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Caracterización Superficial de los Implantes Dentales de Titanio

Comercialmente Puro Grado IV


Producidos por la Empresa IMETI
Beltrán C., Rojas B., Rojas S. / Bogotá, Colombia. Diciembre de 2008.

Resumen Abstract

Debido a las diferentes alternativas que The dental implant market currently
ofrece actualmente el mercado de offers different alternatives for
implantes dentales, se decide costumers. The purpose of this study
caracterizar y evaluar las competencias was to characterize and assess the
de los implantes dentales de la casa
competencies of the dental implants
comercial nacional, IMETI Ltda. Para
produced by the national firm, IMETI
esto, se evaluó cada etapa del proceso
del tratamiento superficial de los Ltd. In order to do so, we evaluated
implantes de titanio comercialmente puro every step involved in the surface
(CP) grado IV, producidos por la treatment for the commercially pure
empresa. La microscopía electrónica de (CP) titanium grade IV implants,
barrido (SEM, por sus siglas en inglés) produced by the firm. The scanning
fue el método utilizado para caracterizar electron microscopy (SEM) was the
porosidad y la difractometría de Rayos X method used to characterize porosity
(XRD, por sus siglas en inglés) para la and X-Ray Diffraction (XRD) for the
composición superficial del implante. Con surface composition of the implant.
la primera técnica, se obtuvo un rango de
With the first technique, we obtained
porosidad esperado entre 1 y 10
an expected range of porosity
micrómetros; y con la última, se encontró
que la composición superficial de los between 1 and 10 micrometers, and
implantes corresponde a una mezcla de with the last one, it was found that the
óxido de titanio (TiO) y dióxido de titanio implant surface composition is a
(TiO2) en las formas rutilo y anatasa, mixture of titanium oxide (TiO) and
siendo el último, más del 50% de los titanium dioxide (TiO2) in rutile and
compuestos presentes en la superficie anatase forms. The TiO2 represents
del implante lo que favorece la more than 50% of the compounds
biocompatibilidad, bioactividad y por present on the surface of the implant,
consiguiente la oseointegración. Las it promotes biocompatibility,
características encontradas en los
bioactivity and hence
implantes de fabricación nacional,
coinciden con las de las casas
osseointegration. The characteristics
comerciales líderes en el mundo. found in the national manufactured
implants, coincide with the leading
business houses in the world.
Marco teórico

Desde que Branemark y su equipo introdujeron el uso de implantes dentales de


titanio CP para rehabilitación oral, se ha incrementado el número de implantes
dentales y ortopédicos que se ponen a pacientes cada día. El titanio y sus
aleaciones son los materiales más comúnmente usados, particularmente para
odontología, ortopedia y aplicaciones de osteosíntesis [1, 2]. Estos materiales
poseen propiedades óptimas para aplicaciones biomédicas. El titanio muestra una
combinación favorable de propiedades intrínsecas para la producción de implantes
dentales, entres ellas se encuentran un bajo peso específico, alta resistencia a la
presión, bajo módulo de elasticidad, muy alta resistencia a la corrosión y excelente
biocompatibilidad en términos generales [3]. La capa pasiva formada en la
superficie de los implantes protege el metal que se encuentra por dentro, de
futuras oxidaciones y permite la oseointegración.

En general, los implantes dentales son fabricados de titanio CP [4] debido a su


comprobada biocompatibilidad, es decir, la aceptación por parte de los tejidos
vivos [5]. La biocompatibilidad se caracteriza por la ausencia de corrosión y
deterioro del material que puede conducir a respuestas inflamatorias indeseables,
muerte del tejido circundante o la formación de trombos por efectos de
coagulación sanguínea inesperada.
Metodología

Basados en los protocolos existentes y en la experiencia, se diseñaron 10 pruebas


diferentes para evaluar el efecto de cada una de las etapas del proceso en el
acabado superficial del producto final. Se escogieron 4 métodos con los que se
obtuvo un acabado superficial uniforme a lo largo de toda la pieza. Se repitieron
los procedimientos por duplicado para someter los implantes obtenidos al análisis
de porosidad, utilizando el microscopio electrónico de barrido (SEM por sus siglas
en inglés) del departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de
Bogotá.

Una vez realizadas las pruebas para definir un protocolo de control de calidad,
limpieza y envasado para los implantes se procedió a preparar la muestra que
sería sometida a la Difractometría de Rayos X.

Para llevar a cabo de difractometría de Rayos X, se preparó una muestra de


dimensiones 0.5x0.5x0.9mm. Se procedió a diseñar una pieza con lados planos
debido a que el difractómetro así lo requiere por su forma paralela a la superficie
en que se dispara el rayo. La superficie roscada del implante no permite analizar
su composición, mientras que la superficie plana sí.

