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REVISTA AULABIERTA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD
CATÓLICA DE VALPARAÍSO
Nº1:
FORMACIÓN INICIAL
DOCENTE
Revista AulAbierta
ESTUDIANTES
UNIDOS POR LA PEDAGOGÍA
PUCV
2
REVISTA AULABIERTA
DE
LOS ESTUDIANTES DE PEDAGOGÍA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD
CATÓLICA DE VALPARAÍSO
Revista AulAbierta
ESTUDIANTES
UNIDOS POR LA PEDAGOGÍA
PUCV
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ÍNDICE
EQUIPO ORGANIZADOR……………………………………………………………………………………………………………..4
INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………………………………………………………………5
COMENTARIOS Y CONTACTO……………………………………………………………………………………………………..77
4
EQUIPO ORGANIZADOR
COMISIÓN EDITORA
INTRODUCCIÓN
Juan Eduardo García – Huidobro, Cristián Cox, Beatrice Ávalos, Carlos Eugenio Beca,
Carmen Cruz, Erik Sariego, Alfonso Godoy, Nelson Vásquez, María Luz Morillo, Monserrat
Polanco, Carmen Montecinos, Horacio Walker y Rodrigo González, compartieron sus
conocimientos desde la investigación, las políticas de formación, las modificaciones curriculares, la
vinculación de la disciplina y la formación pedagógica, en torno a nuestra formación como futuros
profesores.
De este espacio de reflexión pedagógica, surgió la necesidad de continuar en la creación
de conocimiento pedagógico desde la base, desde los estudiantes; continuar gestionando
instancias de participación conjunta de estudiantes de pedagogía o más bien, para darle un sello
distintivo, profesores en formación: Es así como nace la Revista AulAbierta: Revista de Estudiantes
de Pedagogía.
Esperamos que este espacio de reflexión pedagógica continúe creciendo, y podamos ser
parte en conjunto de nuestro proceso de formación como profesores, y que por supuesto, sea
posible construir un desarrollo profesional docente, que nos haga no solo realizar críticas a la
educación chilena, sino que además ser parte de la gestión de las soluciones.
RESUMEN
Chile comparte con todos los países de América Latina y del mundo una preocupación por
la calidad de los docentes que se forman en las instituciones de educación superior. En efecto,
internacionalmente hoy se cuestiona la pertinencia de la formación inicial docente en relación con
los desafíos de calidad y de equidad que enfrentan los sistemas educativos. Se analizan las
tensiones relacionadas con las políticas de acceso y selección, con la articulación entre formación
teórica y práctica, con la formación en los contenidos disciplinarios y la dimensión pedagógica, la
vinculación del curriculum y el medio escolar, las metodologías de enseñanza y los sistemas de
evaluación que permitan asegurar las competencias requeridas de los egresados, entre otros
temas de discusión.
Esta preocupación se expresaba, en nuestro país, ya en la segunda mitad de los 90, en el
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marco de la reforma educacional iniciada en dicho periodo. Es en ese momento cuando el
Ministerio de Educación crea el Programa de Fortalecimiento de la Formación Inicial Docente
(FFID) que se aplica entre los años 1997 y 2002. En un contexto como el chileno donde las
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universidades gozan de extrema autonomía, no resulta obvio que el Estado pueda intervenir con
políticas destinadas a mejorar la calidad de la formación impartida. No obstante, es evidente,
siguiendo la experiencia de otros países, que no se puede garantizar la efectividad de los cambios
propuestos para el sistema educacional, sin intervenir un factor tan decisivo como la formación de
los profesores.
El FFID fue creado mediante la ley de presupuestos - sin una ley especial de carácter
permanente - en tanto implicaba disponer de un fondo para que las universidades, mediante
concursos, recibieran recursos para introducir innovaciones curriculares; mejorar los procesos
formativos en sus dimensiones teóricas y prácticas; mejorar infraestructura; y fortalecer equipos
académicos. En el marco de este programa, se consensuaron también estándares de desempeño
para la formación inicial docente que las instituciones podían voluntariamente aplicar para la
formación y evaluación de sus egresados. El FFID permitió a 17 instituciones desarrollar proyectos
de mejoramiento, las que en esa fecha representaban un 78% de la matrícula nacional de
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formación inicial docente.
Revista AulAbierta
Como parte de la política destinada a mejorar la formación de profesores, se creó, además,
una beca especial para atraer hacia las carreras de pedagogía a estudiantes destacados de
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enseñanza media con el fin de elevar los niveles académicos de ingreso .
1
La Reforma Educacional anunciada por el Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, en el año 1996, contemplaba cuatro pilares
fundamentales: cambio del curriculum escolar, extensión de la jornada escolar; programas de mejoramiento de la calidad y
la equidad; y, fortalecimiento de la profesión docente.
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En Chile la formación de profesores, tras el cierre de las escuelas normales en 1974, queda radicada principalmente en las
universidades y, en una escala menor, en institutos profesionales.
3
Ver Avalos, Beatrice, Profesores para Chile: Historia de un proyecto. , Ministerio de Educación, 2002
4
Esta beca otorgaba cubría un arancel de referencia y beneficiaba a estudiantes con más de 600 puntos en la PAA/PSU y
promedio sobre 6.0 en Enseñanza Media, con la condición de que postularan como primera opción a pedagogía. Esta
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última exigencia, difícil de cumplir, sumado a que el monto de la beca no creciera al mismo ritmo de los aranceles reales,
incidieron, entre otros factores, a que progresivamente disminuyera el número de beneficiarios y, por ende, el impacto del
incentivo.
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Después del golpe militar de 1973, muchos estudiantes no pudieron completar sus estudios pedagógicos, por persecución
política.
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Algunos estudios señalan que alrededor del 12% de profesores de educación básica están formados bajo esta modalidad.
La situación se agrava por la concentración de estos docentes en escuelas que atienden población rural y urbana pobre.
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Durante el diálogo entre universidades y Ministerio de Educación tuvo activa participación el Consejo de Decanos de las
Facultades de Educación del Consejo de Rectores presidido, en distintos momentos por los decanos René Flores, de la
Universidad de Playa Ancha y Abelardo Castro, de la Universidad de Concepción. En cuanto a la participación de
universidades privadas, dado que no existía en ese momento organización, el MINEDUC invitó a integrarse a la comisión a
representantes de la Red de Innovación Pedagógica Universitaria (RIPU) integrada por seis universidades privadas.
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Las principales propuestas que formuló la Comisión de Formación Inicial se resumen en los
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siguientes puntos :
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Ver Informe Comisión sobre Formación Inicial Docente, Ministerio de Educación, 2005.
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Por su parte, desde el punto de vista de la calidad de la formación inicial, los primeros
resultados de las acreditaciones de las carreras de pedagogía comenzaron también a mostrar las
debilidades ampliamente diagnosticadas.
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Una información actualizada de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) nos muestra que,
solo el 43,5% de las carreras de pedagogía ha logrado una acreditación superior a 4 años que es
lo que podría considerarse un nivel aceptable, mientras que solo el 21,5% ha logrado cinco o más
años de acreditación. En el otro extremo, existen 18 carreras (4,5%) cuyo resultado fue de no
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acreditación.
La segunda iniciativa significativa de política pública fue la creación, por parte del MINEDUC, del
Programa Inicia, de fomento de la calidad de la formación inicial docente, en el año 2008.
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Conforme a la legislación vigente, las agencias acreditadoras entregan el resultado de acreditación por un número de años
que varía entre uno y siete.
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CPEIP encomendó la elaboración y aplicación de instrumentos al Centro de Medición MIDE UC de la Universidad
Católica de Chile.
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pruebas tenía un carácter voluntario para las instituciones. El llamado fue acogido por 39
instituciones de un total de 49 con carreras en dicho nivel.
La primera entrega pública de resultados provocó gran impacto, al constatarse que los
alumnos por egresar de las carreras de pedagogía básica obtenían, en promedio, resultados
bajos en las pruebas de conocimientos disciplinarios. La tendencia de los resultados se mantuvo
en el año 2009 obteniendo los alumnos de Educación General Básica un 53% de respuestas
correctas en la prueba de conocimientos disciplinarios, porcentajes que fueron aún más bajos para
los pocos estudiantes que rindieron la prueba en alguna de las especialidades en las que se
formaron. En dicho año, rindieron también la prueba estudiantes de último año de Educación
Parvularia obteniendo, en promedio, un 49% de respuestas correctas. Cabe señalar que, en estas
oportunidades, MINEDUC no entregó información pública de los resultados por instituciones dado
el compromiso adquirido con éstas de evitar presentar un ranking que, además de sus efectos
discutibles, no se estimaba pertinente realizar, tratándose de instrumentos aún en estado de
desarrollo y no alineados con los estándares de formación inicial en proceso de elaboración. Los
resultados de las pruebas, sí, tenían el valor de mostrar a las instituciones sus principales
fortalezas y debilidades en el logro de conocimientos de sus estudiantes.
Cuadro Nº 3.- Resultados de Evaluación Diagnóstica
Prueba de conocimientos disciplinarios, Año 2009
El Gobierno actual, a partir del año 2010, ha anunciado un conjunto de medidas en relación
con la formación docente inicial, las que representan una cierta continuidad y, a la vez, un nuevo
impulso, en relación a políticas anteriores. Algunas de estas medidas están siendo
implementadas, mientras otras forman parte de un proyecto de ley presentado al Congreso
Nacional en el mes de octubre de 2010.
Los contenidos principales de estas medidas son los siguientes:
1.- Fuerte incentivo al ingreso a estudios pedagógicos de estudiantes con capacidad académica
demostrada a través de los resultados PSU. Con esta finalidad, se mejoran considerablemente las
becas de pedagogía existentes, bajo la nueva denominación de “beca vocación de profesor”, de
forma tal que estudiantes con más de 600 puntos en la PSU obtienen una beca de arancel
completo y estudiantes sobre 720 y 740 puntos, obtienen beneficios adicionales económicos y/o
de estudios en el extranjero. Esta medida ha producido efectos concretos inmediatos al elevarse el
número de estudiantes de pedagogía que ingresan con más de 600 puntos, aunque sigue siendo
una proporción baja del total de ingresantes. Al mismo tiempo, la mayoría de las universidades, de
hecho todas las del Consejo de Rectores, elevaron a 500 puntos sus puntajes de corte.
2. Creación, mediante proyecto de ley, del Examen de Excelencia Profesional Docente,
institucionalizando la Prueba Inicia. Se establece que será elaborado por el MINEDUC y aprobado
Revista AulAbierta
por el Consejo Nacional de Educación. Según el proyecto, el examen será voluntario, si bien los
sostenedores de establecimientos educacionales subvencionados deberán acreditar que todos sus
profesores ingresados con posterioridad a su vigencia, lo hayan rendido. No obstante, el proyecto
no indica un puntaje mínimo de logro.
3.- Se crea un incentivo especial, denominado Asignación de Excelencia Pedagógica Inicial, que
beneficiará a quienes hayan obtenido los mejores puntajes en el Examen Nacional e ingresen a
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Programa de Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación Superior a cargo de la División de Educación
Superior del MINEDUC.
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trabajar a establecimientos municipales o particular subvencionados . Para estos efectos, sólo se
considerarán los resultados logrados en las pruebas de conocimientos disciplinarios.
Al analizar el Programa Inicia y las nuevas medidas aplicadas por el actual gobierno, es
posible afirmar que podrían contribuir a un importante mejoramiento de la calidad de la formación
inicial y de la profesión docente en la medida que se cumplan las siguientes condiciones:
a) Una mirada sistémica del fortalecimiento de la profesión docente que abarque los procesos de
ingreso de estudiantes, formación inicial, acreditación, certificación de competencias, inducción,
formación continua, desarrollo profesional, evaluación de desempeño profesional y carrera
docente que genere adecuadas condiciones de trabajo, retribución y reconocimiento.
b) Una selección de los estudiantes que ingresan que considere, no solamente sus rendimientos
escolares durante la enseñanza media y los resultados en la PSU, sino su potencial profesional,
en términos de vocación, aptitudes para la tarea educativa y compromiso social. En este sentido,
recientes anuncios de extender beneficios y facilitar el ingreso a estudiantes provenientes de
liceos públicos que hayan sido los mejores alumnos de sus respectivos cursos, constituyen un
avance importante.
c) Calidad académica de los programas formativos para asegurar un buen desempeño profesional
reflejado en aprendizajes de todos los estudiantes. Sin una formación académica estimulante, es
probable que muchos buenos estudiantes opten por proseguir sus estudios en otras carreras
universitarias.
d) Una carrera profesional atractiva y ambientes adecuados de trabajo en las escuelas que
refuercen la motivación por perseverar en el ejercicio profesional, preferentemente en el trabajo de
aula. Las condiciones de trabajo, el reconocimiento social, las remuneraciones justas y las
expectativas de progreso profesional a lo largo de la carrera constituyen factores claves para
contar con profesores de buen desempeño.
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Los montos que podrán percibir los docentes iniciales serán equivalentes a los que la ley determina para los profesores
que perciben la Asignación de Excelencia Pedagógica, distinguiéndose, en ambos casos, tres tramos según niveles de
desempeño y una duración de cuatro años.
