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CONCEPTO:
Su aparición legal es a principios del siglo XX. En el artículo 228 bis de la LGSM, nos
explica que la escisión se da cuando una sociedad denominada escindente decide
extinguirse y divide la totalidad o parte de su activo, pasivo y capital social en dos o más
partes, que son aportadas en bloque a otras sociedades de nueva creación denominadas
escindidas; o cuando el escindente, sin extinguirse, aporta en bloque parte de su activo,
pasivo y capital social a otra u otras sociedades de nueva creación.
FORMAS DE ESCISION:
3) Los acreedores pueden oponerse a que opere a cualquier de las figuras de que se
trata.
1) Tendrán una proporción en el capital social de las escindidas, igual a la que haya
tenido la escindente.
3) Para oponerse judicialmente a la escisión deberá tener por lo menos el 20% del
capital social.
CONSECUENCIAS:
3) Cuando una parte del capital social de las escindidas figuran acciones de aporte,
tales acciones no quedaran depositadas en las nuevas sociedades, deberán entregarse
a sus titulares.
ARTÍCULOS DEL CODIGO DE COMERCIO REFERENTE A LA
ESCISIÓN
Artículo 19. La inscripción o matrícula en el registro mercantil será potestativa para los
individuos que se dediquen al comercio y obligatoria para todas las sociedades mercantiles
por lo que se refiere a su constitución, transformación, fusión, escisión, disolución y
liquidación y para los buques. Los primeros quedarán matriculados de oficio al inscribir
cualquier documento cuyo registro sea necesario.
Artículo 21.- Existirá un folio electrónico por cada comerciante o sociedad, en el que se
anotarán:
I. a IV.
V. Los instrumentos públicos en los que se haga constar la constitución de las sociedades
mercantiles, así como los que contengan su transformación, fusión, escisión, disolución y
liquidación;
II.- Las acciones o partes sociales de la sociedad que se escinda deberán estar totalmente
pagadas;
III.- Cada uno de los socios de la sociedad escindente tendrá inicialmente una proporción
del capital social de las escindidas, igual a la de que sea titular en la escindente;
VI.- Durante el plazo señalado, cualquier socio o grupo de socios que representen por lo
menos el veinte por ciento del capital social o acreedor que tenga interés jurídico, podrá
oponerse judicialmente a la escisión, la que se suspenderá hasta que cause ejecutoria la
sentencia que declara que la oposición es infundada, se dicte resolución que tenga por
terminado el procedimiento sin que hubiere procedido la oposición o se llegue a convenio,
siempre y cuando quien se oponga diere fianza bastante para responder de los daños y
perjuicios que pudieren causarse a la sociedad con la suspensión;
VII.- Cumplidos los requisitos y transcurrido el plazo a que se refiere la fracción V, sin
que se haya presentado oposición, la escisión surtirá plenos efectos; para la constitución
de las nuevas sociedades, bastará la protocolización de sus estatutos y su inscripción en el
Registro Público de Comercio;
VIII.- Los accionistas o socios que voten en contra de la resolución de escisión gozarán
del derecho a separarse de la sociedad, aplicándose en lo conducente lo previsto en el
artículo 206 de esta ley;
IX.- Cuando la escisión traiga aparejada la extinción de la escindente, una vez que surta
efectos la escisión se deberá solicitar del Registro Público de Comercio la cancelación de
la inscripción del contrato social;
X.- No se aplicará a las sociedades escindidas lo previsto en el artículo 141 de esta ley.
JURISPRUDENCIAS
Registro No. 163896
Localización:
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXXII, Septiembre de 2010
Página: 1152
Tesis: I.7o.A.725 A
Tesis Aislada
Materia(s): Administrativa
El artículo 13-A, fracción III, de la Ley del Impuesto al Activo, vigente hasta el 31 de
diciembre de 2006, indica que las sociedades escindente y escindidas deberán continuar con
la opción que prevé el artículo 5o.-A del propio ordenamiento y vigencia, cuando la hubiera
ejercido la escindente, en cuyo caso, en el ejercicio en que se efectúa la escisión y en el
siguiente, deberán considerar ambas sociedades el impuesto del penúltimo y último
ejercicios inmediatos anteriores al de la escisión, y que a partir del tercero considerarán el
impuesto que le hubiera correspondido a la sociedad en el penúltimo ejercicio inmediato
anterior. Por su parte, el señalado artículo 5o.-A, segundo párrafo, precisa que el impuesto
se actualizará por el periodo transcurrido desde el último mes de la primera mitad del
cuarto ejercicio inmediato anterior, hasta el último mes de la primera mitad del ejercicio
por el que se determine el impuesto. Por lo que de una interpretación armónica de ambos
preceptos se concluye que para calcular y actualizar dicho tributo tratándose de escisión de
sociedades, deben observarse las reglas generales previstas en el segundo de los artículos
citados, en relación con las especiales para determinar la base contenidas en el primero.
