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M a n e j o I n t e g r a d o d e P l a g a s y A g r o e c o l o g ’ a ( C o s t a R i c a ) N o . 64 p .

5 - 1 6 , 2 0 0 2

FORO
Un enfoque interdisciplinario para la
investigaci—n en agroecolog’a y desarrollo rural
en el tr—pico latinoamericano1
V.Ernesto MŽndez2
Stephen R.Gliessman3

RESUMEN. Se discute la integraci—n de la agroecolog’a con enfoques de las ciencias sociales, como base pa-
ra la investigaci—n interdisciplinaria en el manejo de los recursos naturales y el desarrollo rural en el tr—pico la-
tinoamericano o neotr—pico. Como disciplina que integra conceptos ecol—gicos al manejo de ecosistemas an-
tropogŽnicos, la agroecolog’a es un buen punto de partida para promover procesos innovativos de desarrollo
en los paisajes rurales. Sin embargo, la agroecolog’a por s’ sola no es suficiente para enfrentar la compleja di-
n‡mica social y ambiental presente en las ‡reas rurales. Por tanto, se proponen varios enfoques promisorios
que pueden complementar las aplicaciones agroecol—gicas. Estos incluyen el enfoque orientado a los actores,
el an‡lisis de medios de vida,la ecolog’a pol’tica,la investigaci—n participativa,y el marco de derechos ambien-
tales. Todos estos pueden considerarse como marcos pioneros para realizar investigaci—n social y ecol—gica en
pa’ses en desarrollo. Como ejemplo de este tipo de investigaci—n interdisciplinaria,presentamos un estudio en
proceso que analiza la din‡mica social y ecol—gica del cafŽ bajo sombra en El Salvador. Para lograr un mejor
entendimiento de las complejas realidades existentes en los paisajes rurales actuales, se requieren investigacio-
nes que incluyan sus contextos sociales y biof’sicos. El desarrollo de este tipo de estudios interdisciplinarios es
un desaf’o que apenas se comienza a enfrentar. El an‡lisis presentado en este documento tiene el objetivo de
contribuir a estos esfuerzos, al identificar enfoques promisorios que pueden ser combinados para desarrollar
investigaciones interdisciplinarias sobre el desarrollo y la conservaci—n integrada de los territorios rurales.

Palabra clave: Agroecolog’a, Desarrollo rural,AmŽrica Latina,Enfoques integrados de desarrollo.

ABSTRACT. An interdisciplinary approach for research in agroecology and rural development in the Latin
American tropics. This paper discusses the integration of agroecology with approaches from the social sciences,
as a basis for interdisciplinary research in natural resources management and rural development in the Latino
American tropics. As a field integrating ecological concepts to the management of anthropogenic ecosystems,
agroecology is a good starting point to promote innovative development processes in rural landscapes.
However, agroecology in itself is not sufficient to address the complex social and environmental dynamics pre-
sent in rural areas today. For this reason, we propose several promising approaches that can complement
agroecological applications. These include actor-oriented analysis, livelihoods approaches, political ecology,
participatory research, and environmental entitlements. All of these can be considered as innovative frame-
works to conduct social and ecological research in developing countries. As an illustration of this type of inter-
disciplinary research we present an on-going investigation analyzing the social and ecological dynamics of
shade coffee in El Salvador. A better understanding of the complex realities present in rural landscapes today
requires research approaches that fully address both their social and biophysical contexts. Developing this type
of interdisciplinary studies is a challenge we have only begun to undertake. The analysis presented in this arti-
cle aims to contribute to these efforts by identifying promising approaches, which can be combined to develop
interdisciplinary research on the development and conservation of rural territories.

Key Word: Agroecology, Rural developments, Latin America, Integrated approaches.

1 Este art’culo es una versi—n modificada de Gliessman & Mendez (2000a).


2 Candidato Doctoral en Agroecolog’a,Departamento de Estudios Ambientales, Universidad de California,Santa Cruz.Investigador, Programa Salvadore–o de
Investigaci—n en Desarrollo y Medio Ambiente (PRISMA).vemendez@sv.intercomnet.net
3 Profesor C‡tedra Alfred Heller de Agroecolog’a,Departamento de Estudios Ambientales, Universidad de California,Santa Cruz, EEUU. gliess@zzyx.ucsc.edu