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En esta perspectiva, es importante articular las políticas de formación inicial con las de
formación continua, favoreciendo, de ese modo, el desarrollo profesional permanente. De lo
contrario, las universidades podrían estar preparando profesionales que luego no encuentren los
espacios para actualizar sus conocimientos, reflexionar sobre sus prácticas docentes y responder a
nuevos desafíos que le presenta el mundo real.
Muchas veces se ha entendido, erróneamente, que las acciones de formación continua
tienen por objeto compensar determinados vacíos de la formación inicial y, consecuentemente,
merecerían menos preocupación si ésta alcanzara niveles óptimos. Esta concepción desconoce
que una capacitación docente compensatoria difícilmente alcanzará su propósito a cabalidad si la
formación inicial carece de niveles mínimos de calidad y, a su vez, subestima la necesidad de un
aprendizaje profesional permanente. ¿Alguien podría pensar que los estudiantes de pedagogía de
esta década, por excelente que sea su formación, podrían desempeñarse satisfactoriamente, sin
actualizarse, hasta la mitad del siglo XXI?
Durante la década pasada, el CPEIP desarrolló un amplio e intensivo programa de
formación continua para docentes en ejercicio del sector subvencionado, con énfasis en la
educación municipal. En un trabajo mancomunado con las universidades acreditadas, de distintas
regiones, se fue construyendo una gama de acciones que contempló cursos de perfeccionamiento
docente en diferentes áreas, tanto presenciales como E-Learning, postítulos de especialización
para profesores de educación básica y de la enseñanza técnico profesional y formación de
directivos docentes.
Una preocupación especial de la política desarrollada fue que el trabajo conjunto entre las
universidades y el CPEIP considerara a las Facultades de Educación y a los equipos académicos
involucrados en la formación inicial, tanto en relación a contenidos disciplinarios como al ámbito de
la pedagogía y la didáctica. Conforme a reiteradas declaraciones de académicos, su interacción
con los docentes, incluyendo visitas a las escuelas y aulas, les ha permitido enriquecer su
conocimiento del medio escolar y retroalimentar su labor docente y de investigación.
Además del concurso de las universidades, otro soporte fundamental de la acción de
formación continua de la década pasada fue el rol desempeñado por profesores de excelencia y de
reconocido liderazgo local quienes asumieron tareas como coordinadores de Talleres Comunales
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de perfeccionamiento de docentes de aula y de directivos, o como integrantes de la Red de
Maestros de Maestros. De este modo, junto con estrategias como las pasantías nacionales, de
intercambio entre equipos docentes de distintas escuelas, se configuró una línea de aprendizaje
profesional entre pares que constituye una promisoria vía de valorización y desarrollo profesional.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Arellano, Mireya y Cerda, Ana María, editoras (2006), Formación Continua de Docentes: un camino
para compartir 2000-2005. MINEDUC-CPEIP.
Avalos, Beatrice (2002), Profesores para Chile, historia de un proyecto, Ministerio de Educación.
Cox, Cristián, editor, (2003), Políticas educacionales en el cambio de siglo. Editorial Universitaria.
Ministerio de Educación (2006), Docentes para el Nuevo Siglo. Hacia una política de desarrollo
profesional.
Ministerio de Educación (2005), Comisión de Formación Inicial Docente, Informe sobre Formación
Inicial Docente.
Revista AulAbierta
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RESUMEN
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El proceso de transitar desde lo simple a lo complejo , de lo homogéneo a lo heterogéneo,
es urgente en una sociedad cada vez más intercultural y con necesidades emergentes como el
diálogo, el respeto, la fraternidad y la democracia. En este nuevo contexto es que nos planteamos
interrogantes tan valederas como si ¿nuestra “escuela formal” será capaz de enfrentarse ante
estos nuevos retos?, ¿De que manera están siendo preparados las profesoras y profesores para
enfrentar la diversidad y las incertidumbres de una sociedad en constante transformación?
Una escuela que solo “transmite contenidos”, ha institucionalizado las diferencias al
establecer la competencia como ley de las relaciones entre los miembros y estamentos que
integran la escuela, generándose problemas que nos tensionan y que muchas veces nos
paralizan; como cuando los Jefes Técnico Pedagógicos piden las planificaciones del año, sin
dejarnos siquiera saber cómo son y como piensan los alumnos y alumnas que tendremos para ese
período escolar. Aquella imposición técnica-administrativa genera competencias y malos
entendidos entre profesores, no dejándoles espacio para que emerjan otros tipos de saberes,
informados por su experiencia o la indagación de sus propias prácticas pedagógicas.
Este modelo, herencia de siglos pasados, es doblemente hostil e impositivo, ya que en
primer lugar, fue elaborado hace mucho tiempo en un contexto histórico diferente al presente, y lo
peor es que rara vez se cuestiona este hecho fundante. Por otro lado, se inspira en una sola
concepción de la naturaleza humana, la de la dimensión intelectual del ser, (instrumental-
racionalista), dejando a un lado las otras dimensiones que conforman a un ser armónico, como la
inteligencia emocional, o la recreación de su realidad a partir de manifestaciones libremente
creadoras.
La situación anterior, condiciona las actuaciones de estudiantes y docentes, que
encontraran como natural que aprender es sinónimo de “jugar el juego” (play the game),
adaptándose a modelos, a programas y métodos propuestos como prolongación de referencias
comunes, de estructuras que perpetúen a culturas nacionales, establecidas de facto como
verdades irrefutables. Los que están dentro de la dinámica del juego, están esperando no salirse
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de las normas y reglas, que les permitan avanzar sumisamente, aunque exitosamente en la
competición escolar; estos se convierten en los dueños del sistema y los programadores del juego,
a través del juego de los “fracasos escolares” y eliminaciones. Aquellos cuya personalidad se forma
y se afirma por otras vías, quedan marginados (game over).
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Morin, E (1999) Señala la necesidad que tiene la educación de promover una “inteligencia general”, apta para entender
una sociedad inserta en el nuevo paradigma de complejidad. Esta referida a la unión entre la unidad y la multiplicidad, es
decir, en cada acción humana se esconde un conocimiento complejo, solo explicable a partir del conocimiento del contexto,
lo global y lo multidimencional. Ya no se aspira a conocer las certezas, sino a vivir y con-vivir en la constante incerteza, que
no es mala ni buena, solo es.
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… “estudiar es una tarea difícil que requiere una actitud crítica sistemática y una
disciplina intelectual que sólo se adquiere con la práctica. Esta actitud crítica es
precisamente lo que no genera la «educación bancaria». Por el contrario, lo que ésta
procura fundamentalmente es eliminar nuestra curiosidad, nuestro espíritu inquisitivo y
nuestra creatividad”. (Freire, 1990, pág.29).
Ahora, este conocimiento tiene formas de ser transmitido, según Apple (1986), el
conocimiento en la escuela se constituye por los textos escolares que están diseñados de acuerdo
a los programas generales, y por medio de las prácticas que realizan tanto docentes como
alumnos. Los docentes por lo tanto combinan su práctica con el trabajo de los textos que
constituye el 75 % del tiempo de la clase, y los contenidos a los que ellos hacen referencias.
En el caso de los textos escolares, además de traer el libro del alumno (a) traen el libro del
profesor, por lo tanto norman su trabajo y el profesor puede convertirse fácilmente en un ejecutor
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de estos textos, aunque como se planteo antes, se mezcla este trabajo con las interpretaciones
que le da el profesor al conocimiento que va entregando.
Es sabido que los textos escolares contienen y determinan los planes y programas
vigentes, ya que se basan para su construcción en los contenidos mínimos obligatorios (CMO)
“Oficiales”; el currículum también se define a partir de los textos estandarizados para cada nivel o
grado específico y con ejercicios aprobados por docentes y especialistas en educación, además
que todas las editoriales, aparte de tomar decisiones basadas en disputas políticas y necesidades
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del estado, deben ser revisadas por la comisión del Ministerio de Educación antes de su
publicación.
De este modo el conjunto de conocimientos de los textos no es neutro, si no que responde
a un sistema de selección, entrega un saber recortado, fragmentado y escogido para determinados
fines;
Los contenidos definen lo que es válido de ser conocido, hacen un recorte de la realidad
que es resultado de relaciones institucionales de grupos que detentan el poder, y que deciden lo
que la escuela debe transmitir. Por lo tanto, el conocimiento se selecciona, y a la vez estos
contenidos seleccionados adquieren una perspectiva de verdad, de universalidad y por ende, se
nos olvida que podemos cuestionarlos. Este saber propugna ser entregado sin cuestionamientos,
busca que tanto docente como alumno acepten el modelo de sociedad implícito en el texto.
Cuando sucede esto se está desmovilizando una mirada crítica de la sociedad, ya que si los
conocimientos se están presentado como “la verdad”, se está enseñando para el conformismo y la
aceptación, y se deja de pensar y develar que en esta selección intervienen grupos de intereses
que ocultan información relevante que nos pudiesen incluso hacernos cuestionar conceptos como
la cultura, el saber y el poder, poniendo en peligro sus hegemonías.
Por otra parte los profesores mediante sus prácticas a parte de regirse por los libros hacen
su reinterpretación de los mismos, también seleccionan contenidos del texto o lo interpretan según
sus sesgos y creencias, presentando de esta forma una sola visión del mundo, la del profesor, ya
que el profesor es el que transmite el conocimiento válido, el que tiene la razón y el único con la
capacidad de transmitir conocimientos en la escuela (visión tradicional-positivista), situación
aprendida de forma vicaria como estudiante y reforzada en su formación inicial docente ,
desvalorizando en muchas ocasiones, la capacidad del estudiante para generar conocimiento, así
como sus experiencias previas en actos tan cotidianos en el aula como el de no dar espacios para
la expresión de los alumnos, no darles la palabra, despreciar el conocimiento que adquieren fuera
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de la escuela, denostar sus opiniones o puntos de vista.
Este conocimiento que se da en la escuela, se juega en una lógica de exclusión, el
conocimiento se basa en una cultura dominante, en una cultura homogénea, blanca, europeizante,
heterosexual y masculina, se expresa en el lenguaje de esa cultura, se transmite a través del
código cultural dominante, que para los estudiantes que pertenecen a éste es muy fácil de
entender, mientras que los estudiantes de la cultura dominada ven este lenguaje como algo raro,
ajeno y extraño a su realidad, es así como los niños de clases dominadas ven constantemente
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Ahora este modelo de sociedad que juega en la lógica de la exclusión y que desvaloriza la
cultura de los jóvenes, tiene relación con el modelo económico imperante. Modelo socioeconómico
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que atraviesa todas las dimensiones sociales y culturales promoviendo el instrumentalismo, la
motivación del éxito rápido, el individualismo como base de la interacción humana, promoviendo
una actitud de ganar a toda costa.
Si observamos las estructura de los textos escolares chilenos por ejemplo, podemos ver
que se encuentran divididos en múltiples unidades temáticas con su guía correspondiente de
ejercicios o cuestionarios, de esta forma se privilegia un trabajo sistemático y mecánico, por parte
de los estudiantes, mas que propiciar actividades intelectuales cognitivas superiores, como el
análisis y la crítica argumentada.
Por otro lado, en el tema de los contenidos es importante poner atención a la forma en
cómo se presentan. Los contenidos son presentados en forma fragmentaria, y a través de
pequeños trozos que además se encuentran entrecortados, y en algunas editoriales cada vez es
más común, presentar las diferentes unidades en forma de “página Web”, con una escasa
profundización en los contendidos y en su reflexión, todo es rápido, desechable y disociado.
Frente a esto cabe reflexionar ¿con que fin o intención se presentan los contenidos de
esta forma? ¿Qué contenidos se consideran como válidos de incluir? ¿Cuál es el tipo de ser
humano deseable para nuestra sociedad y que se expresa en los textos escolares?
No nos cabe más que plantear que el tipo de sujeto que se espera para nuestra sociedad, Revista AulAbierta
es un sujeto competitivo que sirva y sea útil para el modelo neoliberal, que responda a una cultura
homogénea, blanca, heterosexual, que sus conocimientos estén construidos en base a una gama
variada de temas, pero que no maneje ninguno en profundidad. De esta forma, podrá aplicarlos en
forma mecanicista cuando los necesite, pero no en forma reflexiva. .
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Bauman, S. (2007) En su texto “Los retos de la educación en la modernidad líquida” describe el resultado de este modelo
socio-económico que identifica el placer y la felicidad, con la idea del “consumir y desechar”, como la nueva lógica que
moldea nuevas relaciones con el tiempo, el conocimiento y las relaciones entre las personas. Bauman lo resume con el
concepto de Modernidad líquida, caracterizada por la impaciencia, posesiones como productos, conocimiento como una
mercancía, descompromiso social y temor a lo incierto del mundo “plástico”.
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Todas estas tendencias son promovidas por un modelo económico, que en este momento
maneja la educación. Estos son los tipos de sujetos que formaran parte de nuestra sociedad en el
futuro, y que en muchos casos si los profesores, formadores de profesores y profesionales en
formación de la carreras de pedagogía no hacemos un análisis más exhaustivo de la actual
situación, seguiremos contribuyendo al status quo que nos aliena y muchas veces nos
deshumaniza.
Bajo el análisis contextual que subyace al sistema escolar, cabe la pregunta ya ha estas
alturas ingenua de ¿Cómo de forman los futuros profesores, en cuanto al conocimiento que
adoptan, adaptan o transforman?
