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I.

LAS BASES DEL MUNDO ACTUAL

1945 será el punto de partida del mundo actual. En mayo capitula Alemania y unos
meses después Japón, lo que supone el fin de la segunda guerra mundial, en principio
europea y mundial desde 1941 verdaderamente mundial.
Hay una serie de nuevos factores que aparecen con esta guerra:
- Económicos: desarrollo y expansión del capitalismo.
- Sociales: la sociedad de masas.
- Culturales/ideológicos: el hombre busca fórmulas para explicar lo que ha
sido la crisis del 39-45 y el horizonte tras ella.
- Políticos: consolidación de la democracia liberal y del comunismo.
- RR. II.: establecimiento de un orden bipolar nunca conocido.

Entre otros elementos destaca el nuevo reparto del poder internacional,


caracterizado simultáneamente primero por la desaparición del predominio de Europa
en el mundo (iniciado en 1919); y segundo por que Europa es sustituida por dos actores
(EE.UU. y U.R.S.S.) que no son sólo potencias internacionales sino auténticas
superpotencias por su capacidad económica, demográfica y militar. Es el mundo de las
superpotencias. Éstas buscarán proyectar su modelo político, social y económico. Los
elementos añadidos acentúan la debilidad de Europa: se percibe que las estructuras
imperiales construidas en el XIX se desmoronan. El mundo ve la aparición de un
fenómeno descolonizador, la lucha por la autodeterminación de los pueblos. Esto no es
nuevo, ya que tras la primera guerra mundial se produce, pero ahora los pueblos no sólo
reclaman la autodeterminación sino que la ejecutan. Esta descolonización se iniciará en
1945 y contará con diversas fases, con un gran momento a finales de los ´50 (Suez,
resolución 1514-XV de la ONU sobre la descolonización, etc.). Esto plantea nuevos
elementos en el mundo actual: la aparición del Tercer Mundo que viene a escapar del
mundo bipolar y a ejercer su propio papel.

En el Primer y Segundo Mundo, la victoria de los aliados hace que, una vez
derrotado a los fascismos y desprestigiados políticamente (por el genocidio), se sitúen
cara a cara ante dos modelos diferentes (que han sido aliados coyunturales) que en las
posguerra, para construir la paz, no mantienen bien su alianza. Con el primer mundo
liderado por los EE.UU. (demócrata y capitalista) y el segundo por la U.R.S.S.
(socialista revolucionario). Ambos mundos no se enfrentan de repente, sino que la
sociedad internacional está fragmentada desde 1917; pero ocurre que estos mundos no
han llegado a establecer confrontación directa, sino que en los ´30 y ´40 han tendido a
desarrollar una coexistencia entre ambos, y la lucha contra el fascismo les ha convertido
en aliados coyunturales.
La denominación de mundo occidental es de carácter geopolítico, más económica
que geográfica. Agrupa a una serie de estados definidos por unos rasgos comunes: ven
en 1945 el afianzamiento en lo político de los principios de la democracia liberal, la cual
se asienta y profundiza en países con una tendencia en esta línea, pero también en
estados donde la crisis de los ´20 y ´30 lleva a fórmulas totalitarias: Italia (1947) y
Alemania Federal. Se afianza el capitalismo en un nivel superior, pero va adquiriendo
carácter multinacional que, a diferencia de principios de siglo, nos sitúan ante un estado
más intervencionista debido a la necesaria reconstrucción tras la guerra. Pero también
está el desarrollo de un nuevo modelo: la preocupación por la dimensión social lleva a
que el Estado deba atender los nuevos anhelos que la población reclama en educación,
sanidad, etc. Así, tras la segunda guerra mundial se va desarrollando el Estado del
Bienestar. En los ´50, ´60 y principios de los ´70 el mundo occidental vive un gran
crecimiento económico que permite el desarrollo de las formas capitalistas y también
una mejora de las condiciones de vida en estas sociedades no conocidas anteriormente;
es lo que se dio en llamar los “treinta gloriosos [años]” o “triunfantes”, con cifras de
crecimiento del 8% al 12% en países como Francia o Alemania. Este crecimiento corre
paralelo a la aparición e una nueva realidad social que se ve tras la segunda guerra
mundial: la consolidación de una sociedad de masas compleja en su estratificación, pero
cuyos principales características pueden verse en el crecimiento de las clases medias, en
el acceso de las clases trabajadoras a la sociedad de consumo, el reforzamiento, en
suma, del Estado del Bienestar puesto en marcha en 1945 por los laboristas británicos (y
mantenido por los conservadores cuando lleguen al poder). Este crecimiento económico
plantea la forma de distribución de la riqueza generada. Sobre esta cuestión veremos
aparecer dos escuelas de pensamiento que, a la larga, se estructuran sobre dos proyectos
políticos: por una parte quieren poner el acento en el mercado como elemento
fundamental en el desarrollo del mundo occidental, lo que son las fuerzas liberal-
conservadoras. Frente a ellos, aquéllos que insisten en la necesidad de que el Estado
distribuya la riqueza para limitar las desigualdades, la socialdemocracia. Hay que tener
en cuenta la corriente del pensamiento político confesional: los democristianos, o
socialcristianos, que irán progresivamente confluyendo en el liberalismo conservador.

Será un mundo que desde el punto de vista político atravesará distintas fases de
crisis e inestabilidades motivadas tanto por circunstancias coyunturales (como la
pérdida de los imperios coloniales con graves crisis políticas, léase, por ejemplo, la
caída de la IV República francesa) o motivadas por el fenómeno de crecimiento
económico y la aparición de unas protestas derivadas de grupos sociales que rechazan el
modelo de “estandarización”, la sociedad de consumo y bienestar, planteando
propuestas sociales y políticas alternativas: será la situación del 68. El elemento más
característico de estas crisis es que ninguna de ellas terminará con el sistema político y
económico vigente. El sistema capitalista y la democracia no desaparecerán y, por el
contrario, intentará amoldarse a las nuevas circunstancias y profundizando en sus
objetivos, ya sea desde una perspectiva socialdemócrata o liberal-conservadora.
Frente al mundo occidental aparecerá el segundo mundo, el mundo en torno al
socialismo liderado por la Unión Soviética. En 1945, al igual que en 1917, la Rusia
bolchevique o la U.R.S.S. era el único representante a escala mundial de este modelo
socio-político y económico. Sin embargo, tras la guerra, el modelo del socialismo
comunista experimenta una espectacular expansión en la propia Europa con la creación
de las “democracias populares”, evidente a partir de 1947 y también en ámbitos
extraeuropeos como en el caso de la China de Mao a partir de 1949. Este impulso se
deriva del empuje de la Unión Soviética, pero también de lo que es la fuerza de los
partidos comunistas, que serán los que más ímpetu demuestren tras la guerra; por
ejemplo, en la Francia de 1947 el PCF obtiene unos resultados electorales del 25%,
superiores a los democristianos, la SFIO..., algo muy similar ocurre en Italia, así como
en Europa central y oriental. Este impulso se debe no sólo al papel que estas
formaciones tienen, sino también al respaldo que obtienen de círculos intelectuales, de
la intelligentsia de los países, que ven en el comunismo una de las claves para explicar
lo que ha sido la crisis de los años de guerra y una salida a la incertidumbre de los
primeros años de posguerra. También influye la propia experiencia de guerra de la
Unión Soviética, que se rehizo, detuvo y expulsó a los ejércitos nazis; Stalin, por ello, es
un libertador que acabó con el nazismo según muchos pensadores occidentales.
La guerra fría acentuó el proceso de control directo o indirecto del mundo socialista
por parte de la Unión Soviética, pero este mundo socialista también conoce la crisis,
primero política, e importante a lo largo de estos años; una crisis de triple naturaleza o
que seguirá tres ,modelos diferentes:
1- A partir de 1953 se inicia una crisis política en el seno de Unión Soviética y las
democracias populares, que tiene como explicación responder a lo que es el
estado soviético tal y como ha sido concebido por Stalin en los ´30: será la
desestalinización de a partir de mediados los ´50 y que tendrá en Kruschev su
principal representante.
2- Aparece cuando otros actores del campo socialista cuestionan el liderazgo
internacional de la U.R.S.S.. La hegemonía que este país establece en su área de
influencia será cuestionada por la China de Mao y la Yugoslavia del mariscal
Tito, a los que se unirán otros. Plantean modelos de socialismo diferentes al
soviético y no aceptan el hegemonismo que en las relaciones internacionales
establece la U.R.S.S..
3- Se plantean cuando los estados de la esfera socialista desean romper
directamente con el modelo socialista. Es el caso de la Hungría de Nagy en
1956 o la Checoslovaquia de 1968. Los Húngaros del 56 desean salir del Pacto
de Varsovia, establecer mecanismos democráticos e iniciar su camino
tradicional, algo que no permiten los soviéticos.

Por lo tanto, las crisis políticas del mundo socialista, junto a otros elementos,
conducirán a su desaparición. Desde el punto de vista económico estas economías
dirigidas evolucionarán desde un rápido crecimiento en los ´50 y principios de los ´60 a
un estrangulamiento final de sus estructuras productivas que, junto a un proceso de
contestación social, determinan su desaparición. También es cierto que actualmente el
modelo económico socialista está ofreciendo elementos de transición estable desde el
socialismo al modo capitalista.

En otro orden de cosas, las bases del mundo actual no se pueden comprender sin
tener muy presentes los balances humanos y materiales de la segunda guerra mundial.
Las pérdidas humanas y materiales resultaron muy superiores a las de la primera guerra
mundial y establecieron en muchas ocasiones una serie de condicionantes que sólo con
el tiempo se superarían. También, desde el punto de vista territorial, las consecuencias
se han dejado sentir hasta nuestros días. Para entender los cambios territoriales de
después de 1945 hay que tener como elemento clave el papel de las superpotencias, y la
recomposición del mapa europeo que se haría se explica por los intereses de cada una de
estas superpotencias, algo mucho más evidente en Europa central y oriental.
El balance humano se sitúa en torno a los 50 millones de muertos, ya sean militares
o civiles, encabezados por la Unión Soviética (20-27), seguida por Alemania, Polonia...,
disminuyendo el número en los países occidentales y terminando con EE.UU. y Canadá.
Pero las pérdidas no se limitaron a las muertes, sino que la segunda guerra mundial puso
a la humanidad ante lo que ha sido el fenómeno de los desplazamientos y movimientos
de población más importantes de la historia moderna y contemporánea: en torno a 50
mill. De personas se convirtieron en desplazados que, por uno u otro motivo, estaban
fuera de sus hogares en 1945. En algunos casos estas poblaciones llegaron a modificar
completamente el mapa etnográfico europeo; hubo zonas donde poblaciones asentadas
desde la Edad Media se vieron obligadas a trasladarse. Estos movimientos de población
se realizaron en situaciones muy penosas: no había infraestructuras que dieran cobijo a
este elemento de los desplazados. La UNRRA (United Nations Relief and
Rehabilitation Agency) va a ser una de las primeras organizaciones que se ocupe de este
tema.
Desde el punto de vista material la guerra arrasó el continente, destruyó la industria,
campos, terminó con infraestructuras, con la flota mercante... Dejó el mundo y a Europa
en una situación de colapso absoluto. Pero este análisis liberalista escondía una realidad
menos dramática: la guerra permitió la desaparición de equipamientos industriales
obsoletos y la reconstrucción industrial del tejido productivo. Esto, unido al capital
norteamericano, explica el crecimiento material europeo de los ´50. De esta forma, la
decisión de no acabar con la España de Franco se basa en que era un mercado
indispensable por su pirita (necesaria para recuperar las tierras de labor), su flota
mercante intacta...
Por último, el balance de la segunda guerra mundial nos introduce en la aparición
de un nuevo orden internacional. Cuando en 1941 la guerra se mundializa, los Aliados
se fijan unos objetivos militares y unos objetivos para la paz. Los primeros eran la
derrota completa de las naciones agresoras del III Reich y el Japón imperialista sin
concesiones. Pero la Alianza iba más allá: trabajaban también para el mundo de
posguerra y sus objetivos para la paz eran, básicamente, establecer los fundamentos de
un nuevo orden mundial que garantizara la paz y la seguridad internacional mediante la
colaboración de los Aliados después de la guerra (prolongando la Alianza) y, junto a
ello, el establecimiento de un nuevo sistema de seguridad capaz de solucionar los
problemas del mundo de posguerra. Este segundo objetivo iba a ser un proyecto
básicamente americano que iba a tener una doble vertiente:
1- Crear un organismo internacional nuevo más eficaz que la Sociedad de
Naciones para terminar con la anarquía internacional.
2- Las Naciones Unidas, pero también quieren crear las condiciones para un
progreso económico estable para el mundo de posguerra.

Los responsables de este proyecto fueron los EE.UU., especialmente Roosevelt y


Hull, con la filosofía del proyecto ligada al liberalismo político, el capitalismo
económico. La fórmula para sacar adelante estos proyectos fueron las reuniones
periódicas en conferencias entre los aliados, entre 1941 y 1945. Hay dos tipos dentro de
las conferencias principales:
1- Las primeras para abordar la creación de las Naciones Unidas y para sacar
adelante el orden económico internacional para la posguerra. Destacan tres:
a) Bretton Woods (julio, 1944): estableció los cimientos del orden
económico internacional.
b) Dumbarton Oaks (septiembre-octubre, 1944): fijación de las estructuras y
objetivos para el funcionamiento de la ONU.
c) San Francisco (julio, 1945): continuación y finalización de la anterior.
2- Centradas en resolver problemas inmediatos planteados por la posguerra.
a) Yalta, febrero, 1945.
b) Potsdam, julio-agosto, 1945. Ya ha claudicado el III Reich.

A la altura de verano del 44 el interés americano era, principalmente, el orden


económico internacional. Creían que la paz y la seguridad en el mundo de posguerra
necesitaban no sólo mecanismos diplomáticos, sino también condiciones
socioeconómicas sobre las que desarrollarse. Detrás de esto hay también un intento de
acabar con la Commonwealth, de abrirse mercados. Además, los Estados Unidos creían
que la anarquía de los ´30 estaba relacionada con el hundimiento del sistema de libre
cambio, con la aparición del proteccionismo y la instauración de restricciones al
comercio internacional: los fascismos e imperialismos nacían, entonces, de la crisis del
29, sobre todo por la ausencia de mecanismos para corregir estas variaciones. Por
último, añadirían que su crecimiento económico durante la guerra necesitaba mercados
para la posguerra, los cuales debían constituirse rápidamente: los cuatro años de guerra
descubrieron a los EE.UU. que su nueva frontera era el mundo Bretton Woods puso los
cimientos de este orden económico. Tomó cuatro medidas que suponían el triunfo de
estos objetivos:
1- Hacer del oro el patrón del cambio internacional, y evitar con ello los
posibles desbarajustes monetarios.
2- Los estados se comprometían a que en 5 años la paridad con el oro estaría
terminada.
3- Se crea el FMI (Fondo Monetario Internacional) para evitar los desajustes
monetarios entre los estados.
4- Creación del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, integrado
por aportaciones de los países miembros y cuyo cometido sería acudir en
ayuda de los estados cuyas economías de posguerra estaban e crisis.

Para ampliar:
Garnder, R. “La diplomacia del dolor. La Libra Esterlina. Orígenes y futuro del
sistema de Bretton Woods”. Círculo lectura, 1997.

Yalta se celebra cuando la guerra aun no ha terminado, no como en Potsdam. En


Yalta la perspectiva de la rendición alemana determina que entre los aliados el clima de
relación y confianza sea importante. Se reúnen Stalin, Roosevelt y Churchill. Será el
exponente del mantenimiento de la cooperación interaliada. Entonces, los acuerdos que
se suscriben son bajo el clima de la confianza.
En Potsdam se reúnen también los tres grandes, pero con menos protagonistas:
Stalin, Truman y Atlee (con Bevin como Ministro de AA.EE.). La reunión se celebra
cuando los EE.UU. han lanzado la primera bomba atómica. Por otra parte, Stalin pone
en marcha el proceso de control político y territorial sobre la Europa central y oriental.
La desconfianza entre el bloque aliado es el rasgo distintivo en Potsdam.
Yalta se celebra en un momento en que el Ejército Rojo va conquistando los
espacios del la Europa centra y oriental. La liberación de estos territorios controlados
por Berlín lleva aparejado un control político.
Los tres grandes se reúnen en Yalta (Crimea), cada uno con políticas diferentes o
con formulaciones distintas sobre los asuntos a tratar. La delegación americana está
presidida por F. D. Roosevelt, que tiene unos objetivos muy definidos: básicamente el
mundo de posguerra; y, para ese mundo Roosevelt desea el mantenimiento de la
coalición aliada soviético norteamericana. Había que fundamentar un nuevo orden
internacional sobre la base del wilsonismo, pero hasta cierto punto, ya que la paz tiene
que gestionarse manteniendo las buenas relaciones con la U.R.S.S.. Uno de los
principales colaboradores de Roosevelt, Dexter White, redactó un informe sobre la
situación y objetivos de Crimea, diciendo que “la principal tarea americana y con
valor, es de disponer de medios que garanticen la paz entre EE.UU. y la U.R.S.S.,[...]
poco importa la relación con Gran Bretaña”. Este objetivo tiene aspectos a largo plazo:
la presencia de la U.R.S.S. en las Naciones Unidas y la aceptación por parte de Stalin de
actuar en el organismo; y también objetivos a corto plazo, como el deseo de Roosevelt
de que la Unión Soviética participe en la guerra contra Japón.
La postura de Stalin tiene en Yalta unos fundamentos más ideológicos y de
seguridad para la U.R.S.S.: la Unión Soviética pretende afianzar el estado soviético y
busca también garantías político-territoriales de que el estado soviético no se va a ver
amenazado. Stalin tiene presente lo que ha sido la situación interna de la Rusia
bolchevique y la U.R.S.S. desde 1917. En 1919 los estados vencedores han considerado
el triunfo del bolchevismo como una amenaza evidente que tiene que ser neutralizada
favoreciendo un mapa de Europa que creaba un “cordón sanitario” contra esta Rusia
bolchevique y que iba desde las nuevas Repúblicas Bálticas, pasando por Polonia y
Checoslovaquia y seguía por una engrandecida Rumania. En los ´30, la Unión Soviética
se vio de nuevo amenazada; el cordón desapareció pero, a cambio, el panorama no
ofrecía un ámbito circundante amable, controlado, directa o indirectamente por el III
Reich con gobiernos títeres. Esto era una amenaza a la Unión Soviética que respondió
anexionándose las Repúblicas Bálticas y otros territorios. Cuando Stalin llega a Crimea
dice que esto no se puede repetir La intención de Stalin era ir creando en torno al ámbito
de la frontera soviética un glacis defensivo que permitiera incrementar la seguridad de
la U.R.S.S.. La sovietización de estos territorios no aparece ahora (en 1945) sino que se
producirá a partir del 47, inicio de la guerra fría. De esos espacios, la Unión Soviética
tiene especial interés por Polonia y Rumania. Sobre Polonia Stalin dirá que este país ha
sido el tradicional pasillo de invasión a Rusia (falacia pura y dura); sobre Rumania la
cuestión permanece abierta y se cerrará por una cuestión de hecho: en 1946 el
viceministro soviético de Asuntos Exteriores Visinsky (¿?) vuela a Bucarest y le dirá al
rey Miguel que es imprescindible reformar el gobierno rumano dando más peso a los
elementos del Partido Comunista; y añadirá que “si esto no es así, la Unión Soviética no
garantiza la integridad territorial del estado rumano”. El Ejército Rojo tenía allí
500.000 hombres.
La posición británica en Yalta está defendida por W. Churchill. Un Churchill que
antes de llegar a Crimea ha intentado consensuar con Roosevelt un frente común contra
lo que los británicos consideraban ya la gran amenaza de posguerra: la fuerza de la
Unión Soviética.. La proyección hacia la Europa central y oriental de la Unión Soviética
con la derrota de Alemania y una Europa devastada, cuando es evidente que los EE.UU.
retirarán sus tropas, crea un vacío de poder que, desde el punto de vista británico puede
ser ocupado por la U.R.S.S., lo que rompería el equilibrio del continente acabando con
la piedra angular de la diplomacia inglesa: el equilibrio continental. Churchill es un
hombre de la vieja escuela: ha volado a Moscú y se entrevista con Stalin planteándole
no entrar en conflicto mediante un arreglo: distribuirse la Europa oriental en forma de
porcentajes de penetración en cada país (ver Calvocoressi Hª política del mundo
contemporáneo, pág. 8). Este acuerdo, llamado Acuerdo de Octubre del 44, resultó
informal, de palabra. Los EE.UU. se opusieron a esa política porque la consideraban
una representación de lo que era la vieja política internacional que había conducido,
entre otras cosas, a la segunda guerra mundial (Roosevelt no estuvo porque tuvo que ir a
EE.UU. debido a las elecciones). En definitiva, era que los intereses británicos y
americanos no coincidían al 100%. Los americanos recelaban también de la defensa a
ultranza del concepto imperial, de las posesiones coloniales inglesas. Lo más importante
es que británicos y americanos no tenían propuestas comunes ni objetivos comunes. De
lo que Gran Bretaña se da cuenta en 1945 es que han aparecido unos actores por encima
de ella, superpotencias, que le van a obligar a aceptar sus concepciones diplomáticas.

En Yalta los asuntos que se trataron fueron, básicamente, cinco: el futuro de


Polonia, la situación de los países europeos que han sido liberados durante la guerra, el
problema de Alemania, el tema de la guerra contra Japón y, finalmente, la creación de la
ONU.
· Respecto a Alemania, los Aliados decidieron en Yalta que será ocupada y que
quedaría ocupada en cuatro zonas de ocupación, cada una correspondiente a Gran
Bretaña, Francia, Unión Soviética y EE.UU.. También se dijo que el futuro de
Alemania tendría que ser democrática, desnazificada y que se perseguiría a los
principales criminales del III Reich.
· Respecto a Polonia, un tema muy conflictivo, se deciden unos cambios
fronterizos que benefician a la Unión Soviética, corriendo la frontera hacia el oeste
(los soviéticos aprovecharon la confusión creada por la existencia de dos ríos
llamados Neisse, diciendo que la frontera llegaría a tal río, pero los
angloamericanos nunca sospecharon que se refería al Neisse alemán, a cien
kilómetros del territorio polaco más próximo). En cuanto al gobierno, se decidió
crear uno de transición donde estuvieran representados los líderes del exterior y del
interior, con importante participación de comunistas. Este gobierno polaco debía
celebrar elecciones democráticas en las que se decidiera el futuro político polaco.
· Se habló de todos los países liberados, lo que se llamó la “Declaración sobre
la Europa Liberada”. Ese texto recogía un compromiso de los tres grandes en
cuanto a su intención de ayudar económicamente a estos países y permitir que en
ellos se celebrasen elecciones democráticas para decidir su futuro. La Declaración
fue para muchos el gran triunfo americano porque, según la perspectiva
norteamericana, iba a evitar la sovietización de estos territorios. En realidad, fue
una declaración teórica que no se respetó en ningún momento.
· La creación de la ONU.
· La Unión Soviética entraría en guerra con Japón 6 meses después, más que
nada para recibir un trozo de la tarta (aunque al final su presencia sería testimonial
debido, principalmente, a la actuación de la bomba atómica).

