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El Centro
Comercial:
“Una burbuja
de Cristal
Docente investigador
de la Pontificia Universidad Bolivariana.
Dirección: Apartado aéreo 56006,
Medellín, Colombia.
Fax: (57) 94 2502080.
diálogos de la comunicación
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Federico Medina Cano
construcción social del sentido. espacio social: el centro comer-
En ella son significantes tanto cial. Este no es solamente una
diálogos
de la comunicación
sentido utópico que encierran, el espectro de productos y ser- del centro de la ciudad. Su marco
ideal de sociedad que le propo- vicios que ofrece es muy amplio. era la sede del poder guberna-
nen al ciudadano. El centro co- En su interior se concentra gran mental, religioso y social; en el
mercial es una de las formas del cantidad de bienes de consumo plano comercial agrupaba el
simulacro, en la cuarta parte se diferentes (los renglones clási- mercado ocasional, periódico o
abordará sus códigos estéticos cos -productos alimenticios, el comercio general estable. Era
y las propuestas estéticas de los prendas de vestir, artículos para un espacio más o menos cerrado
almacenes y vitrinas. En la última el hogar- y los productos exclu- y articulado con el exterior, en
F.Medina Cano
parte se desarrollará dos de los sivos) y los servicios más varia- él el habitante de la ciudad par-
usos que este lugar permite, co- dos (en ellos hay peluquerías, ticipaba por una serie de peque-
mo espacio para intercambio, cines -salas múltiples- boleras, ños recorridos o simplemente
para la convivencialidad (el con- discotecas, restaurantes, ban- permaneciendo en él, estando en
sumo como una práctica de inte- cos, cajeros electrónicos -las él (el ciudadano concurría a la
gración) y para la diferenciación veinticuatro horas-, entidades de plaza y permanecía en ella. La
social. crédito, oficinas de seguros, plaza era un espacio conformado
correos nacionales e internacio- alrededor de un eje imaginario
nales, agencias de viajes y vertical y central). La calle era
oficinas de información turística, su opuesto, era una propuesta
“Prohibido aburrirse... un lugares para conseguir una abierta, era un espacio para
LA CONCENTRACION DEL CONSUMO
lugar perfecto para comprar fotografía instantánea, guarde- recorrer, para el desplazamiento
y divertirse, que se vuelve rías, parques de diversiones y (de una dirección a otra), para
toda una aventura”. juegos mecánicos, salones de la circulación de los ciudadanos
videojuegos, pista de hielo, y el encuentro, para caminar sin
Mensaje publicitario viveros, relojerías, floristerías, límite de tiempo, para pasear3. Si
etc.). Son lugares que el hombre la plaza aglutinaba el mercado
En la sociedad actual se urbano frecuenta para ir de semanal, las calles en la vida de
presentan dos tendencias compras y para divertirse, para la ciudad representaban el
contradictorias en el buscar los objetos que su ritmo comercio jerarquizado y especia-
mercado: la diseminación de vida le demanda o para lizado. Su importancia dependía
del consumo y la con- satisfacer algunas de sus nece- del centro: en ellas el comercio
centración. De un lado, la sidades. Allí encuentra “lo nue- estaba dispuesto linealmente y
fragmentación y atomi- vo” (“nuevas técnicas de ven- perdía importancia a medida que
zación del consumo en tas”, “un nuevo estilo”), “lo últi- se alejaba del centro de la ciudad.
canales cada vez más mo” (las propuestas de moda),
capilares que alcanzan “lo moderno”, “lo práctico”, “el Posteriormente a las ciudades
segmentos de la pobla- diseño”, “la calidad”, “la garantía llega otra propuesta comercial
ción particulares y res- de marca”. que se integra en el espacio
ponden a las variedades urbano sin ningún traumatismo
de consumo más diversas. Tradicionalmente el comercio en funcional o sin ningún cambio en
De otro, la tendencia a las ciudades estaba ligado a la el sentido del espacio público: la
concentrar en lugares muy am- plaza y la calle. La plaza era el galería o el pasaje comercial
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plios diversos puntos de oferta . paradigma del espacio público, cubierto. Estos estaban situados
El centro comercial pertenece a era el núcleo de las actividades en el centro de la ciudad donde
la segunda modalidad, el urbanas y configuraba la imagen más se sentía la vida de la ciudad
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y el flujo de público era mayor micro-ciudad tranquila y pací- cios, parques, servicios y activi-
(donde usualmente la gente iba fica, armoniosa, pensada sólo dad, que represente la ciudad)7.
diálogos
de la comunicación
Frente a la ciudad construida en recientes) que reutilizan o Son espacios significantes de la
el tiempo, el centro comercial es reciclan un territorio o una ciudad, en ellos se fusionan el
un territorio que se independiza edificación ya existente (un viejo mercado (es el “templo del con-
de las tradiciones urbanas y de mercado, una barraca portuaria, sumo” donde se levantan los al-
su entorno histórico. No se aco- una estación ferroviaria, una tares secularizados de la mer-
moda a la ciudad, ocurre la inver- bodega en la zona comercial de cancía y del objeto) y las activi-
sa: la ciudad se acomoda a su la ciudad, un palacio eclesiás- dades de relación.
