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Interrogantes a la pseudo-izquierda

Círculo 28-S
Resulta sorprendente ver en la actualidad, a sectores llamados de Izquierda como el
MPD, Pachakutik, ID, Ruptura de los 25, proclamarse por el No en la próxima Consulta
Popular, y con ello, sumarse a las posiciones de los partidos de derecha, como el PSP
(Lucio), UDC (DP Hurtado-Mahuad), Madera de Guerrero (PSC León-Nebot), etc.,
tomando partido junto a la partidocracia responsable de la mayor crisis política,
económica y jurídica de los últimos años en nuestro país.
¿Qué es lo que a esta -pseudo- izquierda le resulta tan descabellado de la Consulta
Popular?

Preguntas como: la 3, que busca evitar los conflictos de intereses entre la banca y los
medios, la 6, que considera delito al enriquecimiento privado no justificado, y la 10, que
insiste en que la no afiliación al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de los
trabajadores (IESS), deba ser considerada una infracción penal; ¿no son estas por
casualidad, demandas históricas de las luchas sociales, reivindicaciones clásicas de la
Izquierda en todo el planeta?

¿No ha batallado la izquierda en contra de los “intereses vinculantes”, es decir, en


contra de esa forma de mediatizar la comunicación que silencia y socapa crisis como
las de la banca (1999), que indujo a la quiebra a miles de personas y familias? El sesgo
en la información impulsado por el modelo de acumulación neoliberal, ¿no favorece a
los intereses ajenos a la comunicación pública?

Dese una perspectiva de izquierda, la pregunta 3 es una de las más importantes de la


consulta, ya que su afán es el de regular y poner frenos al despotismo de los grupos de
poder, como es el caso de los banqueros o los medios de comunicación. Cuando el
gobierno propone separar las actividades económicas, y generar una información que
no se deba únicamente a los intereses particulares, está priorizando a los seres
humanos por sobre los intereses corporativos, como estipula el plan del Buen Vivir
(comunicación pública por sobre comunicación en función de intereses privados).

Desde la Izquierda (que defiende al trabajador y al fruto de su trabajo), ¿quién en su


sano juicio puede oponerse a la necesidad de penalizar el enriquecimiento ilícito no
justificado? Parece que a estos sectores que se llaman de-izquierda, no les ha quedado
clara la lección. Pretendieron adentrarse en lo ilícito el 30S, impulsando un golpe fallido,
y ahora, no contentos con su frustración, bajo el nombre de Izquierda, quieren seguir
auspiciando fechorías con el No en la Consulta. Todos sabemos que quienes acumulan
fortunas de manera transparente, en base al esfuerzo de un trabajo diario y sacrificado,
no tienen nada que temer. ¿A quiénes está defendiendo realmente esta pseudo-
izquierda?
Y qué decir de la Seguridad Social, de la protección que la sociedad proporciona a sus
miembros contra las privaciones económicas y sociales, que de no ser así, ocasionaría
la desaparición o una fuerte reducción del bienestar y los ingresos de la sociedad, a
causa de: enfermedades, maternidad, accidentes de trabajo, desempleo, invalidez,
vejez y muerte, etc. ¿No ha sido esta una conquista histórica de la izquierda y uno de
los principales caballos de batalla de nuestra Constitución de Montecristi (2008), como
parte del paradigma del Buen Vivir o Sumak Kawsay?

El consenso que sostiene esta pseudo-izquierda con la derecha (consenso de la


partidocracia), y su negativa al cambio en pro de mayores beneficios para la sociedad,
es una estrategia política que fortalece exclusivamente a la oligarquía conservadora
que ahora ve amenazados sus intereses. El proceso democrático de cambio que vive el
país, es por el contrario, una dinámica expansiva que da vida a un proceso como el de
Montecristi, en el que nos planteamos usurpar a las oligarquías el monopolio sobre la
vida pública, para que sea el poder común, el poder democrático de la sociedad (y no el
del capital), el que defina el sentido de la política y el que potencie la tendencia
emancipadora de la sociedad.

C 28-S

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