Nuestra experiencia profesional y como “pasante” en la Universidad, es que existe una
clara desvalorización de lo que conforma la vivencia práctica de ser profesor, en desmedro del
conocimiento puramente academicista que se eleva a condición de verdad. Esta situación es
evidente para las carreras de educación media, donde el peso de la disciplina es aplastante en
relación a como se construyen las percepciones en torno a la pedagogía, que es sentida como
secundaria, accesible de “pasar” y que en general son sólo discursos que poco sirven para la
práctica real de ser profesor.
La situación de agrava mucho más al constatar que cada vez más los procesos de
prácticas inicial, intermedia y final se transforman en otras asignaturas, donde el profesional en
formación, reproduce aquellos juegos aprendidos en la “escuela tradicional” donde lo importante es
aprobar y dejar tranquilo al profesor de turno. La experiencia única de estar en la escuela real, es
desaprovechada ya que será remplazada por la elaboración de complicados set de lecturas y sus
consecuentes informes y la construcción de portafolios con muestras de su “desempeño docente”
que les quitan el tiempo de implicarse auténticamente en la vivencia de comenzar a reconstruirse
como docente, y digo reconstruirse ya que deberá dejar atrás los estereotipos , juicios y prejuicios
de lo que ha sido hasta ese momento su relación con la figura o rol de un profesor modelo, que
Revista AulAbierta
todos cargamos para bien o para mal, y que curiosamente la formación inicial en la Universidad,
poco o nada ha mellado esas ideas preconcebidas de su “profesor modelo”.
Lo evidente es que la formación inicial para adoptar y reproducir está muy bien
encaminada, y suplirá con creces las exigencias de nuestro sistema educativo que lo que menos
busca es la transformación de las realidades socio-culturales y económicas. Bajo aquella situación
solo hay que favorecer la competencia, el individualismo y una seudo-profesionalidad que solo se
logra con mas retribuciones económicas (incentivos les llama el Banco Mundial y la OCDE; 2005).
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Por lógica, la formación inicial para transformar y valorizar la experiencia real en la escuela,
es menos evidente, pero representa una oportunidad cierta de comenzar a revertir la situación de
mejora y cambio de la escuela, y mejora y cambio de nuestra profesión docente. Algunas ideas
para avanzar están ligadas al trabajo colaborativo y reflexivo entre académicos, estudiantes y
actores del sistema educativo, a partir de la investigación en y desde los propios centro educativos
(Imbernon; 1994), como forma de responder en el continuo hacer-reflexivo, a la labor de ser
profesor en la constante incertidumbre. En el fondo es revalorar nuestra profesión desde una nueva
construcción del conocimiento pedagógico, desde las experiencias cotidianas, con nuestros
lenguajes y apoyados en nuestros juicios expertos.
Hasta ahora hemos dejado que otros hablen por nosotros, es hora que volvamos a las
aulas, con la idea de re-leernos y re-encontrarnos, y no lo digo en forma retórico sino que con una
convicción investigativa e indagativa, donde la comprensión e interpretación de los múltiples
fenómenos educativos se transformen en partes importantes de nuestras competencias a
desarrollar en la Universidad. Para ello deberemos re-crear nuestros currículum-evaluaciones y
metodologías de enseñanza y sobre todo nuestras concepciones sobre lo que entendemos por
educación e institución escuela. Yo ya he dejado de creer el la “escuela” como construcción social-
moderna, sin embargo creo mas que nunca en la educación como forma de liberación, cambio y
mejora.
Como compatibilizar estos sentir-es y pensar-es , puede ser una hermosa tarea que
emprendan en conjunto las escuelas de pedagogía junto a los institutos disciplinares, donde se
comience por cuestionar el conocimiento reproducido y se comience a fomentar la idea de crear
nuestro propio conocimiento. Recordemos que dentro de las funciones que se le exigen a las
Universidades, está la investigación, la docencia y la innovación… ¿Cuál es la autoevaluación que
podemos realizar en conjunto y revertir la situación?
Partimos de la convicción, de que no existen recetas que puedan solucionar todos los
Revista AulAbierta
problemas o conflictos del ámbito educativo, ya que cada uno de ellos conforma una realidad en sí
misma, cada escuela es una comunidad con diferentes interacciones y contextos sociales que la
determinan en mayor o menor medida, dependiendo de la capacidad de apertura que tenga dicha
institución, por lo tanto nuestra propuesta se constituye a partir de reconocer esta realidad, para
que emerja desde allí una nueva comunidad que resignifique constantemente, tanto sus prácticas
educativas como las interacciones de sus sujetos participantes, incluidos los procesos de prácticas
e investigación que puedan surgir cuando las Universidades se animen a confiar en los profesores
y sus conocimientos obtenidos en la práctica-reflexionada.
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Sin embargo creemos conveniente recalcar ciertas reflexiones, que debiesen llevarse a la práctica
en toda comunidad que desee aprender.
No debemos desconocer que la función social y educativa que cumple el profesor dentro
de las aulas, todavía le da la gran posibilidad de ser uno de los puntales de las transformaciones
críticas del actual sistema educativo, ya que la autonomía que aún conserva para reconstruir la
realidad junto con sus alumnos, es una muestra del poder de autonomía que posee, y que le
permitiría revelarse a los procesos antidemocráticos que caracterizan a la escuela actual,
“Es importante tener en cuenta, sin embargo que en la escuela no sólo se dan
procesos de reproducción, de relaciones sociales y de poder; se dan además procesos de
resistencia y de lucha, así como de apropiación de la cultura, que son parte esencial de la
trama social cotidiana”
(Rockwell, 1995, pág.56)
Estos procesos de resistencia y de lucha son la brecha que abren la encrucijada educativa
que hemos descrito anteriormente, como diría Freire, se abre el camino de una pedagogía de la
oportunidad y la esperanza, en los cuales los diferentes actores se involucren en procesos críticos
y emancipatorios de la realidad establecida, comenzando a emerger como seres autónomos y
recreadores de su vida cotidiana;
Para que este proceso de emancipación comience a generarse, debemos partir criticando
nuestras propias prácticas pedagógicas, situación que requiere de voluntad de compromiso, y
sobre todo de un trabajo como comunidad que aprende. Por ejemplo, se puede llevar a cabo
dentro del consejo de profesores un ejercicio de discusión en grupo sobre las distintas formas de
enfrentar el proceso de enseñanza y aprendizaje, destacando sus mayores aciertos y a la vez
reconociendo su mayores fracasos, para que emerjan desde allí más que soluciones reflexionadas,
una propuesta educativa creativa e innovadora que resista a la “institución escuela”, que sólo
enseña contenidos y que ve a sus alumnos sólo como objetos. Revista AulAbierta
Desde esta mirada crítica a las propias prácticas debe configurarse una autonomía, que
reconociendo que es inherente al trabajo profesional del profesor en forma histórica, debe re-
significarse a favor del principal agente del proceso educativo, es decir el estudiante, el cual
actuará como sujeto activo del conocimiento, reconociendo en él por lo tanto que es fuente de
experiencias y significados que tienen que ser asumidos en la escuela.
25
…”la práctica educativa no tiene lugar jamás en el vacío, sino en el contexto real,
histórico, económico, político y no necesariamente idéntico a ningún otro contexto” (Freire,
1990, pág.37)
Revista AulAbierta
Para llegar a la “acción dialógica”, caracterizada por la colaboración, se debe soñar juntos
que otro mundo es posible, se debe ser capaz de auto-reconocerse como seres inacabados y en
construcción. Esta relación “dialógica” no debe buscar una posición de dominio tradicional entre
educador y educando, sino una comunicación junto al estudiante, transformándose en una acción
política, solidaria, no impersonal sino en comunión. En la medida que el acto educativo es acción
de educandos y educadores, es acción creativa.
26
De la misma manera Chomsky (en Otero, 2005), manifiesta como la capacidad generativa
del lenguaje que poseen los sujetos, son expresión de pensamientos y sentimientos, por lo que se
hace urgente develar las palabras con todo su significado, ya la relación dialógica pasa a
constituirse en un medio valido para descubrir y luego interpretar a otro, que pasa siempre a ser mi
igual.
Tanto Freire como Chomsky coincidirán en la existencia de una gramática universal, de un
lenguaje cuyos valores deben fijarse a partir de la experiencia;
“la adquisición del lenguaje, desde esta perspectiva, es un proceso por medio del
cual la experiencia determina los valores de los parámetros en un sistema fijo como el de la
gramática universal” (Chomsky, 1981, pág.206)
El proceso educativo, como todo acto dialógico, posibilitará a la estructuración del lenguaje,
siendo un acto socializador fundamental en la adquisición de conceptos que el hablante requiere
para moverse en plenitud por el mundo de las ideas. Un aprendizaje es tanto más significativo
cuantas más relaciones con sentido es capaz de establecer el estudiante entre lo que ya conoce,
sus conocimientos previos y el nuevo contenido que se le presenta, en este sentido podemos
recordar lo planteado por Schutz, quien nos manifiesta que sólo es significativo lo experienciado, lo
vivenciado con anterioridad. Por lo tanto, la propia experiencia del alumno (a) debe volverse el
centro del acto pedagógico para relacionarla con los contenidos escolares, y además para conocer
los temas que les interesan. ¿Y como es capaz de comunicar esos aprendizajes sin lenguaje?
Para esto el conocimiento se debe convertir en una construcción dialógica entre profesor y
alumno, como planteaba Freire, el conocer implica intercomunicación, una intersubjetividad, y es a
través de esa comunicación que podemos construir juntos, un conocimiento del mundo.
Nosotros como profesores debemos darnos cuenta que los conocimientos no se
construyen verticalmente, sino que tienen que darse en una relación de horizontalidad,
reconociendo que tanto profesor y estudiantes pueden crear juntos un conocimiento del mundo,
siguiendo a Freire en esa comprensión puede emerger un profesor – alumno junto con un alumno-
profesor, es decir que ambos tengan la capacidad tanto de enseñar como de aprender en una
relación de comunión que potencie la confianza mutua, generando una resignificación sustancial
Revista AulAbierta
revolucionaria de lo que ha sido el conocimiento en la escuela , del aprendizaje y del lenguaje.
Como ya hemos planteado, el conocimiento se construye en un acto dialógico entre
profesor y estudiante, a partir de las experiencias de estos últimos, por ejemplo tenemos el caso de
que los alumnos actualmente se encuentran más preparados y capacitados en las tecnologías de
la información, con lo cual podrían contribuir desde lo que saben a enseñarle a los propios
profesores diferentes técnicas y aplicaciones de las tecnologías, y en este caso se estaría
transformando en un alumno- profesor, en un “nadie se educa solo” vivenciado.
27
4. A modo de conclusión
plantea Dewey como una forma de convivencia social, y como una manera de facilitar la
comunicación de experiencias conjuntas, facilitándose la praxis del concepto que irradie al conjunto
de la comunidad educativa y de la sociedad . Es sí como la educación se pone al servicio de la
democracia, siempre y cuando el educador conciba una construcción social del conocimiento y no
una reproducción del mismo.
Chomsky reflexiona planteándonos una tremenda pregunta a “saber”;…” ¿Qué es un orden
social justo y decente?”… Allí radica hoy la gran tarea que estamos llamados a ser los profesores y
profesoras, resignificando la institución escuela, para que esta sea el lugar propicio de generación
de conocimiento crítico, de espacios de encuentros y de inclusión, donde se respeten las
diferencias individuales y se valore el trabajo colectivo.
El valor de la democracia, es el valor del respeto a nuestra constitución humana, vital y
social, que permitirá una real convivencia en un mundo diverso y complejo.
El tema del orden, del poder, de las instituciones que superan a los sujetos, de las
desigualdades y demandas insatisfechas, nos dice que seguimos en la búsqueda y seguramente
moriremos en la búsqueda, pero siempre queda la convicción que se puede ser mejor, y por eso se
sigue en la lucha, en la esperanza y en la denuncia.
Ser mas humano, es la invitación que proponen los diversos autores y textos
“seleccionados intencionalmente” para generar esta reflexión-crítica. Los grandes descubrimientos
del siglo XXI deberán ir por estos rumbos, reencontrándonos con un avance de humanidad aún
mayor que el que hemos sido capaces de experimentar hasta hoy. Descubrir nuevas formas de
comunicación y de relaciones mas profundas y auténticas son el desafío para nuestra sociedad, y
por ende para los sujetos que la componen.
Revista AulAbierta
29
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Apple, Michael (1986), Maestros y textos; Una economía política de las relaciones de clase y sexo
en la educación, México: UNAM.
Bauman, Sygmunt (2007) Los retos de la educación en la modernidad líquida. Barcelona: Gedisa.
Chomsky, Noam (2005): Sobre Democracia y Educación (vol 1 y vol 2) compilado por C.P. Otero.
Barcelona: Paidós Ibérica.
Foucault, Michael (1976) Los medios del buen encauzamiento. En Vigilar y Castigar. México: Siglo
XXI
Freire, Paulo (1990): La Naturaleza Política de la Educación. Cultura, Poder y Liberación.
Barcelona: Paidós.
Giroux, Henry (1990) Los profesores como intelectuales, Barcelona: Paidós.
Imbernon, Frances (1994), La formación y el desarrollo profesional del profesorado. Hacia una
nueva cultura profesional. Barcelona. Graó.
Morin, Edgar (1999) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Francia: UNESCO
Rockwell, Elsie (1995) De huellas, bardas y veredas, una historia cotidiana en la escuela. En: La
escuela cotidiana.