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Introducci—n guez 1999, Hecht 1995, Norgaard y Sikor 1995, Wood-
El uso inapropiado de los recursos naturales en las re- gate 1991). La evoluci—n de la agroecolog’a,como una
giones tropicales ha causado una severa degradaci—n ciencia interdisciplinaria la convierte en una herra-
del ambiente (National Research Council 1993). Los mienta ideal para identificar las bases ecol—gicas y am-
modelos de desarrollo rural importados de los pa’ses bientales de un desarrollo socioecon—mico m‡s soste-
desarrollados han contribuido, en gran medida, a la nible (Guzm‡n-Casado et al. 1999). Sin embargo, hasta
degradaci—n ambiental de los tr—picos (Altieri y la fecha,este tipo de investigaciones apenas comienzan
Hecht 1990, Bunch 1985, Goodman y Redclift 1991). (Gliessman 2000a), y es necesario incrementar nues-
Esta situaci—n ha motivado la bœsqueda de alternati- tros esfuerzos en el desarrollo de enfoques que real-
vas que reconozcan mejor las condiciones ecol—gicas y mente integren las realidades sociales y ecol—gicas.
sociales de las poblaciones rurales tropicales (Altieri y
Anderson 1986, Bebbington y Thiele 1993, Chambers Estudios agroecol—gicos en el tr—pico:
et al. 1989, Gliessman et al. 1981, Thrupp 1993). La punto de partida
problem‡tica ambiental est‡ estrechamente relacio- Los estudios agroecol—gicos sobre la agricultura tradi-
nada con los procesos sociales, pol’ticos y econ—micos, cional en los tr—picos proveen un punto de partida im-
lo cual complica nuestros esfuerzos para entenderla y portante para entender los procesos ecol—gicos pre-
solucionarla (Blaikie y Brookfield 1987,Bryant y Bai- sentes en el manejo de los recursos naturales (Altieri
ley 1997, Peet y Watts 1996). Para lograr una mejor 1991, Ewel 1986, Gliessman et al. 1981). Estos agroe-
comprensi—n de estos problemas es necesario desarro- cosistemas han sobrevivido por mucho tiempo y se
llar nuevos enfoques de investigaci—n y desarrollo que han adaptado a una gran diversidad de cambios en su
logren cruzar fronteras disciplinarias, as’ como mœlti- entorno ambiental y social (Gliessman 1990c). Inves-
ples dimensiones geogr‡ficas y pol’ticas (Redclift tigaciones recientes apoyan las propuestas anteriores
1987, Rocheleau 1999, Thrupp 1990). Este foro hace que se–alan la importancia de los ecosistemas y agroe-
una revisi—n de enfoques de investigaci—n, partiendo cosistemas locales como bases para el desarrollo de
de una base agroecol—gica, que parecen promisorios una agricultura m‡s sostenible (Gliessman 2000b).
para los esfuerzos de desarrollo rural sostenible en el Por ejemplo, Ewel (1999) propuso un marco te—rico
tr—pico Latinoamericano. ecol—gico para el desarrollo de agroecosistemas que
buscan imitar, en la medida de lo posible, al ecosiste-
El desarrollo de la agroecolog’a ma natural del tr—pico hœmedo bajo. Utilizando con-
La agroecolog’a surge como una disciplina para en- ceptos como el de zonas de vida (Holdridge 1987) y la
frentar los problemas causados por la agricultura mo- funci—n de Mitscherlich,Ewel identifica los ambientes
derna convencional. Desde su concepci—n m‡s simple, —ptimos para la agricultura con base en las condicio-
la agroecolog’a puede definirse como la aplicaci—n de nes ecol—gicas.
principios ecol—gicos al entendimiento y desarrollo de El art’culo resume cinco a–os de investigaciones
agroecosistemas sostenibles (Altieri 1987, Gliessman, en las cuales se compararon aspectos ecol—gicos y pro-
1990a). A partir de los a–os 90s, la agroecolog’a co- ductivos entre monocultivos, sucesiones naturales e
mienza a integrar, mucho m‡s, conceptos sociales, eco- imitaciones agroforestales de la sucesi—n natural del
n—micos y pol’ticos en su an‡lisis (Altieri 1995,Gliess- bosque. Los resultados muestran similitudes entre la
man 1998, Vandermeer 1995). Este proceso fue sucesi—n natural y la imitaci—n agroforestal,en cuanto
necesario para analizar a fondo los sistemas agr’colas a la productividad primaria neta (PPN) y la baja inci-
tropicales y subtropicales tradicionales. El conoci- dencia de plagas. Los monocultivos agr’colas tuvieron
miento derivado de estos sistemas locales ha sido fun- las producciones m‡s altas en los primeros a–os, al
damental para el desarrollo de la teor’a y pr‡ctica igual que las m‡s bajas en el segundo ciclo del cultivo.
agroecol—gica (Altieri 1990). El pensamiento agroe- Estos resultados demuestran las ventajas productivas
col—gico tambiŽn ha incorporado enfoques de la so- de los monocultivos, a corto plazo, as’ como su alto ni-
ciolog’a y la antropolog’a, mediante sus aplicaciones vel de riesgo en ambientes tropicales hœmedos. Segœn
en el desarrollo rural y la ecolog’a. Varios trabajos rea- Ewel (1999), la agricultura dependiente de insumos
lizados por cient’ficos sociales, dentro de un marco externos, maquinaria y monocultivos no es propicia
agroecol—gico, han documentado este esfuerzo para el tr—pico hœmedo porque la inversi—n econ—mi-
(Chambers 1989, Gonz‡lez-Jacome y del Amo-Rodr’- ca necesaria es demasiado alta. El ambiente ejerce

