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Apunte sobre la razón dialéctica*

João Vasco Fagundes

*Intervención de apertura en la Segunda sesión de trabajo del Grupo de Estudios Marxistas en La Facultad
de Letras de La Universidad de Lisboa, 23 de Julio de 2010

El tema que hoy nos reúne es la razón dialéctica

Hegel llamaba la atención sobre la circunstancia de que el comienzo es siempre lo más indeterminado, lo
menos desenvuelto, lo menos concreto, lo más abstracto. Y sin embargo… momento ya del propio resultado que
lo integra y de la totalidad a la que pertenece.

Empezaré pues por un enunciado que, sólo en la apariencia de la inmediatez con la que se expresa, dispensa
de las mediaciones dialécticas de las que lo concreto siempre se estructura: hablar de razón dialéctica nos
arrastra, con gran probabilidad, hacia el reino del pleonasmo.

Aunque muchos (por descuido teórico, o por interés práctico, incluso por intenciones de este interés
valiéndose del concurso asistido de aquel descuido) terminen por confundir las tareas abstractas y fijadoras del
entendimiento con la razón, y en el paso siguiente (por no decir concomitantemente) por identificarlas sin más -
de hecho, la actividad racional, en su operar, no presenta el carácter abstractivo propio del entendimiento. La
razón es, constitutiva e intrínsecamente, dialéctica en su operar concipiente, en el trabajo del concepto que es
misión suya llevar a efecto. La razón es dialéctica o no es razón.

En esa medida nosotros, marxistas, debemos mucho a las contribuciones y desarrollos filosóficos del
idealismo clásico alemán, una “alta escuela de humanidad”, según lo definió Eduardo Chitas. Debemos mucho,
sobre todo y por supuesto:

- a Kant, y a la distinción que siempre mantuvo, incluso dentro del marco de limitaciones de su
idealismo subjetivo, entre entendimiento y razón, reservando para esta última una incontrolable
actividad dialéctica, aunque entendida de una manera peyorativa como lógica de la apariencia. (En
este punto, la importancia de Kant es asumida por el propio Engels cuando, refiriéndose a la historia
de la dialéctica, defiende la idea de que si no hubiese existido Hegel, siempre nos quedaría Kant);
- y a Hegel, con la profundización dialéctica, objetiva y procesual de esta distinción, pensada ahora en
su unidad en devenir, concreta, superadora. Al mismo tiempo, Hegel retira la dialéctica – y este es
un aspecto de la mayor relevancia histórico-filosófica – del reino estricto y estrecho del
subjetivismo, del engaño y de la apariencia, atribuyéndole un lugar indiscutible en la dinámica
material de los procesos históricos y en el pensar de la contradicción que los estructura y los
acompasa internamente.

Por eso, si esta distinción entre entendimiento y razón se reviste de la mayor importancia y está cargada de
fuertes y fecundas implicaciones, más decisivo y apremiante se hace pensarla en su unidad concreta.

En un texto inédito de Eduardo Chitas, ese problema se sitúa en los siguientes términos: un “entendimiento
racional” y una “razón conforme con el entendimiento”1. Se nos está diciendo – y desde mi punto de vista con
acierto y corrección – que también en lo que atañe a esa “complementariedad” nos encontramos,

1
Eduardo CHITAS, Um modo de ver a razão humana, Parte I, texto inédito, aún sin publicar.

1
esencialmente, delante de una enorme e inestimable contribución teórica aportada por el idealismo clásico
alemán.

Efectivamente, Hegel, en el prefacio a la 1ª edición de la Ciencia de la Lógica, refiriéndose a la unidad de


entendimiento y razón, dice en cierto momento: “razón que entiende o entendimiento racional”2. Empezamos
a entrar aquí, pienso yo, en el núcleo duro del problema.

De hecho ¿por qué motivo Hegel, un decidido crítico del “entendimiento pensante” (con el que, por otra
parte, identificaba la Aufklärung [La Ilustración], llamándole “cultura del entendimiento”), un crítico del
representar discreto3 (o sea discontinuo), abstracto, fijador, fijista, rígido, muerto, separado…, el representar
propio del entendimiento en suma, por qué motivo Hegel no se cansa de subrayar la unidad concreta de
entendimiento y razón en los términos citados?