Para ampliar:
- Hugh Thomas “Paz armada. Los comienzos de la guerra fría. 1945-1946”.
- Senaullens “De Yalta al Telón de Acero. Las grandes potencias y el inicio de
la guerra fría”.

El espíritu de Yalta es el momento más intenso de la colaboración aliada, todos los


asistentes salen satisfechos de la conferencia y algunos objetivos han sido suscritos.
Un cliché conocido es que en Yalta hubo un reparto del mundo. Esta idea, que
deriva de la historiografía francesa, sobre todo de De Gaulle, ausente en Yalta, parecía
ratificada por los años de guerra fría. Sin embargo, ese reparto no existe; lo que sí se da
en Yalta es la actitud de las superpotencias por buscar un compromiso estable para
gestionar el mundo de posguerra sobre una Europa inestable. Desde esta perspectiva,
Yalta cubría los objetivos de los dos protagonistas. Hay que analizar estos años desde su
propia perspectiva y no desde la de guerra fría.
En la Declaración sobre la Europa Liberada los tres grandes estaban de acuerdo en
que en aquéllos países bajo la órbita del nacionalsocialismo había que establecer
mecanismos para que la democracia capitalista se estableciera como paso previo a la
prefiguración de un mundo democrático: se hablaba de organismos, representaciones...
Este modelo es el que en marzo del 46 Francia, Gran Bretaña y EE.UU. plantean como
mecanismo para que la España de Franco comience la andadura democrática. En Yalta
no hay referencias directas a la España franquista pero sí en Potsdam en una de cuyas
disposiciones finales se hablaba de que la España de Franco no se admitiría en la ONU
en tanto en cuanto no se modificara la estructura política del Estado. Esta disposición es
la que abre el proceso del aislamiento internacional del régimen.

La segunda conferencia, Potsdam, tiene un marco diferente: Alemania ha sido


derrotada y Japón está a punto de la rendición (que fue el 2 de septiembre) y, por ello, el
enemigo común ha desaparecido. Por otro lado, Potsdam es una conferencia donde los
protagonistas cambian: está Stalin pero Churchill se ve sustituido por Atlee y Roosevelt
ha sido sustituido por su vicepresidente H. Truman.
Truman era un hombre ajeno a lo que eran los problemas internacionales, más
centrado en política interior. Además, es un hombre que no cree en el idealismo de
Roosevelt ni en la colaboración con los soviéticos para el mundo de posguerra.
Desconfía de Stalin y ello hace que los EE.UU. endurezcan su presión en las
negociaciones. En cualquier caso, la administración americana está debatiendo sobre la
vía a seguir en política internacional.
Sobre los laboristas británicos el elemento que destaca es su inexperiencia en
grandes asuntos internacionales y, sobre todo, una fuerte presión que sufren del ala más
izquierdista del partido y los sindicatos de las Trade Unions.
Respecto de la Unión Soviética, Stalin es el protagonista, pero es aún más receloso
ante lo que van a ser las experiencias atómicas de EE.UU. sobre Japón. Esto crea un
sentimiento de inseguridad e indefensión en la U.R.S.S. que estará en la base de la
dureza que Stalin vaya aplicando ahora a la relación con los aliados.

Hay una serie de puntos como el de Polonia que quedará cerrado (fronteras y
gobierno) en una perspectiva cada vez más beneficiosa para los soviéticos. En cuanto a
Alemania, se adoptan una serie de compromisos definitivos: no va a ser desmembrada
sino que quedará dividida en cuatro zonas de ocupación, cada una dependiente de una
fuerza militar de Francia, Gran Bretaña, EE.UU. y U.R.S.S.; cada zona controlada y
dirigida por un militar aunque se va a formar un órgano de coordinación, el Comité
Militar Interaliado, integrado por los cuatro representantes militares de las zonas.
Berlín, la capital, que está en zona soviética, quedará también dividida en cuatro
sectores con una autoridad de coordinación, la Comandatura. Era un esquema de
funcionamiento provisional hasta que se firmase la paz definitiva con Alemania y donde
quedaran recogidas las características económicas, políticas e internacionales de la
Alemania de posguerra.
Al mismo tiempo, en Potsdam se creó un organismo, el Consejo de Ministros de
Asuntos Exteriores Aliados (CMA) que era el que tenía que redactar los tratados de paz
para las potencias derrotadas. Ese CMA finaliza su actuación en 1946-47 firmándose en
ese último año la mayoría de tratados de paz después de la guerra, exceptuando
Alemania y Austria. Habrá que esperar al 55 para que se firme el tratado con Austria
(Tratado de Estado) pero nunca se firmará con Alemania: hay que esperar a la
desaparición del bloque socialista en el 90 para que lo haya; y, es que, Alemania se
convertirá en el objeto de confrontación de la guerra fría.

La última conferencia importante es la de San Francisco, que tiene como


virtualidad el hecho de poner en marcha la ONU. En realidad, esta conferencia de 52
estados fue el resultado de una serie de conferencias anteriores. Allí se crea un
organismo internacional que sobrepasa las competencias de la Sociedad de naciones y
que pueda defender un mundo democrático y liberal. La ONU intentaba conjugar dos
filosofías sobre lo que era el poder internacional. La primera se denomina el “realismo
político”, que venía a decir que a la hora de organizar las relaciones entre los estados
había que dar prioridad a las grandes potencias ya que no todos pesan igual, sino que
hay una jerarquía. Junto a ello, hay una segunda que parte del idealismo wilsoniano, que
insistía en la necesidad de una estructura internacional más democrática y justa, menos
pragmática y menos realista. Estos dos elementos se intentaban conjugar.
Esos dos conceptos se ven claramente en la estructura institucional que resultaría:
como principales órganos una Asamblea General, un Consejo de Seguridad, una
Secretaría General, una Corte Internacional de Justicia y un Consejo Económico y
Social.
- Asamblea General: Era el Parlamento mundial. Todos los miembros estaban
allí representados con igualdad de voto, pero los poderes de este Parlamento
era muy limitados ya que básicamente iba a aprobar recomendaciones con un
fuerte talante moral, pero escasamente vinculantes. Sería la derivación
idealista.
- Consejo de Seguridad: Se convertiría en el auténtico órgano de gobierno de
las Naciones Unidas, con capacidad para aprobar resoluciones condenatorias
que legitimaban el uso de la fuerza en el ámbito internacional y el
establecimiento de sanciones económicas a los países que violaran los
principios de la Carta, pero quedaban condicionados a la aceptación unánime
de las grandes potencias. El Consejo de Seguridad se dividía en miembros
permanentes (Francia, Gran Bretaña, China, EE.UU. y U.R.S.S.) y una serie
de miembros no permanentes que se alternarían. Este sistema de miembros
permanentes es la evidencia del “realismo político” que pesaba como nadie.

La clave del funcionamiento de las Naciones Unidas estaba en mantener la


colaboración de las fuerzas aliadas, la unanimidad en el seno del Consejo de Seguridad.
También se partía de un marco teórico explicado en el Capítulo 1º de la Carta de
San Francisco, en los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Propósitos:
- Mantener la paz y seguridad internacionales.
- Mantener relaciones de amistad en las RR. II.
- Mantener la cooperación internacional económica, social y cultural.
- Servir como centro que armonice las relaciones.
Principios:
- Igualdad
- El cumplimiento de los objetivos de buena fe.
- Arreglar los problemas por medios pacíficos.
- No recurrir a la fuerza o la amenaza.
- Prestar ayuda a las Naciones Unidas y seguir sus decisiones.
- Los que no pertenezcan a las Naciones Unidas seguirán también sus principios.
- Las Naciones Unidas no interferirán en política interior.
En 1946 se asiste a las primeras crisis de posguerra, que es lo que se denominó la
proyección soviética hacia el sur. Las crisis de Irán, de Turquía y las que están en torno
a la guerra civil griega. A esa proyección meridional, los angloamericanos responden
con el “muro o barrera del sur”. En primer lugar Stalin quería comprobar la capacidad
de reacción de los angloamericanos sobre unas regiones especialmente importantes para
la Unión Soviética, pero también es una preocupación de los soviéticos ya que su
percepción de la política angloamericana era que estaban siendo cercados por los países
capitalistas (ver mapa 2º).
En el 47 podemos decir que hay ruptura y que el mundo se encamina hacia lo que
denominamos la guerra fría, hacia un orden bipolar. Sin embargo, todavía hay episodios
solidarios como los juicios de Nuremberg (que es el último de dichos episodios), pero la
ruptura es efectiva en dicho 47.
La guerra fría ha pasado a ser definida como un “enfrentamiento directo y no
bélico”, primero entre EE.UU. y U.R.S.S., y luego entre los dos bloques que lideran y
que se estructuran a nivel económico, militar y político; también, desde un punto de
vista sociocultural, la guerra fría y el orden bipolar condicionan las relaciones
internacionales en toda esta etapa desde 1947 hasta 1989-91 en el que la desaparición de
un de los bloques introduce al mundo en un escenario internacional difícil.
Este orden bipolar no va a ser inalterable: la guerra fría aparecerá determinada por
distintas circunstancias, por la aparición de nuevos actores, que hacen que el nivel de
enfrentamiento entre los dos bloques se amortigüe o reafirme, según los momentos (así
aparecen una serie de etapas llamadas “de distensión” o “segunda guerra fría”).
II. EL NUEVO ORDEN MUNDIAL Y LA GUERRA
FRÍA.

Son muchos y variados los elementos que contraponen a los antiguos Aliados. Los
capítulos que hay que cerrar después de la guerra son difíciles de concertar: está, sobre
todo, el problema de Alemania y su tratado de paz, que debe de ser negociado en la
Comisión de Ministros de Asuntos Exteriores y no sale adelante, lo que provoca que
cada una de las potencias ocupantes en su zona vaya construyendo Alemania según sus
intereses. Por ello, la ruptura que se ve en un marco general se plasma en puntos
concretos políticos o territoriales, como Alemania. Este problema estallará en 1949.
Junto a este problema hay también otros temas puntuales con gran relevancia, como
el fracaso de la comisión Baruch, un intento de crear en la ONU una autoridad con
competencias absolutas sobre el uso de la energía atómica. Es una propuesta americana
que deseaba fijar una autoridad internacional que controlase la producción de energía
atómica de los países y la dedicara a uso estrictamente civil.
El proceso de articulación de cada
“Una de las primeras medidas de las Naciones
bloque se inicia en el 47, en marzo,
Unidas fue la de crear en 1946 una Comisión de
Energía Atómica. En la primera reunión de esta cuando los EE.UU., cambiando su
comisión, Bernard M. Baruch presentó, en política exterior, ponen en marcha el
nombre de los EE.UU., un plan para crear una proyecto destinado a frenar, a contener,
Autoridad de Desarrollo Atómico Internacional
lo que consideran la amenaza del
que tendría exclusivo control y posesión de
comunismo. Se plasma en esa fecha
cualquier actividad nuclear potencialmente útil
para la guerra y tendría también derecho a con la doctrina Truman, una
inspeccionar todas las demás actividades declaración al Congreso americano que
atómicas . Una vez que se contase con un control inspirará la política exterior americana.
internacional efectivo, los EE.UU. destruirían su
Los EE.UU. habían comenzado a
arsenal. Pero los EE.UU. no podrían destruir sus
ver con preocupación la expansión de
avanzados conocimientos y retrasaría los avances
de la U.R.S.S. en física nuclear; además, suponía la U.R.S.S. hacia el sur (Irán Turquía y
la anulación, en este campo, del veto.” Grecia). El punto de inflexión será
Calvocoressi, P. Hª política del mundo Grecia: este país atraviesa, después de
contemporáneo. Pág. 12.
la segunda guerra mundial, una guerra
civil que enfrenta a una guerrilla comunista en el norte (con un enorme respaldo social
en el país) frente a las fuerzas nacionalistas y promonárquicas, controladas bajo
influencia de Gran Bretaña. En 1947 Gran Bretaña se muestra incapaz de seguir
sosteniendo financieramente todo su despliegue estratégico y militar en el mundo y, por
lo tanto, le resulta muy difícil seguir sosteniendo a las fuerzas conservadoras en Grecia.
A esto se añade que en Palestina, bajo mandato británico, se asiste a una guerra civil
entre las comunidades árabes y judía. Incapaz de hacer frente a esto, Gran Bretaña
abandona Palestina y se ve también obligada a salir de Grecia. Todo ocurre en el
Mediterráneo oriental, que ha sido tradicionalmente de influencia británica. La retirada
de los británicos debe llevar aparejada, según Londres, su reemplazo por una fuerza que
sea capaz de frenar la amenaza soviética en la región. Sobre la base de esto, EE.UU. va
a retomar el papel británico en la zona. Esto no era baladí en la época, ya que la política
exterior norteamericana se basaba en la doctrina Monroe, y el Mediterráneo oriental no
entraba dentro del interés de tal doctrina. Sin embargo, los hechos de 1947 obligarán a
los americanos a asumir la defensa de la libertad allí donde estaba amenazada; y, para
los EE.UU., la amenaza para la libertad estaba centrada en Grecia (los medios de
comunicación se esforzaban por ver una guerrilla comunista en Grecia pagada desde el
exterior, principalmente desde Moscú).
En esta situación, en marzo de 1947, Truman va al Congreso americano y lanza un
mensaje diciendo que los EE.UU. deben asumir la defensa del mundo libre, amenazado
en diversas partes del mundo por la actuación de fuerzas extrañas a dichos países, y la
obligación moral americana era acudir en su defensa. Después de esta moralina, Truman
concreta en Grecia y pide al Congreso ayuda financiera y económica para sostener la
libertad en Grecia. La Cámara lo acepta abandonando la doctrina Monroe y comienza
una ayuda económica y militar para el gobierno griego, que permitirá el triunfo de los
sectores oficiales y la derrota de la guerrilla comunista. Desde el punto de vista
americano Grecia queda libre para la democracia (por cierto, gracias a este programa un
grupo de oficiales se pudieron trasladar a los EE.UU. para adquirir formación y, en los
´60, el golpe de estado de los “Coroneles” será llevado a cabo por estos personajes).
Pero, para los EE.UU., el limitarse a Grecia era insuficiente; la contención al
comunismo debía ejercerse sobre niveles más extendidos. Es decir, no bastaba con
acudir en ayuda de Grecia, sino también de Europa. Ese mismo año, en junio de 1947,
el Secretario de Estado americano da otro famoso discurso en el que anuncia el deseo de
los EE.UU. de poner en marcha un programa global de ayuda económica a los países
europeos. Es lo que se conocería como Plan Marshall (o Programa para la
Reconstrucción Económica Europea). Se hablará de la necesidad moral, de que los
europeos regulen sus economía. Lo que se escondía detrás de la política americana son
fundamentos geopolíticos y económicos. Para los EE.UU. la situación que atravesaba
Europa era el caldo de cultivo para la expansión no tanto de la U.R.S.S. como del
comunismo. Los países europeos atravesaban unas difíciles condiciones económicas
donde la falta de los elementos básicos para vivir (alimentación, vestido, carbón...)
desestabilizaban a la sociedad, que comenzaba a plantear graves conflictos a sus
gobiernos. Las difíciles condiciones de vida ponían en peligro a los gobiernos: por
ejemplo, en noviembre de 1947 los comunistas en Francia habían desencadenado un
conjunto de huelgas revolucionarias donde la conquista del poder figuraba entre sus
objetivos; Francia está al borde de un golpe político. Si Europa no era capaz de
normalizar sus economías tendrían que actuar los EE.UU. Norteamérica no deseaba
perder su mercado privilegiado, su economía necesitaba, para seguir creciendo,
convertir a Europa en su satélite económico y, por otro lado, si el comunismo llegaba a
extenderse por Europa occidental, podría saltar al norte de África y, desde allí, a
Iberoamérica. Por lo tanto, por economía y geopolítica, los EE.UU. pusieron en marcha
el Plan Marshall. Debido también a esto cambiará la actitud hacia Franco por su carácter
marcadamente anticomunista y, a partir del 48, se reconsiderará el régimen, una política
que culmina en el 53 en los pactos de asistencia mutua.
Marshall dirá que los EE.UU. están dispuestos a formalizar esa ayuda, pero sólo
piden a los europeos una condición: que sean los propios países europeos quienes se
organicen para distribuir la ayuda económica y financiera. Esta condición tiene una
enorme importancia porque los americanos estaban convencidos de que con esa ayuda
se normalizaría Europa, pero eso no era suficiente; sabían que para frenar al
comunismo, los europeos debían buscar medidas de organización entre ellos,
estructurarse para aparecer como un bloque más compacto. Los europeos asumen esto y
en abril de 1948 en París se formó la OECE, el organismo encargado de redistribuir la
ayuda americana y la primera organización de cooperación económica europea. Este
sería el punto de partida para lo que será el ensayo político más importante de la Europa
occidental en el siglo XX: la construcción europea.
Por ello, los EE.UU. han logrado llevar la ayuda económica, organizar a los países
europeos y, por último, logran excluir al mundo socialista. Cuando los EE.UU. lanzan la
ayuda dicen que es para todos, aunque era evidente que en el 47 la U.R.S.S. no iba a
aceptar los términos del plan. En agosto del 47 la U.R.S.S., a través de Molotov,
rechaza la presencia de la U.R.S.S. en la ayuda americana por ser un “mecanismo
imperialista”. Y con la U.R.S.S. se retiran también la mayoría de países europeos
sometidos a la sovietización de Moscú. Por lo tanto, con ese rechazo, la ayuda
económica americana irá básicamente a los países occidentales con la excepción
yugoslava (Checoslovaquia lo intentó, pero no pudo por razones de presión soviética).
La construcción del campo militar parte de 1940, cuando el Senado americano
aprueba la resolución Van-Demberg, por la que se autoriza al gobierno a suscribir
alianzas en tiempo de paz; supone la ruptura con la doctrina Monroe. Esto significa
levantar el escollo legislativo sobre la política de dominación americana. En abril de
1949 se formalizará la OTAN, el sistema defensivo multilateral de occidente. Había
habido intentos anteriores en Europa (tratado de Bruselas de 1948 que constituía la
Unión Europea) pero con pocas posibilidades efectivas, por lo que se optó por incluir a
los EE.UU. y Canadá. Este mismo año ve el triunfo de Mao en China y de la
constatación sobre la capacidad atómica soviética.
También se producen los primeros pasos de articulación y organización en el
mundo soviético. El punto de partida será en septiembre de 1947, cuando se crea la
Oficina de Información Comunista (Kominform) que aparece como un ente dedicado a
coordinar las actividades del movimiento comunista en todos los ámbitos. Incluyó a la
mayoría de los estados bajo la influencia soviética más los partidos comunistas de
Europa occidental. Su substrato ideológico es el informe Jdanov, que representaba el
fundamento teórico sobre el cual se pretende construir el bloque comunista. Al tiempo
consolidaría la influencia soviética sobre Europa central y oriental: un conjunto de
países que optan por las democracias populares como sistema político, donde los
partidos comunistas van a tener un papel clave y básico. Tras la segunda guerra mundial
(según Hugh Thomas) crearon coaliciones gubernamentales con los comunistas
ocupando carteras importantes; conforme fue pasando el tiempo estas coaliciones
fueron expulsando a elementos liberales y a finales de 1947 los comunistas controlan
absolutamente el poder, legitimado con convocatorias electorales. El caso más relevante
de este proceso de sovietización fue en la Checoslovaquia de febrero de 1948, el
“Golpe de Praga”, que fue una actuación política de los comunistas que termina con las
fuerzas liberales y el país cae bajo la influencia total soviética.
Sin embargo, la cuestión de Alemania es la preocupación fundamental de la
mayoría de ex-aliados por varias razones. Especialmente porque dado el proceso de
división en Europa, Alemania pasa a ser para las superpotencias un enclave geopolítico
de primer orden, y ninguno estaba dispuesto a ceder.
Los antiguos aliados fueron incapaces de redactar los Tratados de Paz para
Alemania, donde se dijera su futuro político y económico. El resultado será que la
división bipolar se plasmará en Alemania. Los occidentales, en 1948, comienzan un
proceso de unificación de sus zonas ocupadas, y van a establecer una misma moneda
(Marco alemán), van a autorizar la celebración de elecciones en sus zonas y van a
permitir que se redacte una Constitución donde puedan recopilar los términos políticos
de el territorio alemán que controla. La U.R.S.S. responde igual, organizando
políticamente su zona: creando mecanismos democráticos populares y sistemas de
control económico estatal.
El resultado fue que en 1949 se constituye la RFA a través de la Ley Fundamental
de Bonn (la Constitución); y en la zona oriental la RDA. Cada uno se convierte en
satélite político de cada bloque. La división de Alemania ha tenido como precedente la
mayor crisis internacional entre los Aliados: el bloqueo de Berlín (1948-49). La
U.R.S.S. cierra el acceso a Berlín occidental y éste queda aislado de la zona occidental
de Alemania. Esto crea una gran tensión y los aliados responden creando un puente
aéreo de 24 horas diarias durante un año para abastecer a Berlín occidental. En 1949
unas negociaciones permiten la reapertura de la comunicaciones terrestres y mantener
un statu quo sobre Berlín occidental que sólo se modificará a principios de los ´60 con
la construcción del Muro.

A pesar de esta tensión, los momentos más duros de la guerra fría nos trasladan a
Extremo Oriente. Una zona donde los EE.UU. comienzan a sentir la amenaza desde
que, en 1949, se proclama la República Popular China y su acercamiento a la U.R.S.S.
desde 1950. En Extremo Oriente la guerra ideológica que supone la guerra fría se
combina con una guerra descolonizadora. El conflicto bajo esta perspectiva tiene dos
actores principales:
1- Indochina.
2- Península de Corea.
El resultado de ambos conflictos es el mismo: la ruptura territorial de un espacio
debido a las divisiones ideológicas de la guerra fría: como en Alemania.
Indochina: En 1946 hay un levantamiento nacionalista que tiene como objetivo el
reconocimiento de la independencia. Los franceses aceptan, pero militarizan el
problema e inician la guerra de Indochina, que durará, en esta fase, hasta 1951. El
conflicto militar se soluciona sólo con una paz de compromiso por la cual Indochina se
ve dividida en dos zonas:
1- Norte (comunistas): República de Indochina.
2- Sur (nacionalista/monárquica).

El compromiso era hacer un referéndum para la unificación, que no se cumplió.