El artículo 13-A, fracción III, de la Ley del Impuesto al Activo, vigente hasta el 31 de
diciembre de 2006, indica que las sociedades escindente y escindidas deberán continuar con
la opción que prevé el artículo 5o.-A del propio ordenamiento y vigencia, cuando la hubiera
ejercido la escindente, en cuyo caso, en el ejercicio en que se efectúa la escisión y en el
siguiente, deberán considerar ambas sociedades el impuesto del penúltimo y último
ejercicios inmediatos anteriores al de la escisión, y que a partir del tercero considerarán el
impuesto que le hubiera correspondido a la sociedad en el penúltimo ejercicio inmediato
anterior. Por su parte, el señalado artículo 5o.-A, segundo párrafo, precisa que el impuesto
se actualizará por el periodo transcurrido desde el último mes de la primera mitad del
cuarto ejercicio inmediato anterior, hasta el último mes de la primera mitad del ejercicio
por el que se determine el impuesto. Por lo que de una interpretación armónica de ambos
preceptos se concluye que para calcular y actualizar dicho tributo tratándose de escisión de
sociedades, deben observarse las reglas generales previstas en el segundo de los artículos
citados, en relación con las especiales para determinar la base contenidas en el primero.
Conforme a los artículos 6o., fracciones V y VI, de la Ley Federal de Correduría Pública y
54 de su Reglamento, a los corredores públicos corresponde actuar como fedatarios para
hacer constar los contratos, convenios, actos y hechos de naturaleza mercantil (excepto en
tratándose de inmuebles), así como en la constitución, modificación, fusión, escisión,
disolución, liquidación y extinción de sociedades mercantiles, en la designación de sus
representantes legales y facultades de que estén investidos, y en los demás actos previstos en
la Ley General de Sociedades Mercantiles. Ahora bien, si se toma en cuenta que la
representación orgánica comprende actos como el nombramiento y facultamiento de los
órganos de representación de las sociedades mercantiles (Consejo de Administración,
Administradores o Gerentes), por ser éstos quienes en términos del primer párrafo del
artículo 10 de la Ley General de Sociedades Mercantiles representan orgánicamente a la
empresa, es indudable que los corredores públicos están autorizados para certificar tales
actos; sin embargo, no están facultados para dar fe del otorgamiento de poderes o mandatos,
los cuales son actos jurídicos de índole civil regulados por la legislación común, pues el
mandato es un contrato previsto en los Códigos Civiles de todas las entidades federativas
del país y que implica un acto de representación voluntaria en tanto que encuentra su fuente
en la voluntad de las partes y se confiere precisamente a través del otorgamiento de un
poder; de ahí que las pólizas y actas expedidas por los corredores públicos en que hagan
constar la designación y facultades de representación de las sociedades mercantiles
(representación orgánica), deberán admitirse para su inscripción en el Registro Público de la
Propiedad y del Comercio, siempre y cuando dichos instrumentos cumplan con los
requisitos legales y se trate de actos exclusivamente de carácter mercantil.
Contradicción de tesis 33/2002-PS. Entre las sustentadas, por una parte, por los Tribunales
Colegiados Noveno en Materia de Trabajo y Noveno en Materia Administrativa, ambos del
Primer Circuito y, por otra, por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Tercer Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito. 3 de agosto de 2005.
Cinco votos. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Pedro Isaías Castrejón Miranda.
Tesis de jurisprudencia 113/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha tres de agosto de dos mil cinco.