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tanta presi—n sobre un sistema de esta ’ndole que es desarrollo agroecol—gico y social de estos agroecosis-
imposible mantener este tipo de producci—n sin incu- temas, a travŽs del tiempo. Investigaciones de este ti-
rrir en pŽrdidas econ—micas. Adem‡s este autor se–a- po han sido dif’ciles de realizar debido a la compleji-
la la importancia de considerar tambiŽn los costos am- dad de los huertos caseros, y a limitaciones
bientales resultantes de estas tecnolog’as (p.e. institucionales y financieras (MŽndez 2000, Nair 1993,
contaminaci—n,erosi—n genŽtica y de suelo, pŽrdida de Nair 2001).Sin embargo, algunos investigadores est‡n
la biodiversidad, entre otros). Por lo tanto, Žl propone comenzando a realizar esfuerzos por iniciar este tipo
que el dise–o de los agroecosistemas tropicales estŽ de estudios. El siguiente caso presenta resultados pre-
basado en la vegetaci—n natural y los agroecosistemas liminares de un an‡lisis, a travŽs del tiempo, de un
tradicionales. Se enfatiza la diferencia entre imitar y huerto casero agroforestal en MŽxico.
duplicar la estructura y funci—n ecol—gica, ya que ser’a
imposible duplicar exactamente la complejidad de un Huertos caseros en la comunidad de Cupilco,Tabasco,
ecosistema natural. Segœn Ewel (1999) la mayor des- MŽxico. Allison (1983),analiz— las caracter’sticas eco-
ventaja de este enfoque, es la reducci—n en los rendi- l—gicas de huertos familiares en las comunidades de
mientos de los cultivos. El autor no ahonda en el tipo Cupilco, Tabasco y Tepeyanco, Tlaxcala. Los huertos
de manejo que podr’a mejorar esta condici—n,aspecto familiares conten’an estructuras muy diversas, con un
en el cual pueden lograrse avances importantes me- dosel superior de ‡rboles y un estrato inferior con
diante la investigaci—n agroecol—gica. gran variedad de arbustos, cultivos y hierbas. Esta di-
Estudios similares se han desarrollado en otras versidad permiti— cosechar productos alimenticios du-
zonas ecol—gicas y con diferentes cultivos (Power rante todo el a–o, adem‡s de otros productos como le-
1999). Aunque estas investigaciones se han dado en –a, plantas medicinales, especies y ornamentales. El
diferentes ambientes, cabe mencionarlos aqu’ porque an‡lisis ecol—gico demostr— que aœn cuando las ‡reas
apoyan el concepto de la agricultura basada en ecosis- de los huertos son peque–as (0,3-0,7 ha), existen mu-
temas naturales y la agricultura tradicional. Entre es- chos componentes ecol—gicos, tales como alta diversi-
tos destacan trabajos sobre el papel de la biodiversi- dad de especies, cobertura completa, e ’ndices de ‡rea
dad en ecosistemas de pasturas de Estados Unidos foliar altos, caracter’sticas de los sistemas naturales lo-
(Tilman et al. 1996, Tilman et al. 1997) y sistemas tra- cales (Cuadro 1).
dicionales de arroz en Jap—n (Andow y Hidaka 1989).
Cuadro 1. Usos de las especies y características ecológicas
promedio de huertos familiares en Cupilco, Tabasco y Tepe-
Huertos caseros agroforestales: ejemplo de agroeco- yanco, Tlaxcala, México.
sistemas sostenibles en el tr—pico. Muchos estudios
Características Cupilco Tepeyanco
agroecol—gicos han evaluado los huertos caseros tro-
picales como agroecosistemas sostenibles (Gliessman Tamaño 0,70 ha 0,34 ha
1990b, Gliessman 1990c, Gliessman et al. 1981). Tam- Número de especies útiles 55 33
biŽn denominados huertos familiares, solares, y jardi- Diversidad (Indice de Shannon) 3,84 2,43
nes de casa,los huertos caseros agroforestales del tr—- Indice de área de hoja (LAI) 4,5 3,2
pico son asociaciones deliberadas de ‡rboles, arbustos, Cobertura vegetal (%) 96,7 85,3
cultivos herb‡ceos y/o animales, dentro de los l’mites Transmisión de luz (%) 21,5 30,5
del complejo residencial y utilizando, principalmente, Especies perennes (%) 52,3 24,5
mano de obra familiar (Fernandes y Nair 1986). En Especies arbóreas (%) 30,7 12,3
gran parte, el interŽs por los huertos caseros se debe a Plantas ornamentales (%) 7,0 9,0
que la estructura de Žstos es parecida a la de los bos- Plantas medicinales (%) 2,0 2,8
ques tropicales (alta diversidad de especies en mœlti- Datos de cuatro huertos en Tepeyanco y tres en Cupilco.
ples estratos verticales). Dado que los sistemas natu- Adaptado de: Gliessman (1990c).
rales locales son los ejemplos m‡s concisos que
existen de sistemas ecol—gicos sostenibles, la informa- Los huertos familiares parec’an responder a las
ci—n recopilada sugiere que los huertos familiares tie- variantes locales en tipo de suelo, drenaje, preferen-
nen gran potencial de sostenibilidad (Torquebiau cias culturales, tama–o y situaci—n econ—mica de la fa-
1992). Sin embargo, para poder comprobar esta cuali- milia y otros factores. La importancia de los huertos
dad es necesario realizar estudios que demuestren el familiares para las familias se refleja en la gran diver-