presencia. En los nuevos secto- tico, una universidad tradicional,
F.Medina Cano
res urbanos la ciudad inventa un un edificio de gobierno, la
“presente ahistórico, acultural y casona de una hacienda en las “Las sociedades modernas
UN ESPACIO RESTRINGIDO
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amnésico” . La ciudad está afueras de la ciudad) la historia están marcadas por gran-
formada por las huellas y señales es utilizada como decoración y des desigualdades en el
que dejaron sus habitantes en su no como arquitectura. Sus control del espacio que dis-
espacio: las casas y los edificios, creadores no buscan restaurar el frutan las diferentes clases”
las calles, las plazas, los merca- ambiente urbano: sus referentes
dos, los teatros, los monumen- históricos son fórmulas estéti- Kevin Lynch
tos, los parques que sus habitan- cas, formas arquitectónicas ais-
tes construyeron. La vida y la ladas que perdieron sus raíces y El poder no es sólo un
historia que se desarrolló en no evocan los usos y las signi- hecho masivo de domina-
cada uno de estos espacios, los ficaciones que en su época le ción, no existe sólo en las
usos, las funciones y las signifi- asignaron. En el centro comer- instituciones o entidades
caciones que sus moradores le cial preservacionista “la historia encargadas de la adminis-
asignaron, conforman en la ciu- es usada para roles serviles y se tración o en los aparatos
dad su identidad cultural. El convierte en una decoración ba- del Estado. No sólo es ex-
patrimonio urbano reune tanto nal... la historia es tratada como clusivo de algunos actores
aquellas señales físicas como la souvenir y no como soporte mate- sociales, atravieza toda la orga-
vida y la historia que en ellas se rial de una identidad y nización social y determina las
desarrolló. El centro comercial temporalidad que siempre le relaciones de fuerza que le son
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representa las nuevas costum- plantean al presente su conflicto” . inmanentes. Es un elemento co-
bres urbanas, no le rinde culto constitutivo de las interaccio-
al pasado, ni a la memoria de la El mall no es el nuevo centro de nes, de las relaciones intersubje-
ciudad. No busca preservar el la ciudad (a la manera de las tivas que se dan en el espacio ur-
ambiente urbano, ni actualizar ciudades tradicionales) sino uno bano14. En sus diferentes formas
los significados de los lugares de los nuevos centros de la gran influye decididamente en la
que forman el patrimonio de la ciudad. En la mayoría de las disposición y el desarrollo de la
ciudad: en su interior la historia nuevas ciudades o barrios el cen- ciudad. En su interior contribuye
está ausente y no se vive el tro comercial es el punto central a dibujar sus fronteras, a deli-
conflicto entre el pasado y el del territorio, el lugar más con- mitar los territorios y los modos
presente. En los centr os currido y significativo en el de interacción. Algunos ámbitos
comerciales preservacionistas plano mental que el habitante se urbanos específicos son lugares
que ocupan un espacio marcado ha hecho de la localidad donde donde se escenifican los conflic-
por la historia (construidos en vive. Es el mercado y el ágora de tos, donde se reproducen rela-
antiguas construcciones con las las ciudades actuales: es el es- ciones particulares de domi-
tendencias arquitectónicas más pacio central de cohesión social. nación15.
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La idea generalizada de que la social privatizado que en su shopping center 21 es un índice de
ciudad es una comunidad que consolidación como un nuevo la nueva estratificación, es un
diálogos
de la comunicación
grandes ciudades que trae como En los centros comerciales se tas generales en las cuales los
consecuencia la desigualdad y la encuentran dos modalidades: vigilantes pueden tener el con-
heterogeneidad; en él se algunos tienen una plaza interior trol de quien ingresa o quien sale
disuelven los conflictos sociales abierta, a la que sólo se puede al exterior (de una manera con-
y se atenúan las diferencias acceder por puertas pequeñas tradictoria con todo lo anterior,
económicas y la rudeza del si- dispuestas en los lados del cua- sus puertas no son expresión
stema productivo. En este micro- drilátero; otros son fortalezas, suprema de la autoridad, ni mue-
mundo las comunidades de ciudadelas rodeadas de mura- stran de una manera arrogante
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consumidores de las que el indi- llas . Los que pertenecen al pri- los límites del territorio; no son
viduo se siente miembro se mer tipo son espacios abiertos, puertas pesadas, opacas impo-
integran y el usuario experimen- pero realmente sus vías no nentes y abigarradas de cerrojos
ta con ello la falsa vivencia de conducen a ninguna parte y para y cerraduras como las ciuda-
una homogeneidad. En él el las personas que lo visitan sólo delas del medioevo europeo; son
sujeto vive la ilusión de la existe una salida. Los “fortifi- como las puertas posmoder-
expresión de sí mismo sin la cados” están rodeados de mura- nas26 transparentes -muchas de
tensión que suponen la pre- llas y otras barreras para impe- ellas son de cristal, sin cerrojos,
sencia, vigilancia o censura de dir el acceso y el movimiento. El ni grandes mecanismos de con-
otros colectivos ajenos. La dife- tamaño, la monumentalidad, la trol, que comunican un mensaje
rencia es muy clara: en su inte- elevación y el distanciamiento contradictorio: expresan a la vez
rior encuentra la unidad y el son mecanismos de control, le proximidad y distancia; de un
orden, en el exterior habitan la dan cierto aire de grandeza, lado, una gran accesibilidad
diversidad social y el caos. cierta jerarquía al lugar, incluso (están hechas para circular), y
el nombre y la ubicación del de otro, son una barrera no
Como los lugares de trabajo y de edificio confirman su rango, el menos enérgica que la que
vivienda los centros comerciales aire de esplendor y de manifiesta la primera forma de
son localidades fortificadas 24, superioridad. Las paredes exte- puerta). Los parqueadores exte-
son territorios protegidos del ex- riores no tienen vitrinas, ni ven- riores o subterráneos actúan
terior en los que sus formas tanas (los almacenes trasladan simbólicamente como la expla-
arquitectónicas marcan el espa- sus vitrinas hacia el interior del nada que rodeaba los castillos:
cio y establecen en él límites y centro comercial y con ellas la los exteriores son espacios
distancias, crean controles y actividad de los compradores. vacíos y abiertos visualmente
excluyen a algunos grupos del En el exterior sólo se ven las que sirven para aislarlo (son
uso del lugar. Estos no son me- paredes lisas rodeadas de jar- islas rodeadas de automóviles),
canismos evidentes o que fun- dines y de fuentes que hacen las los subterráneos los elevan del
cionan explícitamente, los usua- veces de foso como en los cas- nivel del piso y simbólicamente
rios no los perciben directamen- tillos medievales), las pocas dan una sensación de altura y
te; estas formas arquitectónicas ventanas que miran hacia el ex- distancia frente a lo terreno y lo
actúan de una manera indirecta terior están dispuestas como si mundano. Son una totalidad
e intensamente (no son sólo fueran las almenas de una cerrada: están construidos en
medios físicos, muchas de estas muralla (son castillos con mura- lugares aislados (en los límites
formas son barreras simbólicas, llas coronadas de almenas pero de la ciudad, en los extramuros
muros invisibles que separan los sin torres de flanqueo cilíndricas y en los barrios exclusivos
lugares de privilegio de los de o poligonales, torretas, atalayas donde no hay pasado urbano) y
uso mayoritario en la ciudad). o fronteras). Poseen varias puer- no tienen a su alrededor las zo-
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nas comerciales tradicionales (le tradicionales lo representa el denso centro de las populosas
huyen al tráfico de peatones y a centro comercial). En la ciudad ciudades tradicionales. En su in-
aparecen en el mapa co- nicos y electrónicos (escaleras gar, sin respetar su contexto y su
mo los “pulmones” de la eléctricas, ascensores panorá- sentido.
