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Voces: AGRAVANTES ~ AUTORIA PENAL ~ COAUTORIA ~ CONCURSO DE DELITOS ~ CONCURSO

REAL DE DELITOS ~ PRIVACION ILEGITIMA DE LA LIBERTAD ~ ROBO CON ARMA ~ SECUESTRO


EXTORSIVO ~ TIPICIDAD
Tribunal: Cámara Nacional de Casación Penal, sala III(CNCasacionPenal)(SalaIII)
Fecha: 07/07/2008
Partes: Wiefling, Rodolfo Ariel y otro
Publicado en: La Ley Online;
Cita Online: AR/JUR/7122/2008

Hechos:
El Tribunal Oral en lo Criminal condenó a los imputados como coautores de los delitos de secuestro
extorsivo agravado por haberse obtenido el rescate, por el número de personas intervinientes y por haberse
utilizado armas de fuego, privación ilegal de la libertad agravada por haberse cometido mediante amenazas y
robo agravado por el uso de armas, en concurso real entre sí. La defensa interpuso recurso de casación. La
Cámara de Casación Penal confirmó la resolución impugnada manteniendo la forma del concurso establecida en
la sentencia, revocando la agravante del secuestro por el rescate obtenido y -por mayoría- manteniendo la
agravante por la participación de tres o más personas.

Sumarios:
1. Corresponde confirmar la resolución que estableció como agravante del delito de secuestro la cantidad de
sujetos intervinientes si, a través del testimonio de la víctima se ha demostrado que, además de los dos sujetos
condenados, habría tenido participación otra tercer persona.

Jurisprudencia Relacionada(*)
Ver Tambien
Cámara Nacional de Casación Penal, sala II, 05/12/2006, "Salinas, Gerardo D. y otra s/rec. de casación", LA LEY 03/05/2007,
4 - LA LEY 2007-C, 206.
(*) Información a la época del fallo

2. No procede aplicar la agravante prevista en el primer párrafo del art. 170 del Cód. Penal, si los autores no
lograron su propósito porque fueron seguidos en forma encubierta por personal policial, quien los interceptó
instantes después de haber recibido el pago del rescate, ocasión en la que las víctimas fueron liberadas y
recuperado el botín, pues para la aplicación de la agravante aludida debe verificarse que el sujeto activo pudiera
haber tenido disposición del dinero del rescate, aunque sea por un muy breve lapso.
3. La falta de poder de disposición del dinero obtenido como rescate después del secuestro de la víctima, habida
cuenta la inmediata intervención de los efectivos policiales, que lograron aprehender a los imputados, liberar a
los cautivos y recuperar íntegramente la suma en cuestión, impide tener por configurada la agravante contenida
en el primer párrafo del art. 170 del Cód. Penal (del voto del doctor Riggi).
4. Si se encuentran comprobados un primer suceso, en donde los agresores mediante amenazas con armas de
fuego, sustraen a la víctima sus pertenencias, luego un segundo hecho por el cual privan a ésta de su libertad
para obtener un rescate mediante tratativas con su hermano, y, finalmente, sucede un tercer hecho, que
comienza cuando el hermano de la víctima entrega el dinero y es privado de su libertad, con el objeto de
garantizar su huída, existe entre los delitos de secuestro extorsivo agravado por haberse obtenido el rescate, por
el número de personas intervinientes y por haberse utilizado armas de fuego, privación ilegal de la libertad
agravada por haberse cometido mediante amenazas y robo agravado por el uso de armas, pues se trata de
episodios ilícitos diferentes, con características distintivas de cada tipo penal involucrado.
5. Si bien la víctima refiere la participación de una tercera persona en el secuestro del cual fue sujeto pasivo,
resulta improcedente aplicar la agravante del número de personas intervinientes, si no queda claro cuál habría
sido puntualmente el aporte de ese tercer individuo en la comisión del delito, ya que su participación a través de
la amenaza telefónica que se le endilga, no reviste la trascendencia de tal magnitud como para aplicar la figura
agravada a los otros dos acusados (del voto en disidencia parcial de la doctora Ledesma).

Texto Completo: Buenos Aires, julio 7 de 2008.


La doctora Angela Ester Ledesma dijo:
PRIMERO:
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal n° 3 de San Martín, resolvió "III) CONDENAR a Rodolfo Ariel
Wiefling... a la pena de CATORCE AÑOS DE PRISION, ACCESORIAS LEGALES Y COSTAS, por
estimarlo co-autor material penalmente responsable de los delitos de SECUESTRO EXTORSIVO
AGRAVADO POR HABERSE OBTENIDO EL RESCATE, POR EL NUMERO DE PERSONAS
INTERVINIENTES Y POR HABERSE UTILIZADO ARMAS DE FUEGO, PRIVACION ILEGAL DE LA
LIBERTAD AGRAVADA POR HABERSE COMETIDO MEDIANTE AMENAZAS, Y ROBO AGRAVADO

