Professional Documents
Culture Documents
Periódico La Jornada
Martes 17 de mayo de 2011, p. 2
Éste es el primer estudio importante que muestra cómo pequeños cambios en un gen
maestro regulador pueden generar una cascada de efectos metabólicos en otros genes, dijo
Tim Spector, del Colegio Imperial de Londres, quien dirigió el estudio.
En todo el mundo, más de 500 millones de personas, o uno de cada 10 adultos, son obesos,
y la cantidad se duplicó desde la década de 1980, a medida que la epidemia de obesidad se
diseminó desde las naciones ricas a las más pobres.
En Estados Unidos, las enfermedades vinculadas con la obesidad ya representan casi 10 por
ciento del gasto médico, lo que equivale a unos 147 mil millones de dólares anuales
(alrededor de mil 740 mil millones de pesos).
La diabetes tipo 2, que suele estar relacionada con una mala alimentación y falta de
ejercicio físico, también está alcanzando niveles epidémicos en todo el mundo, a medida
que las tasas de obesidad aumentan.
Científicos ya identificaron que un gen llamado KLF14 está ligado a los niveles de
colesterol y a la diabetes tipo 2, pero hasta ahora no sabían qué papel desempeñaba.
El equipo de Spector analizó más de 20 mil genes en muestras de grasa tomadas debajo de
la piel de 800 mellizas británicas voluntarias.
Los expertos hallaron una relación entre el gen KLF14 y los niveles de muchos otros genes
distantes hallados en el tejido graso, lo que muestra que el KLF14 actúa como una llave
maestra de control de esos genes.
Luego, el equipo confirmó sus hallazgos en 600 muestras de grasa de otro grupo de
personas de Islandia.
En un informe sobre el estudio, los científicos explicaron que otros genes que controla el
KLF14 están relacionados con una serie de características metabólicas, incluso el índice de
masa corporal, la obesidad, el colesterol, la insulina y los niveles de glucosa.
El KLF14 parece actuar como un proceso de control tipo llave maestra, que conecta los
cambios en la conducta de la grasa subcutánea con problemas musculares y hepáticos que
contribuyen a la diabetes y otras condiciones, dijo Mark McCarthy, de la Universidad de
Oxford, en Gran Bretaña, quien también trabajó en el estudio.
Estamos trabajando duro (...) para comprender estos procesos y cómo podemos usar esta
información para mejorar el tratamiento de esas enfermedades, añadió el experto.