ciudad: son una maqueta micos, televisores -con cadena
climatizada de un frag- interna de televisión en la que se Están diseñados con pasajes al
mento de ciudad, con ca- promueven las tiendas y artícu- aire libre o con senderos cubier-
lles, plazas y zonas ver- los que se encuentran en él-, tos con tejados de vidrio o con
des. Son palacios moder- videocámaras de seguridad, alto- materiales que permiten la entra-
nos pletóricos de luz y parlantes y centros de infor- da de luz solar abundante. Están
atmósfera, de intimidad y mación) que subrayan el carác- provistos de luz cenital: en su in-
naturaleza. Están forma- ter refinado y moderno de la terior, en sus pasajes y plazas
dos por un conjunto de edificación. No tienen el estilo penetra un sol censurado,
edificios, por bloques de “industrial”, el estilo masculino, indirecto, que le permite al visi-
edificaciones que se eri- rudo, frío y duro de los edificios tante, de una manera atenuada,
gen orgullosamente en el públicos de comienzos de siglo, tener la vivencia del paso de las
paisaje y a lo lejos se ven dedicados al comercio y a la horas y del ritmo del día. La
como el espejismo de una producción en serie; no están naturaleza está domesticada,
iglesia que en lugar de campa- construidos como los aburridos está reconstruida en su interior
narios y cúpulas luce sus tubos monobloques de la arquitectura de acuerdo con las especifi-
de neón (lo que expresaba la moderna ni son el remedo de las caciones del espacio y los prin-
iglesia en las ciudades edificaciones abigarradas del cipios de la más calculada
diálogos de la comunicación
disciplina ambiental. En su inte- eficacia, le ofrece al habitante de un espacio donde el mundo real
rior el verde urbano es pensado la ciudad la paz y la armonía, las no entra, es un mundo puro: pu-
no sólo como un espacio higiéni- condiciones materiales de la ro de miserias, de pobreza, del
co, es un lugar privilegiado de felicidad que la ciudad anárquica deterioro de los espacios públi-
socialización, es la expresión cí- le niega. El amparo de sus “cie- cos, de la violencia exterior, de
vica de la transparencia y la dis- los” ofrecen al consumidor un la decepción y la frustración. Es
ciplina. Están decorados con espacio protegido contra ruidos un mundo regido por el orden,
fuentes de agua, falsos lagos o molestos, el aire contaminado de la organización, los buenos mo-
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canales, plantas tropicales, jardi- los automóviles o fábricas, la dales, la disciplina, la limpieza y
nes colgantes, motivos orna- inseguridad exterior, y el mal la racionalidad. Nada de lo que
mentales realizados con elemen- tiempo: son una “burbuja de hay en su interior es ruin, feo,
tos vegetales, horizontes de cristal”, un mundo artificial pas- abandonado o sufre el efecto de
mármol, enlosados marinos. teurizado de las bacterias “del la polución. Es un “enclave de
realismo ambiental”, un medio prosperidad”, un universo re-
No es sólo un signo de moderni- aséptico en el cual puede pasear pleto de signos que sólo tras-
zación: el shopping en las nuevas e ir de compras. miten positividad, una vida sin
ciudades le permite a su habitan- conflictos o un mundo de sueños.
te la vivencia de una utopía, es En el centro comercial los ex-
un recinto aislado donde todo tremos de lo urbano y los refe- En su interior no existe lugar
funciona bien: hay aire clima- rentes espaciales del centro de para el poder o el culto. No es el
tizado, música funcional, segu- la ciudad se disuelven. En su in- núcleo de la actividad admi-
ridad y control. “El centro co- terior desaparecen los ruidos nistrativa o religiosa: no con-
mercial se cierra al exterior, es desordenados y estridentes de la tiene como el centro de la ciudad
como una cápsula o container vida agitada de la ciudad, el los edificios del gobierno, ni los
caído del cielo”27. Es un lugar claroscuro y el juego de luces y lugares del culto. Tampoco es el
aislado que le ofrece a quien lo de sombras de sus calles, el sustituto de la plaza pública, no
visita un universo particular y contraste entre las grandes edi- congrega los grupos políticos,
concreto al que tiene acceso con ficaciones y las pequeñas, los las masas fervientes y delibe-
sólo cruzar el umbral que lo se- monumentos con su belleza y rativas. En él el único credo que
para del resto de la ciudad. Es fealdad, las luces y avisos lumi- se practica es el del consumo. En
un objeto-monumento hacia nosos que llenan la parte alta de esa “burbuja”, en este mundo
afuera y una cápsula-confort en las fachadas de las edificaciones, amurallado no existe nada que
su interior28. Es un territorio que las señales de tránsito, los textos recuerde la disciplina, el rigor de
expresa simbólicamente la dife- escritos y las imágenes que la producción, el paso del
rencia entre el exterior y el inte- colman las calles (afiches, vallas, tiempo, la miseria de la vida
rior, entre lo real y lo ideal, lo pancartas). Al paisaje del centro, cotidiana. Frente al mundo
ordinario y el sueño, lo corriente confuso y denso, opone un mun- laboral el centro comercial es un
y la utopía. En el centro comer- do embellecido por la estética ámbito donde se respira un aire
cial “todo está previsto”: reduce del mercado. En su interior desa- de vacaciones. Con su hospita-
la ciudad a un mundo privado, parece totalmente la geografía lidad ofrece a quien lo visita la
suspendido en el tiempo, que urbana, sus muros altos no per- posibilidad de vivir por unas
atrae a sus visitantes con sus miten a sus visitantes ver el ex- horas en un mundo alejado de la
promesas de bienestar. Con la terior, las calles, las avenidas austeridad y la parquedad que
fusión del confort, la belleza y la o los barrios que lo rodean. Es rodean la vida cotidiana y de los
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conflictos que atraviesan la materialidad, su condición es el o la exclusividad; otras narran
lucha por la supervivencia. En su simulacro, es “un mundo de apa- historias o contienen fragmentos
resultado de una arquitec- dedicados exclusivamente a los que el almacén ofrece forman
tura que preconiza más peatones (el ruido y el transitar parte de un teatro de objetos, de
“el envase que el con- de los vehículos no incomoda ni una especie de teatro de la
tenido”, que enfatiza el evita el pasear), abren sus mercancía. Las vitrinas y los
valor de la imagen, del puertas al público tiendas con exteriores de los almacenes o su
enmascaramiento, del vitrinas que exponen los objetos interior están compuestos por
retocado o del maquillaje. más exquisitos, lujosos y una mezcla de estilos, de dise-
Es un edificio donde la extravagantes, creando un mun- ños, de ambientes que simulan
ecuación “forma-función- do polícromo de artículos de construcciones de estilos insos-
El Centro Comercial:
diálogos de la comunicación
encuentran en los afiches de público: la cantidad y la diver- entre la multiplicidad de objetos
promoción de las agencias de sidad de productos -”aquí hay de el que él necesita y le conviene
turismo (el repertorio es muy todo, sólo pregunte, y nosotros por su precio. Es el paseante que
amplio, éste puede ir desde cha- se lo conseguimos”-, y el bajo dispone de su tiempo libre sin
lets suizos hasta cervecerías precio de los objetos). Lo impor- presiones o sentimientos de cul-
alemanas, tascas españolas, rui- tante no es el producto o la pa, es el soñador, el “esteta” que
nas griegas, jardines japoneses, mercancía que se ofrece, la al placer que le genera el con-
templos egipcios, paisajes de las variedad de estilos o tamaños sumo, al placer lúdico de la com-
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“Mil y una noches”, una calle (por eso no contienen textos pra le une “el del gozar del espec-
parisina, el fragmento de un informando de los precios o táculo, es decir, de la puesta en
bulevar, almacenes de antigüeda- nombrando el material que escena de las imágenes que
des de un puerto en el medite- exhiben). En los centros pretenden conquistarlo. Partici-
rráneo, un rincón de los Campos comerciales el buen gusto se pando de la nueva cultura visual,
Elíseos o secciones de Disney- expresa a través de la presencia el consumidor saborea más y
land, un cementerio precolom- de pocos objetos en la vitrina más conscientemente que en el
bino, un ángulo de un callejón en que armonicen entre sí: lo fun- pasado, la representación, el
el centro de New York, una damental es insinuar un estilo de rito, la pantomima que se inter-
parada del metro). Son como en vida. El producto está embe- preta con la intención de sedu-
las películas de Hollywood facha- llecido y rodeado de un entorno cirlo y de incitarlo a comprar,
das con los vientres vacíos, pu- que lo hace más deseable y le soportando de buena gana la
ras ambientaciones, remedos de asigna un poder social com- tiranía de su propio deseo”33.