E. Rockwell (coord.). México: Fondo de Cultura Económica.
Schütz, Alfred (1972) Fenomenología del mundo social. Buenos Aires: Paidós.
Revista AulAbierta
30
RESUMEN
El autor parte de la afirmación de que en el día de hoy - en una sociedad que tiene
como valor central al Mercado, al que se subordinan todos los derechos,
incluyendo a la Educación, y donde el Estado asume sólo un rol subsidiario y
débilmente regulador de ésta, sin responsabilizarse por las reales necesidades
educativas de la población -, la construcción de una Carrera Profesional Docente se
ha convertido en un gran anhelo, el cual requiere asociarse al quehacer cotidiano y
permanente de la labor educativa, entendiendo que la complejidad de la vida actual
necesita de aprendizajes permanentes, de profesionales capaces de determinar,
frente a cada nuevo desafío y a su contexto específico, la o las respuestas que
llevarán al sujeto del aprendizaje a obtener los logros requeridos.
Construida la Carrera Profesional Docente, la formación inicial docente podrá
realizarse teniendo un referente nacional que será un verdadero faro para las
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instituciones formadoras de profesores, que sólo tienen de referencia al Mercado y
a la libre competencia.
1. Presentación
2. Antecedentes en Chile
Nuestro país ha presenciado en los últimos 50 años una SERIE DE CAMBIOS históricos,
políticos, económicos y socioculturales que han repercutido en todos sus ámbitos.
La Educación ha evidenciado los múltiples efectos de dichos procesos.
Hoy estamos insertos en una sociedad que tiene como valor central al mercado, al que se
Revista AulAbierta
subordinan todos los derechos y donde todo el accionar humano queda supeditado a categorías
económicas compitiendo en éste. La Educación dejó de ser un derecho de todos los ciudadanos
y deber del Estado, convirtiéndose en mercancía sometida a los estrechos criterios de eficiencia y
competividad, donde el Estado asume sólo un Rol Subsidiario y débilmente regulador, cuyo
objetivo es financiar la demanda por educación, pero no responsabilizarse por las reales
necesidades educativas de la población.
32
Esta crisis global del Sistema Educativo fue iniciada por diversas medidas impuestas por la
dictadura militar, que inicia la generación del Sistema Neoliberal en Chile.
Es así como la cúpula de gobierno militar imponía para sus fines de control social la Carrera
Docente mediante el Decreto Ley 2.327 del 1º de Septiembre de 1978.
Con posterioridad publicaba en el Diario Oficial del 28 de Noviembre de 1978, el Decreto
Supremo Nº 1191 en el que aprobaba el Reglamento que ponía en funcionamiento la Carrera
Docente y procedía al “encasillamiento de unos 90.000 profesores. A lo ya señalado se le
agregaron otras medidas como “la Directiva Presidencial sobre Educación Nacional” que era un
plan político para la privatización de la enseñanza pública (marzo 1979), documento que, marca el
triunfo del proyecto neoliberal, ideología que apuntó hacia la privatización y municipalización del
sistema, con la consiguiente apertura al mercado que se postula como regulador de la actividad
social.
No obstante lo anterior, el gremio docente chileno muestra una recurrente preocupación
por superar aspectos que dificultan las adecuadas condiciones de trabajo, con un gran anhelo por
la construcción participativa de un Estatuto Docente, de una Evaluación del Desempeño, de un
curriculum nacional, de una Carrera Profesional, etc.
En efecto, a inicios de los 80 (desde la Agech) nuestro gremio postula la necesidad de un
Estatuto de la Profesión Docente.
En 1991 se promulgó el “Estatuto Docente” (Ley 19070), fruto de compleja negociación con
el Gobierno, quedando establecidas un conjunto de normas especiales para los profesores, en el
contexto de las leyes del ámbito laboral del país, como es el Código del Trabajo.
Dicha ley es la culminación de una clara propuesta institucional de colocar a la Educación
como prioridad nacional y como el inicio de la revalorización de la profesión docente como
elemento fundamental del mejoramiento de la calidad y equidad de la Educación Chilena.
En la década recién pasada ( 1997 ) el Colegio de Profesores realizaba su anhelado
Congreso Nacional de Educación, y este, entre otras muchas resoluciones, acordaba incorporar al
Estatuto Docente la Carrera Profesional que considerara escalafones, grados, ascensos y
movilidad en el sentido horizontal y vertical, asegurando estabilidad laboral y recogiendo anhelos
de trato igualitario ante la ley para todos los profesores, terminar con un empleo precario e
Revista AulAbierta
inestable y buscando establecer una carrera que posibilite un Desarrollo Profesional amplio y
flexible.
CARRERA DOCENTE EN CHILE es una necesidad imperiosa para fortalecer el desarrollo
profesional.
La construcción de una Carrera Profesional Docente es un prolongado y gran anhelo, que
requiere asociarse al quehacer cotidiano y permanente de la labor educativa, entendiendo que la
complejidad de la vida actual necesita de aprendizajes permanentes, de profesionales capaces de
33
determinar, frente a cada nuevo desafío y a su contexto específico, la o las respuestas que llevarán
al sujeto del aprendizaje a obtener los logros requeridos.
Construida la Carrera Profesional Docente, la formación inicial docente podrá realizarse teniendo
un referente nacional que será un verdadero faro para las instituciones formadoras de profesores,
que sólo tienen de referencia al mercado y a la libre competencia. Tanto los profesores como la
política nacional de formación inicial docente deben preguntarse y reflexionar acerca de lo
siguiente:
• ¿Qué esperamos de la docencia como actividad diaria? ¿Cuál debiera ser su centro?
• ¿Cómo se integra al día a día laboral docente los requerimientos de: escuela-padres-
estudiantes-curriculum y rol asumido en cuanto Profesor?
• ¿Las condiciones de trabajo son adecuadas en la Escuela para el logro de una educación
de calidad?
Nos referimos a una formación inicial que aporte los saberes teóricos y prácticos
necesarios para el desempeño docente, como elementos esenciales para la construcción de un rol
profesional.
Finalmente, como gremio de profesionales de la educación luchamos por la construcción
de una Carrera Profesional que resguarde y proyecte al profesorado como un protagonista
fundamental de la educación, y no como meros ejecutores de políticas educacionales surgidas
para ponerlas en línea de concepciones ideológicas y económicas que no pueden dar respuestas
educativas, democráticas y con equidad y justicia social.
Algún día, cercano y hermoso, nuestros anhelos y sueños se harán realidad, superando el
modelo de Sociedad existente, y esto, por voluntad mayoritaria de un pueblo soberano y un
Magisterio unido, conciente y vanguardista.
Revista AulAbierta
36
Revista AulAbierta
Revista AulAbierta
Equipo organizador:
Victor Salinas, Andrea Huber, Francesca Bacigalupo.
Kiber Rodríguez, Dángelo Luna, Rodrigo Contalva.
38
RESUMEN
En este artículo el autor se encarga de reflexionar sobre los aportes y límites de las
medidas relativas a la política docente, incluidas en la propuesta o reforma
educacional del actual gobierno. Se comienza por una breve contextualización de la
“cuestión docente” en los últimos años. Enseguida se enuncian cuatro medidas
para el mejoramiento del profesorado (Beca Vocación de Profesor, Prueba INICIA,
mejoras en remuneraciones por aprobar con distinción en el examen recién
nombrado, y mejoras en la Asignación de Excelencia Pedagógica) y el autor las
analiza preguntando si son adecuadas y suficientes para producir los efectos que
buscan.
Este cuidado por mejorar a los docentes está muy presente en la política educativa de las últimas
dos décadas. Imposible no recordar el Estatuto Docente (1991), hoy criticado por sus eventuales
rigideces, pero que sacó a la profesión docente de una situación de enorme precariedad. El
Estatuto ha sufrido múltiples enmiendas y agregados en estos veinte años; así se introdujo el
sistema de evaluación de los profesores municipales y más recientemente las asignaciones por
desempeño. Ha habido también importantes medidas para asegurar la calidad de la formación de
profesores: determinación del carácter universitario de la formación (1990); el Programa de
fortalecimiento de la formación inicial docente (FFID), primera iniciativa sistemática en esta línea
que comenzó en 1997 y se discontinuó inexplicablemente en 2002 (Ávalos, 2002); la beca para
estudiantes destacados que ingresan a pedagogía (desde 1998); la elaboración de estándares de
desempeño para la formación inicial docente el 2000; la obligación de la acreditación para las
carreras de pedagogía el 2006. (Ley 20.129, Art. 22) y más recientemente el programa MECESUP
de apoyo a las pedagogías y el programa Inicia (desde 2008). También han sido numerosos y
masivos los programas de formación continua; por ejemplo, el Programa de perfeccionamiento
fundamental (1997-1999), que acompañó el inicio de la reforma curricular y fue continuado los años
siguientes por los cursos de actualización pedagógica y curricular, los cursos para directores y
jefes de UTP, los postítulos de especialización para docentes de educación básica.
15
Un texto del Informe sobre la educación chilena de la OECD (2004, pp.115-116) describe con fuerza la situación: “Los
cambios introducidos por el régimen militar tuvieron efectos devastadores en la moral y condiciones de trabajo de los
profesores. (…) El status de empleados del Estado de los profesores, fue eliminado. Los sueldos de los profesores fueron
reducidos en más o menos un tercio y sus condiciones de trabajo se deterioraron significativamente. (…) Los efectos de
estos cambios implementados en un clima autoritario de temor serían sentidos por las generaciones venideras (…). Las
cicatrices dejadas por la falta de confianza en los profesores y el debilitamiento de la profesión docente como se sintió en
Chile durante los setenta y ochenta, no se pueden borrar automáticamente por el cambio de un régimen”.
16
El concepto alude a que los docentes, en muchas instituciones, no han sido preparados para enseñar las diversas
materias, al nivel requerido por el currículo chileno. OCDE (2004a, p.291)
17
Ver Informe Comisión sobre formación inicial docente (2005)
40
educación (2006), hace aportes al diagnóstico y propuestas sobre política docente y sobre la
carrera docente.
Este tema no ha sido solo una preocupación nacional; la “cuestión docente” está desde hace
algunos años al centro de la problemática de la política educativa a nivel internacional, discusión
18
que ha llegado hasta nosotros y que también ha ayudado a darle prioridad . Esta política docente
se ha venido sintetizando en tres retos: debe ser capaz de “atraer” a buenos y buenas estudiantes
a la profesión docente; debe “formarlos bien” (formación inicial y continua) y debe “retenerlos” en el
desempeño de la profesión, evitando que profesionales formados para la docencia pasen a ejercer
otros trabajos.
Tanto los documentos internacionales como los nacionales afirman la importancia de una política
integral de desarrollo docente, la que debiera mirar simultáneamente cuatro dimensiones claves e
interrelacionadas que afectan el pleno desarrollo profesional de los docentes, a saber: la formación
inicial, la formación continua, las condiciones de trabajo y la institucionalidad gubernamental
necesaria para implementar un sistema que apoye con eficiencia el desarrollo de esta profesión
(Beca y otros, 2006, p.14).
El tema docente fue central en los anuncios que realizó el propio presidente Piñera en octubre, los
que dieron lugar a dos leyes: una que crea el examen de excelencia profesional docente y la
asignación de excelencia pedagógica inicial y otra llamada de calidad y equidad de la educación.
Por último, la aprobación de las leyes – el 19 de enero 2011- fue posible porque se llegó a un
Protocolo de acuerdo entre el Gobierno y la Concertación, que cambió y concordó las medidas
anunciadas inicialmente. De hecho, el grupo de medidas que se refiere a los profesores es el más
amplio.
(1) La Beca Vocación de Profesor que financia totalmente la carrera de pedagogía a los
estudiantes que ingresan a pedagogía y han obtenidos 600 puntos o más en la PSU.
(2) La prueba Inicia que de voluntaria pasa a ser obligatoria (examen de excelencia profesional). Revista AulAbierta
(3) El mejoramiento de remuneraciones al 30% de egresados que obtengan los mejores puntajes
19
en la prueba Inicia .
18
Ver por ejemplo, OECD (2004b) y el Informe Mc Kinsey, publicado en español por PREAL: Barber y Munshed (2008).
19
Más aún, el 30% se divide en tres tercios: el 10% superior tendrá una remuneración un 30% superior; el segundo 10% un
20% superior y el tercer 10% solo un 10% superior.
41
Antes de examinar en su mérito cada una de estas medidas es interesante señalar, que si bien de
modo limitado, las iniciativas se refieren a los tres ámbitos que debe tener una política docente: (1)
se busca “atraer” mejores candidatos con la beca; (2) se espera que una prueba obligatoria al
finalizar la carrera, asegurará la calidad de la “formación” y (3) (4) se propone un mejoramiento
salarial que debería contribuir a mejorar la imagen de la profesión y a “mantener” a los profesores
en la enseñanza.
Se trata de la medida que ha tenido menos detractores. Ciertamente ha sido una medida exitosa,
no sólo porque fueron muchos los jóvenes que pudiendo estudiar otras carreras –dado su puntaje
PSU- se sintieron convocados a estudiar pedagogía, sino también porque la beca ha sido muy bien
comunicada y ha tenido efectos en el modo como la sociedad chilena percibe a los profesores. La
beca viene así a modificar el hecho que las carreras de pedagogía, pese a un crecimiento
21
explosivo de la matrícula , ha estado mostrando una limitada capacidad para atraer a buenos
candidatos (jóvenes talentosos que elijan ser docentes en primera opción y no por descarte).
