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El Artículo 393 del Código Civil establece: "El mayor de edad y el menor emancipado que se
encuentre en estado habitual de defecto intelectual que los haga incapaces de proveer a sus
propios intereses, serán sometidos a interdicción, aunque tengan intervalos lúcidos".
En primer término vale la pena analizar la expresión " estado habitual"; tal expresión representa
un término medio entre lo pasajero y lo permanente y es lo que permite la presencia de un
intervalo lúcido. Es habitual el defecto cuanto tiene caracter permanente y durable, sin que se
exija que sea incurable, es decir, que un simple trastorno mental capaz de producir un estado de
inconciencia momentánea de carácter pasajero, no sería el estado habitual requerido por la Ley,
pues de un acto no se podrá deducir la existencia del defecto grave exigido para la interdicción,
de tal manera que la presencia de una alteración mental como consecuencia de una enfermedad
pasajera no sería suficiente, como tampoco la producida por el consumo de alcohol o drogas sino
se demuestra que por esas causas ha quedado afectado el ejercicio de la inteligencia y de la
voluntad. (33).
La psiquiatría moderna admite que ciertos trastornos pasajeros por su naturaleza pueden hacerse
crónicos y en ese caso se configurará el estado habitual.
En segundo término, la expresión "defecto intelectual" exigida para la interdicción debe ser
grave y por tal motivo es totalmente diferente la incapacidad en las personas que se hallan en
estado habitual de defecto intelectual absolutamente privadas de voluntad y discernimiento, de la
de aquellos cuyo estado de debilidad de entendimiento no es tan grave.
(33)
On. cit. Domicini. Pág. 508. Sanojo Luis (Instituciones de Derecho Civil Venezolano) 1953. Madrid-Tomo I. Pág. 304. "una
enajenación de cortos días proveniente de algún accidente transitorio no es suficiente motivo para que se tome una medida de tal
trascendencia".
La calificación "intelectual" del defecto, es criticada por algunos autores, considerando más
precisas expresivas como "defecto mental" o "defecto psíquico", por cuanto interpretan que el
legislador ha querido cubrir no sólo el aspecto cognoscitivo, sino también el volitivo (34)
Es indudable que la capacidad de obrar requiere la capacidad de querer, por cuanto aquella tiene
un sentido dinámico: la aptitud de la persona para realizar directamente actos de relevancia
jurídica; a diferencia de la capacidad jurídica que es un concepto de naturaleza estática: la aptitud
de la persona para ser sujeto de derecho.
Nuestro Legislador al utilizar una expresión tan poco precisa como "defecto intelectual" permite
y ello debe destacarse como positivo, la inclusión de una gama de perturbaciones mentales
siempre , que sean graves y habituales, a diferencia de otras legislaciones que enumeran las
alteraciones que justifican una incapacitación civil y limitan, en consecuencia, la interpretación
que puede hacer el Juez del informe psiquiátrico. El sistema seguido por algunos ordenamientos
jurídicos como es el Colombiano, que establece en el artículo 545 del Código Civil" al adulto
que se halle en estado habitual de imbecilidad o idiotismo, de demencia o de locura furiosa" ha
sido criticado por considerase que no está en armonía con los modernos conocimientos de la
psiquiatría, pues existen una serie de estados mentales que no pueden encajar, en una
enumeración legal, pero que sin embargo determinan en el individuo una incapacidad para
proveer a sus propios intereses. Por otra parte, las investigaciones científicas continúan y cada
día nuevos tipos de alteraciones mentales se definen, y la Ley no puede ser modificada al paso en
que la ciencia avanza, por lo-tanto resulta más conveniente la utilización de expresiones amplias
que permitan la ubicación dentro de la norma de los nuevos términos médicos.
En tercer lugar, la expresión "intervalos lúcidos", utilizada por nuestro legislador no desvirtúa la
habitualidad, es más, expresamente consagra lo contarlo al igual que muchos otros
ordenamientos jurídicos (El Código Civil Colombiano, Boliviano, Chileno, etc).
(34)
Aguilar. Ob. cit. Pág. 373.
"Se ha sostenido por el contrario que la persona que presenta intervalos lúcidos es la que más
necesita de la incapacitación civil, por cuanto que aquella que sin intermitencia presenta un
estado de locura, seguramente hará pública su incapacidad natural en el seno de la sociedad
donde vive y será menos frecuente la contratación con ella, y en todo caso resultará más fácil la
anulación de sus negociaciones.
La psiquiatría moderna critica la expresión "intervalos lúcidos" porque la considera un resto del
Derecho Romano, donde se tomaban en cuenta los períodos intermediarios en que el "furiosus"
presentaba cierta calma.