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sidad de funciones ecol—gicas, econ—micas y cultura- ha sido demostrado por trabajos recientes en diferen-
les. Asimismo, representan un recurso flexible y din‡- tes disciplinas. Estas investigaciones han demostrado
mico, que cambia de acuerdo a las necesidades de la una serie de percepciones err—neas sobre la realidad
familia a travŽs del tiempo (Gonz‡lez-Jacome 1985). de diferentes tipos de manejo local de los recursos na-
Estos resultados son similares a los obtenidos en estu- turales (Arnold y DeWees 1997, Leach y Mearns
dios recientes en AmŽrica Central (Lok 1998,MŽndez 1996).
et al. 2001). La compleja realidad que enfrentan las comuni-
En 1999,los autores de este documento realizaron dades rurales es afectada por una serie de factores in-
un diagn—stico r‡pido de la comunidad de Cupilco co- ternos y externos a la comunidad que deben ser con-
mo parte de un curso de agroecolog’a. El diagn—stico siderados, aœn cuando este tipo de an‡lisis es dif’cil de
incluy— un inventario de especies y entrevistas con la realizar.
familia propietaria de uno de los huertos que fue estu- Enfoques promisorios. En la primera secci—n se pre-
diado a principios de los a–os 80. Los resultados preli- sentaron las caracter’sticas de la agroecolog’a,las cua-
minares mostraron que despuŽs de casi 20 a–os, la di- les la convierten en una buena base para iniciar es-
versidad de especies y estructura vertical del huerto fuerzos de desarrollo rural. Los estudios
casero se manten’an casi intactas. Adem‡s,los medios agroecol—gicos presentados permiten definir tipos de
de vida de la familia segu’an bas‡ndose principalmen- manejo de los recursos naturales acordes con las con-
te sobre el cultivo del cacao (Theobroma cacao) y el diciones ecol—gicas a nivel de comunidad. El paso si-
consumo de diversos productos del huerto casero. A guiente es integrar este conocimiento con enfoques de
nivel agroecol—gico se notaron cambios en el incre- otras disciplinas, a mœltiples escalas, que sean de inci-
mento de la densidad y abundancia de los ‡rboles de dencia en los procesos de desarrollo. Las ‡reas de so-
cacao (Gliessman y MŽndez 2000b). Este estudio pre- ciolog’a del desarrollo, ecolog’a pol’tica y enfoques de
liminar deber‡ ser complementado con investigacio- desarrollo rural e investigaci—n participativa que se
nes agroecol—gicas y sociales m‡s profundas. Sin em- han desarrollado dentro de las ciencias sociales son de
bargo, los datos obtenidos muestran el gran potencial interŽs especial. A continuaci—n se discuten con m‡s
de sostenibilidad ecol—gica, a mediano plazo, que est‡ detalle algunos de estos enfoques.
presente en estos agroecosistemas.
Enfoque orientado a los actores
Contribuci—n de los estudios presentados. La impor- Este enfoque se origina en la literatura de la sociolo-
tancia de los trabajos citados y el estudio de caso pre- g’a del desarrollo rural. Dentro de este campo, esta
sentado en esta secci—n,confirman las bases ecol—gicas perspectiva rechaza teor’as estructurales vinculadas al
de algunos agroecosistemas tropicales locales. Estos marxismo, al modernismo, y al neo-modernismo. Aun-
ejemplos representan algunos de los sistemas m‡s sos- que estas œltimas tres difieren considerablemente, tie-
tenibles,desde un punto de vista ecol—gico,ya que han nen un concepto comœn: todas proponen que el desa-
producido durante un largo tiempo, sin degradar los rrollo econ—mico y social es el resultado de las
recursos naturales de los que dependen. Un conoci- acciones de las estructuras de poder en el ‡mbito in-
miento minucioso de la interacci—n entre los factores ternacional. En este escenario, las comunidades e in-
f’sicos, biol—gicos y culturales de los agroecosistemas dividuos tienen muy poco poder para definir los pro-
tradicionales, hist—ricamente exitosos, puede facilitar cesos de desarrollo que los afectan (Booth 1994). Por
la comprensi—n de los sistemas que hacen uso sosteni- el contrario, el enfoque orientado a los actores propo-
ble de la tierra. El desaf’o para el desarrollo rural es ne que los actores locales, tanto individuos, organiza-
integrar este conocimiento local para modificar o desa- ciones u otros, siempre negocian activamente en los
rrollar agroecosistemas adaptados a las realidades so- procesos de su propio desarrollo, aœn cuando este de-
ciales y ambientales actuales. En la siguiente secci—n sarrollo sea movilizado por fuerzas globales (Long
se discute este tema con m‡s detalle. 1992).
Siguiendo el argumento de Long (1992, 1994), es
Integraci—n de enfoques para el desarrollo rural importante tener en cuenta la gran variedad de acto-
Evidencias de la necesidad de nuevos enfoques. La res que afectan de alguna manera los procesos de ma-
necesidad de utilizar enfoques interdisciplinarios en el nejo de los recursos naturales. Estos incluyen indivi-
manejo de los recursos naturales y el desarrollo rural duos, mercados o instituciones a nivel local, regional,