Corea: Tras la segunda guerra mundial era un territorio controlado al norte por la
U.R.S.S. y al sur por los EE.UU. Tras varias negociaciones se va a ir logrando la
evacuación de tropas, aunque en realidad Corea aparecía ya fraccionada entre un
modelo comunista y otro de corte occidental.
En Yalta se había decidido que la U.R.S.S. y EE.UU. abandonasen las zonas
ocupadas de Corea, pero la evacuación se complica. Las negociaciones para establecer
un gobierno nacional fracasan y en 1948 Corea es dividida de facto en dos zonas a lo
largo del paralelo 38: al norte se va a establecer una República Democrática de Corea
bajo influencia soviética y al sur una República de Corea influenciada por los EE.UU..
Sólo una vez producida esta división de hecho, soviéticos y americanos se retiran
La crisis va a estallar en junio de 1950, una guerra que constituye uno de los
episodios más tensos de la guerra fría por varias razones:
1- Hay conflicto armado entre las superpotencias a través de actores
interpuestos.
2- Hay participación activa de la ONU; el Consejo de Seguridad jugará
un papel protagonista en esta crisis que se abre.
La guerra se inicia cuando las tropas norcoreanas atraviesan el paralelo 38 e
invaden el territorio de Corea del Sur llegando hasta Seúl. Esto exige una respuesta de
los EE.UU. y de la comunidad internacional. La Doctrina Truman estaba diseñada para
Europa y los EE.UU. inician una operación de bombardeo sobre Corea del Norte, al
tiempo que consiguen el respaldo de la ONU para rechazar la agresión norcoreana. El
Consejo de Seguridad va a aprobar una serie de resoluciones exigiendo la retirada de las
tropas invasoras, decretando acciones contra Corea del Norte. Incluso va a promover la
constitución de una fuerza internacional armada que, bajo bandera ONU, aunque
controlada por los americanos, se desplaza a la zona del conflicto. Supone la primera
operación armada bajo auspicios de la ONU.
Meses antes, la U.R.S.S. se había ausentado del Consejo de Seguridad, lo que
impide que pueda vetar las sanciones del Consejo.
Con la presencia de la ONU en Corea, el panorama se modifica hasta lograr
expulsar a los norcoreanos del paralelo 38 y llegar a la capital de Corea del Norte: el
conflicto se sitúa a favor de las posiciones americanas.
La última fase de la contienda se da desde octubre-noviembre de 1950; la relación
de las fuerzas del norte se ven favorecidas por el apoyo de un contingente de chinos, lo
que significa el inicio de la presencia de la China comunista en la guerra. Esto permite
expulsar a la ONU del paralelo 38 y situar el conflicto en su momento de más tensión.
El comandante en jefe Mac Arthur exige a Truman el bombardeo de las posiciones
chinas en la frontera de Corea incluso con la utilización de armas atómicas. Truman no
se arriesga y sustituye a Mac Arthur ya que teme que el empleo de armas atómicas
implique la entrada directa de la U.R.S.S.: hay que situar el conflicto de Corea en un
nivel de riesgo calculado.
La salida de Mac Arthur permite el inicio de conversaciones a lo largo de 1951 que
concluyen en 1953 con la firma del armisticio, que desmilitariza la línea de división
entre las dos Coreas en torno al paralelo 38, situando las fuerzas en torno a ese paralelo
y permite estabilizar la situación hasta la actualidad.
La guerra de Corea tiene varias consecuencias:
1- Una demostración de la fuerza del bloque comunista (sobre todo
China).
2- La necesidad de los EE.UU. de organizar y articular un sistema
defensivo en el sudeste asiático, donde sus intereses están presentes.
Este sistema de seguridad se articula en torno a tres mecanismos:
1- Firma del Tratado de Paz con Japón en 1951, y la firma también de
un Pacto de Seguridad. Japón se convierte en una pieza clave del
diseño estratégico americano en Extremo Oriente.
2- Firma del Tratado de Seguridad ANZUS o Pacto del Pacífico (1951),
donde se incluyen los EE.UU., Australia y Nueva Zelanda. Es una
segunda barrera para la contención del comunismo.
3- Firma del OTASE, donde están incluidos la mayoría de los países del
Sudeste Asiático.
Otras consecuencias menores son la triplicación del presupuesto de defensa
americano, la mayor cantidad de soldados en Europa y convertir a la RFA en un socio
vital para la seguridad y rearmarla.
III. EL CAPITALISMO AVANZADO.

Bibliografía:
- Foreman Peck. La Hª económica mundial. 1992. Cap. 12-15.
- Pérez Sánchez, La Guardia. Hª Contemporánea Universal. 1ª parte.

Hay dos palabras que resumen la evolución económica en occidente tras la segunda
guerra mundial: crecimiento y desarrollo. Hay un aumento de la producción y del nivel
de vida que nos coloca ante un capitalismo triunfante, pero un sistema económico
capitalista cuya naturaleza tiene poco que ver con el carácter del capitalismo anterior a
los años ´20.
Este proceso de crecimiento y desarrollo se va a ver impulsado prácticamente sin
graves alteraciones hasta principios de los ´70. Desde 1945 hasta 1973 el mundo
occidental vive en una fase de crecimiento y desarrollo que hizo a un economista
francés –Fourashiè- decir que “el mundo había vivido los 30 gloriosos años más
importantes de la contemporaneidad”. 30 gloriosos porque, a partir de los ´70, este
modelo de crecimiento va a entrar en una grave crisis que tendrá tres exponentes:
1- 1968: crisis social.
2- 1971: crisis monetaria.
3- 1973: crisis del petróleo.
Crisis todas ellas que abren la puerta a una nueva reconsideración sobre la vida
económica.
Las bases para la aparición de este proceso de desarrollo se dan a finales de la
segunda guerra mundial por la intervención de los EE.UU. que buscan establecer un
marco internacional donde el modelo capitalista encuentre el campo abonado para su
desarrollo. Hay dos elementos que se utilizan para este fin:
- Bretton Woods, 1944.
- Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT), 1947. Va a
suponer una mundialización nunca vista de los intercambios comerciales. Se
inspira en el llamado Sistema de Puertas Abiertas (noción típicamente
americana), crea un mundo estable en donde se pueda intercambiar y
comerciar sin obstáculos, sin políticas monopolísticas y sin espacios
reservados. Se articula sobre dos conceptos:
a) Librecambio mundial: La idea era suprimir el conjunto de trabas y
obstáculos que distorsionaban las relaciones económicas
internacionales. A través del GATT y de este principio se establecen
unas normas y principios tendentes a este fin: 1- La supresión de
todos los contingentes en el marco de las relaciones internacionales;
2- La reducción progresiva y general de las tarifas aduaneras; 3- La
supresión de subvenciones a las exportaciones por parte de todos los
Estados; 4- La supresión de prácticas consideradas desleales, como la
venta de las mercancías por debajo del precio de coste.
b) Multilateralismo: Parte del reconocimiento de la llamada “cláusula de
nación más favorecida” por la cual los países se comprometían a
acordar al resto de Estados las ventajas particulares que en materia
comercial ofrecían a un tercero; si un Estado establecía relaciones
comerciales con un país, eso debía ser extendido al resto de la
comunidad internacional.
El multilateralismo obligó a la apertura de una serie de encuentros y conferencias
periódicas, mediante las cuales todas estas cuestiones eran abordadas, discutidas y
ejecutadas por sus miembros: lo que se conoció como “rondas” (del GATT) y,
básicamente, destacan cuatro:
1- Ronda Dillon (1954-1960).
2- Ronda Kennedy (1963-1967).
3- Ronda Tokio o Nixon (1971-1979).
4- Ronda Uruguay (iniciada en 1986, se está concluyendo).
El librecambismo y el multilateralismo desencadena un crecimiento vertiginoso del
comercio internacional durante estos años. Según algunos autores, entre 1950 y 1973 el
crecimiento internacional se va a multiplicar por más de tres, donde los EE.UU. juegan
un papel fundamental en los primeros momentos pero luego serán reemplazados por
otros competidores internacionales, específicamente los países europeos integrados en la
CEE (1957) o EFTA (1959) y Japón. El Cuadro 2 nos muestra el papel de cada Estado
occidental en el comercio mundial, una Europa que viene en bloque y con Japón metido
entre los países en desarrollo.
Desde el punto de vista económico, junto a este crecimiento del comercio
internacional, la vida a partir del 45 nos introduce en un nuevo capitalismo que pierde la
fisonomía y naturaleza del capitalismo liberal de fines del XIX y principios del XX para
convertirse en un capitalismo regulado, en primer lugar por la intervención del Estado y
en segundo lugar por la instauración del denominado “Estado del Bienestar” o
providencia”.
Este capitalismo y el papel que en él juega el Estado rompe con el credo liberal:
aquel dogma de “laissez passé” se rompe; el “dejar pasar” seguirá vigente pero no el
“dejar hacer” ya que sufre un control por parte del Estado. Estos Estados van a diseñar
unas prácticas económicas de las que podemos destacar tres grupos. Si esto va a
funcionar es porque el propio sistema capitalista va a encontrar beneficios e intereses
más que suficientes en este nuevo planteamiento económico del mundo de posguerra:
1- Políticas coyunturales: las políticas coyunturales tienen como objetivo
prioritario la desaparición de los ciclos económicos y, por tanto, de las crisis
que el sistema capitalista sufría. Para ello encuentran un formulamiento
teórico en los fundamentos que antes y después de la guerra Keynes pone en
marcha. Estos teóricos describen a la economía naciente como un círculo
complejo pero en el que se puede intervenir para regular el gasto, la
producción y evitar, así, el calentamiento de la economía en los ciclos
depresivos. En consecuencia se crea un modelo de crecimiento lo más
homogéneo y regular posible. A través de toda una serie de formulaciones y
parámetros como el nivel de empleo, políticas demográficas..., los Estados
podrán combatir las crisis.
2- Políticas estructurales: el Estado de bienestar como instrumento para la
distribución de la renta de la riqueza. Para un funcionamiento armonioso de
la sociedad y del sistema económico cada individuo deberá tener
garantizados sus seguridades materiales mínimas y sus principales
necesidades. El Estado de bienestar garantiza un sistema de Seguridad Social
que se dirige específicamente a los sectores más desfavorecidos del sistema,
como parados, población envejecida, discapacitados..., es un sistema que
adquiere un carácter más universal o igualitario según los países. En el caso
europeo este sistema tendrá un nivel universalista igualitario superior al de
los Estados Unidos. Esta intervención del Estado para corregir las
desigualdades se extenderá a otros ámbitos de clase regional dentro del
mismo Estado, como políticas de desarrollo e impulso y, así mismo, también
a través de otros intervenciones, a la cultura, sociedad, al sistema
educativo..., ampliando el acceso al conocimiento al conjunto de los
ciudadanos.
3- Políticas estructurales: la relación entre producción y distribución. Para
ello, se inician unas políticas de nacionalización y planificación que,
planteadas inicialmente como claves para poder sacar al país de la crisis de
posguerra, se convertiría en norma y parte en los países occidentales.
El capitalismo va de la mano de un Estado más interventor porque se dan garantías
en dos sentidos: y, es que, este intervencionismo asegura el mantenimiento de un
mínimo nivel de consumo y, al hacerlo, garantiza la armonía social; el no
cuestionamiento se da en dos órdenes: el principio del beneficio se mantiene y también
la diferencia en el nivel de ingresos y rentas y, por lo tanto, la clave del individualismo
liberal.
Desde otro punto de vista se puede considerar que este nuevo capitalismo da lugar a
un modo de producción cada vez más automatizado, un sistema de producción fordista
y un capitalismo igualmente que se internacionaliza en sus intereses y en su distribución
geográfica.

Plasmación y coyunturas políticas.

RFA:
En todos los países se dará el esquema del crecimiento económico acompañado de
una ampliación democrática en la política. En este sentido, la RFA será un ejemplo
especial.
En 1944 echa a andar la RFA, en una evolución caracterizada por la consolidación
de la política interna en un contexto de crecimiento económico sin precedentes (ver
cuadro), llegando al 12% en 1955, y la integración de la RFA en el sistema de alianzas
occidental. El punto de partida se produce cuando la división de Alemania se consolida
en 1949, apareciendo esta RFA con la “ley fundamental de Bonn” que organiza la vida
política de Alemania sobre la base de una democracia representativa y una estructura
del Estado federal. Todo aquello que no es competencia de los “Lander” compete al
gobierno central, básicamente defensa, hacienda, asuntos exteriores y defensa
fronteriza. Políticamente, la RFA pivotará sobre tres actores: el Presidente de la
República, el Canciller y el Parlamento. El Presidente de la República es una figura sin
excesivas responsabilidades políticas, la representación del Estado, elegido por sistema
indirecto a través de un colegio electoral, y que estará ocupada, la presidencia, por
personajes sobre los que existe un amplio consenso político y social: el presidente
aparece como un personaje de una trayectoria política y moral intachable, ejemplo para
la colectividad. El Canciller es, sin embargo, la principal pieza del juego político
alemán.
Existe un sistema bicameral, con la Cámara Baja y la Cámara Alta (que representa
a los Länder). Para dar estabilidad política a los ejecutivos y dar un sistema que
garantizase la democracia en Alemania se introdujeron unas normas específicas:
• Quedan excluidos de la vida política los partidos de filosofía antisemita
(nazi).
• Se establecen duras condiciones para el reconocimiento de las fuerzas
comunistas.
• Se establece una cuota del 5%; nivel de porcentaje que debía obtener un
partido para lograr representación parlamentaria (en las elecciones).
También, en los años ´60 se producen modificaciones constitucionales que
amortiguaron estas normas. La vida política se articuló en torno a 3 partidos (hasta los
´80):
1.Partido Demócrata Alemán (SPD).
2.Unión Social Democrática (CDU).
3.Partido Liberal (FPD), aliado a un partido cristiano de Baviera.

SPD: Es una línea de socialismo democrático reformista y anticomunista. En 1959


tiene un importante congreso donde se decide abandonar el marxismo y convertirse en
una fuerza política capaz de atraer a las clases medias, que serán su apoyo para alcanzar
el poder en 1969. Su personaje clave será Willy Brandt.
CDU: Partido conservador. Es una formación que aglutina a sectores reaccionarios,
liberal conservadores e, incluso, antiguos elementos de la Alemania nacionalsocialista.
También convergen católicos y protestantes; es un partido de notables y vinculado a
sectores agrícolas e industriales. Defensor de la libre concurrencia y de la economía
social. K. Adenauer estará al frente, del 49 al 63, de la cancillería. Le da un carácter
muy presidencialista a la república, cuyos primeros momentos están muy unidos a este
partido. Fue un personaje que tuvo una cierta aproximación al nacionalsocialismo,
aunque no seguía las ideas del nazismo; quería un cierto continuismo político relativo a
lo anterior de la guerra.
FPD: Creado en 1948, en el marco de una burguesía urbana. Rechazaba aspectos
de los programas de los otros dos partidos, pero también encontraba elementos para
acercarse a uno u otro: el conservadurismo social les acercaba a Adenauer; el proyecto
de política exterior, sobre todo en lo referido a la apertura de Alemania hacia el este, les
acercaba al SPD. En las elecciones lograban porcentajes del 7-8%, con una presencia
garantizada en el Parlamento y clave para la formación de los gobierno en Alemania.

Los primeros años se caracterizaron por el control de los conservadores y la


presencia en el poder de K. Adenauer, con dos orientaciones:
1.Crecimiento y normalización económica: Adenauer, junto a Erhard,
ministro de economía, fue el responsable del milagro económico alemán de los
años ´50. La base estaba en la ayuda que obtiene de los países occidentales
(primero por el Plan Marshall y luego por los acuerdos con EE.UU.). la
filosofía económica que aplicaban era liberal, pero donde el Estado jugaba un
papel clave dentro de su desarrollo, debido, sobre todo, a la imperiosa necesidad
de mano de obra en los ´60.
2.Política Exterior: el objetivo era vincularse sólidamente a occidente con
los sistemas de cooperación y seguridad para que Alemania recuperase la base
de su auténtica soberanía (que sólo podía conseguir si se integraba plenamente
en los mecanismos de la Europa occidental). Así ocurre y deja de ser un país
controlado políticamente por los occidentales. En 1949 los estados occidentales
deciden acabar con las reparaciones de guerra; en 1950 ellos mismo deciden
que Alemania vuelva a tener un ministerio de Asuntos Exteriores y que sea
soberana a la hora de establecer relaciones diplomáticas con terceros. En 1949
Alemania entra a formar parte de la Organización Europea de Cooperación
Económica (OECE) y en 1951 es miembro de pleno derecho en el Consejo de
Europa. Años después, con los Acuerdos de París, se permitirá el rearme de
Alemania y su integración en la OTAN; en 1955 Alemania pone en marcha su
primer ejército tras la segunda guerra mundial, aunque allí seguirán las fuerzas
de ocupación. Es un rearme relativo pero efectivo; todo ello en el marco de un
fortalecimiento del bloque occidental.
En los años posteriores Alemania, junto con Francia, será el elemento clave para la
construcción europea. En 1951 se produce la creación de la CECA y en 1957 la CEE; en
1962 se procede a la creación del Eje París-Bonn, De Gaulle y Adenauer hacen del
entendimiento entre sus países la clave para la construcción europea..
Este crecimiento económico de Alemania en el marco de un sistema de libertades
va a afectar directamente a las relaciones con la RDA, en un punto concreto: Berlín
occidental. Éste se había convertido para el bloque del este en un problema con
diferentes proyecciones:
1- El mantenimiento de Berlín occidental era un cuestionamiento del poder
soviético.
2- También era, por su crecimiento económico, un cuestionamiento sobre el
funcionamiento de la RDA.
Este cuestionamiento se había reflejado en aspectos puntuales; durante el tiempo
transcurrido entre 1948 y mediados de 1961 en torno a 3 millones de alemanes
orientales habían aprovechado el estatuto de Berlín occidental para salir de la RDA y
ganar el territorio de la RFA. Era lo que, con mala uva, los occidentales llamaban “la
democracia de los pies de Alemania oriental” (el “voto por los pies”). Además, esta
hemorragia humana afectaba al sistema económico oriental. A fines de los ´50, la
U.R.S.S. pretende frenar esta hemorragia, buscando una salida negociada al tema del
Berlín occidental. Inicialmente va a proponer una doble salida consistente en incluir a
Berlín occidental dentro de la RDA o buscar la internacionalización del territorio bajo la
administración de la ONU. Estas iniciativas que se plantean por parte de Nikita
Kruschev en 1958 se encuentran con el desinterés occidental. Para los Estados Unidos
el Berlín occidental se ha convertido en un símbolo de las libertades que es preciso
mantener. El estancamiento de la situación, unido a una serie de problemas puntuales en
las relaciones soviético americanas (concretamente el derribo de un avión espía
norteamericano U-2 en territorio de la U.R.S.S.) empujan a que, en verano de 1961 (la
noche del 12 al 13 de agosto) las autoridades germano orientales inicien, de forma
unilateral, la construcción de un muro (siendo Willy Brandt burgomaestre de Berlín
occidental), con objeto de cerrar la escapada a través de dicha ciudad. De esta forma,
Berlín queda cercada, dividida, incrementándose la tragedia que el pueblo alemán había
vivido desde el 49, con su división estatal. Los países occidentales protestarán pero no
van más allá de este nivel porque las iniciativas orientales venían a reforzar su deseo de
convertir a Berlín occidental en lo que era el símbolo de la libertad frente a la presión de
las democracias populares. Y la mejor prueba de este intento fue el discurso que, en
junio de 1963, Kennedy realiza en un viaje al Berlín occidental.
A finales de los ´60 la coalición que gobierna Alemania, de conservadores y
liberales, da muestras de agotamiento. Más la recesión económica están las
discrepancias en el seno del gobierno. Esta situación está situándonos ante lo que va a
ser el cambio fundamental que, a partir del 69, se da en la política alemana. En las
elecciones del 69 los socialdemócratas triunfan y permiten, por primera vez en la
historia política de Alemania, que un canciller socialdemócrata, Willy Brandt, ocupe la
cancillería, con el abandono del marxismo por parte del socialismo alemán. Mantendrá a
los socialistas (SPD) en el poder hasta 1982. Un gobierno que será una coalición
gubernamental entre socialdemócratas y liberales que se va a centrar en parcelas de la
política exterior de Alemania y que se va a enfrentar con los primeros e importantes
problemas de crisis social y de orden público en el desarrollo de la RFA.
Desde el punto de vista de la política exterior, la gestión de Willy Brandt se
caracteriza por la Ostpolitik (política del este), por la apertura a los países del este, que
conduce a la primera firma de acuerdos entre la RFA y RDA, Polonia, U.R.S.S..., un
acercamiento, por un lado, para solucionar los problemas creados por el muro y que
tendrá grandes problemas para su ejecución en el seno mismo de la RFA, que sólo se
puede entender sobre el clima de acercamiento entre la U.R.S.S. y los EE.UU.; y una
ostpolitik que será aprobada por el legislativo alemán que contará con el respaldo de los
principales países occidentales. Y los gobiernos de Brandt y sus sucesores se enfrentan
a ña aparición de nuevos movimientos sociales desde finales de los ´60 que vienen a ser
un proceso de cuestionamiento en occidente que se produce sobre el sistema político y
la evolución social. En Alemania surgen, inicialmente en el ámbito universitario,
cuestionando el aburguesamiento de la vida social alemana, criticando la
“estandarización” de la vida política e, incluso, también denuncian la falta de voluntad
por parte de la sociedad alemana para afrontar un estudio de su pasado, especialmente el
nacional socialismo. Algunos de estos nuevos grupos verán satisfechas sus
reclamaciones por el poder político y otros adoptarán una oposición al sistema político y
económico, a la democracia liberal y al capitalismo, derivando hacia la acción
guerrillera y las prácticas terroristas. El “Ejército Rojo” será un elemento especialmente
peligroso que hará de la patronal alemana un objetivo militar clave.
En 1974 Brandt cae como consecuencia de un escándalo político en el que se ha
visto involucrado: uno de sus colaboradores es un espía de Alemania oriental y Brandt
tiene que abandonar la cancillería. Brandt, sin embargo, jugará un importante papel en
la integración europea pero no ocupará más cargos en Alemania. Su sucesor, Helmut
Schmit, planteará un socialismo político y económico más moderado, reformista, lo que
no impide que los socialdemócratas tengan el poder hasta 1982.