Otro acierto de la Beca vocación de profesor fue el haber exigido que ella fuese utilizada en
universidades que tienen requisitos de ingreso más exigentes (500 puntos PSU), lo que comienza
a generar “distinciones” entre los muy numerosos programas de pedagogía que hoy se ofrecen.
Una limitación de la beca tiene que ver con la identificación que hace entre ser “estudiante
talentoso” y lograr un buen puntaje en la PSU. Es sabido que los resultados de la PSU guardan
una gran correspondencia con el NSE de los estudiantes y no necesariamente con el talento y el
esfuerzo de los postulantes. Por tanto, es importante generar opciones especiales de ingreso a
pedagogía para los estudiantes que han sido los mejores de su liceo en enseñanza media, aunque
no hayan logrado 600 puntos, ya que sus bajos puntajes son más producto del medio y no reflejan
el grado de talento, esfuerzo y disciplina de estudio que significó estar entre los primeros de su
liceo durante la enseñanza media. También se podría distinguir con la beca a otros talentos
Revista AulAbierta
sociales (p.e.: haber sido presidente o presidenta del centro de alumnos del liceo o haberse
destacado en actividades de servicio a la comunidad) muy acordes con la profesión docente.
20
Estas no son todas las medidas. Se está dejando fuera de estos comentarios la facultad a los directores para despedir
cada año a un 5% de los docentes y las medidas encaminadas a favorecer la jubilación de los profesores y profesoras que
ya tienen las condiciones para hacerlo.
21
Por ejemplo, en educación básica en 1996 había 2.147 estudiantes, en 2002 se habían triplicado (6.118 estudiantes) y en
2008 se había llegado a 20.047 estudiantes, pero esto a costa de bajar los requisitos de ingreso.
42
La prueba Inicia es otro aporte, ya que es un paso hacia una necesaria y difícil mayor regulación
de las pedagogías, la que se ha visto impedida por el modo prevalente de entender la autonomía
universitaria y por el privilegio a los mecanismos de mercado presente en la educación superior en
Chile. Ahora bien, en este caso junto con su valor, la forma de implementar la medida posee
dificultades, que se analizarán a continuación.
22
La prueba se apoya en lo realizado experimentalmente por el Programa Inicia desde 2008 y que
tuvo dos problemas mayores:
1. Se comenzó por realizar la prueba Inicia sin contar estándares explícitos y consensuados con
las universidades y sin darle a las universidades la posibilidad de adecuar la formación que
entregan a estos estándares. Para paliar esta improvisación se insistió en que la participación
en la prueba era experimental y voluntaria, lo que de todos modos trajo problemas, ya que la
institución que se restaba de participar pasaba a ser sospechosa de poca calidad y seriedad
2. No se ha analizado ni decidido cuáles deben ser las distintas carreras a través de las cuales se
23
cubra la enseñanza en párvulos y en básica . A nivel de diagnóstico existe un acuerdo amplio
acerca de la necesidad de tener docentes de educación básica con “especializaciones”, dada
la imposibilidad práctica de preparar a un o una profesional que enseñe cualquier asignatura
desde de primero a octavo año básico. Hay menos acuerdo acerca de cuáles deberían ser las
especializaciones, pero la opinión general tiende a señalar que la educación inicial (los
primeros cuatro años actuales o los primeros tres de la nueva estructura), tiene propósitos
claros y exigentes: lograr el dominio básico de la lectura y escritura y de la expresión oral e
iniciar al lenguaje y al pensamiento matemático y que eso requiere una formación
especializada. De ahí para arriba: actual quinto a octavo, futuro cuarto a sexto, se precisa una
especialización disciplinar, por lo que el futuro docente debería formarse para enseñar una o, a
lo más, dos de las cuatro asignaturas principales. Zanjar esta definición necesita intervención
del estado. La posibilidad de que las universidades solas decidan esto es muy remota. Se vive
una competencia feroz por lograr matrícula, lo que lleva a la lógica del mercado que obliga a no
restringir, sino que a ofrecer más por menos; esto es carreras más cortas y que permitan Revista AulAbierta
ejercer en un muy amplio abanico de oportunidades laborales.
Ahora, sin haber solucionado los problemas de la etapa anterior, la prueba se hace obligatoria y
con fuertes consecuencias en el destino de los egresados:
(1) Será determinante para definir quien puede enseñar y quien no.
22
En 2008 se evaluó a egresados de las carreras de educación básica; el 2009 se integró a los egresados de las carreras
de educación parvularia Ver Manzi, J. (2010). Ver también los resultados 2009 en:
http://www.programainicia.cl/docs/RESULTADOS2009.pdf
23
Esto está claro en las pedagogías de media que, tradicionalmente en Chile, han estado asociadas a una asignatura
(profesores de matemática, de ciencias sociales, de inglés, etc.)
43
(2) Su resultado determinará cuánto va a ganar un docente en su vida profesional (Ver punto c).
Ya se señaló que parece adecuada la primera consecuencia; si bien puede presentar problemas el
regular el ejercicio docente a partir de una prueba de habilitación, son mayores los que se
observan hoy, sin ningún tipo de regulación. Sin embargo, hay que advertir que el solo recurso de
un test estandarizado puede ser un comienzo, pero tendrá serias limitaciones para certificar la
formación docente, si no se combina pronto con otros procedimientos que permitan evaluar la
práctica o experiencia laboral que empiezan a desarrollar los estudiantes de pedagogía.
Pero ¿Es aceptable que el resultado de una prueba al fin de la formación incida en la remuneración
futura?
Hacer depender el nivel de remuneración que los profesores recibirán del resultado de la prueba
Inicia es muy problemático, al menos por dos motivos.
Segundo, nadie puede asegurar que exista una correspondencia entre tener una buena nota en un
test estandarizado que mide conocimientos y ser buen profesor. Ningún ejercicio profesional es la Revista AulAbierta
aplicación de un saber a la acción y esto es aún más claro cuando el conocimiento de base de la
profesión se vincula, como en educación, al conocimiento de las personas. Es razonable pensar
que quien no sabe matemáticas no es apto para enseñar matemáticas, pero no es prudente
concluir que quien sabe matemáticas será necesariamente un buen profesor de matemáticas y, por
tanto, deberá ganar más.
Es de suponer que con esto se busca aumentar el atractivo para los jóvenes, pero de verdad en
esto no hay atajos: lo que hay que mejorar es el nivel salarial de la profesión.
44
Si se trata de hacer más atractiva la carrera, parece interesante el aumento de los montos de la
asignación, también es razonable la asociación entre mejoramiento y buen desempeño, pero
puede ser contraproducente y es impropio de una idea de “carrera docente” mejorada disminuir a
cuatro años los plazos de duración del beneficio. Para avanzar en el necesario mejoramiento de los
salarios docentes habría que hacer, al menos la primera vez que se obtiene, permanente el
beneficio y poder, después de un tiempo (¿cuatro años?), someterse a una nueva evaluación para
seguir mejorando. Los $150.000 de la AEP pueden llegar a ser un tercio de la remuneración de un
docente, es muy complicado y produce gran inestabilidad el no poder contar en forma segura con
este suplemento y estar sujeto a hacerlo depender del resultado, siempre azaroso, de una prueba
cada cuatro años.
En todo caso, se trata de una medida aislada que por si sola no logrará modernizar el Estatuto
docente. El proyecto no aborda lo central: las bajas ventas docentes y la carencia de una carrera.
Este punto es insoslayable y no puede ser suplido ni abordado por meras asignaciones. Hay una
crisis, en relación a las remuneraciones docentes. Al comenzar los profesionales de la educación
ganan un tercio menos que los otros profesionales y a los cinco años un 46. 5% menos. Esta
situación hace que al quinto año de trabajo ya haya abandonado la profesión un 40% de la
24
generación; muy probablemente los mejores . Las asignaciones propuestas por las medidas
como triplicar la AEP, sólo pueden tener resultados importantes en un mejor piso salarial. Es
verdad que acá el protocolo Gobierno-Concertación incorporó en la ley un compromiso para tener
un proyecto de carrera a comienzos del año 2012, por lo cual será necesario esperar para ver en
qué termina este tema. Revista AulAbierta
4. Consideraciones finales.
En suma, las medidas para lograr mejores docentes que se han comentado poseen elementos
valiosos. Se señaló el éxito y el logro de la Beca vocación de profesor; se valoró la universalización
de Inicia, también fijar niveles bajo el cual no se puede ejercer, aspecto que está en el protocolo;
24
Datos de www.futurolaboral.cl/documentos/FOLLETO_2009_FUTURO_LABORAL.pdf tomados de Eyzaguirre, S. (2010)
45
pero las medidas no logran constituir una política integral en relación a la “cuestión docente”. Hay
que esperar la prometida carrera docente y no se puede seguir dejando de lado un aspecto tan
crucial como la regulación de las carreras de pedagogía entregadas al mercado.
Consideración sobre los “instrumentos” de las medidas. Nótese que todas las medidas que se
están comentando recurren a pruebas estandarizadas y que tres de ellas implican “premios” en
beneficios económicos y competencia para obtenerlos.
El recurso a pruebas asociadas a premios y castigos según los resultados, puede producir serias
distorsiones en la educación. En primer lugar, como se ha observado ya con el SIMCE, la
educación puede transformarse en un entrenamiento para las pruebas, lo que “jibariza” su
contenido y degrada sus propósitos de integralidad. Además, los que menos rinden, ya sea por
limitaciones ya por pobreza, tienden a ser menos considerados y los que poseen otros talentos,
que no se miden en las pruebas son ignorados. Por último, se acentúa la competencia con los
otros y no la colaboración, que es la gran fuente de mejoramiento de la educación. Sabemos desde
hace mucho tiempo que las buenas escuelas son comunidades con proyectos y sentidos
compartidos.
Revista AulAbierta
46
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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mundo para alcanzar sus objetivos. PREAL, Santiago. Ver: http://www.preal.org/
Comisión formación docente inicial (2005) Informe Comisión sobre formación inicial docente,
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http://www.consejoeducacion.cl/articulos/Informefinal.pdf
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a
OECD (2004 ) Chile. Revisión de políticas nacionales de educación. Santiago.
b
OECD (2004 ) Teachers Matter: Attracting, Developing and Retaining Effective Teachers. Paris
Revista AulAbierta
47
RESUMEN
1. Presentación
En los diversos modelos educativos implementados en las Escuelas de Pedagogía y
Facultades de Educación de las Universidades chilenas, la Formación Inicial Docente ha sido uno
de los grandes tópicos de análisis y discusión, generándose diversas interrogantes en torno a lo
que se puede o lo que se debe hacer. La Formación docente se mantiene vigente como uno de los
grandes debates nacionales, y, no en vano, se plantea el ideal de los procesos y modelos de
formación de Profesores el “hacer lo que queremos sobre la base de lo que debemos”.
Difícil tarea, pues cada año las prácticas terminales o finales de los futuros Profesores en
escuelas, colegios y liceos de nuestro país, dejan en evidencia las debilidades de la Formación
Inicial Docente impulsada desde las Universidades. Responsabilidad sólo del estudiante de
Pedagogía?, o de las Facultades de Educación?, o de los especialistas participantes en asambleas
y congresos nacionales e internacionales que no logran establecer criterios comunes en torno a
estos temas? o también de las políticas educacionales -que para muchos no las hay- del Estado en
lo concerniente a la Formación Inicial Docente?.
2. Desarrollo
No cabe duda que las responsabilidades tienen un sentido transversal y se potencian
negativamente entre sí, especialmente la falta de una coherente complementariedad de lo que el
Estado quiere en los procesos de formación docente con lo que las Universidades llevan a cabo en
la práctica de sus mallas curriculares y, desde luego, el sentido de realidad que los
Académicos/Especialistas están dispuestos a plasmar en sus enseñanzas al interior de las aulas
universitarias.
Hoy en día el debate sigue un curso incierto y, tal como ha ocurrido en el 2010, con
curiosos “cambios de velocidades” cuando, de parte de las autoridades ministeriales, han surgido
discutibles políticas de incentivos a alumnos destacados de Educación Media para que ingresen a
estudiar carreras de Pedagogía. Junto a esto, se presentan innovaciones y actualizaciones en las
reformas curriculares de las mismas carreras pedagógicas en la Educación Superior, pero, en la
mayoría de ellas, sin un modelo educativo bien definido que permita diseñar el perfil profesional del
Revista AulAbierta
producto que se quiere. Y, lo que más se discute en las aulas universitarias, es la evidente falta de
conectividad que hay entre lo que se estudia y lo que la realidad socioeducativa de nuestros
colegios demanda. “Muchas teorías en torno a lo que se hace en las escuelas y colegios fuera del
país y poco apego a la realidad, necesidades e intereses de la Educación chilena”, señalan los
estudiantes de Pedagogía en sus últimos años de estudio en la Universidad; preocupación que
25
explica -en gran parte- las debilidades profesionales a la hora de emprender el ejercicio docente.