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nacional e internacional (Long y van der Ploeg 1994). mente complejo de interacciones e influencias din‡mi-
Dependiendo del tipo de recurso, las diferentes formas cas entre los diferentes componentes.
de manejo, y otros factores externos (clima, econom’a El an‡lisis propuesto parte del contexto social, el
global,etc.), cada componente de esta larga cadena ten- cual incluye elementos como tierra, mano de obra,
dr‡ mayor o menor influencia sobre uno o m‡s de los mercados, estructuras pol’tico-econ—micas, gŽnero,
diferentes actores. Lo valioso de este marco te—rico es clases, religi—n, etc., que resultan en las diferencias in-
que obliga a ver m‡s all‡ de nuestra escala o entorno in- dividuales y grupales de las comunidades humanas.
mediato,lo cual es indispensable en un mundo cada vez Este contexto debe observarse desde el nivel local
m‡s globalizado. Adicionalmente,se pueden identificar hasta el global, con especial Žnfasis en las interaccio-
las relaciones de poder econ—mico y pol’tico que exis- nes entre los diferentes actores y elementos. TambiŽn
ten entre los diferentes actores, y que de alguna mane- es importante considerar el contenido social de las ini-
ra afectan sus interacciones con el ambiente. ciativas de manejo de los recursos naturales. Este se
refiere a los efectos de Žstas sobre los diferentes tipos
Hogares y medios de vida de actores, hogares, y/o comunidades, y sobre su rela-
El concepto de medios de vida ha sido definido como ci—n con el ambiente. La diferencia entre cada uno de
compuesto por la gente, sus capacidades y sus medios estos actores o comunidades determina el nivel y tipo
para vivir (p.e. comida, ingresos y otros recursos), que de impacto que resulta de la adopci—n o modificaci—n
pueden ser tangibles o intangibles (Chambers y Con- de una intervenci—n determinada. De aqu’, que los
way 1992). Adem‡s, los hogares y los agroecosistemas efectos que son positivos para un grupo de actores
en el medio rural son afectados por una serie de fac- pueden ser fatales para otros. Estos impactos deben
tores externos, desde las pol’ticas nacionales hasta el ser considerados seriamente, ya que pueden afectar
clima. negativamente a ciertos actores en tŽrminos econ—mi-
Los medios de vida rural han sido estudiados am- cos, sociales y ambientales.
pliamente en muchos pa’ses en desarrollo. Se ha de- Este enfoque incorpora propuestas de las ciencias
terminado un alto grado de diversidad entre los me- sociales como la ecolog’a pol’tica (la cual busca anali-
dios de vida de distintas partes del mundo. Algunos zar las relaciones de poder econ—mico y pol’tico en el
componentes importantes en los medios de vida de los manejo de los recursos naturales); an‡lisis institucio-
hogares son: diversificaci—n de la producci—n y los in- nales y organizativos; enfoques participativos; y enfo-
gresos; demograf’a familiar; educaci—n; distancia a ques de investigaci—n a largo plazo provenientes de la
centros urbanos; oportunidades de empleos externos; antropolog’a, la etnograf’a y la ecolog’a (tales como
acceso a infraestructura y recursos; nivel de organiza- historias de vida y an‡lisis repetidos en el tiempo).
ci—n y/o afiliaci—n a organizaciones o instituciones Rocheleau se–ala que las relaciones entre los hu-
(Bebbington 1999, Bernstein et al. 1992, Ellis 1998, manos y el ambiente son sumamente complejas. Para
Rocheleau 1999, Woodgate 1991, Zimmerer 1996). El entenderlas y mejorarlas se debe ampliar el reperto-
an‡lisis de estos componentes a nivel del hogar y del rio, de manera que se desarrolle una ciencia interdis-
agroecosistema permite una mejor comprensi—n de la ciplinaria que integre estas interacciones a mœltiples
realidad que enfrentan las familias rurales, y sus moti- escalas. Como punto de partida, los cient’ficos y prac-
vaciones en el manejo de los recursos naturales. ticantes de desarrollo y manejo de recursos naturales
debemos comenzar a profundizar en las mœltiples dis-
Diferencias y complejidad: ciplinas que se incluyen en este nuevo enfoque. Pri-
contexto y contenido social mero, se tiene que mejorar la comunicaci—n entre las
La discusi—n sobre este aspecto est‡ basado en un tra- diferentes disciplinas y fomentar la aceptaci—n de en-
bajo de Rocheleau (1999),ge—grafa con gran trayecto- foques interdisciplinarios por parte de instituciones
ria en la investigaci—n social en el manejo de sistemas internacionales y nacionales. Finalmente, se debe
agroforestales. Ella propone una ciencia agroforestal aceptar que las percepciones sobre ambiente y medios
"h’brida", que integre componentes importantes de de vida significan visiones y construcciones sociales
las ciencias sociales. Debe incluir una visi—n que pue- diferentes para los distintos actores. Empezando por
da integrar a una multiplicidad de actores y factores a nosotros, es necesario aceptar que estas distintas per-
diferentes escalas geogr‡ficas, y a travŽs del tiempo. cepciones existen, y que adem‡s inciden en los proce-
El resultado de este escenario es un esquema suma- sos de desarrollo y manejo de los recursos naturales.

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Organizaciones y capitales entitlements", es una propuesta de investigadores del
Una gran diversidad de instituciones y organizaciones Instituto para Estudios del Desarrollo (IDS), en la
juegan actualmente un papel importante en el desa- Universidad de Sussex, Inglaterra. Esta se basa en
rrollo rural y el manejo de los recursos naturales. Va- gran diversidad de estudios, la mayor’a en pa’ses afri-
rios investigadores han concentrado sus estudios en el canos, enfocados a analizar las relaciones entre la glo -
an‡lisis de estas instituciones u organizaciones. Los balizaci—n,los medios de vida rural y el manejo y con-
resultados muestran procesos din‡micos de cambio en servaci—n de los recursos naturales. Estos incluyen
la estructura y funci—n de diferentes formas de organi- nociones de las comunidades sociales y ecol—gicas co-
zaci—n en los pa’ses en desarrollo. Bebbington (Beb- mo sistemas din‡micos y cambiantes en el tiempo y el
bington 1992, 1993,1996a,1996b, 1997,1998,Bebbing- espacio, con altos grados de incertidumbre y comple-
ton y Thiele 1993) ha desarrollado uno de los estudios jidad en su conducta (Scoones 1999). El trabajo de es-
m‡s completos y de mayor duraci—n sobre la inciden- te grupo obtuvo mucha atenci—n al publicarse un libro
cia de organizaciones locales, organizaciones no-gu- sobre la deforestaci—n en la sabana Africana (Leach y
bernamentales e instituciones de gobierno sobre los Mearns 1996). La investigaci—n demostr— que por dŽ-
medios de vida de las comunidades rurales en los An- cadas, las pol’ticas ambientales hab’an atribuido a las
des Suramericanos. Los trabajos de este autor de- comunidades rurales de la sabana la responsabilidad
muestran el papel indispensable que juegan las dife- por gran parte de la deforestaci—n. Lo que los inves-
rentes organizaciones como intermediarios entre tigadores demostraron con una combinaci—n de meto-
comunidades rurales y mercados e instituciones exter- dolog’as, desde sistemas de informaci—n geogr‡fica
nas. Adem‡s, los impactos de estas organizaciones son (SIG), hasta investigaciones hist—ricas puntuales, fue
resultado de su origen, tipo, estructura y habilidad de que la cobertura boscosa de la sabana hab’a sido in-
evoluci—n frente a los cambios ambientales y sociales. crementada por sus pobladores. Sin embargo, la vi-
Bebbington (1999) propone que los medios de vi- si—n tradicional de los tomadores de decisiones se en-
da rurales pasaron de estar basados œnicamente en re- focaba solamente en el pasado cercano y el presente,
cursos naturales, a depender de una gama de activos o lo cual no permit’a visualizar los verdaderos cambios
recursos, fuentes de ingreso y mercados de productos a largo plazo en el ambiente. Con base en Žsta y otras
y trabajo. Este autor presenta un marco para analizar investigaciones, este grupo propuso un marco que in-
los medios de vida basado en cinco tipos de capital: 1. tegra toda la din‡mica de cambio y complejidad pre-
social; 2. natural (recursos naturales); 3. humano (co- sentes en las relaciones socio-ambientales. Para ello
nocimiento, creatividad,mano de obra, apoyo, etc.); 4. identifican un marco de derechos ambientales, defini-
cultural y 5. producido. De Žstos resalta la importan- do como "utilidades alternativas derivadas de bienes y
cia del desarrollo del capital social. Este puede defi- servicios ambientales sobre los cuales los actores socia-
nirse como las redes y relaciones (ya sean informales les tienen poder efectivo y legitimizado, y que son par-
o como organizaciones e instituciones) desarrolladas te de los esfuerzos por lograr la calidad de vida desea-
con un fin de beneficio mutuo, generalmente asociado da" (Leach et al. 1999).
al acceso a algœn tipo de recurso. En los Andes, algu- Dentro de esta propuesta, las instituciones tienen
nas comunidades de agricultores ind’genas han podi- un papel crucial en las relaciones humanas con el am-
do adaptar tecnolog’as externas e integrarse a algunos biente. Estas instituciones pueden ser formales o in-
mercados, sin perder su identidad cultural, ni incre- formales, e incluyen cualquier tipo de asociaci—n, ya
mentar la degradaci—n ambiental. Bebbington (1999) sea individual o colectiva, para negociar el manejo de
ha llamado a estas comunidades, Ôislas de sostenibili- recursos y/o derechos. Adem‡s, es importante tomar
dadÕ, y concluye que su Žxito se debe en gran medida en cuenta la naturaleza din‡mica de las instituciones,
al tipo de organizaciones locales existentes, su enfo- que cambian de acuerdo a los procesos de desarrollo
que de autonom’a cultural, conservaci—n de los recur- social y ambiental.
sos naturales y su poder de negociaci—n con mercados Un concepto clave de este marco es que las con-
y otros autores externos. diciones ambientales son el producto, no s—lo de pro-
cesos hist—ricos ecol—gicos sino tambiŽn de procesos
Derechos ambientales en sistemas din‡micos y hist—ricos sociales. De aqu’, que el ambiente provee
complejos un espacio para la acci—n social, pero a su vez es, en
El concepto de derechos ambientales "environmental parte, un resultado de esta acci—n. Leach et al. (1999)