Actualmente los avances científicos han tratado de erradicar este concepto, demostrando que no
existen verdaderos intervalos lúcidos es decir, sostienen que cuando existe una anomalía en el
psiquismo, el individuo aunque revele en determinados momentos una notable claridad mental
en muchas de sus actuaciones procederá de acuerdo a su perturbación.
B. La debilidad de entendimiento
En conclusión, los débiles de entendimiento son aquellas personas que, no pudiendo decirse que
están completamente enajenadas, tampoco se puede asegurar que están en pleno uso de sus
facultades mentales. Son los que no tienen la inteligencia bastante desarrollada.
La Doctrina también está acorde que se deben catalogar entre ellos a los monomaníacos (36), o los
beodos consuetudinarios, ya que la voluntad en estos casos, está casi destruida, quedando sólo en
el fondo un pensamiento relajado, y tenue. Como la apreciación es aquí de hecho, tienen los
Tribunales, a quienes les toca dilucidar la cuestión, completa facultad para resolver sobre si la
persona de que se tratase entredicho o débil de entendimiento.
Nuestra jurisprudencia interpreta la debilidad de entendimiento como "normalidad psíquica
limitativa de la capacidad mental, que puede alcanzar diversidad de formas y grados, pero sin
llegar a la pérdida total de la razón (37).
C.-Prodigalidad
El pródigo es aquel que por desorden del espíritu o de las costumbres, disipa su fortuna en gastos
sin sentido. Dos elementos deben considerarse en la apreciación de la prodigalidad: los gastos
deben ser excesivos, es decir, que no puede explicárselos de una manera plausible.
Resulta difícil dar una definición de la prodigalidad; como todo los defectos, es relativa,
susceptible de más y de menos, capaz incluso de tornarse en virtud.
Se requiere una conducta habitual, no basta un acto aislado. Conducta que importa no en cuanto
haya sido ya dañosa, sino en cuanto, siendo de presumible continuidad será perjudicial en el
futuro.
Se trata de impedir su continuación pero lo hecho ya, no es atacable.
Es preciso que dicha conducta sea contraria a los dictados de conciencia social, cosa que ocurre
cuando alguien dilapida o derrocha su fortuna o, sinrazón ni tino emprende negocios arriesgados
que seguramente le harán perder su capital. Sin embargo, las empresas aventuradas no son por sí
socialmente condenables, sino sólo cuando, habida cuenta de las circunstancias, resulten
irrazonables. Por otro lado no es necesario que los actos del sujeto sean inmorales, pues también
es pródigo quien, por ejemplo, destina todos sus ingresos a obras benéficas y, así, se arruina.
(36)
Monomanía - locura o delirio parcial sobre una sola idea o un solo orden de ideas. Nuevo Diccionario ilustrado Sopena. Pág. 698.
(37)
Véase Planchart Hernández, Antonio., Jurisprudencia Sen. del 22.1.49 p.p. 76 - 79.
CAPITULO III
Es una institución creada para gobernar a los enajenados mentales, a los locos como son
vulgarmente denominados.
Esto debido al desequilibrio total de sus mentes no pueden gobernarse a sí mismos, no pueden
discernir, ni distinguir entre lo bueno y lo malo; mucho menos pueden proveer respeto a sus
intereses, de ahí que la Ley en su amparo sustituye su capacidad por un tutor que los representará
un consejo de tutela, y el tribunal, vigilando y controlando las gestiones de aquellos.
Como lo entredichos, están en una situación de excepción frente a los capacitados en general, se
les crea un régimen de excepción que es el objeto de nuestro trabajo.
Ahora bien, si estudiamos el entendimiento humano, la facultad de pensar y discernir nosotros
podemos formar tres zonas al respecto.
La primera, compuesta de los normales, es decir, aquellos que pueden desenvolverse mas o
menos bien su vida es la zona clara. La segunda, de aquellos que aunque con cierta normalidad
se les observa ciertos inconvenientes mentales, originados por el desarrollo imperfecto de sus
facultades, es la zona gris, bastante difícil de descifrar ya que la persona que se trata de examinar
presenta marcadamente caracteres de hombre normal y en otros aparece completamente
desequilibrado, y por último, la tercera, que es la denominada zona negra, que es aquella en la
que brilla por su ausencia el discernimiento, la voluntad, es el campo en el que se hallan los
enajenados o entredichos.
Es decir, que en aquellos casos en que el mayor de edad carece totalmente de discernimiento y
voluntad es sometido a interdicción en razón de su incapacidad natural y por ende queda
sometido a una incapacidad plena, general y uniforme. El régimen correspondiente es el de la
representación: la tutela de entredichos por defecto intelectual.