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POR EL USO DE ARMAS; TODOS LOS CUALES CONCURREN MATERIALMENTE ENTRE SI
(artículos 5°, 12, 29, inciso 3°, 40, 41 bis, 45, 55, 142 inciso primero, 166 inciso 2° y párrafo primero — según
ley 25.882— 170 inciso 6to. — según ley 25.742— del Código Penal; 398, 399 y cc. del Código Procesal
Penal de la Nación). IV) CONDENAR a Iván Ismael Ramírez... a la pena de CATORCE AÑOS DE PRISION,
ACCESORIAS LEGALES Y COSTAS, por estimarlo co-autor material penalmente responsable de los delitos
de SECUESTRO EXTORSIVO AGRAVADO POR HABERSE OBTENIDO EL RESCATE, POR EL
NUMERO DE PERSONAS INTERVINIENTES Y POR HABERSE UTILIZADO ARMAS DE FUEGO,
PRIVACION ILEGAL DE LA LIBERTAD AGRAVADA POR HABERSE COMETIDO MEDIANTE
AMENAZAS, Y ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMAS; TODOS LOS CUALES CONCURREN
MATERIALMENTE ENTRE SI (artículos 5°, 12, 29, inciso 3°, 40, 41 bis, 45, 55, 142 inciso primero, 166
inciso 2° y párrafo primero — según ley 25.882— 170 inciso 6to. — según ley 25.742— del Código Penal;
398, 399 y cc. del Código Procesal Penal de la Nación)" — fs. 1149/1150 y 1159/1176 vta.— .
Contra este decisorio, interpuso recurso de casación el Sr. Defensor Oficial ad hoc, Dr. G. G. D. — fs.
1199/1208— , el que fue concedido a fs. 1214/1215 vta. y mantenido a fs. 1244.
SEGUNDO:
El impugnante, con invocación de las causales previstas en ambos incisos del art. 456 del código de rito,
expone los siguientes agravios.
a) En primer lugar, sostiene que en la sentencia criticada sólo se detalla la prueba reunida en la causa,
omitiéndose la realización de un examen armónico y razonado de dichas constancias, en violación de lo
preceptuado en los arts. 123 y 404 inc. 2° del código formal.
b) En segundo orden, aduce que los Sres. Magistrados aplicaron erróneamente la ley sustantiva,
argumentando que "la narración de las secuencias de la manera en que ocurrieron los hechos objeto de esta
investigación, relatada por los hermanos Lamanna y los imputados Wiefling y Ramírez durante el debate oral y
público, no escapa del delito de apoderamiento ilegítimo previsto y reprimido por el art. 164 del C.P.".
En virtud de tales motivos, solicita que se anule el fallo objetado y se remitan las actuaciones a otro tribunal
para su substanciación — art. 471 del C.P.P.N— o, que se case la resolución y se disponga una nueva
calificación legal, de acuerdo a la norma contenida en el art. 164 citado. Formula expresa reserva del caso
federal.
TERCERO:
a) Durante el término de oficina, se presenta el Sr. Fiscal ante esta Cámara, Dr. P. N. — a los fines
dispuestos en los arts. 465, primera parte y 466 del Código Procesal Penal de la Nación— quien afirma, en
substancia, que el tribunal valoró acertadamente — entre otras cosas— los testimonios brindados por los
damnificados Antonio y Francisco Lamanna y las actuaciones correspondientes a los informes sobre las
llamadas entrantes y salientes de los teléfonos celulares utilizados, de todo lo cual se desprenden necesariamente
las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que acaecieron los hechos y las acciones desplegadas por los
encausados, tal como se describen en la sentencia criticada.
Asimismo, asevera que fue correcta la calificación legal asignada en el fallo, indicando que "la figura de
delito extorsivo desde el punto de vista objetivo es similar al delito de privación ilegal de la libertad... Pero lo
que caracteriza a esta figura es un especial elemento subjetivo que guía al autor y que consiste en la finalidad de
obtener un rescate...", y que "el tipo se satisface simplemente cuando la víctima de extorsión se desprende de los
bienes que componen el precio reclamado...".
Culmina, señalando que "sólo basta recorrer paso a paso el hecho en cuestión, en primer lugar, mediante
amenazas y el empleo de armas de fuego le sustrajeron las pertenencias a Antonio Lamanna, luego a cambio de
su libertad los incusos le solicitaron a su hermano Francisco el pago de $ 6.000, y finalmente, con el dinero en
su poder, también lo privaron de la libertad al nombrado, por 'si viene la gorra', conforme su propio
testimonio...".
En consecuencia, postula el rechazo del recurso incoado por la defensa — fs. 1246/1249— .
b) En la misma ocasión procesal, la Sra. Defensora Oficial en esta instancia, Dra. D., sostiene — en esencia
— que en la causa se verifica un supuesto de concurso aparente de leyes, por el principio de consunción, en
tanto que "la privación de libertad de Antonio Lamanna por pocas horas y la de su hermano Francisco de
escasos minutos, fueron el medio utilizado por mis asistidos para la comisión del delito de robo que iniciaron al
verse frustrada la compra venta comercial de 'scrap'".
Por otro lado, critica la aplicación de las figuras agravadas por la obtención del rescate y la cantidad de
personas intervinientes. En relación al primer supuesto, aduce que sus asistidos no tuvieron la efectiva
posibilidad de disposición del dinero, en tanto que "fueron detenidos instantes después y a pocas cuadras de
recibir el dinero y siempre con una vigilancia adecuada sobre sus espaldas sin solución de continuidad"; y en
cuanto a la participación de una tercera persona en el suceso, asegura que no está comprobado tal extremo, y
además para que proceda la figura agravada acuñada en el inc. 6° del art. 170 del código de fondo, se debe