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en las conclusiones de su art’culo resume muy bien es- dores y practicantes del desarrollo rural han incorpora-
tos conceptos se–alando que "instituciones diversas, que do mŽtodos participativos en sus estrategias. La teor’a
pueden ser formales o informales, y muchas veces ac- y pr‡ctica de la investigaci—n y desarrollo participativos
tuando en combinaci—n, forjan las maneras en que los ha avanzado considerablemente, para incluir aspectos
diferentes actores sociales tienen acceso, usan y se bene- de monitoreo y evaluaci—n. Organizaciones como el
fician de recursos y servicios ambientales,y al hacerlo in- Instituto Internacional para Ambiente y Desarrollo
fluencian la ruta de cambio del entorno ecol—gico". (IIED-www.iied.org) y el Instituto para Estudios del
Desarrollo (IDS-www.ids.ac.uk), han jugado un papel
Enfoques participativos en el desarrollo rural y importante en estos avances.
manejo de los recursos naturales4 Por otra parte, el auge y popularidad de los enfo-
Los enfoques de investigaci—n y desarrollo participa- ques participativos han resultado tambiŽn en aplica-
tivo en el manejo de los recursos naturales surgen co- ciones controversiales que han atra’do fuertes cr’ticas.
mo una alternativa al enfoque de arriba hacia abajo, Una de las controversias m‡s importantes sobre la in-
de los modelos tradicionales de investigaci—n y desa- vestigaci—n participativa es el nivel de participaci—n
rrollo rural. Espec’ficamente, estas propuestas pre- que realmente obtienen las comunidades o usuarios
tenden integrar la realidad de las poblaciones en el (Rocheleau 1994). La participaci—n puede darse des-
proceso de investigaci—n y desarrollo. Adem‡s, los de acuerdos contractuales para realizar tareas espec’-
procesos de desarrollo son enfocados directamente a ficas, hasta dejar que los usuarios de los recursos to-
entornos ecol—gicos espec’ficos, con base en el conoci- men todas las decisiones relevantes sobre los procesos
miento y prioridades locales (Chambers 1994, Selener de investigaci—n y desarrollo. Los cr’ticos de los enfo-
1997). En sus aplicaciones iniciales, como el diagn—s- ques participativos han se–alado que muchos proyec-
tico rural participativo (DRP), el enfoque represent— tos que pretenden ser participativos, en la realidad
una combinaci—n de mŽtodos de diagn—stico rural r‡- han cambiado poco en lo que respecta a la capacita-
pido (DRR) y otras herramientas (p.e. sondeo y an‡- ci—n de las comunidades para que sean capaces de di-
lisis de agroecosistemas),con una integraci—n m‡s real rigir sus propios procesos de desarrollo (Selener
de la "voz" propia de las comunidades rurales (Cham- 1997). Adem‡s, muchos de los problemas encontrados
bers 1983, Chambers y Conway 1992, Conway 1985, en proyectos no-participativos han sido traspasados a
Hildebrand 1981). En general,el diagn—stico rural r‡- iniciativas que incluyen la participaci—n. Por ejemplo,
pido fue dise–ado para recopilar informaci—n relevan- un estudio reciente sobre proyectos ambientales par-
te sobre las realidades de comunidades rurales y su ticipativos muestra la misma insensibilidad, en cuanto
proceso de desarrollo. Caracter’sticas importantes del a gŽnero, que se ha estado criticando por m‡s de una
DRR fueron la inclusi—n del conocimiento y percep- dŽcada en la investigaci—n y desarrollo tradicional
ciones locales, un Žnfasis en equipos de investigaci—n (Guijt y Kaul Shah 1998). Otras preocupaciones est‡n
multidisciplinarios, y el uso de mŽtodos m‡s interac- relacionadas con llevar la participaci—n y su efecto a
tivos, en sustituci—n de enfoques extractivos (p.e. el mayores escalas pol’ticas, aquellas donde se definen
uso de entrevistas en vez de cuestionarios). decisiones de importancia para las mismas comunida-
La investigaci—n y el diagn—stico participativo des (Holland et al. 1998). El enfoque participativo se
cambiaron el objetivo del DRR al incrementar las inte- ha enfocado generalmente a un nivel local o comuni-
racciones y exploraci—n mutua entre las comunidades tario. Muchas veces esta limitada visi—n ignora in-
rurales y actores externos del proceso de desarrollo fluencias y causas externas que son importantes en el
(Rocheleau 1994). De aqu’, que el rol del investigador manejo y uso de los recursos naturales. Adem‡s, estos
o especialista en desarrollo es m‡s el de un facilitador enfoques han sufrido de un "sobre romanticismo" en
de un proceso que el de un dirigente o controlador cuanto al conocimiento local como la alternativa œni-
(Chambers 1994). Los modelos de experimentaci—n se ca para solucionar problemas de manejo ambiental
transfieren hacia la investigaci—n en finca con la parti- (Bebbington 1996a). Debido a que las comunidades
cipaci—n activa de los agricultores,en comparaci—n con son siempre afectadas por influencias externas, parece
los ensayos en estaciones experimentales (Hildebrand m‡s l—gico definir soluciones que integran el conoci-
y Poey 1985). Actualmente,gran cantidad de investiga- miento y las tecnolog’as locales con sus contrapartes