Esta pieza de titanio CP grado IV fue sometida al tratamiento superficial del


protocolo estándar de tal forma que la composición superficial en ésta pieza
coincida con la de los implantes producidos por IMETI.
Resultados

1. Por medio de la microscopía electrónica se logró


ver que el protocolo estándar permite obtener un
rango del tamaño de poro, estará siempre entre 1 y
10 µm, logrando así el objetivo principal de
estandarizar los procesos de tal forma que el
producto obtenido siempre cumpla con las
características deseadas.

2. Se intentó realizar un estudio de composición


utilizando microscopía electrónica, sin embargo no
se obtuvo un resultado preciso. La Figura 2,
muestra únicamente presencia de titanio y no de
oxígeno porque la capa superficial de óxido de
titanio es muy delgada con un valor cercano a 1
micrómetro, es decir, con respecto a toda la pieza,
el porcentaje de oxígeno presente en ella no es
significativo. Por éste motivo se procedió a realizar
una difractometría de Rayos X.

3. Por medio de la difractometría de Rayos X se


encontró que la composición superficial de los
implantes de titanio corresponde a dos tipos de
óxido de titanio básicamente: Óxido de titanio (TiO)
y dióxido de titanio (TiO2), sin embargo éste último
se encontró con dos diferentes estructuras
moleculares.
En la Figura 3, se observa el Difractograma de
Rayos X para el TiO.
4. El TiO2 se presenta en la naturaleza en varias
formas: rutilo (estructura tetragonal), anatasa
(estructura octahédrica) y brookita (estructura
ortorómbica). En la muestra que se sometió a
difractometría de Rayos X se encontró TiO2 como
rutilo (Figura 4)

5. y en la forma común llamada anatasa. Se


encontró que las cantidades de TiO2 tipo rutilo y
TiO son similares y la de TiO2 común es más baja
siendo casi la mitad de los otros dos tipos
mencionados anteriormente.
Conclusiones

Implica además que el organismo no genere respuestas inmunológicas


indeseadas como el aumento en el número de anticuerpos, y que no existan
fenómenos de mutación celular o aparición de células cancerígenas [5-7]. Para
determinar la biocompatilidad de un material se llevan a cabo pruebas
experimentales in vitro usando cultivos celulares mediante las cuales se determina
la toxicidad y solubilidad del material [5]. Además, se realizan pruebas in vivo
particularmente en modelos animales que mediante técnicas de histoquímica,
inmunohistoquímica, bioquímica, carga mecánica y microscopia electrónica
permiten evaluar la respuesta de los tejidos vivos en presencia del material [5, 8].

Varios estudios realizados para evaluar la biocompatibilidad de diferentes tipos de


materiales [9, 10, 11] han demostrado que el titanio es uno de los materiales que
mejor respuesta presenta a la inserción en el organismo vivo gracias a su
resistencia a la corrosión y su estabilidad mecánica durante la etapa de
cicatrización [6,8]. Se ha encontrado que el niobio, el tantalio y el circonio son los
materiales no tóxicos más favorables para ser usados con aleaciones de titanio en
aplicaciones biomédicas [12] y que entre los biomateriales metálicos, la
biocompatibilidad de las aleaciones de titanio es la más elevada. Sin embargo,
estas aleaciones no son bioactivas, es decir, no forman una unión fuerte con el
tejido óseo [13]. Un material es bioactivo si permite la colonización de su superficie
por parte de las células osteoprogenitoras. Una medida esta característica es la
inmersión del material en un fluido que simula las condiciones corporales y
determinando la formación de microcristales de hidroxiapatita [13].

Por la necesidad de establecer uniones directas, adherentes y fuertes con el tejido


óseo, los implantes dentales son provistos de tratamientos superficiales y
recubrimientos con otros materiales que incrementan su desempeño al promover
el crecimiento de hueso en su superficie [7, 13, 14]. El éxito clínico que han
alcanzado los implantes se debe no sólo al material sino también a otras
propiedades como el diseño del implante, el tratamiento superficial y la calidad,
además de otro factores implicados como la técnica en la cirugía y la calidad del
hueso hospedero [15].

De todas las propiedades del titanio, la más importante es la calidad de la


superficie [16]. Los compuestos de óxido de titanio, presentes en una superficie
del implante de titanio CP, son responsables por una interacción biológica
favorable que ocurre en la interfase hueso-implante. La capa de óxido le
proporciona al titanio características de biocompatibilidad [17].