los lugares más arquetípicos y plementario. El producto y lo
ficticios. Son fetiches descontex- que lo rodea componen una La vitrina es heredera de una de
tualizados, imágenes sin espe- ficción, una situación imaginaria las convenciones de la pintura y
sor, que se presentan alejadas de (una ilusión, una fantasía) que lo la tradición renacentista: la
su contexto y del momento libera en parte del uso y la convención del encuadre-marco.
histórico y cultural en el que funcionalidad que lo caracteriza La vitrina no se da en un espacio
surgieron. Están puestas allí para y lo sitúan en un plano poético u abierto, su representación es
crear una nueva naturaleza: una onírico. Los almacenes disponen externa al espectador. Es un
naturaleza falsa, artificial, de mucho espacio y de un gran ámbito espacial con límites reco-
ilusionista. Son espacios que le foco de visión; algunos además, nocibles que lo separan del
permiten al visitante deleitarse convierten el almacén en varias espacio circundante. El marco
visualmente, remontarse a es- vitrinas o exhibidores por las delimita las imágenes o el espec-
pacios distantes de su insulso cuales se pasean los visitantes táculo que en ella se realiza;
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mundo cotidiano . como en un museo (no están señala el territorio del espacio
saturados, ni tienen toda la escópico, e indica donde
Sus vitrinas son espaciosas. No mercancía exhibida. General- empieza y acaba la ilusión. Es un
están atiborradas de objetos ni mente disponen de una bodega “significante de demarcación”,
son simplemente exhibidores en a la que va el vendedor cuando establece una frontera entre dos
los que el producto se muestra el cliente pide el objeto que realidades: el espacio físico que
sin ambages y desnudo de con- necesita. El consumidor que rodea al espectador, el espacio
notaciones, como en los alma- deambula y mira las vitrinas en circundante no teatral, y el
cenes populares (estos expresan los centros comerciales no es el espacio propio del espectáculo,
dos ideas básicas para atraer al cazador que busca reconocer donde se lleva a cabo el juego de
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la representación34. En las vitri- ciar algunas regularidades. Las lo fundamental es su contenido
nas es común encontrar, entre vitrinas están decoradas siguien- simbólico, además de sus valo-
estéticos según sus habitantes, “fija” en la vitrina (les confiere formando figuras y formas fá-
sus condiciones económicas, ét- una dignidad y una presencia ciles de identificar, en otras, la
nicas y culturales. La vitrina se- incuestionable), detiene su constante es la falta de simetría,
ñala cómo los usuarios conciben transitoriedad y los utiliza como los objetos están dispuestos
el mundo, sus anhelos, sus inte- provocadores de imágenes artís- desordenadamente en diferentes
reses, expresa una forma del ticas o asociaciones estéticas. En planos, sin importar su tamaño
conocer y del sentir. Además los la vitrina los objetos no impor- ni su afinidad. En el número de
almacenes no emplean la misma tando su tamaño, ni su uso están objetos que puede reunir la vit-
distribución, ni la misma orga- reunidos por una razón mera- rina, como en el bodegón, hay
nización, cada tipo de producto mente formal, más que lo que dos tendencias: las vitrinas que
tiene su propia retórica. Los cada uno pueda expresar en su se caracterizan por su simpli-
almacenes de ropa, de prendas contexto propio. De los objetos cidad y sobria elegancia y reu-
deportivas, de discos y música, lo fundamental es su forma y en nen un número limitado de obje-
las reposterías o charcuterías, un segundo plano su contenido tos y elementos, y las que agru-
por ejemplo, tienen su propia simbólico; la primera impresión pan en un ambiente saturado un
manera y un lenguaje específico que producen en el transeúnte es número amplio de objetos lujo-
para promover los objetos que de tipo formal (el juego que sos y decorativos para producir
venden. Pero a pesar de sus producen con las formas y el la impresión de un ambiente
particularidades en los diferen- aspecto inusual de composi- suntuoso y opulento.
tes almacenes se pueden apre- ción), en una lectura profunda,
diálogos
de la comunicación
A pesar de esta diversidad de vigas de hierro, chatarra, recor- raíces, de reconsiderar el pasado
propuestas estéticas, en los tes de papel, (de periódicos o como un depósito de estímulos
centros comerciales se encuen- revistas), láminas de cartón. La y elementos vitales. Lo nuevo (y
tran algunas constantes. La ten- referencia a lo urbano también la búsqueda de la novedad)
dencia más reciente busca fusio- está cargada de nostalgia: en las desaparece como el mito cul-
nar lo antiguo con lo moderno. vitrinas reconstruyen un paisaje tural dominante, la fascinación
La concepción que tienen de lo urbano deteriorado o crean por el pasado, por las formas de
antiguo está cargada de nostal- entornos urbanos en los que vida más tradicionales se im-
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gia y embellecida; de lo moderno predominan los signos más tra- pone como una nueva forma de
tienen una visión apocalíptica. dicionales del progreso y la mo- ideal. En su composición la vit-
Para expresar estas ideas dernización: surtidores de gaso- rina es un viaje al pasado. Los
construyen bodegones (sintag- lina, semáforos, buzones, máqui- objetos que forman parte del
mas) con objetos que agrupan y nas manuales de juego (como las bodegón se han revalorizado, de
acompañan el producto en la vit- que usan en los casinos), par- objetos funcionales cotidianos
rina del almacén. No son bode- químetros, pedazos de grúas o pasan a ser referentes poéticos
gones de flores o alimentos - de maquinaria pesada, señales que expresan simbólicamente
como era lo usual- utilizan otro urbanas de tránsito, cabinas de una nueva sensibilidad que
tipo de materiales. Lo antiguo lo teléfono, luces de neón, anun- dirige la mirada hacia un tiempo
expresan utilizando maderas sin cios publicitarios de productos anterior y revelan la necesidad
pulir, objetos hechos con paja, tradicionales, etc. Además los de ahondar en el misterio del
espigas, flores secas, semillas de nombres del almacén o de las origen.