A mi manera de ver, fundamentalmente porque la razón no es para Hegel algo exterior al entendimiento. La
razón supera, niega, el entendimiento; lo que significa que lo supone y que lo integra como momento de su
devenir uno y procesual, en su actividad concipiente. La razón no es algo que surja de la nada o que caiga del
cielo de repente: se enraíza y se fundamenta en el trabajo previo del entendimiento.

Como se puede leer en un aforismo de Hegel: “la razón sin entendimiento no es nada; sin embargo, el
entendimiento sin razón es algo. El entendimiento no puede darse gratuitamente4”. Asimilando, de un modo
transformado y en el marco de su modo de pensar y de su doctrina, la lección kantiana, Hegel se rebela aquí
contra el romanticismo de pura intuición, contra las “certezas” y “evidencias” provenientes del sentimiento
interior; en el fondo, contra el saber inmediato. Que, dice Hegel, puede edificar pero no concibe nada.

En el prólogo a La fenomenología del espíritu, al analizar más detenidamente las funciones abstractivas del
entendimiento, que organizan y determinan la inmediatez de lo concreto empírico (fase de ascensión de lo
concreto a lo abstracto), nos dice Hegel que “Este análisis [o sea, la actividad analítica del entendimiento] sólo
lleva a pensamientos de suyo conocidos y que son determinaciones fijas y quietas. Pero este algo separado, lo
irreal mismo, es un momento esencial, pues si lo concreto es lo que se mueve, es solamente porque se separa y
se convierte en algo irreal. La actividad del separar es la fuerza y la labor del entendimiento, de la más grande y
maravillosa de las potencias o, mejor dicho, de la potencia absoluta”5. Y esto porque, continúa Hegel en registro
metafórico, “la muerte, sí así queremos llamar a esa irrealidad, es lo más espantoso, y el retener lo muerto es lo
que requiere una mayor fuerza”6.

2
Por la excelente calidad de la traducción y a falta de una edición portuguesa completa, las citas de la Ciencia de la Lógica
utilizadas en este texto se toman de “Conspecto do libro de Hegel Ciencia de la Lógica”, escrito por Lenin originalmente en
alemán; contiene varias y extensas citas de la obra de Hegel, y está traducido al portugués (incluidos los extractos de la Ciencia
de la Lógica) por José Barata-Moura. Conspecto do libro de Hegel ‘Ciencia da Logica ’, en V.I. Lenin, Obras escolhidas, em seis
tomos, Tomo 6, Ediçoes Avante” – Ediçoes Progresso, Lisboa - Moscú, 1989 (En adelante CLHCL), p. 91.
[En castellano, V.I. Lenin, Resumen del libro de Hegel “Ciencia de la lógica” en V.I. LENIN Obras completas Ed. de Cultura
Popular/Akal Madrid 1987 • Tomo XLII Cuadernos filosóficos (1914-1916) ]
3
Hegel distingue la categoría Kontinuität de la categoría Diskretion. En este ámbito, discreto se refiere a mirar los entes como
cosas autónomas, absolutas, fuera del entramado de relaciones que los constituyen y retirados de su transición hacia otros fuera
de sí mismos, o sea, desatendidos en su auto-mediación, en su auto-movimiento, en su continuidad.
4
G.W.F. HEGEL, Prefacios, trad. Manuel J. Carmo Ferreira, Lisboa, Imprensa Nacional – Casa da Moeda, 1990, p. 79.
5
G.W.F. HEGEL, «Prefácio do Sistema da Ciência, Primeira Parte, Fenomenologia do Espírito», Prefácios, trad. Manuel J. Carmo
Ferreira, Lisboa, Imprensa Nacional – Casa da Moeda, 1990, p. 51. Citamos en castellano de la obra de Hegel en :
http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/747.pdf
6
Ibidem, p. 52.

2
Prestemos ahora atención a otra formulación, tomada esta vez de la Ciencia de la Lógica, y que prepara ya el
terreno, a un tiempo, para hacer más nítida la articulación entre entendimiento y razón y para determinar la
fase de ascensión de lo abstracto a lo concreto. Dice Hegel que el entendimiento “agudiza, por así decir, la
diferencia aburrida de lo diverso, la mera multiplicidad de la representación, llevándola a diferencia esencial, a
oposición. Solamente, una vez llevados al extremo de la contradicción, los múltiples se tornan revueltos y vivos
unos contra otros y reciben en ella la negatividad, la cual es la pulsación que habita el auto-movimiento y la
vitalidad”7.