25
Informes de Prácticas Finales elaborados por los estudiantes de Pedagogía en su último año de estudios: Carreras de
Historia y Geografía de las Universidades Católica de Valparaíso, Playa Ancha y Valparaíso, recogidos en el Depto. de
Historia del liceo Eduardo de la Barra, en el decenio 1999-2009.
49
Se prioriza más la estructura de la clase planificada que los momentos pedagógicos que
facilitan los aprendizajes significativos.
Ahora bien, estas realidades poseen mayor o menor repercusión en el ejercicio docente del
Profesor que se está formando según sea el modelo curricular y la disposición pedagógica de sus
académicos. Pero no es menos cierto que en los procesos de formación profesional del maestro
chileno no es sólo la Universidad la institución que más puede aportar y generar ideas o
propuestas de mejoramiento, superando sus propios problemas y desafíos; pues las dificultades a
resolver también deben ser confrontadas con proyectos de mejoramiento cuya procedencia es Revista AulAbierta
tanto de las políticas educacionales del Estado y además desde las mismas escuelas, liceos y
colegios. Tanto las escuelas como el Estado son responsables, como agentes fundamentales de
la Educación, en el desafío de diseñar y proponer modelos de formación docente.
En la agenda educativa nacional de estos últimos años se develan las grandes debilidades
en torno a la Formación Inicial Docente, pues el MINEDUC no ha definido con claridad y precisión
la política educacional apropiada a las necesidades de la sociedad actual, como asimismo los
26
Navarro, Luis. “Realidad Educacional: Apuntes y opinión sobre política educativa y gestión escolar.” Diario La Segunda,
25/05/2010.
50
marcos legales como la LOCE y la actual LGE han presentado evidentes aristas y omisiones en lo
relativo a la carrera docente e imprecisiones en definir los perfiles del profesional de la
27
Educación.
Las Universidades, por su parte, se han confundido en un excesivo academicismo de
escasa articulación con la realidad escolar; sus académicos enseñan con un llenguaje –en la
opinión de sus propios alumnos- muy profundo, docto o elevado, con un mínimo sentido de
realidad y sin aplicabilidad a las necesidades del sistema educacional chileno, pues aún siguen
formando docentes con apego a un modelo de enseñanza basado en la transmisión y con escasa
reflexión sobre la función pedagógica. A la vez, faltan mejores programas de formación integral de
los estudiantes de Pedagogía, pues las mallas o hacen hincapié en los cátedras de Educación
(como ha sucedido en los últimos años en la Universidad de Playa Ancha) o potencian las cátedras
propias de la disciplina en desmedro de las asignaturas pedagógicas (como ocurrió con las
Licenciaturas de la Universidad de Valparaíso, las cuales desde fines de los años ’90 incorporaron
asignaturas pedagógicas para otorgar el titulo de Profesor a sus estudiantes, pero con insuficiente
capacidad y experiencia para proponer una formación docente acorde a las demandas del sistema
escolar). Por otra parte, las metodologías y didácticas propuestas en el desarrollo de las cátedras
han sido poco efectivas al momento de ponerse en práctica, problema señalado en las pautas de
28
evaluación por los “Profesores Guías” , quienes constantemente han planteado a las
Universidades sus preocupaciones en torno a las debilidades metodológicas y didácticas de los
futuros profesores en el transcurso de sus prácticas profesionales o finales; inquietudes que no
siempre han recibido una respuesta inmediata y satisfactoria, pues escuelas y colegios siguen
recibiendo profesores en prácticas con evidentes debilidades, similares a las observadas hace más
de una década, especialmente desde la Universidades que poco esfuerzo han empeñado, ya sea
desde la misma docencia, o de la investigación o de la extensión para resolver estas problemáticas
expresadas desde los colegios y escuelas.
Y, desde el contexto escolar, se podría afirmar que las condiciones del trabajo docente
también contribuyen significativamente a las necesidades que definen los lineamientos teóricos y
prácticos para la Formación Docente, pues es indispensable que las Universidades formadoras de
profesores se actualicen periódicamente de las demandas profesionales del sistema educacional
Revista AulAbierta
en lo que a preparar profesores competentes se refiere.
Asimismo, la falta de apoyo al rol transformador del Profesor, asignaturas dependientes de
los horarios, de los materiales que se dispone y de los resultados; escaso trabajo interdisciplinario;
insuficiencia de programas de capacitación y de actualización, etc. Todas estas debilidades
detectadas en los establecimientos escolares que deben ser debidamente abordadas en el análisis
crítico de las aulas universitarias.
27
“El Mercurio de Santiago”. Entrevista a Jaime Gajardo, Presidente del Colegio de Profesores, mayo de 2009, pág. C9
28
Informes de Prácticas Finales elaborados por los estudiantes de Pedagogía …
51
29
Brunner, José Joaquín. “Chile: más reacciones frente a enunciados de políticas educacionales”. El Mostrador, 14/10/2010.
52
30
Ibid, pág.2
31
Cox, Cristián. Entrevista de Fernando Paulsen en radio ADN, noviembre de 2010.
53
muy diversas formas y reflexionar sobre su labor. Es de vital importancia que los profesores no
dejen de ser considerados sujetos de opinión y participación en la gestión de la acción pedagógica,
pues probado está, en las experiencias de colegios con resultados de excelencia en las pruebas
estandarizadas (SIMCE Y PSU), que trabajar y crear con los colegas en la mejora de la enseñanza
en base a conocimientos y pensamiento crítico y reflexivo no sólo potencia la excelencia
académica, sino también un ambiente armónico que contagia de entusiasmo a apoderados y
estudiantes, en especial a aquellos que tienen como horizonte una carrera pedagógica. Y así
también se transmiten estas experiencias hacia la Educación Superior a través de los informes que
elaboran y presentan los profesores en práctica, los cuales dejan en evidencia las bondades y
exitosos resultados de la praxis donde se complementan sostenidamente los conocimientos
disciplinarios con las competencias pedagógicas. Por estos motivos que los directivos docentes
deben garantizar la realización de estos ejercicios. Sólo así, y con el constante compromiso de
Universidades de incorporar estas experiencias escolares en sus mallas curriculares y del
Ministerio de Educación en el diseño de políticas que definan el perfil del profesor que se quiere
formar, podríamos señalar que en Formación Inicial Docente hacemos lo que queremos sobre la
base de lo que debemos.
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Revista AulAbierta
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54
ERNESTO SCHIEFELBEIN
Doctor en Educación, Universidad de Harvard
Ex Ministro de Educación
Premio Nacional de Educación 2007
Correo electrónico: postgrado20112@gmail.com
RESUMEN
Se suele suponer que las políticas surgen de largos documentos que a veces
requieren acuerdos del parlamento, reglamentos o asignación de recursos. Pero en
educación, la acción de ciertas personas, instituciones, grupos, concursos o
mecanismos de evaluación constituyen “modelos” que condicionan la formación y
desempeño profesional de los docentes, como lo hacía notar J. F. Herbart en su
famosa Primera Lección sobre Pedagogía en 1802. Estas modalidades “informales”
tienen a veces, mayor fuerza que las políticas formales expresadas en leyes,
conferencias o proyectos. Al revés, estrategias que buscan generar cambios
fracasan por distintos motivos, tales como mal diagnostico del problema o diseño
inadecuado. Para ilustrar estas maneras de influir en las políticas (y práctica) de
formación inicial docente (FID), el autor detalla seis ejemplos de mecanismos que
han determinado (o distorsionado) la FID en nuestro país.
Revista AulAbierta
Palabras claves: “Políticas informales”- “Políticas formales” – Formación Inicial
Docente – Modelos de enseñanza.
55
1. La Presidencia da a conocer que usa el modelo frontal en las reuniones del Gabinete
Una reunión del Gabinete de Ministros (la realizada en el cerro Castillo el viernes 21 de
enero de 2011), utilizó el ineficiente modelo frontal de enseñanza (que predomina en Chile y
América Latina). El docente que sabe que en el nivel más alto del gobierno se usa ese modelo lo
seguirá usando en sus clases y, por lo tanto, se dio un mal ejemplo a los docentes. Es posible que
la publicidad dada a la forma en que se desarrolló la reunión tenga un efecto negativo en la FID (y
por lo tanto en la efectividad de la enseñanza), que no alcanzaría a ser compensado con la
inmensa cantidad de recursos para mejorarla que el Congreso aprobó el día anterior a esa reunión.
La prensa informó: “(C)ada ministro hará una exposición --de 12, 15 o 20 minutos según
su cartera— en que deberá dar cuenta…”; “Las intervenciones se prepararon en base a una
minuta enviada hace un mes y medio” y “(S)e espera que la duración (de la reunión) sea extensa:
alrededor de 9 horas”. (La Tercera, enero 21 p. 2; El Mercurio, enero 21, p. C2). Es evidente que
los organizadores usaron el método tradicional de presentar información, que conocieron como
estudiantes, y no hubo una reflexión si era o no el más apropiado. Pero es importante examinar la
forma en que se malgastó el tiempo de la reunión por haber empleado ese método.
Si las exposiciones del presidente, la organización y las 7 “carteras más complejas”
tomaron 180 minutos y las restantes carteras emplearon 201 minutos, se habría empleado 381
minutos (unas 6,5 horas) en exponer los informes preparados de acuerdo a la minuta que habían
recibido. El tiempo total dedicado a exponer permite estimar que cada participante habría
escuchado 38.100 palabras (si los expositores hablaron al promedio usual de unas 100 palabras
por minuto).
Para una misma cantidad de información, un texto escrito suele emplear la mitad de las
palabras que se usan en una exposición (al exponer se suelen repetir ideas y antecedentes), está
mejor estructurado y no deja puntos claves sin presentar por falta de tiempo. Como los ministros
son buenos profesionales deben leer a 300 o 400 palabras por minuto (y más de alguno superará
las 500). En resumen, los participantes habrían alcanzado a leer en menos de una hora la misma
información que la escuchada en seis horas con el método de exposición frontal tradicional.
Es cierto que la exposición asegura que “todos escucharon”, mientras que al leer no hay
Revista AulAbierta
evidencia del “traspaso” de información”. Pero “oír” no es lo mismo que “entender” y cada persona
requiere un tiempo diferente para aprehender la misma cantidad de información. Por eso, se
justifica usar otros métodos más efectivos, y ahorrar cinco horas de trabajo (escuchar), cuando los
participantes son serios, Es lo que descubrió hace 20 años Eric Mazur, Professor of Physics en la
Universidad de Harvard (lo cuenta en su sitio web http://mazur-www.harvard.edu/emdetails.php ) y
lo que encontró Aurelio Agustín hace 1700 años, cuando analizó el problema que presenta el uso
de palabras para que pueda aprender el que las oye y lo que describió con precisión en el Capítulo
XI de su De Magistro (Böhm y Schiefelbein, 2004,47).
56
Es probable que los docentes que supieron (por la prensa o colegas) que la Presidencia
usa el modelo frontal en sus reuniones de Gabinete –en especial ese 80% de profesores que
enseña con el modelo frontal en el nivel medio (Edwards et al, 1995) y, quizá, los académicos que
lo usan en la FID - consideren entonces que no tienen necesidad de cambiar su manera de
enseñar. Fue un mal ejemplo, que había permanecido ignorado por decisión de la prensa.
Artículos enviados a los dos periódicos --que dieron cuenta en 300 palabras del uso del
modelo frontal en la sesión del gabinete en enero de 2011 y de su efecto negativo en la FID y en la
manera de enseñar de los docentes-- no fueron publicados. Es posible que los editores (que
también estudiaron en un sistema de educación donde predomina el modelo frontal de enseñanza)
consideraran absurdo criticar la presentación de informes orales o que otros temas respondían
mejor al interés de los lectores y, entonces, no los publicaron. Cualesquiera que sea la causa no se
difundió la crítica al uso del modelo frontal tradicional.
La prensa es el único medio que tiene a su alcance un individuo que desea contribuir al
análisis de los problemas de la formación inicial de los docentes chilenos. En efecto, en los
espacios en los cuales se asignan las prioridades --altos niveles del Ministerio, comisiones
parlamentarias y centros de estudio-- sólo se participa por invitación (lo que limita la posible
crítica). Por lo tanto, la prensa influye en las políticas sobre formación inicial a través del control
ejercido sobre los puntos de vista expresados en relación a la FID tales como: (i) objetivos
prioritarios de la política educativa; (ii) temas relacionados con las remuneraciones y formas de
evaluación de los docentes o (iii) necesidad de consultar a especialistas de nivel mundial (no para
que decidan, pero para que al menos se escuchen opiniones de investigadores especializados
antes de tomar las decisiones finales).
En cambio, cada medio de prensa informa ampliamente sobre los resultados del Simce o la
PSU y genera un ranking sobre la supuesta calidad asociada a sus puntajes. El comentario del
ranking suele destacar el mal resultado de la educación municipal (nunca han presentado un
Revista AulAbierta
ranking de establecimientos para cada nivel socioeconómico de las familias, que sería la verdadera
causa de las diferencias). Es esta difusión de información estadísticamente distorsionada (es
probable que sea por falta de preparación en el análisis estadístico y que no haya premeditación),
la que ha generado el masivo traspaso de alumnos a la educación privada que ha ocurrido en los
últimos años y también ha afectado la FID como se comenta a continuación.
