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EL MATERIALISMO HISTÓRICO
COMO GUÍA DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL
EL MATERIALISMO HISTÓRICO
COMO GUÍA DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL
“Las visiones del mundo de las clases sociales condicionan entonces no sólo la
última etapa de la investigación científica social, la interpretación de los
hechos, la formulación de las teorías, sino la elección misma del objeto de
estudio, la definición de lo que es esencial y de lo que es accesorio, las
preguntas que se plantean, en pocas palabras, condicionan la problemática de
la investigación.” 2
Recordemos también lo que Marx nos enseñó en la onceaba tesis sobre Feuerbach, tesis
que inauguró el Materialismo Histórico: “los filósofos hasta hoy [entiéndase, científicos y
teóricos en general] no han hecho más que interpretar [espejar, especular] de diversos
modos el mundo [que como tal es un concreto, pero de pensamiento] de lo que se trata es de
transformarlo [no de reproducirlo]3. En palabras de Hegel, “lo real es racional”; en palabras
de Engels: “por lo tanto, lo que existe merece perecer”. Sin embargo, Marx sostiene la
historicidad de las clases sociales y de las diferencias de clase: éstas son tales solo en su
lucha, pues se constituyen relacionalmente.
Los distintos modos de producción que han acaecido desde el esclavismo hasta el
capitalismo tardío se muestran como sociedades de clases, aunque la naturaleza y la
dinámica de las mismas se han ido mutando en cada periodo histórico, adquiriendo
características particulares en cada formación social. Además, Marx presupone que las
1 MARX, Karl & ENGELS, Federico, Correspondencia, Buenos Aires, Problemas, 1974, Pág. 71 – 74.
2 LOWY, Michel, Sobre el método marxista, México, Grijalbo, 1974, Pág. 18.
3 MARX, Karl, “Tesis sobre Feuerbach” en: ENGELS, Federico, Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
De acuerdo con nuestro autor, la doctrina de la lucha de clases no debe de ser atribuida
a su obra, pues, esta formulación ya puede es vislumbrada hacia el interior de la literatura
burguesa, especialmente, en la obra de los teóricos de la economía clásica, Adam Smith y
David Ricardo, ya en el siglo XVIII.6
Las clases sociales son grandes grupos de personas que se distinguen en su oposición, o
sea, en su lucha, en función:
Actualmente, son muchas las voces que sostienen literalmente la “muerte de las clases
sociales”, argumentando que la teoría de Marx es una expresión exclusiva de su propio
tiempo histórico y no puede pretender explicar la época actual, caracterizada por “el
agotamiento” del modelo de desarrollo industrial y el inicio de “un nuevo tipo de
sociedad”, una “sociedad informacional”, en la que los recursos humanos y, en concreto, en
la selección y procesamiento de la información priorizada. Consecuentemente, las teorías
sociológicas actuales (entiéndase, hegemónicas) dan un papel esencial a la reflexividad, como
es el caso de Daniel Bell, y a la comunicación, como es el caso de Jürgen Habermas. De este
modo, se da por sentado el agotamiento de los “anticuados” conceptos de clase y lucha de
clases, y la necesidad de suplantarlos por nuevas nociones.9
En las últimas dos o tres décadas las ciencias sociales se han visto caracterizadas
fuertemente por el desplazamiento de sus conceptos fuertes, y en particular, del análisis en
términos de clases y de lucha de clases, y el reemplazo por “nuevas” nociones, destinadas a
explicar realidades presuntuosamente inéditas. La explicación última de este viraje teórico
debe buscarse en grandes transformaciones a nivel mundial y nacional (caída de los
“socialismos reales” o “dictaduras no del, sino, sobre el proletariado”, agresiva avanzada
militar norteamericana en el resto del mundo, dictaduras militares en América Latina en los
setenta y auge de las políticas neoliberales durante los años noventa, etc.), que tienen su
impacto en el terreno ideológico y que repercuten, por tanto, en el mundo académico y en el
debate intelectual, pues las posiciones teóricas representan tendencias, posiciones, que
tienen su origen en otro lado: en los antagonismos sociales. En este sentido, no pueden dejar
de mencionarse como factores que contribuyen a explicar la caída en desuso de conceptos
fundamentales, la hegemonía ideológica del neoliberalismo y, en el plano de las “ciencias
sociales”, el abandono de la teoría y de los llamados “grandes relatos”, impulsado por el
discurso posmoderno, indisputablemente dominante en los últimos quince años del siglo
XX.10
Celia Duek y Graciela Inda sostienen que:
“Para que deje de ser pertinente el análisis de clase tendría que desaparecer, no
sólo el capitalismo, con sus contradicciones de clase específicas, sino la división
misma entre propiedad y no propiedad de los medios de producción, o lo que
es lo mismo, el divorcio entre los trabajadores directos y los medios de
producción. No cabe duda alguna de que el capitalismo no sólo sigue
existiendo, sino que se ha expandido en forma prodigiosa en todo el mundo,
sometiendo o disolviendo los otros tipos de relaciones sociales.”11
2005.
