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Del lado de las Américas los indígenas desarrollaron técnicas chamánicas del
éxtasis que pueden asociarse con la meditación.
3 – Dejar de dividir entre profano y sagrado; interno y externo; bueno y malo; espiritual y
material es ir dándonos cuenta de la unidad.
6 – La respiración y activación del Hara genera energía que necesitamos para la atención.
7 – No hay que intentar controlar los pensamientos ni serenar la mente, es una trampa. Eso
de concentrarse en un punto para dominar la mente es un disparate. Observa a los que lo
hacen y verás lo rígidos que son.
8 – Los pensamientos no son tan personales como parece, escucha con atención y verás.
9 – Atender internamente implica llevar la energía hacia lo que va ocurriendo dentro de
nosotros, para eso no se puede partir de prejuicios, de que “hay que cambiar”, “hay que ser
mejor” y todo eso. Debe ser algo más bien científico, investigativo, libre del bien y del mal.
10 – Entiendo que la verdadera meditación está en el silencio, ese silencio está ahí siempre,
pero vivimos en un bullicio y por eso no nos damos cuenta.
Bueno, son algunas de las cosas que ahora se me ocurren importantes, seguramente
hay más. Antes de terminar quisiera aclarar algunos términos también que pueden
ayudarnos. Me refiero al término sahaja, es un término sánscrito que significa el estado
“natural” del sabio, ese estado de comodidad no estancada, es el estado de libertad sin plan,
espontáneo, sin intención de generar nada.
Otro concepto que alguna vez escuché: el judo psicológico. También se ha prestado
para mil interpretaciones. El tal judo es una forma de trabajar psicológicamente con uno
mismo, para el crecimiento interior.
Existe un apego a emplear la fuerza contra la fuerza, hemos sido educados así y
creemos que esa es la única manera, allí hay deseo de control y búsqueda del éxito a través
del dominio. Para poder trabajar de esta manera se requiere sencillez, humildad, entrega y
confianza en la vida misma.
Para terminar diré que la meditación es algo exquisito, algo que nos permite
vivenciar la serenidad, la paz interior, el éxtasis. Pero en el momento en que dices: he
meditado – entonces ya no estás meditando.
© Daniel Curbelo