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verificar la existencia de una organización destinada a cometer delitos, en los términos legislados en el art. 210
del mismo cuerpo normativo.
Por último, considera que la sentencia en cuestión carece de motivación suficiente, dado que no se explicitan
las razones para arribar al veredicto de condena; por todo lo cual, requiere que se "case la sentencia conforme a
lo solicitado por la Defensa Oficial, disminuyendo al mínimo legal la pena impuesta", reiterando la reserva del
caso federal — fs. 1251/1256— .
c) Superada la etapa prevista en el art. 468 del código de forma, conforme constancia de fs. 1261, las
actuaciones quedan en condiciones de ser resueltas.
CUARTO:
Adelanto que la pretensión de la defensa debería tener favorable acogida parcial, con los alcances y por los
motivos que seguidamente se expondrán.
A) Si bien, el acaecer fenoménico del suceso juzgado y la intervención en él de los imputados, no se
encuentran controvertidos, se cuestiona primeramente la infraestructura racional del fallo; razón por la cual,
compete repasar la forma en que los jueces arribaron al veredicto de condena, a fin de determinar si sus
conclusiones constituyen el resultado lógico y necesario de las premisas de las que parten, o si — como lo aduce
el recurrente— la sentencia contiene un quiebre en su fundamentación, que amerite la descalificación de lo
decidido como acto jurisdiccional válido.
El plexo probatorio ponderado por los magistrados, quedó conformado — entre otras cosas— por variados
informes actuariales en los que constan diversas comunicaciones telefónicas practicadas por el Capitán Javier
Eduardo Subirá, perteneciente a la Delegación Departamental de Investigaciones de La Matanza, mediante las
que iba anoticiando a la fiscalía federal interviniente, el devenir de los acontecimientos, informes de llamadas
entrantes y salientes de los teléfonos celulares utilizados, actas de detención y secuestro, planos, fotografías,
pericias balísticas, declaraciones de los imputados Wiefling y Ramírez, de los damnificados Antonio y
Francisco Lamanna, de los Capitanes Daniel Galleguillos y Marcelo Alejandro Larroca, etc.; todo ello, detallado
a fs. 1164/1171, donde me remito para sintetizar.
El tribunal, reconstruye las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se desarrolló el periplo delictivo y
la actuación que desempeñaron los imputados en las distintas acciones ocurridas en el devenir de los
acontecimientos, concluyendo en afirmar que quedó definitivamente acreditado que "el día 28 de julio de 2005,
aproximadamente a las 11:30 horas, Rodolfo Ariel Wiefling e Iván Ismael Ramírez, intervinieron en el
desapoderamiento de las pertenencias de Antonio Oscar Lamanna y posteriormente en la sustracción, retención
y ocultación del mencionado — mediante la intimidación de armas de fuego— , para obtener rescate, propósito
que alcanzaron al percibir la suma de pesos seis mil ($ 6.000).
Ello ocurrió en circunstancias en que Antonio Oscar Lamanna se encontró con Rodolfo Ariel Wiefling con
el fin de adquirir del último de los nombrados un — scrap— , quienes en forma previa se habían reunido en la
estación de servicio YPF, ubicada en la intersección de las Rutas 202 y 8, de la localidad de San Miguel,
provincia de Buenos Aires, para luego dirigirse al galpón ubicado en la calle Hércules Binda nro. 156 de esa
misma localidad, conforme lo telefónicamente pactado.
De seguido, y tras el ingreso de Iván Ismael Ramírez al local, ambos extrajeron de entre sus ropas sendas
armas de fuego apuntándole a Antonio Lamanna, desapoderándolo así de sus pertenencias.
Posteriormente, introdujeron el vehículo marca Chevrolet Corsa en el que se movilizaba la víctima
Lamanna, y lo obligaron a ascender a la parte posterior del mismo — siempre bajo amenazas— egresando del
lugar.
De seguido, realizaron distintas comunicaciones vía nextel con Francisco Lamanna — el hermano de la
víctima— , negociando un monto dinerario para su rescate, el que en un primer momento ascendía a la suma de
$ 20.000, pactando como última cifra la suma de $ 6.000 y el lugar de pago.
Asimismo, los encartados se comunicaron con un tercer sujeto involucrado, quien vía telefónica amenazó al
mencionado Lamanna y le ordenó que cumpliera con lo que le exigían, siendo que ese individuo todavía se
encuentra prófugo en estas actuaciones.
Luego de ello, pasados varios minutos, los captores se encontraron con Francisco Lamanna en el lugar
pactado — sobre la Ruta 23, en el partido de Moreno, provincia de Buenos Aires— , una vez allí, el hermano de
la víctima descendió del vehículo que conducía, haciéndoles entrega del dinero solicitado a cambio de la
liberación de su hermano, pero muy lejos de cumplir con lo pactado, lo obligaron a ascender al automóvil
privándolo también de su libertad.
Por último, tras la intervención de la policía — en la intersección de la ruta 202 y el paso a nivel del
ferrocarril— , se logró liberar a las víctimas y detener a los captores, incautándose los objetos sustraídos y el
dinero entregado y repartido entre los acusados durante el trayecto — fs. 1163/1164— .
De la simple lectura de las transcripciones de los elementos de convicción referidos — fs. 1164/1171 cit.— ,

