You are on page 1of 8

Hepatitis C

La hepatitis C es una enfermedad infectocontagiosa que afecta al hígado,


producida por infección con el virus de la hepatitis C (VHC). La hepatitis
produce inflamación hepática, ocasionando que deje de funcionar
correctamente.

Manera de contagio de la hepatitis C

Prevalencia de la hepatitis C (1999).

Cifras de fuentes de infección en los EEUU.Fuente.

La hepatitis C se propaga por medio del contacto de sangre sin infectar con
sangre de una persona infectada (transmisión por vía parenteral), no es una
enfermedad de transmisión sexual ya que no se transmite a través del semen
como en el caso de la hepatitis B o el VIH-SIDA.

Se puede contraer hepatitis C al:

 Recibir prácticas médicas con mala esterilización (podólogo, etc.).


 Pincharse con una aguja contaminada con sangre infectada
(trabajadores de la salud pueden contraer la hepatitis C de esta forma).
 Realizarse un tatuaje o una perforación en alguna parte del cuerpo.
Piercings y tatuajes permiten una herida abierta por tiempo prolongado
por lo cual el virus permanece en el medio ambiente y penetra en las
zonas donde hubo piquete o pinchazo independientemente de si el
instrumento estaba estéril.
 Compartir agujas para inyectarse drogas.
 Inhalar drogas por aspiración compartiendo el instrumento con que se
aspira debido a que pueden producirse hemorragias a nivel nasal.
 Ser nacido de una madre que tiene la hepatitis C.
 Raramente el contagio puede ser por vía sexual. Se calcula que este
tipo de contagio representa menos del 2% [1] [2] de los casos. Se da
especialmente cuando en la relación sexual existe sangrado.

La hepatitis C no se contagia:

 Dando la mano.
 Abrazando a una persona.
 Besando en la cara.
 Sentándose junto a otra persona.
 Besándola en la boca.
 Manteniendo relaciones sexuales con preservativo.
Transfusiones de sangre

Las personas que recibieron una transfusión de sangre o un trasplante de


algún órgano antes de 1992, podrían tener hepatitis C.

Antes de 1992, los médicos no podían detectar el virus de la hepatitis C en la


sangre, por lo que multitud de personas recibieron sangre infectada. Las
personas que recibieron una transfusión de sangre o un trasplante antes de
1992, pueden pedir a su médico que le haga la prueba de la hepatitis C.

Síntomas de la hepatitis C

La mayoría de las personas no presentan ningún síntoma. Sin embargo,


algunas pueden sentirse como si tuvieran un “estado gripal”.

Algunos síntomas son:

 Cansancio
 Náuseas
 Prurito, picor o picazón en todo el cuerpo.
 Fiebre
 Pérdida del apetito.
 Sensación de dolor en la zona hepática.
 Diarrea
 Tos seca

Algunas personas presentan

 Oscurecimiento de la orina.
 Excrementos de color claro.
 Color amarillento de los ojos y la piel (ictericia).

Es aconsejable acudir al médico en caso de tener algunos de estos síntomas o


de sospechar padecer hepatitis C.

Pruebas para diagnosticar la hepatitis C

Como quiera que la hepatitis C se desarrolla de forma generalmente


asintomática, la mayoría de los casos vienen determinados por análisis
sanguíneos realizados en el curso de una donación de sangre, previamente a
una operación, o en un control rutinario. En caso de duda (por ejemplo, si los
marcadores hepáticos hacen sospechar una infección por VHC) se lleva a cabo
una prueba para determinar la presencia de anticuerpos contra el virus. Sin
embargo, la presencia de anticuerpos no es determinante de la enfermedad,
sino que sólo indica que se ha estado en contacto con el virus, por lo que en
caso de no haber alteración de las enzimas hepáticas, se lleva a cabo la
determinación de ARN del virus. Sin embargo, frente a esta opinión es
defendido el principio de que la presencia de anticuerpos C implica la presencia
del virus C, puesto que éste no es eliminable en etapas de cronicidad. Es una
constante el hecho de que la presencia de anticuerpos C es concomitante con
la presencia de virus C en los portadores de dicho virus C.