4 Adaptado de Mendez y Overpeck (2000)

11
externos. Finalmente, algunos autores han se–alado la tratar de visualizar la realidad local, sin perder de vis-
pobreza de los enfoques participativos para documen- ta otras escalas mayores que de alguna manera la in-
tar y evaluar procesos sociales a un nivel de relaciones fluencian. La figura 1 muestra un diagrama simplifi-
individuales, ya sean internas o externas a la comuni- cado de una serie de factores que, a diferentes escalas,
dad (Mosse 1998). pueden afectar a un agroecosistema.
A pesar de las cr’ticas mencionadas, los enfoques Los enfoques de investigaci—n y desarrollo se
participativos tienen gran potencial como herramien- concentran, generalmente, en el ‡mbito de una de las
ta para la investigaci—n y el desarrollo en el manejo de escalas presentadas en la figura 1. Ser’a sumamente
los recursos naturales. Los trabajos discutidos de- dif’cil,aunque tal vez ideal,poder trabajar a profundi-
muestran que la participaci—n por s’ sola no es sufi- dad en todos los ‡mbitos. Lo que es importante es no
ciente para resolver todos los problemas de desarrollo perder de vista la influencia de los actores, institucio-
rural y degradaci—n ambiental. Estos enfoques deben nes y mercados que interactœan y se afectan entre s’ a
ser integrados con otros marcos y metodolog’as que travŽs de los diferentes espacios. Una vez definido el
puedan complementar las debilidades presentes en las contexto en el cual se trabaja se pueden tratar de
propuestas participativas. Espec’ficamente, se necesi- identificar aquellos actores que lo afectan m‡s signifi-
tan marcos anal’ticos que permitan visualizar los pro- cativamente a otros niveles, y concentrar los esfuerzos
cesos a travŽs de diferentes escalas espaciales y tem- de trabajo en estos.
porales, as’ como mŽtodos que logren describir las
interacciones individuales externas e internas a las co- Partiendo de las realidades locales. Uno de los desa-
munidades (Long y Long 1992, Mosse 1998, Roche- f’os m‡s grandes para los investigadores y quienes tra-
leau 1999). bajan en manejo de recursos naturales y desarrollo ru-
ral es llegar a entender las realidades de las
Discusi—n comunidades y de los agricultores a nivel local. Esta
Visualizando la realidad compleja. La realizaci—n de comprensi—n generalmente requiere de tiempo, y de
estudios y programas interdisciplinarios representa un la generaci—n de un cierto nivel de confianza con los
gran desaf’o para investigadores, practicantes del de- actores rurales locales. Muchas veces estas personas
sarrollo rural y decisores a nivel pol’tico. Adem‡s de han tenido malas experiencias con otros individuos o
los problemas relacionados a la integraci—n de dife- instituciones, lo cual hace m‡s dif’cil entablar di‡logos
rentes disciplinas cient’ficas, se deben considerar las honestos y transparentes. Por lo tanto, es importante
dimensiones temporales y espaciales presentes en los invertir esfuerzos y recursos adecuados en la investi-
procesos de desarrollo rural (Allen 1993). Para inte- gaci—n social y ecol—gica a nivel local. Aœn cuando se
grar estos conceptos a la investigaci—n es necesario realicen actividades paralelas a otras escalas, es nece-

Figura 1. Realidad de los agroecosistemas tropicales y diferentes escalas geográficas y políticas que pueden afectarlos.

12
sario asegurar un entendimiento adecuado de la reali- trabajos realizados tengan una incidencia importante
dad local. Es aqu’ donde los enfoques discutidos en en los procesos locales de desarrollo y manejo am-
este documento se hacen œtiles y necesarios. Sin la in- biental. A continuaci—n se presenta un ejemplo de
tegraci—n de las perspectivas sociales y ecol—gicas, la una investigaci—n en curso que ha buscado integrar al-
realidad queda incompleta, previniendo as’ que los gunos de los enfoques discutidos en este art’culo.