pino, fragmentos de adobe de marcas son copias de nombres
demoliciones, murales sobre de productos industriales y es- “Para el fetichismo de las marcas
paredes desvaídas o rústicas, tán hechos con letras que no se despliega en el shopping una
fotografías en color sepia, baúles tienen parentesco con las letras escenografía riquísima donde,
o maletas de cuero viejas, ruedas de molde convencionales. por lo menos en teoría, no puede
de carretas, sillas y utensilios faltar nada; por el contrario, se
para montar a caballo, hierro La gran mayoría de objetos que necesita un exceso que sorpren-
forjado o pintado de verde (si- aparecen en la vitrina-bodegón da incluso a los entendidos más
mulando moho u óxido y con ello son objetos viejos e inservibles, eruditos” 39 . En la puesta en
el paso de los años), rejas metá- materiales de desecho, de des- escena de la vitrina aparece
licas, figuras de hierro cortadas carte e incluso basuras. Pero no como un personaje la marca que
con soplete, vitrales, maderas son sólo objetos inútiles, cum- el almacén vende en exclusi-
pirograbadas, cajas de cartón o plen otro papel, son parte de la vidad en diversas formas y ta-
de madera vacías, fondos de memoria y al estar allí se pro- maños o el nombre del almacén
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colores tierra (ocre o café) o ma- duce su reactivación . En el uso cuando éste ocupa el lugar de la
rinos, algunos de ellos hechos de estos materiales hay una pro- marca. La marca no sólo permite
con guadua, cañabrava,costales puesta cultural: “una profunda identificar un tipo de producto,
de fique. Para expresar lo moder- reconciliación con la historia y es un objeto cultural, el símbolo
no agrupan materiales de dese- con las experiencias pasadas, que resume un estilo de ser o
cho (fragmentos de metales, con las fuentes simbólicas de la de sentir, una determinada
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cristales, acrílicos, plásticos), de existencia social y cultural” . Es filosofía, una postura frente al
fondo emplean bloques de la necesidad de descubrir, más mundo 40 . La representación
cemento, columnas de alambre, allá del presente, las propias icónica de la marca (la marca es
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un “símbolo tótem” no necesita son diversas, en su construcción En las tiendas de los centros
ser leída se percibe como son más fluidas, naturales y comerciales se reconsideran las
diálogos
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tre trasparencia y opacidad (los pared o candelabros, sino también cas... la estación-tienda tiene
sentidos son variados: con la elementos arquitectónicos como fundamentalmente una signifi-
creación de penumbras y de las bovedillas de luz, las cornisas cación única... esta significación
espacios de media luz se puede y los zócalos iluminados. es erótica: compra y encuen-
evocar una atmósfera lírica o tro”44. No son los lugares de la
solemne alrededor de los obje- compra obligatoria. No sólo se
tos; con el empleo de una ilumi- visitan para satisfacer una nece-
nación directa sobre los objetos El centro comercial per- sidad, se frecuentan con fines
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que resalte las partes más mite un juego simultáneo lúdicos, son también un lugar de
brillantes se puede producir la de intercambios y distin- reunión. En el centro comercial
impresión de un ambiente sun- ciones. De un lado, a su la transacción de venta-compra
tuoso y vital, por ejemplo). En el interior el consumo fun- es completamente ocultada por
interior de la tienda la ilumina- ciona como “un sistema la actividad de “ir de compras”.
ción facilita la orientación y de integración y comuni- En la actualidad el consumo se
enfatiza o acentúa en los escapa- cación” que favorece la cotidianiza, abandona el carác-
rates especiales los puntos de sociabilidad de los in- ter que tenía en la sociedad tradi-
interés para atraer los clientes a tegrantes del grupo, y de cional, siempre asociado a los
algunos sectores del almacén. otro, es una forma de ciclos del trabajo o los procesos
Además de la iluminación se “diferenciación social y productivos, a las celebraciones
puede hacer un uso simbólico: de distinción simbólica festivas y rituales. El consumo se
42
con ella se puede crear un es- entre grupos” . involucra en el tiempo no pro-
pacio, un escenario propio para ductivo. El negocio que antes era
cada producto (se puede cons- De un lado, en el centro negación del ocio es en la ac-
truir por ejemplo, un ambiente comercial está “la feria, el tualidad otra manera de poblar
cálido, lujoso y amable, una juego, la negociación ri- el tiempo libre.