11 DUEK, María Celia & INDA, Graciela, ¿Desembarazarse de Marx?, Avatares del concepto de clases sociales,
Conflicto Social, Año 2, N° 1, Buenos Aires, Junio 2009, Pág. 29. Disponible en:
http://www.iigg.fsoc.uba.ar/conflictosocial/revista
Materialismo histórico como guía de la investigación social 5
Esto no significa negar que las clases sociales y sus fracciones, así como las relaciones
que mantienen entre sí, hayan sufrido transformaciones importantes en las últimas décadas
y que estas transformaciones ameriten profundas investigaciones y análisis concretos de
formaciones sociales también concretas. Sucede que los cambios en las condiciones de vida o
en los ingresos de los miembros de las diferentes clases o los que afectan la importancia
numérica de las mismas o los referentes a sus posiciones en las relaciones de fuerza, son
procesos que afectan a las clases sociales, pero de ninguna manera desmienten su
existencia.12
12 Ibidem.
13 MARX, Karl, “Prefacio” en: MARX, Karl, Contribución a la crítica de la Economía Política, Buenos Aires, Estudio,
1975.
14 HARNECKER, Marta, Op. Cit.
Materialismo histórico como guía de la investigación social 6
Aunque Marx utiliza la metáfora edilicia en 1859, en el resto de su obra siempre sostiene
que la economía “pura” es una abstracción. Incluso al criticar a los economistas clásicos,
Smith y Ricardo, les reprocha que conciban a la economía capitalista como si ésta fuera
“natural”, “eterna” y no estuviera atravesada por la lucha de clases. En la lectura que hace
Antonio Gramsci de Marx y El Capital, la economía no tiene existencia autónoma. No hay
economía “pura” al margen de las relaciones de fuerza. Las relaciones de producción
económicas son al mismo tiempo relaciones de poder y fuerza. Según Gramsci, cuando se
intenta explicar la sociedad, las versiones más rudimentarias y vulgares del marxismo
(aquellas que interpretan a Marx como un simple economista) habitualmente separan
esquemáticamente la economía de la política, la “estructura” de la “superestructura”. Para
poder realizar una aproximación a la sociedad capitalista más ajustada a lo que está en la
realidad, Gramsci apela al concepto de “bloque histórico”, o sea, la unidad de la estructura y
la superestructura, la economía, la política y la cultura.16
Es interesante compartir el aporte y crítica que realiza el Néstor Kohan respecto de la
problemática que aqueja al marxismo desde sus inicios:
“En realidad [el materialismo histórico] es una filosofía de la praxis que aborda
los problemas fundamentales de la filosofía y la política – sobre todo de la
política (…) – en relación con la actividad humana, que pasa de esta manera a
tener la primacía desde el punto de vista antropológico (puesto que el hombre
se constituye a partir de, en y por la praxis), histórico (puesto que la historia no
es más que la historia de la praxis humana y resultado contingente de la
actividad de los seres humanos), gnoseológico (porque la práctica es el
fundamento del comienzo, de los métodos y del fin del conocimiento, así como
su criterio de verdad), ontológico (pues el problema de las relaciones entre el
hombre y la naturaleza, o entre el pensamiento y el ser, no puede resolverse al
margen de la praxis), económico (en tanto la economía no es más que el ámbito
de las relaciones sociales de producción, distribución, intercambio y consumo
que los seres humanos establecen entre sí en el curso del desarrollo de su
actividad histórica) y definitivamente político (pues el poder se constituye en el
espacio social de las relaciones de fuerza entre los seres humanos y sus
prácticas). Lo que articula esta inmensa y voluminosa cantidad de
problemáticas – hoy abordadas por cada una de las disciplinas sociales – es la
actividad humana. El sujeto humano es el núcleo de la verdad histórica, a
condición de que no quede reducido al sujeto entendido como un individuo
15 MARX, Karl & ENGELS, Federico, Op. Cit., Pág. 486 – 487.
16 GRAMSCI, Antonio, Antología, (selección y notas de Manuel Sacristán), México. Siglo XXI, 1970.
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Como ya señalamos con anterioridad, para Marx, las fuerzas impulsoras de la historia
son económicas (aunque ya sabemos que “economía” no es un factor aislado de las
relaciones sociales concretas). La base de todo el orden social es la producción, actividad por
la cual los hombres crean los bienes materiales a partir de la transformación de la naturaleza
en objeto útil por la acción humana. Dice Engels en la carta a Conrad Schmidt (1890):
“Allí donde hay división del trabajo en escala social hay también recíproca
independencia entre los diversos sectores del trabajo. El factor decisivo en
última instancia es la producción. Pero cuando el comercio de productos se
independiza de la producción misma, entonces sigue un movimiento propio, el
que, si bien es gobernado en conjunto por la producción, en casos particulares
y dentro de esta dependencia general sigue leyes particulares contenidas en la
naturaleza de este nuevo factor; este movimiento tiene fases propias y reactúa
a su vez sobre el movimiento de la producción. (…)
Lo mismo ocurre con el mercado monetario. Tan pronto como el mercado
monetario se separa del comercio de mercancías, adquiere (…) un desarrollo
propio, leyes especiales y fases particulares determinadas por su propia
naturaleza. (…)”18
17 KOHAN, Néstor, “¿Materialismo Dialéctico o Filosofía de la Praxis?”, en: KOHAN, Néstor, Marx en su (Tercer)
Mundo, Buenos Aires, Biblos, 1998, Pág. 75.