FRANCIA
Comparada con la RFA, Francia nos presenta una trayectoria política
completamente diferente, sobre todo por la escasa estabilidad política que vive a finales
de los ´40 y a lo largo de los ´50; una Francia sometida a las consecuencias de unas
guerras descolonizadoras que provocarán el hundimiento absoluto del sistema político.
A lo largo de todo este período la historia política de Francia tendrá tres fases
principales:
1- Después de la segunda guerra mundial, desde el 44 al 46.
2- Desde el 47 hasta 1958 (IV República).
3- A partir del 58 hasta los ´70 (V República y De Gaulle).
El paso de la IV a la V República se explica por el desarrollo de una crisis colonial,
la guerra de Argelia (1956-1962) que deriva en un conflicto civil en Francia con un
intento de golpe de Estado por parte de los generales opuestos al proceso de
independencia de Argel, en el que incluso tienen como objetivo la ocupación militar de
París.
1ª fase: Cuando la guerra termina, Francia es un país donde prácticamente todo
tiene que ser construido desde cero. Desde el punto de vista político se hace
imprescindible construir el Estado. Ha sido un país que ha sufrido la guerra, cuatro años
ocupado, con una sociedad dividida entre colaboracionistas y no colaboracionistas. En
agosto de 1944 se instala en París el llamado “Gobierno Provisional de la República
Francesa” (GPRF) que ha sido la instancia política que ha mantenido la resistencia en
Francia contra los nazis y que aglutina al conjunto de fuerzas de la resistencia, presidido
por el general De Gaulle. Este gobierno se tiene que enfrentar a la reconstrucción
económica y al control absoluto del territorio francés (ya que hay zonas bajo el control
directo de la resistencia). Y el primer objetivo es la elaboración de una nueva
constitución que cierre el período de la III República e inicie el camino a una nueva
etapa política. La constitución que se aprobará en 1947 es una constitución con un
sentido claramente asambleario, es decir, donde la posición del ejecutivo (el gobierno) y
del Presidente está muy debilitada frente a las capacidades políticas que tiene el
Parlamento francés, la Asamblea Nacional y el Senado. La aprobación de este texto
supone la primera crisis importante en la Francia de posguerra y De Gaulle, a raíz de
esta constitución, en febrero de 1946, abandona la vida política. Desde el punto de vista
de las fuerzas políticas en Francia van a destacar tres partidos principales:
1- Movimiento Republicano Popular: partido socialcristiano, de corte
demócratacristiano, que tiene entre sus principales representantes a R.
Schuman y a G. Bidault.
2- Partido Socialista (SFIO): cuyos principales representantes son
Moch, Auriol y, luego, a P. Mendes France.
3- Partido Comunista Francés (PCF): cuyo secretario general será
Maurice Thorez.
Sobre estos tres partidos comienza a funcionar la vida política francesa de la IV
República. A estas habrá que añadir otras fuerzas más conservadoras y moderadas. El
desencadenamiento de la guerra fría va a hacer que los comunistas sean obligados a
abandonar el gobierno (una de las condiciones que la administración Truman plantea a
Francia a cambio de su ayuda económica es la salida de los comunistas del gobierno en
1947; a parte, y de propia cosecha, es sabido que el gobierno americano apoyó la
creación de los partidos democristianos como contrapeso a estas fuerzas rojazas) con lo
cual los comunistas pasan a convertirse en oposición.
2ª fase: Se elige a Auriol como presidente de la IV República, y no trajo la
necesaria estabilidad política. La vida política en los años posteriores estará
caracterizada por una grave inestabilidad; la coalición que inicialmente gobernará
Francia es la llamada “Tercera Fuerza”, que integra a los tres partidos citados (MPR,
PCF y SFIO). Esta coalición comienza a disgregarse progresivamente. En un clima de
guerra fría que en occidente significa acoso y derribo a las fuerzas comunistas, éstas son
expulsadas del gobierno y pasan a la oposición. Esta oposición, desde la izquierda, al
sistema se une a una oposición desde la derecha a la IV República. Esta oposición
derechista son los seguidores del general De Gaulle que han logrado constituir un
movimiento político (el Reagrupamiento del Pueblo Francés) que tiene una importante
aceptación popular.
Estas dos oposiciones son claramente antisistema, es decir, que entre sus últimos
objetivos está la transformación de la IV República. El Partido Comunista con su
control sindical, la CGT, lanza, en octubre y noviembre del 47, un conjunto de huelgas
insurreccionales y está a punto de colapsar las instituciones (por ejemplo, en Marsella se
crea una República Comunista durante algunos días). La oposición del PCF hay que
entenderla en un marco de guerra fría, que hace de la lucha contra la presencia de
Francia en el Plan Marshall una de sus principales políticas (por cierto, en el PCF hay
elementos del Partido Comunista Español desde 1945 y en 1950 quedan ilegalizados).
La oposición gaullista es desde la extrema derecha, con el objetivo de cambiar la
constitución de la IV República que no acepta el general.
Para sostener a la IV República las fuerzas del gobierno, la SFIO y el MRP, se
tienen que apoyar en un conjunto de pequeños partidos, el Partido Radical y el Partido
Radical Socialista, en una coalición de gobierno que pasa a denominarse el
“sostenimiento de la República”. Son fuerzas a las que únicamente les une su defensa
del sistema republicano y su oposición a los ataques que vienen desde la izquierda y
derecha. En lo demás, esta coalición de gobierno prácticamente no tiene puntos de
coincidencia; y eso derivó en que desde 1947 hasta 1952 los gobiernos van a estar
cambiando permanentemente: durante esos cinco años hay recogidos la formación de 10
ejecutivos, algunos de ellos sólo duran 2 ó 3 meses. Por lo tanto hay una fuerte
inestabilidad gubernamental, prácticamente una crisis política permanente en Francia
durante este tiempo. Las elecciones posteriores hicieron, además, que la vida política en
Francia se fuera derechizando con la salida de los socialistas de la SFIO del poder, la
aparición de fuerzas de la derecha a las que se vinculaban algunos sectores del
gaullismo, lo que permite una mayor estabilidad a partir del 52.
Desde ese año aparecen algunos personajes políticos que dan un tono de mayor
solidez a lo que es la evolución de la IV República. En concreto, destacan dos
personajes mencionables: uno desde la derecha, Antoine Pinay y otro desde la
izquierda, Pierre Mendes-France. El primero es conservador, de la derecha tradicional
francesa, y va a estar en el poder desde 1952 hasta mediados de 1953 (un logro para la
época); además afronta con decisión los problemas que el franco tenía planteados en ese
momento lo que le permitirá tener el apoyo de la opinión pública. El caso del segundo,
Mendes-France, es más interesante: es un político de origen judío, que sufrirá críticas
por ello (le llamaron “el último de los justos”) y viene de las filas del radical socialismo
y asume la presidencia del gobierno con dos objetivos principales:
1- Terminar con la guerra de Indochina: este tema se ha convertido en una
pesadilla; desde diciembre de 1946 Francia está inmersa en una guerra
colonial que ha provocado cerca de 10.000 muertes y en la que Francia ha
sufrido humillaciones militares como la caída de Diem Fu y es necesario
afrontar este tema con decisión y valentía, lo que significa iniciar el camino
para conversar con las fuerzas norvietnamitas y buscar una salida pacífica al
conflicto. Esta decisión es la que toma Pierre Mendes-France, que iniciará el
principio de la Conferencia de Ginebra de 1954, dando la independencia a
Indochina. Este tema, como el de Argelia, no era intrascendente para
Francia, que veía en su estructura colonial la consideración de gran potencia
internacional; el vuelco de Francia en defender su imperio se explica porque
este imperialismo era el instrumento del poderío internacional de Francia. El
problema es que Francia sostenía ese imperio sobre todo a través de un
reforzamiento de su ejército. En octubre de 1946 opta por el conflicto y la
misma salida va a plantear cuando surge la crisis de Argelia en 1954.
2- Situar a Francia de forma clara y valiente en el proceso de construcción
europeo.
Mendes-France soluciona el problema de Indochina, logra estabilizar la vida
política del país, pero es incapaz de hacer frente a la guerra de Argel. Esta guerra (1954-
1962) es la pieza clave para entender el desmoronamiento de la IV República. Francia
tenía presencia en Argelia desde 1830; una Argelia que Francia no entendía como una
colonia sino que formaba parte del conjunto de provincias y regiones del Estado francés
(parte integrante). Desde 1954 se desarrolla un movimiento independentista por parte de
la población autóctona argelina que es respondido por las autoridades francesas a través
de la vía militar. Esta salida dura, maximalista, se apoya sobre todo en dos sectores: la
clase militar francesa, con un personaje principal en el general Salan y los colonos
franceses residentes en Argelia, que defienden la llamada Argelia francesa. En esta
situación de guerra colonial, la IV República va desmoronándose lentamente. La clase
política y las instituciones son incapaces de hacer frente a la crisis que Argelia ha
abierto.
El centro de la crisis se produce en 1957-58. Los intentos del gobierno francés por
buscar una salida negociada a esta crisis son contestados por los militares y por los
residentes franceses en Argelia con un golpe de mano (prácticamente un golpe de
Estado) encabezado por el general Salan que forma un Comité de Salvación Nacional en
Argel que elabora planes para controlar París con ayuda de los paracaidistas.
3ª fase: en esta grave crisis aparece, de nuevo, el general De Gaulle como la única
personalidad capaz de sacar a Francia de la grave crisis que arrastra. Los militares
apoyan la presencia de De Gaulle porque le consideran defensor de la llamada “Argelia
francesa”, opuesto a la independencia argelina.
El presidente de la República francesa llama, entonces, a De Gaulle para que asuma
las funciones de Primer Ministro y De Gaulle acepta pero con unas condiciones: el
cambio de la constitución, para terminar con el carácter asambleario de la IV República
y permita el establecimiento de un nuevo sistema político: la V República. Para el
conjunto de la clase política, la llegada de De Gaulle era una grave amenaza a los
principios republicanos, por lo que le obligaron a prometer que la nueva constitución
respetaría los principios de la división de poderes y el mantenimiento del aparato
legislativo, aparte de someter a referéndum popular las principales decisiones
constitucionales que se adoptasen.
Por lo tanto, a partir de 1958 Francia entró en un nuevo sistema político, la V
República, que es el que se mantiene hasta la actualidad. Una V República que se
edifica y desarrolla sobre la base de la personalidad y carácter de De Gaulle, que estará
en el poder, como presidente del gobierno, y luego de la República, desde 1958 hasta
1969. De esos 11 años se pueden destacar dos etapas fundamentales:
1) La Francia gaullista: Se caracteriza por la puesta en marcha de la nueva
constitución de la V República y la solución de la crisis argelina. Cuando De
Gaulle llega al poder modifica sus planteamientos iniciales en esta cuestión y
progresivamente acepta una solución al tema argelino en forma negociada
(discurso de “La Paz de los Valientes”) y la independencia llega en 1962 con
los acuerdos de Evian. Esto no se hace sin dificultades; los militares se
levantan y, socialmente, Francia vive un momento de enfrentamiento que
pone al país al borde de la guerra civil.
La otra cuestión es la puesta en marcha de la V República. Esta nueva República
es totalmente diferente a la anterior. Establece un sistema presidencialista con
un ejecutivo enormemente fuerte, con amplia capacidad y donde la piedra
angular del sistema era el Presidente de la República. De Gaulle considera,
sin embargo, que todavía se puede hacer más a favor de la figura del
Presidente, y entre 1958 y 1962, aprovecha el proceso de puesta en marcha de
la constitución adoptando iniciativas para reforzar, en mayor medida, su
poder. Esto fue considerado, y lo sigue siendo, una especie de golpe de
Estado encubierto (Mitterrand hablará del “golpe de Estado permanente”);
una de esas medidas es que el Presidente de la República lo fuese a través del
sufragio universal, con lo que al obtener mayor legitimación política podía
incrementar más su poder. En resumen, el pulso político que De Gaulle
plantea a la clase política francesa del momento se cierra con un triunfo suyo:
en 1962 Francia es De Gaulle y De Gaulle es Francia.
2) 1962-1969: se vivirá la eclosión del gaullismo y serán los años más brillantes
de la Historia de Francia después de la segunda guerra mundial (desde el
punto de vista de la economía y las relaciones internacionales).
Durante estos 7 años la política interior se caracteriza por la estabilidad, el
crecimiento económico y la modernización industrial. En la política exterior,
estos años representan la recuperación de la grandeza internacional de Francia
y su prestigio. Esto está directamente relacionado con una perspectiva
internacional de lo que tiene que ser la posición de Francia. Prestigio y
grandeza que se manifiesta en que Francia tendrá un margen de actuación
muy independiente en el seno del bloque occidental. Francia cuestionará el
liderazgo internacional de los EE.UU. dentro de este bloque. Adoptará una
posición exterior de cierta independencia lo que se refleja en la salida de la
estructura militar de la OTAN, en la creación de una fuerza nuclear francesa
de disuasión (en 1960 se realizan las primeras pruebas nucleares francesas en
lo concerniente a bombas atómicas y de hidrógeno); además, inicia un
acercamiento a mundo comunista ajeno a los intereses americanos. Un
aspecto donde se refleja esto es en la construcción europea y en el rechazo de
Francia a que Gran Bretaña entre en la Comunidad, porque teme que sea el
caballo de Troya americano en Europa. Francia se convierte, pues, en un
impulsor directo de la construcción europea, buscando respaldo en la
Alemania de K. Adenauer.
Esta época de crecimiento y prestigio va a comenzar a entrar en declive a finales de
los ´60: una pequeña recesión económica en 1967 va ha hacer que, progresivamente, la
figura política de De Gaulle comience a ser cuestionada. Los gaullistas ganan las
elecciones de 1967 pero el avance de la izquierda (socialista y comunista) es evidente.
El fin del dominio gaullista en Francia va a tener como punto de partida 1968. En un
año en que un conjunto de circunstancias van a determinar que Francia viva y se
enfrente a una crisis universitaria que se convierte en una grave crisis social que se
traduce, finalmente, en un grave crisis política que está a punto de tumbar a la V
República. Esta situación de crisis global que vive Francia es la que se conoce como
“Mayo del 68”, que tiene como punto de partida el malestar que se vive en la
universidad francesa, específicamente en París; es, en definitiva, un rechazo de la
juventud francesa del 68 ante una sociedad aburguesada, de consumo y una denuncia
hacia todas las forma de autoritarismo (familiar, estatal o educacional). Los
universitarios del 68 cuestionan un sistema educativo anquilosado donde los profesores
(“mandarines”) ejercen todo el poder incapaces de aceptar nuevas opiniones.
Este levantamiento inicial, en los primeros días de mayo de 1968, se traslada de
inmediato al campo social. Las centrales sindicales, sobre todo la CGT comunista,
movilizan el modo del trabajo planteando reclamaciones respecto a la mejora de las
condiciones laborales e incrementos salariales. El 29 de mayo Francia conoce el mayor
movimiento huelguístico de su historia con 9 millones de trabajadores que paran el
sistema productivo y que controlan la calle. Esta situación de crisis social grave se
convierte en una situación políticamente explosiva; en algunos casos como en París no
se sabe quien detenta el poder, que está en la calle (se dirá). De Gaulle ha desaparecido
de la escena pública, se habla de militantes socialistas y comunistas que toman el
ayuntamiento de París y proclaman la II Comuna: es un vacío de poder. La extensión de
los conflictos se ve en la fotocopia; en ella se comprueba la amplitud del movimiento
huelguístico, sobre todo el urbano, donde estallan los conflictos. Es también un proceso
de crisis social con un amplio respaldo, con manifestaciones estudiantiles, obreras y
campesinas; tiene también componentes sangrientos con algunos muertos en
manifestaciones de más de 50.000 personas; en definitiva, la segunda quincena de mayo
de 1968 da una Francia totalmente desestabilizada (en París todo está cerrado, nada
funciona).
En esta situación De Gaulle desaparece (la “espantada del 19 de mayo). Se ha
trasladado a Alemania a entrevistarse con el general Massu, con el jefe de las fuerzas de
ocupación en Alemania, para solicitarle el respaldo del ejército a su figura (respaldo
constitucional a su gestión). No se ha reunido con la Asamblea y deja al gobierno
abandonado. El ejército le da su apoyo y el 30 de mayo reaparece y en un célebre
discurso plantea las claves para la salida de la crisis: dice que se mantendrá en el poder
y anuncia la disolución de la Asamblea Nacional, la convocatoria de nuevas elecciones,
el sometimiento a referéndum al pueblo francés de una serie de reformas económicas y
universitarias y acusa directamente a los comunistas de ser los inspiradores de la crisis
de 1968. En 1969 se celebra el referéndum prometido y no resulta ser un respaldo para
el Presidente de la República y, ante ello, De Gaulle presenta su dimisión.
La desaparición política de De Gaulle abre un nuevo escenario en la vida política:
los años posteriores constituyen la continuación del gaullismo sin De Gaulle, que estará
representado por Pompidou como Presidente de la República, que se mantendrá en el
poder hasta su fallecimiento en 1974.
De esta última fase lo interesante es el reagrupamiento que se produce entre las
fuerzas de la izquierda, específicamente entre los partidos Comunista y Socialista, dos
fuerzas políticas que van a suscribir en el 72 el “programa común del gobierno de la
izquierda” que sirve de precedente a lo que será el triunfo electoral de la izquierda en las
elecciones de 1981.
Los comunistas y socialistas habían hecho del excesivo poder que la constitución de
la V República daba al Presidente una de sus principales críticas, ya que éste se
convertía en un actor de 1ª fila. Con los socialistas, ya con Mitterrand, esto, sin
embargo, no se cambia en ningún momento.

GRAN BRETAÑA:
Su evolución política contrasta con la francesa por su alto grado de estabilidad
gubernamental y también por las mayores dificultades económicas que, sobre todo en
los ´60, atravesará.
El final de la segunda guerra mundial había propiciado un importante vuelco
político en Gran Bretaña. En el verano de 1945 los laboristas triunfan en las elecciones
generales, lo que permite formar un gobierno estable que les capacita para poner en
marcha un programa económico y social caracterizado por la implantación del “welfare
estate”, por la nacionalización y por toda una política de protección social a los
ciudadanos británicos. En las elecciones del 50 los laboristas vuelven a triunfar pero el
partido se encuentra claramente dividido entre un ala radical, donde ejercen un peso
específico las Trade Unions, un ala de socialismo más radical con representación en H.
Wilson; y un ala moderada, más inclinada a frenar las iniciativas de profundización en
el Estado de Bienestar. Esta situación de crisis interna es la que va a permitir que los
conservadores se hagan de nuevo con el poder político en Gran Bretaña.
Se inicia, así, la apertura de una fase de poder conservador en el gobierno que va a
ser larga: de 1951 a 1964. Este partido conservador que llega al poder en 1951 tiene
ideas renovadas, que no van a cuestionar las grandes directrices del estado de bienestar
puesto en marcha por los laboristas, dicen estar abiertos al progreso y a mantener las
reformas; y tiene unos indiscutibles líderes políticos. Es el caso, de nuevo, de Winston
Churchill que asume la jefatura del gobierno hasta 1953; también es el caso de
Anthony Eden y, sobre todo, de Harold MacMillan. Esta fase de estabilidad
conservadora tiene algunos momentos de grave crisis como la de octubre de 1956,
producida a raíz de la crisis de Suez y que obliga a la dimisión de Eden (aunque la crisis
colonial es más grave en Francia).
La última fase de gobierno conservador corresponde a H. MacMillan, que dará un
impulso a lo que es la evolución económica británica con un cierto componente de
planificación, y que adopta una de las decisiones políticas más transcendentales en la
Gran Bretaña de posguerra: la solicitud de integración de Gran Bretaña en la CEE en
1961. Es una decisión muy polémica que tardará varios años en poder concretarse
(entrará en 1973). Y es una política que está motivada específicamente por la necesidad
de Gran Bretaña por reformar, impulsar y modernizar todo su sistema industrial. Gran
Bretaña había optado, inicialmente, por una fórmula de relación con el continente que
no era la CEE, sino el establecimiento de una zona de libre cambio. El éxito del Tratado
de Roma obliga a Gran Bretaña a dar marcha atrás y a plantear la vinculación con la
Comunidad. El fracaso de las conversaciones con Bruselas, el agotamiento conservador
y algunos escándalos hacen que el Partido Conservador pierda las elecciones de 1964 y
que de nuevo los laboristas controlen el gobierno, presidido por el joven radical
(antaño) H. Wilson. Y unos laboristas que se mantendrán hasta 1970. El Wilson que
llega al poder en el 64 es un personaje moderado (ahora) que debe buscar un equilibrio
político para la difícil posición de los laboristas en el Parlamento, pero es un personaje
que insistirá también en la política de MacMillan de estar presentes en las instituciones
europeas.
El Laborismo reforma la legislación en torno a la pena de muerte y otras cosas: hay
una mayor tolerancia y flexibilidad, algo requerido por la sociedad. Es la época del
movimiento hippie. El partido Conservador denuncia la permisividad y la ausencia de
orden en la sociedad, lo que les lleva de nuevo al gobierno con Heath. En 1973 se
integra Gran Bretaña en la CEE.
La construcción europea.
El rasgo más innovador de la Europa occidental de posguerra serán los ensayos y
realizaciones a favor de la construcción europea. Los intentos del proceso de integración
son, históricamente, antiguos, desde el XVIII y XIX; pero es después de la segunda
guerra mundial cuando se traducen en resultados prácticos.
La forma de construir ideológicamente Europa ha presentado diferencias: modos
totalitarios, como Hitler o Napoleón, y modos democráticos, que son los que triunfan
tras 1945.
Este sueño trajo la aparición de teóricos sobre esta cuestión: Kant, Voltaire, etc. El
pensamiento europeísta es amplio y extenso, y ha tenido siempre 3 fundamentos clave
(lo que tiene que ser la Europa unida por casi todos los autores):
1.Europa y la construcción europea como símbolo de la paz perpetua. El
objetivo sería terminar con los conflictos armados que regularmente han
enfrentado a los miembros del sistema europeo.
2.Europa como representación del justo gobierno; la construcción se debe
plantear para que los derechos y libertades de sus ciudadanos quedasen
garantizados. Su gobierno y su filosofía política debe de ser fundamentalmente
democrática.
3.Europa exponente de la justicia social; lo que apareja la unidad con la
garantía de las necesidades básicas de los ciudadanos europeos en el ámbito
económico o educativo: es el exponente del Estado de Bienestar.
En 1945 se de un impulso fundamental para la construcción europea. En el período
de entreguerras hubo una serie de propuestas (sobre todo por Briand) que desaparecerán
en los ´30. Pero, a partir del 45 hay tres realidades que ayudarán:
1.El impacto de la segunda guerra mundial sobre la conciencia de los
pueblos europeos: las formulaciones nacionalistas y ultranacionalistas (políticas
y económicas) fueron clave en el desencadenamiento de la guerra porque
traerán el fascismo causante de la tragedia. Esto debe ser respondido con una
reafirmación de las convicciones democráticas a través de superar lo que el
dogma nacionalista ha supuesto en la degradación del concepto democracia.
2.La destrucción material de Europa tras la guerra: la empresa de
reconstrucción no puede ser llevada a cabo por los países de forma aislada, por
lo que se deben de acentuar las vías de cooperación para solucionarlo entre los
Estados europeos.
3.La guerra fría: abre una necesidad de agruparse para hacer frente a la
amenaza del mundo soviético. Esto significa que la bipolaridad entre EE.UU. y
la U.R.S.S. y su dominio hacen pasar a Europa a un segundo orden
internacional, por lo que hay que compensar esto a través de la unión para
conseguir que Europa hable con voz propia.

La segunda guerra mundial tiene un factor desencadenante de un pensamiento


europeísta vinculante a la lucha contra el fascismo. Se elabora la Declaración de las
Resistencias Europeas, que significará el origen para iniciar el proceso de construcción
europea en 1944 y evitar la aparición de movimientos fascistas.
La construcción europea está directamente vinculada a los EE.UU. ya que, debido
al Plan Marshall, los europeos forman la OECE (1948). De inmediato surge un
organismo de cooperación política, el Consejo de Europa (1949), que significa el
primer organismo de cooperación política europeo. Este Consejo es el resultado de una
serie de encuentros que grupos europeístas han tenido en el Congreso de la Haya,
donde se pone en evidencia la necesidad de construir un organismo político europeo.
Aquí se irán configurando los rasgos políticos de una Europa unida:
• Libre circulación de ideas y hombres.
• Carta de los Derechos del Hombre.
• Tribunal de justicia que lo garantice.
• Asamblea europea.
• Apoyo desde todos los ámbitos a quienes trabajen en esta constitución.