57
Para tener éxito en la PSU se necesita haber memorizado definiciones y ejercitado sus
aplicaciones, es decir, esta prueba mide los primeros niveles (los más simples) de la capacidad
cognitiva. Cada pregunta tiene una sola “respuesta correcta” y, de esta manera, define el
verdadero currículo de la enseñanza media (lo que se “instruye” en liceos y colegios). Saber recitar
las respuestas correctas asegura un buen puntaje del alumno y una buena ubicación en el ranking
de puntajes de los establecimientos, pero no estimula su iniciativa o la capacidad de generar
nuevas ideas (Powell, 2011).
Cuatro ejemplos de preguntas ilustran la memorización de definiciones que exige la PSU. En una
se pide decidir si “el parto del acero” es hipérbaton, hipérbole, imagen o paradoja. En otra, se
pregunta si la “acción de un personaje” corresponde a un episodio, escena, aparte o mutis teatral.
En un tercer caso se ha pedido precisar si la “función predominante” es referencial, apelativa,
afectiva o poética. También se ha pedido indicar si en un verso la expresión “verde prado” es
metáfora, epíteto, hipérbole o antítesis. Acertar con la respuesta correcta requiere memorizar la
definición de cada término técnico, es decir, una habilidad intelectual menor.
Preguntas sobre “vocabulario” y “plan de redacción” ilustran las limitaciones generadas por el
supuesto de que sólo existe una respuesta correcta. De cuatro palabras que se ofrecen como
alternativas (incursiones, expediciones, travesías o navegaciones), sólo una puede reemplazar a
“Exploraciones”. También se pide ordenar en un texto coherente cinco ideas expresadas en
breves frases y se supone que sólo existe “un orden correcto”. Por ende, hay que encontrarlo y
desechar las alternativas (y la capacidad de encontrar explicaciones diferentes o crear
interpretaciones alternativas). Hay que acertar, en otra pregunta, que el “estricto director” usará un
lenguaje “formal-culto”. Además, que “un recurso verbal afectivo para reforzar la argumentación” es
uno de los tres argumentos que presenta el personaje, pero no lo es el “Vamos Felipe” que
precede a los argumentos.
Revista AulAbierta
En resumen, el currículo definido por la Prueba de Lenguaje y Comunicación de la PSU enfatizaría
una tecnología del lenguaje, por encima de la comunicación humana, la capacidad de crear
modelos explicativos alternativos o el actualizarse como persona. Las competencias requeridas
para contestar correctamente las preguntas de la PSU son similares a las que se exigían en las
pruebas de botánica a mediados del siglo pasado. Para sacarse una buena nota había que saber
de memoria que el lirio era una angiosperma monocotiledónea. Ese conocimiento no influyó en
nuestro desarrollo personal, pero obtuvimos una buena nota.
58
En la medida que el ingreso a las carreras en que se forman los docentes depende de esta prueba,
sus objetivos condicionarían la selección de los futuros maestros y, probablemente, la forma en
que opera la FID misma. Si es así, se estaría formando docentes capaces de clasificar diversos
tipos de textos, más que entender sus mensajes o generar textos para informar, solicitar, invitar o
cualquier otro objetivo. No sería el objetivo prioritario lograr que el futuro maestro pueda expresar
con precisión sus ideas, dificultades o hallazgos, sino que pueda identificar si el recurso literario
que emplea es: montaje, anáfora, polisemia, intertextualidad o impertinencia predicativa. Esta
insistencia en la memorización podría explicar que los recursos entregados para fortalecer la
calidad de la FID sólo habrían generado cambios de los contenidos y aumentar las horas de
práctica, pero que no habrían mejorado los procesos de formación que ocurren en las aulas.
En nuestras universidades dictan clases profesores que fueron buenos alumnos en sus
carreras profesionales, pero un 80% de los profesores universitarios (90% en el caso de los
pedagógicos) carece de estudios doctorales y, por ende, no suelen investigar ni leer los resultados
de las nuevas investigaciones que se realizan en el mundo (como se ilustrará con el caso descrito
en el punto siguiente). Los profesores universitarios preparan a sus alumnos, preferentemente,
mediante conferencias y el método frontal de enseñanza (dirigido a un alumno que suele estar algo
por debajo del promedio). Suelen señalar que se esfuerzan en “trasmitir” los conocimientos aunque
Aurelio Agustín demostró que era difícil enseñar con palabras (Bohm y Schiefelbein, 2004,47) y
Paulo Freire (1970) condenó la “pedagogía bancaria”. La biología del cerebro ha confirmado que
todo “nuevo conocimiento” implica relacionar un nuevo estímulo externo con ciertos conocimientos
previos (ya almacenados); el resultado es una construcción personal que se acumula en una nueva
conexión entre las diversas neuronas involucradas. Si bien no hay posibilidad alguna de “trasmitir”
conocimientos, la imagen social del maestro se mantiene asociada con el método frontal e influye
para que la pedagogía bancaria predomine en las salas de clases del país (Edwards et al, 1995).
El predominio de la enseñanza frontal explica que una de las sugerencias del informe
Revista AulAbierta
Brunner (1994) fuera “mejorar la formación de los docentes” (junto con preparar buenos textos y
ampliar la jornada de estudios). En 1996 se destinó un fondo de US$25 millones para el
Fortalecimiento de la Formación Inicial Docente (FFID), que se adjudicó a 17 instituciones (en
función de su tamaño y los requerimientos de cada proyecto) después de un proceso de evaluación
y adjudicación que duró un año. Los proyectos se realizaron en un período de cuatro años (Avalos,
2001).
59
En la enseñanza de la lectura en Chile han predominado las ideas de una gran educadora
argentino-mexicana, Emilia Ferreiro (2000), que ha sido capaz de enseñar a cualquier niño, pero
Revista AulAbierta
que propuso usar el método de “palabra completa” cuya aplicación masiva requeriría que los niños
hubieran sido bien estimulados en sus primeros años de vida a fin de “estar preparados (tener el
desarrollo previo necesario) para aprender a leer”. En cambio, desde mediados de los años 60 la
investigación mundial “había encontrado que los programas de lectura fonética sistemática tenían
ventajas substanciales y consistentes --para reconocer palabras, deletrear, vocabulario y
comprender la lectura--, por lo menos hasta el tercer grado de primaria. Además, la ventaja de la
lectura fonética sistemática era tan grande, y quizá mayor, para los niños de niveles
socioeconómicos más bajos” (Snow et al, 1998,173).
60
6. Textos no evaluados (con alumnos) y el mito del profesor creativo (sin materiales
probados)
El comentarista casual del sistema de educación suele aceptar ciertos mitos populares;
confundir creatividad con improvisación y, por supuesto, desconocer los métodos más efectivos
Revista AulAbierta
para aprender. Por ejemplo, espera que el buen profesor prepare cada clase (y los materiales
correspondientes) tal como el artista crea su obra de arte y supone que cada grupo de alumnos es
completamente diferente. También suele aceptar un tercer mito: el libro de texto (o el libro de
aprendizaje) coartaría el proceso de creación y llevaría al profesor a caer en la rutina.
No sabe que sus supuestos son incompatibles con el tiempo (y las competencias
profesionales) que exige diseñar y evaluar una sesión de aprendizaje, ni que dependen de si se
habla de instruir (en conocimientos o habilidades) o de formar (en actitudes y valores). Basta
pensar en las dos o tres horas que requeriría (por lo menos) diseñar “una” hora de clases, para
61
concluir que no es posible que el docente prepare “cada” clase (especialmente cuando realiza seis
sesiones cada día) con el cuidado que pone el escultor al preparar su obra de arte (Schiefelbein et
al, 2007). Solo es posible (y necesario) esperar una “ejecución magistral” de un buen libreto de
clases (tal como Claudio Arrau ejecutaba las partituras de los Cinco Conciertos para Piano y
Orquesta de Beethoven o un médico sigue los lineamientos del Manual de Procedimiento de
Cirugía cuando opera un apéndice) incluyendo las reacciones profesionales adecuadas frente al
grado de avance del aprendizaje de cada alumno “durante” la sesión.
Para refutar el mito del profesor creativo Gerald (Jerry) Lesser, profesor de Educación y de
Psicología del Desarrollo en Harvard de la educación (HGSE), desarrolló la famosa serie de PBS
“Sesame Street” (Plaza Sésamo). Durante sus 30 años en HGSE él fue presidente del Consejo
Asesor de esa serie y aseguró su éxito, como experiencia de aprendizaje, gracias a una continua
evaluación (con niños) de su impacto (Lesser, 1974). Gracias a esa cuidadosa evaluación de cada
segmento de Sesame St., el programa ha tenido éxito en evaluaciones realizadas en muchos
países con niños de culturas muy diversas (Fish y Truglio, 2001,61). Un enfoque similar se ha
ensayado en la enseñanza formal con el modelo “mastery learning” (aprendizaje para el dominio)
impulsado especialmente por Bloom (1971).
El mito establece, en cambio, que cada maestro debe (y puede) crear, sin ayuda de otros
profesionales, todos los instrumentos necesarios para generar situaciones de aprendizaje efectivas
(algo que sería absurdo en cualquiera otra profesión u oficio). Este mito ha limitado el acceso del
futuro maestro a la experiencia acumulada, no estimula los intercambios profesionales y restringió
(hasta los años 70 en que la investigación mostró lo contrario) la distribución de textos, guiones o
libretos a los alumnos. Más aún, ha impedido hasta ahora evaluar el impacto de los textos que se
distribuyen y que la FID se preocupe de evaluar los diseños de las clases que se implementan en
las prácticas.
Las modalidades “informales” han complementado las “formales” para mantener en la FID
el predominio del modelo frontal de enseñanza (que se diseña para un “alumno representativo del
Revista AulAbierta
curso” y luego se aplica por igual a todos los alumnos de ese curso). Como el talento, aptitud o
capacidad para aprender está distribuido normalmente, aquellos los alumnos cuya capacidad
queda por debajo del nivel exigido en la clase frontal aprenderán menos del mínimo necesario para
continuar aprendiendo en la clase siguiente (Flechsig y Schiefelbein, 2003). Esto explicaría (en
parte) el que un 50% de los alumnos de 4º grado no entienda lo que lee, según los datos del Simce
(Schiefelbein, 2006).
62
Revista AulAbierta
64
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Revista AulAbierta
67
CRISTIÁN COX
Director de Centro de Estudios de Políticas y Prácticas de Educación CEPPE
Director de Postgrado de Educación Universidad Católica de Chile
Correo electrónico: ccoxn@uc.cl
RESUMEN
Entre el año 2000 y el año 2008, el número de carreras de educación aumentó de 249 a
738, y la matrícula del sector pasó de 35 mil a 92 mil alumnos. Esto, sin que haya habido aumentos
en la matrícula del sistema escolar (al contrario, como se sabe, ésta ha comenzado a disminuir por
factores demográficos).
La matrícula total creció en 220%, aumento que en términos institucionales tiene por
principal causal el notable incremento en la oferta de programas y expansión de matrículas de las
universidades privadas. Tanto en magnitud como en el ritmo de crecimiento, entre 2000 y 2008 son
éstas las que lideran el dinamismo de la oferta en términos de aumento de los programas y de la
matrícula. Las universidades privadas multiplican su oferta de programas por un factor de 8 en el
caso de las carreras de educación básica y por un factor de 17 en el caso de las carreras de
educación media, mientras las universidades del Consejo de Rectores lo hacen por un factor de 2
en el primer caso, y aumentan sólo en un 19.8% su oferta en el caso de las carreras de educación
media. (Columnas 1 a 3 en el Cuadro 1). Algo equivalente ocurre con la expansión de la matrícula.
La matrícula total de las universidades privadas aumentan en 812.6% en las carreras de educación
básica (contra 174% de las universidades del Consejo de Rectores), y 940% en el caso de las
carreras de profesores para la educación media (contra 74.7% de aumento en las universidades
del CRUCH) (última columna en Cuadro 1).
Revista AulAbierta
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Cuadro 1
Evolución de matrícula, instituciones y programas de formación de profesores según tipo de
institución formadora, 2000-2008.
Programas Instituciones Matrícula Total
Variación Variación Variación
2000 2008 % 2000 2008 % 2000 2008 %
U. Tradicional 19 42 121.1% 14 17 21.4% 3278 8994 174.4%
Educación U.Privada 14 117 735.7% 10 27 170.0% 1259 11490 812.6%
Básica Intituto
Profesional 11 18 63.6% 6 6 0.0% 1335 2540 90.3%
Total Básica 44 177 302.3% 30 50 66.7% 5.872 23.024 292.1%
U. Tradicional 116 139 19.8% 21 21 0.0% 14083 24607 74.7%
Educación U.Privada 12 208 1633.3% 3 24 700.0% 2296 23895 940.7%
Media Intituto
Profesional 9 40 344.4% 3 5 66.7% 525 1349 157.0%
Total Media 137 387 182.5% 27 50 85.2% 16.904 49.851 194.9%
U. Tradicional 17 34 100.0% 17 18 5.9% 3711 4394 18.4%
Educación U.Privada 20 71 255.0% 15 24 60.0% 3681 5352 45.4%
parvularia Intituto
Profesional 12 24 100.0% 10 11 10.0% 2283 3751 64.3%
Total Párvulo 49 129 163.3% 42 53 26.2% 9.675 13.497 39.5%
U. Tradicional 11 13 18.2% 7 9 28.6% 2120 2214 4.4%
Educación U.Privada 6 28 366.7% 3 9 200.0% 968 2998 209.7%
diferencial Intituto
Profesional 2 4 100.0% 3 5 66.7% 169 580 243.2%
Total Diferencial 19 45 136.8% 13 23 76.9% 3.257 5.792 77.8%
TOTAL SISTEMA FID (*) 249 738 196.39% 39 60 53.8% 35.708 92.164 220.0%
Fuente: Elaboración CEPPE, 2010, sobre base de datos INDICE del Consejo Superior de Educación.
