Enfermedad de Von Gierke
Estrés
Gammapatías monoclonales
Hepatitis aguda (no fulminante)
Insuficiencia renal crónica
Isotretinoína
Lipodistrofias
Alcohol***
Anticonceptivos hormonales***
Diabetes mellitus***
Enfermedad de Von Gierke***
*Nótese que una misma entidad puede expresarse con fenocopias distintas.
**Presencia de LP-X y otras lipoproteínas anormales.
***Rara o poco frecuente.
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 21
Xantomas tendinosos Sí No Sí
Antecedentes de hiperli-
pemia en familiares de 1º 50 % 50 % 10 %
grado
* El defecto familiar de unión de apoB tiene el mismo fenotipo que la hipercolesterolemia familiar.
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 23
TG: triglicéridos. CT: colesterol total. CI: Cardiopatía isquémica. Qm: quilomicrones
Enfermedad de Tangier + + + - +
Déficit de LCAT + ++ + - -
Enfermedad de los ojos de pez - +++ + - -
Déficit de apoA-I ++ + - + -
Variantes apoA-I - - - - -
Hipoalfalipoproteinemia familiar + - - - -
DISLIPEMIAS Jacinto Fernández Pardo 2003 24
Tabla 8.
VOLATERÍA Y CAZA Pollo y pavo (sin piel) Conejo, venado y caza Ganso y pato
ESPECIAS Y SALSA Sofritos, pimienta, mos- Aliños de ensalada po- Salsas hechas con man-
taza, hierbas, vinagreta, bres en grasa, mahone- tequilla, margarina, leche
all-i-oli, caldos vegetales sa, besamel elaborada entera y grasas animales
con leche desnatada
BEBIDAS Agua mineral, zumos, Refrescos azucarados *, Bebidas con chocolate,
infusiones, café, té (3x- bebidas alcohólicas de café irlandés
día), vino *, cerveza * alta graduación *
(2xdía)
Nivel de cLDL
Objetivo para iniciar Nivel de cLDL para considerar trata-
Categoría de riesgo
de cLDL cambios en el es- miento con fármacos
tilo de vida
Enfermedad corona-
ria o equivalentes* > 130
<100 >100
(Riesgo a 10 años (100- 129: drogas opcionales)**
>20%)
2 o más factores de
Riesgo a 10 años 10- 20%: > 130
riesgo
<130 > 130
(Riesgo a 10 años <
Riesgo a 10 años < 10%: > 160
20%)
* Dentro de los equivalentes de enfermedad coronaria establecida se incluyen: a) otras formas cínicas de ar-
teriosclerosis (enfermedad arterial periférica, aneurisma de aorta abdominal,y enfermedad carotídea sintomá-
tica), b) diabetes y c) presencia de múltiples factores de riesgo que confieren un riesgo a 10 años mayor al
20%.
** Algunos expertos recomiendan el uso de fármacos hipocolesterolemiantes en esta categoría si los cambios
en el estilo de vida no son suficientes para lograr un colesterol LDL (cLDL) <100 mg/dl. Otros prefieren utili-
zar drogas que actuen sobre los triglicéridos y las HDL.