Europa se iba a construir en occidente, de momento, e iban a quedar excluidas todas


las formaciones políticas totalitarias: la U.R.S.S. y los residuos del fascismo de
entreguerras (¿quién será?). el Consejo establece los primeros órganos europeos:
1.Consejo de Ministros.
2.Secretariado.
3.Asamblea Europea.
Y en todos ellos se discutirán y hablarán todas las cuestiones que afecten a los
intereses europeos. Es un órgano permanente de discusión política para las cuestiones
europeas.
En 1950 la Asamblea redacta la Carta de los Derechos del Hombre para aclarar la
conciencia moral de los europeos. España entra en el Consejo antes de que tenga
aprobada la constitución de 1978, por lo que se salta la norma, pero es para avalar el
proceso de consolidación democrática en España.
Estos organismos eran necesarios pero insuficientes. El instrumento que tenían era
simplemente la cooperación y ellos pretendían la unión política de Europa; para ello era
necesario utilizar los instrumentos integradores. En 1950 se abre un debate sobre ambos
caminos: la cooperación y la integración, que plantean modelos diferentes
Han aparecido la OECE y el Consejo de Europa; ambas instituciones han puesto en
tela de juicio los sueños europeístas.
Cinco años después de concluida la guerra, en 1950, hay una serie de individuos, de
miembros europeístas, que no están satisfechos con la obra realizada hasta ese instante;
específicamente reclaman la falta de un auténtico proyecto político europeísta que
permita la construcción de unos Estados Unidos de Europa. Lo que se plantea es un
debate sobre la forma en que debe constituirse Europa y los mecanismos para llegar al
diseño de una unión política. Esos dos modelos hablaban de cooperación y, por otro
lado, de integración. La cooperación trataba de una estructura en la cual un conjunto de
estados soberanos se ponían de acuerdo para cooperar sobre parcelas comunes en
materias donde todos tenían intereses mutuos, paro sin que estas estructuras supusiesen
cesión de soberanía por parte de esos estados en la nueva organización. Era una
cooperación intergubernamental. Frente a ese modelo estaba el diseño de la
integración, mediante el cual esos estados soberanos decían que en una serie de
parcelas determinadas ellos estaban dispuestos a ceder sus competencias soberanas a
una institución que tendría la plena potestad sobre los ámbitos que habían decidido; es
una cesión de soberanía a instituciones comunes. Entes supranacionales.
Este procedimiento era el que, de forma más clara y nítida, permitía superar el
dogma del nacionalismo, el concepto de Estado-nación, tradicionalmente configurado
sobre el continente. El problema es que en la Europa del momento, la OECE y el
Consejo de Europa eran órganos de cooperación intergubernamental. Por lo tanto, para
muchos europeístas eran insuficientes.
En este sentido, en 1950 R. Schuman (Ministro de Asuntos Exteriores francés),
siguiendo las indicaciones de su asesor J. Monnet, va a hacer pública una declaración
(Declaración Schuman) que era un intento por agilizar el proceso de la construcción
europea a través de la vía integracionista, la que debía poner los cimientos más firmes
para que en su día la unión política fuese una realidad. La Declaración Schuman venía a
plantear la necesidad de que en un terreno concreto, el del carbón y el acero, Francia y
Alemania pusieran el control y comercialización de estas materias en manos de una
entidad supranacional. Había muchos argumentos que justificaban el porqué de este
planteamiento sobre el carbón y el acero y sobre Francia y Alemania; y, es que,
Schuman partía de que esa construcción europea no iba a poder hacerse de golpe, sino
que la integración debería ir progresivamente en terrenos puntuales, y consideraba que
en ese proceso el terreno más favorable eran las solidaridades materiales: o sea que el
proceso en el marco económico permitiría adquirir una sólida base para, sobre ella,
crear el futuro. Y en esto las industrias de base serían el mejor instrumento. Habla de
Francia y Alemania porque conoce la historia de su país y del vecino (era de Lorena) y
sus relaciones conflictivas que han estado en la base de varios de los conflictos
europeos desde la modernidad: “si no se soluciona ese permanente conflicto franco-
alemán nunca seremos capaces de construir Europa”. Por lo tanto, el paso previo era
que París y Bonn pudieran ponerse a trabajar juntos en estas parcelas. Y para Schuman
la clave era que estos dos Estados establecieran un conjunto de intereses comunes
irreversibles; es decir, depositar la producción del carbón y del acero en una institución
supranacional. En este sentido se explica porqué el carbón y el acero, ya que el Sarre y
el Ruhr (este último fue ocupado por Francia en 1923 para cobrarse las reparaciones de
guerra) son ricas zonas mineras e industriales; el Sarre fue exigido en Versalles por
Francia debido a que era clave por su carbón y Francia era deficitaria y lo necesitaba
como parte de sus recursos, por lo que finalmente esta región fue sometida a control
internacional. Por lo tanto, en 1919 se solucionó un tema clave para Francia con
soluciones decimonónicas que no terminaron con el conflicto. En 1950 se le dio una
solución radicalmente diferente: si la base del contencioso era la enorme capacidad
industrial, una entidad supranacional se ocuparía de ella.
Había también una decisión importante para muchos europeos en el ambiente de
guerra fría: era necesario incorporar a Alemania a la construcción de la Europa
occidental y el momento específico en que esto es más evidente es en julio de 1950 con
el estallido de la guerra de Corea. Los europeos sienten la necesidad de que para
fortalecer su frente era imprescindible contar con Alemania. Esto plantea de inmediato
el rearme de Alemania y su integración en los mecanismos de defensa occidentales, ya
que EE.UU. traslada tropas de Europa hacia Asia.
La Declaración Schuman se dirige a la RFA pero estaba abierta a otros países, por
lo que se suman Italia y el Benelux. Estos seis Estados en 1951, por el Tratado de París,
constituirán la CECA, que deja a la Alta Autoridad el convertirse en ese órgano
supranacional que Schuman buscaba, aunque la idea original fue de J. Monnet que será,
también, su primer Presidente.
Lo fundamental es que el modelo de la CECA fue un éxito indudable y los
europeístas se lanzaron a ocupar otras parcelas no económicas como son el terreno
militar y político. Enfrascados en la guerra de Corea, al peligro de una acción soviética
sobre Europa, los europeístas quisieron crear la CED (Comunidad Europea de Defensa)
siguiendo el plan de René Pleven que consistía en aplicar el modelo de la CECA a la
defensa. Es decir, crear un gran ministerio de defensa europeo, supranacional, integrado
por divisiones de los ejércitos europeos bajo la autoridad soberana de un único mando
europeo; y, de esta forma, poner los fundamentos de una organización militar europea.
Esto también permitiría abrir el debate del rearme en Alemania, algo que la opinión
pública europea no aceptaba fácilmente. Esto era una manera de superar ese conflicto
porque las fuerzas alemanas estarían bajo un mando europeo. Como la respuesta fue
inicialmente positiva los europeístas ampliaron esto al campo político, naciendo, así, la
CPE (Comunidad Política Europea). Era también el intento de crear instituciones
supranacionales en el campo político. Esto abrió un proceso de discusión en Europa que
se saldó con un auténtico fracaso: en 1954 la Asamblea Nacional francesa rechazó la
CED y se hundió también la CPE.
En 1955, por lo tanto, el punto de partida en la construcción europea era el de
Schuman de 1951: la CECA. Eso demostró que eran las realizaciones materiales, las
solidaridades de hecho, las únicas que conducirían a la unión de Europa, y que si había
un terreno en el que había que trabajar ese era el de la integración económica. Siguiendo
esas formulaciones, en 1957 los países miembros de la CECA decidieron ampliar los
presupuestos sobre los que se trabajaba, el carbón y el acero. Por los llamados Tratados
de Roma (1957) los miembros de la CECA crearon dos comunidades para acompañar a
la CECA: una de ellas era el Mercado Común y la otra EURATOM (o CEEA,
Comunidad Europea de la Energía Atómica). Así, existen tres comunidades europeas.
El EURATOM era la CEEA; era un intento por parte de los europeos por avanzar en esta materia
que consideraban común. Está muy relacionado con la crisis de Suez ya que el cierre del Canal ha cortado
el suministro de petróleo. Fracasó sobre todo por el torpedeo de los EE.UU. La crisis de Suez tiene una
lectura política: dos potencias coloniales europeas, antes hegemónicas en Próximo Oriente, han sido
humilladas por Nasser porque los Estados Unidos les han abandonado y empujado a retirarse. El
resultado, para los EE.UU., será la doctrina Eisenhower que buscará reemplazar a británicos y franceses
en ese terreno y, para la U.R.S.S., la doctrina Chepilov.

El siguiente paso era la construcción de un Mercado Común mediante el cual los


Estados miembros permitían la libre circulación de los factores de producción, capital,
trabajo y servicios; y en este mercado común se levantaban todas las trabas internas y
aduaneras exigiendo la puesta en marcha de políticas comunes que afectarían al ámbito
de la agricultura, transportes... Una vez realizado el mercado común el siguiente paso
sería la construcción de una Unión Económica y Monetaria por la cual los Estados
elaboraban y planificaban una misma política económica y monetaria. Y, después de
todo esto, el último paso sería la unión política.
Todo este procedimiento que se planteaba desde 1957 iba acompañado con la
asunción, por parte de las instituciones comunitarias, de las competencias soberanas que
los Estados iban cediendo. Este proceso piramidal se fue elaborando a través de los
“textos fundamentales” o “constituciones fundamentales”; los primeros serían los
tratados de Roma y la CECA y los segundos el AUE (Acta Única Europea de 1985) y la
unión política sería el TUE (Tratado de la Unión Europea de 1992 o de Maastrich).
Este diseño que se pone en marcha a partir de 1957 tuvo un desarrollo caracterizado
por los avances y retrocesos, debido a problemas internos y externos que condicionan
este proceso.
El primer problema con el que se encontró la construcción europea fue que de
inmediato le surgió un competidor. Y es que, en 1959 se crea la EFTA (o AELC,
Asociación Europea de Libre Comercio) inspirada directamente por Gran Bretaña. El
Tratado de Estocolmo de 1959 será el que lo ponga en marcha. Por lo tanto, Europa se
encuentra dividida en dos modelos: uno integracionista, el Mercado Común, que tiene
como objetivo la unión política; y el otro, la EFTA, que es un modelo de cooperación
económica y comercial, de libre cambio y que rechaza el camino hacia la
supranacionalidad y que no tiene la dimensión política entre sus objetivos. Hasta
principios de los ´60 Europa vive el pulso entre estos dos modelos. Gran Bretaña
siempre había sido reticente a los planteamientos integracionistas o supranacionales. En
realidad la EFTA es un intento de boicotear el Mercado Común; pero será el propio
Mercado Común el que realmente tenga éxito: el establecimiento de la unión aduanera
crea un dinamismo que dispara el crecimiento de los países miembros del Mercado
Común. El éxito es tan claro que en 1961 Gran Bretaña, y otros países, va a solicitar su
integración en el modelo comunitario y, por lo tanto, queda demostrado que ese sistema
articulará la construcción europea.
Los años ´60 para la CEE van a esta marcados por tres elementos:
1- El éxito económico que acompaña al Mercado Común.
2- Los intentos de ampliación del Mercado Común a nuevos países (Gran
Bretaña, Irlanda y Dinamarca).
3- La influencia determinante que el presidente De Gaulle impone a la
construcción europea.
Este último factor, la influencia de De Gaulle, va a hacer que la construcción
europea atraviese dos momentos de grave crisis: el primero nace de la oposición
francesa que De Gaulle decreta para que Gran Bretaña no entre en el Mercado Común;
y el segundo (en 1965) será la llamada “crisis de la silla vacía”, dirigida a frenar el
camino hacia la supranacionalidad que llevaba la construcción europea.
De Gaulle se opone a la entrada de Gran Bretaña, primero porque dice que su
proyección es más atlántica que continental; o sea, que está en sintonía con los EE.UU.
más que con Europa y que Gran Bretaña ha estado ausente de todo el proceso de la
construcción europea; que la presencia de Gran Bretaña crearía distorsiones internas
sobre la comunidad y que, con ella dentro de Europa, sería el caballo de Troya de los
Estados Unidos para disolver el proceso comunitario (esto lo dice porque Gran Bretaña
se está vinculando a la industria militar y nuclear norteamericana). Además, De Gaulle
no consulta a nadie y lo decide unilateralmente. Tendrá que ser la desaparición política
de De Gaulle la que posibilite que en 1973 se produzca la primer ampliación con la
entrada de Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca.
El segundo elemento tiene que ver con lo que era la evolución de la construcción
europea. De Gaulle quería reconducir el proceso supranacionalizador, había que someter
la capacidad política de las instituciones comunes que Europa creaba. Como no se le
hace caso en 1965 ordena que los representantes de Francia en las instituciones
europeas abandonasen las “sillas” y que, por lo tanto, bloqueen el funcionamiento
interno de la Comunidad. Esto se soluciona dando satisfacción a los intereses gaullistas
y tendrá que ser cuando De Gaulle no esté cuando se continúe el proceso hacia la
supranacionalidad: en 1970 las instituciones europeas aprueban el Informe Werner,
que es una agilización hacia la consecución de la UEM (estableciendo la llamada
“serpiente monetaria europea”).
Los años ´70, para la construcción europea, van a ser años difíciles y problemáticos.
Como el resto de las sociedades occidentales, el impacto de la crisis del 73 supone un
duro golpe para los países e instituciones comunitarias. Esta crisis se origina con la
guerra del Yon Kippur y toda la política de bloqueo del petróleo que los países
productores hacen a los que apoyan a Israel. Esta crisis que se extiende a toda la vida
económica, hace que los países europeos opten por políticas nacionales para salir de la
crisis y pierdan el sentido comunitario de la construcción. Habrá que esperar a finales de
los ´70 para que se supere este “euroescepticismo” y es una superación que,
políticamente, se hará a través de la reforma de una institución: el Parlamento Europeo,
al cual se va a acceder a través de un sistema de sufragio universal (lo que supone una
democratización) y un intento de dotarle de mayores competencias. La entrada de
Grecia en la CEE en 1981 servirá también de impulso para que, en los ´80, se retome el
espíritu europeísta.

ESTADOS UNIDOS.
Serán los artífices materiales y militares del triunfo aliado. Parten tras la guerra con
una enorme superioridad militar y económica en 1946. Es una potencia diferente, lo que
hace que se convierta en el líder del mundo occidental; un liderazgo que también reposa
sobre una específica manera de entender la vida política. Dos hechos se destacan en su
evolución:
1- Políticamente es una democracia experimentada pero que presenta
importantes deficiencias en lo que es el ejercicio de la vida política: ausencia
de derechos civiles y políticos por una parte importante de su población.
2- Económicamente tiene un poderío material que tiene una base de
prosperidad bien asentada. Una prosperidad que descansa en la existencia de
una gran demanda interna y una gran intervención del Estado en la vida
económica. También posee una importante concentración de la vida
económica, un incremento de la productividad y un dinamismo en sus
relaciones económicas exteriores, con un papel fundamental de la Europa
que se reconstruye como un mercado necesario.
Políticamente es un régimen presidencialista con una clara división de poderes. El
ejecutivo descansa en el Presidente, elegido por un cuerpo electoral restringido; un
presidente con amplios poderes políticos, que nombra a su administración y tiene una
gran capacidad, especialmente en defensa y asuntos exteriores. El legislativo está
integrado por dos cámaras: la Cámara de Representantes y el Senado, que neutralizan el
poder político del presidente.
Hay dos partidos tradicionales: el Republicano y el Demócrata. Más que diferencias
ideológicas claras, vienen a representar a un conjunto distinto de intereses y es la figura
del Presidente la que orienta la actividad de cada una de esas formaciones. Con todo, los
republicanos recogen a un segmento de la población de clase media y alta que defiende
los valores tradicionales; los demócratas, con dos alas diferentes, una derechista, que
recoge la influencia sureña, y un ala más liberal e izquierdista, integrada por
radicalistas, minorías y sectores de la intelectualidad.
En términos generales las Cámaras en este período van a estar controladas por el
partido demócrata, en tanto que en la presidencia la alternancia va a ser el elemento
dominante.
Políticamente, la vida americana nos lleva a Truman, que asume la presidencia en
abril de 1945 tras el fallecimiento de Roosevelt. No fue un gran político, pero va a
desarrollar una política importante; va a hacer frente a una oposición importante en su
partido (sector conservador) y se va a encontrar con un legislativo donde la oposición
republicana era mayoritaria. Esto le impide seguir adelante con un proyecto de política
interna basado en la intervención del Estado en la vida social y económica. Sólo cuando
en 1947 Truman gane las elecciones logra someter a los republicanos y a los demócratas
conservadores. Esto le permite sacar adelante su gran iniciativa política, el “justo trato”,
un conjunto de medidas legislativas tendentes a mejorar la condición social de los
americanos, a favorecer económicamente a las clases más necesitadas, a elaborar un
programa de construcción de viviendas y reacomodo de las fuerzas militares,
desmovilizándolas, y mejorando las prestaciones sanitarias, etc. Esto lo vincula a New
Deal.
Truman estará en la presidencia hasta 1953. En cualquier caso lo que ha quedado de
su presidencia como algo fundamental fue la existencia de un visceral e histórico
anticomunismo que recorrió la sociedad americana. El síndrome que se vive por el
proceso de guerra fría se trasladó a la evolución interna de los Estados Unidos, no sólo
en el macarthismo, aunque este será el exponente más radicalizado de esa histeria. Pero
esta situación tiene orígenes anteriores. El punto de partida se estableció en la guerra
fría, que hace que la política de terror de la U.R.S.S. haga pensar a los americanos que
la amenaza está presente en su propio país. Tras la segunda guerra mundial se crearon
comisiones sobre las responsabilidades de guerra, y una de ellas estudia el ataque a
Pearl Harbor. Esta comisión concluyó que el ataque se había producido por la
inspiración de traidores en la administración. Por velar por la seguridad, Truman
aprueba en 1946 la creación de la CIA, y al mismo tiempo crea el Consejo de Seguridad
Nacional, un órgano de asesoramiento directo al presidente. En marzo del 47 Truman
emitió una orden presidencial (la 98,35) que permitía la depuración en la administración
de aquellos elementos desleales y traidores.
Estas iniciativas son las que progresivamente se fueron radicalizando. Se abre una
investigación contra un funcionario del departamento de Estado (Hiss) al que se acusa
de espiar a favor de la U.R.S.S. en este caso confluían una serie de factores que lo
convertían en un caso especial: había sido colaborador directo de Roosevelt y había
intervenido en Yalta para mantener la colaboración con la U.R.S.S. se estaba juzgando
la época final de Roosevelt y, sobre todo, a aquellos elementos que habían apostado por
colaborar con la U.R.S.S. se creó un mito sobre Yalta enormemente crítico y
revisionista.
A partir de aquí se desencadena un proceso de acometida contra los funcionarios e
intelectuales. Desde 1947 se reactualiza un órgano creado en 1938: el Comité de
Actividades Antinorteamericanas; el impulso de este comité será con MacArthur, que
hace procesamientos y depuraciones contra cualquier sospechoso. Los intelectuales van
a definir este período como la “caza de brujas” estableciendo un juego con lo que había
sido la caza de brujas del XVII creada por Arthur Miller.
Cuando MacArthur comenzó a indagar sobre ciertos sectores del Pentágono
empieza a meter la pata. Los militares se asustan y progresivamente el senador va a ser
desposeído de sus poderes y obligado a dimitir en 1954, momento que coincide con la
llegada de Eisenhower y con el proceso de desestalinización en la U.R.S.S.

A partir de 193 se produce un cambio en la presidencia americana, que hasta el 60


estará controlada por los republicanos con la figura del general Eisenhower (Ike): un
personaje que ha sido héroe en la segunda guerra mundial, que ha dirigido las
principales operaciones de desembarco en África y Europa, que desde el 52 es jefe de
las fuerzas militares de la OTAN y que es elegido por el Partido Republicano para la
presidencia. Eisenhower triunfa y su gestión política en estos 7 años se caracteriza por
poner fin a la caza de brujas del macarthismo y por mantener las conquistas sociales que
la época Truman había planteado (el “justo trato” de 1948). Por lo que supuso una
continuidad con los demócratas.
En 1960 Eisenhower abandona el poder, como decisión personal, y se entabla una
batalla por la presidencia que enfrenta a dos jóvenes políticos: por parte republicana
Richard Nixon y por parte demócrata J.F. Kennedy. Kennedy triunfará en unas
elecciones de forma sorpresiva, ya que los estudios previos hacían presagiar un triunfo
republicano. Kennedy es un producto bien elaborado y vendido por los medios de
comunicación, que es donde los demócratas dan una batalla específica; Kennedy se
presenta a las elecciones con la defensa de un programa, “la nueva frontera”, un nuevo
mundo para los EE.UU. caracterizado por lo que es la lucha contra las desigualdades y
la pobreza; la firmeza contra la U.R.S.S., la carrera espacial y el mantenimiento del
liderazgo internacional de los Estados Unidos: un programa ambicioso y generoso que
cala en la opinión pública norteamericana. Kennedy aparece ante el electorado como un
héroe de guerra, como brillante intelectual (premio pullizter) y como destacado político
(senador desde el 42); en realidad Kennedy deberá muchos de sus apoyos a las
conexiones con la mafia, al clan Kennedy, al peso de los sectores irlandeses y, en
realidad, a un hombre que se iba a centrar más en el sector exterior que en política
interior: Johnson, su vicepresidente.
Kennedy es asesinado en noviembre de 1963. Intenta terminar militarmente con la
presencia de Castro en Cuba mediante los acontecimientos de Bahía Cochinos,
organizados por la mafia y que es derrotada por los cubanos lo que se pondrá de
manifiesto después con la crisis de los misiles.
Hay un elemento que es fundamental durante todos estos años en la revolución
política interna de los EE.UU.: la lucha por los derechos civiles. A pesar de que los
Estados Unidos aparecen como el líder del mundo occidental, su sistema político
interno escondía enormes lagunas: había amplios sectores de la sociedad americana a
principios de los ´50 que vivían sin poder ejercer una serie de derechos políticos y con
amplias desigualdades sociales. Afectaba sobre todo a la población de color. La segunda
guerra mundial juega un papel fundamental en la concienciación de esta minoría en los
EE.UU.: cuando la guerra acaba muchos de los soldados americanos que vuelven son
ciudadanos de color, algunos de ellos héroes de guerra promocionados en la escala
militar y que se encuentran en una contradicción: han luchado contra el fascismo y en su
país viven en una situación de inferioridad en un claro plano de desigualdad. Esto se
incrementa cuando los Estados Unidos, después de la guerra, están propiciando los
procesos de descolonización en el resto del mundo. Esta clara contradicción explica el
desarrollo de un movimiento de protesta contra esta situación político-social.
Para ver esta situación hay que retrotraerse un poco en el tiempo: después de
terminada la guerra civil americana, en 1865, se introdujo un conjunto de enmiendas a
la constitución, la 13 la 14 y la 15, mediante las cuales la población negra lograba su
emancipación, se le reconocía la igualdad como ciudadanos y también el derecho al
sufragio. Aparece la etapa llamada “reconstrucción” que significa que el país normaliza
su vida interna y entrará en una vía de estabilidad (1870-1880); pero, para algunos
políticos significó el cerrar cuanto antes las heridas abiertas entre el norte y el sur por la
guerra; y eso significaba que quedaran sin efecto estas enmiendas porque así lo exigían
los Estados del sur; es decir, buscar subterfugios y medidas para vaciar de contenido lo
que estas tres enmiendas habían sancionado. Esto supuso la puesta en marcha de toda
una legislación claramente anticonstitucional para primero impedir el voto a la
población negra, y segundo establecer mecanismo de segregación racial, de políticas
discriminatorias respecto a esta población de color. Por ejemplo, se reconoce el derecho
a voto de la población negra pero se establecieron objeciones para que no pudieran
ejercitar su derecho como impuestos electorales, estar limpio de todo tipo de delito, ser
residente durante dos años ininterrumpidamente en una ciudad... Pero como con esto
algún negro podría llegar a votar, el ciudadano debía saberse la constitución y debía
saber responder cuando le preguntasen por algún artículo. Todo esto imposibilitó el voto
a los negros. El segundo añadido, sin embargo, era todavía más discriminatorio: en
1883 los tribunales reconocieron que los Estados no podían discriminar por cuestión de
raza a los ciudadanos americanos, pero que no tenían nada que decir si un particular
decidía discriminar a parte de la población (como un propietario de un restaurante). Esto
empeoró en 1896 en una sentencia conocida como “separados pero iguales”, en la que
se decía que incluso en el ámbito estatal podían aplicarse políticas discriminatorias,
siempre y cuando todos gozasen de los mismos derechos (en un autobús podía haber
asientos para negros si también había para blancos).
Todas estas medidas eran claramente anticonstitucionales. Lo que ocurre era que
por esa necesidad de mantener la armonía política en la fase de la reconstrucción, las
instituciones políticas y las judiciales permitieron su ejecución para que el país pudiera
progresar.
El proceso de lucha contra la imposibilidad de voto para los negros y la segregación
se desarrolla después de la segunda guerra mundial en dos ámbitos diferenciados:
1- Dentro de la propia comunidad afroamericana, que se organiza para la
reivindicación de sus derechos; es una organización que va a tener dos
modelos o instancias principales: un elemento más radicalizado y un sector
mayoritario que, a la larga, opta por una lucha no violenta. El primer grupo
se irá aglutinando en torno a Malcon X, donde el elemento religioso juega un
papel fundamental rechazando el cristianismo por ser propio de los blancos,
y optando por el Islam; y la segunda opción la planteará Martin Luther King
que sigue el modelo de lucha reivindicativa de desobediencia civil ya
probada por Gandhi en 1948.
2- En las instancias políticas: éstas van a remolque de la presión popular.
Comienza a actuar durante la gestión de Eisenhower, que actúa contra la
segregación y obtiene los primeros resultados positivos: en 1954 el Tribunal
Supremo dicta la inconstitucionalidad de la segregación en las escuelas. Tres
años después, en 1957, el Congreso aprueba la primera ley de derechos
civiles desde el XIX, mediante la cual se posibilita a cualquier ciudadano, así
como al fiscal general del Estado, a denunciar cualquier obstáculo que
impida el derecho de voto. La clave está en que por primera vez las
instituciones federales de la República asumen sus competencias y están
dispuestas a actuar en contra de las legislaciones estatales.
Un mayor impulso se dará con Kennedy aunque tampoco tanto como se ha hecho
ver. Kennedy, sólo por la presión popular, irá entrando en la defensa de los derechos
civiles. Tendrá que limitar la presión de los sectores sureños. Empieza con medidas
simbólicas como el nombramiento de afroamericanos para algunos tribunales, como
embajadores... en puestos de responsabilidad dentro de su administración y, luego, la
aplicación de nuevas políticas federales contra la segregación.
En todo caso será con Johnson cuando se termine con todos estos obstáculos del
XIX, cerrando este capítulo de la vida interna americana.