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se colige que las conclusiones precedentes, significan la derivación necesaria e indubitable de aquellas
constancias, en tanto que — de acuerdo a lo marcado por los Sres. jueces— los damnificados han brindado
precisos detalles sobre las particularidades que rodearon las distintas secuencias del iter criminis — en los
términos arriba anotados— , las que resultaron abastecidas y corroboradas con el resto de las pruebas allí
individualizadas, sin que se adviertan contradicciones entre sus postulados.
En tales condiciones, se observa que los sentenciantes han ponderado apropiadamente el cuadro probatorio
producido en la causa, el que permitió recrear — con el grado de certeza necesario, exigido a todo veredicto de
condena— la ocurrencia de los hechos y el grado de responsabilidad que en él les cupo a los nombrados
Wiefling y Ramírez (conf. causas n° 6892, "Toledo, Marcos s/rec. de casación", reg. n° 1128/06, de fecha 9 de
octubre de 2006; 6907, "Calda, Cintia Laura s/rec. de casación", reg. n° 1583, rta. el 27 de diciembre de 2006;
5605, "Ledesma Sánchez, Sergio Bernardo y otro s/rec. de casación", reg. n° 876/07, de fecha 27 de junio de
2007 — todas de esta Sala— entre otras).
Como colofón de lo expuesto, se concluye que el decisorio cuestionado — en lo que atañe a los extremos
aquí tratados— , aparece como la derivación lógica y razonada de las constancias de la causa, sin que la crítica
esbozada por el impugnante, logre conmover lo resuelto como acto jurisdiccional válido (arts. 123, 398, 404 inc.
2° y 471 a contrario sensu del C.P.P.N.).
B) En otro andarivel, relativo a las calificaciones jurídicas asignadas a las conductas desplegadas por los
nombrados Wiefling y Ramírez en los sucesos de referencia, compete destacar que el tribunal sostiene que "La
acción típica del delito de secuestro extorsivo, es la de sustraer, retener u ocultar a una persona...", que "exige
que el autor tenga el propósito de obtener un precio para la liberación de la víctima, cuya privación de la libertad
es utilizada como medio para lograrlo", y que "se consuma con el menoscabo de la libertad, con el fin de atacar
la propiedad, ello se ve desde el momento que Wiefling y Ramírez deciden privar de la libertada Antonio
Lamanna, con el fin de obtener dinero para lograr su liberación".
Asimismo, indica que quedó constatada la participación en el hecho de un tercer individuo, debido a los
dichos de Antonio Lamanna, puntualizando que relató haber mantenido durante su cautiverio una conversación
telefónica con una persona que lo amenazó de muerte, ante el incumplimiento de lo requerido por los captores;
como así también la utilización por parte de los aludidos Wiefling y Ramírez de las armas de fuego incautadas,
las que resultaron aptas para el disparo y de funcionamiento normal.
Por otro lado, afirman los magistrados que "con relación a la retención de Francisco Lamanna — una vez
que entregara el dinero a los procesados de autos, para lograr la liberación de su hermano— , constituye el
delito previsto en el artículo 142 inciso 1° del Código Penal, siendo que la concreción de esa privación de la
libertad se realizó bajo amenazas".
Además, precisan que el "desapoderamiento de las pertenencias de Antonio Oscar Lamanna... encuadra en la
figura típica prevista por el artículo 166, inciso 2°, primer párrafo del Código Penal, atendiendo que no sólo
existió intimidación en la persona...sin que para la comisión de ese desapoderamiento se utilizaran armas..."; por
todo lo cual, concluyen en atribuir la coautoría de las acciones observadas a ambos imputados, resaltando que
"no es necesario que el delito se inicie de manera positivo, puesto que una privación de la libertad existente —
sea legítima o no— puede transformarse en secuestro extorsivo ulteriormente, mediante la agregación de la
finalidad y efectiva exigencia del rescate", y en el contexto comprobado no puede hablarse solamente de un
robo con armas — como lo aduce la defensa— (ver fs. 1171/1174 vta.).
1. Debo decir liminarmente que si bien comparto en líneas generales el criterio doctrinario señalado por la
Dra. D. — con cita del Dr. Zaffaroni— , vinculado a los principios rectores que ordenan el concurso aparente de
leyes (tal como se marco en la causa n° 5950, "Panucci, Daniel Alberto s/rec. de casación", del registro de esta
Sala, de fecha 15 de septiembre de 2005), entiendo que en las particularísimas alternativas verificadas en el caso
concreto, no se constata la existencia de una consunción de los tipos penales involucrados como lo postula la
Sra. defensora.
En efecto, en el itinerario delictivo memorado, se advierte que las diversas acciones desplegadas por los
imputados en las facetas marcadas, constituyen plurales conductas escindibles, descriptas en cada uno de los
tipos penales observados — robo agravado por el uso de armas, secuestro extorsivo y privación ilegítima de la
libertad (en tal orden, de conformidad a la cronología constatada)— .
La defensa esgrime que sólo se trató de un robo en los términos del art. 164 del C.P.; razonamiento éste que
no se corresponde con la modalidad en que se han desarrollado los distintos hechos, tal como han sido relatados.
Así entonces nos encontramos con un primer suceso con las notas propias características del tipo de delito
contra la propiedad, en el que los agresores le sustraen, mediante amenazas con armas de fuego, las pertenencias
que llevaba consigo el damnificado Antonio Lamanna.
Seguidamente, los encausados deciden obtener más dinero, para cuyo designio privan de la libertad al
mencionado Lamanna, en la forma descripta anteriormente, con el propósito de obtener el pago del rescate a
cambio de su liberación, para lo cual llevan a cabo las tratativas ya observadas con el hermano de este
damnificado; obteniendo finalmente el botín en las circunstancias referidas. Vemos entonces, en este segundo

