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DERECHO ADMINISTRATIVO
PROFESOR: HENRY J. CASTRO SANCHEZ
C.U.A.M.
GUIA DE DERECHO ADMINISTRATIVO
EL ACTO ADMINISTRATIVO.
Concepto.
1.- Es una facultad o potestad que confiere la ley al Estado para la consecución de
sus fines colectivos.
2.- Artículo 7 LOPA “Se entiende por acto administrativo, a los fines de esta ley,
toda declaración de carácter general o particular emitida de acuerdo con las
formalidades y requisitos establecidos en la ley, por los órganos de la
administración pública.
1.- Subjetivos.
2.- Objetivos.
d) Motivo: motivar los actos quiere decir hacer públicos mediante una
declaración formal, los motivos de hecho y de derecho en función de los cuales ha
determinado sus actos.
Nulidad Absoluta.
Su régimen propio viene delimitada por dos coordenadas: el libre arbitrio del
afectado, y la seguridad jurídica, de acuerdo con estos prepuestos, él o los
afectados por un acto anulable, y sólo ellos pueden pedir la declaración de
nulidad dentro de un cierto plazo, transcurrido el cual, si no se produce reacción
el acto sana y el vicio de nulidad queda purgado.
• Actos firmes o que han causado estado: es aquel que agota la vía
administrativa; constituye la palabra final de la Administración sobre un
problema determinado, razón por la cual se dice que es un acto firme en vía
administrativa, es decir, que por esta vía y a se considera agotado, cerrado,
por considerarse la última palabra de la administración. Se consideran que
causan estado, aquellos actos que no sean susceptibles de apelación, por
haberse agotado la vía gubernativa o jerárquica, ya sea de ellos definitivos
o de trámites, siempre que estos últimos decidan, directa o indirectamente
el fondo del asunto, de tal modo que pongan fin al juicio o hagan imposible
su continuación (Juan F. Linares.)
c) Según el alcance de sus efectos: por el alcance de sus efectos los actos
pueden ser:
3.- Autorizaciones: es aquella que hacen posible que una persona ejerza
un derecho o un poder que de antemano le pertenecía, pero para cuyo
ejercicio existía un obstáculo legal. Todo lo contrario a las concesiones
donde el concesionario adquiere un derecho que antes no tenía; ejemplo:
portar armas de fuego, construir edificios, talar y rozar en terrenos propios.
Nota: frecuentemente el legislador advierte que el libre ejercicio de ciertos
derechos pueden causar daños a la colectividad, por lo cual este
conveniente, sin negar la existencia de tales derechos, subordinar su
ejercicio a la autorización dada por las respectivas autoridades
administrativas.
7.- Actos de expropiación: son todas las medidas dictadas por las
autoridades de la administración que establecen limitaciones a la propiedad
privada, con miras de atender fines de utilidad pública y social; ejemplo: el
decreto de expropiación propiamente dicho y el de ejecución que designa la
finca que ha de ser adquirida forzosamente para la ejecución de una obra
de utilidad pública y social.
a) Incompetencia;
b) Ilegalidad.
c) Falso supuesto;
d) Vicio de forma: es cuando el acto carece de los requisitos indispensables
para alcanzar su fin, de dicte fuera del plazo previsto, cuando éste tenga
carácter esencial, o se produzca una situación de indefensión.
e) desviación de poder: es el primer gran hito de control jurisdiccional de la
discrecionalidad propiamente dicha. En nuestro país la jurisprudencia
reconoció en la desviación del poder una forma de control de la
discrecionalidad.
CONCLUSIÓN
El acto administrativo solo puede ser dictado por la Administración Pública, pero
además debe ser el órgano competente. Esta competencia puede ser:
Por razón del territorio, en virtud de la cual cada órgano administrativo tiene
competencia frente a sus iguales en el territorio que se le asigne. El acto
administrativo dictado por órgano incompetente territorialmente es nulo de pleno
derecho.
El destinatario del acto, los hay de carácter general, que el destinatario es una
colectividad y los individuales.
El Silencio administrativo
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Principios generales.
