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RESUMEN PONENCIA.

IMPROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE NULIDAD DE DERECHO PÚBLICO RESPECTO DE


ACTOS JURISDICCIONALES

Rodrigo Díaz de Valdés Balbontín


Profesor Derecho Constitucional
Facultad de Derecho
Pontificia Universidad Católica de Chile

1.- Nulidad de Derecho Público como Base del Estado de Derecho.. La nulidad de derecho público es una
realidad no cuestionada. La jurisprudencia y la doctrina admite la existencia de la acción de nulidad de
derecho público como base de nuestro Estado de Derecho, donde el juez reconoce, declara o constata,
para mayor certeza y seguridad jurídica del afectado y terceros, la nulidad ipso iure a que se hacen
acreedores los actos administrativos que infringen el Principio de Legalidad o Juridicidad consagrado en
el artículo 6° y 7° de la Constitución Política de la República (“CPR”)1.

2.- Principio de Competencia. El haz de atribuciones conferido por el ordenamiento jurídico a un órgano
estatal, el Tribunal Constitucional lo ha denominado Principio de Competencia. En virtud de él, se
asegura la vigencia y aplicación de otro principio cardinal, cual es, el de Separación de Funciones entre
los entes públicos, sin perjuicio de los controles recíprocos previstos entre ellos2.
Menester resulta comprender claramente que el Principio de Competencia abarca la habilitación del
órgano investido de ella para efectuar la interpretación y aplicación que, entro del espíritu, texto y
contexto de la CPR y las Leyes, sea la más adecuada a la finalidad prevista.
El Principio de Competencia es una cualidad de los actos administrativos, ineludible para llevar el
ordenamiento a la práctica ante la variabilidad de los casos a los que ha de ser aplicado, todo respetando
no sólo la competencia, sino que los demás requisitos de validez.
Expuesto lo anterior, resulta nítido el sentido y alcance del artículo 7° inciso final, en cuanto a que todo

1 La nulidad de derecho público sería procedente únicamente cuando el órgano del Estado que dictó el acto de autoridad
impugnado: (a) Carece de investidura formal; (b) Actuó fuera de sus competencias legales; o bien (c) No respetó las
formalidades prescritas por la ley.
2 José Luís Cea Egaña. Sistema Constitucional de Chile. Síntesis Critica, 1999, pagina 197

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acto, cualquiera sea el órgano estatal del que emane, que contravenga en sustancia o formalidad lo
preceptuado por el Principio de Legalidad, es nulo o anulable3.

3.- Tribunal competente para conocer de la Acción de Nulidad de Derecho Público. Los tribunales
ordinarios tienen hoy plena competencia para conocer de los asuntos “contencioso-administrativos”, entre
ellos, claro está, la nulidad de derecho público de los actos administrativos en infracción al artículo 7°
CPR. Precisamente, a propósito de la jurisdicción que les asiste a los tribunales integrantes del Poder
Judicial para conocer de la acción de nulidad de derecho público, menester es recordar que ello quedó
claramente establecido tras la reforma constitucional del año 1989 (Ley N° 18.825), al suprimirse de
artículo 38 inciso segundo de la CPR la frase que hacía referencia a los tribunales “contencioso
administrativo”4.