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evento delictivo, reunidas las exigencias típicas que hacen al delito previsto en el art. 170 del código de fondo.
Finalmente, se encuentra acreditado el tercer hecho que comienza en el momento en el que Francisco Lamanna
entrega el dinero y es privado ilegítimamente de su libertad por los imputados, con el objeto aparente de
garantizar la huída, según lo expresado por el nombrado, al señalar que los ofensores dijeron "por si viene la
gorra" — fs. 1168— .
Este último evento, también se escinde claramente del anterior, no sólo por el sujeto pasivo diferente, sino
por la finalidad misma de la privación ilegítima de la libertad. En definitiva, observarnos en los tres episodios
ilícitos señalados, características distintivas específicas de cada tipo penal involucrado, como así también
finalidades diversas, atinentes a cada uno de los delitos probados.
En consecuencia, considero que la relación concursal establecida por los magistrados, entre las figuras
legales en cuestión ha sido acertada, razón por la cual el agravio tratado en este apartado no debe ser atendido.
2. Mi discrepancia con lo resuelto por los Sres. jueces reside en la aplicación de las figuras legales
agravadas, concretamente en lo que hace al secuestro extorsivo por la intervención de una tercera persona y por
la obtención del rescate.
Si bien el tribunal sustenta la intervención de una tercera persona en los dichos de Antonio Lamanna — fs.
1172 vta.— , no queda claro cuál habría sido puntualmente el aporte de ese tercer individuo en la comisión del
delito de secuestro extorsivo, ya que su participación a través de la amenaza telefónica que se le endilga, no
reviste una trascendencia de tal magnitud como para aplicar la figura agravada a los aquí imputados.
En definitiva, al no contar con otros elementos que develen este extremo, debe operar al principio in dubio
pro reo — art. 3° del C.P.P.N.— en lo atinente al aspecto aquí observado.
En lo que hace a la obtención del rescate, considero que para que proceda el aumento de la escala penal por
esta causal, debe existir un efectivo poder de disposición del botín obtenido, aunque sea por breves instantes —
conf. doctrina sentada in re "González, Bruno Gabriel y Donnantuoni, Marcelo Pedro s/rec. de casación", c. n°
5532, reg. n° 469/05, rta. el 13 de junio de 2005, "Alegre, Alejandro Alberto y Díaz, Pablo Emanuel s/rec. de
casación", c. n° 6505, reg. n° 632/06, de fecha 13 de junio de 2006, "Bravo, Alejandro Fabio s/rec. de casación",
c. n° 6530, reg. n° 561/06, de fecha 1 de junio de 2006, entre otras de esta Sala, cuyos principios cobran
vocación aplicativa al supuesto que nos ocupa.
En la causa, se constató que una vez recibido el pago del rescate en el lugar de encuentro con Francisco
Lamanna, los imputados fueron vigilados constantemente por el personal policial, y resultaron interceptados y
detenidos a pocas cuadras de ese lugar, en la forma ya descripta; obteniéndose la totalidad de los bienes
ilícitamente adquiridos.
Por todo ello, entiendo que le asiste razón a la defensa, en cuanto a que no procede la aplicación de las
agravantes indicadas, en las particulares alternativas verificadas en la causa; correspondiendo la casación y
modificación del fallo, a fin de excluir las figuras objetadas (arts. 3°, 123, 398, 404, inc. 2°, 470 y 471 del
C.P.P.N.).
3. En atención a los cambios de calificación legales precisadas, se debe efectuar una nueva individualización
de las penas impuestas a ambos procesados, cometido éste que quedará supeditado a que los colegas que siguen
en la votación, compartan la postura aquí desarrollada.
En virtud de todo lo expuesto, propongo al acuerdo: I) Hacer lugar parcialmente al recurso de casación
interpuesto por la defensa a fs. 1199/1208 y 1251/1256 — con los alcances fijados en los apartados 1. y 2.,
apartado B), del considerando cuarto— sin costas; II) Casar la sentencia de fs. 1149/1150 y 1159/1176 vta., a
fin de modificar sus partes respectivas, de acuerdo a lo estipulado en los apartados antedichos, quedando
supeditada la determinación de las penas, a la condición precisada en el acápite 3. que antecede; III) Tener
presente la reserva del caso federal; IV) Remitir la causa al Tribunal Oral en lo Criminal Federal n° 3 de San
Martín, a sus efectos (arts. 41 bis, 45, 55, 142, inciso primero, 166, inc. 2°, 170, primer párrafo del C.P.; 3°,
123, 398, 404 inc. 2°, 456, 470, 471, 530 y cc. del C.P.P.N.).
Así lo voto.
El doctor Guillermo José Tragant dijo:
1°) Que con relación a la determinación de los hechos y la autoría y responsabilidad que les cupo a los
encartados en él, el voto de la Dra. Ledesma, es compatible en términos generales con los lineamientos de mi
opinión en las causas n° 18 "Vitale, Rubén D. s/rec. de casación" Reg. 41 del 18/10/93; n° 25 "Zelickson, Silvia
E. s/rec. de casación" Reg. 67 del 15/12/93; n° 171 "Edelap s/rec. de casación" Reg. 92bis/94 del 11/8/94, n°
135 "Risso de Osnajansky, Nelly s/rec. de casación" Reg. 142/94 del 18/10/94; n° 190 "Ruisanchez Laures,
Angel s/rec. de casación" Reg. 152/94 del 21/10/94; n° 219 "Silva Leyes, Mario s/rec. de casación" Reg. 189/94
del 6/12/94, entre muchas otras), en el sentido de que "entre las formalidades que se exigen a las sentencias y
autos, y en casos expresos a algunos decretos, se encuentra la motivación, requisito exigido bajo expresa
sanción de nulidad (confr. art. 123 C.P.P.N.)".