Si existiera la sospecha clínica de que la hepatitis C pudiese haber llegado a


ser causa de cirrosis o cáncer de hígado, podría ser necesario efectuar una
biopsia hepática diagnóstica, aunque existen pruebas iconográficas (ecografía
hepática, tomografía computada, etc.), así como pruebas de laboratorio como
es la determinación de alfa-fetoproteína en plasma que podrían orientarnos
ante la sospecha de cáncer hepático. La biopsia es una prueba relativamente
sencilla. Consiste en extraer una muestra muy pequeña del hígado por medio
de una aguja. El tiempo de recuperación es corto, apenas unas horas de
inmovilidad en el hospital para prevenir posibles hemorragias. Ese fragmento
se estudia para determinar el daño del hígado.

Evolución de la hepatitis C
La Cirrosis de hígado y el cáncer de hígado pueden derivarse de la Hepatitis C.

Tras una fase aguda inicial en la cual, como mínimo, un 20% de infecciones se
curan solas, la enfermedad se cronifica. Se considera que la fase aguda dura
entre 3 y 6 meses, pero se alarga la fase crítica hasta 1 año para incluir en ella
curaciones espontáneas que se han producido en el segundo semestre de
evolución. Los síntomas físicos como ictericia son raros, y el cansancio
asociado a las hepatitis puede pasar inadvertido. Sin embargo, una atenta
mirada hacia el pasado permite distinguir el periodo posterior a la infección por
una cierta baja del ánimo y la osadía. Esta fase crónica puede alargarse 20 y
30 años sin más síntomas que algunas alteraciones de los marcadores
hepáticos. Después puede empezar una fase de fibrosis del hígado algo más
rápida que llega a desembocar en cirrosis en unos años y posteriormente en
cáncer de hígado.

El diagnóstico de cáncer de hígado en pacientes de hepatitis C no es superior


al 5%, y muchos pacientes podrían superar los 30 años de cronicidad sin
desarrollar grandes lesiones hepáticas. Una proporción importante de los
afectados de hepatitis C no presenta síntomas clínicos de ningún tipo,
(marcadores hepáticos normales) y se considera que este 30% tienen mejor
pronóstico que los demás. Parece también comprobado que el pronóstico es
mejor cuanto más tempranamente se haya contraído la enfermedad, y esto
independientemente de la viremia (cantidad de virus por unidad de sangre). La
viremia no parece afectar a la evolución de la enfermedad y, quizá, sólo
modifique lo potencialmente contagioso que es cada paciente.

Tratamiento de la hepatitis C

El tratamiento farmacológico más eficaz se basa en la asociación de interferón


administrado por vía subcutánea, con otro fármaco antiviral llamado ribavirina
por vía oral. A lo largo de los años han existido varias formas de administrar
interferòn: una vez al día, 3 a 5 veces por semana etc, pero las formas
pegiladas actuales permiten que sólo sea necesario un pinchazo a la semana.
Los efectos secundarios del interferón son numerosos, la mayoría incluidos en
lo que se llama síndrome gripal. Al cabo de los meses provoca pérdida de
masa muscular. Todos estos síntomas revierten al finalizar el tratamiento. El
más temible efecto secundario de la ribavirina es que produce modificaciones
que afectan a la reproducción; los hijos de un paciente recientemente tratado
con ribavirina pueden nacer disminuidos psíquicos o con deformidades físicas
(efecto teratológico). Por esta razón los médicos aconsejan no engendrar hasta
6 meses después de finalizado el tratamiento, y la Asociación Española de
Enfermos de Hepatitis C sugiere alargar este periodo a un año, para más
seguridad.[3] El efecto adverso más frecuente es la anemia que en muchos
pacientes obliga a administrar eritropoyetina para normalizar los valores del
hematocrito.