3 Confirmado cabalmente el alcance y significado que cabe conferir a la nulidad de Derecho Público, se encuentra la historia
fidedigna del precepto. “(…) El señor Guzmán considera (…) cuáles son los requisitos de validez (…) y plantea la necesidad
de dejar salvada la posibilidad de la desviación de poder. (…) Se trata, entonces, de establecer algunos requisitos para evitar
la posibilidad de la desviación de poder (…) El señor Silva Bascuñan estima que (…) la inquietud del señor Guzmán se
relaciona con otro aspecto: si acaso el poder o el órgano se salta los objetivos esenciales para los cuales está consagrado; si
el órgano infringe los fines sustantivos del Estado; si el órgano por ejemplo, dentro de un acto perfectamente válido hace una
gran estupidez o realiza una profunda desviación de poder, se generan, más que actos nulos, actos en los cuales se incurre en
una responsabilidad, porque puede ser perfectamente válido un acto que contenga un disparate o un abuso de poder (…) La
desviación de poder se produce cuando el aparato jurídico positivo, que debe tener una tenacidad instrumental y eficaz
propia, se lo usa para fines y objetivos para los cuales no está consagrado (…) pero cuando se reconoce la validez formal del
acto, la validez jurídica del acto, no se está dando una patente de sanidad respecto del error que contenga el acto o el abuso
que él implique.
El señor Lorca expresa que si se pretende establecer todo un sistema de nulidades de Derecho Público y si la desviación de
poder produce, en el fondo, una nulidad, sería conveniente consultar una preceptiva constitucional en el sentido de sancionar
aquella situación en la cual el gobernante, a pesar de actuar dentro de su competencia y de las formalidades legales, está
desviando el poder hacia un objetivo que no corresponde (…).
(…) El señor Silva Bascuñan comprende (…), que se pueden distinguir, en principio, tres aspectos que están íntimamente
vinculados: 1° La competencia; 2° El objetivo; y 3° La finalidad. Evidentemente la competencia es sólo el instrumento o
conjunto de atribuciones para realizar alguna tarea específica (…). Pero, estima que puede distinguirse claramente el
objetivo, que es por su naturaleza perfectamente tangible y susceptible de apreciar, de la finalidad, con lo cual se lograría,
por ese camino, por lo menos, a conocer el verdadero alcance del objetivo del acto (…)” Actas de la Comisión de Estudio de
la Nueva Constitución, sesión 50ª, página 3.
4 El propio el Tribunal Constitucional, en sentencia de fecha 20 de Septiembre de 1989, refiriéndose expresamente al control
sobre la Administración del Estado señaló que éste puede ser “de carácter jurisdiccional, que ejercen los tribunales
ordinarios de justicia, no sólo cuando conocen del recurso de protección destinado a preservar determinadas garantías
constitucionales, sino, también, -de acuerdo a la modificación que se introdujo al artículo 38 de la Carta- del reclamo de toda
persona que se considere lesionada en sus derechos por la Administración del Estado” (Revista de Derecho y Jurisprudencia
N° 86 (1989) 2.6, página 40)
En este mismo sentido se han pronunciado nuestros tribunales superiores de justicia, al establecer como jurisprudencia
uniforme en la materia: “Que la plena jurisdicción de la judicatura común en materias como la aquí decidida ha sido
reconocida, con el carácter de rasgo esencial de nuestro Estado de Derecho, tanto por la jurisprudencia reiterada cuanto por
doctrina abundante, elementos a los cuales imperativo es agregar que tal reconocimiento corresponde, cabalmente, a la
intención o espíritu con que, según consta en la historia fidedigna respectiva, fue reformada la Constitución por la ley Nº
18.825 en 1989 al ser entonces suprimida, en los artículos 38 inciso 2º y 79 inciso 1º de su texto, la referencia a los tribunales

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4.- Legitimación Activa en la Nulidad de Derecho Público. Cualquier persona que sea lesionada en sus
derechos o en sus situaciones jurídicas protegidas, por actos irregulares de la Administración del Estado,
tiene derecho a impugnar la validez de los actos administrativos en sede judicial (arts. 19 N° 3 inc. inc. 1
y 38 inc. 2 CPR)5.

5.- Improcedencia de solicitar la Nulidad de Derecho Público de una Resolución Judicial. Premisa: Los
tribunales de justicia quedan afectos al Principio de Legalidad a través los mecanismos que el Derecho
Procesal entrega a los particulares para lograr su aplicación Argumentos. Argumentos.

(i) La nulidad recibe aplicación práctica en los distintos ámbitos de la vida jurídica en que ésta se
presente, según las reglas especiales que para cada caso establezca la ley. Por ejemplo, no obstante que la
nulidad civil y la procesal es una sola (consiste en la misma sanción y produce el mismo efecto), resulta
indudable que ambas se rigen por reglas diversas: la civil, por las normas del Código Civil, mientras que
la procesal, por las del Código de Procedimiento respectivo6.
(ii) Si se sostuviera que es posible entablar una acción de nulidad de derecho público en contra de una