Pero la época demócrata también tiene interés desde el punto de vista de la política
exterior, y específicamente por dos cuestiones que van a mantener un interés especial
para los Estados Unidos: la crisis de Cuba de 1962 y el inicio, desarrollo y desenlace de
la guerra de Vietnam. Ambos hechos se van a desarrollar durante la etapa demócrata.
Cuba se convierte, para los EE.UU., en un problema para su seguridad nacional y
para su política exterior a partir de 196, porque en realidad hasta ese momento la
situación con las nuevas autoridades cubanas han sido más o menos manejables. Cuba
estaba gobernada por un régimen autoritario, un dictador, Batista, que representaba los
intereses estratégicos y financieros americanos. Es una presencia americana en torno a
la industria azucarera, la explotación de la tierra y con presencia militar en la base de
Guantánamo. La dictadura de Batista empieza a ser contestada por la burguesía urbana,
en donde destacaba Fidel Castro que intenta en 1953 el asalto al cuartel de Moncada;
asalto que fracasa pero que no impide que en 1956 planifique una guerrilla desde Sierra
Maestra. En 1958 se logra hacer con el poder.
Para los EE.UU. el cambio violento de gobierno en la isla supone una ruptura en el
equilibrio político. Entre 1958-59 y 60-61 las relaciones entre la administración
americana y las nuevas autoridades revolucionarias son de tanteo y aproximación y se
van a romper a finales de 1960. La Cuba de Castro, a través del Che Guevara, anuncia
públicamente que Cuba forma parte del campo socialista e inicia una política económica
y social basada en la planificación de la economía, la reforma agraria y la progresiva
desaparición del sistema capitalista. Todo esto daña los intereses americanos en la isla.
Para los EE.UU. el que Cuba haya pasado a ser parte del socialismo no es sólo un
atentado contra Monroe, sino que se siente como una amenaza directa a los Estados
Unidos. Esto hace que la administración americana, presionada por los “lobbies”
cubanos, busquen diferentes fórmulas para ir erosionando la posición de Castro.
Inicialmente fueron medidas económicas quitando ayudas, prohibiendo las compras de
azúcar... Pero será con Kennedy cuando estas medidas sean más firmes. La primera será
en abril de 1961, con el apoyo de diferentes agencias gubernamentales americanas (la
CIA), se apoyó una iniciativa militar propiciada por refugiados cubanos: el desembarco
de Bahía Cochinos, que resultó ser un fracaso ya que Cuba la rechazó militarmente. En
realidad fue un plan republicano aunque Kennedy lo aceptó. Fracasado esto, Kennedy
inició una operación político-diplomática cuya intención era aislar a Cuba del resto de
países americanos para impedir que se pudiera exportar el modelo de cambio de
gobierno violento. Así, se actuó en varios sentidos: el primero fue fortalecer a los
gobiernos anticomunistas en Centroamérica y el Cono Sur; lo segundo, la llamada
“Alianza para el Progreso”, que era un vasto programa de ayuda a los países
iberoamericanos para que, a través de la estabilidad económica, social y financiera,
impidieran la extensión del modelo cubano. Esta Alianza que aparece en su momento
como una especie de Plan Marshall, pondría de manifiesto los objetivos americanos de
impedir la exportación del modelo cubano. La tercera medida fue expulsar a Cuba de la
OEA (Organización de Estados Americanos).
En octubre de 1962 los servicios de información americanos detectaron la
construcción en Cuba de rampas de lanzamiento para cohetes de alcance intermedio, lo
que significaba que las principales ciudades americanas podrían ser alcanzadas desde
territorio cubano. La presión cubana había hecho que castro se inclinase a una posición
cercana a la política exterior soviética. Además, también se detectó que transportes
soviéticos podrían estar trasladando los cohetes para instalarlos en esas rampas. Esto se
conoció como la “crisis de los misiles”, que situó el nivel de las relaciones
soviéticoamericanas en el nivel de máxima tensión, ya que la crisis pasó de ser entre
Cuba y EE.UU. a ser entre las dos superpotencias.
Durante una semana la sensación de estar abocados a un gran conflicto recorrió el
mundo. Kennedy ordenó el bloqueo absoluto de la isla y exigió la retirada de los
transportes soviéticos; de lo contrario, “EE.UU. estaría dispuesto a aplicar cualquier
salida, diplomática o no, a la crisis”.
En 1996 se empiezan a desclasificar documentos sobre esta crisis y se ha tenido
acceso a las grabaciones del Consejo de Seguridad Nacional, que en la crisis estuvo
estudiando las diversas salidas. Kennedy, en el seno de esta organización, y el secretario
de defensa, tuvieron posiciones minoritarias con respecto a los “halcones” del
Pentágono que, desde el principio, querían bombardear selectivamente la isla para
obligar la retirada soviética.
La postura soviética era que la crisis de Cuba abría un nuevo capítulo en las
relaciones con los EE.UU., caracterizadas por la distensión. El objetivo soviético era
poder medir el grado de respuesta americana en una situación extrema, justo después de
Berlín; ser conscientes, en definitiva, de hasta donde llegaría la administración Kennedy
con la Unión Soviética de Kruschev.
La crisis se soluciona con una negociación directa soviético americana; Kruschev
ordena el regreso de los navíos soviéticos y, a cambio, exige el compromiso americano
de no atacar militarmente la isla, manteniendo el “status quo”, y una negociación sobre
los misiles que EE.UU. tenía en Turquía. Fue una salida diplomática que se cerró sin
consultar al propio Castro, que situó las relaciones entre Cuba y la U.R.S.S. en un
marco difícil, pero que permitió que después de esta crisis las relaciones entre EE.UU. y
la U.R.S.S. entrasen en una nueva fase. Estos dos personajes, Kennedy y Kruschev,
después de Berlín y Cuba, logran situar sus relaciones en la “distensión”, que llega hasta
1975 con los acuerdos de Helsinki, y, al final, los dos desaparecen trágicamente: al
asesinato de Kennedy le sigue la desaparición, después de un golpe palaciego, de
Kruschev, donde intervienen personajes como Kosiguin.

La otra gran crisis que afecta a los Estados Unidos tiene muchas más consecuencias
en el plano internacional e interno: la guerra de Vietnam.
La situación de Vietnam nos remonta 1954 cuando los acuerdos de Ginebra han
puesto fin a la presencia francesa en esta antigua colonia y han abierto el compromiso a
una solución negociada en la crisis de este territorio. Según Ginebra, Vietnam va a
quedar dividido en dos territorios, Vietnam del Norte y Vietnam del Sur, divididos en
torno al paralelo 17. Vietnam de Norte es un sistema comunista en torno a su capital
Hanoi y su líder Ho Chi Minh. El sur será un sistema republicano bajo el control
occidental que tiene su capital en torno a Saigón y la figura de Hué. Los acuerdos de
Ginebra del 54 hablaban de una reconciliación nacional entre Vietnam del Norte y del
Sur y de un referéndum a través del cual pudiera votarse la reunificación del país. Lo
cierto es que éste nunca se pudo llevar a la práctica y que la guerra fría acentuó aun más
la división de estos espacios.
La salida de Francia de Vietnam va a ser ocupada inmediatamente por los Estados
Unidos, que necesitan consolidar a Vietnam del Sur para evitar la extensión del
comunismo en esta zona del sudeste asiático, porque otras zonas estaban sufriendo una
situación similar a la de Vietnam, como Laos o Camboya. Es la “teoría del dominó”. En
realidad Vietnam del Sur está muy lejos de ser un sistema democrático liberal, pero el
hecho de que se quiera implantar un sistema católico con una población budista
empeora la situación. A fines de los ´50 se va a crear un Frente Nacional de Liberación
que, con el apoyo de las fuerzas de Vietnam del Norte, intenta terminar con el régimen
de Saigón. Se intenta crear una guerra civil en el sur. La degradación de la situación es
la que obliga a los americanos a implicarse en la situación de Vietnam. Y será Kennedy
el responsable de esa mayor implicación. En 1961 Kennedy decide incrementar la
presencia de observadores y consejeros militares americanos en Vietnam del Sur,
situando cerca de 20.000 hombres. En realidad EE.UU. esperaba un incidente
manifiesto para poder intervenir directamente en la guerra. Esto se produce en 1964 (el
incidente del golfo de Tanking) cuando unos patrulleros americanos son atacados por el
Frente de Liberación Nacional.
Es una guerra que tendrá sus momentos más duros entre 1964 y 1969. Durante
estos cinco años EE.UU. va a movilizar más de 500.000 hombres, una crisis que los
americanos convierten en internacional al ampliar las operaciones militares a Vietnam
del Norte bombardeando Hanoi y otras poblaciones ante el hecho evidente de que el
FLN dependía del Norte. En el 68 se va a producir la “Ofensiva del Têt”; una operación
llevada a cabo por el FLN y fuerzas del Norte que llegan a Saigón. Lo importante fue el
convencimiento al que llegaron los militares americanos de que la guerra no podía ser
ganada en el terreno militar. A este convencimiento se unió el debate que en la propia
sociedad americana se produjo acerca de la implicación en la guerra y el incremento de
los sectores sociales que se oponían a ella. Todo esto hizo que se iniciaran los primeros
contactos diplomáticos que determinaron que los Estados Unidos pusiesen fin a los
bombardeos que sobre Vietnam del Norte estaban realizando. Pero el problema de
Vietnam se complico al extenderse a todo el área del sudeste asiático: Camboya y Laos
se verán inmersos en esta crisis cuando el presidente Nixon llegue a la presidencia.
La guerra se extendió desde Vietnam a Camboya y Laos. En Camboya el gobierno
estaba siendo apoyado por los EE.UU., al igual que en Vietnam del Sur, e intervienen
en la crisis que hubo; en 1970-71 toda la zona está en conflicto. En 1972, igual que en el
68, el Vietcom desarrolla otra ofensiva militar contra los EE.UU. que se saldó con un
fracaso. Esta situación implica a las partes en conflicto a intensificar la salida
diplomática a la crisis. Esta salida se alcanza en los tratados de París de 1973 por parte
de Kissinger y de Le Duc-Tho. Los puntos de esta solución son: el cese del fuego, la
salida de todas las tropas extranjeras (EE.UU.) de Vietnam, la formación de un Consejo
Nacional y de un gobierno provisional para todo Vietnam y la convocatoria de
elecciones libres.
Así acaba la presencia de los Estados Unidos en Vietnam. En abril del 75 las tropas
americanas abandonarán Vietnam del Sur, su capital, Saigón, y el país pasa a ser
ocupado por el vietcom con los apoyos de Vietnam del Norte. Del 73 al 75 EE.UU. ha
ido retirando progresivamente sus tropas, ha ido convenciendo al vietcom de cumplir
los acuerdos de París pero el gobierno de Saigón opta por la vía militar. Con la salida de
los EE.UU. Vietnam se aglutina en un solo país bajo el control político y militar de un
sistema socialista.
La derrota de los EE.UU. se da también en Camboya, donde los Gemeres Rojos
triunfan y logran un nuevo orden.
La crisis de Vietnam supone para los EE.UU. el cuestionamiento más grave de su
liderazgo internacional desde 1945. EE.UU. Ha sido incapaz, por la vía militar y
diplomática, de salir victorioso del conflicto. El concepto imperialista-militarista con el
que EE.UU. enfocó la crisis vietnamita obliga a reconsiderar los fundamentos de la
política exterior de EE.UU. Esto explica el cambio de la presidencia de los EE.UU.,
ahora con los demócratas y Carter y su decisión de aplicar un nuevo modelo de política
exterior que explicará el triunfo de la rebelión sandinista en Nicaragua.
IV. EL NACIMIENTO DEL TERCER MUNDO.

Junto a la guerra fría y al capitalismo, el mundo de la posguerra nos sitúa ante un


hecho totalmente novedoso aunque tenía sus precedentes. El hecho fue la
descolonización, es decir, la ruptura de los lazos que desde el XIX habían atado a una
serie de territorios en el mundo a las potencias coloniales. Esto permitió la
independencia política de antiguas colonias y el que pudieran ejercer como Estados
soberanos reconocidos por la comunidad internacional.
Este proceso fue novedoso porque estos Estados que adquirieron la independencia
se dieron cuenta de que todos ellos tenían similares problemas internos (sociales,
políticos y económicos). Pese a haber adquirido la independencia política, seguían
vinculados y sometidos desde el punto de vista económico. Además, sus intereses
difícilmente podían ser defendidos en un orden bipolar donde las superpotencias
actuaban a su antojo.
Todo esto condujo a que intentasen estructurar un sistema para defender mejor sus
intereses y escapar a la presión del sistema bipolar. Así, aparece el Tercer Mundo, es
decir, una forma de organizarse los países independizados políticamente, pero no
económicamente. El nacimiento de un mundo llevó aparejado la aparición del
movimiento de los países no alineados. La fuerza de este mundo llega a un momento en
el que se refleja en la vida internacional (década de los ´60). La presencia del Tercer
Mundo en la Asamblea General de la ONU será en los años ´60 mayoritaria y se
consiguen cosas.
Este proceso de descolonización tiene distintas fases. Hay 3 grandes momentos en
este proceso:
1- 1945-1955/56.
2- 1956-1973/75.
3- 1973/75-actualidad.
Estas etapas nos hablan de procesos descolonizadores de distinta naturaleza y
también de distintas áreas geográficas. Básicamente, la primera etapa se refleja en el
ámbito del Próximo Oriente y en el conjunto del continente asiático. La segunda,
seguramente la que más impacto va a tener, se desarrolla en África en dos ámbitos: el
Magreb (Túnez, Marruecos y Argelia) y, sobre todo, en el África negra. La tercera etapa
tiende a cerrar los elementos aislados de presencia colonial que aún existen (final del
régimen del aparheit en Sudáfrica, el Sahara español o Angola y Mozambique frente a
Portugal).
En todas estas etapas hay fechas claves pero si hubiera que buscar un momento
determinado en el que el proceso descolonizador va a tener más impacto será el de
1955-1960, que da un gran auge al proceso. Del 55 al 60 se dan tres episodios
fundamentales

La segunda etapa descolonizadora se sitúa en la segunda mitad de los ´50, en torno


a una serie de factores que facilitan la ruptura de los lazos entre las colonias y las
metrópolis. Éstos son:
- La conferencia afroasiática de Bandung en Indonesia: al margen de las
antiguas potencias coloniales se organiza esta conferencia para plantear
problemas y soluciones (1955, abril).
- La crisis de Suez, donde el grupo nasserista triunfa sobre Gran Bretaña y
Francia (1956, noviembre).
- La resolución de la ONU, en donde por vez primera los principios generales
defendidos por la ONU en la Carta de San Francisco se aplican a los países
que se descolonizan. La resolución 1514-XV muestra el amparo de la ONU a
estos países. Esta resolución no se entiende sin la participación del Tercer
Mundo en la Asamblea.

Primera etapa descolonizadora.


En esta etapa (1945) hay factores políticos y sociales que acentúan el camino a la
descolonización.
Factores que a partir de 1945 influyen en la descolonización:
El deseo de romper los vínculos con las metrópolis ya se había planteado en 1919
tras la primera guerra mundial en la Conferencia de París. El establecimiento de
mandatos en la ONU facilitaba la independencia de algunos pueblos. En los años ´30 se
independizan Egipto e Irak.
A esta primera descolonización se suma el impacto de la segunda guerra mundial,
que plantea el debilitamiento de los antiguos grandes imperios coloniales. Al hilo de la
guerra, los pueblos colonizados han visto promesas de un mundo descolonizador tras la
guerra.
La ocupación japonesa del sudeste asiático fue también acompañada de promesas
de independencia. Hay que destacar también la impotencia de las potencias europeas
para mantener las estructuras coloniales. En el mundo de la posguerra, dominado por las
superpotencias, se ve que éstas muestran una postura contraria a las estructuras
coloniales: los EE.UU. y la U.R.S.S., por cuestiones diferentes, son actores que tienden
a favorecer la disolución de los lazos entre colonias y metrópolis.
La actuación de la ONU.:
Dentro de las categorías para la cronología de la descolonización, ésta nos remite a
1945-57. Esta primera fase afecta geográficamente al Próximo Oriente y al sudeste
asiático, como zonas donde se desarrolla el proceso.
En el caso del Próximo Oriente el proceso descolonizador afecta básicamente a dos
Estados, Gran Bretaña y Francia. Cada una de estas potencias afronta el hecho
descolonizador desde posiciones diferentes. En Gran Bretaña, con un gobierno laborista
en el pode, se irá entrando de forma voluntaria en el camino de la descolonización, de
las reclamaciones de sus antiguas colonias. En los años anteriores Gran Bretaña había
ya concedido la independencia al Irak y a Egipto. Francia, por el contrario, no hace
igual, puesto que para ella el mantenimiento de sus estructuras coloniales supone
mantener su status de gran potencia en la jerarquía internacional. El acceso a la
independencia por parte de los territorios que Francia controla será más duro. En el
Próximo Oriente, Francia se verá obligada por la presión británica a conceder la
independencia a los territorios de Siria y el Líbano, pero es una independencia que ha
intentado someter a través de lo militar.
En cualquier caso, el hecho descolonizador en el Próximo Oriente viene
determinado fundamentalmente por el establecimiento del Estado de Israel y las
consecuencias que provocará.
Palestina era un territorio bajo mandato británico. En 1919 este territorio pasó a la
ONU y ésta lo entregó a Gran Bretaña. El mandato británico fue enormemente convulso
debido a la difícil convivencia entre la población autóctona árabe y, por otro lado, la
emigración judía que se estaba favoreciendo. La defensa de la creación de un Estado de
Israel se ve favorecida por el holocausto de la segunda guerra mundial.
A los británicos, como harán en otras partes, cada vez les resulta más complicado
gestionar su presencia en los territorios coloniales. La ONU se hará cargo del tema
palestino en un intento de favorecer los intereses del conjunto de colectividades
presentes. En 1947 la ONU aprueba un plan de partición que creaba 3 zonas
fundamentales en Palestina, que son:
- Un Estado judío que abarcaba la mayor parte de las fachadas mediterráneas
de Palestina.
- Un Estado árabe fraccionado en torno a la orilla izquierda del río Jordán y
los territorios de Gaza.
- La zona de Jerusalén que era territorio internacional, administrado por la
propia ONU.
Aprovechando la aprobación del plan, los británicos deciden abandonar Palestina
dejando a este territorio en una situación muy comprometida, casi de guerra civil entre
judíos y árabes. En esta situación los árabes denuncian el plan de partición de Palestina
en tanto que Israel proclama su independencia; Israel acepta el plan pero los árabes no.
Los árabes desencadenan entonces la I guerra árabe-israelí entre 1948 y 1949. La
acción militar se plantea favorablemente para Israel que triunfa. El triunfo se cierra con
los armisticios de 1949 que sitúan a Israel en una posición aún más ventajosa de lo que
suponía el plan de Partición del 47.
Jerusalén queda dividida entre una zona árabe y una judía (una pertenece a Israel y
otra a Jordania). El Estado de Israel se hace más compacto. También los Estados árabes
tuvieron un beneficio ya que aparece Jordania formada con la antigua Transjordania
más la ocupación de los territorios de la orilla izquierda del Jordán. Egipto se beneficia
también porque ocupa toda la franja territorial de Gaza.
La primera guerra árabe-israelí tendrá una consecuencia reflejada en la
descolonización. Hablamos de sociedades convulsas que acusan a sus dirigentes de
haber permitido la derrota frente a Israel, de ser responsables de la creación de Israel.
Estas acusaciones de negligencia y corrupción derivan en la creación de movimientos
nacionalistas que pretenden desplazar a sus dirigentes. El caso emblemático será Egipto
a finales de los ´40 con los dirigentes libres con Naguib a la cabeza que derrota a la
monarquía. Tras él llega Nasser que desafiará en Suez a las potencias coloniales
europeas.