El porcentaje de éxito (eliminación del virus en sangre mantenida hasta un año


después de terminado el tratamiento) es algo superior al 50% dependiendo del
tipo de virus. El virus 1b es el más difícil de curar y requiere tratamiento de un
año. La respuesta es aproximadamente 50% para el genotipo 1 y 80% para los
genotipos 2 y 3. En estos últimos se realiza tratamiento durante 6 meses. La
hepatitis C puede evolucionar hacia una cirrosis o incluso a un tipo específico
de cáncer de hígado. Existe dos nuevos fármacos para el tratamiento de la
hepatitis C, que probablemente estarán disponibles a finales del año 2011.
Telaprevir y Boceprevir se añaden a las combinaciones de interferón pegilado y
ribavirina y consiguen mejorar la proporción de pacientes curados que pasa del
50% en los genotipos 1 y 4 a aproximadamente el 80% cuando se añade uno
de ellos. Tambien son útiles para tratar pacientes que han fracasado a pautas
anteriores. El fracaso del primer tratamiento no implica la evaluación para un
futuro trasplante. Primero hay que revisar si el tratamiento estuvo bien hecho.
En el caso en que no se hubiera llegado a los requerimientos míninos de dosis
o de duración del mismo, se debe intentar otro tratamiento. Sólo se deben
evaluar para trasplante aquellos paciente que tengan cirrosis con
complicaciones como ascitis, coagulopatía, encefalopatía, ictericia. O que
tengan un puntaje MELD mayor de 14 puntos (Indicaciones de trasplante
hepático en hepatitis C)

La comunidad médica no reconoce por el momento casos de curación


espontánea (negativización del virus en sangre mantenida durante un año) más
allá del periodo inicial de un año que corresponde a la fase aguda.

Protección respecto al contagio

Para evitar el contagio de la hepatitis C, han de tomarse como mínimo las


siguientes medidas:

 No compartir con nadie agujas para inyectarse drogas.


 Usar guantes si se ha de tocar sangre de otra persona.
 Usar preservativo en relaciones sexuales de riesgo donde pueda haber
sangrado.
 No compartir el cepillo de dientes o la máquina de afeitar con una
persona infectada, ni cualquier otra cosa que pudiera recoger su sangre.
Comprobar que toda escoriación (tatuaje, cicatrices tribales) o
perforación (pendientes, piercings, aretes) sea hecha con instrumentos
esterilizados.

Qué es hepatitis C?
Hepatitis C es una enfermedad seria del hígado, causada por el virus de hepatitis C (HCV). HCV
se transmite primariamente por contacto con sangre infectada. HCV ataca directamente el
hígado y puede causar daño al órgano y en algunos casos, la muerte. Hepatitis C se conocía
antes como hepatitis "no A y no B".

¿Cómo se enferma con hepatitis C?


Hepatitis C se comunica principalmente por el contacto con la sangre de una persona
infectada. Puede transmitirse por medio de:

 Compartir agujas, drogas intravenosas, y los instrumentos asociados


 Usar navaja o aguja para tatuajes o instrumentos contaminados para hacerse
perforaciones en la piel
 Transfusión de sangre, productos sanguíneos, o hemodiálisis
 Contacto en el lugar de trabajo con la sangre de una persona infectada
 Contacto sexual (vaginal, oral, o anal) con una persona infectada
 Embarazo y/o parto (de madre a bebé)

El riesgo de infectarse por medio de relaciones sexuales o transmisión perinatal se considera


mucho más bajo para HCV que para HBV. No hay ninguna evidencia que HCV se transmita en la
leche materna. A diferencia de HBV, no hay ninguna evidencia actual que indique la
transmisión en casa (transmisión sin contacto sexual, relaciones sexuales o infección
perinatal), del HCV. Cada persona con HCV puede infectar a los demás, si tiene síntomas o no.

¿Cuáles son los factores de riesgo para hepatitis C?


Los mayores factores de riesgo para infección de hepatitis C incluyen:

 Compartir agujas, drogas intravenosas, y los instrumentos asociados


 Haber recibido una transfusión de sangre o tratamiento con productos sanguíneos
infectados (Nótese: Desde principios de los años 90, la sangre y los productos
sanguíneos han sido analizados para HCV.)
 Hemodiálisis
 Tener un trabajo (por ejemplo en atención de salud) donde se pone en contacto con
sangre u otro líquido corporal

¿Cómo se puede proteger uno contra la hepatitis C?