administrativos y que permitía sostener, sin ignorar la solidez de la argumentación contraria, que dicho contencioso quedaba
substraído de la jurisdicción ordinaria, salvo ciertas y precisas excepciones, porque allí operaba una reserva legal en favor
de los tribunales administrativos. Hoy y de conformidad a lo explicado, tiene que ser desestimada aquella excepción de falta
de jurisdicción (…)” Gaceta Jurídica N° 169, página 68.
A mayor abundamiento, el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley Orgánica del Consejo de Defensa del Estado
(DFL Nº 1 del Ministerio de Hacienda 7 de agosto de 1993), dado por cierto lo anterior, señala como función de este órgano
del Estado, “la representación del Estado en todos los asuntos judiciales de naturaleza contencioso administrativo en que la
acción entablada tenga por objeto la anulación de un acto administrativo (...)” (art.3 Nº8).
Por otra parte, el artículo 99 del Código Orgánico de Tribunales, aludiendo claramente a lo expuesto, señala: “Corresponderá
a la Corte Suprema, mediante auto acordado, establecer cada dos años las materias de que conocerá cada una de las salas en
que ésta se divida, tanto en funcionamiento ordinario como extraordinario. Al efecto, especificará la o las salas que
conocerán de materias civiles, penales, constitucionales, contencioso administrativas, laborales, de menores, tributarias u
otras que el propio tribunal determine (…)”.
5 La sentencia ejecutoriada que reconozca la ilegalidad o arbitrariedad de un acto administrativo (o de una parte de él),
extinguirá sus efectos, completa y definitivamente. Se sigue de lo anterior que si un tribunal deja sin efecto un acto
administrativo, no se requiere de ninguna actividad posterior de los órganos de la Administración, salvo dejar constancia en
sus registros internos de esa circunstancia. Eduardo Soto Kloss, La nulidad de derecho público, en Informe Constitucional
Nº175 y Urbano Marín Vallejo, Aspectos de la Nulidad de Derecho Público. Cuadernos de Análisis Jurídicos. Seminario
Derecho Procesal, Universidad Diego Portales 2004, página 143.
6 Lo anterior es recogido por Arturo Alessandri Besa, quien explica que: “Si además de las disposiciones de los Códigos de
Procedimiento, que reglan la validez de los actos y resoluciones judiciales, hubieran de ser aplicadas a dichos actos y
resoluciones los principios y normas que constituyen el sistema de las nulidades en el Derecho Civil, se contrariarían
abiertamente la naturaleza y el propósito de la legislación procesal que, por los fines que está llamada a realizar, propende a
mantener la inmutabilidad de lo obrado y resuelto por el Poder Judicial”. Arturo Alessandri Besa, “La nulidad y la rescisión
en el Derecho Civil Chileno”, Imprenta Universitaria, Santiago, 1949, pág. 50.

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resolución judicial, se vulneraría el Principio no Avocabilidad, consagrado en el artículo 76 de la CPR y 8
del Código Orgánico de Tribunales, que prohíben, expresamente, revivir o revisar los fundamentos de los
procesos fenecidos, así como también, respecto de los procesos que se encuentran pendientes ante otro
tribunales. Se atentaría contra la finalidad misma de la jurisdicción, ésta es, solucionar un conflicto de
intereses de manera definitiva, sin posibilidad de ser revivido o revisado en su solución.
(iii) Conocido que la nulidad de derecho público, por su naturaleza misma, goza de las características de
insubsanable e imprescriptible, si fuere admisible este tipo de acciones en contra de resoluciones
judiciales, en especial, de sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas, jamás se podría poner termino a
los procesos pendientes. Se atentaría contra el Principio de Seguridad Jurídica7.
(iv) Los mecanismos que establece la ley procesal para solicitar la nulidad de un acto judicial deben ser
ejercidos dentro del mismo proceso en que tuvo lugar el acto impugnado y consisten: (a) En la
declaración de nulidad de oficio o a petición de parte, que contemplan los artículos 83, 84 y 85 del
Código de Procedimiento Civil; (b) En el Recurso de Casación en la Forma, el cual, por definición, es un
recurso que tiene por objeto anular una sentencia, aunque siempre dentro del procedimiento en que ésta
se dictó y en tanto que la misma no se encuentre firme y ejecutoriada; (c) El Recurso de Revisión; y,
excepcionalmente; (d) El Recurso de Queja.8, 9 y 10