En cuanto a Asia, vemos que en 1945 prácticamente sólo existía un estado


independiente (Tailandia), en tanto que en 1957 casi todos los Estados de la zona han
adquirido la independencia. En 12 años el mapa de Asia se ha transformado
radicalmente y tenemos 10 Estados soberanos. En el caso de la descolonización de Asia
se puede distinguir entre el caso de la India y el caso de los territorios en torno a la
península de Indochina.
India:
En el caso de la India, este territorio estaba bajo soberanía británica pero desde
hacía tiempo estaba generando una élite política e intelectual vinculada al deseo de la
independencia. Estos círculos independentistas se habían agrupado en torno al Partido
del Congreso a fines del XIX. Como en otros territorios asiáticos, la segunda guerra
mundial hace su impacto en el posicionamiento de estos círculos a favor de la
independencia. Ante el avance japonés sobre Birmania y la amenaza sobre la India, la
India reclama a Gran Bretaña su derecho a armarse e independizarse. En 1945 la cosa
estaba madura para la soberanía política de la India. El primero que negocia con los
británicos la independencia fue Nehru. El gobierno laborista acepta conceder la
independencia a la India, pero esto se realiza en unas condiciones de gran inestabilidad
y bajo el clima de una guerra civil entre las poblaciones indias. La India era un mosaico
de etnias y religiones donde básicamente destacaban dos grupos: uno mayoritario hindú
y otro minoritario musulmán. El primero se reúne en torno a Nehru para crear un Estado
laico y tolerante con las distintas confesiones. Es un partido de enorme posición
nacionalista.
El otro colectivo se organiza en torno a la liga musulmana y pretende la creación de
un Estado confesional islámico porque sienten que ante el colectivo mayoritario hindú
sus intereses están en peligro. El Partido del Congreso quiere una India unida pero los
musulmanes quieren dos Estados diferentes.
El resultado será la partición de la India en un Estado hindú y otro musulmán
(Pakistán). Las dificultades para trazar bien las fronteras entre estos dos nuevos Estados
hará que la convivencia sea complicada y que se desencadene la guerra. En esta guerra
también interviene la ONU en 1948. Por primera vez aparecen las fuerzas de la ONU (el
origen de los “cascos azules”) con la misión de observar el alto el fuego. Pakistán
siempre va a tener la sensación de ser un territorio a merced de la potencia económica,
demográfica y militar de la India. La India tendrá problemas con Pakistán, con Portugal
por Goa y con China por el caso del Tíbet.
Junto a la independencia de la India destaca también la de Filipinas, concedida por
los EE.UU., la de Birmania en 1948 por Gran Bretaña y la Ceilán.
Indochina:
Una crisis importante fue la de la península de Indochina, que involucra a Vietnam,
Laos y Camboya. Esta crisis se centra en la guerra de Indochina (1946-1954). La
potencia colonial principal en la zona es Francia, que no quiere dejar escapar a estos
territorios. Indochina ve cómo Japón se hizo independiente y ellos también quieren,
pero Francia inicia la guerra en 1946. En 1954 se firman los Acuerdos de Ginebra con la
derrota francesa. Para Francia, Indochina era importante porque su deseo colonial era
muy claro.
Segunda fase descolonizadora.
Esta segunda fase se inicia en 1950 y gira en torno a tres factores:
1- Abril de 1955, Bandung.
2- Julio de 1956, Suez.
3- El comportamiento de la ONU.
Este último factor está determinado por la actitud de los EE.UU. y la U.R.S.S., en
el sentido de que a partir de 1955 las superpotencias permiten no vetar la admisión de
nuevos miembros soberanos a la organización. Hasta 1955 esta admisión había sido
precedida de negociaciones entre las dos potencias y, a partir de dicha fecha, se decide
el no veto en principio; y eso en un marco en que los Estados están adquiriendo la
independencia, facilita su acceso. El resultado inmediato será el que los Estados del
Tercer Mundo entran masivamente en la organización, rompen el equilibrio que entre
Estados capitalistas y socialistas existía y esa presencia masiva de antiguas colonias
hace que en 1960 se apruebe la resolución 1514 XV, la Carta Magna de la
descolonización.
A diferencia de lo que ha sido la primera ola descolonizadora, esta segunda tiene
como espacio principal el mundo africano y, específicamente, el ámbito del África
negra y, en menor medida, el norte de África.

La conferencia de Bandung (Indonesia): se reúnen 24 Estados de África y Asia,


que han adquirido recientemente su independencia. Se inaugura en el momento en que
termina la guerra de Indochina, en 1954, y en que la guerra de Corea ha entrado en un
punto muerto. También es un momento en que algunos Estados nuevos han logrado
establecer entre ellos mecanismos para solucionar de forma dialogada conflictos
fronterizos y políticos. Por lo tanto es un momento propicio en una atmósfera clave.
Es la primera reunión internacional en que ni los Estados Unidos ni la Unión
Soviética ni Europa están presentes; por tanto es una conferencia de Estados que se
creen vinculados por los mismos problemas y realidades sociales y económicas, que
saben que han adquirido la independencia política pero que sienten que su
independencia económica todavía no se ha alcanzado, por lo que siguen sometidos a
lazos de dependencia con las antiguas metrópolis, consideran que no pesan en la escena
internacional y que, además, perciben cómo el fenómeno del colonialismo sigue siendo
actual en otras partes del mundo.
Será una conferencia que dará como resultado un doble marco:
1- La denuncia del hecho colonial en lo político y en lo económico. Esto quedó
resumido en 4 puntos (que son la Declaración sobre los problemas de los
pueblos dependientes).
2- Los compromisos y las resoluciones para crear un orden internacional en el
que estos Estados puedan tener cabida y voz especial.

Declaración sobre los problemas de los pueblos dependientes:


1- Declarar que el colonialismo [..] es un mal al que hay que poner fin.
2- Declarar que la situación de los pueblos sometidos a un yugo extranjero [..] constituye
una negación a los derechos fundamentales del hombre, la Carta de las Naciones
Unidas y la paz.
3- Se llama la atención a las principales potencias mundiales.
4- Se pide la libertad y la independencia para estos pueblos.
Comunicado final de la Conferencia de Bandung, de 14 de abril de 1955.

La segunda cuestión se ve favorecida por la Cumbre de Brioni (1956), que reúne a


Tito (Yugoslavia), Nasser (Egipto) y Nehru (India). Estos tres líderes políticos van a
poner las bases de lo que será el movimiento de los no-alineados: en un mundo
dominado por la bipolaridad se quiere aprovechar la emergencia de los países
descolonizados que rompen con la dialéctica bipolar y tenga en cuenta los intereses de
otros actores diferentes. Este movimiento que se identifica, sobre todo, con los países
del tercer Mundo, se desarrolla mucho en los ´60 y principios de los ´70 (El Cairo,
Argel...) y entrará en declive a finales de los ´70 y durante los ´80.

La crisis de Suez: Muchos pueblos que siguen sometidos al yugo colonizador se


aferran a la Conferencia de Bandung dispuestos a obtener la independencia. La
denuncia internacional del colonialismo, que es lo que Bandung supone, se ve
acompañada, además, de un triunfo político sobre las antiguas potencias coloniales, que
será la llamada Crisis de Suez. Si Bandung es la denuncia teórica del colonialismo, Suez
será el triunfo práctico sobre los colonialistas. La combinación de estos dos elementos
explica la nueva dimensión de la lucha descolonizadora a partir de 1956.
La crisis de Suez se plantea en Egipto en 1956. Un Egipto que está bajo el control
del coronel Nasser, que estaba detrás del golpe de Estado que derribó a la monarquía y
que plantea un discurso panarabista, con un deseo de integrar a toda la Nación Árabe
para que se plantee una defensa efectiva de sus intereses. Luego el nasserismo se
caracteriza por una clara beligerancia hacia Israel y las metrópolis coloniales y, por
último, desea el desarrollo del impulso material de Egipto.
Estos tres factores se encadenaron en Suez: el deseo de incrementar el desarrollo
conduce a Nasser a la construcción de la presa de Assuán, que permitiría regular las
crecidas del Nilo y, sobre todo, debía ser un elemento para producir energía eléctrica
que permitiera la transformación industrial del país. Para la construcción Egipto solicita
ayuda al capital internacional, que se le niega, sobre todo por parte de EE.UU. y Gran
Bretaña. Como respuesta a esta negativa en el 56 Nasser nacionaliza el canal de Suez,
que pertenecía a una compañía internacional de capital francés e inglés. La
nacionalización de Suez es considerada por Europa como un desafío, un reto al que hay
que contestar de forma contundente. Nasser es un personaje que obstaculiza las
posiciones de estas potencias en Próximo Oriente y norte de África. Esta política
panarabista de Nasser se considera un perjuicio para los intereses británicos y franceses;
Nasser es problemático porque financia y arma a la rebelión argelina (FLN) y también,
por cuestiones obvias, es un problema para Israel.
La respuesta de las potencias coloniales será la del S. XIX: en 1956 Gran Bretaña y
Francia se ponen de acuerdo en una operación secreta, que consiste en que Israel
desencadene un ataque preventivo contra Egipto (porque se considera amenazada con la
nacionalización del Canal) que de inmediato tendría la respuesta de Francia y Gran
Bretaña que indicarían su posición de actuar de mediadores entre Egipto e Israel. Como
Nasser no aceptaría la mediación de París y Londres, éstos tendrían excusa para
intervenir contra Egipto (que son cláusulas del acuerdo secreto de Sevrés).
La cosa se inicia con un ataque de Israel que conquista todo el Sinaí y llega cerca
de Suez. Nasser no acepta la mediación franco-británica lo que les empuja a la
intervención y bombardeo de ciertas posiciones egipcias. Cuando todo parece inclinarse
por París y Londres, la reacción surge por parte de las superpotencias: los Estados
Unidos denuncian la actuación europea y exigen que la ONU se haga cargo. La Unión
Soviética amenaza con el empleo de armas nucleares si no se abandona la operación.
Los EE.UU. actúan sobre la libra esterlina por lo que Eden tiene que dar marcha atrás.
El resultado de esta crisis es que se humilla a las dos antiguas potencias coloniales.
A partir de 1956 se puede considerar liquidada la influencia política de Francia y Gran
Bretaña sobre el Próximo Oriente árabe. Y esta derrota es la que anima a otros pueblos
sometidos a Francia o Gran Bretaña a luchar por su independencia. Y el vacío que
dejarán será ocupado por las superpotencias ya que es una zona estratégica. Los EE.UU.
pondrán en marcha la “doctrina Eisenhower” y la U.R.S.S. el “plan Chepilov”.

En los procesos descolonizadores tiene consecuencias inmediatas. En 1956


adquieren la independencia Marruecos y Túnez. También en torno al norte de África se
inicia la guerra de descolonización en Argelia, un proceso que se inicia en el 54, que se
acentúa a partir del 56 con la formación del FLN y que se independiza en 1962 a través
de los acuerdos de Evian. Pero más importante que esto es todo el proceso
descolonizador que tiene lugar en el África subsahariana o negra; que tiene su
plasmación en los ´60, respecto sobre todo a Francia y Gran Bretaña, y que llevará
aparejado el intento por parte de los nuevos países de fórmulas políticas muy
interesantes y sugerentes: un socialismo africano en el que se intenta acomodar el
planteamiento de la transformación social marxista con la realidad cultural y étnica de
estos países. Unas experiencias que no resultaron satisfactorias y que abrieron la puerta
a sistemas autoritarios y dictatoriales. Y, a veces, hubo procesos descolonizadores muy
sangrantes como el caso del Congo y su guerra civil en los ´60.

En 1957 prácticamente no existía ningún país independiente en el África Negra,


pero en 1967 ya casi todos habían accedido a la independencia, lo cual se produce en el
marco de las negociaciones con Francia y Gran Bretaña. Este proceso va de forma
progresiva, territorio a territorio, a través de etapas de negociación, de forma pacífica.
Nigeria, Kenia, Sierra Leona y Tanzania van a ser los países que del 57 al 62 adquiere la
independencia.
En los territorios franceses el acceso a la independencia se platea de forma distinta:
Francia va a mantener una posición más dura y en la que irá modificando su perspectiva
pero siempre intentando frenar los procesos independentistas. El primer momento se
dará en 1947 con la “Unión Francesa”: todos los territorios franceses en África se han
convertido en territorios de ultramar y se otorga a sus ciudadanos la posibilidad de
elegir representantes en las instituciones francesas. Esta Unión Francesa era, en
realidad, un procedimiento para reafirmar los principios coloniales franceses.
La siguiente etapa se dará en 1956 con la llamada “Ley Marco”: con esto, Francia
ofrece una amplia autonomía a sus territorios africanos para prepararles a la
independencia en la autogestión de la vida política y económica. Se preveía también la
creación de Asambleas autóctonas en cada uno de los países como forma para
introducirlos en el autogobierno; pero seguía siendo, en el fondo, un intento por
reafirmar la presencia francesa.
El último paso se dará en 1958 con la presencia de De Gaulle. Los Estados
africanos pueden elegir entre la independencia y la secesión o su integración en un
nuevo órgano (la Comunidad Francesa) en el cual los países africanos gozarían de casi
toda la soberanía política, excepto en asuntos exteriores y defensa nacional. A cambio,
Francia ofrecía una importante colaboración económica. La mayoría optó por la
comunidad excepto Guinea y su líder Fouré, que optó por la secesión. Esto hizo que en
los años posteriores (desde 1961) el resto de territorios siguieran la vía guineana.
En cuanto a Bélgica, con su territorio principal, el Congo, era un espacio
económico más importante que ofrecía mayores riquezas que ningún otro en el África
negra (oro, diamantes...). cuando se produce la oleada descolonizadora en la zona
británica y francesa, Bruselas se ve obligada a conceder la independencia. En 1960
concede automáticamente la soberanía, pero es una independencia poco preparada por el
gobierno belga, y se pasa rápidamente del colonialismo a la soberanía. La falta de
preparación va a introducir al Congo en un proceso de inestabilidad. Inicialmente, hay
dos tipos de problemas:
1- División entre las propias figuras de la independencia, con polémicas.
2- Oposición de las principales empresas belgas y alguna multinacional, que no
están dispuestas a perder su mercado.
Ambos factores explican la guerra que se va a producir. Dentro de los líderes
congoleños hay dos tipos de políticas:
1- Quienes defienden un Congo como Estado centralizado.
2- Quienes defienden un Congo como República Federal.
Entre los primeros están los máximos representantes de la independencia
congoleña, como Patricio Lubumba y Joshep Kasabubu. Los segundos se mueven en
torno a la región de Katangas, donde están las principales exportaciones de cobre y de
diamantes del país. Aquí las empresas belgas y las multinacionales financian la
aparición de un grupo que proclama la secesión de la República de Katanga. Lo que
ocurre es que, dentro del propio movimiento centralista, existen importantes diferencias
políticas; Lubumba representa a un Congo en vías hacia el socialismo; y Kasabubu, en
cambio, quería una vinculación a los intereses occidentales de las democracias
capitalistas. Ambos entran en un proceso de guerra civil que se une a la guerra contra
los secesionistas de Katanga. Esto hace que la ONU intervenga. Los “cascos azules”
han hecho su aparición por primera vez en la crisis de Suez, en el Congo, van a tener
una intervención militar completa en todos los frentes y acciones (no va a ser una
supervisión), sosteniendo al Estado central del Congo frente a Katanga. Esto se
desarrolla en 1962 y 1963, saldándose en un desastre militar; en 1964 una operación
más planificada permite el triunfo frente a los secesionistas. Esto fue una catarsis para la
ONU: el propio Secretario General murió en el Congo (posiblemente víctima de un
atentado y no de una accidente de aviación). El futuro del Congo se hace problemático.
La guerra civil entre Lubumba y Kasabubu termina con el asesinato del primero y los
militares en manos de Mobutu retoman el poder y permanecerán hasta 1997.
La muerte de Lubumba fue una tragedia para una forma de entender el proceso de
independencia del África negra: el socialismo y apoyo de la U.R.S.S., pero conservando
cierta independencia e la superpotencia. Su muerte pone encima de la mesa lo que va a
ser el fracaso de una vía socialista para el África negra.
La crisis del Congo ha sido también un exponente del momento que vive la ONU.
Esta es presionada por la fuerza cada vez mayor de los países tercermundistas en la
Asamblea General, que van aprobando un conjunto de resoluciones anticolonialistas que
colocan a las potencias occidentales en la ONU en situaciones comprometidas: así,
Francia va a ser denunciada por su política en Argelia durante estos años. Por primera
vez aparece un Secretario General vinculado al Tercer Mundo: el birmano U. Thant en
los ´60. El Tercer Mundo va a seguir insistiendo en el mantenimiento del Movimiento
de los No Alineados, que va a celebrar importantes cumbres (como Lusaka o Argel)
donde van definiendo su estrategia internacional. Pero, con el paso del tiempo, los
intereses que les vinculan se hacen difíciles de mantener, por lo que se dividen en dos
grupos:
1- Defensores de la política anticolonial beligerante.
2- Sostenedores de la neutralidad.
El Movimiento de los No Alineados entra, pues, en un proceso de paulatina
inactividad y su casi desaparecer.
V. EL MUNDO SOCIALISTA.

Bibliografía:
- Ricardo Martín de la Guardia. La Hª de los países del este. 1945-1995.
Síntesis, 1995.
La Hª de la Europa balcánica hasta la segunda guerra mundial. Síntesis,
1996.
- Bodgdan. La Hª de los países del este. Argos-vergara. Argentina, 1991.

De la misma manera que el campo occidental se organiza tras la segunda guerra


mundial, también se construye el mundo socialista a partir de 1947. Una construcción
que plantea un esquema de actuación e interpretación similar al occidental, es decir, el
papel preponderante y hegemónico que en este caso la U.R.S.S. va a tener desde el
punto de vista ideológico, económico y militar en torno a su área de influencia.
También de la misma manera, aunque en distinta intensidad, la opción del mundo
socialista nos va a situar ante las dificultades y los problemas de las relaciones entre la
Unión Soviética y ese conjunto de países o democracias populares.
Por lo tanto, desde 1945 hay que tener presente, como una constante, el tema de las
relaciones entre Moscú y el conjunto de países del campo socialista. Relaciones que en
algunos momentos serán distendidas pero también enormemente conflictivas en otras
ocasiones, cuando a través de la acción militar la U.R.S.S. reafirmará su liderazgo
dentro del campo socialista.
En realidad, la U.R.S.S. actúa como una superpotencia que exige un control
ideológico, económico y militar, sobre un área que considera clave para mantener su
status de superpotencia. Quizá desde el principio donde se comenzaron a ver las
discrepancias fue en el campo ideológico. 1957 nos sitúa en una era estalinista. Un
Stalin que concentra la mayor parte de los mecanismos de poder; una U.R.S.S. que
concibe la construcción del socialismo a través de esta formulación estalinista, y que
exige que la construcción del socialismo en el resto de los países siga el modelo
soviético. No hay, por tanto, una construcción del socialismo que no sea la que plantea
la U.R.S.S.
Desde esta situación se pusieron en marcha las herramientas para el liderazgo de la
U.R.S.S. en el mundo socialista. Unas herramientas que fueron siempre respuestas a
iniciativas que previamente se habían tomado desde occidente:
1- En 1947 se creaba el Kominform, organización destinada a controlar
ideológicamente al movimiento comunista internacional desde la U.R.S.S. se
ensalza el modelo estalinista y se denuncia el imperialismo americano y
exige una adscripción ideológica absoluta de las fuerzas comunistas. Ha sido
la respuesta al Plan Marshall.
2- En 1945 se crea, como respuesta a la OECE, el Consejo de Asistencia
Económica Mutua (COMECON), mediante el cual se establecen una serie
de vías para facilitar las relaciones comerciales entre la U.R.S.S. y las
democracias populares de la Europa oriental. Un COMECON que más allá
de todo esto establece un modelo de cooperación económica muy
beneficioso para la U.R.S.S. también permite la difusión de los principios
económicos como el de la colectivización de la tierra y el fomento de la
industria pesada (esto está en la base de las quejas de algunos países, como
Checoslovaquia o Hungría, ya que eran industriales y se valían de ello para
comerciar con otros países de su alrededor que eran agrícolas, como
Bulgaria; y, desde esto, la paridad industrial terminó por hacer decaer sus
sistemas de comercio).
3- En 1955 se crea, en el plano militar, el Pacto de Varsovia, el cual sigue el
modelo de la OTAN (1949). Un Pacto que se produce por la entrada de la
RFA en el seno de la OTAN. Hasta ese momento el sistema de seguridad de
la U.R.S.S. se había construido bajo la fórmula de firmar convenios de
asistencia militar bilaterales con cada una de las democracias populares.
Ahora se da el carácter multilateral al sistema defensivo a través de un Pacto
que comporta el establecimiento de una jefatura militar reservada para los
mariscales soviéticos, cuyo ejército asume así el carácter de guardián de la
ortodoxia.