atmósfera de exclusividad). En tual, la producción de
las tiendas se pasa de una sentido”43. Aunque el cen- Son lugares de reunión, de
iluminación plana y uniforme a tro comercial es el “lugar concentración. Estas catedrales
una iluminación de realces y hiperbólico de la transac- del comercio son lugares de
contrastes. Acentuando o dismi- ción comercial” cumple otra encuentro que aglutinan ritual-
nuyendo la intensidad de la función: es el espacio donde los mente los grupos o los segmen-
iluminación se puede crear un grupos humanos y las personas tos sociales y le brindan la opor-
variado patrón de luces y de reafirman sus prácticas de tunidad al hombre urbano de
sombras, con contrastes que grupo, sus símbolos, sus gustos pasar su tiempo libre y llevar a
sugieren dinamismo (cuanto y lenguaje; donde confirman la cabo una vida colectiva. Son
más duras sean las sombras, imagen de sí mismos y por espacios que el hombre urbano
más espectacular y agresivo será diferencia la imagen de los frecuenta en su inactividad, en
el efecto logrado) y un efecto demás, y contemplan los otros su estar a la deriva propio de sus
dramático y teatral. En este grupos o clases en su dinámica días libres (muchas veces los
proceso no sólo se emplean y movilidad. Es un lugar de visita en su afán de llenar sus
lámparas de techo, es usual que integración: en la vida de la tiempos vacíos). La costumbre
se utilicen también elementos ciudad y en la sociedad de con- de ir al parque, al teatro, al cine
decorativos de iluminación, no sumo las compras “son o al espectáculo deportivo, o de
sólo luminarias estables, de verdaderas actividades eróti- reunirse con sus amigos y
124 125
callejear la reemplazan por la escaleras y plazas es el espacio capaces de decir dónde están en
actividad lúdica de “ir de ideal para el paseante. Frente a cada momento”51. Por su compe-
ver lo que está exhibido (para que el visitante los recorra de territorio actúa imaginariamente
“vitrinear”, como se llamaba a principio a fin como una calle o como un tablero de ajedrez en el
esta actividad hace algunos una galería, para que el visitante cual los avances, los retrocesos
años), para comer helados, realice un trayecto unidireccio- y las repeticiones son posibles y
encontrarse con amigos, probar- nal o se desplace linealmente. funcionan como una estrategia
se algún vestido, ir al cine, escu- Tienen algo de tentacular, una de venta (el pasear es una
char música, caminar por el cen- mezcla de orden y anarquía, la actividad lúdica, no simplemente
tro comercial en grupos o par- forma de falsos laberintos en los funcional. El paseante asume la
ticipar de las novedades de la que se puede perder fácilmente existencia como un fluir, como
moda o de las degustaciones que el sentido de orientación. Son un movimiento perpetuo52). Pero
le son ofrecidas gratuitamente46. como una cinta de Mobelius: “se el visitante habitual no sólo lo
pasa de una superficie a otra, de recorre sin descanso, en su cami-
El mall no es otro agregado a los un plano a otro sin darse cuenta nar se puede detener, repetir
circuitos de circulación de las que está atravesando un lími- varias veces un mismo itinerario,
50
grandes ciudades, a sus auto- te” . “Lo que se ve desde un pun- dedicarse a leer en uno de los
47
pistas y a sus rutas rápidas , es to es tan parecido a lo que se ve lugares de espera, a disfrutar de
un territorio propicio para las desde su opuesto que sólo los la soledad, a tomar un café en
formas nómadas del transitar. El expertos, muy conocedores de compañía de sus amigos en un
centro comercial con sus sen- los pequeños detalles, o quienes punto de venta, a “gastar el tiem-
deros cubiertos, sus pasajes, se mueven con un mapa, son po”. Esta forma de recorrer el
diálogos
de la comunicación
centro comercial lo facilta su vive el “brillo” de las prendas cia de la plenitud democrática
arquitectura, la distribución únicas o exclusivas, la cercanía del consumo hasta la sensación
interna de sus almacenes, la de las prendas de marca y su de la exclusividad y la diferencia.
multiplicidad de espacios y de poder simbólico, de la van-
usos que le ofrece a quien lo guardia y lo foráneo, de lo extra-
visita. El centro comercial posee vagante y la anarquía del dise-
zonas peatonales, lugares de ño53. El que lo frecuenta sabe que 1. “Todos los espacios que
NOTAS
descanso y de permanencia, zo- su conducta no puede ser igual conocemos y habitamos en la
F.Medina Cano
nas de aseo personal y asis- a la que emplea en los grandes vida cotidiana tienen un vín-
tenciarias (lugares sanitarios), almacenes, el almacén del barrio culo fundante en las rela-
sectores de servicio público y (en el que se puede fiar y pagar ciones sociales: el espacio
puntos de encuentro (pequeños por contado, “donde lo llaman físico siempre es generado y
parques o plazoletas, cafeterías, por su nombre”, conocen su con- moldeado por el espacio de las rela-
restaurantes, bares), platafor- dición económica, su capacidad ciones sociales y es efecto de su
mas y pasarelas para desfiles de de endeudamiento, sus tallas y compleja trayectoria” (GONZALEZ,
moda, lugares abiertos para gustos), o en el almacén tradi- Jorge A. “Coordenadas de lo imagi-
exposiciones, para actividades cional en el centro de la ciudad nario: protocolo para el uso de car-
musicales y espectáculos, y zo- (que suministra la idea standard tografías culturales” Estudios de las
nas de comida (restaurantes de de lo formal y un sentido res- culturas contemporáneas, Vol. I, nº 2,
atención rápida -”fast food”- y tringido de la moda). No pide dic. 1995, p. 142). Todas las formas
patio de comidas -”food court”- rebaja ni entra a discutir el pre- espaciales y su sentido son generado
donde se ofrecen especialidades cio, acepta las condiciones de por la acción social. La ciudad con
culinarias). compra y para acceder al precio sus equipamientos y sus cambios
que le ofrecen emplea la tarjeta sucesivos es el resultado de las lu-
De otro lado, el centro comercial de crédito (es la llave plástica chas entre actores sociales con posi-
permite el espectáculo de para lograr la materialización de ciones, intereses, valores y proyec-
diferencias: el consumo es una sus deseos, el “ábrete Sésamo”). tos de vida antagónicos.
forma de resaltar en las socie- Sabe el poder de las palabras:
dades democráticas, basadas en comprende que los sentidos son 2. PEREZ TORNERO, J.M. y otros. La
la premisa de la igualdad natu- diferentes al llamar al centro seducción de la opulencia. Barce-
ral entre los hombres, las dife- comercial por el nombre ge- lona, Ed. Paidós, 1992, p. 96.
rencias sociales. La sociedad de nérico (“voy para el centro co-
consumo funciona como un pro- mercial”), llamarlo por el nom- 3. PERGOLIS, Juan Carlos. “Diálogos
ceso de clasificación y diferen- bre propio (“voy para el San Di- con Escala”, Escala, nº 125, 1985, p.
ciación: el consumo de los ego o para Unicentro a encon- 2,3. PERGOLIS, Juan Carlos.
bienes materiales, por el conte- trarme con mis amigos”, por “Significación de las plazas urbanas”
nido simbólico que encierran, ejemplo), decir que se va de pa- Gaceta nº 23, agosto 1994, p. 33.
contribuye a mantener la seo, de window shopping o ex-
desigualdad entre las clases presar ruidosamente que “voy 4. GEIST, Johann Friedrich. “Pasajes
sociales, la jerarquía y el domi- para el mall”. Cada una de estas comerciales”, Escala nº 125, 1985, p. 8,9.
nio. El hombre urbano en el maneras de nombrarlo o de ex-
centro comercial no experi- presar la actividad que se va a 5. La ciudad en la llamada sociedad
menta la sensación de la diver- realizar tiene una connotación postindustrial entra en crisis, su
sidad de los grandes almacenes, diferente, que va desde la viven- centralidad económica y política se
126 127
pierde. La importancia como mer- de suas funcones e papéis”. PROS- de Unicentro: una perspectiva se-
cado, como lugar donde se produce PERI MEYER, Regina Maria. “O papel miológica” Escala, nº 87, p. 11.