7 En este sentido, ha señalado la Excma. Corte Suprema que “Al efecto, debe recordarse que una sentencia puede ser atacada
por la vía de la nulidad procesal, lo que como en forma reiterada lo ha decidido esta Corte Suprema, debe hacerse
precisamente en el mismo proceso en que se dictó el fallo, sin que sea lícito discutir su validez en un juicio diverso posterior”
Considerando quinto de la sentencia de 29 de agosto de 2000, en los autos rol 3408-1998. Del mismo modo, la Corte Suprema,
ratificando lo anterior, ha dicho que “La anulación de los actos que llevan a cabo los tribunales en ejercicio de la potestad
jurisdiccional del Estado, debe perseguirse a través de los medios que franquea la ley procesal” Considerando 8° de la
sentencia dictada en la causa rol 337-1198, de 10 de julio de 2001.
8 La Excma. Corte Suprema ha dicho “7º) Que aunque estas disposiciones [los artículos 6 y 7 de la Constitución], junto con
otras normas del ordenamiento vigente, enuncian el principio de legalidad a que debe someterse toda autoridad u órgano
estatal, y, entre ellos los que ejecutan la función jurisdiccional, las mismas no autorizan deducir una acción de nulidad en
contra de una resolución judicial; 8º) Que, efectivamente, la anulación de los actos que llevan a cabo los tribunales en
ejercicio de la potestad jurisdiccional del Estado, debe perseguirse a través de los medios que franquea la ley procesal y que,
sustancialmente, consisten en la declaración de nulidad de oficio o a petición de parte, que contemplan los artículos 83, 84 y
85 del Código de Procedimiento Civil, así como en los recursos de casación y revisión que regulan, respectivamente, los
Títulos XIX y XX del Libro III del mismo texto y las normas pertinentes del Código de Enjuiciamiento Penal, o bien,
excepcionalmente, por medio del ejercicio de las facultades disciplinarias de los Tribunales Superiores, conforme el artículo
545 del Código Orgánico de Tribunales; 9º) Que de esta suerte, de LA NULIDAD DE LOS ACTOS JURISDICCIONALES
PRONUNCIADOS CON INFRACCIÓN DEL ARTÍCULO 7º DE LA CONSTITUCIÓN VIGENTE, NO PODRÍA
RECLAMARSE, EN SU CASO, SINO POR LAS VÍAS QUE CONTEMPLAN DICHAS NORMAS PROCESALES, PUES EL
SISTEMA JURÍDICO NACIONAL NO ESTABLECE OTROS MEDIOS DE IMPUGNAR LOS DEFECTOS DE QUE PUEDEN
ADOLECER LOS PROCEDIMIENTOS JUDICIALES Y LOS VICIOS DE FORMA O DE ORDEN SUSTANTIVO QUE
PUEDEN AFECTAR LAS RESOLUCIONES DE LOS TRIBUNALES” Causa Rol 337-1198, sentencia pronunciada el 10 de
julio de 2001, considerandos 7° a 9°. Lo destacado es nuestro. En el mismo sentido, sentencia de la propia Excma. Corte
Suprema en los autos rol 3408-1998.
9 La HISTORIA FIDEDIGNA del establecimiento de la ley ratifica todo lo anteriormente expuesto. En efecto, el mensaje con

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EN CONCLUSION, NO ES POSIBLE ENTABLAR UNA ACCION DE NULIDAD DE
DERECHO PÚBLICO RESPECTO DE ACTOS JURISDICCIONALES.