(*) En la base de datos INDICE del CSE, el total para el Área Educación en 2008 suma 109.093 estudiantes
(un 15,7% más que nuestra cifra) porque incluye la matrícula de 26 programas que no corresponden a
docencia escolar y que no hemos considerado, como, ‘ciencias del deporte y actividad física’, ‘coreografía y
pedagogía en danza-teatro’, ‘entrenador profesional de fútbol’, ‘gestión en educación social’, ‘técnico nivel
superior educador social’, etc.
El mayor crecimiento de la matrícula en el periodo 2000 – 2008 se verifica en las Revista AulAbierta
instituciones de escasa (alumnado con menos de 550 puntos promedio en PSU) o nula selectividad
(sin exigencia de puntaje PSU) y que ofrecen mayores oportunidades de crédito: 566.3% de
incremento, según se puede observar en la fila BS-AC del Cuadro 2 siguiente. Asimismo, es en
esta misma categoría de instituciones, donde se observa el mayor crecimiento del número de
programas entre 2000 y 2008: 593%. Si se estima la proporción de programas correspondientes a
instituciones selectivas por sobre el total de programas, en el año 2000, ésta alcanzaba al 22.7%
de los mismos, mientras que en 2008 su importancia relativa cae a un 9 % del total de programas.
Los mismos indicadores ahora con respecto al financiamiento permiten observar que el número de
70
programas con altas oportunidades de financiamiento pasó de representar el 47% del total en el
año 2000 a un 61% en el año 2008.
Cuadro 2
Fuente: Elaboración CEPPE, 2010, sobre base de datos INDICE del Consejo Superior de Educación.
Si se tiene presente el concepto divulgado por el Informe McKinsey de 2007, de que es crucial
seleccionar a quienes entran a estudiar para ser profesor, importa destacar que el 84.6% de la
matrícula de Pedagogía Básica en 2008 pertenece a instituciones de escasa o nula selectividad,
(como se puede inferir de los datos de la penúltima columna en el Cuadro 2).
Las cifras del Cuadro 1 no contemplan la matrícula de los llamados programas especiales
y/ o de regularización de pedagogía, originalmente destinados a profesores en ejercicio que no
tenían su título, pero que luego se ampliaron a egresados de la educación media, que no exigen la Revista AulAbierta
prueba PSU como requisito de ingreso, y consistentes en modalidades de formación semi-
presencial, a distancia, o presencial con clases sólo algunos días de la semana y en períodos de
vacaciones. Se trata de un área ‘en la sombra’ de la institucionalidad de formación de profesores,
que creció entre 1995 y 2007 en forma que hizo reaccionar al MINEDUC intentando clausurarla, y
que representa una vía de acceso a la profesión de especial precariedad, que desde ningún punto
de vista corresponde al nivel educacional del país.
71
Total estimado de su matrícula en 2005: 16.000 alumnos; Total estimado en 2007, luego
de presión MINEDUC por su cierre: 12.000 alumnos. (Rufinelli y Sepúlveda, 2005; Rufinelli y Rojas,
2007).
Los dos estudios empíricos existentes sobre este ámbito convergen sobre la magnitud de
la presencia de este tipo de profesores en la educación básica: entre un 12 y un 14%, del
profesorado en ejercicio en el nivel en 2005-2006, tuvo una formación ‘presencial en algunos días,
y vacaciones’ o ‘semi-presencial y a distancia’ (Telias y Valenzuela, 2008; Ortúzar, Flores, Milesi,
Cox, 2009)
Egresados de programas regulares con más bajos resultados en pruebas INICIA,, tienen mayor
presencia en las escuelas de nivel socio-económico bajo.
Revista AulAbierta
72
Gráfico 1
Acreditación y
exámenes con Panel
consecuencias Asesor
Marco
regulatorio Consejo
y exámenes
Asesor
habilitación con
consecuencias
Presidencial
Especialización
disciplinaria; y Comisión
uso de Rectores y
estándares decanos
orientadores
Diagnós-
OCDE
OCDE
tico crítico
El Ministro de Educación del Gobierno inaugurado en marzo de 2010, Joaquín Lavín, convocó
en mayo de ese año a un panel de expertos y ex– autoridades gubernamentales en educación, a
los que les encomendó la misión específica de elaborar un diagnóstico y propuestas sobre una
carrera docente, así como sobre la educación municipal.
En su primer informe, esta tercera instancia pública en cinco años, de deliberación y acuerdo
sobre cambios en la formación de profesores, explicita un conjunto de propuestas sobre formación
inicial de docentes, que condensan los consensos alcanzados en el campo educativo sobre la
materia. Las propuestas definen lo que equivale al marco regulatorio para la formación de
profesores demandado por la mayoría del Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Revista AulAbierta
Educación de 2006, con instrumentos de carácter nacional de ‘altas consecuencias’. Formulación
que completa un ciclo de cinco años de elaboración de una visión políticamente transversal, sobre
los principales desafíos y respuestas de políticas requeridas en este ámbito.
Las propuestas expuestas en el primer informe del Panel Asesor, definen lo que equivale al
marco regulatorio para la formación de profesores especificando instrumentos de carácter nacional
y de ‘altas consecuencias’:
73
• Altas consecuencias para los programas de estudios que obtengan menos de cuatro años
de acreditación en dos ocasiones consecutivas: la carrera quedaría impedida de impartirse.
-Obligatoriedad de aprobar un examen de habilitación para poder enseñar en la educación
subvencionada por el Estado.
• Las instituciones formadoras deberán hacerse cargo de la nivelación de sus egresados que
habiendo reprobado el examen de habilitación aspiren a rendirlo por una segunda vez.
• Apoyo y financiamiento para las facultades con 4 años o más de acreditación para renovar
su planta de académicos, consolidar redes de escuelas y liceos, lo cual sería requisito para
acreditarse y fomento a los cambios curriculares requeridos para cumplir con los
estándares nacionales obligatorios que el Estado hará exigibles a quienes hayan
completado su formación en pedagogía.
El eje vertical dimensiona la ‘intensidad’ de los cambios propuestos: desde una posición que
se puede hacer equivaler a ‘0’, correspondiente a ‘diagnóstico’, a propuestas que se ordenan de
menor a mayor impacto en términos de exigencias y consecuencias conforme han transcurrido los
años. El crescendo en términos de ‘consecuencias’ de las propuestas es claro: la OCDE
32
diagnostica problemas sin proponer cursos de acción ; la Comisión de 2005 es ‘interna’ a la
institucionalidad formadora de profesores y centra sus propuestas de cambio en la necesidad de la
especialización disciplinaria de los profesores de básica, y el uso de estándares como
orientaciones para el currículum de las instituciones; el Consejo Asesor Presidencial de 2006, que
reúne actores externos al campo de las instituciones formadoras con actores internos a éstas,
propone cambios con consecuencias –la habilitación obligatoria de egresados a través de
exámenes, aunque, como se refirió, esto no obtiene consenso; estas mismas ideas de regulación
Revista AulAbierta
se agudizan en las propuestas, cuatro años después y un cambio de gobierno mediante, del Panel
Asesor, que agrega a la obligatoriedad de la habilitación basada en exámenes referidos a
estándares, el cierre de carreras que no obtengan su acreditación.
32
Los términos de la petición del Ministerio de Educación de la época a la OCDE no incluían que ésta hiciera propuestas de
políticas: sólo diagnóstico y evaluación de las políticas de los Noventa. (Cfr. OCDE, 2004).
74
El proyecto.
• Asignación de excelencia pedagógica inicial a los que hayan tenido resultados destacados
en el examen.
• “Sin perjuicio (de lo anterior) sólo tendrán derecho a las asignaciones mencionadas
quienes superen el puntaje mínimo que para cada tramo determine el Ministerio de
Educación de acuerdo al reglamento a que se refiere el inciso final del art. 8°” (art.7)
33
Ver, Presidencia de la República, Mensaje de S.E. el Presidente de la República N° 370/358, al Presidente del Senado.
Santiago, Octubre 27, 2010
75
34
mínimo necesario de competencias de los docentes. En el estado actual de la institucionalidad de
formación de profesores –que, como se evidenció en la sección 1, ha mostrado nula capacidad de
auto-regulación respecto a estándares de calidad mínimos sobre ingreso y egreso de sus alumnos-
es absolutamente esencial establecer tal vara mínima, velando por que en el futuro no haya
ninguna sala de clases del país a cargo de un profesional sin la preparación adecuada para ello. El
establecer la vara tendría efectos inmediatos sobre el mercado de la FID, informando tanto a la
demanda como a la oferta de un parámetro ordenador, de altas consecuencias.
Es necesario entonces, que el examen tenga un puntaje mínimo de aprobación y que éste será
informado a los que lo rindan en forma privada; mientras que la proporción de los que aprueben y
35
reprueben por institución, será parte de la información pública sobre los resultados.
Nótese que con esto no se está prohibiendo (normativamente) habilitar para la enseñanza a
alguien que no haya aprobado el examen, y no se cae por tanto en el riesgo de inconstitucionalidad
o de juicios de particulares contra el examen o las instituciones formadoras. En cambio, cada
sostenedor podrá exigir saber el puntaje de los que postulan a su establecimiento, y si el candidato
36
aprobó o no el examen.
Lo señalado exige construcción técnica afinada, y acuerdo amplio (Consejo Nacional de
Educación), sobre cuál es punto de corte entre aprobación o reprobación del examen, mismo que
debería variar con el tiempo (al alza).
El proyecto de ley plantea que el examen sólo será sobre conocimientos disciplinarios,
dejando fuera las competencias pedagógicas.
Esto, que se funda en la aprehensión de que ‘la pedagogía no es evaluable’, como también
en que este tipo de conocimiento-habilidades es objeto permanente de disputas ideológicas, deja
34
Es relevante aquí hacer una analogía con el sistema nacional de evaluación de logros de aprendizaje a nivel escolar
(SIMCE), que no solo informa los puntajes promedio de cada escuela sino el porcentaje de estudiantes que no logra los
Revista AulAbierta
niveles mínimos esperados. El proyecto de ley de Aseguramiento de la Calidad del Sistema Escolar que está en discusión
en el Congreso, incluso establece un plazo después del cual las escuelas que no logran superar los estándares de
aprendizaje esperados serán cerradas. Resulta paradojal que el sistema de rendición de cuentas sea justamente severo en
el caso de los establecimientos escolares del país, y laxo respecto a las competencias mínimas a alcanzar por los nuevos
profesionales del sector, dignos de la fe pública del caso, y por las que debiera velar tanto el sistema de aseguramiento
como cada institución formadora de los profesores.
35
Las evaluaciones existentes desde 2004 del profesorado en ejercicio –Docente Más (todo el profesorado municipal en
forma obligatoria) y la evaluación para el pago de la Asignación de Excelencia Pedagógica (AEP), reportan resultados por
tramos y ambas tienen la categoría Insatisfactorio – que equivale a ‘no pasar’, y que tiene consecuencias-.
36
El proyecto del Gobierno se inhibió respecto a establecer una vara mínima y transformar el examen en una de
‘habilitación’ para la docencia, por riesgo de complicaciones legales, en el sentido de juicios de estudiantes de programas
acreditados, de instituciones acreditadas por el Estado, que al cabo de 4 o 5 años de carrera los egresan y titulan, y que un
examen estatal los deja impedidos de ejercer su profesión. La verdad es que el riesgo es más serio: que el proyecto de ley
sea declarado inconstitucional por atentar contra un derecho.
76
Por lo argumentado, es del todo necesario que el examen sea tanto sobre conocimientos
disciplinarios como conocimientos y criterios pedagógicos. Esta segunda dimensión de lo evaluado
es parte esencial de las pruebas de calificación-habilitación de profesores en países de la OCDE;
fue parte del estudio TEDS, y este año fue parte de las pruebas INICIA en forma piloto. El restringir
el examen sólo a conocimientos disciplinarios es un retroceso respecto a lo que el sistema ya tiene
elaborado y maneja.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Ortúzar, Ma. S., C.Flores, C.Milesi, C.Cox (2009), Aspectos de la formación inicial
docente y su influencia en el rendimiento académico de los alumnos, en I.Irarrazaval, E.Puga,
M.Letelier (editores) Camino al Bicentenario.Propuestas para Chile. Santiago: PUC-Concurso de
Políticas Públicas 2009.
Revista AulAbierta
Ruffinelli A., Sepúlveda L. (2005). Sistematización de la Oferta de Programas
Especiales de Pedagogía en Educación Básica de las Instituciones de Educación Superior
Chilenas. Santiago: CIDE, Universidad Alberto Hurtado, CPEIP.
Telias A., J.P.Valenzuela (2008) Caracterización laboral de los docentes de educación básica con
estudios superiores no tradicionales, mimeo, Núcleo Iniciativa Científica Milenio, Universidad de
Chile. (Trabajo presentado al Encuentro Nacional de Investigadores en Educación, ENIN,
Concepción, 2008).
77
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