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Este pasaje, te hace recordar algo? Estamos en un siglo de inventos. Ahora no hay que tomarse
ya el trabajo de subir los peldaños de una escalera: un
Pues sí! Así pensaban y obraron los que rechazaron y ascensor la suple ventajosamente.
condenaron a muerte a Jesús. Y quizá, nosotros mismos nos
incomodamos cuando nos encontramos con personas que Yo quisiera también encontrar un ascensor para elevarme
nos hacen alguna corrección o intentan llamarnos a una hasta Jesús, pues soy demasiado pequeña para subir la dura
reflexión sobre nosotros mismos y nuestras actitudes o escalera de la perfección.
nuestra vida. No es fácil, ser humilde y aceptar. Ese es el
camino de la SANTIDAD, pero, TEN EN CUENTA QUE: Todo Entonces busqué en Los Libros Sagrados algún indicio del
esfuerzo por mejorar y llevar una vida ejemplar TENDRÁ SU ascensor, objeto de mi deseo, y leí estas palabras salidas de
RECOMPENSA. la boca de la sabiduría:”El que sea pequeñito, que venga a
mí”
¿Has pensado alguna vez que Dios quiere que alcances
también tú LA SANTIDAD? Como decía una santa: “Santidad es hacer cada cosa a su
tiempo y lugar. Siempre con alegría. No como obligación,
Reflexión de Santa Teresa de Lisieux: sino como quien hace UN ACTO DE AMOR “…aunque los
demás no lo comprendan.
“Yo siempre he deseado ser santa. Pero cuando me comparo
con los santos siempre constato que, entre ellos y yo, existe
la misma diferencia que hay entre una montaña cuya cumbre
se pierde en el cielo y la partícula de tierra que los Escribe una frase o reflexión que te haya dejado esta lectura,
caminantes pisan al andar. escríbela en tu tarjeta y revísala con frecuencia.
Oración:
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo
sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da ¡Oh Dios!, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la
fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya han perdido; atrae hacia ti el corazón de tus fieles, para que
limpios gracias a la palabra que os he dicho. Permaneced en
siempre vivan a la luz de tu verdad los que han sido librados
mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no
puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así de las tinieblas del error. Amén
tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid;
vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él,
ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer
nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera,
como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al
fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo
conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho
fruto, y seáis mis discípulos.