A diferencia de hepatitis B, no hay ninguna vacuna que proteja contra hepatitis C. (La vacuna
contra HBV no ofrece ninguna protección contra HCV.) Una previa infección por HCV no
protege contra una futura infección, como es el caso con HBV.

Para reducir su riesgo de infectarse por hepatitis C:

 Evite el compartir agujas, drogas intravenosas, y los instrumentos asociados


 Evite hacerse perforaciones en la piel o tatuajes
 Practique precauciones universales si Ud trabaja en atención de salud
 Tenga cuidado al tocar cualquier cosa que pueda tener sangre infectada por HCV
(como navaja, cepillo de dientes, cortauñas, toallas sanitarias, tampones)
 Aunque sea menor el riesgo de transmisión de HCV durante relaciones sexuales, use
condones de látex o poliuretano con cada compañero/a sexual que no conozca bien. El
uso de condones con un/a compañero/a portador/a de HCV, en una relación de mucho
tiempo, debe evaluarse según los hechos individuales.

¿Cuáles son algunos síntomas de hepatitis C?


La mayoría de las personas infectadas por HCV no tienen ningún síntoma o sólo síntomas
leves. En general, los síntomas de hepatitis C no son tan severos como los de hepatitis B.
Hepatitis C puede causar:

 Fatiga
 Náusea o vómitos
 Fiebre y escalofríos
 Orina de color oscuro
 Materia fecal de color más claro
 Ojos y piel amarillos (ictericia)
 Dolor del lado derecho, que puede viajar a la espalda

¿La infección por hepatitis C puede producir otros problemas de salud?


Entre 50-80% de las personas infectadas no pueden eliminar la infección y se hacen portadores
crónicos. De esos portadores, 50-70% gradualmente y durante un periodo de 10-40 años se
enferman con hepatitis crónica y tienen un riesgo más alto de sufrir de cirrosis, falla hepática, y
cáncer del hígado.

¿Qué impacto tiene la hepatitis C en el embarazo?


No hay ninguna evidencia que las mujeres infectadas por hepatitis C corran un riesgo
notablemente más alto de tener complicaciones durante el embarazo. Las mujeres con
infección por hepatitis C usualmente tienen bebés sanos. La transmisión de hepatitis C de
madre a bebé puede ocurrir, pero parece ser relativamente rara.

Las mujeres con enfermedad adelantada del hígado corren un riesgo más alto de sufrir
complicaciones durante el embarazo.

¿Cómo se diagnostica la hepatitis C?


Hepatitis C puede ser diagnosticada por varios análisis de sangre. Esos análisis detectan la
presencia del anticuerpo para el virus de hepatitis C, y también miden el virus mismo.
Usualmente se hacen también pruebas para eliminar la posibilidad de otras infecciones, como
hepatitis B.

¿Hay un tratamiento o cura para hepatitis C?


Actualmente, están disponibles tres tipos de terapia para tratar la infección por HCV:

 Terapia con interferón--efectiva en aproximadamente 20% de las personas con HCV


 Terapia con una combinación de interferon y ribavirin--efectiva en aproximadamente
50% de laspersonas con HCV
 Interferón de ingeniería biológica--efectivo en 60-70% de personas con HCV

Todos estos tratamientos se dan por inyección y pueden causar efectos secundarios como
fiebre, dolor de cabeza, fatiga, náusea, y vómitos. Además, el tratamiento puede afectar la
producción normal de glóbulos sanguíneos en el cuerpo.

Se puede tratar los síntomas de hepatitis. Por ejemplo, comer menos grasa y tomar
líquidos claros puede aliviar los síntomas de náusea, vómitos y diarrea. Además, se
recomienda que las personas con hepatitis C:

 Descansen mucho
 Tomen mucho líquido
 Coman una dieta balanceada
 Eviten el alcohol

Recuérdese que el virus puede ser transmitido a otras personas o a través de contacto con
cosas contaminadas por sangre (como navaja, cepillo de dientes, cortauñas, toallas sanitarias y
tampones). También recuérdese usar condones de látex o poliuretano con cada compañero/a
sexual que no conozca bien

You might also like