Esta construcción no siempre va a ser aceptada y asumida por el resto de los actores
socialistas. En primer lugar porque hay importantes discrepancias ideológicas y porque
muchos de estos actores identificarán el papel soviético como una forma de
imperialismo. El resultado será la aparición de una serie de cismas y crisis que en
algunos casos serán controlados por la U.R.S.S., y en otros plantearán rupturas y formas
alternativas para la construcción del socialismo. Hay dos cismas importantes que
acabarán en rupturas, y hay otra serie de crisis solucionadas por la U.R.S.S.
Las primeras serán la de 1948 planteada por Tito en Yugoslavia, y la de los ´60
planteada por la China de Mao. En esta última habrá que ver discrepancias ideológicas
pero también en torno a intereses internacionales.
Las segundas nos hablan del deseo de ciertos países de entender que la construcción
del socialismo amparada por la U.R.S.S. podía tener formas nacionales. Este será el
caso de la Hungría de 1956 (Nagy), y de la Checoslovaquia de 1968. La teoría de la
soberanía limitada de Breznev para las democracias populares delimitará el intento de
construcción socialista desde fórums nacionales.
Un cierto cambio comienza a percibirse desde 1953. En marzo muere Stalin,
iniciándose un nuevo tiempo político que afectará a la U.R.S.S. y a las democracias
populares: la desestalinización. Es un proceso caracterizado también con el término del
“deshielo”. La desaparición de Stalin supuso una concepción del poder más diluida, no
tan concentrada en una sola persona; en una tímida amnistía y en la aparición de
personajes que atacan el culto a la personalidad que ha supuesto la época estalinista. En
realidad, este cambio se desarrolla entre 1953 y 1956. Nuevos personajes (Malenkov,
Kruschev, Bulganin...) van a ir progresivamente haciéndose con las riendas del poder.
Kruschev marca una etapa política clara a finales de los ´50 y principios de los ´60.
En 1956 se puede decir que la U.R.S.S. ha puesto fin a la época estalinista a través
de Kruschev. El Secretario General del PCUS, en un famoso discurso (informe al 20
congreso del PCUS), anuncia un giro en la política de la U.R.S.S. el informe tiene dos
partes, una pública y otra secreta en la que Kruschev ataca el estalinismo, el culto a la
personalidad e insiste en la necesidad de un nuevo esquema de relaciones con occidente,
así como la diversidad de vías nacionales para la construcción del socialismo. Hay,
pues, una nueva situación política que afecta a las relaciones entre la U.R.S.S. y las
democracias populares, y entre la superpotencia y occidente. En 1955 la U.R.S.S. está
dispuesta a poner fin a la situación del territorio de Austria; se va a firmar con occidente
el Tratado de Estado para Austria que ponía fin a la ocupación militar del país,
estableciendo una neutralidad y prohibiendo su anexión a Alemania.
Kruschev se mantiene en el poder hasta el año 64. La desestalinización ofreció,
desde la perspectiva de las relaciones entre la U.R.S.S. y las democracias populares, la
posibilidad de un marco más flexible y de menor sometimiento. Es decir, la posibilidad
de una vía propia en la construcción del socialismo en las otras democracias populares
en las que, al igual que en la U.R.S.S., se desarrolló una lucha por el poder entre
estalinistas y no estalinistas. En esta lucha, destacó el caso de dos Estados: Polonia y
Hungría.
La lucha por el poder en estos dos Estados dio lugar a ver hasta qué punto estaba
dispuesta a llegar la U.R.S.S. de Kruschev en esa liberalización de las relaciones entre
Moscú y el resto de Estados socialistas.
Polonia:
En Polonia, la lucha enfrentó a una antiguo dirigente, Gomulka, que representaba a
la línea antiestalinista. Gomulka era un antiguo dirigente del Partido Comunista Polaco
que había sido represaliado en el 51 por el cuestionamiento que hacía del papel de la
U.R.S.S. respecto a las otras democracias populares. En el 56 Gomulka se hace
Secretario del PC y se enfrenta a los sectores estalinistas, representados por el Ministro
de Defensa que es un general soviético (Kokossovki).
En esta lucha por el poder, Kruschev, que se traslada a Varsovia, apuesta por
Gomulka. Este respaldo le permite eliminar políticamente a Kokossovki en una
operación que casi fue un golpe de Estado. Kruschev había aceptado a Gomulka porque
el nuevo poder polaco no cuestionaba los fundamentos ideológicos socialistas ni los
intereses estratégicos y militares de la U.R.S.S. Polonia continúa en el Pacto de
Varsovia. El problema polaco no desestabiliza los intereses del Estado ruso.
Hungría:
La experiencia húngara supone lo contrario a lo anterior. En Hungría en 196 se
vivía una durísima lucha política: estalinistas liderados por Rakosi contra
antiestalinistas encabezados por Nagy. Esta lucha inicial por el poder se había
solventado, en un primer momento, mediante un reparto del poder entre estos dos
sectores: Rakosi y Nagy se dividen la presidencia de Hungría.
El problema es que el debate político en Hungría tenía una profundidad mayor al
caso polaco. Las propuestas de Nagy eran socialistas, pero de un socialismo
democrático, vinculado más a los partidos socialistas de la Europa occidental que al
socialismo de las democracias populares. Por otra parte, Nagy, recogiendo la tradición
húngara, se presentaba como un político profundamente nacionalista. Esta posición
derivaba en un programa político sustentado en 3 principios básicos:
1- Pluralidad política para Hungría y desaparición del PC como única
formación política.
2- Abandono de Hungría del Pacto de Varsovia.
3- Neutralidad de Hungría en el orden internacional.
Así como la oposición de Gomulka no cuestionaba los intereses de la U.R.S.S., las
propuestas de Nagy eran un ataque frontal a la posición soviética. Nagy exigía la
retirada del ejército rojo del territorio húngaro y la salida de Hungría del Pacto de
Varsovia.
Los soviéticos salieron de Austria en 1955. A la salida de Austria hay que unir la
retirada de las tropas de la U.R.S.S. de Hungría con lo que la U.R.S.S. saldría de Europa
central. A ello se unía el que una de las piezas del socialismo de las democracias
populares abandonaba ideológicamente el socialismo ruso.
Entre octubre y noviembre de 1956, la U.R.S.S. opta por la vía militar para
solucionar la crisis húngara. Las tropas soviéticas entrarán en Hungría ejerciendo una
feroz represión. Nagy será detenido y ajusticiado. La experiencia húngara muestra los
límites de la desestalinización y de la política de Kruschev.
La crisis húngara suscitó la ocupación de Hungría y una amplia oposición en los
países occidentales que exigían a sus gobiernos actuación y firmeza ante la represión
soviética en Hungría. Los gobiernos occidentales y EE.UU. dejaron, sin embargo,
actuar a la U.R.S.S. en Hungría. Esta situación fue llamada por los intelectuales “la
nueva negación de Europa” y se explica por el interés de las superpotencias por
solucionar este tipo de crisis. La crisis húngara coincide con la de Suez y son casos
similares. EE.UU. se encuentra con los ingleses y franceses que se rebelan contra la
superpotencia y la U.R.S.S. también ve cómo tiene un socio díscolo que cuestiona su
poder como superpotencia y al que debe someter, como EE.UU. somete a los que le
cuestionan.

La política de Kruschev comenzó a verse cuestionada a principios de los años ´60.


Las dificultades económicas y, específicamente, el no alcanzar unos objetivos en la
planificación de la agricultura, así como los escasos éxitos en política exterior, hicieron
debilitarse a Kruschev. En 1964 una revuelta palaciega hará retirarse Kruschev de la
escena política. Esta retirada da lugar a una fase de transición en la que el poder está en
manos de una actuación colectiva, la troika del 64, de la que pronto destaca Breznev
que permanecerá hasta 984 al frente del Partido. Breznev (o Brechnev) será el centro
fundamental del poder político de la U.R.S.S. y representa, frente a Kruschev, una fase
de inmovilismo y de menor flexibilidad.
La experiencia a la que se enfrenta la U.R.S.S. de Breznev con las democracias
populares será la crisis de Checoslovaquia de agosto de 1968.
Checoslovaquia:
Checoslovaquia era, a mediados de los ´60, uno de los elementos más débiles de las
democracias populares de la Europa oriental. Atravesaba una grave crisis económica
que la situaba con una renta nacional muy baja dentro de las democracias populares. A
la crisis económica se une una importante crisis política que nacía de varias
consideraciones:
- La cuestión eslovaca: dentro de Checoslovaquia había dos grandes conjuntos
nacionales, la parte checa y la parte eslovaca. El poder político estaba
prácticamente monopolizado por los sectores checos, en tanto que la parte
eslovaca no tenía un mismo reconocimiento político y jurídico respecto a los
checos. De la parte eslovaca saldrán los principales líderes del 68.
- El inmenso debate que el PCCh vivía entre ortodoxos y reformistas sobre
cómo afrontar la crisis económica de Checoslovaquia, así como el problema
nacional que afectaba al país.
En 1968 explotan todas estas crisis. Inicialmente, Novotny se va a hacer cargo de la
secretaría general del PCCh, en un intento por buscar una salida conciliadora entre
ortodoxos y reformistas. Sin embargo, esta salida se muestra bloqueada y los
reformistas se harán con el control de la situación a través de la figura de A. Dubcek,
eslovaco, que en el 68 se hace con la secretaría general del PCCh y que pondrá en
marcha el llamado “Programa de Acción” que ha pasado a ser conocido como el
programa del socialismo de rostro humano. Para entender el control de Dubcek en
Checoslovaquia hay que ver el apoyo de los intelectuales checoslovacos a los
reformistas. Los intelectuales eran un poder fáctico que se agrupaban en asociaciones,
de las que destacaban algunas. Con este respaldo Dubcek se hace con el poder.
El Programa de Acción de Dubcek del 68 no es un ataque al sistema socialista ni un
cuestionamiento de los fundamentos ideológicos del socialismo, ni en lo económico ni
en los político, sino que es un programa reformista que quiere acabar con los vicios del
estalinismo adecuando la realidad checoslovaca al socialismo.
En abril del 68 los grupos reformistas en el poder aprueban el Programa de Acción.
No se plantean cuestiones contra los planteamientos socialistas en lo económico, o
contra el papel dirigente del PCCh, no conducía, e definitiva, a la implantación de la
democracia occidental.
Cuando ese programa se aprueba se adoptan las primeras reformas: disminución de
la censura, organización constitucional de los dos ámbitos de Checoslovaquia y un
mayor reconocimiento de las confesiones religiosas.
Llegados a este punto, la clave era saber la respuesta que la U.R.S.S. (el PCUS) iba
a dar a esta situación. A pesar de que el proyecto checoslovaco no atentaba los
fundamentos socialistas, Moscú intenta frenar el proceso checoslovaco porque podía
abrir una nueva crisis como la de Hungría o Polonia, ambas del 56, y porque, además, el
campo de las democracias populares en el 68 estaba comenzando a resquebrajarse por
otro aliado: Rumania. Rumania cuestiona el liderazgo de la U.R.S.S. aunque más
progresivamente que Checoslovaquia, así se está separando del control soviético. Lo
que podía debilitar el poder de la U.R.S.S.
Se constituye el “grupo de los cinco” (U.R.S.S., Polonia, RDA, Hungría y
Bulgaria) que redacta un manifiesto exigiendo la vuelta a la ortodoxia socialista en
Checoslovaquia. Se denuncia la aparición de las fuerzas antisocialistas en el país y el
carácter contrarrevolucionario de los acontecimientos.
Postulan una ofensiva contra esta situación en Checoslovaquia. Esto era el
preámbulo de la salida militar que se toma para la crisis checoslovaca. Hay 3 decisiones
que adopta el poder checoslovaco y que conducen a que en agosto del 68 las tropas del
Pacto de Varsovia ocupen Praga. Estas decisiones son:
- La depuración que el gobierno checoslovaco hará dentro de sus cuerpos de
seguridad, eliminando a agentes soviéticos.
- El cambio constitucional respecto al papel del PCCh.
- La intensificación de las relaciones entre Checoslovaquia, Yugoslavia y
Rumania.
En el verano de 1968 Tito y el dirigente rumano vuelan a Praga. A la U.R.S.S. le
parece que se está creando un bloque independiente que se ha de neutralizar. En agosto
de ese mismo año, las tropas del Pacto de Varsovia, en concreto las de el Grupo de los
Cinco, ocupan Praga, acaban con la experiencia del conspirador del movimiento
checoslovaco. A Husak (presidente del movimiento checo) se le quitó el poder y se le
mandó a otro sitio.
La intervención en Checoslovaquia se justificó con lo que iba a ser después una
nueva doctrina que la U.R.S.S. defenderá desde ahora para seguir controlando el mundo
de las democracias populares. Esta teoría es la de la llamada “soberanía limitada”,
doctrina obra de Kovalev e inspirada por Breznev. Esta teoría dice que cada país es
soberano pero que su soberanía está condicionada al hecho de que su evolución no
ponga en peligro las conquistas del socialismo. Por lo tanto, la soberanía estaba por
debajo del internacionalismo proletario. Y cuando un país podía poner en peligro dichas
conquistas la intervención estaba justificada.
Esta doctrina la aplica la U.R.S.S. desde finales de los ´60 hasta que, desde más o
menos el 82, decae con la caída de Breznev y por los acontecimientos de Polonia (con el
sindicato “Solidaridad”). En esta etapa hay dos acontecimientos:
1- Crisis de Afganistán de diciembre de 1979.
2- Crisis de Polonia de 1981-82.

Afganistán:
En el 78 este país es una monarquía en fase de disolución, de crisis interna. Una
monarquía que es tumbada por un golpe de Estado liderado por diversas fuerzas,
destacando los comunistas afganos. El control de los comunistas en Afganistán
degenera en una guerra civil entre distintos sectores comunistas, lo que obliga a la
U.R.S.S. en diciembre del 79 a invadir el territorio para fortalecer a uno de los líderes
comunistas, controlando la situación del país limítrofe.
Esta invasión se justifica aplicando el concepto de la soberanía limitada; en este
caso, considerando que un país que ha entrado en la órbita socialista tiene que
consolidar su socialismo y no puede salirse de él, porque perjudicaría al conjunto de las
conquistas sociales del socialismo.
Esto se convirtió en un avispero, como Vietnam para EE.UU., y perjudicó a la
U.R.S.S. y sólo Gorbachov con se acabó abandonando Afganistán. En realidad, esa
intervención se debía a razones sociopolíticas: en ese momento se ha asistido a la caída
del Sháh de Persia en Irán donde triunfan los musulmanes y este es un Estado muy
inestable, tradicionalmente aliado de EE.UU.. Pero en ese momento estaba en malas
relaciones con éste (por aquello de la embajada de Teherán). La U.R.S.S. temía una
intervención norteamericana allí consolidándose. La U.R.S.S. se adelanta (la invasión
de Afganistán es para tener acceso al Índico). Esta intervención supuso un debate en los
partidos comunistas europeos: el PCF lo apoyará, el español y el italiano no. Vemos una
ruptura en el movimiento comunista internacional.

Polonia:
A principios de los ´80 hay una crisis política debido a:
1- Por una parte al papel principal de la iglesia católica, que se intensifica
cuando el arzobispo de Cracovia se convierte en el Papa Juan Pablo II.
2- La crisis económica del Estado polaco, que precipita la aparición de un
movimiento obrero al margen de las estructuras del Partido Comunista y del
sindicalismo oficial. Un sindicato libre en torno a la ciudad de Gudans,
llamado Solidaridad, que va a ser reconocido oficialmente en el verano de
1980. Walesa será su principal líder.
3- La intensificación de un sentimiento nacionalista auspiciado por los círculos
intelectuales.
La situación de crisis se abre en 1981 por los conflictos entre el gobierno y
Solidaridad, que será la principal fuerza política social de Polonia con cerca de 10
millones de militantes. La crisis entre el poder político y el sindicalismo libre empuja a
la U.R.S.S. a considerar una salida a la crisis polaca.
En este momento hay una transición en la jefatura del PCUS tras la muerte de
Breznev. Así, los soviéticos optan por una salida propiamente polaca a la crisis. Esto
significa el reforzamiento del poder de los comunistas polacos. En diciembre se produce
un golpe de Estado militar (auspiciado por la U.R.S.S.) que llevará a un prosoviético al
poder, Jarvzelski. Un golpe militar que tiene como derivaciones inmediatas el
establecimiento de un estado de sitio, la ilegalización de Solidaridad (en 982) y el
incremento de la representación sobre la iglesia católica polaca, que ha entrado
actuando junto a Solidaridad y frente al poder comunista. Esta situación va a ir
modificando la posición polaca a lo lago de los ´80 debido a dos circunstancias:
1- El papel social relevante que el sindicalismo libre sigue teniendo, al igual
que la jerarquía católica.
2- Los cambios que se producen en la U.R.S.S. desde 1984 con la llegada de
Gorbachov.
Así, a partir de 1985 Jarvzelski busca la colaboración con la jerarquía católica, con
el sindicalismo libre y abre a Polonia a los países occidentales. Viaja a Francia para
firmar un acuerdo financiero con occidente que saque a Polonia de la crisis económica.
El día de Navidad de 1991 Gorbachov se dirigirá a los ciudadanos de la U.R.S.S.
diciéndoles que dimitía como presidente de la U.R.S.S. Con este discurso desaparecía la
U.R.S.S. Un proceso que se pone en marcha en 1984 en el momento en que Gorbachov
asume la dirección de la superpotencia. Sus reformas van a crear tal contradicción en el
seno del sistema soviético que la crisis creada tiene como consecuencia la desaparición
del Estado. ¿Porqué fracasaron las reformas? Hay que tener en cuenta una serie de
factores que tienen que ver con una grave crisis económica y social; con una oposición
férrea de las estructuras burocráticas de la U.R.S.S., con el escaso respaldo que en los
propios sectores reformistas Gorbachov logró obtener y con la descomposición del
bloque de las democracias populares a partir de 1985. Un proceso de cambio político
respaldado por la propia U.R.S.S.. Y tiene que ver con la aparición del problema de las
nacionalidades que la U.R.S.S. había siempre vivido desde los zares.
A parte de esto, la desaparición de la U.R.S.S. va a crear en el ámbito intelectual
conservador la idea de que hemos llegado al final de la Historia.
Llegada y fracaso de Gorbachov al poder:
Breznev muere en 1982 dejando a la U.R.S.S. en una posición internacional muy
fuerte. Pero internamente su situación es muy difícil, especialmente en lo económico y
social. Ha desarrollado una economía sobre el desarrollo de los bienes de producción
sacrificando a los bienes de consumo: el nivel de vida de la población está muy
erosionado a principios de los ´80. En este sentido, juega un papel importante la
estrategia americana de la “guerra de las galaxias”, que obliga a la U.R.S.S. a iniciar un
proceso de rearme absoluto.
Esta dislocación de la economía soviética coincide con un proceso de crisis política.
La sucesión de Breznev se complica al no haber continuidad en el proyecto político,
pues sus sucesores mueren en el intervalo de 2 años: Yuri Andropov y Chernienko.
No hay pues continuidad en la jefatura del poder político. Hay que decir que
Andropov y Chernienko sueñan introducir reformas económicas para salir de la crisis.
Tras su muerte el PCUS opta por llevar a la jefatura a un hombre más joven que
posibilite esa continuidad en el poder. El personaje que mejor se identifica con este
perfil será Gorbachov, especialista en temas agrícolas, y que llega al poder en 1984. A
partir de 1985 empieza a ejecutar un proceso de cambio.
La óptica de Gorbachov es poner en marcha un proceso de reformas que,
inicialmente, deben comenzar por los aspectos políticos, y una vez consolidados éstos,
entrar en el campo de las reformas económicas. Este programa tendrá dos elementos
esenciales: la Perestroika (reconstrucción o reforma) y la Gladsnot (transparencia
informativa en el seno de la U.R.S.S.).
Desde el punto de vista político la etapa de Gorbachov tiene dos momentos
principales:
1- 1985-1988: intenta rodearse de sectores afines políticamente (reformistas
como Yeltsin) e ir liquidando progresivamente a los sectores más
conservadores en la burocracia del Partido.
2- 1988-final: reforma constitucional cuyo objetivo era el de permitir un mayor
debate y libertad en el proceso electoral de la U.R.S.S.. Las elecciones al
soviet van a seguir dominadas por el PCUS, pero la reforma constitucional
permite la aparición de candidatos libres aunque con el visto bueno del
PCUS. Esto genera un profundo debate en la U.R.S.S. y en el propio Partido
como no se había vivido desde 1928.
De esta forma van a aparecer dos sectores políticos:
1- Conservadores, en torno a Ligachov.
2- Reformistas, en torno a Yeltsin.
Las elecciones de 1989 muestran la fuerza que los reformistas tienen.
Puesto en marcha el proceso político, Gorbachov va a empezar su segunda
orientación que son las reformas económicas, caracterizadas por una gran cantidad de
decretos que pretenden liberalizar la economía y apartarla de todo sentido burocrático.
Se va estableciendo un sector privado en la agricultura, comercio y la pequeña
industria. Al mismo tiempo se inicia el desmantelamiento de la estructura burocrática de
la planificación económica y la liquidación de empresas muy deficitarias.
Esta reforma económica estaba planteada a 5 años y tenía como referencia
fundamental el llamado “gosplan”, que era el elemento a través del cual se planificaba
la economía de la U.R.S.S.: para terminar con la planificación Gorbi acentuó el poder
del Gosplan. Esto era una contradicción pero no había otra opción pues el Gosplan era
el instrumento que controlaba la economía: el Gosplan estaba destinado a desaparecer y,
a la vez, dirigir la reforma. Así, los elementos burocráticos que iban a desaparecer se
convirtieron en oposición. También hay una oposición por las consecuencias sociales
inmediatas de la reforma: se disparó el paro, lo que provocó los primeros movimientos
huelguísticos que contribuyeron a desestabilizar aun más la situación.
Políticamente, en el año 1990 Gorbachov se encuentra aislado. Insiste en su
posición de centro reformista, pero se ve criticado por los conservadores y abandonado
por los sectores radicales que consideran que la reforma debe de ser aún más profunda;
unos radicales que van aglutinándose en torno a Yeltsin.
Desde 1990 la situación es de colapso general. Se asiste por una parte a la
descomposición del régimen socialista y, por otra, al estallido interno de la U.R.S.S.. Un
doble proceso sobre el cual están actuando tres factores:
1- Crisis económica.
2- Fenómeno de las nacionalidades.
3- Desaparición del bloque socialista (democracias populares).

1- Crisis económica.
La economía entra en un proceso de colapso del sistema. Se dispara la inflación y
las reformas se ven detenidas. La producción de bienes de consumo se ve frenada. Por
primera vez desde 1917 la U.R.S.S. tiene que acudir al préstamo internacional para
financiar su economía. También por primera vez tiene que aceptar ayuda internacional
para abastecer a ciertas repúblicas.
2- Nacionalismos.
Había sido un problema desde el poder zarista. La U.R.S.S. se había configurado
como un mosaico de pueblos y etnias diferentes sobre los cuales había imperado un
ideal superior –el socialismo- capaz de superar esa fractura interna. Los problemas
fundamentales son:
1- la existencia de un conjunto de estados que habían tenido una experiencia
política distinta a la de la U.R.S.S.: las provincias bálticas (Estonia, Letonia,
Lituania) que mantienen su independencia nacional hasta 1941. Además,
éstos estados presentaban peculiaridades; no eran estados eslavos ni
ortodoxos en lo religioso y culturalmente se habían mantenido fuera de la
influencia rusa. En 1990 eran los miembros más desarrollados de la
U.R.S.S., manteniendo unos niveles de calidad de vida superiores y que
consideraban que su economía vivía lastrada por mantenerse dentro de la
U.R.S.S.. Por esto, las Repúblicas Bálticas constituían un enclave geopolítico
fundamental: cierran el acceso al mar Báltico y es la salida fundamental de la
flota rusa junto a Crimea (en el mar Negro). Además, poseen las principales
conducciones de gas y petróleo de Rusia, que atraviesan su territorio.
2- La existencia, en la U.R.S.S., de una distinción entre el norte y el sur. Entre
las repúblicas más desarrolladas y otras más marginales.
3- Existía una cierta prepotencia rusa. Tradicionalmente esto había sido el
centro de decisiones en lo político y económico y esto se había convertido en
el deseo de rusificar a las otras comunidades de la U.R.S.S..
El estallido interno de la U.R.S.S. comienza en las Repúblicas Bálticas. Entre 1988
y 1991 van poniendo las iniciativas para la independencia. Moscú reacciona utilizando
la fuerza (enero 1991) para poder neutralizar el proceso. Sin embargo, a la larga es una
situación irreversible y entre febrero y agosto de 1991 las tres repúblicas logran la
independencia.
Junto a estos problemas también los hay en la propia Federación Rusa, ya que
Yeltsin cuestiona el sistema federal de la U.R.S.S. Yeltsin aprueba un decreto por el
cual establecía que las leyes de la Federación estaban por encima de las soviéticas.
Suponía cuestionar directamente el tratado de 1922 que había establecido la estructura
de la U.R.S.S.. El ejemplo de Yeltsin va a ser seguido por otras repúblicas del momento.
Ante este estado de descomposición, Gorbachov intentó mantener los lazos entre las
repúblicas: se firma el tratado de la Venida (¿?) (finales de 1988), que buscaba
mantener los lazos mínimos para que la federación de la U.R.S.S. pudiera mantenerse.
Esta iniciativa de Gorbachov no tuvo éxito porque en agosto de 1991 un golpe de
Estado intentó la recuperación del poder por los conservadores. Un golpe neutralizado
pero que supuso la muerte política de Gorbachov y la desaparición de la U.R.S.S. el 25
de diciembre de 1991. Se asistía así al final de la guerra fría (la guerra fría ha muerto
¡viva la guerra fría!).
FIN DE LA ASIGNATURA

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