Universidad Javeriana, 1995, p. 154. Ed. Norma, 1996, p. 321-323. ellas individualiza un territorio y lo
convierte en su propio centro y al
7. SARLO, Beatriz. Escenas de la vida 11. “Es la expresión de los hábitos cerrarse sobre él lo hace inaccesible.
posmoderna. Buenos Aires, 1994, p. 13. de consumo de los propietarios de De este proceso no sólo participan
carros. Una persona acostumbrada las minorías, cuando las ciudades
8. MONSIVAIS, Carlos. “La ciudad de a circular en automóvil desarrolla por el exceso de población
México y el gozo de las multitudes” una forma específica de utilizar la (mezclado con el exceso de comuni-
Número nº 8, diciembre 1995/enero- ciudad e inclusive una percepción caciones y de transporte) y la con-
feb. 1996, p. 61. peculiar de lo urbano: las distancias taminación, se vuelven inhabitables,
serán menos importantes y se me- las clases acomodadas también
9. “A evidente erosao do espaco pub- dirán a escala del automóvil... se pri- responden a este espíritu de clan,
lico transferiu as atividades urbanas vilegiará ciertas vías como ejes orde- abandonan los barrios tradicionales
para novos ‘territorios’ produzidos nadores y como puntos de referen- de la ciudad y “siguiendo el mito de
segundo novos valores e utilizando cia, se evitará sistemáticamente la naturaleza se retiran fuera de la
obligatoriamente novos instrumen- ciertos recorridos... en suma, confi- ciudad, al barrio ajardinado con
tos. Os condominios fechados, os gurará una imagen de la ciudad que supermercados autónomos, con lo
shopping centers, os edificios sao diferirá mucho de la que pueda for- que dan vida a otros tipos de micro-
exemplos emblemáticos da nova mar un ciudadano que es habitua- sociedad”. ECO, Umberto, “La Edad
organizaçao física das atividades lmente un peatón y un usuario de media ha comenzado ya.” En ECO,
urbanas, em que a rua é desinvestida bus”. ARANGO, Silvia. “A propósito Umberto y otros, La nueva Edad Me-
diálogos
de la comunicación
dia, Madrid, Alianza Editorial, 1974, p. 19. desvanece en el aire, Santafé de 31. VERDU, Vicente, op.cit., p. 154.
Bogotá, Siglo XXI, 1991, p. 161-162.
17. “El Buenos Aires de los noventa 32. MARCONDES, FILHO, Ciro. “Shop-
es el resultado de la concentración 22. “Gastar y gozar: la nueva fórmula” ping Center o LSD da clase média”
económica y de la crisis y la (publirreportaje) Cambio 16 nº 138 Comunicaçoes e artes año 12 nº 15/1986.
fragmentación social y espacial: febrero 5 de 1996, Colombia, p. 37.
involución industrial y económica 33. MORACE, Francesco. Contraten-
del país, economía informal, deso- 23. “El shopping -símbolo de la dencias. Una nueva cultura del con-
F.Medina Cano
cupación, crisis de las utopías socia- abundancia en medio de la escasez- sumo, Madrid, Celeste Ediciones,
les y políticas, acceso diferencial a convoca a la gente a un lugar ajeno”. 1993, p. 60.
bienes materiales y simbólicos, SCHMUCLER, Héctor y TERRERO,
configuran una nueva ciudad que se Patricia, op. cit. p. 30. 34. SILVA, Armando. Imaginarios
escinde en enclaves de riqueza y urbanos. Santafé de Bogotá, Tercer
manchones de pobreza y margi- 24. COLOMBO, Furio. “Poder, grupos Mundo Editores, 1992, p. 65.
nalidad”. SCHMUCLER, Héctor y y conflicto social” en ECO, Umberto
TERRERO, Patricia “Nuevas tecno- La nueva Edad Media, Madrid, 35. “El marco-encuadre constituye el
logías y transformación del espacio Alianza Editorial, 1974, p. 59. más eficaz delimitador entre la re-
urbano” Telos nº 32, diciembre 1992/ presentación y el entorno, pues im-
febrero 1993, p. 30. 25. “La lógica del diseño de estos pone una externalidad, una distinción
complejos es bastante similar a la de y una distancia psicológica y estética
18. SARLO, Beatriz. Op.cit. p. 23. un castillo fortificado rodeado por entre el observador y lo observado”.
todas partes de aparcamientos” GUBERN, Román, “Las nuevas
19. TORRIJOS, Fernando. “Sobre el INGERSOLL, Richard, “Tres tesis fronteras de la imagen” Claves de la
uso estético del espacio”. En sobre la ciudad”. Revista de occidente razón práctica nº 58, dic. 1995, p. 42.
FERNANDEZ ARENAS, José. Arte nº 185, octubre 1996, p. 38.
efímero y espacio estético, Barce- 36. El bodegón o “la naturaleza muer-
lona, Ed. Anthropos, 1988, p. 42. 26. ABRIL, Gonzalo. “Puertas”. ta” es un tipo especial de pintura que
Revista de occidente nº 170-171, julio- se consolida como género pictórico
20. MARGULIS, Mario. “Leer la agosto de 1995, p. 79. en el Siglo XVII (SCHNEIDER,
ciudad”, Topia nº 15, nov-marzo Norbert. Naturaleza muerta, Alema-
1995/1996, p. 32. 27. PERGOLIS, Juan Carlos. “Deseo y nia, Taschen, 1992, p. 7). Se caracte-
estética del fragmento en la ciudad rizó por ser una pintura que no re-
21. La expresión shopping pertenece colombiana” Magazin Dominical El presentaba escenas bíblicas o mito-
al “idioma internacional de la mo- Espectador nº 636, julio 23/1995, p. 10. lógicas, actos estatales ejecutados
dernización” (del que forman parte por príncipes y potentados, retratos,
también los parking, weekend, drug- 28. Idem. animales o paisajes que eran los te-
store, mobile-home, por ejemplo). mas en orden de importancia de la
No es sólo una palabra tomada del 29. VERDU, Vicente. “El sueño del pintura en esta época. Sus temas
inglés que se universaliza por el centro comercial”. Revista de occi- eran más triviales: los pintores
proceso de trasnacionalización de la dente nº 162, nov/1994, p. 148. reproducían con detalle “cosas en re-
cultura, es una expresión que tra- poso”, “objetos inmóviles”. Era una
duce “las nuevas formas de vida y 30. LEFEBVRE, Henri. Espacio y pintura de objetos inanimados que
movimiento” del mundo moderno. política, Barcelona, Ed. Península, se caracterizaba por su marcado
BERMAN Marshall, Todo lo sólido se 1976, p. 35. realismo, por su cromatismo y su
128 129
carácter decorativo. Era una forma (en las “vanitas”), herramientas, “testimonio, recuerdo, nostalgia,
de pintura en la cual los efectos objetos domésticos (relojes, tinte- evasión”, “signo de una vida ante-
los que se han dispuesto cestas y taciones de la sensualidad, los inte- las viejas entidades trascendentes
bandejas de frutas y verduras, de reses culturales y económicos, las (llámese Dios, Patria o ejército) van
pan, carne o pescado, postres y escalas de valores y preferencias del perdiendo su función en cuanto vehí-
dulces), de utensilios para el público, la penetración de los nue- culos de cohesión social... esta fun-
banquete (cubiertos, platos de vos conocimientos de las ciencias ción tiende a ser ejercida -aunque
materiales diversos -metal, cristal, naturales en la cultura y la vida todavía sea una mayoría quienes se
barro o porcelana-, bandejas, cotidiana y la transformación del niegan a reconocer esta transforma-
jarrones, copas, etc.), escenas de modelo que se tenía de la realidad. ción- por una confusa y siempre
caza (de utensilios para la cacería y LUNA, Juan J. “Miscelánea sobre reemplazable turbamulta de marcas
trofeos que muchas veces no esta- bodegones de Melendez a Goya” comerciales”. CARO, Antonio. La
ban destinados para el consumo), la Goya, Revista de arte nº 183, Nov-dic. publicidad que vivimos, Madrid, Edi-
pintura de motivos florales, museos, 1984. SERRANO, Eduardo. El bode- torial Eresma, 1994, p. 149.