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Sostuve que "La motivación de las sentencias es, verdaderamente, una garantía grande de justicia, cuando
mediante ella se consigue reproducir exactamente, como en un croquis tipográfico, el itinerario lógico que el
juez ha recorrido para llegar a su conclusión; en tal caso, si la conclusión es equivocada, se puede fácilmente
determinar, a través de la motivación, en qué etapa de su camino perdió el juez la orientación. Es conveniente
que el juez tenga también, aún en pequeño grado, algo de la habilidad del abogado; porque, al redactar la
motivación, debe ser el defensor de la tesis fijada por su conciencia" (Calamandrei, Piero "Elogio de los jueces",
pág. 175 y ss., Buenos Aires 1969; Carnelutti, Francesco "Lecciones sobre el proceso penal" T° III pág. 110,
Buenos Aires 1950; Alcalá Zamora y Castillo, Niceto-Levene, Ricardo (h.) "Derecho Procesal Penal", T° II pág.
190, Buenos Aires 1945).
Concluí en aquella oportunidad sosteniendo que "en síntesis, los jueces tienen el deber de motivar las
sentencias y ello se realiza cuando se expresan las cuestiones de hecho y de derecho que los llevan a concluir en
un caso concreto de un determinado modo. Se cumple así un principio que hace al sistema republicano, que se
trasunta en la posibilidad que los justiciables, al ser absueltos o condenados puedan comprender claramente por
que lo han sido. Asimismo revisten singular importancia los motivos dados por los jueces en el decisorio, al ser
el antecedente fundamental que tendrán los eventuales recurrentes para fundar sus agravios y así ejercer el
debido control de la actividad jurisdiccional" (causa "Vitale, Rubén D." ya citada).
En el mismo sentido posteriores pronunciamientos de la Sala, entre ellos "Paulino, Carlos Dante", han
señalado reiteradamente que "... motivar las sentencias posibilita y asegura el control republicano sobre la
conducta de los jueces, pues tal exigencia permite exhibir cómo ha sido estudiada la causa, si se han respetado
los límites de la acusación, si se valoraron las pruebas sin descuidar elementos decisivos o fundamentales, si se
ha razonado con logicidad y teniendo en cuenta los principios de la experiencia, y también si se han aplicado las
normas legales según un justo criterio de adecuación. Pero además, la fundamentación permite que los
interesados puedan conocer las razones que sostienen el decisorio y las premisas que otorgan sustento al
pronunciamiento, ya sea con el fin de resolver su acatamiento o para fundar la respectiva impugnación que el
ordenamiento legal concede. Asimismo, ello le brindará al Tribunal 'ad quem' la disposición de los elementos
necesarios para efectuar su control. Y además, con ello se contribuye a elaborar la jurisprudencia, en tanto se la
conceptúa como el conjunto de criterios y enseñanzas que derivan de los fallos judiciales" (cfr. causa n° 80
"Paulillo, Carlos Dante s/recurso de casación", Reg. n° 111 del 12/4/94, voto del Dr. Riggi).
Que examinada en ese marco la sentencia puesta en crisis, advierto que la misma se ajusta a las
prescripciones contenidas en los artículos 123 y 404 inc. 2° del ordenamiento ritual y los vicios alegados por la
defensa referidos a su arbitrariedad no son tales.
Del análisis del fallo no advierto contradicciones a los principios de la lógica y la experiencia que lo tornen
inmotivado o arbitrario; los magistrados, en uso de sus propias facultades escogieron, valoraron e hicieron
convicción sobre las pruebas e indicios serios, precisos y concordantes que citaron y analizaron
pormenorizadamente en su decisorio, brindando a mi juicio argumentos suficientes para fundamentar el
veredicto condenatorio.
Recuérdese que el actual método de libre convicción o sana crítica racional consiste, en que la ley no
impone normas generales para acreditar algunos hechos delictuosos ni determina abstractamente el valor de las
pruebas, sino que deja al juzgador en libertad para admitir toda prueba que estime útil al esclarecimiento de la
verdad, y para apreciarla conforme a las reglas de la lógica, de la psicología y de la experiencia común. Se trata
de un convencimiento lógico y motivado, racional y controlable, basado en elementos probatorios objetivos
(causas "Vitale" y "Zelickson", ya citadas).
Teniendo en cuenta lo expuesto y analizado el caso con ajuste a lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación in re "Casal, Matías Eugenio y otro s/robo simple en grado de tentativa — causa n° 1681— " rta. el
pasado 20 de septiembre de 2005, en el sentido de que el tribunal de casación "... debe agotar el esfuerzo por
revisar todo lo que pueda revisar, o sea, por agotar la revisión de lo revisable... el art. 456 del Código Procesal
Penal de la Nación debe entenderse en el sentido de que habilita a una revisión amplia de la sentencia, todo lo
extensa que sea posible, al máximo esfuerzo de revisión de los jueces de casación, conforme a las posibilidades
y constancias de cada caso particular...; y que "... lo único no revisable es lo que surja directa y únicamente de la
inmediación", en mi opinión, en el fallo no se vislumbra una valoración fragmentaria y/o aislada de los
elementos de juicio — indicios y presunciones— , ni tampoco se ha incurrido en omisiones y falencias respecto
de la verificación de hechos conducentes para la decisión del litigio, sino que sus fundamentos se han
desarrollado conforme a los principios de la lógica y la experiencia.
Adhiero pues, a la solución que propone la colega preopinante en el apartado A) del Considerando Cuarto de
su voto y emito el mío en el mismo sentido.
2°) En lo atingente a las objeciones que formula el recurrente en torno a la calificación legal asignada a los
sucesos, también acompaño el criterio de la Dra. Ledesma en el sentido de que, de acuerdo a la plataforma
fáctica fijada, en principio incensurablemente en la sentencia en crisis, se desprende con toda claridad, que los
hechos acreditados son diversos e independientes, circunstancia que torna aplicables las reglas del concurso
material de delitos previstas en el artículo 55 del Código Penal.