18 MARX, Karl & ENGELS, Federico, Op. Cit., Pág. 490.
Así, Marx invierte el orden causal propuesto por Hegel: es el orden económico el que
produce cambios en el pensamiento de los hombres, y no el pensamiento o la razón la que
produce la realidad material. Por eso Marx dice que en Hegel "la dialéctica está puesta
cabeza abajo" y que su filosofía materialista "la puso de pié", abandonando el campo de las
abstracciones lógicas por el de las fuerzas reales. Ahora bien, el hecho de que las
instituciones políticas y las ideas morales dependan de las condiciones económicas no trae
consigo la conclusión de que no puedan afectar, a su vez, a estas condiciones. Son los
hombres quienes hacen su propia historia sobre la base de condiciones dadas, y pueden, por
tanto, encarar una acción, apoyándose sobre aquello que existe, para hacer realidad aquello
que quieren que exista.22 La revolución socialista debe ser, además, un ideal ético.
La Revolución Francesa liberó a la burguesía de la explotación por las antiguas clases,
pero la mantuvo a ella misma como clase explotadora. El proletariado asalariado es un
producto inevitable del capitalismo que surge junto con la burguesía. El triunfo de la
revolución burguesa abre el camino para la más completa revolución proletaria.
Las condiciones objetivas para que se lleve a cabo una revolución tienen que ver con el
desarrollo y la crisis económica. Las subjetivas, con el nivel de conciencia de las masas
populares y los trabajadores. Para Gramsci, el problema que se mantenía pendiente en su
Italia y en Occidente gira alrededor de condiciones subjetivas. Tanto para Lenin como para
Gramsci la mera crisis económica no alcanza para cambiar la sociedad. El capitalismo jamás
caerá como una fruta madura de un árbol. Hay que derrocarlo, opinan ambos.24
Interpretando los dichos de Marx y Engels, Lenin sostiene que las concepciones de
ambos sobre el Estado y su extinción progresiva son coincidentes. Para lograr la liberación
del proletariado, es necesario derrocar a la burguesía, conquistar el poder político y
establecer una dictadura revolucionaria.
Marx, demuestra que, del conjunto social de toda la sociedad, para sobrellevar la
primera fase de la sociedad comunista – o simplemente “socialismo” – deberá descontarse
un fondo de reserva, un fondo de expansión de la producción, un fondo para la expansión
de la producción, un fondo para la reposición de la maquinaria, etc. Además, de los
artículos de consumo se deberá descontar un fondo de gastos administrativos, para
escuelas, hospitales, asilos de ancianos, etc.26
En esta etapa, los medios de producción han dejado de ser propiedad privada. Ahora es
el Estado, quien en nombre del conjunto de la sociedad, dispone de ellos. Cada miembro de
la sociedad, al realizar una cierta parte del trabajo socialmente necesario, recibe de la
sociedad un certificado que le acredita haber realizado una cantidad determinada de
trabajo, que se intercambiará, a su vez, por productos. Deducida la cantidad de trabajo que
pasa al fondo social, cada obrero, por consiguiente, recibe de la sociedad tanto como ha
entregado.27
25 LENIN, Vladimir Ilich, “La base económica de la extinción del Estado”, en: LENIN, Vladimir Ilich, El Estado y
la Revolución, Moscú, Progreso, 1975, Pág. 391.
26 Ibidem.
27 Ibidem.
28 MARX, Karl & ENGELS, Federico, Op. Cit., Pág. 484.
29 Ibidem.
30 LENIN, Vladimir Ilich, Op. Cit.
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BIBLIOGRAFÍA
*ANDERSON, Perry, Consideraciones del Marxismo Occidental, México, Siglo XXI, 1985.
*DUEK, María Celia & INDA, Graciela, ¿Desembarazarse de Marx?, Avatares del concepto de
clases sociales, Conflicto Social, Año 2, N° 1, Buenos Aires, Junio 2009. Disponible en:
http://www.iigg.fsoc.uba.ar/conflictosocial/revista
*ENGELS, Federico, Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, Moscú, Progreso,
1980.
*FLECHA, Ramón, GÓMEZ, Jesús & PUIGVERT, Lidia, Teoría Sociológica Contemporánea,
Barcelona, Paidós, 2001.
*GRAMSCI, Antonio, Antología, (selección y notas de Manuel Sacristán), México. Siglo XXI,
1970.
*HARNECKER, Marta, Los conceptos elementales del materialismo histórico, México, Siglo XXI,
1983.
* MARX, Karl, Contribución a la crítica de la Economía Política, Buenos Aires, Estudio, 1975.
*MARX, Karl & ENGELS, Federico, Correspondencia, Buenos Aires, Problemas, 1974.