Conservaci—n de biodiversidad arb—rea y medios de vida en cafetales bajo sombra de El Salvador

En El Salvador, donde la degradaci—n ambiental ha alcanzado niveles cr’ticos, el agroecosistema de cafŽ


bajo sombra ha llegado a tener gran importancia ecol—gica (PRISMA 1995, Cuellar et al. 1999). Para poder
entender el verdadero potencial de la conservaci—n ambiental de estos agroecosistemas fue necesario tam-
biŽn profundizar en las realidades sociales que afectan a los caficultores. El estudio se concentr— en tres coo-
perativas de peque–os caficultores para complementar otras investigaciones recientes con medianos y gran-
des productores. Desde el punto de vista ecol—gico se analizaron la composici—n de especies de ‡rboles, el
porcentaje de sombra, y la distribuci—n de los ‡rboles dentro del paisaje. La tem‡tica social incluy— medios
de vida de los caficultores, organizaci—n social y sus v’nculos con redes y actores externos. La investigaci—n
integr— diferentes enfoques y metodolog’as de las ciencias sociales y naturales para poder visualizar mejor las
din‡micas ecol—gicas y sociales presentes en los cafetales y las comunidades que los manejan (Cuadro 2).

Cuadro 2. Análisis interdisciplinario de cafetales bajo sombra mediante múltiples escalas.

Tema Variables Enfoque Metodología Escala


Conservación - Diversidad y abundancia de Agroecología, - Muestreo al azar y - Local
especies arbóreas especies de Ecología, sistemático - Finca
- Tamaño de los árboles Agroforestería - Inventarios, y mediciones - Paisaje
- Distribución con relación a un - Sistemas de Información
área protegida Geográfica
- Estructura del agroecosistema

Medios de vida - Composición familiar Medios de vida, - Entrevistas semi- - Hogar


de los hograres - Fuentes de ingreso Agroecología, estructuradas e - Local
- Uso e importancia de los Agroforestería, informales
árboles de sombra en los Enfoque orientado - Cuestionarios
medios de vida a los actores - Grupos focales
- Acceso a servicios y recursos - Observación

Organización social - Origen y tipo de organización Ecología política, - Información segunda - Local
- Beneficios Análisis de capital - Entrevistas semi- - Regional
- Estructura social, Marco de estructuradas e - Nacional
- Otras características derechos informales
ambientales; - Grupos focales
Enfoque a los
actores

Redes y relaciones - Tipos de mercado Ecología política, - Revisión de literatura e - Local


con actores - Relaciones con actores Análisis de capital información segunda - Regional
internos y externos relevantes social, Marco de - Entrevistas semi- - Nacional
- Redes de apoyo y derechos estructuradas e - Internacional
comercialización ambientales; informales
Enfoque a los - Grupos focales
actores
Fuente: Méndez (2002).

13
Los resultados preliminares de la investigaci—n trayectoria en trabajos interdisciplinarios. Por sus ca-
sobre el uso de ‡rboles en cafŽ en El Salvador de- racter’sticas como un campo interdisciplinario y su
muestran la importancia de integrar diferentes disci- trayectoria de investigaci—n en agroecosistemas loca-
plinas, a travŽs de varias escalas. Partiendo de una les tropicales, se propone a la agroecolog’a como la
base agroecol—gica que permiti— conocer a fondo la base ideal para comenzar estos estudios. Enfoques
estructura y composici—n del agroecosistema, se han provenientes de las ciencias sociales, tales como la
establecido v’nculos directos entre los medios de vida ecolog’a pol’tica,el enfoque orientado a los actores, y
de los hogares y el manejo de los ‡rboles de sombra. otros mencionados en este foro, pueden ser integra-
A su vez,el tipo de organizaci—n ha resultado ser una dos a la agroecolog’a para dise–ar investigaciones in-
variable que diferencia los distintos tipos de manejo terdisciplinarias y a mœltiples escalas. Este tipo de es-
de la sombra y el cafetal. Finalmente, se descubri— tudios tienen un gran potencial de proveer visiones
que los v’nculos con mercados alternativos y proyec- m‡s precisas de las din‡micas sociales y ecol—gicas de
tos de desarrollo tienen influencia sobre la planifica- las ‡reas rurales. Al disponer de esta informaci—n, se-
ci—n en cuanto al manejo de sombra en el futuro. Se r‡ m‡s factible desarrollar programas que logren in-
considera que este tipo de informaci—n ser‡ de utili- tegrar la conservaci—n ambiental con el desarrollo so-
dad en esfuerzos que busquen combinar la conserva- cial. Como lo ha planteado Rocheleau (1999), existe
ci—n de especies de ‡rboles con el bienestar social de un repertorio de enfoques y mŽtodos para realizar es-
las cooperativas y los hogares que las conforman te tipo de trabajos. El desaf’o que enfrentamos en el
(MŽndez 2002). futuro es lograr integrar esas diferentes perspectivas
en investigaciones y trabajos de calidad y rigor cient’-
Conclusiones fico. Estos deben incluir, equitativamente,las realida-
En este trabajo se discuten enfoques de investigaci—n des sociales y ecol—gicas de las comunidades rurales.
promisorios para desarrollar estudios interdisciplina- Finalmente, es necesario orientar nuestros esfuerzos
rios en el manejo de recursos naturales y el desarro- para que las investigaciones puedan ser utilizadas di-
llo rural en zonas tropicales. Las disciplinas y meto- rectamente en los procesos de desarrollo rural en los
dolog’as discutidas son solo una parte de la gran pa’ses tropicales. Esto requiere de la formaci—n de
diversidad de opciones que pueden utilizarse en la in- alianzas estratŽgicas entre investigadores, comunida-
vestigaci—n interdisciplinaria. Sin embargo, los enfo- des rurales, proyectos, tomadores de decisiones, y
ques presentados fueron seleccionados por los auto- otros actores relevantes en actividades de desarrollo
res con base en su utilidad, car‡cter cr’tico y rural y conservaci—n ambiental.

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