Sin embargo, a pesar de estas normas aisladas, debe insistirse en que no existía
un Ley general que le diera efectos concretos al silencio ni posibilidades de
ejercer acciones de protección de derechos, con motivo de la inacción de la
Administración. Fue la Ley Orgánica de la Tribunal Supremo de Justicia la que le
estableció en su Artículo 134 un efecto inmediato al silencio de la Administración
en la resolución de recursos administrativos, al permitir el ejercicio del recurso
contencioso-administrativo de anulación, para aquellos casos en que, intentado
un recurso administrativo, particularmente el jerárquico, si no era decidido en un
lapso de 90 días consecutivos por el Ministro, se le abren al particular dos
posibilidades: la de esperar la decisión o la de acudir a la vía judicial en el lapso
de seis meses, contados a partir del momento en que se vence ese lapso de 90
días, durante el cual se impone al Ministro la obligación de decidir.
La LOPA ha cambiado ahora todo este panorama. Recoge, por supuesto, como se
ha analizado, en sus Artículo 2 y 4, el derecho del particular a obtener oportuna
respuesta y recoge la obligación y recoge la obligación de la Administración de
decidir. Además, establece la responsabilidad administrativa de los funcionarios
públicos en la resolución de los asuntos, de manera qué estos, de acuerdo al
Artículo 3, están en la obligación de tramitar los asuntos cuyo conocimiento le
corresponda, y son responsables por las faltas en que incurran. La tramitación
implica, por supuesto, la decisión del asunto, y ella además, debe pronunciarse en
un lapso determinado.
Ahora bien, el Artículo 4 de la LOPA, prevé con carácter general el efecto negativo
del silencio administrativo cuando no se resuelven los asuntos en los lapsos
prescritos en la Ley. Establece así que en los casos en los cuales un órgano de la
Administración Pública no resolviera un asunto o recurso dentro de los
correspondientes lapsos, se considerará que ha resuelto negativamente, y el
interesado podrá intentar el recurso de inmediato siguiente, salvo disposición
expresa en la Ley.
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En esta forma, la LOPA, le da un valor negativo al transcurso del tiempo sin que
haya decisión de la Administración; es decir, consagra el llamado silencio
administrativo negativo, porque la Ley presume que por el transcurso del lapso
sin que haya habido decisión, se ha producido una decisión tácita denegatoria de
lo solicitado, o del recurso interpuesto. La Ley consagra, por tanto, una gran
innovación en relación a la situación anterior.
A) El lapso de decisión.
Transcurridos estos lapsos sin que las peticiones o solicitudes hayan sido
decididas, de acuerdo al Artículo 4 de la Ley, se entiende que la autoridad
administrativa ha resuelto negativamente y el interesado puede intentar el
recurso inmediato siguiente. Por tanto, se prevén garantías frente al silencio, y las
mismas implican que se puede intentar el recurso inmediato siguiente, pero
dependiendo de la decisión negativa tácita que se presume dictada. En efecto, si
esa decisión negativa tácita no pone fin a la vía administrativa, se entiende que
de acuerdo con el Artículo 4, queda abierta la posibilidad de que se intente el
recurso administrativo correspondiente conforme a los Artículos 85 y siguientes
de la Ley.
Ahora bien, en estos casos del silencio administrativo que produce un acto
administrativo tácito denegatorio de lo solicitado, la garantía que se le abre al
particular para ejercer los recursos de impugnación es realmente negativa. ¿Qué
motivos se van alegar el recurso de impugnación contra el acto tácito
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denegatorio, si precisamente no ha habido decisión motivada que pueda
impugnarse? Precisamente por ello, hemos señalado que en estos casos la
garantía del particular consiste realmente en obligar a la Administración a que
decida. Así, en realidad, el silencio administrativo en estos casos, lo que abre es la
posibilidad para el interesado, de acudir a los órganos de jurisdicción contencioso-
administrativa, conforme a lo prescrito en los Artículos 42, Ordinal 23 y Artículo
182, Ordinal1º de la Ley Orgánica de la Tribunal Supremo de Justicia, para
obtener una decisión judicial que obligue a los funcionarios públicos obligados, a
decidir los asuntos que se les planteen. Estas normas atribuyen a los tribunales
contenciosos-administrativos competencias para “conocer de la abstención o
negativa” de los funcionarios públicos “cumplir determinados actos a que están
obligados por las leyes, cuando sea procedente, en conformidad a los Artículos 2
y 4 de LOPA, el silencio en la resolución de las solicitudes abriría esta vía de
protección judicial a los interesados. De lo contrario, la garantía que pretende
establecer el Artículo 4 de la LOPA, podría, es estos casos, resultar negativa.
Inactividad administrativa.
Silencio Positivo.
Por medio del amparo se pretende el cese de una lesión que la Administración le
ha ocasionado al administrado al violar un derecho que la Constitución le
garantiza, o bien, impedir que la amenaza de tal lesión se materialice.