Por otra parte, por razones de defensa social y en orden al cumplimiento de condenas penales, la
Ley declara entredicha a la persona condenada a la pena de presidio durante el tiempo de éste.
Esta interdicción implica una incapacidad plena, general y uniforme dictada en protección
directa de un interés colectivo y no del interés individual del entredicho; en este caso el
entredicho no queda sometido a potestad sino sujeto al régimen penitenciario.
"El mayor de edad y el menor emancipado que se encuentren en estado habitual de defecto
intelectual que los haga incapaces de proveer a sus propios intereses, serán sometidos a
interdicción, aunque tengan intervalos lúcidos" (39).
Existen en derecho dos (2) clases de interdicción
Entre ellas existen diferencias esenciales: la primera se ha establecido en interés del entredicho a
quien la Ley ampara, como al menor en su incapacidad, y la interdicción penal se ha creado en
resguardo de la sociedad. Para Aníbal Dominici, la interdicción en el primer caso es "favor" y en
el segundo es "castigo".
La interdicción judicial se fundamenta en una incapacidad que realmente existe. La interdicción
penal se fundamenta en una incapacidad ficticia.
De todo esto resulta qué en interdicción judicial es general ya que el sometido a ella por
enajenación mental no puede ejercer ninguno de sus derecho civiles y la otra es limitada, porque
el condenado a presidio puede testar y casarse.
Para que una persona pueda ser sometida a interdicción es preciso que se halle en estado habitual
de defecto intelectual, estado que no excluye los intervalos lúcidos. Este defecto puede ser por
locura, demencia imbecilidad, etc.
(39)
Código Civil Venezolano. Artículo 393.
No sería suficiente que se encontrare en aquel estado por consecuencia de una enfermedad, que
puede pasar y recobrar el enfermo el uso de razón, ni podrá sostenerse tampoco que hay
deficiencia en las facultades mentales sólo por el hecho de hallarse la persona en una vejez
avanzada, entregada al uso del alcohol, de la morfina y otros narcóticos o acometida de una
parálisis sino se prueba al mismo tiempo, que por efecto de esas causas se ha debilitado o abolido
en ella el ejercicio de su inteligencia, su memoria y su voluntad de una manera casi total y
permanente.
CLASES DE INTERDICCIÓN
El Código Penal Venezolano, en el libro Primero, Titulo II, hace una división de las penas:
Corporales y no corporales. Las penas corporales que también son restrictivas de la libertad son:
1.- Presidio; 2.- Prisión; 3.- Arresto; 4.- Relegación a una colonia penitenciaria; 5.- Confinam-
iento y 6.- Expulsión del territorio de la República. Las penas no corporales son: 1.- Sujeción a la
vigilancia de la autoridad pública. 2.Interdicción civil por condena penal 3.- Inhabilitación
política; 4.Inhabilitación para ejercer alguna profesión, industria o cargo, "etc (43).
El mismo código señala que la pena de presidio debe cumplirse en penitenciaria y que la pena
implica trabajos forzados dentro o fuera del establecimiento donde el reo cumple la condena.
Establece nuestro Legislador en el Artículo 23 que la interdicción civil por causa criminal no
podrá imponerse como pena principal sino únicamente como accesoria de la de presidio. Los
efectos son privar al reo de la disposición de sus bienes por actos entre vivos y de la
administración de los mismos, de la patria potestad y de la autoridad marital.
La interdicción civil como accesoria a la pena de presidio implica:
a.- El reo pierde durante el tiempo que dure la pena la facultad o el derecho de disponer de sus
bienes por actos entre vivos y de administrarlos.
Establece nuestro Legislador Civil en su artículo 408 que "el entredicho por condenación penal
queda sometido a tutela".
b.- Le priva del ejercicio dela patria potestad, en cuyo caso el Juez decidirá si ha de ejercerla el
otro cónyuge salvo que demuestre que éste ha intentado corromper a los hijos o ha tolerado su
corrupción o prostitución en cuyo caso se abrirá la tutela (44).
(42)
Código Civil Venezolano. Artículo 48, reza: Tampoco puede contraer válidamente matrimonio el entredicho por causa de demencia,
ni el que no se halle en su juicio. Si la interdicción ha sido únicamente promovida, se suspenderá la celebración del matrimonio hasta que
la autoridad judicial haya decidido definitivamente"
(43)
Código Penal Venezolano. Artículos 8 y 9.
(44)
Código Civil Venezolano. Artículo 192.