que el Presidente de la República remitió al Congreso el proyecto del Código de Procedimiento Civil señala: "Terminan los
procedimientos especiales con el que debe servir para el recurso de casación en la forma y en el fondo. No difiere el primero
sustancialmente del actual recurso de nulidad, pero se ha procurado llenar los vacíos del actual y aclarar las dudas que en él
se notan. Se determinan los trámites cuya omisión da lugar al recurso, y se desconoce de un modo expreso la acción ordinaria
de nulidad para invalidar sentencias, no admitiéndose otro camino que el de la casación para lograr este resultado; en
obsequio a la brevedad de los procedimientos y al tranquilo goce de los derechos declarados en juicio" Destacado es nuestro.
10 El insigne constitucionalista don Alejandro Silva Bascuñán, al analizar en su “Tratado de Derecho Constitucional” la
aplicación del principio de juridicidad y la nulidad de derecho público, señala que “En la órbita que compete al Poder
Judicial, son principalmente los Códigos Orgánico de Tribunales y de Procedimiento Civil y Penal (…) los cuerpos
normativos que concretan los requisitos del artículo 7°. El régimen de nulidad procesal (…) está regulado en el artículo 83
del Código de Procedimiento Civil (…) Expedida la sentencia, proceden los recursos de casación dirigidos a anularla (…)”
Tratado de Derecho Constitucional, tomo IV, pág. 156, Ed. Jurídica de Chile, 1997.
El profesor Waldo Orúzar Lapitat, por otro lado, comentando un fallo de la Excma. Corte Suprema, en este mismo sentido,
escribe “Una sentencia puede ser atacada por la vía de la nulidad procesal, lo que como en forma reiterada ha decidido esta
Corte Suprema, debe hacerse precisamente en el mismo proceso en que se dictó el fallo, SIN QUE SEA LÍCITO DISCUTIR
SU VALIDEZ EN UN JUICIO DIVERSO POSTERIOR, porque tal debate importaría, en el fondo, que un recurso de casación
puede interponerse contra una resolución ejecutoriada”. Continúa el profesor Ortúzar diciendo que “Respecto del fallo
ejecutoriado que ha puesto término a un procedimiento jurisdiccional menos cabe entablar una acción de ‘nulidad de derecho
público’, como la intentada en estos autos, que se hace derivar, básicamente, del artículo 7° de la Constitución, que si bien
enuncia el principio de legalidad, al que también está sujeta la función jurisdiccional, no autoriza deducir una acción de
nulidad contra una resolución judicial en un procedimiento diverso de la causa en que ella se pronunció. La anulación de los
actos de los tribunales debe perseguirse a través de los medios que franquea la ley procesal (…) De tal modo, la nulidad de
los actos jurisdiccionales pronunciados con infracción del artículo 7° de la Constitución vigente, no podría reclamarse, sino
por las normas que franquean dichas normas procesales, ya que el sistema jurídico nacional no establece otros medios de
impugnar los defectos de que puedan adolecer los procedimientos judiciales o los vicios de forma o de orden sustantivo que
puedan afectar las resoluciones de los tribunales”. Informe Constitucional”, Informe N° 2.317, de 25 de septiembre de 2000,
pág. 6 y 7.
Don Patricio Muñoz Díaz, por su parte, en su informe titulado Doctrina Constitucional (II), Improcedencia de la nulidad de
derecho público contra actos jurisdiccionales, señala que “Así como la nulidad de derecho público está excluida del control de
constitucionalidad de las leyes, por la existencia de mecanismos de invalidación diversos y específicos, esta acción tampoco
resulta procedente para invalidar actos jurisdiccionales, respecto de los cuales existen medios propios de impugnación, a
través de los cuales el juez competente debe asegurar o cautelar el respeto de los principios de supremacía constitucional y
juridicidad, tales como las nulidades procesales, los recursos de queja, revisión, casación de forma y fondo e
inaplicabilidad”. Más adelante explica que “Sostener la procedencia de una acción general de nulidad de derecho público,
seguida por vía del procedimiento ordinario, para invalidar actos jurisdiccionales, además de constituir un grave error,
produce consecuencias absurdas e inconstitucionales” (…) “En efecto, si se sostiene que la nulidad de derecho público hecha
valer como acción, a través del procedimiento ordinario, procede en contra de resoluciones judiciales revestidas de cosa
juzgada, se estará violentando el concepto mismo de jurisdicción, reconocido y definido por el Tribunal Constitucional como
‘el poder deber que tienen los tribunales para conocer y resolver, por medio del proceso y con efecto de cosa juzgada, los
conflictos de intereses de relevancia jurídica que se promuevan en el orden temporal y dentro del territorio de la República”
Informe Constitucional”, Informe N° 2.495, de 25 de junio de 2001, pág. 1 y 2.

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