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Por tal motivo, doy mi voto concordante con la propuesta formulada por la magistrada en el punto B),
apartado 1 de su ponencia.
3°) No comparto, sin embargo, las apreciaciones que se efectúan en el apartado 2 del punto B), quinto
Considerando del voto que antecede.
En efecto, el Tribunal tuvo por probado que "... en el hecho del secuestro extorsivo, no sólo participó
Rodolfo Ariel Wiefling e Iván Ismael Ramírez, tal como ha quedado evidenciado a lo largo de todas las
actuaciones, sino también, ha intervenido un tercer sujeto — que hasta el presente se encuentra prófugo— ,
surgiendo ello no sólo de las manifestaciones de la víctima Antonio Lamanna, al momento de expresar a este
Tribunal que los imputados durante su cautiverio se comunicaron con un tercer individuo y le pasaron el
teléfono, siendo que en ese instante esa persona lo amenazó de muerte, manifestando que se haría efectiva en
caso de no cumplir con todas las solicitudes de los procesados".
Que "Además, ratifica ese entendimiento lo dispuesto por la Cámara de Apelaciones del circuito en la
resolución glosada a fs. 640/642, en cuanto revoca el sobreseimiento de Luis Norberto Malara"; ello al
considerar que en la encuesta se recogieron elementos probatorios bastantes acerca de la coautoría del
nombrado en estos hechos.
En ese punto pues, considero que la resolución impugnada ha sido sustentada razonablemente y cuenta,
además, con los fundamentos jurídicos mínimos, necesarios y suficientes, que impiden la descalificación del
fallo como acto judicial válido (Fallos: 293:294; 299:226; 300:92; 301:449; 303:888, entre muchísimos otros).
4°) En cuanto concierne a la aplicación de la agravante prevista en el primer párrafo del artículo 170 del
Código Penal, que eleva a ocho años el mínimo de la pena cuando el autor logre sacar rescate, entiendo acertada
la conclusión de la Sra. Juez preopinante.
En efecto, analizado el tema a la luz de la jurisprudencia sentada a votar en la causa n° 981 "Gallardo,
Rodolfo Oscar y otros" reg. 184/97 del 21/5/97, es válido afirmar que para la aplicación de la agravante aludida
debe verificarse que el sujeto activo pudiera haber tenido disposición del dinero del rescate, aunque sea por un
muy breve lapso, es decir, que haya tenido la posibilidad física de disponer de él, no bastando el mero
desprendimiento patrimonial de la víctima (cfr. Andrés J. Dalessio, Código Penal Anotado, pág. 448, La Ley,
Bs. As. 2006, y Sala I de esta Cámara "in re" "Cortinez Agrain, Marcelo s/recurso de casación", reg. N° 11945,
del 15/5/2008).
En este caso concreto, los autores no lograron su propósito pues habían sido seguidos en forma encubierta
por personal policial, quien los interceptó instantes después de haber recibido el pago del rescate, cuando el
vehículo en el que se desplazaban los malvivientes se detuvo a la altura de un paso a nivel, ocasión en la que las
víctimas fueron liberadas y recuperado el botín.
No procede pues, en tales circunstancias aplicar la agravante prevista en el primer párrafo del art. 170 del
Código Penal, razón por la cual debe hacerse lugar parcialmente a la impugnación y en consecuencia
corresponde casar parcialmente la sentencia en crisis, y condenar a los imputados como coautores de los delitos
de secuestro extorsivo agravado por el número de personas intervinientes y haberse utilizado armas de fuego,
privación ilegal de la libertad agravada por haberse cometido mediante amenazas y robo agravado por el uso de
armas, todos en concurso real, reduciéndose las penas con arreglo a la calificación legal que se propone.
Al encontrarnos en presencia de un vicio in iudicando, en armonía con lo dispuesto por el art. 470 del ritual,
es en esta sede en la que se debe fijar el monto de la pena que corresponde imponer a los procesados.
En este sentido, en la nota que al art. 470 se hace en el Código Procesal Penal de la Nación, comentado por
Ricardo Levene (h.) y otros, se expresa que "cuando lo que se reclama consiste en la inobservancia o errónea
aplicación de la ley sustantiva, la ley establece la casación sin reenvío, con lo que se logra una evidente
economía procesal, puesto que el mismo tribunal que casa la resolución aplica la ley que corresponde, es decir,
que no devuelve el proceso al juzgador a quo para que dicte el nuevo fallo, sino que cumple la doble actividad
jurisdiccional (casa y falla; no reenvía)" (Causa n° 64 "Belizán Rodolfo Antonio s/recurso de
inconstitucionalidad" reg. 94 del 15/3/94).
En aquel caso, especiales circunstancias impidieron aplicar el principio legal, doctrinariamente llamado
"casación positiva", lo cual no se repite en el subjudice pues se cuenta en el expediente con los elementos
suficientes para graduar la sanción a imponer.
Que a tales fines, de acuerdo a las pautas de mensuración enunciadas en el pronunciamiento, propongo al
acuerdo que se condene a los imputados a las penas de trece años y seis meses de prisión, accesorias legales y
costas, para cada uno, por ser coautores de los delitos mencionados precedentemente (arts. 12, 19, 29 inc. 3°, 40,
41, 41 bis, 45, 55, 142 inc. 1°, 166 inc. 2° primer párrafo — ley 25.882— , 170 inc. 6° — texto según ley
25.742— , del C.P., 123, 404 inc. 2°, 456, 470, 471, 530 y ccs. del C.P.P.N.).
Es mi voto.
El doctor Eduardo Rafael Riggi dijo:

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1.- En primer lugar, y en lo que a la fundamentación de la sentencia impugnada se refiere, conceptuamos
que las críticas de la defensa deben ser desestimadas, pues como bien lo puntualiza la preopinante, el tribunal de
grado ha consignado las causas que determinan el decisorio y ha expuesto suficientes y adecuados argumentos
fácticos y jurídicos que sustentan la resolución, es decir, ha brindado las razones que poseen aptitud para
legitimar el dispositivo, lo que en síntesis determina a rechazar las tachas que al respecto se interponen (ver
doctrina jurisprudencial de esta Sala en la causa N° 18 "Vitale, Rubén D. s/rec. de casación" reg. n° 41 del
18/10/93; causa N° 25 "Zelikson, Silvia E. s/rec. de casación" reg. n° 67 del 15/12/93; causa n° 65 "Tellos,
Eduardo s/rec. de casación" reg. n° 99 del 24/3/94; causa n° 80 "Paulillo, Carlos Dante s/recurso de casación"
reg. n° 111 del 12/4/94; causa n° 135 "Risso de Osnajansky, Nelly s/rec. de casación" reg. n° 142/94 del
18/10/94; causa n° 190 "Ruisanchez Laures, Angel s/rec. de casación" reg. n° 152/94 del 21/10/94; causa n° 181
"Sassoon Attie, Raúl Nissim s/recurso de casación" reg. n° 177/94 del 17/11/94; causa n° 502 "Arrúa, Froilán
s/rec. de casación" reg. n° 185/95 del 18/9/95; y causa n° 1802 "Grano, Marcelo s/rec. de casación", reg. n°
186/2002 del 22/4/2002; causa n° 1357 "Canda, Alejandro s/rec. de casación", reg. n° 70/98 del 10/3/98; causa
n° 2124 "Anzo, Rubén Florencio s/rec. de casación", reg. n° 632/99 del 22/11/99; causa n° 2134 "Emi Odeon
S.A.I.C. s/recurso de casación", reg. n° 712/99; causa n° 4303 "Díaz, Héctor s/rec. de casación", reg. n° 153/03
del 1/4/2003; causa n° 4295 "Marina, Sandra y otros s/rec. de casación", reg. n° 442/03 del 7/8/03, entre muchas
otras).
2.- En segundo lugar, y en lo que atañe a la relación concursal que media entre los ilícitos por los que
recayera condena, habremos de acompañar la solución propuesta por los colegas que nos precedieron en el
orden de votación — concordante con nuestra postura sentada en los autos causa n° 8166 caratulada: "González,
César Gabriel y otros s/recurso de casación", reg. 1554, del 12/11/07— , pues como bien lo puntualizan, los
hechos que fueran tenidos por ciertos por el tribunal de grado dan acabada cuenta sobre que los diversos sucesos
con significación penal resultan jurídicamente independientes entre sí.
3.- En lo atinente a la aplicación al caso de la circunstancia agravante consistente en la participación de tres
o más personas en el secuestro extorsivo, concordamos con la postura que sostiene el doctor Guillermo Tragant,
pues de las circunstancias de la causa — particularmente, los dichos de la víctima Antonio Lamanna— surge la
participación de una tercer persona, quien efectuara exigencias extorsivas al nombrado.
4.- En cuanto al agravio vinculado a la errónea agravación del secuestro extorsivo por haberse obtenido
rescate, concordamos con la postura de los colegas, relativa a que la falta de poder de disposición del dinero
obtenido en dicho concepto — habida cuenta la inmediata intervención de los efectivos policiales, que lograron
aprehender a los imputados, liberar a los cautivos y recuperar íntegramente la suma en cuestión— impide tener
por configurada la referida circunstancia calificante.
5.- Por último, en lo que a la sanción que en definitiva corresponde aplicar, concordamos con cuanto al
respecto desarrolla el doctor Tragant en su ponencia, y en consecuencia formulamos nuestra adhesión a su
propuesta.
Tal es nuestro voto.
En virtud del resultado habido en el acuerdo que antecede, el Tribunal RESUELVE: I) Hacer lugar
parcialmente al recurso de casación interpuesto por la defensa a fs. 1199/1208 y 1251/1256, sin costas. II) Casar
parcialmente la sentencia de fs. 1149/1150 y 1159/1176 vta., a fin de excluir de sus tramos pertinentes la figura
agravada prevista en el primer párrafo del art. 170 del Código Penal. III) Condenar a los imputados Rodolfo
Ariel Wiefling e Iván Ismael Ramírez a las penas de trece años y seis meses de prisión, accesorias legales y
costas, para cada uno, por ser coautores penalmente responsables de los delitos de secuestro extorsivo agravado
por el número de personas intervinientes y haberse utilizado armas de fuego, privación ilegal de la libertad
agravada por haberse cometido mediante amenazas y robo agravado por el uso de armas, todos en concurso real.
IV) Tener presente la reserva del caso federal (arts. 12, 19, 29 inc. 3°, 40, 41, 41 bis, 45, 55, 142 inc. 1°, 166
inc. 2° primer párrafo — ley 25.882— , 170 inc. 6° — texto según ley 25.742— , del C.P., 123, 404 inc. 2°,
456, 470, 471, 530 y ccs. del C.P.P.N.). — Guillermo José Tragant. — Eduardo Rafael Riggi. — Angela Ester
Ledesma.

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