Ejecutoria:
Localización: 9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; XXIII, Abril de 2006; Pág. 26;
Al establecer el último párrafo del artículo 55 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, por
una parte, que en los casos de escisión de sociedades, se dividan las pérdidas fiscales
pendientes de amortizar entre la escindente y las escindidas y, por otra, que no se
transmitan las pérdidas fiscales sufridas por las fusionadas a las sociedades que surjan o a
las que subsistan con motivo de la fusión, no obstante que en ambos casos existe una
transmisión universal de bienes, derechos y obligaciones, no contraviene el principio de
equidad tributaria consagrado en la fracción IV del artículo 31 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, toda vez que se trata de supuestos y consecuencias
distintas. Ello es así, porque en el caso de la escisión, al haber sido la escindente la que
sufrió las pérdidas pendientes de amortizar y la que dio origen a las escindidas, las pérdidas
fiscales pueden dividirse en la misma proporción en que se distribuya el capital social, en
virtud de que tanto la escindente como las escindidas contribuyeron en algún momento y de
alguna forma a la generación de esas pérdidas; situación que no ocurre con la sociedad que
resulta de una fusión, en virtud de que no participó en modo alguno en la generación de las
pérdidas.
Amparo en revisión 278/2002. Syngenta Agro, S.A. de C.V. (antes Novartis Agro, S.A. de
C.V.). 12 de agosto de 2003. Mayoría de nueve votos. Ausente: Olga Sánchez Cordero de
García Villegas. Disidente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ponente: Sergio Salvador
Aguirre Anguiano. Secretaria: Rosalía Argumosa López.
El Tribunal Pleno, en su sesión pública celebrada hoy doce de agosto en curso, aprobó, con
el número X/2003, la tesis aislada que antecede; y consideró que la votación es idónea para
integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito Federal, a doce de agosto de dos mil tres.
El artículo 55, último párrafo, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, no viola el principio
de equidad tributaria consagrado en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, pues la diferencia que establece para las sociedades que
resulten de una fusión, de aquellas que resulten de una escisión, en cuanto a disminución de
pérdidas, deriva de las diferencias abstractas que entre ellas existen y que las colocan en
situaciones objetivamente distintas, de conformidad con el orden jurídico y económico que
las rigen, toda vez que conforme a lo dispuesto en la Ley General de Sociedades
Mercantiles, la escisión de sociedades determina un sistema de respaldo solidario para los
acreedores; lo que, conforme al mismo ordenamiento jurídico, no sucede en el caso de la
fusión, pues para que ésta surta efectos legales deberán encontrarse liquidadas todas las
deudas de las sociedades que en ella intervengan o existir plazo y garantía de pago;
situación jurídica que justifica que las empresas que surgen de una escisión, fiscalmente
deban recibir un trato diferente de aquellas que surgen de una fusión, en cuanto a las
pérdidas pendientes de disminuir de las utilidades fiscales se refiere.
Amparo en revisión 469/2001. Promotora Cabo Real, S.A. de C.V. 15 de mayo de 2002.
Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Leticia Flores
Díaz.
El artículo 55, último párrafo, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, no viola el principio
de equidad tributaria consagrado en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, pues la diferencia que establece para las sociedades que
resulten de una fusión, de aquellas que resulten de una escisión, en cuanto a disminución
de pérdidas, deriva de las diferencias abstractas que entre ellas existen y que las colocan en
situaciones objetivamente distintas, de conformidad con el orden jurídico y económico que
las rigen, toda vez que conforme a lo dispuesto en la Ley General de Sociedades
Mercantiles, la escisión de sociedades determina un sistema de respaldo solidario para los
acreedores; lo que, conforme al mismo ordenamiento jurídico, no sucede en el caso de la
fusión, pues para que ésta surta efectos legales deberán encontrarse liquidadas todas las
deudas de las sociedades que en ella intervengan o existir plazo y garantía de pago;
situación jurídica que justifica que las empresas que surgen de una escisión, fiscalmente
deban recibir un trato diferente de aquellas que surgen de una fusión, en cuanto a las
pérdidas pendientes de disminuir de las utilidades fiscales se refiere.
Amparo en revisión 469/2001. Promotora Cabo Real, S.A. de C.V. 15 de mayo de 2002.
Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Leticia Flores
Díaz.