Así, como decíamos, la razón no es nada sin el entendimiento. Supone el entendimiento y lo integra para
desempeñarse en lo que hay efectivamente que concebir: el movimiento de las contradicciones y las
contradicciones en movimiento; la fluidez superadora del devenir; el transitar de lo positivo por el poder
negativo que lo trabaja por dentro. Como apunta Lenin en su conspectus de la Ciencia de la Lógica de Hegel,
refiriéndose a este problema: “La representación corriente capta la identidad, la diferencia y la contradicción,
pero no la transición de lo uno a lo otro, que es lo más importante”8. Subrayo: “que es lo más importante”.

En cierto modo, en el ámbito de este proceso único, constituido por momentos relativos, la razón recupera
(de forma superada y transformada) lo múltiplo de la sensibilidad, mediado por la abstracción del
entendimiento. Por otra parte, desde mi punto de vista, es ese el sentido gnoseo-epistemológico más profundo
del famoso pasaje de los Gründrisse, en el que Marx habla de la apropiación espiritual de lo “concreto sensible”,
de su tránsito a “concreto espiritual”.

Sigue siendo en este ámbito donde adquiere plena significación e inteligibilidad, en Hegel, el tema del pensar
especulativo en cuanto pensar que mantiene firme la contradicción en su fluir, en su devenir. Un pensar
racional, dialéctico, que no se detiene (arrodillándose delante de una supuesta grandeza insuperable e
inamovible de lo positivo) en lo inmediato, en lo falso discreto, pero que lo sorprende y aprehende en su
movimiento, en su transformación.

Por todo ello es importante tener en cuenta:

- la razón no se sitúa separadamente (con su modo propio e independiente de funcionamiento) ante


el entendimiento.
- la razón es dialéctica porque ella misma, tal como lo avanzó José Barata-Moura, se determina en
cuanto “sistema de relaciones” 9(José Barata-Moura que, por lo demás, también suele decir, en un
apunte lleno de fecundas implicaciones a explorar, que “el hombre no es sólo racional del cuello
para arriba”). La razón penetra, estructura y dinamiza al hombre todo y a todos los hombres. Ella
cincela, trabaja y educa hasta los niveles más básicos de la sensibilidad. No es una mera facultad al
lado de las otras (exteriormente yuxtapuestas, en armonía o en conflicto). Repito: la razón es un
sistema dialéctico de relaciones dialécticas.

Para terminar me gustaría apuntar dos notas finales que pienso no son triviales para nuestro tema.

La primera es de cariz ontológico: La racionalidad humana da cuenta, en su operar dialéctico, de una más
vasta racionalidad concreta, objetivamente material, de la que es parte, marcada ella también, intrínsecamente,
por la dialecticidad: la realidad objetiva en permanente movimiento de transformación. La razón es dialéctica

7
HEGEL, in CLHCL, p. 133
8
V.I. LÉNINE, «Conspecto do livro de Hegel «Ciência da Lógica»», in V.I. LÉNINE, Obras Escolhidas Em Seis Tomos, Tomo 6,
Edições Avante!» - Edições Progresso, Lisboa-Moscovo, 1989, p. 133.
9
Cf., por ejemplo, José BARATA-MOURA, Materialismo e Subjectividade, Estudos em torno de Marx, Lisboa, Editorial Avante,
1997.
3
porque el propio ser, donde ella hunde sus raíces (y de las que, incluso en la más elevadas alturas de la
abstracción, nunca se desprende), mediada por la práctica, también lo es. (Es en ese sentido que, considerada
en clave materialista, la dialéctica entre fenómeno y esencia, en cuanto estructura y dinámica de lo real, precisa
ser realmente continuada por el pensar para que pueda ser aprehendido un marco del movimiento del ser)

La segunda asume los contornos prácticos de transformación: Si es basada en una práctica material objetiva
como se construye y desarrolla la razón en cuanto destino y proyecto humanos, es también a partir y a través de
ella, de esa práctica, como cumple dar forma racionalmente a la realidad social. Actuando colectivamente sobre
las condiciones objetivas y transformándolas a partir de su lógica interna de desarrollo multilateral.

Amadora, Julio de 2010

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Traducción del portugués: José Mª Fdez. Criado

Equipo de traducción de Corriente Roja

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