gabinetes de curiosidades, estudios gón en Colombia, Bogotá, Ed. Alfred
zoológicos y botánicos, escenas de Wild, 1992. 41. SILVA, Armando. “La ciudad como
música (con instrumentos musicales vitrina”. Magazin Dominical El
empleados por la aristocracia: vio- 37. En el objeto antiguo lo fundamen- Espectador, nº 58, mayo 6/1984. p. 2.
las, arpas, laúdes, violines, guitarras, tal no es la vida práctica contenida
flautas, etc.), fiestas campestres, en él ni su funcionalidad ni su 42. Para ver con más detalle estos
armaduras y armas, calaveras y eficacia. El objeto antiguo es un ser dos sentidos del consumo GARCIA
huesos como símbolos de la vanidad consumado, significa el tiempo, es CANCLINI, Néstor. “Los estudios
diálogos
de la comunicación
sobre comunicación y consumo: el sujetos culturales coherentes... Los nea y de repente es un movimiento
trabajo interdisciplinario en tiempos moteles, a diferencia de los hoteles, sustraido a cualquier planificación
neoconservadores” (ponencia) Bogotá, destruyen las formas establecidas de intencionada. El paseante no busca
Seminario “Comunicación y ciencias percibir el lugar, el escenario y la cumplir con una cita y a una hora
sociales en América Latina”, 1991. historia. Son únicamente monumen- fijada de antemano: no se siente
tos al movimiento, a la velocidad y apurado por nada ni por nadie. No
43. LOZANO, Elizabeth. “Del sujeto la circulación perpetua”. CLIFFORD, conoce ningún “adonde ir” sino que
cautivo a los consumidores nóma- James. “Las culturas del viaje”. Revis- elige a discreción un “‘dónde’ no
F.Medina Cano
dicos” Dia-logos de la comunicación ta de occidente nº 170-171, julio-agos- específico”, pero ya familiar, por el
nº 30, junio/1991, p. 20. to 1995, p. 62. que de nuevo encaminarse. El
vagabundeo que depende de la
44. BARTHES, Roland. La aventura 48. IMBERT, Gerard. “La ciudad como iniciativa del propio paseante puede
semiológica. Paidós, p. 265. recorrido. (Aproximación figurativa describir un recorrido original y
a a cotidianidad)” II Simposio Inter- puramente individual (Marc Augé,
45. “Prohibido aburrirse” Publirre- nacional de Semiótica, Universidad Hacia una antropología de los
portaje Cambio 16 nº 138, febrero de Oviedo, 1988, p. 248, 249. mundos contemporáneos, Barcelo-
1996, Colombia, p. 35. na, Ed. Gidesa, 1995, p. 150). El
49. El sujeto que lo visita no es el paseante lleva a cabo una “subver-
46. “Las nuevas concepciones peatón perdido en la masa o el tran- sión ingenua de la economía produc-
comerciales inducen cambios en los seunte apresurado de la ciudad, tivista de la ciudad y sus tiempos
comportamientos usuales de los absorto en sus preocupaciones, que acelerados” (Alberto Hernando.
sábados y festivos. Se sustituye el no presta atención al espectáculo de “Flujos: vértigo circulatorio versus
parque, el teatro, el cine o el espec- la calle, es como el flaneur, un an- deambular nómada”. El viejo topo nº
táculo deportivo por el centro co- darín, un desocupado que explora la 88, set. 1995, p. 67) de los tiempos
mercial y la realización lúdica de vida de la ciudad,vaga sin rumbo fijo medidos, de la conformidad que lo
compras”. El tiempo dedicado a la por entre el trajín de la gran ciudad. funcionaliza. Establece una distancia
compra deja de ser una actividad “La estación y sobre todo el gran entre él y el trabajo, rompe con la
tediosa para transformarse en una almacén, nuevo laberinto de mercan- actividad orientada al logro de fines,
actividad gratificante, vinculada al cía, proporcionarán un último refu- que busca el cumplimiento de las
esparcimiento y como una forma de gio a este personaje”. CORBIN, Alain. obligaciones (la ciudad del paseante
ocupar el tiempo libre. CASARES “El secreto del individuo”. En ARIES, se opone “a la ciudad funcional, a la
RIPOL, Javier, “Influencia de las P y G. DUBY, Historia de la vida ciudad planificada y rigurosamente
marcas y de las formas comerciales privada, Madrid, Ed. Taurus, 1989, p. dibujada”. Marc Augé, op.cit. p. 149).
en el consumidor”. Revista de 475. GAWOLL, Hans Jürgen “El paseo
occidente nº 162, nov. 1994, p. 115,116. (Ensayo sobre la anticuada usanza 53. En el centro comercial “se afirma
del andar)”. Revista de occidente nº con ostentación el prestigio de bie-
47. Como sí lo es el motel. Este es 160, set. 1994, p. 94, 05. nes de diversos orígenes especial-
inseparable de la red de autopistas mente en el dominio de la comuni-
que atraviesan y comunican las 50. SARLO, Beatriz, op.cit. p. 16. cación y del audiovisual (aparatos
ciudades y de su tráfico incesante: de radio, televisores, cámaras...)”.
no es para el viajero el lugar del 51. Idem. Marc Augé, op.cit., p. 158.
descanso, “es más un relevo de
postas o un nudo de comunicaciones 52. El pasear es un libre deambular
que un lugar de encuentro entre a placer, es una actividad espontá-
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