La composición química de la superficie del implante puede variar de forma notoria


desde la pieza en bruto hasta su acabado si se somete a mecanizado, tratamiento
térmico, arenado, recubrimiento o hasta procesos de esterilización. La
contaminación superficial que involucra éstos procedimientos, por ejemplo, trazas
de metales, iones, lubricantes y detergentes, pueden alterar para bien o para mal,
la biocompatibilidad superficial hasta cuando las cantidades son muy pequeñas.
Basados en estas consideraciones, un control de calidad sobre la composición
superficial del implante, se convierte en un procedimiento relevante para producir
dispositivos de alta calidad [18-20].

 Como se mencionó anteriormente la oseointegración es la aceptación y


adaptación funcional de un implante insertado en el hueso. El éxito del
proceso depende de la función de dos procesos previos: la osteoinducción
y la osteoconducción [21]. La osteoinducción es el proceso a través del cual
las células madre se diferencian en las células osteogénicas que forman el
tejido óseo. La deposición de nuevo hueso por parte de estas células se
conoce como osteogénesis [21]. Existen dos tipos de osteogénesis:
osteogénesis a distancia y osteogénesis de contacto [22]. En la primera, el
tejido óseo se forma desde la superficie del hueso circundante. En la
segunda, la formación de tejido óseo se produce desde la superficie del
implante. Es decir, la formación de hueso en la región periprotésica tiene
dos direcciones: desde la superficie del hueso circundante hacia el implante
y desde la superficie del implante hacia el hueso circundante [23].

Sin embargo, y a pesar que la osteogénesis de contacto forma tejido óseo a una
velocidad 30% mayor que la osteogénesis a distancia [23], la formación desde la
superficie del implante implica que dicha superficie permita su colonización por
parte de células de origen mesenquimal [22]. Esta colonización, denominada
osteoconducción, corresponde a la formación de hueso sobre una superficie de
material bioactivo [21, 22]. Este fenómeno depende esencialmente de la
biocompatibilidad del material y de sus características superficiales [24, 25].

Como consecuencia de la colonización de la superficie del implante por parte de


las células osteoprogenitoras, se forma una interfase de contacto entre el implante
y los tejidos que lo rodean.

El contacto puede ser de dos tipos: el contacto con el hueso o tejido duro, y el
contacto con el tejido fibroso o suave. Se ha reportado que el contacto directo
entre el hueso vivo y la superficie del implante forma una fuerte matriz extracelular
de unión tanto estructural como funcional que incrementa con el tiempo, promueve
la osteogénesis reparativa en la interfase y permite la fijación del implante gracias
a su mineralización [26, 27]. En el caso de la interfase con el tejido suave, se ha
reportado que las células epiteliales forman un fuerte collar alrededor del implante
que carece de signos de respuesta inflamatoria y que crea una fina capa de tejido
conectivo poco vascularizada en las cercanías de la superficie del implante a partir
de la cual comienza la regeneración tisular [28].

El contactos entre el tejido biológico y el implante están relacionados con las


características topográficas en la superficie del implante. Existen tres escalas de
topografía superficial, cada una con ventajas respecto al comportamiento del
implante y la formación de la interfase hueso-implante [29, 30, 31]. Se ha
establecido que las modificaciones superficiales en las dimensiones menores a un
micrómetro tiene influencia en la morfología, orientación y adhesión celular [13,
32], mientras que las dimensiones entre uno y cien micrómetros están asociadas
con la formación de hueso [29], y las dimensiones superiores a los cien
micrómetros, especialmente la topografía roscada, están relacionadas con el
soporte y estabilidad del implante frente a la acción mecánica [13, 33]. Mientras la
macrotopografía, es decir, el diseño acanalado del cuerpo del implante está
relacionado con la resistencia a esfuerzos y la estabilidad inicial, la
microtopografía, es decir, el tratamiento superficial, proporciona a la superficie del
implante un patrón similar al dejado por el frente de resorción de osteoclastos en
la superficie del hueso durante el remodelamiento [33, 34]. Este patrón superficial
permite que la línea de cementación secretada por los precursores osteoblásticos
se entrelace con la superficie del implante y asegure la formación del nuevo hueso
[29].

De la misma manera, el recubrimiento de la superficie del implante puede


incrementar la absorción de integrinas [13]. Las integrinas son cadenas de
proteínas responsables de la adhesión a nivel celular entre el citoesqueleto de la
célula y un sustrato, en este caso, la superficie del implante [13, 32]. Esta unión se
logra mediante la combinación de secuencias proteicas específicas que se
encuentran tanto en el citoesqueleto de la células como en el sustrato. La unión de
estas secuencias activa vías de señalización que modifican el comportamiento de
la célula, haciendo por ejemplo que prolifere o se diferencie [32].

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